ficha Bleuler La demencia precoz o el grupo de las

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Nueva Cátedra de Psicopatología I
EUGEN BLEULER “LA DEMENCIA PRECOZ –EL GRUPO DE
LAS ESQUIZOFRENIAS” (1911)
Presentación
Roxana Vogler
Eugen Bleuler (1857-1940) nació en Zollikon, Suiza. Realizó sus estudios de
Medicina en la Universidad de Zürich, completándolos en París, con Charcot y
Magnan. Posteriormente continuó su formación en Londres y en Münich.
En 1886 el gobierno suizo lo nombró director del Asilo de Rheinau, un asilo
para ―alienados incurables‖. Durante doce años dirigió ese hospital, realizando
reformas estructurales y sanitarias.
Más tarde, en el año 1898 fue designado Director del Hospital Psiquiátrico
Burghölzli de la Universidad de Zürich. Desempeñó su cargo durante casi treinta
años, hasta 1927, transformando este hospital en uno de los más renombrados del
mundo. Introdujo allí el psicoanálisis, creando un centro de investigación de las
enfermedades mentales único en su tiempo, que rivalizaba con el Hospital
Maudsley de Londres, los Hospitales Santa Anne y La Salpêtriére de París y con la
Clínica de Kraepelin en Münich.
Bleuler daba de alta a los esquizofrénicos al remitir su brote, con un innovador
criterio de desmanicomialización e instauró un seguimiento comunitario pionero. Él
entendía que la institucionalización de por vida implicaba condenar al paciente al
aislamiento y al deterioro absoluto.
Entre otras demostraciones de su concepción revolucionaria de las enfermedades
mentales, le pidió a su discípulo C.G.Jung, que preparara un informe para los
psiquiatras del hospital sobre ―La Interpretación de los sueños‖ de Freud.
En 1911, año de gran productividad en el ámbito de la psicopatología,
coincidiendo con la presentación del caso Schreber por parte de Freud, con la crítica de
Ballet a la demencia precoz paranoide de Kraepelin1 y junto con el trabajo de Jung
―Breve panorama de la teoría de los complejos‖, Bleuler publica su obra magna:
"Demencia precoz o el grupo de las esquizofrenias". Influenciado por un lado, por las
ideas freudianas y por el otro, por el asociacionismo de principios del Siglo XIX,
introdujo una visión estructuralista de la enfermedad mental, abriendo paso junto con
otras corrientes de pensamiento de la época, al nacimiento del tercer paradigma de las
estructuras psicopatológicas, cuyo comienzo ubicamos a partir del ―Congreso de
Ginebra‖ en 1926. Allí plantea ante sus colegas de la comunidad psiquiátrica francesa
que: ―la Esquizofrenia es una afección fisiógena, es decir, de base orgánica. Sin embargo,
1
Ballet considera la propuesta de Kraepelin demasiado abarcativa, él propone las psicosis alucinatorias
crónicas como una entidad autónoma. Este planteo lo lleva a Kraepelin en la octava edición de su Manual
a introducir las ―parafrenias‖.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
posee tal superestructura psicógena que la gran mayoría de los síntomas manifiestos de
esta enfermedad, como son las alucinaciones y las ideas delirantes, así como todo el
modo de comportarse del enfermo, se derivan de factores y mecanismos psicológicos…La
esquizofrenia es la única psicosis en la que el médico puede verdaderamente hacer algo
eficaz para el restablecimiento de las facultades esenciales del individuo.‖(1)
Subrayó además la relevancia del aporte de Freud a la Psiquiatría conservando de
los primeros trabajos de éste, la importancia de la afectividad en la regulación, dirección
y perturbación de la vida psíquica y del pensamiento. Así lo expresa también en el
prefacio de su Tratado: «Un aspecto importante del intento de perfeccionar y ampliar los
conceptos de la Psicopatología es la aplicación de las ideas de Freud a la dementia
praecox. Estoy seguro de que todo lector se da cuenta de cuán grande es nuestra deuda
respecto a este autor». (2)
A partir de la concepción asociacionista describe cómo el pensamiento funciona
por asociación de ideas, recuerdos e imágenes centrados sobre una experiencia afectiva
(complejo afectivo) ordenados jerárquicamente por una representación-fin. El déficit en
la esquizofrenia sería consecuencia de la desaparición de esta jerarquía ordenadora del
pensamiento, de esa dirección dada por la representación-fin, observándose el estado de
asociación libre constante o ensoñación, sin capacidad de síntesis mental.
A lo largo de este trabajo, Bleuler se dedicará a plantear con conceptos
psicopatológicos y ejemplos clínicos descriptos minuciosamente, que la Esquizofrenia es
una enfermedad y más que detallar las causas, el cuadro sintomático y el curso de la
enfermedad, como se había hecho hasta ese momento, la describirá como una entidad
psicopatológica en sí misma.
Cuestiona en varios puntos el concepto de demencia precoz de Kraepelin y lo
pluraliza, definiendo a la esquizofrenia como ―un grupo de psicosis cuyo curso es a
veces crónico y a veces está marcado por ataques intermitentes y que puede detenerse o
retroceder en cualquier etapa pero que no permite una completa «restitutio ad
integrum»‖. (3)
Respecto al término ―precoz‖, dirá que esta enfermedad no siempre es juvenil ni
precoz en el desarrollo del proceso patológico y agrega que no todas sus formas terminan
en deterioro demencial.
Bleuler entiende que la enfermedad está regida por la «Spaltung» (escisión) de las
funciones psíquicas en complejos independientes que compromete la unidad de la
personalidad, estando dominada ésta ya sea por uno u otro de tales complejos. Esta
disociación de las funciones psíquicas es el síntoma patognomónico de la Esquizofrenia
y lo que le da su nombre.
Resulta interesante observar, siguiendo a Paul Bercherie, en su libro ―Los
fundamentos de la clínica‖, cómo este autor destaca que la originalidad de Bleuler está
precisamente en el enfoque psicoanalítico de los síntomas esquizofrénicos: ―Todo aquello
que para autores anteriores parecía deberse al azar o a la lesión, se convierte en
expresión de un movimiento psicológico: deseo —en particular sexual— aversión, temor,
negación, de una realidad penosa, reacción ante un acontecimiento vivido o esperado,
ante una relación interpersonal, ante un medio específico‖. (4).
Bleuler utiliza el concepto de complejo emocional para designar un conjunto de
representaciones, recuerdos, ideas e impulsiones, centradas sobre una experiencia
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
afectiva. Los complejos constituyen el factor que motiva realmente la vida psíquica; tanto
en su acción sobre el pensamiento (mecanismos de condensación, desplazamiento,
simbolización, represión) como sobre la conducta del sujeto. La represión de un complejo
desagradable no le impide ejercer su acción sobre el despliegue del pensamiento y del
comportamiento, destacando la importancia de la afectividad en la regulación y
perturbación del psiquismo.
Bleuler establece una ordenación de los síntomas, distinguiéndolos en síntomas
fundamentales (cardinales) y accesorios. Los primeros están en todos los casos y los
segundos pueden faltar en algunas etapas o durante toda la enfermedad.
En la persona sana, los complejos psíquicos se combinan en un conglomerado de
esfuerzos con un resultado unificado. Esto falla en la esquizofrenia, donde además, los
complejos parecen prescindir de uno o más de sus componentes esenciales; a veces sólo
están representados por algunas ideas truncadas. Así, el proceso de asociación opera a
menudo con meros fragmentos de ideas y conceptos.
Podemos distinguir entonces los síntomas fundamentales de la esquizofrenia:
1. Trastornos de asociación (despropósitos, bizarrerías, obstrucciones, estereotipias).
2. Trastornos de la afectividad (indiferencia, labilidad afectiva, actualidad de emociones
antiguas, displicencia, pérdida de los sentimientos éticos).
Se puede pensar en una especie de ataxia emocional donde se manifiesta el
sometimiento de la conciencia a la ley de los complejos.
3. Ambivalencia afectiva (amor-odio), volitiva (querer y no querer hacer algo), intelectual
(pensar y decir algo y su inversa).
4. Autismo (predilección por la fantasía en oposición a la realidad).
Hablará Bleuler también sobre un punto fundamental que diferencia la
esquizofrenia de los cuadros orgánicos: no hay alteración primaria de la percepción,
orientación, memoria, sensaciones, conciencia, motilidad. Estas funciones simples están
intactas y si parecen perturbadas es por la alteración de los procesos afectivos y de
asociación. Son estas últimas las funciones simples alteradas. La relación con la
realidad (autismo), sería una función compuesta que está alterada. No hay una pérdida
de la realidad generalizada, sino sólo en algunas cuestiones que amenazan contradecir
los complejos. El autismo que ―casi coincide con lo que Freud llama autoerotismo‖ (5) sin tener en cuenta la teoría de la sexualidad- da cuenta de la predominancia del deseo
sobre la percepción de la realidad.
Otras funciones compuestas alteradas son la atención, la voluntad, la actividad y
el comportamiento. En cuanto a la inteligencia no está alterada de manera primaria; la
«demencia» esquizofrénica es producto del deterioro de las otras funciones psíquicas.
Del autismo parten muchos de los síntomas accesorios: alucinaciones, ideas
delirantes, perturbaciones accesorias de la memoria, despersonalización, alteraciones
del lenguaje y la escritura, algunos síndromes agudos como los estados crepusculares u
oníricos y los síntomas catatónicos (estupor, mutismo, estereotipia, amaneramiento,
catalepsia, hiperquinesia, negativismo, obediencia automática —ecolalia, ecopraxia—,
automatismos espontáneos, impulsividad.)
Otros síntomas accesorios son los somáticos: alteraciones encefálicas, endocrinas,
cardiovasculares, hematológicas, glandulares, exocrinas, metabólicas, respiratorias,
neurológicas, sensoriales, etc.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
En cuanto a la etiología de la enfermedad, sería efecto de una afección orgánica
del cerebro, déficit «negativo» que engendra el surgimiento «positivo» de los síntomas
cardinales mencionados.
Bleuler no desecha, como vemos, la idea de una lesión fisiógena; la esquizofrenia
es para él una entidad clínica y anatomopatológica a la que se le agregan síntomas como
las alucinaciones e ideas delirantes de origen psicógeno.
En la segunda parte de su tratado, Bleuler distingue cuatro subgrupos de psicosis
esquizofrénicas basándose en una descripción sintomatológica tradicional:
a) forma paranoide-sistema delirante de temática persecutoria mística, mesiánica
megalomaníaca. Es el grupo que responde mejor al análisis psicopatológico que funda la
síntesis de la enfermedad (autismo con rico contenido, perturbación afectiva sin déficit).
b) Catatonía-conjunto de trastornos psicomotores que oscilan entre el estupor, la
inmovilidad, el negativismo y los movimientos estereotipados por una parte y las crisis
de excitación psicomotriz por otra.
c) Hebefrenia- empobrecimiento psíquico progresivo que afecta la esfera intelectual y
afectiva, de comienzo juvenil
d) forma simple o esquizofrenia latente-signos discretos de debilitamiento asociativo. No
se observan las manifestaciones secundarias de la enfermedad. Se descubre esta
modalidad en muchos psicópatas, alcohólicos, toxicómanos, vagabundos, etc. Son
personas irritables, bizarras, morosas, replegadas, exageradamente puntillosas,
fanáticas o soñadoras extremas, resultan a veces afectas de una esquizofrenia latente.
Bleuler da una enorme importancia a la terapéutica sobre todo a nivel de los
aspectos psicológico y social: lucha contra el autismo para lograr un mayor contacto con
la realidad y los cuidados que ya se promovían en los tratamientos «morales» clásicos.
Georges Lantèri-Laura, en su ensayo sobre la historia de los paradigmas de la
psiquiatría, plantea que Bleuler abre el camino al advenimiento del tercer paradigma de
las estructuras psicopatológicas que sustituirá al anterior paradigma de las
enfermedades mentales :―(…)Bleuler no describe una nueva enfermedad, la
esquizofrenia, a añadir a las ya conocidas por entonces, sino que se sitúa en una
perspectiva radicalmente psicopatológica, para reorganizar todo el campo de los delirios
crónicos desde un punto de vista superior al de la simple descripción clínica,
introduciendo en él al grupo de las esquizofrenias. Podemos considerar pues que vuelve
a poner así en cuestión el valor del paradigma de las enfermedades mentales.‖(6)
Notas
(1) Bleuler, E. (1926). Informe de Bleuler sobre la Esquizofrenia presentado en el
Congreso de Médicos Alienistas Neurólogos de Francia y de los Países de Lengua
Francesa. Publicado en la Revista AEN Nº 60 (1996).Madrid. Pág. 82
(2)Bleuler, E. (1911). Demencia Precoz. El grupo de las Esquizofrenias. Ed. LumenHormé, Buenos Aires.1993. Pág. 7.
(3)Bleuler, E (1911) Idem. Pág. 15.
(4)Bercherie Paul. (1980). Los fundamentos de la clínica. Historia y estructura del saber
psiquiátrico. Ed. Manantial, Bs.As. 2009. Pág. 155.
(5)Bleuler, E (1911) Idem. Pág. 71-72. (Nota a pie de página)
(6)Lantéri-Laura, G (1998). Ensayo sobre los paradigmas de la psiquiatría moderna.
Ed.Triacastela,Madrid. 2000
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
Bibliografía
-Bleuler, E. (1911). Demencia Precoz. El grupo de las Esquizofrenias. Buenos Aires:
Lumen-Hormé, 1993.
-Bercherie, P. (1980). Los fundamentos de la clínica. Historia y estructura del saber
psiquiátrico. Buenos Aires: Manantial, 1986.
-Lantèri-Laura G. (1998). Ensayo sobre los paradigmas de la psiquiatría moderna.
Madrid: Ed.Triacastela, 2000.
-Ackernecht, E.H (1957).Breve historia de la Psiquiatría. Bs.As. EUDEBA, 1962.
-Garrabé, J. (1992) La noche oscura del ser-Una historia de la esquizofrenia- México:
Fondo de Cultura económica, 1993.
- Bleuler, E. (1926). Informe de Bleuler sobre la Esquizofrenia presentado en el Congreso
de Médicos Alienistas Neurólogos de Francia y de los países de lengua francesa.
Publicado en la Revista AEN Nº 60 (1996).Madrid.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
-DEMENCIA PRECOZ -EL GRUPO DE LAS ESQUIZOFRENIAS- EUGEN BLEULER
-Ediciones Hormé- Editorial Lumen-Argentina. 2ª edición 1989-
PREFACIO DEL AUTOR
La idea de la Dementia Praecox deriva en su totalidad de Kraepelin. A él le
debemos también el agrupamiento y descripción de los distintos síntomas. En este texto
se intentará perfeccionar y ampliar los conceptos de la psicopatología aplicando las ideas
de Freud a la Demencia Precoz. Es importante mencionar también que aportaron a este
trabajo, mis compañeros de la clínica Burghölzli, Riklin, Abraham y Jung.
INTRODUCCIÓN GENERAL
Antecedentes históricos
La observación de que una enfermedad aguda puede tener por resultado un daño
permanente del órgano afectado ha tenido más importancia en la psiquiatría que en
cualquier otro campo de la medicina. Debido a las denominadas ―enfermedades
secundarias‖ se convirtió en una cuestión vital saber cuáles de las formas agudas de la
enfermedad culminan en estados curables y cuáles no. Hasta el presente, todas las
formas agudas descriptas de las ―psicosis simples‖ podían terminar en recuperación o
bien conducir a formas secundarias.
Kraepelin fue quien consiguió finalmente, aislar un cierto número de síntomas
presentes en afecciones con prognosis muy pobres y ausentes en otro tipo de
enfermedades, psicosis reunidas bajo el término de Demencia Precoz. Sin embargo,
siempre hubo algunos casos que aunque exhibían estos síntomas parecían llegar a la
recuperación. No obstante esto, se reconoce que cierto grupo de síntomas indica una
tendencia al deterioro (demencia). Por otro lado, otras afecciones agudas en donde
faltaban estos síntomas, nunca parecían nunca culminar en daños secundarios, estas
enfermedades son las reunidas bajo el término de psicosis maníaco-depresivas.
La concepción de Kraepelin encuentra todavía gran oposición, sea por las
múltiples manifestaciones clínicas de la enfermedad, sea por la variabilidad de su curso.
No obstante, esta clasificación constituye un gran progreso en relación a los anteriores
intentos de definir este grupo patológico, dado que permite una base para hacer
predicciones respecto de los casos agudos y el estado terminal.
Aunque no siempre esta afección tiene por resultado un completo deterioro, cada
caso revela empero, síntomas residuales que son comunes a todos. De modo que además
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
de idéntica sintomatología, encontramos los mismos resultados finales cualitativamente,
en términos de dirección en que se desarrolla la enfermedad.
Bajo el término Demencia Precoz o Esquizofrenia incluimos entonces a un grupo
de enfermedades que pueden distinguirse claramente de todos los otros tipos patológicos
en el sistema de Kraepelin. Son enfermedades con muchos síntomas comunes y
prognosis semejantes, pero sus cuadros clínicos pueden ser muy diversos.
Era sabido desde hace largo tiempo que algunas psicosis agudas experimentan
mejorías, mientras que otras tienden a convertirse en crónicas. Ya Esquirol había
separado la idiotez adquirida de la hereditaria al notar el comportamiento estereotipado
de algunos de sus pacientes. Morel acuñó el nombre de Demencia Precoz (Démence
précoce) ante la observación de que el proceso de deterioro afectaba principalmente a
personas jóvenes.
Pero no había podido descubrirse ningún denominador único, posiblemente
debido a un gran obstáculo de la época, que era la creencia de que las psicosis tenían un
curso bien definido y comenzaban con un estado melancólico.
Esta noción vició también la teoría de Kahlbaum, aunque fue el primero que
realizó un esfuerzo por clasificar procesos patológicos a partir de un conjunto de
síntomas. En 1874 se ocupó de describir la catatonía como un proceso, es decir como
una enfermedad que atraviesa distintos estados, durante los cuales puede conseguirse
la curación, excepto en el último (demencia). En 1871, Hecker, siguiendo una sugestión
de Kahlbaum, describió la hebefrenia y éste la incluyó en su grupo catatónico.
Las ideas de Kahlbaum encontraron escaso apoyo fuera de Alemania,
cuestionando que la catatonía fuera una enfermedad propiamente dicha y reduciéndola
a un conjunto de síntomas.
En 1896 Kraepelin incluyó a las ―psicosis deteriorantes‖ en un grupo de
enfermedades que creyó eran trastornos metabólicos. Al principio, retomó el término
demencia precoz y lo aplicó solamente a las hebefrenias y a lo que otros autores
llamaban ―síndromes demenciales‖ primarios. Llamó catatonía primaria a todas las
formas con síntomas catatónicos predominantes, mientras que bajo el nombre de
―demencias paranoides‖ describió a una forma no muy frecuente, con rápida erupción de
alucinaciones e ideas delirantes confusas., comportamiento intacto y temprana
detención del proceso.
Tres años más tarde incluyó a todo el grupo deteriorante bajo el título Demencia
Precoz. La catatonia retuvo su significado; lo que denominaba anteriormente Demencia
Precoz fue ahora incluido en la hebefrenia, mientras que incluyó, en tanto forma
paranoide de la Demencia Precoz, a la precedentemente denominada paranoia
alucinante o fantástica.
Posteriormente, Kraepelin se alejó de la posición en la que había acentuado que el
curso de la enfermedad siempre termina en deterioro. Considerando que también
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
pertenecían al grupo de la demencia precoz los casos que pueden ser curados o
detenidos durante largos períodos.
Durante un largo tiempo, la discusión psiquiátrica giró en torno a síntomas más
bien que alrededor del concepto de Kraepelin; en la actualidad parece existir una
tendencia a descuidar estos síntomas catatónicos a favor del estudio y discusión de los
trastornos de la asociación y de la afectividad. Paralelamente, fueron definidas otras
entidades patológicas, en particular la psicosis maníaco-depresiva. De este modo se
otorgó a la demencia precoz un relieve y una delimitación nítidos.
El nombre de la enfermedad
No podemos eludir el incómodo deber de acuñar un nuevo nombre para esta
enfermedad. El actual sólo designa a la enfermedad y no al enfermo, siendo imposible
derivar de él un adjetivo que denote las características de la afección.
La designación antigua es producto de una época en la que, no sólo el concepto de
demencia sino también el de precocidad era muy usado para designar una amplia
cantidad de casos. Actualmente incluimos allí a pacientes que no consideraríamos
dementes ni tampoco víctimas de un deterioro temprano.
Teniendo en cuenta que Kraepelin describió exactamente lo que quería decir con el
término, se podría argumentar que es irrelevante el significado original de ―Demencia
Precoz‖. Después de todo, hoy hablamos de Melancolía sin importarnos las ideas
antiguas sobre la ―bilis negra‖. Sin embargo claramente este no es el caso.
Frecuentemente escuchamos el argumento de que todo el concepto debe ser falso ya que
hay pacientes que desde el punto de vista de los síntomas deberían estar incluidos en la
categoría y no llegan a un deterioro completo; o cuyo deterioro no aparece precozmente,
sino mas tarde. También se identifica la demencia precoz con una determinada forma de
psicosis en personas jóvenes; y dado que puede demostrarse que hay muchas
enfermedades características de la pubertad, se considera incorrecta la inclusión de
todas ellas en un solo concepto.
De modo que no nos queda más alternativa que la de dar un nuevo nombre a la
enfermedad, menos apto para ser malentendido. Llamo a la demencia precoz
―ESQUIZOFRENIA‖, porque (como espero demostrarlo) el ―desdoblamiento‖ de las
distintas funciones psíquicas es una de las características más importantes. Por razones
de conveniencia utilizo la palabra en singular, aunque es evidente que el grupo incluye
varias enfermedades.
La definición de la enfermedad
Con el término ―demencia precoz‖ o ―esquizofrenia‖ designamos a un grupo de
psicosis cuyo curso es a veces crónico, y a veces está marcado por ataques
intermitentes, y que puede detenerse o retroceder en cualquier etapa, pero que no
permite una completa restitutio ad integrum. La enfermedad se caracteriza por un tipo
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
específico de alteración del pensamiento, los sentimientos y la relación con el mundo
exterior, que en ninguna otra parte aparece bajo esta forma particular.
En todos los casos nos vemos frente a un desdoblamiento más o menos nítido de
las funciones psíquicas. Si la enfermedad es acentuada, la personalidad pierde su
unidad; en diferentes momentos, diferentes complejos psíquicos parecen representarla.
La integración de los diferentes complejos e impulsos es insuficiente, o inclusive falta
por completo. Los complejos psíquicos no se combinan en un conglomerado de esfuerzos
con un resultado unificado, como suceden en la persona sana; antes bien, un conjunto
de complejos domina a la personalidad durante un tiempo, mientras que otros grupos de
ideas e impulsos son ―segregados‖ y parecen parcial o totalmente impotentes. A menudo,
las ideas son elaboradas parcialmente, y se pone en relación de una manera ilógica a
fragmentos de ideas para constituir una nueva idea. Los conceptos dejan de ser
completos parecen prescindir de los componentes esenciales; en algunos casos sólo
están representados por unas pocas nociones truncadas.
De ese modo el proceso de asociación opera a menudo con meros fragmentos de
ideas y conceptos. Esto tiene por resultado asociaciones que individuos normales
considerarán incorrectas, extrañas e imprevisibles. Con frecuencia el proceso del pensar
se detiene en medio de un pensamiento; o en el intento de pasar a otra idea, cesa
súbitamente por completo, al menos en cuanto es consciente (obstrucción). En lugar de
continuar el pensamiento, afloran nuevas ideas que ni el paciente ni el observador
pueden relacionar con la anterior corriente del pensamiento.
No se pueden demostrar trastornos primarios de la percepción, la orientación o la
memoria. En los casos más graves, parecen faltar completamente las expresiones
emocionales y afectivas. En los casos más leves, podemos notar que el grado de
intensidad de las reacciones emocionales no guarda proporción con los diversos
acontecimientos que han provocado esas reacciones. La intensidad de las reacciones
afectivas puede variar desde una completa carencia de expresión emocional hasta
respuestas afectivamente exageradas. La afectividad también puede manifestarse como
cualitativamente anormal; esto es como inadecuada respecto a los procesos intelectuales
involucrados.
Además de los frecuentemente expuestos signos de ―deterioro‖, en la mayoría de
los casos hospitalizados están presentes además muchos otros síntomas. Descubrimos
alucinaciones, ideas delirantes, confusión, estupor, manía, fluctuaciones afectivas
melancólicas y síntomas catatónicos. La presencia de estos síntomas accesorios puede
ser de utilidad para diagnosticar la enfermedad. Fuera del hospital, hay esquizofrénicos
en quienes los síntomas accesorios son menos evidentes o faltan por completo.
En la actualidad dividimos a la Demencia Precoz, provisoriamente, en cuatro
subgrupos:
1-PARANOIDE La alucinaciones e ideas delirantes ocupan continuamente el primer
plano del cuadro clínico.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
2-CATATONIA Los síntomas catatónicos dominan continuamente o durante períodos
largos
3-HEBEFRENIA Aparecen síntomas accesorios, pero no dominan el cuadro clínico
continuamente
4-ESQUIZOFRENIA SIMPLE A través de todo su curso sólo pueden descubrirse los
síntomas básicos específicos
La delimitación teórica de la esquizofrenia respecto a otros grupos de psicosis es
bastante inequívoca., como lo demostrará una revisión de los síntomas que aparecen en
otras enfermedades.
Las psicosis orgánicas: que comprenden a las que son consideradas
manifestaciones de una desintegración difusa de la corteza cerebral (demencia senil,
demencia paralítica, psicosis de Korsakow) muestran estas características: percepciones
lentas y poco claras; incapacidad para aprehender problemas complejos, trastornos de
memoria característicos, fuerte daño en la percepción del tiempo, espacio y situación.
Atención se ve perturbada. Se conservan las emociones y se corresponden
cualitativamente con el contenido intelectual pero son superficiales e inconstantes,
incapaces de dar dirección definida a ningún impulso. Ninguno de estos síntomas es
característico de la Demencia Precoz.
Los estados epilépticos: la apercepción es lenta y borrosa; las asociaciones de ideas
se reducen gradualmente de manera marcadamente egocéntrica. El flujo de pensamiento
es lento y vacilante, con dificultad para desprenderse de una idea o tema. Hay una
tendencia al detalle innecesario, así como a la perseverancia. Los trastornos de la
memoria aparecen tardíamente y son más difusos que en las psicosis orgánicas. Las
amnesias parecen tener causas físicas. Los afectos parecen cualitativamente adecuados
al contenido intelectual, pero intensificados, duraderos y congruentes en cualquier
momento dado (delirio epiléptico). Habla canturreante, vacilante. Los ataques epilépticos
convulsivos pueden aparecer en muchas afecciones, particularmente en la esquizofrenia.
Lo que es característico de la epilepsia no es el ataque individual sino su repetición
durante muchos años, y el cuadro clínico que lo acompaña
Idiotez: tiene en común que comienzan tempranamente, e inclusive en el estado
intrauterino y no manifiesta cambios progresivos considerables. La afectividad es
variable. No hay depresión afectiva. Las asociaciones se limitan a lo que es más obvio
intelectualmente.
Paranoia: la construcción a partir de premisas falsas, de un sistema de ideas
delirantes lógicamente desarrollado, inconmovible, sin afectación de las otras funciones
mentales y por lo tanto sin síntomas de deterioración, si se pasa por alto la completa
carencia de compresión por parte del paranoico, del propio sistema delirante. En la
demencia precoz, las ideas delirantes, cuando existen, por lo general muestran crudas,
pero siempre sutiles, violaciones de la coherencia lógica obvia. Además, están presentes
los otros síntomas de la demencia precoz
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
Alcoholismo crónico: cadenas de pensamiento rápidas y superficiales y una fuerte
necesidad de perfeccionar las ideas, especialmente en cuanto a sus relaciones causales.
Marcada quisquillosidad ante toda insinuación personal y predisposición a presentar
excusas. Afectividad está fácilmente movilizada, efímera, lábil. La atención siempre
dirigida a lo momentáneo y carece de resistencia. En etapas avanzadas aparecen signos
de trastornos orgánicos (atrofia cerebral) Es lo opuesto a la esquizofrenia pero es muy
frecuente la combinación de ambas enfermedades.
Delirium tremens: acompañado por un tipo definido de alucinación, estado
delirante con la capacidad de de ―ser vuelto en si‖. Afectividad variable, pero congruente
en cualquier momento dado, con una corriente subterránea de ―humor de horca‖.
Amencia: muestra un trastorno de la percepción y la apercepción muy
característico.
Psicosis febriles: no han sido estudiadas todavía lo suficiente como para dar una
descripción breve.
Formas maníaco-depresivas; tono psíquico generalmente exaltado o deprimido en
lo que atañe ala afectividad, la asociación y la movilidad. Ausencia del deterioro en el
sentido de la esquizofrenia. En la locura maníaco-depresiva el deterioro tiene que ver con
la incontinencia emocional o la obstrucción mental depresiva. No es raro encontrar en la
Demencia Precoz los síntomas positivos de la perturbación maníaco-depresiva,
complicados con las características de la demencia precoz.
Histeria los síntomas pueden explicarse en términos de factores psicogénicos
como la exageración de ideas. Sin embargo, no hay deterioro. En la Demencia Precoz
podemos encontrar síntomas histéricos pero parecen caricaturizados.
Sección 1 SINTOMATOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
Ciertos síntomas de la esquizofrenia están presentes en todos los casos y en todos
los períodos de la enfermedad, aún cuando deben haber alcanzado cierto grado de
intensidad antes de que puedan ser reconocidos, aquí por supuesto, estamos tratando
los amplios complejos de síntomas como un todo.
Además de estos síntomas específicos, permanentes o fundamentales, podemos
descubrir otras manifestaciones más accesorias, tales como ideas delirantes,
alucinaciones o síntomas catatónicos. Estas pueden faltar completamente durante
ciertos períodos o inclusive durante todo el curso de la enfermedad; otras veces ellas
solas pueden determinar permanentemente el cuadro clínico.
Los síntomas fundamentales son característicos de la esquizofrenia, mientras que
los accesorios pueden aparecer también en otros tipos de enfermedad.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
Una descripción de los síntomas sólo puede fundarse en los casos de corte más
nítido. Pero es muy importante reconocer que ellos existen en grados y matices diversos
en toda la escala que va desde lo patológico a lo normal. Así mismo los casos más leves,
esquizofrénicos latentes con síntomas mucho menos manifiestos, son muchas veces más
comunes que los casos evidentes. Además, en vista del carácter fluctuante que distingue
al cuadro clínico de la esquizofrenia, no debe esperarse que podamos demostrar cada
uno de los síntomas en cada momento de la enfermedad.
Capítulo I LOS SINTOMAS FUNDAMENTALES
Los síntomas fundamentales consisten en trastornos de la asociación y
la afectividad, la predilección por la fantasía en oposición a la realidad, y
la inclinación a divorciarse de la realidad (autismo). Además, podemos añadir
la ausencia de otros síntomas que juegan un papel tan grande en otras afecciones,
tales como los trastornos primarios de la percepción, la orientación, la memoria,
etc.
A) LAS FUNCIONES SIMPLES
1)- Las funciones simples alteradas
a-Asociación
En el proceso normal del pensar, las numerosas imágenes presentes y latentes
se combinan para determinar cada asociación. En la esquizofrenia en cambo,
pueden volverse ineficaces imágenes aisladas o combinaciones de ellas, el
pensamiento opera con ideas y conceptos que no tienen relación, o tienen una
relación insuficiente, con la idea principal y que por lo tanto deberían quedar
excluidos del proceso mental. El resultado es que el pensar se vuelve confuso,
extravagante, incorrecto, quebrado. Algunas veces faltan todos los hilos asociativos
y la cadena de pensamientos se interrumpe totalmente; después de una tal
―obstrucción‖ pueden aparecer ideas que no tienen ninguna relación con las
precedentes.
De tal modo, el pensamiento se hace ilógico y a menudo extravagante. Además,
las asociaciones tienden a efectuarse siguiendo nuevas líneas, de las cuales
conocemos hasta ahora éstas: dos ideas, que se encuentran casualmente, se
combinan en un pensamiento, cuya forma lógica es determinada por circunstancias
incidentales.
Tienen importancia desusada las asociaciones por el sonido (asonancias), así
como las asociaciones indirectas. Dos o más ideas son condensadas en una sola. La
tendencia al estereotipo produce la inclinación a aferrarse a una idea a la que el
paciente retorna una y otra vez. Generalmente, hay una marcada escasez de ideas,
hasta llegar al monoideísmo -persistencia de una sola idea- (No en formas
expansivas, parafrénicas, muy productivas).
Con frecuencia, alguna idea domina la cadena de pensamientos bajo la forma de
obstrucción, "poniendo nombres" ("naming‖) o ecopraxia. En muchos pacientes, y
especialmente en aquellos confusos, la única asociación reconocible a las
impresiones que proviene del exterior consiste en nombrarlas: ―esto es un espejo‖, o
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
bien ―mesa‖. Por ejemplo, tomo a un paciente de la mano; y dice ―la mano‖. De una
manera parecida, los pacientes alucinados a menudo ―nombran‖ sus actividades:
―ahora él se sienta‖, ―ahora él quiere escribir‖. Un paciente al ver que alguien se
acerca llevando una linterna dice ―Declaro que esto es una linterna‖. Es una
característica de los esquizofrénicos la fijación a una impresión sensorial, debido a
la carencia de un concepto de fin.
Un proceso similar es el tocar los objetos, que consiste en que el paciente sigue
con sus manos el contorno des mismos. Si un concepto implica elementos motrices,
entonces puede suceder que la única acción reconocible consista en la
representación de la idea. El paciente representa, imita, copia lo que oye y ve:
ecopraxia y ecolalia. Por ejemplo, un paciente ha roto el panel de vidrio de una
puerta; otro atraviesa el agujero, arrastrándose, una y otra vez. Persiste en ello sin
saber por qué lo hace. Si bien un paciente puede estar aprisionado a la impresión
visual, también puede suceder lo inverso, que el paciente ignore completamente el
mundo exterior.
El grado de distracción esquizofrénica no está necesariamente alterado en
alguna dirección específica, en cuanto respecta a las asociaciones. En los diversos
tipos de esquizofrenia, la propensión a distraerse no se presenta de una manera
uniforme. La mayoría de los casos crónicos la capacidad de distracción está
amenguada, se concentran en su trabajo, cuando hablan es imposible
interrumpirlos. SI el esquizofrénico está emocionalmente excitado, y en particular
colérico, se comprueba una perturbación en la capacidad de distracción. Desdeña
totalmente las objeciones, o las entiende sólo de acuerdo a su pensamiento, a
menudo le sirven como nuevos pretextos para sus desahogos. Es muy común que
un paciente esquizofrénico que está profiriendo insultos, a quien abandonamos,
continúe maldiciendo e insultando sin que lo perturbe el que no haya nadie
escuchándolo. A veces la completa falta de interés puede ser tomada por una
deficiente capacidad de distracción. Sin embargo, puede demostrarse que estos
mismos pacientes comprenden muy bien lo que sucede alrededor suyo aunque no
parezcan dirigir su atención a alguna cosa. Un alto grado de trastornos asociativos
tienen por resultado, generalmente, estados de confusión. (Pensamiento disgregado,
con incoherencia ideo-verbal). La confusión debe ser considerada como el resultado
de las diversas perturbaciones mentales elementales que han alcanzado finalmente
tal grado de intensidad, que se han perdido por completo las conexiones o
relaciones, para el paciente para el observador, a o para ambos.
El curso de las asociaciones
En cuanto al elemento tiempo de las asociaciones de ideas, encontramos en
los estados maníacos un flujo acelerado o fuga de ideas y en los estados depresivos,
un retardamiento. La premura en el pensar puede durar años,, aunque apenas se
la puede observar en casos completamente deteriorados. Muchos pacientes se
quejan de que tienen que pensar demasiado, de un ―desbordamiento de los
pensamientos‖ porque no pueden retener nada en su mente. Pero el elemento más
extraordinario de los procesos de pensamientos esquizofrénicos es la
denominada obstrucción (―blocking‖) o bloqueo del pensamiento, que se traduce en
la alteración formal del lenguaje: pausas, bloqueos, asonancias, precipitaciones,
descarrilamiento, interposición, obstrucción, puede llegar hasta el
mutismo,
lenguaje disgregado, o incoherencia ideo-verbal, como consecuencia de la falta del
concepto unificador de fin u objetivo en las asociaciones. A menudo, parece que la
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
actividad asociativa hiciera un alto brusco y completo. Cuando se la reanuda
nuevamente, surgen ideas que tienen escasa o ninguna relación con las que antes
se habían presentado. Sin embargo sólo en los estados de estupor encontramos un
cese completo del pensar.
Es más común que las nuevas ideas surjan de
inmediato o después de un corto intervalo, aún si los hilos asociativos se han roto.
La obstrucción es esencialmente diferente de la inhibición, que es un síntoma
habitual en las depresiones. El actuar y el pensar inhibidos proceden lentamente y
con dificultad, acompañados por un anormal dispendio de energía psíquica. En la
obstrucción, el libre flujo de ideas se detiene súbitamente, como si cerrara una llave
de paso. A un paciente que ha efectuado pocos movimientos, y éstos lenta y
débilmente, y que apenas ha dicho alguna palabra, se le ordena que haga girar
rápidamente las manos o que cuente rápido de uno a diez. El paciente inhibido lo
hará con mucho esfuerzo y despacio; el paciente obstruido lo hará rápidamente una
vez superada la obstrucción. Los mismos pacientes perciben esta obstrucción de la
secuencia de sus pensamientos y los llaman de distinta manera: ―privación del
pensamiento‖, ―obstáculos para pensar‖, ―apartamiento de los pensamientos‖. La
obstrucción tiene en apariencia algo de caprichoso. A veces el paciente puede
hablar con facilidad y libertad, y luego repentinamente los pensamientos se
detienen, se congelan. Sin embargo, una indagación cuidadosa muestra que el
fundamento de este mecanismo reside en la importancia que tiene para el paciente
la secuencia del pensamiento bloqueado. Una paciente canta una canción de amor,
pero pretende después que ella era meramente la descripción de un paisaje rural.
No la puede volver a reproducir, aunque se le canten partes de ella. Sostiene
firmemente que ella nunca cantó esa canción. Todas las perturbaciones indicadas
pueden variar entre un máximo, que corresponde a la confusión mental, y un
mínimo que puede ser apenas perceptible.
b- Afectividad
En las formas francas de la esquizofrenia, el ―deterioro emocional " ocupa el
primer plano del cuadro clínico. Una psicosis "aguda curable" se convierte en
crónica cuando comienzan a desaparecer las emociones. En las últimas etapas,
muchos esquizofrénicos dejan de manifestar afecto alguno durante años y aún
decenios enteros. Se sientan por ahí, en las instituciones donde están confinados,
con rostros inexpresivos, encorvados, la imagen de la indiferencia. Permiten que se
los vista y se los desvista como si fueran autómatas, que se los lleve desde su lugar
habitual de inactividad hasta el salón comedor, y luego de vuelta nuevamente, sin
manifestar signo alguno de satisfacción o desagrado. Ni siquiera parecen reaccionar
ante los daños que les infligen otros pacientes.
Aun en las formas menos graves de la enfermedad, la indiferencia parece ser el
signo exterior de su condición; una indiferencia ante todas las cosas, ante los
amigos y conocidos, la vocación y los esparcimientos, los deberes y los derechos, la
buena y la mala fortuna.
"No me importa lo más mínimo, sea de un modo o de otro", dijo un paciente.
Generalmente este defecto se manifiesta del modo más sorprendente en relación
con los intereses más vitales del paciente, requiera o no su comprensión un proceso
mental complicado. Ya al comienzo de su enfermedad, una madre puede mostrarse
indiferente ante el bienestar o el infortunio de sus hijos; sin embargo, no sólo puede
emplear las palabras que usaría una madre con sentimientos normales, sino
comprender realmente lo que es bueno o malo para un niño. Cuando la ocasión lo
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
exige (por ejemplo, cuando necesita un pretexto para pedir que se le permita salir
del hospital), puede discutir sobre el tema con mucha competencia. Para tal paciente es indiferente que él mismo o su familia vayan a la destrucción o a la ruina.
A menudo el instinto de conservación está reducido a cero.
Los pacientes ya no se preocupan, sea que estén muriendo de inanición o no,
que yazgan sobre un montón de nieve o sobre un horno al rojo vivo.
Durante un incendio en el hospital, cierto número de pacientes tuvo que ser
sacado de la sala amenazada; ellos mismos no se hubieran movido de sus lugares;
se hubieran dejado quemar o asfixiar sin mostrar ninguna respuesta afectiva.
Los esquizofrénicos pueden escribir autobiografías completas sin manifestar la
menor emoción. Describirán sus sufrimientos y sus acciones como si fueran un
tema de física.
Un hebefrénico habla de la muerte de su padre: "Dado que en esa época yo
estaba en casa, fui al funeral, y me alegré de que no era yo a quien enterraban;
ahora estoy enterrado vivo".
Generalmente es muy notable el modo como muchos pacientes, en especial los
más viejos, revelan la misma indiferencia ante sus propias ideas delirantes, con las
cuales, sin embargo, están constantemente preocupados.
En los casos más leves, esta indiferencia puede estar ausente o disimulada. Al
comienzo de la enfermedad, comprobamos a menudo una hipersensibilidad, de
modo que los pacientes se aíslan consciente y deliberadamente para evitar todo lo
que pueda suscitarles emociones, pese a que pueden tener todavía algún interés
por la vida.
Los esquizofrénicos latentes pueden parecer casi demasiado lábiles en su
afectividad. Pero sus emociones carecen de profundidad. Además, en una
observación más atenta de tales casos se verifica que hay una indiferencia parcial
respecto a intereses que anteriormente inquietaban al paciente
Además, hay muchos esquizofrénicos que, al menos en ciertos aspectos,
exhiben vivas emociones. Entre ellos están los escritores activos, los reformadores
del mundo, los fanáticos de la salud, los fundadores de nuevas religiones. Estas
personas son unilaterales en su pensamiento, y desconsideradas en su conducta.
Es muy difícil comprobar si sus emociones en cuanto tales son también
patológicamente unilaterales.
A menudo observamos "estados de ánimo básicos" significativos de euforia,
tristeza o ansiedad. Vemos las transiciones desde un estado de euforia a la
indiferencia o a una mezcla de ambas, en los muy frecuentes estados emocionales
de los hebefrénicos que manifiestan lo que se denomina una "indiferencia
callosa", o "je-m'en-fichisme" (de los franceses), ―I don't give a damn!". (De los
ingleses). En tales casos los pacientes, si no son felices, están por lo menos muy
satisfechos con ellos mismos y con el mundo..
La diferencia con la psicosis maníaco-depresiva sería que en ésta se presenta la
emoción clara y hondamente sentida, en cambio en la esquizofrenia tenemos la
impresión de una afectividad nada profunda.
Lo que está ausente, sobre todo, es la coherencia de la manifestación afectiva.
Las palabras que, según se supone, expresan dolor o placer, el tono de voz, y los
gestos, no parecen ser congruentes o apropiados respecto a la actitud total del
paciente.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
La mímica carece de unidad; la frente arrugada, por ejemplo, expresa algo
parecido a la sorpresa; los ojos, con sus pequeñas patas de gallo, dan la impresión
de hilaridad, y las comisuras de los labios pueden estar caídas como en el pesar.
A menudo las expresiones faciales parecen exageradas y melodramáticas. En
estos casos es muy notable la rigidez o torpeza de los movimientos. Tanto los
lamentos como el júbilo se expresan con monotonía. Lo que puede subrayarse
mejor en la exposición es la falta de adaptabilidad al cambiante contenido mental,
la deficiente capacidad de modulación.
En algunos casos, comprobamos claramente oscilaciones emocionales que casi
se aproximan a las normales. No obstante, una rigidez afectiva subyacente puede
otorgar a las expresiones de los estados de ánimo más diversos una especie de
denominador común difícil de describir.
Podría decirse, como comparación, que parece como si toda la mímica estuviera
teñida del mismo color. Estas personas parecen reír y llorar con el mismo tono de
voz. Aun cuando al expresar una emoción eleven las comisuras de los labios y en
otra las dejen caer, ambas expresiones conservan un elemento de evidente
similitud. A menudo se evidenciará la inadecuada profundidad de la emoción en
cuanto el paciente se muestra incapaz de mantener un humor. Otra catatónica
pasa sus días y sus noches acusándose desesperadamente e intentando causarse
daño. Sin embargo, cuando puede escapar de los enfermeros, se ríe de todo eso.
En los estados agudos, puede producirse una rápida alteración de la expresión
afectiva, aun sin que haya un humor básico continuo, dentro de un breve período
de tiempo, por ejemplo, durante un examen clínico. Debido a cualquier asociación
fortuita, accidental, el paciente pasará en un segundo de una agitación colérica
exageradamente intensa, con maldiciones, gritos y saltos, a un estado de ánimo
exageradamente erótico, dichoso, para volver a ponerse triste y lacrimoso minutos
después. En estos casos, parece, transformarse, junto con la emoción, la entera
personalidad.
A menudo los afectos parecen rezagarse detrás de las ideas. Durante una
entrevista, se le mostró reiteradamente a una paciente un cuadro con un niño. La
emoción correspondiente tardó un cuarto de hora en aparecer. Asimismo, puede
observarse durante las celebraciones, cuánto más que la persona sana tarda el
esquizofrénico en llegar al humor festivo. Aunque la cólera y la furia tienden a
prolongarse, pueden aparecer tan bruscamente en la persona normal como en el
esquizofrénico.
De todo esto debemos extraer la conclusión de que la labilidad del
esquizofrénico no es un fenómeno esencial, lo son las variaciones y
desplazamientos no provocados de los estados de ánimo; la aparición caprichosa de
emociones. Hoy un paciente puede aparecer muy indiferente, mañana puede estar
irritable o ser accesible a sentimientos muy diferentes. Como sucede tan a
menudo, las emociones comienzan a revelarse cuando los pacientes se ven
obligados a enfrentarse con su medio ambiente y a reaccionar ante él.
Las emociones aparecen como si hubieran sido resguardadas. Todos los
matices del placer sexual, de la turbación, el dolor o los celos, pueden surgir con
toda vivacidad, cosa que nunca encontramos en las personas sanas cuando se
trata de recordar el pasado. Con frecuencia se expresan estos recuerdos de tal
modo, que manifiestan el carácter de las experiencias de tiempos idos, en notable
contraste con la madura edad actual del paciente.
Se lleva al hospital debido a una moderada depresión, a una paciente
hebefrénica de setenta y un años. Había tenido su primer ataque transitorio poco
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
después de la pubertad. Habló con la mayor indiferencia de los acontecimientos de
su vida, en particular de su esposo. Cuando conseguimos, hacerla acordarse de un
amante del período inmediatamente anterior a su primera afección, exhibió el
semblante turbado de una jovencita a quien se interroga sobre tales temas.
Manifestó todas las reacciones características; no sólo se ruborizó y bajó los ojos,
sino que también se rió con embarazada satisfacción, retorció alrededor de sus
dedos el dobladillo del delantal, se arregló el cabello y exhibió otros pequeños
gestos que sólo pueden ser vistos, pero no descritos. La emoción juvenil pudo así
evocarse, casi se diría excavarse, en toda su frescura después de medio siglo; y
todo ello en el más notable contraste con el aspecto sumido y el rostro arrugado de
una anciana.
Aún cuando se inicia la atrofia cerebral, a menudo se presentan las
emociones, con el resultado de que algunos de esos individuos afectados difieren
poco de los casos habituales de senilidad, "quienes pueden llorar y reír siempre que
lo desean‖.
Por lo tanto, no puede haber ninguna duda de que la capacidad psíquica de
presentar emociones no ha desaparecido en la esquizofrenia. De modo que no
puede causar asombro encontrar que tal o cual afecto se conserva bien, inclusive
en los casos más graves.
Con frecuencia pudimos descubrir impulsos eróticos (en un sentido
amplio).Inclusive en los casos avanzados, encontramos, en lugar de interés, su
equivalente, curiosidad. Los pacientes que aparentemente no se interesaban por
nada de lo que sucedía alrededor de ellos, siempre se las arreglaban para espiar o
escuchar una conversación a través de una puerta abierta, o echar un vistazo a un
libro abierto. Hacen esto aunque parezcan demasiado aletargados como para tocar
inclusive lo que consideran peculiar.
Es en la esfera de la irritabilidad, cólera, y aún furia, donde encontramos con
mayor frecuencia que se conservan las emociones. Muchos pacientes hospitalizados
sólo reaccionan de este modo. El personal que los asiste corre siempre el riesgo de
ser insultado o atacado mientras les prestan los cuidados ordinarios y de rutina,
inclusive cuando les llevan sus alimentos.
De modo que la cólera es la reacción habitual de muchos pacientes ante sus
alucinaciones, y lo que es muy importante, eso sucede aunque sus "voces" no les
digan nada desagradable.
Con gran frecuencia se encuentra que el único elemento afectivo que se ha
conservado, además de la irritabilidad del paciente, es el amor paternal o
maternal. Las madres, en particular, a menudo se siguen interesando
verdaderamente por el bienestar de sus hijos; mientras que pueden no
preocuparse por ninguna otra cosa, ni siquiera por su propia salud física. Tales
pacientes manifestarán una real alegría cuando sus hijos las visitan o cuando
reciben buenas noticias de ellos.
Tampoco el sentimiento de simpatía hacia los demás está siempre
extinguido. A menudo los pacientes pueden simpatizar mucho con la situación o
condición de otros, especialmente en los hospitales, donde la mayoría se conocen
unos a otros bastante bien.
Inclusive la simpatía artística no es tampoco rara, moderada. Mientras se
encontraba aparentemente en un profundo estado de estupor, una mujer
catatónica grave danzaba al compás de la música con pasos y movimientos que ella
misma improvisaba, y que ofrecían una interpretación delicadamente
estética, y asombrosamente exacta, de los sentimientos expresados por la música.
Pocos pacientes muestran inclinación al humorismo; podría decirse que son
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
más propensos a producir ellos mismos algún rasgo de humorismo que a apreciar
los de los demás; no obstante, las bromas groseras son a menudo apreciadas en
cierta medida Es notable cuán pronto se embotan los sentimientos que regulan el
intercambio social con las personas. Confiesan fechorías, se masturban
abiertamente, Dos pacientes, mujeres, comen su propio excremento. Una de ellas,
una vieja doncella, todavía se resiste esquivamente a revelar su edad; la otra, una
pintora, encontraba un gran deleite en los hermosos colores de su "extraño
alimento‖.
Respecto al sentido ético, los pacientes parecen tan embotados en este
sentido como en otros. Dado que la mayoría de ellos no son muy activos, pocos
llegan a ser criminales. Sólo ocasionalmente alguno se convierte en ladrón o en
estafador luego de la aparición de la enfermedad. En tal caso es imposible decir si
se ha puesto de manifiesto una tendencia anteriormente inhibida o si la misma
enfermedad provoca la conducta criminal. En los casos más leves aparece a
menudo una dolorosa conciencia moral y escrupulosidad. Por supuesto, nada
tienen que ver con la ética los ataques cometidos como consecuencia de ideas delirantes, puesto que desde el punto de vista de los pacientes son actos justificados
de autodefensa.
No
obstante,
la indiferencia, la tendencia
al
apartamiento, la inaccesibilidad a las influencias, los caprichos y la irritabilidad,
todas estas peculiaridades son características recurrentes que indudablemente
dotan a todos los casos avanzados de una apariencia externa común. Pese a todas
las dificultades, algunos pueden conservar un carácter agradable, e inclusive
amable, hasta muy avanzado el curso de la enfermedad. Otros se convierten en
monstruos vengativos, crueles y mendaces, inclinados a toda clase de excesos.
Kraepelin describe con cuánta frecuencia los pacientes reciben las visitas de
sus parientes sin una palabra de agradecimiento ni signo alguno de participación
emocional, pero en cambio arrebatan sus bolsos y cestos para buscar alimentos
que devoran inmediatamente, con voracidad y hasta la última migaja.
En contraste, hay muchos que parecen totalmente impermeables al hambre,
la sed, la falta de sueño o los malos tratamientos de todo tipo. A menudo una
extrema acumulación de excrementos en el recto o la vejiga, o bien posiciones
incómodas, no son acompañadas por sentimientos desagradables. Ni siquiera las
estimulaciones acústicas más fuertes y agudas, ni el efecto de una luz cegadora,
parecen perturbarles.
Especialmente conspicua en los esquizofrénicos es la paratimia. Los pacientes
pueden reaccionar ante noticias tristes con regocijo, e inclusive con risas. Estos
pacientes se entristecerán o, con mayor frecuencia, se irritarán ante acontecimientos que a otros dejarían indiferentes o producirían placer.
Un simple "¿cómo le va?" puede encolerizarlos. Muchas veces experimentarán
sentimientos eróticos hacia personas o cosas que no parecen ser de ningún modo
apropiadas. Una paciente afirmaba que el agua de su baño estaba envenenada, que
tenía un gusto muy amargo, y acompañaba sus palabras con una recatada sonrisa
erótica.
Una forma particularmente frecuente de paratimia la constituyen
los estallidos de risa inoportunos o no provocados. La disfunción de la afectividad
puede manifestarse en la mutua relación cuantitativa de los sentimientos. Así, una
paciente se echó a reír fuertemente ante la noticia de la muerte de su hermano,
porque le agradaba mucho recibir cartas con ribetes negros; pero la pérdida del
hermano no pareció suscitarle ninguna emoción.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
En las esferas del gusto y del olfato, la perturbación paratímica puede ser a
menudo muy notable. Muchos pacientes engullen tranquilamente objetos que le
producirían a una persona normal sensaciones decididamente desagradables.
La paratimia no puede nunca diferenciarse verdaderamente de la paramimia.
Una paciente se quejaba amargamente de sus "voces" y alucinaciones; su
boca y frente, manifestaban disgusto, pero sus ojos expresaban una dicha
erótica. Después de pocos minutos la boca también asumió la expresión de
felicidad, mientras que la frente seguía pareciendo sombría y arrugada. Ella misma
decía que los sentimientos que describía como desagradables, eran agradables en
ciertos aspectos. De modo que cada uno de los componentes de una actitud
expresiva (voz, posición, movimiento de las manos, pies, etc.) puede estar disociado
de los demás.
c) Ambivalencia
La tendencia de la psique esquizofrénica a otorgar a los psiquismos más
diversos un índice positivo y otro negativo al mismo tiempo, no siempre es muy
explícita. No obstante, luego de una observación lo suficientemente larga, siempre
se la encontrará presente, inclusive en los casos leves. Es una consecuencia tan
inmediata de los trastornos esquizofrénicos de la asociación, que su completa
ausencia parece ser altamente improbable. Es por esa razón que la incluimos entre
los síntomas fundamentales.
El mismo concepto puede estar acompañado simultáneamente por
sentimientos agradables y desagradables (ambivalencia afectiva): el esposo ama y
odia a su mujer. Sus alucinaciones revelan a la madre la "deseada" muerte del hijo
a manos del esposo no querido.
En la ambivalencia de la voluntad ("Ambi-Tendenz"), el paciente quiere y no
quiere comer. Comienza a llevar la cuchara a su boca docenas de veces, pero
nunca completa el acto, o hace algún movimiento inútil. Clama que se lo deje en
libertad y luego se resiste con abundantes denuestos cuando se le informa que será
dado de baja de la institución. Solicita trabajo, pero se pone furioso cuando se le
da algo para hacer, y no puede decidirse a ejecutar su tarea.
Un catatónico con educación filosófica hizo la siguiente observación: "Cuando
uno expresa un pensamiento, siempre ve el pensamiento opuesto. Esto se
intensifica, y se vuelve tan rápido que uno no sabe realmente cuál fue el primero".
La afectividad y la voluntad son sólo distintas facetas de una misma función;
aun las contradicciones intelectuales, a menudo no pueden separarse de las
afectivas. El paciente es especialmente poderoso, y al mismo tiempo impotente; la
persona amada o protectora se convierte fácilmente en perseguidora sin abandonar
su papel anterior. Es más excepcional que el enemigo se convierta en amigo y
aliado.
De un modo semejante, muchos pacientes se quejan acerca de persecuciones,
pero creen realmente que ellas contribuyen a su educación, a su progreso, y son
un paso preliminar para su exaltación a un rango o posición social superiores. La
ambivalencia
manifiesta
todas
las
gradaciones
hasta
llegar
al
al negativismo, particularmente en la forma de "Ambi-Tendenz". Esto tiene
importancia en la estructura de las ideas delirantes.
(Sensación,
movilidad)
2- Las funciones simples intactas
percepción, orientación, memoria,
conciencia,
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
En contraste con las psicosis orgánicas, comprobamos en la esquizofrenia, al
menos con nuestros métodos de investigación actuales, que la sensación, la
memoria, la conciencia, y la movilidad no están afectadas directamente. Un proceso
patológico muy avanzado puede quizás alterar inclusive esas funciones; pero en los
pacientes en quienes aparecen tales perturbaciones no podemos distinguirlas de las
alteraciones secundarias que a veces se presentan. Las anomalías que verificamos
en esas esferas son todas secundarias y por ello, accidentales. Por ello, debemos
clasificarlas como síntomas accesorios.
B) LAS FUNCIONES COMPUESTAS
a) Relación con la realidad: Autismo del esquizofrénico. Los esquizofrénicos
más graves, que no tienen más contacto con el mundo externo, viven en un mundo
propio. Se han encerrado en sus deseos y anhelos (que consideran cumplidos), o se
ocupan de las vicisitudes y tribulaciones de sus ideas persecutorias; se han
apartado en todo lo posible de todo contacto con el mundo exterior.
A este desapego de la realidad, junto con la predominancia, relativa y
absoluta de la vida interior, lo denominamos autismo.
Estos pacientes pueden ofrecer recuerdos detallados que demuestran ser muy
correctos mostrando que no han perdido su sentido de la realidad, sino que esa
capacidad está inhibida o deformada por la predominancia de sus delirios y
alucinaciones, verdaderos ejes de su vida.
En los casos menos graves, la importancia afectiva y lógica de la realidad está
sólo algo deteriorada. Los pacientes son todavía capaces de desenvolverse en el
mundo externo, pero ni la evidencia ni la lógica tienen influencia alguna sobre sus
esperanzas e ideas delirantes.
Lo que está en contradicción con sus complejos, simplemente no existe para
su pensamiento o sus sentimientos.
Con gran frecuencia los esquizofrénicos nos entregarán numerosas cartas sin
esperar ninguna respuesta; o nos formularán una docena de preguntas, una detrás
de la otra, sin darnos siquiera tiempo para contestar. Predicen un acontecimiento
para un cierto día, pero cuando la profecía no se cumple ello les afecta tan poco
que no intentan siquiera buscar explicaciones. Aun cuando la realidad ha
confirmado en apariencia sus creaciones patológicas, la ignoran frecuentemente.
Los anhelos y deseos de muchos pacientes giran en torno a su liberación del
hospital. Sin embargo, permanecen indiferentes cuando ella se produce
realmente. Durante semanas, una madre apela a todos los medios que haya su
disposición para ver a su hijo. Cuando se le concede el permiso, prefiere pedir un
vaso de vino.
Sólo en una observación prolongada se comprueba en qué medida buscan
siempre su propia senda, y cuán poco permiten a su medio ambiente influirlos.
Aun los pacientes crónicos graves mantienen un buen contacto con su
contorno respecto a cuestiones indiferentes, de todos los días. Conversan,
participan en los juegos, buscan estímulo, pero son siempre selectivos.
Se guardan sus complejos para sí mismos, no dicen nunca una sola palabra
acerca de ellos y no quieren que se los toque de ningún modo desde el exterior. Ya
no reaccionan ante las influencias del exterior. Parecen estar "atontados" aunque
ninguna otra perturbación inhiba su voluntad o sus acciones.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
El mundo externo debe parecerles a menudo muy hostil, puesto que tiende a
molestarlos en sus fantasías. No obstante, hay también casos en que el aislamiento
del mundo exterior es causado por razones distintas.
Particularmente en el comienzo de la enfermedad, estos pacientes rehúyen
conscientemente todo contacto con la realidad debido a que sus emociones son tan
fuertes que deben evitar todo lo que pueda suscitarlas. La apatía frente al mundo
externo es entonces secundaria, y brota de una sensibilidad hipertrofiada.
Muchos pacientes manifiestan también el autismo exterior. No sólo no se
interesan por nada de lo que los rodea, sino que se sientan con el rostro
continuamente desviado, mirando hacia una pared desprovista de adornos; o aíslan
sus conductos sensoriales tapándose con la pollera o con la ropa de cama. En
realidad, anteriormente, cuando en general se abandonaba a los pacientes a su
propia iniciativa, se los encontraba a menudo en posiciones encorvadas o
agachadas, indicando que intentaban restringir todo lo posible el área sensorial de
su piel.
Los pacientes no pueden corregir casi nunca, o bien con gran dificultad
solamente, los malos entendidos que surgen de sus procesos intelectuales autistas.
El mundo autista tiene para el paciente tanta realidad como el verdadero, pero es
una realidad de distinta especie. Con frecuencia, no puede mantener separados los
dos tipos de realidad, aunque pueda distinguirlos en principio.
La realidad del mundo autista puede también parecer más válida que la del
mundo real; entonces los pacientes toman a su mundo fantástico por real, y a la
realidad por una ilusión.
Ya no creen en la evidencia de sus propios
sentidos. Schreber describió a sus asistentes como "individuos milagrosos,
cambiantes". El paciente se puede dar cuenta muy bien de que otras personas
juzgan las cosas de un modo diferente. También sabe que él mismo las ve en esa
forma, pero para él no es real.
La persona enferma se ocupa del mundo real
tan poco como la persona normal de sus sueños. Con frecuencia se presentan
simultáneamente ambos trastornos, la inmovilidad del estupor y la exclusión de la
realidad.
Los pacientes que no manifiestan una obnubilación de la conciencia parecen
ser a menudo mucho menos autistas de lo que realmente son, porque pueden
reprimir sus pensamientos autistas, o sólo se ocupan de ellos, aparentemente,
como ciertos histéricos, de una manera teórica, y ordinariamente les conceden muy
escasa influencia sobre sus acciones. Estos pacientes rara vez permanecen bajo
nuestra observación durante mucho tiempo, pues nos sentimos inclinados a darlos
de baja como mejorados o curados.
Una exclusión completa y constante del mundo externo sólo aparece, si se
produce, en el grado más alto del estupor. En los casos más leves, los mundos
real y autista, no sólo existen uno al lado del otro, sino que a menudo se
interpenetran de la manera más ilógica.
En aquellos raros casos en que no son percibidas de ningún modo las
contradicciones con la realidad, están involucrados solamente los deseos; los
temores aparecen cuando el paciente se da cuenta de los obstáculos que se oponen
a sus deseos.
Aun cuando no surjan verdaderas ideas delirantes, el autismo se manifiesta
en la incapacidad de los pacientes para enfrentarse con la realidad, en sus
reacciones inadecuadas ante las influencias exteriores (irritabilidad), y en que no
presentan resistencia a ninguna idea o impulso.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
Del mismo modo como los sentimientos autistas se desligan de la realidad, el
pensamiento autista obedece a sus propias leyes. Sin duda, utiliza las relaciones
lógicas habituales en la medida en que le resultan convenientes, pero no está atado
de ningún modo a esas leyes lógicas. En el pensamiento realista el paciente se
orienta perfectamente bien en el tiempo y en el espacio. Adapta sus acciones a la
realidad, hasta el punto de que ellas parecen normales.
El pensamiento autista es la fuente de las ideas delirantes, de las crudas
infracciones de la lógica y de la propiedad, y de todos los otros síntomas
patológicos. A menudo las dos formas de pensamiento están bastante bien
separadas, de modo que el paciente puede pensar a veces de una manera
completamente autista, y otras veces muy normalmente. En otros casos las dos
formas se mezclan, llegando a la completa fusión, como vimos en los casos ya
citados. El paciente no se da cuenta necesariamente de la peculiaridad, de la
desviación de su pensamiento autista de su anterior tipo realista de pensamiento.
Sin embargo, los pacientes más inteligentes pueden apreciar la diferencia durante
años. Experimentan el estado autista como penoso; sólo rara vez como placentero.
Se quejan de que la realidad les parece diferente de lo que era antes.
El autismo no debe ser confundido con "lo inconsciente". Tanto
el pensamiento autista como el realista pueden ser conscientes e inconscientes.
b –Atención. En cuanto a fenómeno parcial de la afectividad, la atención se ve
afectada junto con ella por la deterioración. En la medida que existe interés, la
atención parece ser normal. Donde falta la disposición afectiva, no habrá una
atención activa.
La atención pasiva está alterada de forma distinta, Por un lado es evidente que
los pacientes que no muestran interés por el mundo exterior y se han encerrado en
sí mimos, prestan escasa atención. Por otro lado, empero, es notable cuanto de los
sucesos que los pacientes parecen ignorar, son registrados por ellos.
También la atención puede desdoblarse. Por ejemplo, algunos pacientes pueden
relatar a la perfección lo que han escuchado o visto, aunque durante todo ese
tempo hayan conversado continuamente con su ―voces‖.
c- Voluntad.
La voluntad, en cuanto resultante de los diversos procesos
afectivos y asociativos, es alterada de varios modos, pero sobre todo por la
postración emocional. Los pacientes parecen ser perezosos y negligentes, porque ya
no se sienten impulsados a hacer nada. Abulia. Sin embargo, en otros casos, puede
verse lo que llamamos hiperbulia. Pacientes que ejecutan con la mayor energía lo
que se les ha metido en la cabeza, sea algo razonable o absurdo. Vemos también a
menudo la combinación de ambas, aunque en general, la mayoría evidencian
displicencia, volubilidad y vacilación. La obstrucción de la volición es
particularmente notable. Con frecuencia un paciente quiere hacer algo y no puede
porque falla su aparato psicomotriz, pudiendo llegar al estupor catatónico.
d- La persona. La orientación autopsíquica es habitualmente normal. Los
pacientes saben quiénes son, en la medida que las ideas delirantes no falsifiquen su
personalidad. Pero el ego puede sufrir múltiples alteraciones, en especial la
tendencia al desdoblamiento. La pérdida de la sensación de actividad y, en
particular, la incapacidad de dirigir los propios pensamientos, despojan al ego de
uno de sus principales componentes.
Eugen Bleuler: La demencia Precoz – el grupo de las esquizofrenias
Todas las cosas pueden parecer diferentes; la propia persona así como el
mundo externo, y por lo común esto sucede de una manera completamente oscura,
de modo que el paciente ya casi no sabe cómo orientarse, sea internamente o en el
exterior. Las parestesias de las sensaciones corporales pueden complicar aún más
la orientación autopsíquica. La persona "pierde sus fronteras en el tiempo y en el
espacio". Los pacientes pueden identificarse con alguna otra persona, y aun con
objetos inanimados, con una silla, con Suiza (tales identificaciones son concebidas
a veces en el sentido literal, otras simbólicamente o en algún otro sentido irreal).
Inversamente, pueden perder toda vinculación con ellos mismos. Ideas o impulsos
aislados, afectivamente acentuados, pueden alcanzar cierto grado de autonomía, de
modo que la personalidad se rompe en pedazos. Estos fragmentos pueden entonces
existir uno al lado del otro, y dominar alternadamente la parte primordial de la
personalidad, la parte consciente del paciente.
Sin embargo, el paciente también puede convertirse en una persona
claramente diferente a partir de determinado momento. Así, puede suceder no sólo
que el paciente se sienta el Emperador, sino también que pierda su pasado
totalmente. Por cierto, por lo común conoce todavía lo que ha experimentado con
anterioridad, pero lo atribuye a otra persona; no es él mismo quien lo ha vivido. Su
pasado es completamente distinto, y en general no se lo reconstruye muy
claramente.
Naturalmente, esos pacientes deben hablar de sí mismos en una de sus
versiones, o pueden hablar de ellas en tercera persona. Este tipo de referencia no es
aquí meramente una figura de lenguaje desusada o desmañada, sino que expresa
una real alteración de la personalidad. Pero aun cuando no se evidencia un
desdoblamiento tal, el paciente puede hablar de sí mismo sólo en la tercera
persona. Habitualmente se designa a sí mismo por uno de sus varios nombres. Una
de nuestras pacientes crónicas hablaba persistentemente de sí misma en la
segunda persona del singular.
En general, una completa alteración de la personalidad está asociada con los
grados severos de la denominada ―demencia‖ (esquizofrenia)
En los casos más leves, los pacientes son a veces una persona imaginaria, y otras veces la persona real. La personalidad imaginaria puede ser
siempre la misma, o puede asumir formas diferentes, Algunos de estos pacientes
adoptan tan consistentemente y completamente una personalidad, en un momento
dado, que ni siquiera pueden pensar en la otra persona cuando han asumido el
papel de aquélla; la persona que representan en ese momento es considerada como
la natural.
En su mayoría, las distintas concepciones se mezclan de una manera irregular, ocasionalmente aún en una misma oración. La idea delirante de la
transformación sexual también altera la personalidad.
La carencia del sentido de la realidad puede extenderse también a la misma
personalidad. Una paciente "no es realmente ella misma, sino meramente un reflejo
de ella". Otra encuentra muy notable el que "a menudo no esté aquí, y sin embargo
esté aquí";
Con no poca frecuencia una parte de la personalidad se desvincula y se la
asocia entonces a otra persona (transitivismo). Cualquier cosa que el paciente haga
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o alucine, es una experiencia de otra persona. Con frecuencia los pacientes acusan
a sus vecinos o a sus asistentes de lo que han hecho ellos mismos.
Hay un componente transitivista en esa respuesta común, ante una pregunta
dada: "Yo no le pregunté nada". Puede tratarse de una especie de semitransitivismo
cuando un paciente no está muy seguro de si las personas o sus alucinaciones
influyen sobre él, o si él influye sobre ellas; en realidad, no le importa en qué
dirección actúa; no distingue claramente si sus acciones parten de él o se dirigen
hacia él, y por lo tanto, tampoco a las personas involucradas.
El paciente cree que es el sujeto de las acciones o experiencias de otra
persona.
No necesitan una descripción especial las transformaciones de la
personalidad durante los estados crepusculares. Menor atención se ha concedido a
los cambios similares que tienen lugar durante los frecuentes arrebatos de ira. El
paciente, con quien se acaba de mantener una conversación agradable, se agita
repentinamente, dice cosas en las que no cree en otras ocasiones, y trastrueca
completamente su lógica en términos de su cólera. Es una persona totalmente
distinta, pero pronto retorna a su estado anterior.
A la inversa, la fantasía afectivamente acentuada puede convertir a un
paciente negativista e irritado, en una persona sociable, al menos
momentáneamente.
Tenemos así a dos personalidades diferentes que operan lado a lado, cada
una de ellas completamente atenta. Sin embargo, probablemente nunca están
separadas por completo, puesto que es posible comunicarse con ambas. También la
personalidad tiene su "doble contabilidad". En la conversación, un paciente puede
ignorar completamente o interpretar mal nuestros argumentos, pero sin embargo
los interpreta correctamente en alguna ocasión posterior.
e- ―Demencia‖ esquizofrénica.
En la esquizofrenia no vemos absolutamente
nada de la pérdida definida de las imágenes de la memoria, ni de otros en los
trastornos de la memoria que pertenecen verdaderamente al concepto de demencia.
La demencia en el sentido de las psicosis orgánicas, es algo fundamentalmente
diferente.
El cuadro de la demencia esquizofrénica se caracteriza mucho más por el
estado de la afectividad, por la falta de interés y de actividad, que por el trastorno
intelectual en sentido estricto. Tampoco puede medirse mediante un test de
inteligencia. En su conjunto, el monto real del conocimiento queda intacto, pero no
siempre está disponible, o bien se lo emplea de una manera equivocada. El
esquizofrénico no es generalmente un demente, pero lo es en ciertos períodos,
respecto a ciertas constelaciones y ciertos complejos. La anomalía llamada
demencia esquizofrénica, consiste en los efectos del trastorno de la asociación, la
indiferencia y la irritabilidad en la esfera afectiva, y el apartamiento autista de la
esfera exterior. La desintegración de las asociaciones afecta a la formación de
conceptos; a veces los conceptos pierden alguna de sus partes componentes. Pero
lo particular de esta enfermedad es que todos estos trastornos pueden variar de un
momento a otro.
Por ejemplo, por medio de la condensación, se comprime a varios conceptos en
uno solo. Como el caso frecuente de concebir a varias personas como una sola. Un
paciente es su padre, su madre y sus hijos.-
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