El Plantío International School Urbanización El Plantío – C/233, núm. 36 La Cañada 46182 Paterna (Valencia) – España Tel. 96 132 14 10 – Fax 96 132 18 41 [email protected] Departamento de Orientación PUNTOS FUERTES Y DÉBILES EN LOS NIÑOS DE 6 AÑOS A esta edad el niño se centra en la tarea de hacerse un sitio en su mundo y desarrollar sus habilidades intelectuales. Tienen ya mucha más capacidad que antes para pensar en abstracto y ya pueden imaginar cosas de un modo que antes no les era posible. Lo que le falta a un niño de 6 años es experiencia y es una edad en la que suelen estar deseosos de aprender el cómo y por qué del mundo físico, por lo que hacen infinidad de preguntas acerca de cómo funcionan y por qué ocurren las cosas. Son ya bastante capaces de controlar emociones fuertes. Los intereses del niño se desplazan claramente de la casa a la escuela. Adquieren extraordinaria importancia las relaciones en la escuela y las vicisitudes de esas relaciones enriquecen enormemente la vida mental del niño. Los padres debemos ayudarle a hacerse más independiente, lo que supone animarle a que tome iniciativas en actos de la vida diaria tales como vestirse, atarse los zapatos, ponerse el abrigo sin la ayuda de los adultos… Para facilitarle la adaptación en este sentido, debemos establecer en casa rutinas diarias, que le facilitarán además el adaptarse a las actividades bien regladas de la escuela. Es una edad en la que están tomando conciencia de los otros compañeros de la clase, lo que le obliga a adquirir habilidades nuevas para manejarse e interesarse por ellos. La profesora se convierte para los niños en una persona muy importante en sus vidas, pues sienten que no son capaces de funcionar de modo autónomo y es la figura en el colegio que les conoce y simpatiza con sus necesidades. Aunque para el niño de 6 años el hogar sigue siendo la base de su sentimiento de seguridad y de confianza en sí mismo. Los intentos de independencia del niño dependen de vuestra actitud y de vuestras reacciones a cada intento de aprender algo nuevo. Es una edad en la que el niño empieza a ver la realidad como algo divertido e interesante donde pasan muchas cosas, por lo que no le debemos abrumar para que lo comprenda todo. Aunque es muy importante que seáis pacientes con el niño y le animéis y acompañéis al conocer y comprender las cosas difíciles, pues así adquirirá la capacidad de ser perseverante en su vida. La inclinación a competir que tiene el niño a esta edad puede ser saludable, pues le incita para superarse. Debemos ayudar y enseñar (principalmente por el ejemplo) a dominar y encauzar bien los sentimientos de rabia y frustración que estas situaciones le pueden llevar a vivir. Existe una relación estrecha entre lenguaje y lectura, por lo que leerles y decirles a los niños canciones no sólo les divierte, sino que además les ayuda a aprender. Desde edades muy tempranas se le debe hablar y escuchar al niño además de leerle historias, así el niño se hará muy pronto a la idea de escuchar y de hacerse entender, lo cual le llevará al deseo de hablar con la intención de decir algo y de comprender. De ahí partirá el aprender a leer. Con la lectura, los padres debéis ser pacientes pues el proceso de leer consiste en retroceder, tienen que hablar lento para reconocer los símbolos impresos que representan las palabras. Eso supone para el niño un gran esfuerzo y exige paciencia y perseverancia por parte de todos. Debemos ayudar al niño a que no sólo lea las letras sino que entienda lo que está leyendo. Con los cuentos para niños de esta edad las historias suelen tener una estructura muy clara que facilita la comprensión: un principio, una parte central y un final. Por ello los libros suelen empezar diciendo “Erase una vez…”, lo cual produce placer por lo que se espera que va a venir, y terminar con “y vivieron para siempre felices”. Lo simple de la construcción hace que la lectura sea fácil y al mismo tiempo ayude al niño a adquirir un sentido de algo estructurado y terminado. También es importante que escuche historias leídas por un adulto, pues le estimulará el deseo de leer por placer y con tranquilidad. La unión emocional con la familia sigue siendo esencial, pero ahora el foco de interés del niño empieza a desplazarse hacia el mundo del aula y el terreno del juego. Muchas veces los niños no nos hacen partícipes de lo que están viviendo en estos lugares, pero no por ello debemos pensar que les pasa alguna cosa, ya que nos lo mostrarían por otras vías: alteración del sueño, del apetito, del carácter… En el recreo los niños de esta edad se suelen separar para jugar en grupos del mismo sexo, esto es por la necesidad de ”practicar” y consolidar la propia identidad de cada uno dentro de su grupo y para ir afianzando la seguridad en uno mismo. En sus juegos, los niños de esta edad dedican mucho tiempo a establecer las reglas del juego y el papel que va a jugar cada uno. En estos momentos salen a la luz sentimientos intensos que estaban latente y así cada niño tiene la oportunidad de representar una figura de poder como “mamá”, “jefe de policía”… en cuyo papel manda sobre los demás. En la relación del niño con el entorno, interviene menos el lenguaje corporal (gestos y acciones) e interviene más la observación, las preguntas y el pensamiento. A esta edad el niño quiere saber, averiguar, explorar y que le expliquen cómo y por qué las cosas son como son. A esta edad los niños se admiran ante la idea de que sus padres también fueran en un tiempo niños. Les gusta mirar fotos de cuando sus padres eran pequeños y así aprenden algo más de lo que es hacerse mayor y de lo que significa que ellos en un tiempo no existiesen. A esta edad se quedan muy impresionados frente a los ancianos y sus rasgos físicos distintivos. Los 6 años es una edad en la que el mundo de la fantasía está acercándose al mundo de la realidad. La creencia en las figuras de los Reyes Magos, Papa Noel y el ratoncito Pérez empiezan a cuestionarse. El niño a esta edad está controlando mejor sus impulsos por lo que tenemos que seguir diciéndole, sin cansarnos ni enfadarnos, lo que está y no está permitido. A los 6 años ya tiene conciencia interna de lo que ha hecho y el alcance que esto tiene. Al niño de 6 años ha de tratársele en general con firmeza cuando sea necesario, al mismo tiempo que se le concede suficiente libertad para que pueda expresar sus deseos y se le hace ver que tomamos sus deseos en serio. Eso hará que el niño se sienta a gusto en un mundo de mayor disciplina como es el mundo de la escuela. ¿CÓMO PUEDO AYUDAR A MI HIJO A ESTA EDAD? Reconócele sus esfuerzos y cosas bien hechas. Ayúdale a desarrollar sus responsabilidades a través de algún pequeño encargo familiar. Dale razones que pueda entender. Razónale lo que está bien y mal y por qué. Explícale cómo se portan los buenos compañeros. Enséñale sencillas reglas de urbanidad y buen comportamiento. Manifiéstale de forma positiva y en los momentos adecuados que vosotros sois la autoridad. Anímale a practicar coordinación. algunos deportes que mejoren su Léele cuentos y que él te los cuente. Alábale cuando dice la verdad. Refuérzale los hábitos de orden, especialmente con sus juguetes y habitación. Habla mucho con él y sobre todo escúchale (dialogad).