Señora ministra, queridos Eudardo y Luis, estimados

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Discurso de Presentación
Libro Blanco de la Música en España
Antonio Guisasola. Presidente de Promusicae
Madrid, 24 de enero de 2005
Buenos días a todos y gracias por poder asistir a la presentación del Libro Blanco de la
Música en España.
Quiero agradecer especialmente su presencia a quienes me acompañan hoy en esta
mesa, por lo que tiene de apoyo a esta iniciativa y por la relevancia de las instituciones
que representan:
En primer lugar, a la Ministra de Cultura, Dª.Carmen Calvo, a quien quiero dar las
gracias por presidir hoy este encuentro de todo el sector y que además nos ha
mostrado su apoyo firmando el prólogo del libro que hoy presentamos. En Promusicae
consideramos muy positiva la implicación y la colaboración que estamos recibiendo por
parte del Ministerio de Cultura y tenemos puestas también nuestras esperanzas en su
actuación.
Al Presidente del Consejo de Dirección de la SGAE → Eduardo Bautista, que acude en
representación de los autores.
Y al Presidente de Artistas Intérpretes o Ejecutantes, Sociedad de Gestión, Luis Cobos,
representando a los artistas musicales.
Este encuentro de hoy tiene un doble objetivo. En primer lugar, y aunque no les
habíamos convocado para ello, quiero aprovechar la ocasión para presentarles la nueva
denominación y nueva imagen corporativa de nuestra organización.
Desde el pasado 1 de enero, AFYVE, Asociación Fonográfica y Videográfica Española,
ha pasado a denominarse PROMUSICAE – Productores de Música de España.
Este cambio, que surge como resultado de una profunda reflexión acerca del papel que
nuestra organización debe jugar ante sus socios, los poderes públicos y la sociedad en
su conjunto, se produce al entender que la nueva marca refleja con mayor claridad el
objeto fundamental de la actividad de quienes la integran, que no es nada más y nada
menos que producir música, así como el papel que la asociación desea desempeñar en
su labor fundamental de promoción y difusión de la cultura. De esta forma lo han
entendido nuestros asociados, aprobando esta nueva denominación en la Asamblea
General que celebramos el pasado mes de diciembre.
El cambio de nombre es algo más que un retoque meramente artístico o caprichoso,
sino que responde al cambio intenso que ha experimentado nuestra asociación y que
va a marcar su actividad de cara al futuro. Naturalmente Promusicae no parte de la
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nada, sino que recoge una herencia de más de 50 años de actividad desempeñada
bajo distintas denominaciones, tales como Grupo Español de la Federación
Internacional de la Industria Fonográfica, Asociación Fonográfica Española o
Asociación Fonográfica y Videográfica Española.
Y a pesar de que los tiempos y los mercados cambian y de que los nombres bajo los
que trabaja la asociación de productores de música de España evolucionan también,
considero que los que deben ser sus objetivos fundamentales, tales como impulsar la
creación y la difusión de la música española entre los ciudadanos del mundo,
acercando también otras propuestas lejanas al entorno español, o el de apoyar y
defender la música en todas sus manifestaciones, permanecen y se unen ahora a la
promoción de los nuevos canales de distribución y acceso y a la necesaria
acomodación de la actividad del sector a las posibilidades que presentan las nuevas
tecnologías.
En estos momentos el sector de la música atraviesa una profunda transformación como
consecuencia de múltiples factores.
La tecnología, por ejemplo, nos ofrece la oportunidad de abordar nuevos mercados y de
presentar a los ciudadanos propuestas diferentes.
La música tiene también un peso cada vez mayor en la orientación de la sociedad hacia
el ocio y la cultura.
Sin embargo, estas nuevas oportunidades tienen todavía que recorrer un largo camino
antes de resolver las muchas y variadas incertidumbres que también ahora se plantean.
No quiero tampoco olvidar el importante papel que le toca desempeñar a las
administraciones públicas en lo que al impulso y la protección de la propiedad
intelectual se refiere y para otorgar a la música la categoría cultural que se merece y
que últimamente parece en entredicho.
Desde hace ya bastante tiempo, los productores de música, los artistas y los autores,
como núcleo esencial de la cadena de creación de la música, venimos reflexionando
sobre la situación del sector y sobre la necesidad de cambiar las actitudes y los
comportamientos tanto dentro como fuera del mismo.
Fruto de este convencimiento, en Promusicae se inició un proceso de reflexión
profundo sobre lo qué está ocurriendo en este ámbito y sobre los nuevos
requerimientos y perspectivas de evolución que se nos presentan. Esta reflexión ha
sido realmente intensa y hemos puesto en tela de juicio todas las premisas y tópicos del
modelo tradicional buscando adaptar nuestra actividad y nuestra orientación a las
nuevas realidades que se dan ya en el sector de la música.
Del mismo modo, nos planteamos la necesidad de dotar de transparencia y claridad al
funcionamiento de este sector, aclarando el papel de cada uno de los integrantes de la
cadena de valor de la música y acabando así con muchos de los tópicos que
socialmente se han aceptado como verdades y que ahora tratamos de desmontar. Para
ello necesitábamos organizar una información que hasta el momento, o bien se
encontraba dispersa, o era muy anticuada o, sencillamente, no existía.
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Surge entonces en Promusicae la necesidad de abordar la publicación de un libro
blanco de la música. Un documento en el que se plasmara la realidad del sector desde
un punto de vista tanto económico como social.
Y así comenzamos a recopilar y ordenar todas las fuentes dispersas y completarlas con
la información que nos podían suministrar nuestros asociados y el resto de
participantes en lo que se ha llamado la cadena de valor de la música.
El trabajo era importante y decidimos apoyarnos en una empresa externa e
independiente que fuera capaz de aportar la necesaria objetividad y credibilidad a los
resultados que este esfuerzo arrojara y así acudimos a PriceWaterhouseCoopers a la
que, desde aquí, quiero agradecer el enorme y estupendo trabajo que han realizado
hasta completar este Libro Blanco.
Y hoy después de muchos meses de trabajo, lo tenemos aquí. Pero no quiero
olvidarme de que este libro blanco que hoy presentamos es fruto del trabajo y la
colaboración de muchas personas que nos han dedicado su tiempo y sus
conocimientos para tratar de obtener esa fotografía de un sector como el nuestro, que,
hasta la fecha, ha tenido unos perfiles muy borrosos y que gracias a este libro
conseguimos que queden un poco más definidos.
Y ya, sin más voy a pasar a presentarles brevemente los principales contenidos y
conclusiones de este libro Blanco.
El Libro Blanco de la Música está compuesto de tres grandes bloques.
1. En el primero de ellos se analiza la situación y dimensión del sector de la
música, ofreciendo las principales cifras y estudiando la función que
desempeñan todos los agentes que intervienen en la cadena de valor, desde la
creación hasta la distribución del producto.
2. En el segundo bloque se analiza el impacto que el descenso de las ventas que
se viene experimentando está produciendo en el sector y la reacción de los
distintos agentes ante esta realidad.
3. Finalmente, el tercer bloque, analiza las tendencias y establece los retos y
oportunidades que se presentan para el sector de la música en el futuro más
próximo.
Cifras más importantes
El volumen de negocio total que generó la música en España en 2003 fue de 4.565
millones de euros, cifra que representa el 0,8% del PIB español de ese año. El 30 por
ciento del volumen total del negocio, 1.192 millones de euros, corresponde a impacto
directo y el 70 por ciento restante, 3.373 millones de euros, supone el negocio que la
música induce en otros sectores, tales como la electrónica de consumo, la publicidad, la
televisión, la radio, los bares, las discotecas o los operadores de telecomunicaciones.
Junto a estos, es evidente que la música contribuye a la creación de riqueza en otros
muchos ámbitos, pero estos son los más directamente implicados. En conjunto, esta
presencia económica se traduce en que el sector de la música da empleo a cerca de
53.000 personas.
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Durante 2003 los ingresos obtenidos por la venta de música grabada experimentaron
un descenso del 9,4 por ciento, situándose en 530,3 millones de euros. Aunque en el
momento de elaborar el Libro Blanco no estaban aún disponibles las cifras del pasado
año, a día de hoy ya contamos con esos datos y me temo que tampoco son muy gratos,
ya que las ventas de música grabada en 2004 ascendieron a 464 millones de euros, lo
que significa un nuevo descenso del 12,6 por ciento con respecto a 2003.
Es importante destacar la importancia que la música tiene en los nuevos mercados,
tales como la distribución a través de los teléfonos móviles, con un valor de 78 millones
de euros y también el que dentro de poco va a representar el mercado online, que
según varias fuentes supondrá una participación superior al 11 por ciento de las ventas
de música en España, lo que en 2005 representará un valor de 60 millones de euros.
Destacar también el peso que la música española tiene en nuestra actividad y como
España es uno de los principales productores de esta manifestación cultural: de los 20
discos más vendidos en 2003 18 eran de intérpretes españoles.
Problemas
Uno de los principales problemas con los que cuenta el sector de la música en España
es el de la piratería, tanto física como online. El Libro Blanco indica que durante 2003
los 9.000 vendedores callejeros que operan en España movieron uno de cada cuatro
discos vendidos, con un valor estimado de 47,3 millones de euros, lo que supone un 9
por ciento del negocio legal. El Libro Blanco apunta también que en la Comunidad
Autónoma de Madrid el 40 por ciento de los discos que se venden son ilegales.
La piratería online es, si cabe, aún más dañina para el sector. Desgraciadamente es
muy difícil cuantificar este perjuicio en el mercado español, sin embargo, la Federación
Internacional de Productores de Música, IFPI, estima que existen actualmente 800
millones de canciones disponibles en Internet.
En este punto, tengo que afirmar que dado el actual grado de implantación de la
piratería en nuestro país se hace necesario que todos los agentes públicos y privados
implicados mantengan una actuación de prevención y concienciación social sobre lo
dañino de este fenómeno, huyendo de tópicos fáciles y presuntamente progresistas
como el precio de los discos y llamando a las cosas por su nombre:
Tenemos una situación de emergencia nacional en cuanto a la piratería y ya no caben
más paños calientes. Es una actividad destructiva de un sector cultural y de una
actividad empresarial y es una fuente de ingresos para mafias organizadas sustentadas
sobre la más vil explotación de las personas. Eso es lo que es la piratería y no una
cruzada contra el capitalismo.
El repaso de estas cifras que encontrarán con más detalle en el Libro, refleja que la
música desencadena un proceso cuyos resultados benefician directa e indirectamente a
muchas personas y organizaciones, incluyendo a aquellas que comercializan música de
forma ilegal, y por cuya actividad ninguno de los implicados en el proceso de creación y
distribución recibe compensación alguna, por lo que éste es uno de los retos que se le
plantean al sector.
Cadena de valor y agentes que intervienen
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El proceso de creación y distribución de la música grabada consta de las siguientes
fases: creación y detección del talento, grabación, fabricación, gestión de contenidos,
promoción y marketing, distribución tradicional, comunicación tradicional y distribución
en nuevos mercados. En la mayoría de las fases de este proceso el productor de
música juega un papel fundamental porque es quien apuesta por el artista y asume un
riesgo económico al gestionar e invertir en todas ellas. El productor realiza esas
inversiones con la esperanza de poder recuperarlas a través de las ventas, sin
embargo, se calcula que sólo el 10% de los discos que salen al mercado generan
beneficios. Con el 90 por ciento restante los productores de música incurren en fuertes
inversiones que no recuperan.
La situación del sector
Haciendo un rápido repaso por la situación internacional, el libro blanco refleja que el
volumen de negocio mundial se redujo en un 7,6 por ciento en 2003 y que España
ocupa el 9º puesto en el entorno internacional y la 5ª posición dentro de Europa, donde
las ventas cayeron alrededor de un 10 por ciento.
Los mayores mercados del mundo para la música son Estados Unidos, Japón y Reino
Unido.
El “Otro” negocio, sin embargo, marcha viento en popa y, en 2003, sólo en España se
comercializaron 21 millones de unidades. La situación en otros países de nuestro
entorno es radicalmente distinta. En Francia, por ejemplo, la piratería callejera es
prácticamente inexistente.
En conclusión, el libro blanco refleja que en España la difusión de la música es mayor
que nunca. A pesar de ello, las ventas han caído más de un 30 por ciento en los últimos
años.
La principal consecuencia de la caída de las ventas de música grabada para el conjunto
del sector ha sido la reducción de ingresos, márgenes y empleos. Así, los productores
de música han visto cómo sus ventas caían un 20 por ciento en el periodo 2000-2003, y
un 16 por ciento más en 2004.
Como consecuencia han tenido que reducir sus plantillas en un 20% entre 2000 y 2003.
Los artistas, por su parte, han obtenido un 37 por ciento menos en concepto de
royalties en el periodo 2000-2003 debido, en gran medida, al menor número de discos
publicados.
Algo similar ha ocurrido con los autores, que han visto caer sus ingresos en concepto
de derechos un 35 por ciento en el mismo periodo.
También entre 2000 y 2003, las inversiones en marketing han caído más de un 30 por
ciento, lo que ha derivado, a su vez, en una menor inversión publicitaria.
Otro dato a tener en cuenta es el número de lanzamientos de artistas nuevos, que en
2004 se ha reducido un 10% con respecto al año anterior. Esta situación, en su
conjunto, puede resultar a medio plazo muy negativa para la riqueza y diversidad
cultural de la sociedad y tener un impacto también adverso en la actividad futura del
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sector, puesto que conlleva la reducción de la contribución del fondo de catálogo, clave
para la sostenibilidad del negocio.
Para los agentes más pequeños esta coyuntura ha desembocado, incluso, en su
desaparición, tal es el caso de pequeñas tiendas especializadas o de algunos estudios
de grabación.
Retos y Oportunidades
Pero es momento de mirar hacia delante y en el futuro más próximo nos encontramos
con que Internet, los nuevos formatos y los nuevos dispositivos electrónicos están
alterando de manera significativa la cadena de valor del sector de la música,
presentando nuevas oportunidades y nuevos retos a los que tendrán que hacer frente
todos los agentes que intervienen en la cadena de valor de la música, desde el autor y
el productor hasta la Administración Pública.
En este sentido, el Libro Blanco de la Música en España plantea como principales retos
para el sector:
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La capacidad para configurar nuevos modelos de negocio que convivan con los
tradicionales. Estos nuevos modelos deben basarse en una oferta atractiva para
el consumidor y rentable para los agentes del sector.
La capacidad de las compañías para realizar cambios en sus procesos y
estructuras organizativas y establecer alianzas con terceros.
Evolución de la propuesta tecnológica y su penetración en la sociedad.
La evolución de la legislación en materia de propiedad intelectual y la actuación
de las Administraciones públicas en su relación con el sector.
Orientación social al ocio y a la cultura.
Como principales oportunidades se apuntan:
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Nuevas fuentes de ingresos derivadas de los nuevos productos y servicios.
Mayor tamaño del mercado que facilita la exportación de la música.
Mayores posibilidades de consumo de música, puesto que en Internet el servicio
es accesible en cualquier lugar y en cualquier momento.
Mayor facilidad para conocer a los consumidores y por tanto para innovar y
adaptarse a sus necesidades.
Conclusiones
En conclusión, podemos decir que el sector de la música está experimentado una
profunda transformación como consecuencia de los siguientes factores:
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La tecnología ha cambiado las reglas de juego
Incertidumbres legales y tecnológicas en el negocio digital que todavía hay que
resolver.
Necesidad de conciliar dos modelos de negocio: tradicional y online, con reglas
de funcionamiento completamente distintas, lo que supone una dificultad
añadida.
Búsqueda de rentabilidad para el nuevo modelo.
Fuerte competencia por el ocio.
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Mercado ilegal en expansión.
Escaso respeto social a la propiedad intelectual.
Y ésta es, a grandes rasgos, la realidad que se nos presenta en el Libro Blanco de la
Música. Una realidad compleja, en la que se ven directamente implicadas cientos de
compañías y miles de trabajadores, que con su actividad contribuyen a enriquecer el
panorama cultural español, y también a generar crecimiento económico.
Creo que cuando tengan ocasión de leer este trabajo se convencerán, si no lo están ya,
de que la creación y la producción de música son un activo muy importante para la
cultura de este país, y que además da trabajo a muchas familias y contribuye a generar
riqueza en otros sectores.
Por ello, en nombre de este colectivo, algunas de cuyas caras más conocidas están
aquí les pido que la próxima vez que se aproximen al sector de la música y a sus
problemas lo hagan con respeto.
Respeto por nuestra actividad es lo que más pedimos y a partir de ahí podremos
continuar y seguir adelante con nuestro trabajo: crear música y acercarla a la sociedad.
Muchas gracias.
Promusicae
Orense, 34 - 8ª 28020 Madrid - España
Tl. 91 417 04 70 - Fax 91 556 92 72 E-mail:[email protected]
www.promusicae.es
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