Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 1 Molière Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 2 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 1 Molière Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 2 © Comunidad de Madrid Adaptación del Guión y elaboración de la Guía: Encarna Fernández Gómez Edición y coordinación: LIKADI Dirección de arte y diseño gráfico: Maribel Vázquez Ilustraciones: Maribel Vázquez Imprime: B.O.C.M. Fecha de edición: Depósito Legal: Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 3 Molière Adaptación y guión para el alumnado de edades comprendidas entre 12 y 16 años Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 4 (Adaptación) personajes ARNOLPHE (Señor de la Souche). AGNÈS, joven inocente educada por Arnolphe. HORACE, amante de Agnès. ALAIN, aldeano, criado de Arnolphe. GEORGETTE, aldeana, sirvienta de Arnolphe. CRISALDE, amigo de Arnolphe. ORONTE, padre de Horace. ENRIQUE, padre de Agnès. Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 5 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 6 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 7 La obra, los personajes y, sobre todo, la crítica mordaz de los comportamientos de la sociedad de su época, por medio de la ironía y la farsa, convierten a Jean-Baptiste Poquelin, más conocido como Molière (París 1622-Id. 1673), en un genio de la literatura universal que marcó para siempre el devenir de la comedia. El estreno en 1662 de “La escuela de las mujeres” fue un rotundo éxito, aunque no exento de polémica. Sus enemigos, tachándola de escandalosa, intentaron que se prohibiera. No lo consiguieron y Molière logró uno de sus mayores triunfos. La importancia de esta obra reside en la crítica al pensamiento dominante de la época: apenas derechos para las mujeres como consecuencia de su supuesta “inferioridad” frente a los hombres. El viejo Arnolphe es un egoísta ridículo que pretende mantener en la oscuridad y la ignorancia a la joven Agnès, con quien desea casarse. Para él, el ideal de esposa reside en una mujer sumisa y analfabeta, alejada del mundo, sin libertad de elección, concibiéndola como una mera propiedad más. Por el contrario, Agnès encarna la fuerza de la naturaleza de una mujer joven que, pese a estar sometida a la reclusión y a la autoridad de Arnolphe, es capaz de forjarse, tan solo con sentido común, un camino propio hacia su felicidad. Agnès sabe dirigirse hacia la luz, y Molière alaba su fuerza. La comedia francesa del siglo XVII se inserta plenamente en la polémica que se conoce como “La querella de las mujeres”, movimiento intelectual reivindicativo y de debate que surgió en la Europa feudal tardía. El derecho a la educación y la lucha contra el arraigo secular de los prejuicios acerca de la “inferioridad” de la mujer fue uno de los principales temas que contempla este debate. Aquel movimiento centró su filosofía en que las mujeres eran tan dignas y valiosas como los hombres. La elección de esta comedia clásica que ponemos a disposición de la comunidad educativa, da continuidad a la línea que mantiene la colección Construyendo la Igualdad prevenimos la Violencia de Género. Responde a la estructura y al diseño de las adaptaciones teatrales y las guías didácticas anteriores, permitiendo que la obra pueda ser representada o utilizada como base para el análisis y la comprensión de los valores de igualdad entre los estudiantes de secundaria de doce a dieciséis años. Otras obras editadas por la Consejería de Empleo, Mujer e Inmigración, como las de Henrik Ibsen, Leandro Fernández de Moratín, August Strindberg, Oscar Wilde y Antón Chéjov, nos ayudan a valorar el lento y dramático camino de la emancipación de la mujer. Esperamos que, de nuevo, este material educativo preparado con la inestimable colaboración de la Consejería de Educación, contribuya a la formación en valores de igualdad y no discriminación entre las mujeres y los hombres de mañana. Paloma Adrados Gautier Consejera de Empleo, Mujer e Inmigración de la Comunidad de Madrid 7 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 8 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 9 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 10 (Salón de la casa de Arnolphe, chimenea al frente, una mesa al centro. Georgette atiza el fuego, Alain barre el suelo). (Una puerta en el lateral izquierdo simula la salida de la casa a la plaza de la ciudad) (Plaza de la ciudad) Crisalde: ¡Habéis venido, decís, a pedir su mano! Arnolphe: Sí. Quiero terminar la cosa mañana. Crisalde: Vuestro propósito me hace temblar por vos; puesto que de cualquier modo que consideréis el problema, elegir mujer es, por vuestra parte, un rasgo temerario. Debéis estar alerta para no dejaros embaucar. Arnolphe: Entiendo vuestro temor amigo mío, ya que según parece, según vuestro criterio, los cuernos son consecuencia inevitable del matrimonio. Crisalde: Por supuesto, pero es que además, en vuestro caso, habéis hecho objeto de vuestra burla a cien maridos, puesto que vuestro mayor placer consiste en divulgar a los cuatro vientos intrigas secretas, y… amigo mío, quien se ríe del prójimo debe temer siempre el desquite. Arnolphe: ¡Dios Santo, amigo mío! No os atormentéis demasiado. Muy hábil ha de ser el que pretenda atraparme. Conozco las tretas ladinas y los enredos sutiles que emplean las mujeres para dejarnos trasquilados, y cómo nos embaucan con sus mañas. Pero la mujer que he elegido para casarme ha sido educada cuidadosamente por mí en la más absoluta ignorancia. Apenas sabe leer y escribir, luego no hay peligro alguno, amigo mío. Crisalde: ¿Pretendéis casaros con una boba? Arnolphe: Casarse con una boba no supone ser un bobo. Sé el precio que pagan algunos por elegir mujeres de talento, que pronto están más interesadas en trabajar y en estudiar que en el cuidado de sus hogares. 10 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 11 Molière-La escuela de las mujeres (Adaptación) No voy a cargar con una espiritual, no deseo tener a mi lado un espíritu elevado; y la mujer que escribe sabe demasiado. Quiero que la mía, poco rica en luces, no sepa siquiera qué es una rima, para que cuando en las tertulias le pregunten: ¿Qué desea?, responda sin dudarlo: Una tarta de crema. En una palabra: que brille por su ignorancia. Para una mujer es suficiente, saber rezar a Dios, amar a su marido, coser e hilar. Crisalde: ¿Deseáis, en consecuencia, una mujer estúpida? Arnolphe: Hasta el punto de preferir una fea muy necia a una mujer bellísima y con talento. Crisalde: Pero... ¿Cómo queréis que una tonta pueda nunca saber lo que es ser honrada: una mujer estúpida puede en muchos casos faltar a sus deberes sin pretenderlo y sin darse cuenta de lo que hace? Arnolphe: No os escucho en absoluto. En mujeres, como en todo, quiero seguir mi estilo. Soy lo bastante rico para poder, según creo, elegir una mitad que me lo deba todo y cuya sumisa y plena dependencia no pueda echarme en cara bienes y origen. Su aire dulce y tranquilo, entre las otras amigas, inspiró mi amor por ella desde los cuatro años; cuando su madre se vio acuciada por la pobreza, se me ocurrió pedírsela. En un convento, lejos del mundo, la eduqué de acuerdo con mi política; es decir, cuidando hasta los más pequeños detalles necesarios para volverla idiota hasta donde fuera posible. Al sacarla del convento más tarde, la he instalado en esta casa a la que nadie viene a verme. Crisalde: Si es así como lo deseáis, me satisface plenamente por usted señor Arnolphe. Arnolphe: ¡Vaya! ¿Queréis seguir llamándome por ese nombre? Crisalde: ¡Ah! Me cuesta llamaros señor de la Souche. ¿Por qué diablos queréis cambiar de nombre? Arnolphe: Resulta a mis oídos más grato señor de la Souche que Arnolphe. Entiendo que los que no están enterados sigan llamándome Arnolphe, pero vos ya sabéis cual es mi deseo. Crisalde: Sea; no discutiremos por ello, y pondré mucho cuidado en acoplar mi boca para llamaros tan sólo señor de la Souche. Arnolphe: Adiós. Me he acercado para saludaros y deciros simplemente que estoy de regreso. Crisalde: (Aparte, marchándose) Está loco de remate. Arnolphe: ¡Es como hablar con un muro! (Llama a su puerta) ¡Hola! 11 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 12 (Interior de la casa de Arnolphe) Alain: ¿Quién llama? Arnolphe: Abrid. (Aparte) Seguro que sienten una gran alegría al volver a verme después de diez días de ausencia. Alain: ¿Quién va? Arnolphe: Yo. Alain: ¡Georgette! Georgette: ¿Qué? Alain: Baja a abrir. Georgette: Abre tú. Alain: Abre tú. Georgette: No abriré por mucho que te empeñes. Alain: Pues yo tampoco. Arnolphe: ¡Bonito diálogo para dejarme fuera! !Hola! !Por favor! !Eh! ¡Por favor! Georgette: ¿Quién llama? Arnolphe: Vuestro amo. 12 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 13 Molière-La escuela de las mujeres (Adaptación) Georgette: ¡Alain! Alain: ¿Qué? Georgette: Es el señor. Abre pronto. Alain: Abre tú. Georgette: Estoy atizando el fuego. Alain: Y yo cuido, por miedo al gato, que no se escape el gorrión. Arnolphe: El que de vosotros no abra la puerta se quedará sin comer cuatro días. Georgette: ¿Por qué vienes tú, cuando yo corro a la puerta? Alain: ¿Y por qué no he de ser yo? Graciosa estratagema. Georgette: Quiero ser yo la que abra la puerta. Alain: Quítate de ahí. Georgette: Fuera de aquí. Alain: También quiero abrirla yo. Georgette: No la abrirás. Alain: Tampoco tú. Georgette: ¡Qué gran paciencia la mía! Alain: (Entrando) Al menos, he llegado yo, señor. Georgette: (Entrando) Soy yo, vuestra humilde servidora. Alain: Si no fuera por respeto al señor, te… Georgette: (Encajando el golpe de Alain) ¡Maldición! 13 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 14 Alain: Perdón. Georgette: ¡Mirad este zopenco! Alain: También ella es una zopenca, señor... Arnolphe: ¿Queréis callaros? Hablad sólo cuando yo os pregunte. ¿Qué? ¿Cómo han ido las cosas por aquí? Alain: Van… (Arnolphe le quita el sombrero a Alain y éste vuelve a ponérselo) Vamos marchando, gracias a Dios… Arnolphe: (Quitándole el sombrero de nuevo y tirándoselo al suelo) ¿Quién os ha enseñado, impertinente animal, a hablar cubierto delante de mí? Decid a Agnès que baje. (Sale Alain) Arnolphe: Cuando me fui, ¿quedó mi esposa triste? Georgette: ¿Triste? No. Arnolphe: ¿No? Georgette: ¡Ah, sí! Arnolphe: ¿Y por qué? Georgette: Sí, por mi vida. Pensaba que volvía a cada hora. Y no oíamos pasar ante la casa caballo, asno o mula que ella no creyese el vuestro. Arnolphe: Bien, retiraos y decidle a Agnès que baje. 14 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 15 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 16 (Interior de la casa. Aparece Agnès en escena) Arnolphe: ¡La labor en la mano! ¡Buena señal! Querida Agnès, ya estoy de vuelta del viaje. ¿Os agrada? Agnès: Sí señor, a Dios gracias. Arnolphe: También a mí me agrada volver a veros. ¿Habéis estado bien, por lo que parece? Agnès: Muy bien, señor. Arnolphe: ¿Qué estáis haciendo dulce Agnès? Agnès: Pues unas caperuzas. Vuestras camisas para dormir y vuestros gorros ya están hechos. Arnolphe: ¡Ah, eso está muy bien! Toda buena mujer debe encontrar en su hogar la razón de su vida. Vamos, subid a vuestra habitación, volveré pronto y os hablaré de un importante asunto. (Sale Agnès) Arnolphe: (Solo) Heroínas de la época, sabias señoras que fingís ternura y bellos sentimientos; todos vuestros versos, vuestras cartas y dulces esquelas; vuestra ciencia entera no vale lo que esta honesta y púdica ignorancia. 16 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 17 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 18 (Plaza de la ciudad. Arnolphe sale de casa, en la puerta se encuentra con Horace) Arnolphe: ¿Qué veo? ¿Sois...? O me engaño... ¡De ningún modo! Es... Es usted. Hor... Horace: Señor Ar... Arnolphe: ¡Horace! Horace: ¡Arnolphe! Arnolphe: ¡Qué inmensa alegría! ¿Desde cuando estáis aquí? Horace: Desde hace nueve días. Arnolphe: ¿De veras? Horace: Visité vuestra casa, pero no os encontré. Arnolphe: Estaba en el campo. Horace: Sí, desde hace diez días. Arnolphe: ¡Oh, cómo has crecido en pocos años! Eras aún un niño la última vez que te vi. Horace: Así es. Arnolphe: Y Oronte, vuestro padre, mi buen amigo. ¿Qué hace? ¿Cómo está? Horace: Mi padre está aún más alegre que nosotros. Me ha dado una carta para usted en la que le informa de su próxima llegada con motivo de un importante negocio. 18 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 19 Molière-La escuela de las mujeres (Adaptación) Arnolphe: Ah, será bien recibido. Mi hacienda y mis posesiones están a vuestra entera disposición. Horace: Os tomo la palabra, necesito, buen amigo, que me prestéis algún dinero. Arnolphe: Así sea, y decidme: ¿Cómo habéis encontrado la ciudad? Horace: Numerosa en habitantes y... maravillosas mujeres. No os quiero ocultar nada, he tenido cierta aventura amorosa en este lugar, mi alma está enamorada de una dulce doncella. Mis atenciones han tenido tanto éxito, que he logrado llegar hasta su casa. Arnolphe: (Riendo) ¿Y de quién se trata? Horace: (Señalando la casa de Arnolphe) Es una joven que vive en esa casa, simple, en verdad, porque ha sido educada en la ignorancia por un malvado que la mantiene alejada del mundo. ¡Ay, pero que muestra hechizos capaces de arrebatar! Ante ella no hay corazón que se defienda. Me parece imposible que no hayáis visto a ese joven astro de amor llamado Agnès. Arnolphe: (Aparte) ¡Estoy a punto de estallar! Horace: Al marido creo que lo llaman señor de la Souche. Hombre rico, según me han dicho, pero no de los más cuerdos. ¿Lo conocéis por casualidad? Arnolphe: (Aparte) ¡Qué trance más amargo! Horace: ¿Por qué no contestáis? Arnolphe: Pues, pues... sí lo conozco... Horace: Es un loco, ¿verdad? Arnolphe: ¡Pchs!... Horace: ¿Qué decís? ¿Cómo es? ¿Celoso hasta el ridículo? ¿Necio? Lo cierto es que la joven Agnès ha sabido enamorarme y sería un pecado dejarla en manos de ese estrafalario. Todos mis esfuerzos consisten en apoderarme de ella pese a tal celoso. Y el dinero que os pido con toda libertad me es necesario para llevar a cabo tan justa empresa ¡Parecéis apenado! ¿Desaprobáis acaso mis pretensiones? Arnolphe: No, no; estaba pensando... Horace: Mi conversación os fatiga. ¡Adiós! Os ruego no comentéis a nadie lo que acabo de confesaros. Arnolphe: (Solo) ¡Ay, cómo he sufrido oyendo lo que he oído! Con qué imprudencia y con qué prisa me ha contado precisamente a mí su amor por Agnès, claro, no sabe que yo Arnolphe me hago llamar también señor de la Souche. Debo desbaratar sus planes y enterarme hasta donde alcanza la relación entre ellos. Por mi honor, la considero mi mujer; no ha podido pecar sin cubrirme de oprobio, y todo lo que haga caerá fatalmente sobre mí. ¡Desdichado viaje! 19 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 20 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 21 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 22 (En el interior de la casa, Arnolphe llama a gritos a Alain y a Georgette, que acuden asustados) Alain: ¡Ah, señor...! ¿Qué ocurre? Arnolphe: ¡Haya paz! Venid acá los dos. Adelantaos. ¡Venid acá, os digo! Georgette: Me dais miedo... Se me hiela la sangre. Arnolphe: ¿Así es como me habéis obedecido durante mi ausencia? ¿Os habéis puesto de acuerdo para traicionarme? Georgette: (Cayendo de rodillas a los pies de Arnolphe) ¡No me comáis, señor, os lo suplico! Alain: (Aparte) Le ha mordido algún perro rabioso, estoy seguro. Arnolphe: ¡Habéis tolerado, canalla, maldita...! (Agarrando a Alain del cuello, pues pretende huir) ¿Pretendes huir? (A Georgette) Es necesario que en este mismo instante... Quiero que me digáis... (Alain y Georgette se levantan dispuestos a huir de nuevo) El que se mueva ¡Lo mato! ¿Cómo se introdujo ese hombre en mi casa? ¡Hablad, miserables! ¿Queréis hablar? ¿Cómo permitisteis que nadie la visitara? Georgette: (Arrodillándose de nuevo ante Arnolphe) El corazón se me para... Alain: ¡Me muero...! Arnolphe: Estoy empapado; tomemos aliento... tengo que abanicarme y dar un paseo. (Sale) (Quedan Alain y Georgette en escena) 22 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 23 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 24 (Alain y Georgette) Georgette: ¡Dios mío, cómo se ha puesto! Sus miradas me han dado un miedo horrible; jamás vi un cristiano más horroroso... Alain: Ese caballero lo ha enojado, ya te lo dije yo. Georgette: ¿Pero a qué viene querer ocultar Agnès de ese modo a todo el mundo y no permitir que nadie se le acerque? Alain: Pues viene..., a que está celoso. Georgette: ¿Pero quieres decirme por qué lo está? ¿Por qué con tal furor? Alain: Es que los celos..., óyelo bien, Georgette..., son una cosa..., sí..., bastante inquietante. Voy a hacerte una comparación para que lo entiendas bien. ¿No crees, dime, que si, al coger tu sopa, algún hambriento viniera a tomársela, te enfurecerías y tratarías de matarlo? Georgette: Casi seguro... Alain: Pues igual ocurre con los celos... la mujer es, en efecto, la sopa del hombre, y cuando un hombre sospecha que otros quieren meter los dedos en su sopa, se siente dominado por una ira tremenda. Georgette: ¡Oh, menuda historia! La mujer no es la sopa de nadie, nadie es dueño de nadie, no dices más que tonterías. ¡Anda, anda... vete y trae leña para el fuego! (Sale Alain, Georgette sola) ¡La sopa del hombre! ¡Habrase visto! ¡Viejo loco! (Sale Georgette) 24 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 25 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 26 (Entra Arnolphe, Agnès aparece poco después en escena) Arnolphe: (Dando vueltas por la habitación ofuscado ve entrar a Agnès) Buen día querida. Agnès: Excelente. Arnolphe: ¿Qué noticias tenéis? Agnès: Se me ha muerto el gatito. Arnolphe: ¡Qué lástima! Mas qué se le va a hacer todos somos mortales y hemos de morirnos. ¿Os habéis aburrido los días que he estado fuera? Agnès: No me aburro jamás. Arnolphe: ¿Qué habéis hecho en estos nueve días que he estado fuera? Agnès: Creo que seis camisas, además de seis cofias. Arnolphe: (Después de pensar un rato) El mundo, amada Agnès, es extraño. ¡Ved que maldad y cómo se murmura! Fijaos que unos vecinos me han dicho que ha venido por aquí un joven, durante mi ausencia, y que habéis recibido sus visitas; mas yo no he dado crédito a tales murmuraciones. Agnès: Sí, es verdad. Casi no se ha movido de nuestra casa. Arnolphe: (Tratando de disimular la rabia) ¿Cómo? ¿Cómo ha sido eso posible? Agnès: Historia sorprendente y difícil de creer. Estaba yo en el balcón, trabajando al fresco, cuando vi pasar bajo los árboles a un joven muy apuesto, que al verme, me saludó enseguida con reverencia humilde. Yo para no ser descortés, le hice otra reverencia por mi parte. De pronto, insistió con una nueva, y yo, 26 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 27 Molière-La escuela de las mujeres (Adaptación) sin pensarlo demasiado, se la devolví. El caballero insistió con una tercera, a la que contesté en el mismo instante. Así una y otra vez hasta que entró la noche y ya casi no nos veíamos uno al otro y por tanto tampoco hacer saludo alguno. Arnolphe: (Rojo de ira) Muy bien. Agnès: A la mañana siguiente, estando yo en la puerta, una vieja me abordó, hablándome de esta manera: Hija mía, Dios no os ha creado tan bella para que hagáis mal uso de las cosas que os ha concedido, y debéis saber que habéis herido un corazón terriblemente. Arnolphe: (Aparte) ¡Hija de Satanás...! ¡Odiosa condenada! Agnès: “¿Que yo he herido a alguien?”, exclamé sorprendida, “Sí –dijo ella–; herido de verdad al joven a quien visteis ayer desde el balcón, el pobre languidece bajo el efecto de vuestros ojos y sólo desea la dicha de veros y hablaros. Únicamente vuestros ojos pueden impedir su ruina y reparar el daño que le han causado”. “¡Ay! Accedo a ello gustosa –dije–, y puesto que así lo desea, puede venir a verme cuando quiera”. Arnolphe: (Aparte) ¡Ah, maldita hechicera, envenenadora de almas, ojalá que el infierno retribuya tus caritativos enredos! Agnès: Así, me visitó y pudo curarse. ¿Podría yo acaso, después de todo, cometer la osadía de dejarlo morir sin asistencia? ¡Yo, que tanto compadezco a las personas, y que no puedo ver morir a un pollo sin llorar! ¿Hice mal? Arnolphe: No, pero decidme, qué ocurrió con las visitas de ese joven. ¿Qué hacía él cuando estabais solos? Agnès: Pues jurar que me amaba como nadie y decirme las palabras más dulces del mundo. Arnolphe: (Rojo de ira) Y... ¿No os hacía también algunas caricias? Agnès: ¡Oh, tantas...! Me cogía los brazos y las manos y no se cansaba nunca de besármelos. Arnolphe: Callad, por favor. Todo ha sido motivado por vuestra inocencia. No os diré nada. Lo hecho, hecho está... Sé que, halagándoos, el galán no pretendía otra cosa que engañaros y reírse luego... Agnès: ¡Oh! Nada de eso. Me ha confesado que me ama más de veinte veces. Arnolphe: ¡Ah! No conocéis las tretas de esos lindos presumidos, mas fiarse de ellos y trastornar el corazón, es un pecado mortal de los más graves que puedan cometerse. 27 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 28 Agnès: ¿Un pecado decís? ¿Y por qué? ¡Es algo tan grato y tan tierno! Yo no conocía aún esas cosas. Arnolphe: Sí; gran placer producen esas dulces caricias; mas es preciso gozarlas honestamente y para disfrutarlas antes hay que casarse. No se hable más, los vecinos murmuran, no quiero por consiguiente que volváis a ver a ese tunante. Cuando vuelva debéis darle con la puerta en las narices. Agnès: No tendré valor... ¡Ay! ¡Es tan apuesto! Él... yo... queremos casarnos, señor. Arnolphe: Con mucha rapidez elegís marido. El matrimonio, Agnès, no es ninguna tontería, el rango de esposa obliga a grandes deberes. A las mujeres se les exige dependencia del marido. Agnès: Pero señor, yo le amo. Arnolphe: Basta de conversación. Iros a vuestra habitación... Os lo ordeno. Obedeced. (Sube Agnès) (Arnolphe queda solo en escena) ¡Ah, tunante! He de deshacer este idilio. 28 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 29 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 30 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 31 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 32 (Arnolphe y Agnès) Arnolphe: Agnès; dejad la labor y escuchadme. (Señalando su frente) Mirad aquí mientras os hablo y grabad hasta la última palabra. Con vos me caso, Agnès y cien veces al día debéis bendecir la suerte de vuestro destino; contemplad la bajeza en la que habéis caído y admirar al mismo tiempo mi bondad, que de vuestro pobre estado de pobre lugareña os hace subir a la categoría de honorable burguesa. Procurad que no tenga que arrepentirme, Agnès, no es ninguna tontería. Vuestro sexo obliga a la dependencia; la omnipotencia está del lado de la barba. No somos dos mitades iguales: la mujer está sometida al hombre, a él debe profunda obediencia, docilidad y respeto, por ser su marido, su señor y su amo. Cuando lanza sobre ella una mirada seria, su deber es bajar enseguida los ojos, sin osar nunca mirarlo frente a frente mas que cuando éste le quiera dedicar una dulce mirada. Guardaos de imitar a esas viles coquetas, en el infierno existen calderas hirvientes en las que meten para siempre a las mujeres de mala vida. Aquí tengo un escrito importante que os enseñará el oficio de esposa. Tened. A ver si lo leéis bien. Agnès: (Leyendo) “Máximas del matrimonio, los deberes de la mujer casada, con un ejercicio diario”. “Máxima primera. Aquella a la que un lazo honesto hace entrar en el tálamo ajeno, debe grabar en su cabeza, pese al ambiente actual, que el hombre que la elige, sólo para él la elige”. Arnolphe: Luego os explicaré lo que esto quiere decir. Seguid leyendo. Agnès: (Siguiendo) “Máxima segunda. Tan sólo debe adornarse hasta donde lo desee su marido: a él corresponde únicamente el cuidado de su belleza, y no debe preocuparle que los demás hombres la encuentren fea”. Arnolphe: Acabadlo a solas, luego os explicaré su contenido. He de salir, no tardaré mucho. (Arnolphe a solas) No puedo hacer nada mejor que hacerla mi esposa y pronto, no permitiré que ese tunante me la arrebate. Forjaré su alma de acuerdo con mis deseos. Es como un trozo de cera en mis manos y puedo darle la forma que se me antoje. Toda persona simple es dócil a las lecciones. ¡Ah! Una mujer hábil es ya otro problema, nuestra suerte sólo depende de su cabeza, y nuestras enseñanzas no valen para nada, la mujer de talento es un diablo intrigante. 32 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 33 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 34 (Plaza de la ciudad. Arnolphe acaba de salir y casi tropieza con Horace) Arnolphe: (Sobresaltado) ¡Ah, mi buen amigo! ¿Cómo estáis? Decidme: ¿Cómo van vuestros amoríos? Horace: A fe mía, después de abriros mi corazón, mi amor ha sufrido una desgracia. Arnolphe: (Para sí) He de disimular y averiguar sus planes. ¡Oh, oh! ¿Y cómo es eso? Horace: La suerte cruel trajo del campo al loco protector de la joven que amo. Arnolphe: ¡Qué desgracia! Horace: Y además, con pena por mi parte, ha sabido la relación que existe entre nosotros. Arnolphe: (Disimulando una sonrisa) ¿Dónde habrá podido enterarse tan pronto de vuestra aventura? Horace: No lo sé; pero ayer fui a la hora acostumbrada para hablar con mi amada, cuando la sirvienta y el criado me cerraron el paso, diciéndome: “Retiraos; nos importunáis”. Con estas palabras, me dieron con la puerta en las narices. Arnolphe: ¿En las narices? Horace: En las narices Arnolphe: Entonces, ¿no han abierto? Horace: No. Y desde la ventana, Agnès me ha confirmado la vuelta de su amo, echándome de allí con gesto altivo, acompañándose de una piedra arrojada por su mano. Arnolphe: (Riéndose) ¡Una piedra! 34 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 35 Molière-La escuela de las mujeres (Adaptación) Horace: Sí, una piedra a la que iba atada una carta. Arnolphe: ¿Cómo? Horace: Una carta en la que Agnès me confiesa su amor. Arnolphe: (Aparte) He aquí bribona para que te sirve la escritura. Arte que te enseñaron contra mi voluntad. Horace: (Lee) Quiero escribiros, y siento pena por no saber cómo empezar a hacerlo. Como empiezo a advertir que se me tuvo siempre en la ignorancia, temo poner algo que no esté bien y decir más de lo que deba. Si he de seros sincera, no sé lo que me habéis hecho; mas siento que me costará mucho trabajo vivir sin vos, que me gustaría mucho ser vuestra. Decidme francamente si todo lo que me habéis dicho que sentís por mí es verdad, puesto que como no tengo malicia, haríais muy mal engañándome; y estoy segura de que entonces me moriría de disgusto. Arnolphe: (Aparte) ¡La muy condenada! Horace: ¿Visteis jamás expresiones más dulces? Esta noche entraré, con ayuda de una escalera, en su cuarto y le declararé mi amor. (Mirando a Arnolphe) ¿Qué os pasa? Arnolphe: (Disimulando) ¿A mí? Nada, nada. Un poco de tos. Adiós. Horace: ¡Cómo! ¿Tan pronto? Arnolphe: Me vino a la memoria un negocio urgente. Horace: ¿No podríais encontrar algún modo de ayudarme? Arnolphe: No, creo que no; ya lo encontraréis sin mí. Horace: Adiós, entonces. (Sale Horace) Arnolphe: (Queda Arnolphe solo en escena) ¡Qué trago más amargo! ¡Cómo me cuesta ocultar mis verdaderas intenciones delante de este tunante! ¡A fe mía que no se saldrá con la suya! (Con gran tristeza) Me encuentro como muerto por esa carta. Finge inocencia ante mí, la traidora, o el diablo ha inculcado demasiada destreza en su alma. Y sin embargo la amo, después de su cobarde conducta, hasta no poder prescindir de su amor. ¡Estallo, rabio y me abofetearía mil veces! 35 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 36 (Interior de la casa. Arnolphe, Alain y Georgette) Alain: Señor... Arnolphe: Acercaos; amigos míos, mis fieles amigos: de nuevo imploro vuestra ayuda. Georgette: ¿De qué se trata señor? Lo que deseéis señor. Arnolphe: ¡Quieren jugarle una mala pasada a mi honor! ¡Y que afrenta para vosotros, hijos míos, si quitasen el honor a vuestro amo! Por todas partes os señalarían con el dedo. Así pues, el problema os afecta tanto como a mí. Os cuento: Horace quiere con ayuda de una escalera entrar esta noche en el cuarto de Agnès. Tenemos los tres que tenderle una trampa. Armaos con un garrote y cuando esté a punto de entrar, atacad al traidor. ¿Me ayudaréis? Alain: Si la cosa es pegar, estad tranquilo señor, podéis contar conmigo. Georgette: También conmigo. Arnolphe: Retiraos entonces y no digáis de esto ni una sola palabra. Tomad este dinero y no os dejéis engatusar por ese rufián. (Salen Alain y Georgette, a continuación sale Arnolphe) 36 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 37 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 38 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 39 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 40 (Interior de la casa. Entra Arnolphe llamando a gritos a Alain y Georgette) (Entra Alain, corriendo tras él aparece Georgette) Arnolphe: ¡Animales! ¿Qué hicisteis con tanta violencia? Alain: Demostraros, señor, absoluta obediencia. Georgette: Sí señor, eso señor. Arnolphe: La orden era pegarle, no matarle. ¡Cielos! Retiraos y no digáis nada a nadie. (Sale Alain seguido de Georgette) (Arnolphe queda solo en escena) ¿Qué será de mí? ¿Qué dirá su padre cuando se entere de lo ocurrido? (Sale) 40 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 41 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 42 (Plaza de la ciudad. Arnolphe sale y tropieza con Horace) Horace: ¿Sois vos, señor Arnolphe? Arnolphe: Sí, pero ¿Vos...? (Aparte) Creo que estoy volviéndome loco. ¿No estaba muerto? ¿Es esto cosa de magia? Horace: ¡Bendigo la soberana bondad del cielo, haciendo que os encuentre en el debido momento! Venía a contaros que todo ha salido bien. Me recibieron, eso sí, a garrotazos, pero fingiéndome yo muerto, han dejado de pegarme y se han retirado presos de espanto. Ha venido luego Agnès en mi busca y, al encontrarme vivito y coleando me ha confesado su amor con tal ardor que hemos huido juntos. Ahora, he venido a pediros que alojéis a Agnès en vuestra casa, a salvo de habladurías, quiero así, que esperemos hasta que llegue mi padre y podamos, con su aprobación, casarnos. Arnolphe: (Aparte) ¡Ah, rufián! (A Horace) Estoy, no lo dudéis, completamente a vuestras órdenes. Horace: ¿Accedéis a ayudarme? Arnolphe: Será para mí un placer poder ayudaros. Recogeré a vuestra amada en los jardines que hay tras mi casa para no levantar sospechas. Horace: Que así sea ¡Nunca sabré como pagaros lo que hacéis por mí! (Sale) Arnolphe: (A solas) ¡Ah, tunante! ¡Si Agnès vuelve a mi casa nunca más saldrá de ella! Yo sabré como obligarla a ser mi esposa. ¡No se casará con vos sino conmigo! (Sale) 42 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 43 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 44 (Exterior de la casa. Agnès, Horace y Arnolphe) Horace: Espero que no os inquiete el lugar donde voy a llevaros; os voy a dejar en una casa segura. Es la casa de un amigo que cuidará bien de vos. Entrad por esta puerta y dejaros guiar. (Arnolphe, al otro lado de la puerta, coge la mano de Agnès, sin ser reconocido) Agnès: No deseo separarme de vos. Seguir a un desconocido... Horace: Nada temáis; en ningún sitio estaréis como en estas manos. Agnès: ¡Ay, sin veros, no me siento feliz! Horace: Mi amor por vos no tiene límites, pero debemos esperar. En mi casa no sería prudente que os quedarais, mi padre regresará pronto y podremos, así, casarnos bajo su bendición. Agnès: ¿Cuándo os veré entonces? Horace: Muy pronto, estad segura. Agnès: ¡Ay, tiran demasiado de mí! Horace: Es que resulta peligroso, Agnès, que nos vean juntos en este lugar. Mi gran amigo tira de vos con el fin de protegeros. Confiad en mí. Volveré pronto. (Sale dejando sola a Agnès) 44 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 45 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 46 (Interior de la casa. Agnès y Arnolphe) Arnolphe: Venid. (Dándose a conocer) ¿Me conocéis? Agnès: (Al ver a Arnolphe) ¡Ay! Arnolphe: Mi rostro, traidora, os asusta. Pero el destino ha querido que volváis a esta casa ¡Ah, bribona, llegar a esta perfidia! Sois una viborilla a la que dio calor mi pecho, y que, desagradecida ante un capricho, ¡ofende mortalmente al que la mima! Agnès: ¿Por qué me regañáis? No veo nada malo en todo lo que he hecho. Arnolphe: ¿Vos creéis que seguir a un galán no es una acción horrible? Agnès: Es un hombre que dice quererme por esposa; de acuerdo con vuestras lecciones, siempre me predicasteis que es preciso casarse para evitar el pecado. Arnolphe: Sí. Mas yo pretendía haceros mi esposa, y os lo había hecho saber, creo yo, bastantes veces. Agnès: Sí. Pero hablando con absoluta franqueza, él es más de mi gusto que vos. Con vos el matrimonio es molesto y penoso, puesto que vuestros discursos lo presentan con terrible imagen; mas, ¡ay!, él lo presenta tan colmado de placeres, que dan deseos de casarse. Arnolphe: ¿Cómo, entonces, no me amáis? Agnès: ¿A vos? Arnolphe: Sí. Agnès: ¡Ay! No. Arnolphe: ¿Cómo, no? Agnès: ¿Queréis que mienta? 46 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 47 Molière-La escuela de las mujeres (Adaptación) Arnolphe: ¿Y por qué no me amáis, damisela insolente? Agnès: ¡Dios mío! ¡No es a mí a quien debéis censurar! ¿Por qué no os habéis hecho amar como él? Creo que nadie os lo ha impedido. Arnolphe: Me he esforzado por hacerlo con todas mis fuerzas; mas por lo visto resultaron inútiles todos mis propósitos. Agnès: Horace sabe mucho más que vos de eso, pues no le ha costado ningún trabajo hacerse amar. Arnolphe: (Aparte) ¡Cómo razona y responde la pérfida! ¡Pardiez! ¿Hablaría con mayor soltura una preciosa? ¡Ah, qué mal la he conocido! O, a lo que parece, de amor sabe más una necia que los hombres astutos. (A Agnès) ¿Y todo lo que tenéis que agradecerme? Os cuidé y os eduqué desde niña. Agnès: No tengo que agradeceros demasiado, en contra de lo que pueda creerse. ¿Creéis que no sé que me habéis educado para ser una perfecta ignorante? Me avergüenza no haber estudiado con la edad que tengo, pero lo haré ahora, pues no quiero pasar por necia. Arnolphe: Y creéis que Horace lo aprobará. Agnès: Horace me ama y me respeta. Por él sé lo que puedo saber, creo deberle mucho más que a vos. Arnolphe: No sé cómo me contengo sin responder al desenfado de este discurso con una bofetada. Me irrita su ofensiva frialdad, y unos cuantos cachetes satisfarán mi corazón. Agnès: ¡Ay! Podéis hacerlo, si os divierte. Arnolphe: (Aparte) Sus palabras y sus miradas desarman mi corazón y producen un rebrote de ternura que disipa en mí la negrura de sus actos. Extraña cosa es amar... ¡Y que por estas traidoras se vean los hombres vapuleados! Son extravagantes e imprudentes; su espíritu es perverso y su alma frágil; no hay nada más endeble y más estúpido, nada más infiel... Y pese a eso, todo lo que uno hace en el mundo lo hace por estos animales... (A Agnès) Bueno; hagamos las paces. Anda, traidorzuela, te lo perdono todo y te devuelvo mi cariño; imagina por esto el amor que te tengo, y viéndome tan comprensivo, ámame sin trabas. Agnès: Quisiera complaceros. ¿Qué me costaría si pudiera hacerlo? Arnolphe: Si tú quieres, puedes hacerlo. Escucha solamente este suspiro amoroso, ve esta mirada agonizante. A mi amor, nada lo iguala. ¿Qué prueba quieres que te dé, ingrata? ¿Quieres verme llorar? ¿Quieres que me abofetee? ¿Quieres que me arranque un mechón de pelo? ¿Quieres que me mate? Estoy dispuesto a todo para demostraros mi pasión. Agnès: Siento decíroslo: vuestros discursos no conmueven mi alma; Horace, con dos palabras, conseguiría mucho más. Arnolphe: ¡Ah, esto es provocarme y hostigar demasiado mi enojo! Seguiré mi plan, animal demasiado indócil; abandonaréis al instante esta casa. Me rechazáis, pues yo me vengaré enviándoos a la celda de un convento. (Sale) 47 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 48 (Casa de Arnolphe) (Arnolphe, Horace, Enrique y Oronte) (Horace y Arnolphe hablan en un rincón de la escena) Horace: ¡Ay, vengo a buscaros ciego de dolor! El motivo de que mi padre esté aquí (señalando a Oronte) es que me ha desposado con la hija de Enrique, hasta aquí han venido los dos dispuestos a celebrar la boda. El destino quiere apartarme de la mujer que amo. Por favor, no le reveléis mi compromiso con Agnès y valiéndoos de la confianza que tienen en vos, disuádales de esa otra boda que han preparado. Arnolphe: No dejaré de hacerlo. Horace: En vos confío. Arnolphe: (Se acerca y abraza a Oronte) ¡Qué alegría de veros! Oronte: ¡Ah, qué abrazo tan lleno de cariño! He venido... Arnolphe: Sé lo que os trae, sin necesidad de que me lo digáis. Escuchad: vuestro hijo se resiste a esa boda y me ha suplicado incluso que os disuadiera. Pero yo, el único consejo que os doy es que no toleréis que ese casamiento se retrase y que hagáis valer vuestra autoridad de padre. Horace: (Aparte) ¡Ah, traidor! Oronte: Si su corazón siente alguna repugnancia, no conviene violentarlo, supongo que mi hermano Enrique opinará lo mismo. Arnolphe: ¡Cómo! ¿Os dejaréis manejar por vuestro hijo? ¿Vais a actuar con tal blandura como para hacer desobedecer a la juventud? Oronte: Tenéis razón. Eso es hablar como es debido. Un hijo debe obedecer en todo momento la voluntad del padre. Horace: (Aparte) ¿Qué oigo? ¡Atroz enredo! ¡Qué males, oh cielo, pueden igualarse a mis penas! ¿Cayó alguien en abismos semejantes? (Entra Georgette) 48 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 49 Molière-La escuela de las mujeres (Adaptación) Georgette: Señor, si no nos ayudáis, va a sernos imposible retener a Agnès; quiere escaparse como sea, y a lo mejor intenta tirarse por la ventana... Arnolphe: Traedla. Enseguida pienso llevármela. (Entra Agnès) Arnolphe: (A Agnès) Venid, venid. (Señalando a Horace) Aquí está vuestro galán, podéis hacerle una humilde y tierna reverencia para despediros. Agnès: ¿Permitiréis, Horace, que me arrastren de este modo? Horace: Estoy perdido. ¡Tan fuerte es mi dolor! Agnès: Vamos charlatana, vamos; el convento os espera. Enrique: (Mirando a Agnès cree reconocer a su hija) ¿Qué misterio es éste? Arnolphe: Ya os lo contaré con más tiempo. (Empujando a Agnès hacia la calle) Hasta la vista. Oronte: ¿Adónde vais? ¿Por qué no habláis como es debido? Arnolphe: Ya os he aconsejado, pese a toda esta confusión que celebréis la boda de Horace lo antes posible. Adiós. Oronte: Sí, mas para celebrarla... ¡No sé si se lo han contado todo! ¿No os dijeron que tenéis en vuestra casa a la hija que el señor Enrique tuvo en secretas nupcias con la amable Angélica? De este casamiento secreto nació una niña que se ocultó a toda la familia. Nos han dicho que tenéis a esta hija aquí, en vuestra casa. Enrique: ¡El destino nos separó trágicamente! Y he sabido que Angélica, en su extrema pobreza, os entregó a nuestra hija, a la edad de cuatro años. Arnolphe: ¡Cómo! Enrique: (A Agnès) ¡Ah, hija mía! Agnès querida, abrázame al fin, soy tu padre. Arnolphe: ¡Uf! (Sale corriendo) Oronte: ¿Por qué huye sin decir nada? Horace: ¡Ay, padre mío! Pronto sabréis los detalles de este misterio. El azar organizó aquí lo que vuestra prudencia había premeditado. Me había comprometido yo, por los dulces lazos de una mutua pasión, empeñando mi palabra con esta beldad, y resulta que es ella misma la que venís a buscar. (Abrazando a Agnès) Vayámonos de esta casa, ¡A Dios gracias, ese tirano no ha logrado su propósito! (Salen todos) 49 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 50 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 51 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 52 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 53 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 54 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 55 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 56 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 57 Molière Guía didáctica de apoyo al profesorado Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 58 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 59 Guía didáctica de apoyo al profesorado Molière Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 60 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 61 Molière Guía didáctica de apoyo al profesorado Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 62 62 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 63 Presentación ---------------------------------------------------------------------------------- 64 Objetivos --------------------------------------------------------------------------------------- 64 Metodología ----------------------------------------------------------------------------------- 65 Lectura didáctica de apoyo al profesorado -------------------------------------------- 67 Molière: su vida y su obra La pasión del genio Ellas son las protagonistas: tres obras esenciales y “La escuela de las mujeres” 1662: “La escuela de las mujeres”: una comedia reflexiva El debate sobre el matrimonio: contrato y/o amor La creación de los salones en Francia y el movimiento preciosista De la farsa a la comedia: plasticidad escénica Molière y Moratín Muerte y leyenda de Molière Análisis literario de los personajes Análisis de Arnolphe Elementos de reflexión. Preguntas para el alumnado Análisis de Agnès Elementos de reflexión. Preguntas para el alumnado Análisis de Horace Elementos de reflexión. Preguntas para el alumnado Análisis de los personajes secundarios: Alain, Georgette, Crisalde Elementos de reflexión. Preguntas para el alumnado Conclusiones del drama La cara A de los personajes La cara B de los personajes Resolución del conflicto ¿Y tú qué opinas? Apéndice 1: Mujeres que escribieron en la “Querella de las Mujeres” ---------- 103 Apéndice 2: Los hombres que defendieron a las mujeres ------------------------- 107 Apéndice 3: Datos curiosos e insólitos de Molière --------------------------------- 109 Bibliografía ----------------------------------------------------------------------------------- 113 63 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 64 Presentación Se ha elegido “La escuela de las mujeres” de Molière como material educativo que contribuya a la formación en valores de igualdad y no discriminación entre géneros. Esta adaptación de la obra va acompañada de una “Guía Didáctica de apoyo al profesorado”, en la que se analiza los aspectos históricos y los valores sociales, económicos y políticos que mantenían a las mujeres del siglo XVII en un estado de inferioridad y desigualdad. La obra de Molière escrita en 1662 despierta todavía hoy un fuerte interés porque el brillante e implacable sentido del humor plasmado en la obra nace comprometido con la idea de reforma social, cuestiona y pone en tela de juicio la educación que tradicionalmente ha sido impuesta a las mujeres. Con esta obra se pretende contribuir al objetivo de sensibilización del alumnado de edades comprendidas entre los 12 y los 16 años de edad en materia de Igualdad de Oportunidades y prevención de la Violencia de Género, una de las áreas de especial relevancia dentro de la Dirección General de la Mujer. Objetivos • Analizar el proceso histórico del camino de la emancipación y de la igualdad. • Concienciar para prevenir la interiorización de la violencia y del sometimiento. • Promover una educación basada en el esfuerzo personal y el trabajo. • Concienciar de la importancia de la educación en la elección del futuro personal y profesional. 64 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 65 Metodología La obra original se ha adaptado realizando una selección de los diálogos acotándolos al menor tiempo posible de representación, buscando principalmente mantener el mensaje que el autor nos quiere transmitir con el objetivo de que los valores plasmados en la obra lleguen de forma clara y directa al público al que está dirigida. Se ha realizado esta adaptación de la obra para que pueda ser representada, en un tiempo aproximado de 40 minutos, por el propio alumnado como una actividad cultural dentro del ámbito escolar. El tiempo será el de la obra original. La comedia fue escrita en 1662. El espacio escénico-lugar será: • ACTO PRIMERO: Escena I: Plaza de la ciudad Escena II: Interior de la casa Escena III: Interior de la casa Escena IV: Plaza de la ciudad • ACTO SEGUNDO: Escena I: Interior de la casa Escena II: Interior de la casa Escena III: Interior de la casa • ACTO TERCERO: Escena I: Interior de la casa Escena II: Plaza de la ciudad Escena III: Interior de la casa • ACTO CUARTO: Escena I: Interior de la casa Escena II: Plaza de la ciudad Escena III: Exterior de la casa Escena IV: Interior de la casa Escena V: Interior de la casa Para la realización de este trabajo de adaptación de “La escuela de las mujeres” se ha utilizado la traducción publicada por la editorial Biblioteca EDAF, 2005, con el valioso prólogo de María Badiola. La adaptación queda configurada en cuatro actos. Intervienen 8 personajes: Arnolphe (Señor de la Souche), Agnès (joven inocente educada por Arnolphe), Horace (amante de Agnès), Alain (aldeano, criado de Arnolphe), Georgette (aldeana, criada de Arnolphe), Crisalde (amigo de Arnolphe), Enrique (padre de Agnès), Oronte (padre de Horace y amigo de Arnolphe). En cuanto al decorado, vestuario y atrezzo se respetarán los elementos propios de la época Siglo XVII (1662). 65 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 66 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 67 Lectura didáctica de apoyo al profesorado 67 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 68 MOLIÈRE: SU VIDA Y SU OBRA Molière (Jean-Baptiste Poquelin) nació en París el 15 de enero de 1622 y murió el 21 de febrero de 1673, a los 51 años. Su padre era maestro tapicero y ayuda de cámara del rey, cargo que Molière hereda pero que abandona por el teatro, pues desde muy niño, le atraían los actores callejeros, el circo, las tragedias y las farsas. En 1631 inicia sus estudios de humanidades en el prestigioso Colegio jesuita de Clermont de París. Un año después muere su madre, Molière tiene tan sólo diez años. Continúa sus estudios y en 1642 se licencia en derecho en la facultad de Orleans. En 1642, Molière tiene veinte años pero no es todavía un gran escritor. Un año después, en 1643 asume la dirección de la compañía de L´Illustre Théâtre. Estará durante doce años actuando por Francia. Representar en París y tener una compañía propia requería el permiso del Rey. Molière trabajaba incansablemente como autor, director y actor dentro de la compañía pero el éxito no llega. Será encarcelado por deudas en dos ocasiones, la primera vez logra salir en libertad gracias a la intervención de su padre, la segunda es un misterioso benefactor quien paga la deuda. Finalmente regresa triunfante a París en 1658 bajo la protección del rey Luis XIV y en 1659 estrena su primera gran comedia, “Las preciosas ridículas” consiguiendo un enorme éxito. ––– La pasión del genio La pasión por el teatro le obligó a desempeñar todas las facetas de la profesión: autor, actor, y según dicen las crónicas de la época resultó ser un mimo genial. Gustar al público era lo esencial, y Molière lo conquista con su ingenio y con una pizca de sabiduría al retratar la condición humana frente a las debilidades. El autor francés se salta las reglas del teatro convencional para jugar con los apartés, monólogos que le permiten retratar los vicios y los defectos de los personajes. La sátira será para Molière una de las formas pedagógicas de su teatro. Un actor de la época lo describe así: “No era demasiado grueso ni demasiado delgado; su estatura era más bien alta que baja, de noble continente; tenía la pierna bien torneada; su modo de andar era majestuoso y grave, lo que prestaba a su aspecto muy serio; de nariz gruesa, boca rasgada y labios gruesos. Sobre la tez morena de su rostro destacaba el fulgor de sus grandes ojos inteligentes y penetrantes, de cejas negras y muy pobladas, a las que imprimía distintos movimientos, con los que lograba para su fisonomía, una expresión extraordinariamente cómica”. Prólogo de Manuel Martínez Camaro. Edición Libra. En 1658, se instala en el Palais Royal. En 1665 su Compañía se hace Compañía Real y percibe una contribución anual. 68 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 69 Todos los actores apreciaban su talento y también su carácter amable. Nadie dejó su compañía por otra mejor pagada. ––– Ellas son las protagonistas: tres obras esenciales y “La escuela de las mujeres” • “Las preciosas ridículas”/“El casamiento forzoso”/“Las mujeres sabias” Estas obras comparten un mismo nudo argumental: el tema de la posición de la mujer en la sociedad, de su educación errónea, de las normas matrimoniales. Los personajes femeninos que crea Molière se van haciendo más sutiles y más complejos y lo grotesco de la farsa pasa a convertirse en una inteligente comedia donde la intriga y el enredo se dan la mano. – En 1659 se estrena en París “Las preciosas ridículas”. Los personajes protagonistas que dan título a la obra son Magdelon y Cathos, dos jóvenes de provincias que con la intención de contraer matrimonio, aspiran a introducirse en la más restringida y exquisita elite intelectual y cultural parisina. Para lo cual, reproducen e imitan comportamientos que ellas consideran propios de esa elite, adoptando una actitud necia y superficial en la que, sin embargo, hay una gran simplicidad e ingenuidad. Todo esto favorece que finalmente se ponga en evidencia la falsedad y falta de criterio de las protagonistas revelándose a sí mismas como preciosas y como ridículas. – En 1664 se estrena “El casamiento forzoso”. Doriméne, el personaje femenino protagonista no es, por el contrario, nada ingenua, ella muestra una personalidad superficial e interesada al pretender casarse con un viejo únicamente por su dinero, su decisión está planificada al milímetro. Finalmente logra su objetivo. – En 1672 se estrena “Las mujeres sabias”. En esta obra los personajes femeninos son más complejos. Molière dota a Filaminta, Belisa y Armanda de criterio y profundidad cuando defienden la importancia del conocimiento e instrucción para las mujeres; sin embargo, Molière lleva a tal extremo sus actitudes que finalmente las pervierte y estas mujeres terminan siendo caricaturas, mujeres necias que defienden un tipo de cultura sujeta únicamente al estilo y a lo superficial. Frente a ellas Enriqueta muestra el sentido común apegado a lo natural que tanto gusta al autor. ––– 1662: “La escuela de las mujeres”: una comedia reflexiva • Una comedia en verso “La escuela de las mujeres” fue escrita en verso y se compone de 5 actos. La obra se representó por primera vez en el Teatro Palais Royal el 26 de diciembre de 1662. Molière dedicó esta comedia a la reina-madre. Molière gozaba desde 1658 del apoyo de la corte. ¿Para quién escribe Molière? Molière escribe para el Rey Sol, para Louis XIV. Durante un período que se denominó “el siglo de Louis XIV”. El argumento es el siguiente: Arnolphe, hombre maduro de 42 años, camufla su verdadera identidad haciéndose llamar señor de la Souche. Su mayor temor es ser engañado por su esposa, por lo que decide “educar” a Agnès en la absoluta ignorancia para poder así manipularla a su antojo. Pero su proyecto se ve frustrado cuando a pesar de sus tretas, Agnès y el joven Horace se enamoran. Arnolphe desarrolla toda clase de estrategias para conseguir lo que ha sido la meta de su vida: casarse con Agnès, pero finalmente el amor de los jóvenes vence todos los obstáculos. 69 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 70 • La comicidad como crítica Mediante unos diálogos rápidos y una puesta en escena dinámica, Molière quiere divertir a la corte retratando el perfil grotesco de los prejuicios. Tras la risa, está la crítica mordaz a actitudes ridículas y extravagantes. Los críticos franceses han llamado a “La escuela de las mujeres” la “Comedia de la Luna de miel”, porque Molière la escribe cuando se casa con la joven actriz Armande Béjart. Y la alegría personal de Molière se traspasa a los diálogos de sus personajes. ¿Cuál es la novedad de la obra? Molière aúna farsa burlesca, comedia de intrigas y ofrece una síntesis de la comedia de costumbres y caracteres. • Agnès: personaje de luz y poesía Con Agnès, Molière nos presenta una personalidad femenina más auténtica, en ella aparecen valores como la intuición, la ingenuidad, la honestidad y la valentía. El papel de Agnès es relativamente corto. Sin embargo, con su presencia, Molière retrata la gracia, la frescura y la poesía. Agnès representa la fuerza de la juventud que irradia una extraordinaria voluntad de perseguir la felicidad. Agnès es una joven ignorante pero no tonta. No ha recibido educación alguna. Desconocedora de la vida, desarrollará una lucidez instintiva que le permitirá encaminarse hacia sus deseos y realizar su destino. El amor hacia el joven Horace, lo vive con naturalidad y encanto. Aquí la intuición precede al conocimiento. La intuición la guía hacia un camino bueno para ella: el del amor. De la oscuridad de la reclusión, Agnès sabe dirigirse hacia la luz. Lo hace confiada. En este sentido, Molière rinde homenaje a la mujer; de alguna forma, a través de Agnès, recrea a su joven esposa. Lejos de ridiculizar ese amor cándido, alaba su fuerza. Molière otorga al personaje una fuerza de carácter que le hace estar presente a lo largo de toda la obra, en ocasiones como parte activa, decidiendo sobre su propia vida, en otras estando viva “en boca de los demás personajes”. Agnès encarna el ideal femenino que Molière defiende: el de la mujer joven, hermosa y sensata cuyo valor reside en que sus decisiones obedecen a su instinto natural y al dictado de su corazón. • La felicidad en el teatro de Molière “La escuela de las mujeres”, aunque mantiene elementos tradicionales de la farsa, es considerada como la primera gran comedia de la literatura francesa. Con Arnolphe, personaje cómico y trágico a pesar suyo, Molière introduce por primera vez el problema de conciencia. Y la aceptación de la renuncia. • El alcance moral y social de la obra El amor no puede ser reducido a la esclavitud de un proyecto egoísta representado por Arnolphe. No puede domesticarse el sentimiento amoroso. Arnolphe ni siquiera puede ser feliz: su obsesión le tiraniza. 70 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 71 Molière trata aquí del amor-pasión como lo hizo Madeleine de Scudéry, autora del amor galante: “Los enamorados galantes serían más respetuosos y elegantes, y, por consiguiente, más agradables”. Marie-Madelaine de la Fayette, escribirá en 1678 el monumento literario del preciosismo con “La princesa de Clèves”. Un amor que es a la vez superación y gesto de generosidad. “La escuela de las mujeres” es la obra donde el amor es el protagonista. ––– El debate sobre el matrimonio: contrato y/o amor • Molière interviene directamente en el debate de su siglo La institución matrimonial no se planteaba sino bajo el signo de la imposición y autoridad. La seducción donjuanesca no era sino para minorías. “Estar enamorado” de su mujer era la situación más ridícula que podía presentarse. En función del medio social, las jóvenes tenían destinos diferentes. Más que sacramento, el matrimonio era concebido como un contrato. Molière lo deja muy claro, cuando Enrique y Oronte sellan el futuro enlace de Agnès y Horace. Madame de Maintenon dirá de su época: “El matrimonio es un estado que hace la desgracia de las tres cuartas partes del género humano”. El convento o el matrimonio: era la alternativa. Sólo las viudas podían gozar de cierta libertad. Nacerá entonces la reacción de las Preciosas que se negaban a comportarse según el modelo establecido. Este movimiento se convertirá, sin quererlo, en una protesta vehemente contra las leyes de inferioridad. “Las preciosas” del siglo XVII, son de alguna forma, la continuación de lo que se venía denominando desde el siglo XV “La querella de las mujeres”. ––– La creación de los salones en Francia y el movimiento preciosista Los salones constituyeron “un hecho civilizador”, subraya Claude Dulong. Aparecen en torno a dos mujeres: la marquesa de Rambouillet y Madeleine de Scudéry. El contexto histórico –la guerra de la Fronda– dejó a Francia social y culturalmente arrasada. La aparición de los Salones se inscribió dentro de los remedios “contra la grosería y para dominar los instintos”. ¿De dónde procedían aquellas mujeres cultas que observa minuciosamente Molière? Solían ser mujeres protestantes, que habían tenido acceso desde niñas a la lectura de la Biblia. Otras, eran mujeres solteras o viudas, con tiempo y dinero. Los salones estaban abiertos a las novedades culturales y el encuentro era mixto. Es un mundo heterogéneo. ¿De qué se hablaba en el espacio mixto de los salones? De las bellas artes, de la geometría, de las ciencias, de las traducciones, y del estilo enfático y frío para hablar del mundo de los sentimientos. “Cultivar el arte sin amor”. 71 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 72 La conversación mundana rechazaba todo tipo de grosería y se vanagloriaba de ser culta. Como señala María José Villaverde, las Preciosas fueron denigradas y tachadas de mujeres sabias, es decir, resabiadas y ridículas por Molière. Sin embargo, la comicidad parece maltratar irónicamente más a los varones. Para el analista Claude Dulong, el término Preciosista, deriva originariamente de la palabra “valor” o “precio”. El movimiento preciosista fue ante todo una forma de protesta. Una respuesta a la desigualdad a través de la hipérbole retórica. Mademoiselle de Scudéry fue la cara más social de la preciosidad en literatura. El movimiento preciosista llegaría a influir en el lenguaje como lo demuestra el gramático francés Vaugelas que solía afirmar: “Ante cualquier duda de lenguaje, consultad a las mujeres”. El preciosismo permitió el desarrollo cultural y gramatical en el siglo XVII. Pero a la vez, las mujeres cultas como Madame de Lambert, aludieron a la nefasta influencia que la obra “Las mujeres sabias” de Molière ejerció sobre la opinión social de la época: “Es fácil confundir el deseo de saber con la pedantería; la pedantería es un vicio de la inteligencia, mientras que el saber es un ornamento. Pero si en los hombres se acepta el amor a las letras, éste no se perdona a las mujeres”. Refléxions nouvelles sur les femmes Madame de Lambert • “El feminismo ambiguo de Molière” Javier del Prado Biezma en su trabajo “El feminismo ambiguo de Molière” afirma que Molière se sitúa del lado de un feminismo primario, al otorgar a la mujer una libertad que se refiere sólo al amor, al placer; Molière defiende la corriente filosófica de Gassendi, según la cual, hombres y mujeres son diferentes por naturaleza y además, la naturaleza y función femeninas están configuradas por y para el matrimonio. Frente a este feminismo naturalista que defiende la diferencia entre hombres y mujeres, existe un pensamiento paralelo que considera que hombres y mujeres son iguales por naturaleza; las diferencias físicas y biológicas son sólo un accidente, dos envolturas diferentes para una misma esencia, para un mismo contenido: un ser humano pensante y racional. La corriente de pensamiento racionalista argumenta, por tanto, que si la esencia es la misma para hombres y mujeres, la libertad también ha de serlo, así la libertad para las mujeres no ha de referirse sólo a sus decisiones emocionales sino también a las intelectuales. ––– De la farsa a la comedia: plasticidad escénica • Los monólogos y los apartés Los juegos escénicos de entradas y salidas, cartas, pañuelos en las ventanas, y cambios de fisonomía de los amantes, divierten al público. 72 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 73 El aspecto psicológico está muy trabajado y el aparté permite un juego de duplicidad, engaño y complicidad. En el desenlace de la obra, Molière reúne a todos los personajes, para aislarlos mejor. Señalando así al que ha obstaculizado la felicidad de los otros. “La escuela de las mujeres” es sin duda la explosión de lo cómico y lo grotesco. • Se ha hablado de “la mecánica de la risa” en Molière ¿Cuál es, en qué se basa? En la obsesión. En Arnolphe, el miedo al engaño, le hace parecer grotesco. Es el sentido común de la vida misma el que va hundiendo a Arnolphe. Piensa que todo está controlado. No escucha, no atiende a consejos. La mecánica de la risa se dispara cuando un hombre cree que tiene la vida completamente controlada y cuando no percibe que la propia vida le va denegando lo que quiere controlar. No progresa: es una marioneta. Se convierte en un hombre ridículo por su obsesión. La risa tendrá también un carácter vengativo: Arnolphe merece estar en la picota. • Comicidad gestual y verbal Desde muy joven, Molière observa la realidad deformándola hasta el ridículo. Los sirvientes forman parte de la coreografía escénica que enlaza réplicas y juegos de simetrías. Molière maneja más que ningún otro la maestría para combinar tonos muy diferentes, seducir a través de las risas, mentir con ellas. Sabe mezclar la risa sutil y la de la farsa propiamente medieval. Los personajes de la farsa son cómicos a pesar suyo, responden a un mecanismo de acción-reacción por el que actúan ciegamente sin que la conciencia del personaje intervenga. Le gustaba burlarse de los que se sentaban en su teatro, mofarse de la aristocracia y del clero, ridiculizaba la pedantería de los falsos sabios y la mentira de los médicos ignorantes. Era su forma de ver la vida y su forma de hacer teatro. • “Corrige las costumbres riendo” Molière utiliza la brillantez irónica, la frivolidad y el culto al placer como generadores de cambios profundos. Su teatro tiene una intención aleccionadora y moralizante pero divertida, haciendo suya la frase que aparecía en los teatros ambulantes italianos en Francia: “Corrige las costumbres riendo”. Molière comienza escribiendo farsa pero crea algo nuevo: convierte el acto único de la farsa y los cinco actos de la comedia clásica en los tres actos característicos de la comedia francesa y transforma a los personajes estereotipados de la farsa en personajes complejos y de gran profundidad psicológica. 73 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 74 ––– Molière y Moratín • “La gran regla de todas las reglas es gustar” Moratín fue llamado el Molière español. Luis Lozano señala que Molière tomó los argumentos de sus obras de la antigüedad griega y latina, mezclándolos con la farsa medieval y de la Commedia dell´arte italiana, así como del Siglo de Oro. Moratín toma las mismas fuentes y las recompone según los preceptos neoclásicos. El propósito de Molière es agradar a su público. Moratín trata de dar un valor educativo a la comedia. Luis Lozano diferencia la actitud entre los dos autores de comedias: Molière escribe sin parar. Moratín mide bien sus diálogos. Molière no pretende ser culto sino eficaz. Moratín fue uno de los autores más cultos del movimiento afrancesado del siglo XVIII. Ambos representan dos épocas con temas similares. En ambos, la felicidad debe triunfar. El sentido común también. ––– Muerte y leyenda de Molière El 10 de febrero de 1673 se estrenó “El enfermo imaginario” con gran éxito. A la cuarta representación, y al pronunciar la palabra “juro” Molière se desvaneció. Pudo continuar pese a todo con la representación. Ya en su casa, un vómito de sangre le dejó inconsciente. Pidió un sacerdote. Pero no fue atendido espiritualmente. Los sacerdotes de San Eustaquio de París negaron su inhumación en un lugar sagrado de acuerdo a las ideas de la época. Después de cuatro días, insepulto, será enterrado por la mediación del Rey, a las nueve de la noche del 21 de febrero, en el cementerio de Saint Joseph en un territorio reservado a los niños muertos sin bautizar. Un cortejo de 800 personas con más de cien antorchas acompañó el féretro por las calles de París. Nacía la leyenda Molière. 74 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 75 ARNOLPHE ANÁLISIS LITERARIO DE LOS PERSONAJES Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 76 Rasgos principales de su personalidad Arnolphe, llamado también señor de la Souche, es un hombre de cuarenta y dos años al que le gustaría casarse pero está obsesionado por el temor a que su mujer le sea infiel. Educó a Agnès desde pequeña en la ignorancia con la intención de casarse con ella. Evolución del personaje El personaje se muestra tirano y egoísta desde el principio de la obra, su obsesión le lleva a buscar su objetivo a cualquier precio, hasta el final de la obra en el que descubierto y acorralado, ha de renunciar a lo que quiere. Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 77 Molière personaliza en Arnolphe todos los temores y los prejuicios sociales de los hombres frente a las mujeres. La mujer instruida representa el mayor peligro para quien quiere mantener una situación de poder y de dominación. SITUACIÓN 1: Arnolphe manifiesta su deseo de casarse con una mujer ignorante para evitar ser engañado por ella y, por otro lado, a la que poder manipular fácilmente. Acto primero. Escena I. Pág. 10. Arnolphe: Entiendo vuestro temor amigo mío, ya que según parece, según vuestro criterio, los cuernos son consecuencia inevitable del matrimonio. Crisalde: Por supuesto, pero es que además, en vuestro caso, habéis hecho objeto de vuestra burla a cien maridos, puesto que vuestro mayor placer consiste en divulgar a los cuatro vientos intrigas secretas, y… amigo mío, quien se ríe del prójimo debe temer siempre el desquite. Arnolphe: ¡Dios Santo, amigo mío! No os atormentéis demasiado. Muy hábil ha de ser el que pretenda atraparme. Conozco las tretas ladinas y los enredos sutiles que emplean las mujeres para dejarnos trasquilados, y cómo nos embaucan con sus mañas. Pero la mujer que he elegido para casarme ha sido educada cuidadosamente por mí en la más absoluta ignorancia. Apenas sabe leer y escribir, luego no hay peligro alguno, amigo mío. Molière utiliza un lenguaje ofensivo para resaltar la tiranía de las leyes del matrimonio. Exaltación de la ignorancia y de la posesión. Comicidad que convierte a Arnolphe en una caricatura de sí mismo. SITUACIÓN 2: Arnolphe expresa su obcecado rechazo hacia las mujeres que escriben o estudian. Para Arnolphe el conocimiento de una mujer debe reducirse a: rezar a Dios, amar a su marido, coser e hilar. Acto primero. Escena I. Págs. 10 y 11. Crisalde: ¿Pretendéis casaros con una boba? Arnolphe: Casarse con una boba no supone ser un bobo. Sé el precio que pagan algunos por elegir mujeres de talento, que pronto están más interesadas en trabajar y en estudiar que en el cuidado de sus hogares. No voy a cargar con una espiritual, no deseo tener a mi lado un espíritu elevado; y la mujer que escribe sabe demasiado. Quiero que la mía, poco rica en luces, no sepa siquiera que es una rima, para que cuando en las tertulias le pregunten: ¿Qué desea?, responda sin dudarlo: Una tarta de crema. En una palabra: que brille por su ignorancia. Para una mujer es suficiente, saber rezar a Dios, amar a su marido, coser e hilar. 77 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 78 Crisalde: Pero... ¿Cómo queréis, que una tonta pueda nunca saber lo que es ser honrada: una mujer estúpida puede en muchos casos faltar a sus deberes sin pretenderlo y sin darse cuenta de lo que hace? Arnolphe: No os escucho en absoluto. En mujeres, como en todo, quiero seguir mi estilo. Soy lo bastante rico para poder, según creo, elegir una mitad que me lo deba todo y cuya sumisa y plena dependencia no pueda echarme en cara bienes y origen. Su aire dulce y tranquilo, entre las otras amigas, inspiró mi amor por ella desde los cuatro años; cuando su madre se vio acuciada por la pobreza, se me ocurrió pedírsela. En un convento, lejos del mundo, la eduqué de acuerdo con mi política; es decir, cuidando hasta los más pequeños detalles necesarios para volverla idiota hasta donde fuera posible. Al sacarla del convento más tarde, la he instalado en esta casa a la que nadie viene a verme. Molière exagera los tópicos misóginos de su siglo. Resalta la mente manipuladora de Arnolphe. Monólogo que resalta el desprecio hacia la mujer que piensa por sí misma. Violencia psicológica. SITUACIÓN 3: Molière nos muestra como el comportamiento de Agnès está en todo momento vigilado y dirigido por Arnolphe. Acto primero. Escena III. Pág 16. Arnolphe: ¿Qué estáis haciendo dulce Agnès? Agnès: Pues unas caperuzas. Vuestras camisas para dormir y vuestros gorros ya están hechos. Arnolphe: ¡Ah, eso está muy bien! Toda buena mujer debe encontrar en su hogar la razón de su vida. Vamos, iros a vuestra habitación, volveré pronto y os hablaré de un importante asunto. (Sale Agnès) Arnolphe: (Solo) Heroínas de la época, sabias señoras que fingís ternura y bellos sentimientos; todos vuestros versos, vuestras cartas y dulces esquelas; vuestra ciencia entera no vale lo que esta honesta y púdica ignorancia. Molière es el maestro en la comedia de enredos e intrigas. Tretas y fingimiento de Arnolphe para conseguir su objetivo. SITUACIÓN 4: Molière nos muestra la maldad y cinismo de Arnolphe. Finge ayudar a su amigo cuando en realidad trata de traicionarle. Acto primero. Escena IV. Pág. 19. Horace: ¿Qué decís? ¿Cómo es? ¿Celoso hasta el ridículo? ¿Necio? Lo cierto es que la joven Agnès ha sabido enamorarme y sería un pecado dejarla en manos de ese estrafalario. Todos mis esfuerzos, consisten en apoderarme de ella pese a tal celoso. Y el dinero que os pido con toda libertad me es necesario para llevar a cabo tan justa empresa ¡Parecéis apenado! ¿Desaprobáis acaso mis pretensiones? Arnolphe: No, no; estaba pensando... Horace: Mi conversación os fatiga. ¡Adiós! Os ruego no comentéis a nadie lo que acabo de confesaros. Arnolphe: (Solo) ¡Ay, cómo he sufrido oyendo lo que he oído! ¡Con qué imprudencia y con qué prisa 78 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 79 me ha contado precisamente a mí su amor por Agnès, claro, no sabe que yo Arnolphe me hago llamar también de la Souche. Debo desbaratar sus planes y enterarme hasta donde alcanza la relación entre ellos. Por mi honor, la considero mi mujer; no ha podido pecar sin cubrirme de oprobio, y todo lo que haga caerá fatalmente sobre mí. ¡Desdichado viaje! Monólogo que resalta la enajenación de Arnolphe. Obsesión por adueñarse del cuerpo y del alma de Agnès. Manifestaciones del discurso paternalista que reduce a Agnès a un simple objeto de sumisión. SITUACIÓN 5: Arnolphe hace gala de su total dominio sobre Agnès aleccionándola e imponiéndole un matrimonio que ella no desea. Acto tercero. Escena I. Pág. 32. Arnolphe: Agnès; dejad la labor y escuchadme. (Señalando su frente) Mirad aquí mientras os hablo y grabad hasta la última palabra. Con vos me caso, Agnès y cien veces al día debéis bendecir la suerte de vuestro destino; contemplad la bajeza en la que habéis caído y admirar al mismo tiempo mi bondad, que de vuestro pobre estado de pobre lugareña os hace subir a la categoría de honorable burguesa. Procurad que no tenga que arrepentirme, Agnès, no es ninguna tontería. Vuestro sexo obliga a la dependencia; la omnipotencia está del lado de la barba. No somos dos mitades iguales: la mujer está sometida al hombre, al él debe profunda obediencia, docilidad y respeto, por ser su marido, su señor y su amo. (Arnolphe a solas) No puedo hacer nada mejor que hacerla mi esposa y pronto, no permitiré que ese tunante me la arrebate. Forjaré su alma de acuerdo con mis deseos. Es como un trozo de cera en mis manos y puedo darle la forma que se me antoje. Toda persona simple es dócil a las lecciones. Arnolphe intenta denigrar la voluntad de libertad de Inés. Molière afirma la concordancia entre Amor, Sabiduría y Respeto. SITUACIÓN 6: Arnolphe se rebela ante el razonamiento libre e inteligente de Agnès e intenta seguir manipulándola. Acto cuarto. Escena IV. Pág. 47. Agnès: Horace sabe mucho más que vos de eso, pues no le ha costado ningún trabajo hacerse amar. Arnolphe: (Aparte) ¡Cómo razona y responde la pérfida! ¡Pardiez! ¿Hablaría con mayor soltura una preciosa? ¡Ah, qué mal la he conocido! O, a lo que parece, de amor sabe más una necia que los hombres astutos. (A Agnès) ¿Y todo lo que tenéis que agradecerme? Os cuidé y os eduqué desde niña. Agnès: No tengo que agradeceros demasiado, en contra de lo que pueda creerse. ¿Creéis que no sé que me habéis educado para ser una perfecta ignorante? Me avergüenza no haber estudiado con la edad que tengo, pero lo haré ahora, pues no quiero pasar por necia. Arnolphe: Y creéis que Horace lo aprobará. Agnès: Horace me ama y me respeta. Por él sé lo que puedo saber, creo deberle mucho más que a vos. 79 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 80 Arnolphe: No sé cómo me contengo sin responder al desenfado de este discurso con una bofetada. Me irrita su ofensiva frialdad, y unos cuantos cachetes satisfarán mi corazón. Desenlace amable como sucede en las Comedias de Molière. Nada es lo que parece. La alegría y el sentido común triunfan. SITUACIÓN 7: Arnolphe se convierte en víctima de su propia maldad, al ser descubierto, queda patente su mezquindad. Acto cuarto. Escena V. Pág. 49. Oronte: ¡No sé si se lo han contado todo! ¿No os dijeron que tenéis en vuestra casa a la hija que el señor Enrique tuvo en secretas nupcias con la amable Angélica? De este casamiento secreto nació una niña que se ocultó a toda la familia. Nos han dicho que tenéis a esta hija aquí, en vuestra casa. Enrique: ¡El destino nos separó trágicamente! Y he sabido que Angélica, en su extrema pobreza, os entregó a nuestra hija, a la edad de cuatro años. Arnolphe: ¡Cómo! Enrique: (A Agnès) ¡Ah, hija mía! Agnès querida, abrázame al fin, soy tu padre. Arnolphe: ¡Uf! (Sale corriendo) 80 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:04 Página 81 ARNOLPHE ELEMENTOS DE REFLEXIÓN A) Reflexionar sobre la personalidad de Arnolphe. Analizar la opinión que tiene acerca de las mujeres que estudian y razonan. B) Analizar los principales rasgos que debe tener la mujer casada en el siglo XVII. C) Poner de manifiesto las contradicciones del personaje. Valorar su posición al final de la obra. PREGUNTAS PARA EL ALUMNADO 1 ¿Qué dice Arnolphe al principio de la obra acerca de las mujeres? ¿Con qué mujer dice que quiere casarse? ¿Por qué? 2 ¿Cómo es la mujer ideal para Arnolphe? ¿Qué características debe tener la mujer con la que se case? 3 ¿Qué hace Arnolphe cuando descubre que Agnès está enamorada de Horace? 4 ¿Cómo es su relación con sus amigos? ¿Crees que es sincero? ¿Te parece que son amigos de verdad? ¿Por qué? 5 ¿Qué está dispuesto a hacer Arnolphe para conseguir casarse con Agnès? ¿Consigue casarse con ella? ¿Por qué? 81 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 82 AGNÈS Rasgos principales de su personalidad Agnès es una joven inocente pero muy inteligente. Ha vivido desde pequeña en un convento, alejada del mundo y educada en la más absoluta ignorancia por deseo de Arnolphe. Evolución del personaje El personaje madura y evoluciona a medida que se desarrolla la obra, se enamora de Horace y esto hace que se rebele contra Arnolphe y luchar por lo que quiere. Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 83 En sus diálogos cortos y eficaces, Molière describe los gestos de sumisión y docilidad de las jóvenes educadas exclusivamente para el matrimonio. Violencia psicológica bajo las palabras paternalistas. SITUACIÓN 1: Molière nos muestra a una Agnès sometida a los deseos de su amo Arnolphe. Acto primero. Escena III. Pág. 16. Arnolphe: ¿Qué estáis haciendo dulce Agnès? Agnès: Pues unas caperuzas. Vuestras camisas para dormir y vuestros gorros ya están hechos. Arnolphe: ¡Ah, eso está muy bien! Toda buena mujer debe encontrar en su hogar la razón de su vida. Vamos, subid a vuestra habitación, volveré pronto y os hablaré de un importante asunto. (Sale Agnès) Molière incide en mostrar con ironía el comportamiento infantil y aparentemente ingenuo de Agnès. SITUACIÓN 2: Molière nos muestra la cotidianeidad de la condición femenina en la vida de Agnès. Acto segundo. Escena III. Pág. 26. Arnolphe: ¿Qué noticias tenéis? Agnès: Se me ha muerto el gatito. Arnolphe: ¡Qué lástima! Mas qué se le va a hacer, todos somos mortales y hemos de morirnos. ¿Os habéis aburrido los días que he estado fuera? Agnès: No me aburro jamás. Arnolphe: ¿Qué habéis hecho en estos nueve días que he estado fuera? Agnès: Creo que seis camisas, además de seis cofias. Molière plasma la actitud espontánea y lógica de la joven Agnès con respecto a sus sentimientos. SITUACIÓN 3: Agnès confiesa a Arnolphe abiertamente y sin reservas cómo ha conocido a Horace, lo que demuestra su falta de malicia. Acto segundo. Escena III. Págs. 26 y 27. 83 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 84 Arnolphe: (Después de pensar un rato) El mundo, amada Agnés, es extraño. ¡Ved que maldad y cómo se murmura! Fijaos que unos vecinos me han dicho que ha venido por aquí un joven, durante mi ausencia, y que habéis recibido sus visitas; mas yo no he dado crédito a tales murmuraciones. Agnès: Sí, es verdad. Casi no se ha movido de nuestra casa. Arnolphe: (Tratando de disimular la rabia) ¿Cómo? ¿Cómo ha sido eso posible? Agnès: Historia sorprendente y difícil de creer. Estaba yo en el balcón, trabajando al fresco, cuando vi pasar bajo los árboles a un joven muy apuesto, que al verme, me saludó en seguida con reverencia humilde. Yo para no ser descortés, le hice otra reverencia por mi parte. De pronto, insistió con una nueva, y yo, sin pensarlo demasiado, se la devolví. El caballero insistió con una tercera, a la que contesté en el mismo instante. Así una y otra vez hasta que entró la noche y ya casi no nos veíamos uno al otro y por tanto tampoco hacer saludo alguno. El amor da fortaleza y atrevimiento a Agnès. Arnolphe mantiene una actitud autoritaria y ejerce una violencia psicológica. SITUACIÓN 4: Molière nos muestra la rebeldía en Agnès, a la que haberse enamorado le da fuerzas para enfrentarse a Arnolphe, aunque finalmente se someta a sus deseos. Acto segundo. Escena III. Pág. 28. Agnès: No tendré valor… Él… yo… queremos casarnos, señor. Arnolphe: Con mucha rapidez elegís marido. El matrimonio, Agnès, no es ninguna tontería, el rango de esposa obliga a grandes deberes. A las mujeres se les exige dependencia del marido. Agnès: Pero señor, yo le amo. Arnolphe: Basta de conversación. Iros a vuestra habitación… Os lo ordeno. Obedeced. (Sube Agnès) (Arnolphe queda solo en escena) Retranca y picardía del autor: Molière hace que Agnès lea las normas del manual de la perfecta casada. Educación tradicional de las mujeres. SITUACIÓN 5: El autor nos muestra a Agnès leyendo el manual sobre los deberes que debe cumplir la mujer casada de la época: “La perfecta casada”. Acto tercero. Escena I. Pág. 32. Agnès: (Leyendo) “Máximas del matrimonio, los deberes de la mujer casada, con un ejercicio diario”. “Máxima primera. Aquella a la que un lazo honesto hace entrar en el tálamo ajeno, debe grabar en su cabeza, pese al ambiente actual, que el hombre que la elige sólo para él la elige”. Arnolphe: Luego os explicaré lo que esto quiere decir. Seguid leyendo. Agnès: (Siguiendo) “Máxima segunda. Tan sólo debe adornarse hasta donde lo desee su marido: a él corresponde únicamente el cuidado de su belleza, y no debe preocuparle que los demás hombres la encuentren fea”. 84 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 85 Arnolphe: Acabadlo a solas, luego os explicaré su contenido. He de salir, no tardaré mucho. Confesión final de Agnès. El amor y el deseo triunfan. Agnès resiste al acoso psicológico de Arnolphe. SITUACIÓN 6: Molière nos muestra como Agnès se rebela sin miedo ante la tiranía de Arnolphe y lucha por conseguir lo que quiere. Acto cuarto. Escena IV. Pág. 46. Arnolphe: Sí. Mas yo pretendía haceros mi esposa, y os lo había hecho saber, creo yo, bastantes veces. Agnès: Sí. Pero hablando con absoluta franqueza, él es más de mi gusto que vos. Con vos el matrimonio es molesto y penoso, puesto que vuestros discursos lo presentan con terrible imagen; mas, ¡ay!, él lo presenta tan colmado de placeres, que dan deseos de casarse. Arnolphe: ¿Cómo, entonces, no me amáis? Agnès: ¿A vos? Arnolphe: Sí. Agnès: ¡Ay! No. Molière desvela al público la importancia de la educación para adquirir lucidez y felicidad. SITUACIÓN 7: Agnès acusa a Arnolphe de la terrible injusticia que ha cometido con ella y defiende con total seguridad su decisión de ser libre y construir su futuro. Acto cuarto. Escena IV. Pág. 47. Agnès: Horace sabe mucho más que vos de eso, pues no le ha costado ningún trabajo hacerse amar. Arnolphe: (Aparte) ¡Cómo razona y responde la pérfida! ¡Pardiez! ¿Hablaría con mayor soltura una preciosa? ¡Ah, qué mal la he conocido! O, a lo que parece, de amor sabe más una necia que los hombres astutos. (A Agnès) ¿Y todo lo que tenéis que agradecerme? Os cuidé y os eduqué desde niña. Agnès: No tengo que agradeceros demasiado, en contra de lo que pueda creerse. ¿Creéis que no sé que me habéis educado para ser una perfecta ignorante? Me avergüenza no haber estudiado con la edad que tengo, pero lo haré ahora, pues no quiero pasar por necia. 85 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 86 AGNÈS ELEMENTOS DE REFLEXIÓN A) Analizar la personalidad de Agnès. Rasgos principales que definen al personaje. Analizar su relación con Arnolphe. B) Definir el tipo de educación que ha recibido Agnès. C) Profundizar en el momento en el que Agnès se da cuenta que ha sido manipulada por Arnolphe. PREGUNTAS PARA EL ALUMNADO 1 ¿Qué hace Agnès al principio de la obra? ¿A qué dedica su tiempo: estudia, cose, lee? ¿Crees que ve a Arnolphe como futuro marido o como padre? 2 ¿Qué tipo de libros lee Agnès al principio de la obra? ¿Crees que los lee voluntariamente u obligada? ¿Quién la obliga a leer estos libros? 3 ¿Cómo conoce a Horace? ¿Oculta su amor por Horace a Arnolphe? ¿Por qué? 4 ¿Qué reprocha Agnès a Arnolphe? ¿Qué dice Agnès acerca de cómo ha sido educada? ¿Qué quiere hacer en el futuro? 5 ¿Por qué se enfrenta a Arnolphe? ¿Crees que consigue alcanzar sus deseos? 86 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 87 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 88 HORACE Rasgos principales de su personalidad Horace es el joven enamorado de Agnès, es también hijo de un amigo de Arnolphe, por lo que confía en éste y permanece ajeno a las intrigas de Arnolphe, confesándole ingenuamente todos sus avatares y deseos. Evolución del personaje El personaje no evoluciona, como tampoco interviene en el desenlace de la obra. Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 89 Juego de máscaras, malentendidos y engaños que induce al maltrato psicológico. SITUACIÓN 1: Horace confiesa a Arnolphe su amor por Agnès y critica la injusta situación a la que la ha sido sometida por éste, sin sospechar que Arnolphe es en realidad el señor de la Souche. Acto primero. Escena IV. Pág. 19. Horace: (Señalando la casa de Arnolphe) Es una joven que vive en esa casa, simple, en verdad, porque ha sido educada en la ignorancia por un malvado que la mantiene alejada del mundo y pretende hacerla su esposa. Arnolphe: (Aparte) ¡Estoy a punto de estallar! Horace: Al marido creo que lo llaman señor de la Souche. Hombre rico, según me han dicho, pero no de los más cuerdos. ¿Lo conocéis por casualidad? Molière confronta dos formas de amar: el amor egoísta de Arnolphe y el amor desinteresado y natural del joven Horace. SITUACIÓN 2: Horace cuenta y se burla de los defectos del señor de la Souche sin sospechar que éste es en realidad Arnolphe. Acto primero. Escena IV. Pág. 19. Horace: ¿Qué decís? ¿Cómo es? ¿Celoso hasta el ridículo? ¿Necio? Lo cierto es que la joven Agnès ha sabido enamorarme y sería un pecado dejarla en manos de ese estrafalario. ¡Parecéis apenado! ¿Desaprobáis acaso mis pretensiones? Arnolphe: No, no; estaba pensando... Intercambio de cartas como elemento escénico. Molière contrapone la ingenuidad del joven Horace al resentimiento del anciano Arnolphe. SITUACIÓN 3: El joven Horace cuenta ingenuamente a Arnolphe sus infortunios, le lee la carta que Agnès le ha enviado y le cuenta sus planes de futuro. Acto tercero. Escena II. Pág. 35. Horace: Sí, una piedra a la que iba atada una carta. Arnolphe: ¿Cómo? Horace: (Lee) Quiero escribiros, y siento pena por no saber cómo empezar a hacerlo. Como empiezo a advertir que se me tuvo siempre en la ignorancia, temo poner algo que no esté bien y decir más de lo 89 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 90 que deba. Si he de seros sincera, no sé lo que me habéis hecho; mas siento que me costará mucho trabajo vivir sin vos, que me gustaría mucho se vuestra. Decidme francamente si todo lo que me habéis dicho que sentís por mí es verdad, puesto que como no tengo malicia, haríais muy mal engañándome; y estoy segura de que entonces me moriría de disgusto. Arnolphe: (Aparte) ¡La muy condenada! Horace: ¿Visteis jamás expresiones más dulces? Esta noche entraré, con ayuda de una escalera, en su cuarto y le declararé mi amor. (Mirando a Arnolphe) ¿Qué os pasa? Arnolphe: (Disimulando) ¿A mí? Nada, nada. Un poco de tos. Adiós. Equívocos amorosos que Molière desarrolla con comicidad. SITUACIÓN 4: Horace no sospecha que la encerrona de la que ha salido ileso ha sido planeada por Arnolphe. Le considera un amigo al que sigue confiando sus intenciones. Acto cuarto. Escena II. Pág. 42. Arnolphe: Sí, pero ¿Vos…? (Aparte) Creo que estoy volviéndome loco. ¿No estaba muerto? ¿Es esto cosa de magia? Horace: Venía a contaros que todo ha salido bien. Me recibieron, eso sí, a garrotazos, pero fingiéndome yo muerto, han dejado de pegarme y se han retirado presos de espanto. Ha venido luego Agnès en mi busca y, al encontrarme vivito y coleando me ha confesado su amor con tal ardor que hemos huido juntos. Ahora, he venido a pediros que alojéis a Agnès en vuestra casa, a salvo de habladurías, quiero así, esperar hasta que llegue mi padre y podamos, con su aprobación, casarnos. Arnolphe: (Aparte) ¡Ah, rufián! (A Horace) Estoy, no lo dudéis, completamente a vuestras órdenes. Molière maneja a su antojo la confusión de los sentimientos amorosos. SITUACIÓN 5: Horace, ajeno a la estratagema de Arnolphe, cree que la casa de éste será un lugar seguro para ella. Acto cuarto. Escena III. Pág. 44. Horace: Espero que no os inquiete el lugar donde voy a llevaros; os voy a dejar en una casa segura. Es la casa de un amigo que cuidará bien de vos. Entrad por esta puerta y dejaros guiar. (Arnolphe, al otro lado de la puerta, coge la mano de Agnès, sin ser reconocido) Agnès: No deseo separarme de vos. Seguir a un desconocido... Horace: Nada temáis; en ningún sitio estaréis como en estas manos. Agnès: ¡Ay, sin veros, no me siento feliz! Horace: Mi amor por vos no tiene límites, pero debemos esperar. En mi casa no sería prudente que os quedarais, mi padre regresará pronto y podremos así, casarnos bajo su bendición. 90 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 91 El cazador cazado. Arnolphe huye: su tiranía misógina queda al descubierto. SITUACIÓN 6: Horace descubre finalmente la estrategia de Arnolphe. Acto cuarto. Escena V. Pág. 49. Arnolphe: ¡Uf! (Sale corriendo) Oronte: ¿Por qué huye sin decir nada? Horace: ¡Ay, padre mío! Pronto sabréis los detalles de este misterio. El azar organizó aquí lo que vuestra prudencia había premeditado. Me había comprometido yo, por los dulces lazos de una mutua pasión, empeñando mi palabra con esta beldad, y resulta que es ella misma la que venís a buscar. (Abrazando a Agnès) Vayámonos de esta casa, ¡A Dios gracias, ese tirano no ha logrado su propósito! (Salen todos) 91 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 92 HORACE ELEMENTOS DE REFLEXIÓN A) Analizar la personalidad de Horace. Reflexionar sobre su punto de vista acerca de la educación que deben recibir las mujeres. B) Valorar cuál es su opinión acerca de la educación que ha recibido Agnès. C) Reflexionar sobre el final de la obra y sobre el papel que Horace tiene en el desenlace. PREGUNTAS PARA EL ALUMNADO 1 ¿Cuál es el comportamiento de Horace al principio de la obra? ¿Qué opina del tipo de educación que ha recibido Agnès? 2 ¿Qué piensa del señor que ha educado a Agnès desde pequeña? ¿Por qué se ríe de él? ¿Lo considera un peligro para Agnès? ¿Qué defectos dice que tiene? 3 ¿Sospecha en algún momento que el señor de la Souche es en realidad su amigo Arnolphe? 4 ¿Qué dice de sus sentimientos hacia Agnès? ¿Qué hace para conseguir casarse con ella? ¿Crees que logra protegerla de Arnolphe? 92 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 93 ALAIN ANÁLISIS DE LOS PERSONAJES SECUNDARIOS Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 94 Rasgos principales de su personalidad Alain trabaja como criado en la casa de Arnolphe. No siente ningún aprecio por su amo, sin embargo, hará todo lo que él ordene sin plantearse jamás si lo que hace está bien o mal. Casado con Georgette, opina que las mujeres son objetos que pertenecen al marido. Los criados en Molière son confidentes y cómplices de los jóvenes enamorados en apuros. Maltrato verbal de Arnolphe contra todo y contra todos. SITUACIÓN 1: Molière nos muestra la obediencia ciega y la falta de criterio del criado Alain, que siempre dirá lo que su amo quiere que diga. Acto primero. Escena II. Pág. 14. Arnolphe: (Quitándole el sombrero de nuevo y tirándoselo al suelo) ¿Quién os ha enseñado, impertinente animal, a hablar cubierto delante de mí? Decid a Agnès que baje. (Sale Alain) Arnolphe: Cuando me fui, ¿quedó mi esposa triste? Georgette: ¿Triste? No. Arnolphe: ¿No? Georgette: ¡Ah, sí! Arnolphe: ¿Y por qué? Georgette: Sí, por mi vida. Pensaba que volvía a cada hora. Y no oíamos pasar ante la casa caballo, asno o mula que ella no creyese el vuestro. 94 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 95 La misoginia es tratada con metáforas hilarantes. Molière analiza “los celos” con clave irónica y eficaz. La mujer no es un objeto de posesión del marido. SITUACIÓN 2: Molière expresa la valoración que Alain hace de las mujeres, para él son simples objetos que el hombre posee. Acto segundo. Escena II. Pág. 24. Alain: Es que los celos..., óyelo bien, Georgette..., son una cosa..., sí..., bastante inquietante. Voy a hacerte una comparación para que lo entiendas bien. ¿No crees, dime, que si, al coger tu sopa, algún hambriento viniera a tomársela, te enfurecerías y tratarías de matarlo? Georgette: Casi seguro… Alain: Pues igual ocurre con los celos… la mujer es, en efecto, la sopa del hombre, y cuando un hombre sospecha que otros quieren meter los dedos en su sopa, se siente dominado por una ira tremenda. ELEMENTOS DE REFLEXIÓN A) Analizar la personalidad y el vocabulario de Alain. B) Establecer el tipo de relación entre Alain y su señor Arnolphe. C) Reflexionar sobre la opinión que tiene Alain sobre las mujeres. PREGUNTAS PARA EL ALUMNADO 1 ¿Cómo es la relación entre Alain y Georgette? ¿De qué manera se dirige a ella? ¿Le pega en algún momento? 2 ¿Crees que Alain entiende los celos de su señor? ¿Por qué? ¿Qué opina él que son las mujeres? ¿Con qué las compara? 95 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 96 GEORGETTE Rasgos principales de su personalidad Trabaja como criada en la casa de Arnolphe. Inculta y bruta. Defiende sin embargo la igualdad entre hombres y mujeres. La autoridad del amo produce en la criada un comportamiento a medio camino entre el miedo y la carcajada. Molière utiliza lo grotesco como crítica mundana. SITUACIÓN 1: Molière nos muestra el pánico de Georgette ante el enfado de Arnolphe y una actitud de obediencia fingida a los deseos de su amo. Acto segundo. Escena I. Pág. 22. Georgette: Me dais miedo… Se me hiela la sangre. Arnolphe: ¿Así es como me habéis obedecido durante mi ausencia? ¿Os habéis puesto de acuerdo para traicionarme? Georgette: (Cayendo de rodillas a los pies de Arnolphe) ¡No me comáis, señor, os lo suplico! Molière dota a la criada de vivacidad e inteligencia espontánea para detectar situaciones de desigualdad y maltrato psicológico. SITUACIÓN 2: Georgette se muestra en descuerdo con la opinión de Alain acerca de las mujeres, para ella nadie es dueño de nadie. Acto segundo. Escena II. Pág. 24. 96 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 97 Georgette: ¿Pero a qué viene querer ocultar Agnès de ese modo a todo el mundo y no permitir que nadie se le acerque? Alain: Pues viene... a que está celoso. Georgette: ¿Pero quieres decirme por qué lo está? ¿Por qué con tal furor? Alain: Pues igual ocurre con los celos… la mujer es, en efecto, la sopa del hombre, y cuando un hombre sospecha que otros quieren meter los dedos en su sopa, se siente dominado por una ira tremenda. Georgette: ¡Oh, menuda historia! La mujer no es la sopa de nadie, nadie es dueño de nadie, no dices más que tonterías. ¡Anda, anda… vete y trae leña para el fuego! (Sale Alain, Georgette sola) ¡La sopa del hombre! ¡Habrase visto! ¡Viejo loco! (Sale Georgette) ELEMENTOS DE REFLEXIÓN A) Analizar la actitud y personalidad de Georgette. B) Analizar la comicidad del personaje. PREGUNTAS PARA EL ALUMNADO 1 ¿Qué hace Georgette cuando oye a su señor llegar? ¿Crees que siente afecto por él? ¿Cuándo le obedece crees que es por respeto o por temor? 2 ¿Cómo trata a su marido Alain? ¿Cómo es ella tratada por él? 3 ¿Qué opina Georgette de las mujeres? ¿Cree que son propiedad del marido? 97 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 98 CRISALDE Rasgos principales de su personalidad Amigo de Arnolphe habla con él acerca de las mujeres y de las cualidades que considera importantes en una mujer. Evolución del personaje Enseguida comprende que el diálogo es imposible con lo que termina dando la razón a Arnolphe como se le da a un loco. El casamiento de un hombre viejo con una mujer joven, es un tema recurrente en la comedia del XVII. Molière dibuja un retrato ridículo de las consecuencias grotescas para el marido. SITUACIÓN 1: Crisalde avisa a Arnolphe de los peligros que para él acarrearía casarse dada su reputación. Acto primero. Escena I. Pág. 10. Crisalde: Vuestro propósito me hace temblar por vos; puesto que de cualquier modo que consideréis el problema, elegir mujer es, por vuestra parte, un rasgo temerario. Debéis estar alerta para no dejaros embaucar. Arnolphe: Entiendo vuestro temor amigo mío, ya que según parece, según vuestro criterio, los cuernos son consecuencia inevitable del matrimonio. Crisalde: Por supuesto, pero es que además, en vuestro caso, habéis hecho objeto de vuestra burla a cien maridos, puesto que vuestro mayor placer consiste en divulgar a los cuatro vientos intrigas secretas, y… amigo mío, quien se ríe del prójimo debe temer siempre el desquite. 98 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 99 Molière expresa la confrontación: contraposición entre Talento/Belleza e Ignorancia/Fealdad. Se inserta en la llamada querelle des femmes del siglo XVII. SITUACIÓN 2: Crisalde habla de la valoración que él tiene de las mujeres. Acto primero. Escena I. Págs. 10 y 11. Crisalde: ¿Pretendéis casaros con una boba? Arnolphe: Casarse con una boba no supone ser un bobo. Sé el precio que pagan algunos por elegir mujeres de talento, que pronto están más interesadas en trabajar y en estudiar que en el cuidado de sus hogares. No voy a cargar con una espiritual, no deseo tener a mi lado un espíritu elevado; y la mujer que escribe sabe demasiado. Quiero que la mía, poco rica en luces, no sepa siquiera que es una rima, para que cuando en las tertulias le pregunten: ¿Qué desea?, responda sin dudarlo: Una tarta de crema. En una palabra: que brille por su ignorancia. Para una mujer es suficiente, saber rezar a Dios, amar a su marido, coser e hilar. Crisalde: ¿Deseáis, en consecuencia, una mujer estúpida? Arnolphe: Hasta el punto de preferir una fea muy necia a una mujer bellísima y con talento. Crisalde: Pero... ¿Cómo queréis que una tonta pueda nunca saber lo que es ser honrada: una mujer estúpida puede en muchos casos faltar a sus deberes sin pretenderlo y sin darse cuenta de lo que hace? ELEMENTOS DE REFLEXIÓN A) Analizar la relación entre Crisalde y Arnolphe. PREGUNTAS PARA EL ALUMNADO 1 ¿Cómo trata Crisalde a Arnolphe? ¿Crees que le habla sinceramente? ¿Qué cualidades cree él que debe tener una mujer? 2 ¿Por qué cambia de actitud con Arnolphe? ¿Crees que se va dejándole por imposible? ¿Por qué? 99 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 100 CONCLUSIONES DEL DRAMA. DESENLACE La cara A de los personajes: lo que muestran 1. El autor nos muestra a través de Arnolphe a un personaje ridículo, celoso, egoísta y manipulador que utiliza su poder para conseguir que los demás realicen todos sus deseos. 2. El autor nos muestra a través de Agnès a una joven inocente y sumisa debido a su escasa cultura y a que ha vivido aislada del mundo, aunque muy inteligente. 3. El autor nos muestra a través de Horace a un joven también inocente que confiesa sus intenciones con total sinceridad al que cree su amigo. 4. El autor expresa a través del personaje de Alain la cobardía y sumisión del criado al amo, con el que sin embargo coincide en sus ideas misóginas. 5. El autor refleja con la criada Georgette la brutalidad derivada de la incultura. A pesar del miedo y sumisión que le provoca su amo, por el que no siente ningún aprecio, muestra, sin embargo, ideas y criterios propios. 6. El autor utiliza a Crisalde como contrapunto de Arnolphe, al otorgar al personaje una valoración opuesta acerca de las mujeres. La cara B de los personajes: lo que ocultan 1. El autor nos muestra en Arnolphe a un personaje amable y solícito que enmascara una personalidad tiránica y egoísta, a medida que se desarrolla la obra Arnolphe, a pesar de sus tretas, queda finalmente desenmascarado ante los demás. 2. Molière presenta a Agnès como una joven sumisa, inocente e ignorante pero el personaje evoluciona mostrándose inteligente y luchando con valentía por conseguir sus deseos. 3. El autor no muestra evolución en el personaje de Horace que en todo momento se muestra tal como es. Hasta el final de la obra, Horace no descubre lo que realmente está pasando y tampoco interviene en la resolución del conflicto. Resolución del conflicto Arnolphe y Horace tienen un mismo objetivo: casarse con Agnès. Cada personaje desarrollará sus propias estrategias para conseguirlo, la diferencia está en que Arnolphe utilizará la falsedad y la mentira como método mientras que Horace, ajeno a la manipulación de Arnolphe y considerándole un amigo, tratará de actuar siempre con nobleza. Lo que da como resultado un juego de equívocos permanente. Finalmente Horace conseguirá casarse con Agnès y el conflicto se resolverá por azar, no por la acción de ningún personaje. 100 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 101 ¿Y tú qué opinas? – ¿Cómo ves el final de la obra? ¿Lo cambiarías? – ¿Por qué crees que la obra se llama “La escuela de las mujeres”? – ¿Crees que el título tiene relación con lo que intenta transmitir la obra? ¿Por qué? 101 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 102 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 103 Apéndice I MUJERES QUE ESCRIBIERON EN LA “QUERELLA DE LAS MUJERES” CHRISTINE DE PIZAN (1364-1430) Escritora francesa de origen italiano. Su obra en prosa defiende a las mujeres frente a las calumnias publicadas: “Me preguntaba cuáles podrían ser las razones que llevan a tantos hombres, clérigos y laicos a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en escritos y tratados(…)”. Intervino en la Querella de las Mujeres en el siglo XV. Escribe en 1404 “La ciudad de las damas”, sobre el derecho de la mujer no sólo a estudiar, sino a plasmar sus conocimientos, esto es a enseñar, labor que no les era permitida. Propuso una utopía, un mundo de mujeres. Si fuera costumbre mandar a las niñas a las escuelas e hiciéranles luego aprender las ciencias, cual se hace con los niños, ellas aprenderían a la perfección y entenderían las sutilezas de todas las artes y ciencias por igual a ellos… pues… aunque en tanto que mujeres tienen cuerpo más delicado que los hombres, más débil y menos apto para hacer algunas cosas, tanto más agudo y libre tienen el entendimiento cuando lo aplican. Ha llegado el momento de que las severas leyes de los hombres dejen de impedirles a las mujeres el estudio de las ciencias y otras disciplinas. Y si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos, que lo haga y que no desprecie el honor sino más bien que lo exhiba, en vez de exhibir ropas finas, collares o anillos. Christine de Pizan, “La ciudad de las damas”. Ed. Siruela, 2000. MARÍA DE GOURNAY (1565-1645) María de Gournay vivió en París. Era de origen noble y dedicó su vida al estudio, lectura y escritura. Prologó las ediciones de los Ensayos de Montaigne con el que le unió una gran amistad. Escribió: “Agravio de damas” en 1622. Pero para callar, por esta vez, otros agravios a este sexo, por favor, decidme ¿de qué injusta manera es tratado de ordinario en las discusiones, cuando asiste? Y soy tan poco, o mejor dicho, tan vanidosa, que no temo confesar que lo sé por mi propia experiencia. Aunque las damas tengan las razones no hay miserable que no las rebata, con la aprobación de la mayor parte de los asistentes, cuando su muda elocuencia, sólo mediante una sonrisa o un ligero meneo de cabeza dice: Es una mujer la que habla. (...) Esto desalienta, por la actitud espinosa o al menos por la obstinación, cualquier forma de resistencia que ellas pueden hacer contra las censuras de su juicio, por discreta que sea. Otero Vidal, Mercé, De “La ciudad de las damas” al “Agravio de las damas” en Birulés, Fina (comp.) (1992): Filosofía y género. Identidades femeninas. Ed. Pamiela, Tafalla. 103 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 104 MARÍA DE ZAYAS Y SOTOMAYOR 1590-1660(?) Escritora española. Se conoce muy poco de su vida, tampoco la fecha exacta de su muerte. Vivió en Madrid, Valladolid, Zaragoza y en Nápoles. Escribe principalmente novelas. Y en sus novelas aparecen los temas de la sujeción de las mujeres. Trasluce amargor en sus denuncias. Habiendo probablemente leído a Christine de Pizan, pide que las mujeres se instruyan en las Artes y las Ciencias como los hombres. Afirmó la capacidad intelectual de las mujeres en el Siglo de Oro. ¿Nuestra alma no es la misma que la de los hombres? Pues si ella es la que da valor al cuerpo, ¿quién obliga a los nuestros a tanta cobardía? Yo aseguro que si entendierais que también había en nosotras valor y fortaleza, no es burlaríais como os burláis; y así, por tenernos sujetas desde que nacimos, vais enflaqueciendo nuestras fuerzas con temores de la honra, y el entendimiento con el recato de la vergüenza, dándonos por espadas, ruecas, y por libros, almohadillas. Tantas mártires, vírgenes, tantas viudas castas, tantas han muerto y han sufrido a causa de la crueldad de los hombres. In: Bonie Anderson. Y de lo que más me admiro es del ánimo de las mujeres, que se atreven a fiarse del corazón de los hombres, bosques de espesura donde no hay sino leones de crueldades, lobos de engaños, osos de malicias y serpientes de iras, que siempre les están despedazando el honor y las vidas. In: Antología del feminismo. Amalia Martin-Gamero. SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ (1648-1695) Nacida en Méjico, cultivó la poesía en el Convento de Jerónimas de Méjico. Su erudición y sus obras fueron conocidas por toda la corte viireinal de Nueva España. Hombres necios que acusáis A la mujer sin razón, Sin ver que sois la ocasión De lo mismo que culpáis. Si con ansia sin igual Solicitáis su desdén, ¿Por qué queréis que obren bien Si las incitáis al mal? In: Antología del feminismo. Amalia Martín-Gamero. 104 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 105 MADAME DE LAMBERT (1647-1733) Escritora francesa. Organizó uno de los grandes salones literarios. Escribió “Consejos de una madre a su hija” en 1728 y “Reflexiones nuevas sobre las mujeres”. En el siglo XVII el acceso a la educación estaba reservado a unas pocas privilegiadas pertenecientes a la clase alta, estas mujeres sufrían y debían hacer frente a los prejuicios. De esto se queja Madame de Lambert, aludiendo a la nefasta influencia que la obra “Las mujeres sabias” de Molière ejercía en la opinión social de la época. Es fácil confundir el deseo de saber con la pedantería; la pedantería es un vicio de la inteligencia, mientras que el saber es un ornamento. Pero si en los hombres se acepta el amor a las letras, éste no se perdona a las mujeres. (…) Estropeamos todas las disposiciones que les ha dado la naturaleza: comenzamos por descuidar su educación, no ocupamos su espíritu en nada sólido; y el corazón se aprovecha: las destinamos a complacer, y no nos complacen más que por sus gracias o por sus vicios. Parece como si no estuvieran hechas para otra cosa que para ser un espectáculo agradable a nuestros ojos, no piensan en otra cosa que en cultivar sus gracias, y se dejan llevar cómodamente por las inclinaciones de la naturaleza; no rechazan los gustos que no creen haber recibido de la naturaleza para combatirlos. In: Reflexiones sobre las mujeres. LADY WINCHILSEA (1661-1720) Anne Finch, condesa de Winchilsea. En la Inglaterra del XVII el ambiente era muy hostil a la mujer que se atrevía a coger la pluma. Escribió a escondidas. ¡Ay de la mujer que coge la pluma! Es considerada una persona tan presuntuosa, Que no hay virtud que pueda redimirla de su delito. Se nos dice que eso es falsear nuestro sexo, y nuestro destino; Los buenos modales, las modas, la danza, los vestidos, Son las únicas actividades a que debemos aspirar; Escribir o leer, o pensar, o investigar, Todo eso enturbiaría nuestra belleza, Nos haría malgastar el tiempo (…) ¡Qué hundidas estamos! Hundidas a causa de unas leyes equivocadas, que tergiversan más a las de la educación que a las de nuestra naturaleza; 105 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 106 privadas de toda posibilidad de cultivar nuestras mentes, no se espera de nosotras más que seamos insulsas y a eso se nos destina; y si alguna descuella por encima de las demás, impulsada por una más viva fantasía, o por la ambición, la reacción del bando opuesto es tan impetuosa, que la esperanza de triunfar nunca es tan fuerte como el miedo. In: Antología del feminismo. Amalia Martín-Gamero. MARY ASTELL (1666-1731) La escritora inglesa Mary Astell contempla una sorprendente idea en A serius proposal to the ladies (1697): recluir en un convento académico aquellas mujeres que deseen estudiar alejadas del mundo. Mujer erudita, estudió filosofía, matemáticas, teología, política, historia y literatura clásica. Vivió su juventud en la soledad, absorta en el placer de la lectura. ¿Qué haré? No pretendo ser rica o poderosa Ni cortejada o admirada Ni elogiada por mi belleza ni exaltada por mi ingenio ¡Ay! Nada de esto merece mi empeño o mi sudor, ni puede contentar mis ambiciones; mi alma, nacida para más, nunca se someterá a tales cosas, sino que seré algo grande en sí mismo y no en el aprecio del vulgo. ¡Feliz Retiro! El que encontraréis cuando entréis en este Paraíso como el que perdió vuestra Madre Eva, donde festejaréis con los Placeres que, al contrario de los de este mundo, no os decepcionarán (…) aquellos que os harán verdaderamente felices ahora, y que os prepararán para que lo seáis perfectamente en el futuro. Aquí no hay serpientes que os engañen mientras os divertís en estos deliciosos Jardines (…) El lugar al que estáis invitadas es Modelo y Antepasado del Cielo. In: A serius proposal to the ladies. 106 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 107 Apéndice II LOS HOMBRES QUE DEFENDIERON A LAS MUJERES POULAIN DE LA BARRE (1647-1723) Se erige en defensor de las mujeres y analiza los prejuicios arraigados contra el sexo femenino. Dice que obedecen a leyes contrarias a las de la razón cartesiana. Polemistas que participaron en “La querella de las mujeres”. Filósofo, discípulo de Descartes, es considerado “el Stuart Mill” del siglo XVII. Acogiéndose a la máxima cartesiana: “no tomar como verdadero nada que no se base en ideas claras y distintas”, es hoy considerado como el precursor más brillante de los valores de la modernidad. Es autor de: “De la igualdad de los dos sexos, discurso físico y moral”. 1673. “De la Excelencia de los Hombres”. Epígrafe de Poulain de la Barre: Todo cuanto han escrito los hombres sobre las mujeres debe ser sospechoso, pues son a un tiempo juez y parte. El espíritu no tiene sexo. Entre todos los prejuicios, ninguno hemos podido observar que fuera más apto para nuestro empeño que aquél que comúnmente se tiene sobre la desigualdad de ambos sexos. La diferencia de los sexos concierne solamente al cuerpo, sin afectar propiamente más que a esa parte que sirve para la producción de los hombres; y como la mente no hace sino prestar a ello su consentimiento, y lo hace en todos de la misma manera, se puede concluir que la mente no tiene sexo. Pues Dios une el espíritu al cuerpo de la mujer del mismo modo que al del hombre, y lo hace según las mismas leyes. Además de varias leyes que fueran ventajosas para las mujeres, prohibiría totalmente que se les hiciera entrar en religión a su pesar. Yo limitaría la autoridad marital de tal manera que ningún hombre pudiera abusar de ella, pues nada me parece más lamentable que ver a una mujer obligada a vivir con alguien brutal o celoso que la hace desgraciada. Establecería un consejo soberano compuesto mitad por hombres, mitad por mujeres (my-party). (…). Y como tengo en alta consideración ser sabio tal como yo lo concibo, arreglaría las cosas de tal manera que las mujeres pudieran llegar a serlo lo mismo que los hombres. Lo que confirma al vulgo en su concepción sobre las mujeres es que se ve apoyado por el sentimiento de los sabios. (…) En las Escuelas no se les dice ni una palabra acerca de los Sexos; se da por supuesto que los conocen lo bastante bien; lejos de examinar en relación con ellos su capacidad y su diferencia verdadera y natural, lo cual es uno de los asuntos más curiosos y quizás también de los más importantes de la física y la Moral. Pasan años enteros, y algunos toda la vida, ocupados en bagatelas, en los Seres de razón, y rumiando si hay más allá del mundo espacios imaginarios y si los átomos o el polvillo que aparece en los rayos del Sol es divisible al infinito. ¿Qué confianza se puede otorgar a lo que dicen esta clase de sabios cuando se trata de cosas serias e importantes? In: De la igualdad de los dos sexos, discurso físico y moral. 1673. 107 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 108 FENELÓN (1651-1715) La obra “La educación de las niñas” escrita por el clérigo francés Fenelón en 1696, es un referente para la pedagogía moderna. Este autor se queja de los prejuicios que llevan a la escasa o nula educación de las jóvenes: En el caso de las chicas se dice que no hace falta que las chicas sean sabias; la curiosidad las hace vanas y preciosas, en ellas es suficiente con que sepan gobernar un día sus casas, y obedecer a sus maridos sin razonar. No dejan de servirse de la experiencia para indicar que hay muchas mujeres a las que la ciencia ha vuelto ridículas. Con ello se creen el derecho de abandonar ciegamente a las hijas al cuidado de madres ignorantes e indiscretas. Nada ha sido más descuidado que la educación de las jóvenes, la costumbre y el capricho de las madres son lo que decide la formación de las hijas, que para la mayor parte de las madres no debe ser mucha. La educación de los jóvenes, en cambio, se considera uno de los asuntos más importante en relación con el bien público y, aunque es verdad que a menudo se cometen los mismos errores que con las chicas, al menos se está persuadido de que hacen falta muchas luces para tener éxito. In: Fenelón, Acerca de “La educación de las niñas”. París, 1696. BENITO JERÓNIMO FEIJOO (1676-1764) Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764) dedicó, dentro de su Teatro Crítico Universal, un espacio en “Defensa de las mujeres”: En grave empeño me pongo. No es ya sólo un vulgo ignorante con quien entro en contienda: defender a todas las mujeres viene a ser lo mismo que ofender a casi todos los hombres, pues raro hay que no se interese en la precedencia de su sexo con desestimación del otro. A tanto se ha extendido la opinión común en vilipendio de las mujeres, que apenas admite en ellas cosa buena. En lo moral las llena de defectos, y en lo físico de imperfecciones; pero donde más fuerza hace es en la imitación de sus entendimientos. Por esta razón, después de defenderlas, con alguna brevedad, sobre otros capítulos, discurriré más largamente sobre su aptitud para todo género de ciencias y conocimientos sublimes... In: “Defensa de las mujeres” en Amalia Martín-Gamero. Antología del feminismo. 108 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 109 Apéndice III DATOS INSÓLITOS Y CURIOSOS DE MOLIÈRE a) Sabías que Molière era hijo de una familia de la burguesía acomodada y que abandonó esta comodidad por su gran pasión: el teatro. Se instaló en París en 1658 y fue muy querido por su compañía hasta su muerte. Molière b) Sabías que Armande Bèjart era una joven actriz veinte años más joven que Molière, y que Molière y ella se casan en 1662 el mismo año en el que se estrenó “La escuela de las mujeres”. Representación de ”La escuela de las mujeres” c) Sabías que no se conserva ningún manuscrito, ninguna carta de Molière. Este misterio le acerca al misterio de Shakespeare. Grabado de 1719. Escena IV del acto IV de “La escuela de las mujeres” 109 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 110 d) Sabías que la vida de Molière fue llevada al cine en 2007 por el director de cine francés Laurent Tirard con la película “Las aventuras amorosas del joven Molière” en la que nos habla de los sueños y aspiraciones de Molière a los veintidós años. Cartel de la película e) Sabías que Juan Luis Galiardo representó “El avaro” de Molière en el teatro María Guerrero bajo la dirección de Jorge Lavelli y que la obra se estrenó el 8 de abril de 2010 en el teatro María Guerrero. El avaro de Molière El actor Juan Luis Galiardo f) Sabías que Molière interesó a autores del siglo XX. La escritora y filósofa Simone Weil analizó especialmente el amor egoísta que Arnolphe siente por Agnés en su libro “A la espera de Dios”. El escritor Vladimir Nabokov subrayó la siguiente paradoja: “Tiene gracia que Molière, el más célebre dramaturgo y actor de Francia, hiciera el papel de don Quijote en una adaptación teatral hecha en ese país en 1660”. Simone Weil g) Sabías que Leandro Fernández de Moratín fue llamado el Molière español y que tradujo dos de sus obras: “La escuela de los maridos” y “El médico a palos” para su representación en los teatros españoles. 110 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 111 h) Sabías que Molière se sintió enfermo durante la representación de su obra “El enfermo imaginario” en la que precisamente hacía el papel del hipocondríaco Argán, y que murió a las pocas horas de acabar la representación de congestión pulmonar. El enfermo imaginario “Festival de Teatro Clásico de Olmedo” Litografía de la obra i) Sabías que el color amarillo no se utiliza nunca en teatro debido a la leyenda que dice que Molière murió con un batín de ese color. j) Sabías que hay una estatua en su honor en la esquina de la rue de Richelieu y la rue Molière en París. Estatua de Molière k) Sabías que Molière fue inhumado durante la noche del 21 de febrero de 1673, en la más estricta clandestinidad. Un enorme cortejo se formó hasta el cementerio de Saint Joseph de París. En 1817 fue trasladado al cementerio de Père Lachaise y en su lápida puede leerse: “Aquí yace Molière”. Tumba de Molière 111 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 112 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 113 Bibliografía Edición utilizada para la adaptación Molière: Las preciosas ridículas. La escuela de las mujeres. El casamiento forzoso. Prólogo de María Badiola: Editorial Biblioteca Edaf, 2005. La escuela de las mujeres. Edición Libra. 1970. Con prólogo de Manuel Martínez Camaro. Estudios sobre el siglo XVII Mª José Villaverde: El feminismo bastardo. “Antecedentes del feminismo: los salones de los siglos XVII y XVIII”. Javier del Prado Biezma: El feminismo ambiguo de Molière. Universidad Complutense de Madrid. Departamento de filología francesa. 2006. Claude Dulong: L´amour au XVIIª siècle. París, 1969. Maître, Myriam: Les précieuses. Naissance des femmes de lettres en France au XVIIª siècle. Pàris, Champion, 2000. Bibliografía sobre Moratín y Molière Luis Lozano: Moratín y Molière. Universidad de Guelph. Canadá. Centro virtual Cervantes. http://cvc.cervantes.es/obref/aih/pdf/04/aih_04_2_017.pdf Historia de las mujeres Bonnie S. Anderson y Judith P. Zinsser: Historia de las mujeres: una historia propia. Editorial Crítica. 1991. Georges Duby y Michelle Perrot: Historia de las mujeres. Ed. Taurus. 1992. Antología de textos Amalia Martín-Gamero: Antología del feminismo. Instituto Andaluz de la Mujer. Junta de Andalucía. Páginas en la red http://www.site-moliere.com 113 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 114 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 115 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 116 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 117 Escuela de mujeres imprenta:libro2.qxd 29/12/10 10:05 Página 118