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5¿iij. 17.—Miércoles,
2 de Felírero dt' 1848.
(CUARTA ÉPOCA.)
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T-£a5-mrT=fc Titrm~^Tir\n^rw^nr^ LS:^!:^ ^^1^^^^^ 0 ? . 4 ^ r ^ n r > i : a ^
S Idrá todos los días escepto los domingos eo que con fandamento se crea no haya de regresar de Barcelona el paquete vapor ó baque correo, y en otro
Se sascribe en la librería de Pedro José Gelabert, plaza
de Cort, á 10 reales vellón mensuales en esta isla, y 12
laera de ella franco de porte.
CORTES.
CONGRESO.
Sesión del día \5 de enero de 1848.
PRESIDENCIA DEL SEXOR MOV.
(Conclusión.)
El gobierno lleva la bandera del partido conservador.;qué motivos tenemos nosotros para no apoyarla? ¿es p o r que ba abierto las puertas del parlatneulo cerradas por
tauto tiempo?
la coudncta de la mayoría lia sido siempre «fidelidad eo sus opiniones, firmeza en sus principios.»
esta ha sido su conducta en un año i]ue lleva de existencia. Cuando el gabinete Soto Mayor pareció en el secreto
de ona urna, y subió al poder el gefe de u» partido que
lio quiero nombrar, ¿qué dijo? Gobernaremos con los principios del partido conserv-idor porque de ol bemo.« salido.
Y qué diji-i la mayoría? JVo, con iVaiiqneza como lo liace
siempre. ¿Y qué hizo aquel ministerio? Suspendió 'as sesiones y hasta amenazó con disolver las Cortes, lo que no temimos porque teníamos Id en nucs;ros principiosy c o n lianza de que ai presentarnos á nuestros comilcnies podianios hacerlo con la frente erguida.
El ministerio Pacheco tuvo que ¡lamaral señor Duque
de Valencia. ¿Y cual ha sido su conducta al subir al poder?
apoyarse en la mayoría. ¿Qué sucedió en la contestación
al discurso de la corona? la mayoría le apoyó, la miñona
le rechazó, hizo bien porque así debia de ser. Ahora se
suscita la misma cuestión y el resultado será el mismo; pero en esta cuestión tendrá una gran ventaja porque el g o bierno dice: quiero saber quienes son mis amigos y quienes son mis contrarios. La minoría le negará, pero la mayoría le apoyará. [Bien, bien.]
El señor líermudez de Castro: E l señor Collantes ha
querido saber cuales son mis ideas al firmar el dictamen
con la comisión; y yo diré á S. S. que son las mismas (juc
el señor Collantes espuso al firmar en el año 4 ^ una a u torización igual pedida, por el gabinete del señor isluriz,
porque como liombre de gobierno no podia negarle los
recursos para gobernar; pero babieudo ayer oido al señor
duque de Valencia que la cuestión la hacia de gabinete
descartándola enteramente de la parte política, dije y r e pito hoy que no me parecía esta cuestión la mas á p r o p ó sito para deslindar la mayoría de la minoría; que tendrá
una gran mayoría en todas las cuestiones á no dudarlo,
pero los que voten en esta no crea que lo liarán del mismo modo en otras.
El señor Montañés: Al apoyar ayer mi enmienda h a blé rii ini nombre y no en el de la minoría: asilo dice
también el diario de las sesiones que voy á leer (lee un
párrafo i!el diario) lo que acabo de leer prueba que no
era un ardid ni pretesto frivolo para desunir la mayoría.
Vo no luje quo la minoría votarla; así, ó asau,- dije, que
como medida de gobierno la votarla; es decir; que si alguuo de la miujría la vota será corno medida de recursos,
:io como aprobación de la marcha política del gobierno.
El señor Olózaga : Señores, no puedo menos de contestar á lo (juc ha dicho el señor Martínez de la llosa,
porque ha aludido á la minoría y á nombre de esta misma voy á decir: que estábamos decididos á votar la autorización porque nosotros no queremos negar al gobierno
los recursos necesarios para atender a las obligaciones del
Estado y porque habia presentado ya los presupuestos de
este año, mas habiendo declarado el señor l'residentc del
consejo de ministros que esta autorización la hacia cuestión de gabinete, porque queria saber si tenia mayoría
en el Conjúrese, desde D(|uel mismo momento desistimos de
nuestra idea primera, porque ya no era cuestión meramente administrativa, sino cuestión de política. Esta es la
razón que tiene la oposición para uo d a r sa voto á la autonzaciou qoc solicita el gobierno.
El señor Duque de Valencia, presidente delconsejode
ministros: El gobierno declaia que los motivos que ha te"'00 para hacer esta cuestión de gabinete fué el discurso
proDuiiciado por el SL-ñor Montañés el dia pasado en esta
discusión, y porque también se ha dicho eu los periódicos
que la mayoría no estaba conforme con el cobierno.
í 8°"'erno asi mismo declara .que auu cuando puede
usar de la prerogaliva que le concede la Constitución para
disolver las Cortes caso de que le fuese negada la autorización que solicita, está decidido eu ese caso á presentar á.
MAÑANA.sa^AW Blas
de
ob.ymr.
y el beato.
Longobardo.
Nicolás
S. M. esta misma noche su dimisión, y que venga otro á
solicitarla.
El señor Presidente; Habiendo suficiente número de
señores diputados aprovecho esta ocasión para votar una
ley.
Un seíior secretario lee el proyecto de ley sobre p o r tazgos, pontazgos y barcagcs, y hallándose conforme queda
aprobado definitivamente.
Se lee y pone también á votación el proyecto de a u torización al gobierno para seguir cobrando las contribuciones hasta fin de junio del presente año y queda aprobado en votación nominal por I48 votos contra 57 en la
forma siguiente.Señores que dijeron si.
L. Alcántara, Arrazola, Bellran de Lis, Sartorius, La
Roca, Jjiavo Murillo, Vista Hermosa, Bayer, Garcia Hidalgo, Pidal, Armero, Mayans, Davalillo, Zaragoza, Escudero (don A.), Bosque, Gaya, Escudero (D. F . j , Villagarcía, Castilla, P . Montenegro, González Rios, FerreiraCaainaño, Goyeneche, Belloso, Rives, López Vazíjuez, Vahey,
C. Collantes, 3Ioyano, Bermudez de Castro, L. Ballesteros,
Melida, Esteban C, Rey, Fabraquer, Orfila, Mata y AIós,
Muñoz Maldonado, Alvaro, Ruiz Cermeño, Navarro, Belda,
Cezar, JVegrete, Fiol, Calvo Rubio, Martínez de la Rosa,
Company, Miota, Vclluti, Plora, Planas, Marcó, IJcdmar,
Madramani, Qairoga, Polo, Barreiro, Rivas, F . Calderón,
Martínez Almagro, Méndez, Borrego, Carriquiri, Puerto,
Escudnro y Azara, Alonso, Gaviria, Coello, S. Mendoza, Salva, Par (D. Ángel;. Paz ('D. Pablo.) Reina, R o mo Gamboa, Ocafia fD. José), Muñoz, Sierra y Moya, IVios
Rosas, González Bravo, Seijas, duque dé Alba, Amarello,
Arce, Casado, Albear, Aniblard, Rubalcaba, Falces, V a l cárcel, Belmente, Valbuena, Quijano, Osorio, Las Heras,
Viñas, Olivan, Canga Arguelles, Bedoya, Alfaro, Mora
í'ü. José], Anduaga, Marin Barnuevo, Federico, Sánchez
Fano, Pallejá, Barróla, Hurtado, Corzo, Valariuo, Tames,
Villaverde, Descartin, Ramírez Arellano, Lamoueda, L u zás, Cachero. Carenga, Merelo, Llórente, Homero Giner,
Ayuat (D. Francisco;, Ainat fD. J.j, Leal, Ros de Ulano,
San Román, Luarca, Campoy, Areitio, Barzanallana, Sánchez Toca, Ortiz, Tutor, Miguel l'olo, Cuenca, Moreno,
Piódenas, H. Troyano, P á r a m o , Toubes, Puga, Seijo, ÍNocedal fdon C.J, Rnbio, Señor Presidente.
Señores que digeron no.
Silva, Huelves, Sagasti, Garcia Suelto, Sarda, Mendizabal, M. de Torre-Orgaz, Cortina, Fuentes ^D- J. José;,
Pratosi, Roda (D. M.;, Crespo, Calvez Cañero, Olózaga,
Iñarra, Villalobos, Corral, Baeza, Lujan, Calatrava, García
¡D. Mauricio;, Alsina, San Miguel, López Grado, Orozco,
Saez, Garcia Román, Rica, Messia, Rivero, Ordax, Pérez,
Orense, Ángulo, Franco, líallesteíos.
El señor PIIESIDEINTE: Mañana uo habrá sesión, y el
lunes se discutirá el proyecto de ley de socicJadcs auóuimas. Se levanta la sesión.
Eran las siete.
"ANA.
MADRID 42 de
enero.
Cuanto mas rellexioriamos en la posición de
nuestros adversarios con motivo de la acusación
protnovida contra el señor Salamanca, tanto inaa
nos ratincamos en la idea que de su (alia de p r o visión y cordura liemos constantemente formado,
A nadie menos que á ellos parecía corresponder la
iniciativa en esta cuestión delicada , y ellos han
sido los que la lian tomado en un m o m t n t o de
vértigo de que acaso no tarden mucho en arrepentirse, si es que no están arrepentidos ya. Nosotros
debemos felicitarnos por un acontecimiento que á
ninguno perjudica tanto como á nuestros enem¡<;os
comunes. T o d a s esas protestas de unión y de sincera y cordial armonía de que los moderados l u n
hecho alarde en estos últimos tiempos, han caido
estrepitosamente por tierra al eco de una sola votación. Si nosotros fuéramos débiles, que no l o s e -
EL
SOL.
caso cesará los sábadi
\'^''*^^
•' '^s 6 y
\Pónt;s{'.. y las 5 y
5 7 mifinios.
3 minulOíi-
mos como ellos lo saben, este suceso nos daría fuer*
za, consistiendo esta como consiste no tanto en el
vigor propio, como en la debilidad de los demás.
¿Ve qué filas proceden los h o m b r e s que han
jurado ia perdición del ex ministro acusado? ¿De
qué filas procede la victima, objeto del anatema de
esos mismos hombres? ¿En qué filas forman los
h o m b r e s que componen el ministerio , que tantos
esfuerzos han empleado en evitar esta acusación?
T o d o s ellos son moderadosj todos pertenecen al
bando que juró nuestra ruina. ^Quiérese una prueba mas patente del estado de desunión y discordia
que aflige á nuestros enemigos? ¿Quiérese una demostración mas evidente de los odios que los iuulilizan, haciéndolos completamente itnpotentes para seguir gobernando?
Los moderados debieron aplacar la esplosion
de sus odios, cuando no por otra razón, por no p o ner en tan triste evidencia esa desunión espantosa
que los hace asesinos de su causa. .\Joribunda com o lo estaba ya ante los ojos de la nación, acaba de
rc-cibir de las manos mas interesadas en sostenerla,
el último golpe de gracia. Oía salga inocente, ora
culpada esa víctima propiciatoria objeto de la espectacion general, el rompimiento que acaba de
verificarse no tiene soldadura ninguna. En los matrimonios mas desunidos se olvida toda especie de
reyertas, mientras no se pronuncian palabras que
hacen inevitable el divorcio. Hombres que no saben reñir sin apellidarse ladrones ( p o r q u e esta es
en último resultado la calificación que algunos de
ellos han hecho de tos demás, acusando de r a p t o r
al h o m b r e que representa la fraction contraria), hombres que á ese estremo recurren, no es
posible que vuelvan á unirse t n los términos que
antes estaban. La ilegalidad por sí misma es valla
que se salva fácilmente entre hombres avezados
constantempnte á prescindir en todas sus cosas del
respeto debido á la ley la acusación de inmoialidad, es el peor sentido de todos, es y no puede
menos de ser un abismo insondable que ninguna
transacción ni avenencia pueden decorosamente
salvar.
.4 nosotros nos da lástima de veras la situación
de la mayoría. La causa del Sr. Salamanca está
hoy en manos de una comisión que usi como puede estimar procedente la acusación intentada , favoreciendo con su dictamen los odios conjurados
contra aquel, puede desestimarla completamente,
opinando que no ha lugar á que siga adelante el
proceso. En el primer Cáso, se hace cada vez mas
profondo el abismo que media entre unos y ctros
de nuestros adversarios: en el segundo, no hay
medio posible de hacer entender á las gentes, que
la opinión favorable al acusado, es efeclo de la
convicción, pudiendo serlo como lo puede ser de
otras considerucioties m u y diversas^ entre las cuales ha de ocupar el primer lugar el instinto de la
conservación. Ambos estremos de la disyuntiva,
llevan consigo la sentencia de muerte contra la d o minación de esos hombres que el pais rechaza y
maldice. El progreso no puede menos de ganar en
osa lucha tan inconsideradamente trabada en las
filas de sus adversarios.
La situación del general JXarvaez es peor todavía y con mucho. ¿Gomo sigue con las Cortes
abiertas, ante una mayoría que tan solemnemente
acaba de derrotarle? ¿Cómo se decide á cerrarlas,
dejando problemática la honra del h o m b r e q u e ,
^ ( 2 ;.
acusado por ia parle mas rutibumla del Congreso,
no lid itnido maí voló de ubsoliicion (jue el que
It; Í!;jij dudo los iJiií!Í;;ltíriales.' El alulladero es terrible, ^v no esíacil (piL' puedaij scilir de él los que
no }«,j(i tenido presl¡i:io de ningutia especie para
lívilar (jue si¿^uiesi: adelante un ijfgocio tan delica-lo y <ic; tanU inÜueíjcia en lua ileslinos de la dotuindcion moderada, como es el que nos ocupa.
Ld única posición despejada y exenta de ¡oeunvenienle», es la de los progresistas. Su velo en
¡)iO de la acusación, no lit:ne mas significado que
t.i mero deseo (l*í indagar la culpabilidad ó la inocencia del liouíbre cuja pureza de conducta han
puesto en Itla de juicio sus antiguos correligionarios. Colocados en este t e r r e n o , no hay en ellos
consideración hum.ina que pueda hacerles faltar á
• US exigencias de la justicia, purque ¿ cjué intere's
pueden tener en tapar las faltas de nadie, ó en hacer que consigan la victoria pasiones de baja ralea,
de las cuales no participan? Serenos en medio de
la tempestad, la pueden conleritplar desde el puesto sin temer que les alcancen sus rajos, podiendo
aprovechar la ocasión de aumentar el número de
los nánlragos en ese mar de ina\oral¡dad que ellos
no han surcado jamás en sü proveibial honradez,
en su humilde y santa pobreza. El dia de la justicia se acerca, v el pais sabrá hacerla á los hombres que cualesquiera que puedan haber sido tus
inevitable."^ errores como hijos de hombre que son,
tienen al menos la salisíaccion do alzar puras sus
frentes al cielo, _y de sentir latir en su jiecho un
corazón inmaculado y recio, tal como el que aletea
en el seno de su virtuoso caudillo.
(EspecCiulor.J
EL
ríUMEKO
SIETE.
L'¿ Faro industrial
ik ia llábana
¡.¡'iblic: ti
o'gLiiciile udiculiio, C|uf t!asiai.:¿';uüs a nn •.'.-. I ras columnas eu la seguí idjd de que agradará a nuestros
lectores;
«Entre los (lirt-rciiles núcnero.s que df.->d" !,i
cícücioo del mundo liarla nue-^lioa días vetuo; i.-piulidos, asi en las historias sagradas ctiuiv) pioiaiias_, ciencias, «rlc-s, liteíaliira etc., cítefiiu-i IJ.JÍÍ
ninguno lleva veotajü al núm/íío si<'Ce^ td cuui
ac:aso uo h j j a f-^iou, (.i obra ali^nna di.' ia inteligencia humana domie :;0 se vea citado tnaycr número (ie veres que (.0 íes io^ deís^í;, obsí'! vaciciicii
t u que nos ha hecho c¿er un aílicuío ¡nscri*» (-n
uno de los úllimus númerosdf I Diario de la Marina sobre la prepoiideruncia del uso de los oúuieros "h y ){. lié aquí ijs ocasiones en que recordamos haber visto repetido el úetc, las cuales
apuntaremos en el desorden que nua las Irai^^a
nuestra tnemoria, sin atender á épocas ni ci-siíicaciones.
Las 7 maravilids del n)nrid<í (últimamente IM
aumentado este número.)
Los 7 sabios de Grecia.
Los 7 Sabios de PeEsiy.
Los 7 iníaotes de Lara.
Las 7 plagas de Egipto.
Los 7 cielos de Mdhoraa.
Los 7 años de guerra (entre Inglaterra v F r a o CÍJ.)
Los
Los
Los
Las
Lis
Las
Los
Las
Los
Los
Los
Las
Los
Las
Los
Los
Las
Los
Las
Los
L^s
7 dolores de María.
7 coloies del prisma.
7 pecados capitales.
7 iglesias primeras del Asia.
7 palabras del Señor.
7 Partidas.
7 reinos anglo sajoots rileptarquía.)
7 santas cruzadas.
7 electores de Alemania.
7 t e j e s de R o m e .
7 hermanos Macabeos.
7 notas de la música.
7 planetas primarios.
7 viiludes.
7 mandamientos del piojimo.
7 dia» de la semana.
7 cuerdas de ia lira.
7 agujeros de la flauta.
7 colinas de Roma.
7 satélilcs de S i l u r n o .
7 cabezas üe la IM Ira.
LJ3
Los
Las
Las
Lis
Los
Lis
Las
Lis
El
LJ->
7 heimunas Titáuidas.
7 Sjcramentos de la iglesia.
7 plantas de Atis.
7 esloras estrelladas de Bjudli i.
7 vocales griegas.
7 años de la inlaucia.
7 cabniias de Sauch.
7 vidas del galo.
7 suelas de picaio.
7 df octubre.
7 ccdios del Líbano, etc. etc.
ISue^tro señor Jesucristo uiuiió f/e¿e dias antes
de ios caiíMiJas de enero. Los ro(uanus daban el
premio al que ea los juegos del circo recorría
piimero iiete veces la arena. Si nos rasgamos la
rop.i con un clavo decimos que nos hemos hecho
uft siete. S I se trata de encerrar á uno, ha dejser
debajo de siete llaves: si de confundirlo, ileba)0
de siete estados de tierra. En lo antiguo hubo algunos put-'blos qae pagaron tributos de siete d o o eelias y siete mancebos. L a relación del diámetro
a la circuulerencía es como du siete a 2 2 . Si el
engendro no e:i de nueve meses, liO pnede ser
períeclo sino de si¿te. El célebre don Rodrigo
Cülderun, entre otros títulos, luvo el de ma ques
de Siete Iglesias. El siete es número priuio. El
úitiujo r e j varón que hemos tenido desde U reu(lion de Aragón y Cjstdla ha sido nn
Séptimo.
Culón volvió á Esuaña a los siete meses después
de su «alida cudodo lapriiuera espedícion. L J primera regencia (jue hubo en España después de la
nni'jn de liü dos corotsas por ujuerte de , Felipe
de Anstrit» fué de siete individuos. En los juegos
de naipes td sicíe hace un papel importante, en
ia báciga (s coino.iin, '.i) tljuegO del solo malilla,
etc. Si vol»" mos ia vista á una época siete siglos
anterior á nuestra era, vereuios nacer la hlosoí'i»
griega, conocereiuios á los siete alamados sabios,
y e(i íueiHo de grandes revoluciones políticas nolafetuus ri iles^rfoilo de las ciencias geométricas
• atLrü.':ó;i;íCc!í íL'sn'ia'! <s '>0!' tales de Miletc. S'
no queremos detenemos a distancia de tanlossiglos
y DOS venimos ni i/eíe después de Jesucristo^ asistiren;Os á los nitales del Mrtlioioetismo, leeremos
la primera puidicacion ikl Koran, maldeciremos
á Ornar, bárbaro calda que entregó á las llamas lu
lamos-» biblioteca de Alejandría compuesta de j¿etecientos mil volúmenes, y por fin^ daremos mil
y mil gracias al que primero uo^ enseñó á escribir con biS piuiuas que hoy empleamos. Si regisíratuos el Apucali[)sis de San J u a n , veremos que
el siete era el número predilecto: candelabros con
siete íuccheros; siete candeieros de oroj el misterio de las siete estrellas; siete lámparas ardiendo;
fci libro de los í/e¿c sellos, etc. etc. Por último,
reptlicnos, seria no acabar si nos propusiéiemos
perder el lienjpo en c.xatííinar de cuantas maneras
y en cuantas divcit»as épocas, sobre lodos los ramos que cumpreudcn los Immanos conocimientos,
está empleado dicho número,, investigación que
abandonamos á quien, u)énos ocupado, quiera
ilustrar tan útil materia, y concluirerno.i advirliendo que la aug'jsta soberana que después de
siete años de guerra civil rige h o y , año de cuarenta y siete, los deslinos de España, es el sétimo
soberano de la dinastía de Buiboi».»
A nosotros se nos ocurren en este instante algunos acontecimientos que tienen también relación con el n ú m e i o 7.
L i s 7 letras del nombre de Alfonso ti sabio
que tanto preocuparon á este monarca.
El 7 marca el año climatérico de los médicos.
Los 7 años de.nuestra guerra civil.
El 7 de julio de '1822.
Los 7 miriiv>ler¡os que hay en España.
El 7 de enero la llegada de Espartero.
Los 7 tíños de la inocencia (Esto no tiene relación con el Eco^
Los 7 primeros hijos con tal qiie sean varones
hacen al padre n o b l e . . .
Los 7 reyes F e r n a n d o s .
(Popular^
1 •Kiyjjwnn u
Palma 2 de febrero.
PRESUPUESTOS.
En la sesión del dia 15 del liltimo enero fue aprobado el proyecto de autorización para seguir el gobierno cobrando las
contribuciones por ciento cuarenta y ocho
votos contra treinta y siete. No en valde
dijo el Sr. Mendizabal que las Cortes de
cuatro años á esta parte han prodigado á
los ministerios moderados un sin numero
de votos de confianza, añadiendo que apesar de este apoyo y del que ha encontrado
en el trono, deseoso siempre de coadyuvar
á la felicidad del pais, aquel no ha hecho
mas que aumentar los presupuestos de una
manera asombrosa, sin que por esto se haya aumentado la riqueza pública: antes por
el contrario, examinemos el desgraciado año
antepasado en las cosechas de Mallorca, y
dígasenos si este aumento de contribuciones guarda proporción con la miseria que
hemoi esperimentado. Las disposiciones del
gobierno, lejos de atender á las reformas
administrativas, se han concretado á su sistema político, y para dar á conocer que
las leyes que proyecte han de carecer de algún requisito, véase la gran medida del
sistema tributario., basada sobre falsos pedestales, puesto que el método de repartirla no tenia uniformidad ni igualdad, y
no podia ser por lo tanto equitativo.
Los presupuestos que los gobiernos preoCntaíi a la aprOjjaCiOíi uC i3S CüríCS s o n la
norma que ha de regir en todo aquel año,
por el que figuran, tanío en los ingresos
como en los gastos. No hay duda en que
las contribuciones se cobran ; pues bien , si
se cobran las contribuciones y en los mismos presupuestos está determinada su inversión ¿se puede saber cuál es la causa de
que algunas clases del Estado no cobren ni
las dos terceras partes de su asignación?
Dónde va á parar entonces lo que se paga
demás de loque se abona á todas las clases?
Triste cosa es que en España el gobierno
representativo haya llevado tan violentas
sacudidas, que nos hallemos sin una leydecorosa de culto y clero, sin que se hayan
ventilado las inmensas reglas, leyes, y proyectos que debian haberse puesteen planta
para el arreglo de la deuda publica y sin
que por espacio de algunos años se hayan
discutido los presupuestos. La mayor parte de los gobernantes, apenas han obtenido
de las cortes la aprobación ó autorización
para seguir cobrando las contribuciones han
cerrado ó disuelto aquellas, tomando para
este acto un pretesto fiítil ó insignificante.
En la ocasión presente, si las palabras del
presidente del Consejo de Ministros, no son
ilusorias, debemos creer que las cortes continuarán, apesar de esa aprobación ó voto
de confianza. El Sr. Narvaez dijo terminantemente cíQwe aun cuando el gobierno
podia disolver las Cortes en aquella ocasión,
si no era apoyado, aquella misma noche
dejaba sus dimisiones en tnanos de S. M.Í:,
La autorización fué concedida, el gobierno
no tuvo precisión de dejar sus carteras, y
nosotros esperando que Jas palabras del
Sr. Narvaez no serán una ilusión, confiamos en que ni se cerrarán, ni se disolverán
las Cortes; en que se discutirán los presupuestos y en que nivelados los gastos déla
Nación con los productos la marcha del go-
(
j)ierno será franca y desinteresada. ¡Ojalá
sea una verdad el gobierno representativo!
¡Ojalá no tengamos que hacer inculpaciones por infracción de leyes y demasías en
los gobernantes! ¡Ojalá, enfin,que la Constitución se guarde y que se respeten nuestras leyes!
ADMINISTRACIÓN
D E CONTRIBUCIONES
de la provincia de las Baleares.
Formada por esla administración la malricula
que ha de regir para el pago de la conlribucion
del subsidio de la industria y cotuercio en el présenle año, estará de manifiesto en la misma por
espacio d e ocho dias durante los cuales pueden
acudir a ella todos los cootribujeiiles no agremiados, á enterarse de las cuotas ia^puestas, y reclamar sobre ellas en el caso ile creerse agraviados,
con el objeto de cjue el señor intendente pueda
resolver lo q u e crea justo con arreglo á lo dispuesto en el artículo 37 del real decreto de 3 de
setiembre dt-I año último. Espirado el plazo que se
icñala no lendfáfi derecho los contribuyentes á ser
oidos, y de consiguiente quedarán obligados al
pago de la cantidad impuesta. Pdlnia 1? de febrero
de ']8'íS. = Venancio Recio.
,i. •vi)-ví;> r;íi riscal ¿ares.
JEl paquete
de vapor
nom-
brado El Mallor(|u¡ii su capí•^?tK,^TA'^LMjxJi-íP^'-'i. í«'» 1^- Gabriel
Jledinas,
sul-
íjft; ü " ' ü £ í i 3 ^ ^ ^ ^ ^ 3 S
drá de este puerto para
el de
liarcelona
con la correspondencia del servicio
nneional
y público el viernes 4 del actaol á la ana de la tar.
de ; ailinile carga y pnsaqerus.
Lo despacha ¡), José
Eslade i¡ Ornar de este comercio, calle de Santo
tíomingo, número 1% cuarto
entresuelo.
Mahana\7)
del corrienle
á ¿as doce deí día
sal-
drá correo para Malion, f á las cinco de la tarde
para
/VZ-J.
L I B R E R Í A D E D O N E S T E V A N TRIAS.
Yerilicada ya la segunda edición de la Historia
de la Dragonera , sin aum<^nlar ni corrrg;r cosa al
guna por salir también en e^l(^ de la regla común,
pueden pasar los que gusten adquirirla en la librería de Trias dónde se lidila de vent-» n S rs. v{i.
Gran función
DOiVA
á henefii'io de
JOSEFA
BAYO,
actriz^ para el jueves 3 del comente.
Después de una escogida iinlonia , se pondrá
en escena el drama nuevo en cinco actos y sii.te
cuadros en vciso y original de D. Antonio Gartiu
Gutiérrez, titulado
EL R E Y MONGE.
La mognificencia de 'sta composición, digna
hermana lie IJS que con tanto acierto bu escrito
su misiuo .lutur , es de todo punto acreedora á un
merecido elogio: en Madrid en la época tle su desempeño tuvo un éxito asombroso, y al que .sin duda se debió su prohibición, de cuyas resultas los
leatros del continente se hdu visto des[)üjados de
tan hermosa obra; pero b o j dia los euiusiaslas del
genio del Sr. Gutiérrez pueden ya acuíür, para adtuirar su belleza de estilo y la Üuidez de sus cadenciosos versos.
Concluirá la (unción con la
DANZA D E FURIAS Y BUUJAS,
del primer acto de la Pata t/e Cfi¿»rí7, la que ejecutarán ocho parejasj con trajes infernales, y haciendo vistosas evoluciones con espadas de luegojílan^0 íin a la danza con un cuarteto de la
C E N I C I E N T A .
Oí la aprobación del público, demuestra
que
nn elección ha sido acertada, quedará
enteramente satisfecha.^J,
B.
A las 7.
rMa función va inclusa en las de abono.
i> )
CORREO DE HOY.
WADRID.
DISCURSO
Pronunciado por D. Joaquín Mai \a López en la
noche del -19 del actual en la a^jertura del
Ateneo progreusta
titulado El Porvenir.
Grande es, señores, á la fez que profundo y
patriótico el pensamiento que hoy nos reúne en
este sitio. Abrir la enseñanza á la juventud.
Un escritor contemporáneo ha observado acertadamente que si bien en otras épocas s¿ veía á
algunas naciones alzarse para ser grandes y libres,
ai paso que las demás las contemplaban desde U
inercia y el a b a n d o n o , y como que parecía «jue
las renunciaban por entero el privilegio de la acción , hoy por el contrario un movimiento de renovación general bnima á todos los pueblos, y parece presidir á la civilización del mundo.
Con efectoj nos ha cabidoen suerte el siglo de
la discusión y del libre examen ,• el siglo en que
ha perdido su autoridarl el dogma de la esouela;
el siglo en que no se dobla la rodilla sino ante el
altar de la razón ; el siglo por último en que á
pesar y á despecho de tantas contrariedades, el
espíritu humano se desenvuelve y m iroha en vapor como los convoyes de los viajen.s.
(^Aplausos.)
El hombre ha nacido para la lu. ha y para la
conquista: pero á la lucha material ha sucedido la
lucha riel talento , y á las conquistas de la fuerza
han reemplazado las conquistas de la inteligencia.
Por esta stí fijatí y perfeccionan los destinos de la
humanidad; se consignan sus santos priutijjios; se
rompe el cetro de la opresión y de la injusticia,
se alcanza y perpetúa la libertHd. La libertad, señores; esa palabra mágica, esa idea generadora que
ciíú dando la vuelta a! m u n d o , I|L!'-; ha renov-i'do
ya la f^z de varias naciones; que es la tumba de
los errores y de los abusos; el agua bautismal que
quieren reMbir los pueblos civilizados, y que por
mas obstáculos qu:; se nos opongan, por luas que
se retarde el cumplimiento de esta patriótica jjrofecía, es también nuestro elemento y nuestra predestinación. (Repetidos
Aplausos.)
Mas al hablar así de la inteligencia y al proclamarla por reina, nu se crea que aludimos a esa
inteligencia avara, riedadoga, inaccesible que desprecia todas las clases, que no tienen la fortuna
de conij)rendar sus arcanos; que lleva colgado el
orgullo como un collar de oro; que bolla á todo» los
hüiíibres como el polvo que pisan nuestros pies;
no; nos referimos á esa otra inteligencia humana y
bienhechora que ve en cada h o m b r e un hermano,
que trabaja innesameote por la felicidad d e todos,
con el celo de la le y con el ardor de la filantro*
pia; (pje se difun<le que se derrama por todas las
ca[)aí( de la sociedad j)ara penetrarlas todas, y que
solo aspira á acelerar el veíituroso dia en que el
trono de la justicia y ile la í;oncordia se eleve hasta el cielo^y en (jue se vean agrupados á su alrededor y formando una sola familia ó todos los
hombres felices y satisfechos. (^Repetidos aplausos.)
l^reüiquemos, pues, la doctrina, seguros de su
clicocia y de nuestro triunfo. La cabeza del hombre no es mas ingrata que la tierra que desenvuelve el germen que se le confia. Los pueblos son como el guerrero de Homero que solo pedia en medio del combcste la luz para pelear hasta contra los
mismos dioses. (^Aplausos.)
Pero si es urja verdad que todas h s teorías
debtn recibir su confirmación de la historia, abrarnos la de los pueblos antiguo^ y modernos, y ella
uos dirá (pie las épocas d e mas saber, ^e mas civilidad y gusto, han sido también las de luas esplendor y gloria. El siglo de Péiicles, de ese hom
bre estraordinario de quien decían sus coutemj)oráneos admirados al oir su irresistible elocuencia,
que Júpiter lanzaba rayos por su boca y cuyo
magnifico elogio se nos ha conservado en aquel
sencillo pero significativo verso « a t r o n ó , fidminó,
trastornó a Grecia; » ese siglo, digo, fué mil veces
mas brillante por los grandes h o m b r t s q u e produjo
que por las señaladas victoria-» que obtuvieron los
atenienses en aquel tiempo. El siglo de Augusto,
de ese otro hombre vaiio y singular que supo ín
cardinar su impiíio sobre las ruinas de i,oa república ¿vitando «1 fií. trágico que había tenido t i
desventurado Cés.-r, nos es mas conociiio |)0r los
dulcísimos vtrsos de los Horacios, y de los Virgilios , que por la (tolilica astuta y por las continuas
pioacriiciones d e aquel eniperador. El siglo de don
Feriidndo y de doñj Isabel y de su sucdsoí Carlos
Qui:¡lo, eotr.; no.>ulJü.s, se recomienda ina? á nuestra memoria por ios nonibies de los Ercillas de
los Herreras y d e Ks Garcilasos, que por laj ventajas (pie ol-tuvíiDOs en nuestra patria y por los
importantes descubrimientos que hicimos á la otra
parle de los muies- Parece todavía, señores , que
la sombra respetable y .sagrada de aquellos ingenios defiende de nucslras acusaciones el sepulcro
de aquellos déspotas. ( AplauíOS.) Finalmente; el
siglo de Luis X I V _, de ese otro monarca absoluto
y feliz, es mas notable por la multitud de filósofos de poetas y de escritores que produjo, p o r los
dulce.>> airullos de Racine y por la imaginación
atrevida de Coroelle, que por el ruido y brillo de
las armas francesas, que llevaron la consternación
y ol terror a todas partes, sin otro motivo ni objeto que el de satisfacer los caprcihos de un monarca infatuado con su grandeza. (^Aplausos.)
Tal vez se m e dirá que en esa época que y o
fijo como de feliz desarrollo para Us ide»s, lué en
la que mas se entrorjízó el despotismo. No es esto
absolutamente exacto. N o : Luis X I V aparecía á los
ojos de la Francia como un héroe de colosal estatura. Rodeado del prestigio que da la victoria, le
fué fácil abusar de éi; le fué fácil imponer 'A P a r lamento un silencio de muchos años. Pero también
en atjuel tiempo se arrojó una semilla cpie no tardó en dar un fruto tan favorable y decisivo. Aquel
monarca babia favorecido las artes y las ciencias
con una gloriosa imprevisión. El reinado de la filosofía llamó en pos de sí el de la política. Los
hombres conocieron sus dctecbos y .se mo^traron
resueltos á vindicarlos. El si-lo X \ ' pasó inútil y
hasta ve£gon:/o=ímctite. Luis W i cüiró en la triste herencia de sus antecesores ^ y no podía menos
de ser aplastado bajo el peso de las debilidade.-,
propias y de las iniquidades pasadas. Quiso oprimir á su pueblo con su cetro, y su cetro se rompió. Torrcott^s d e sangre pasaion ()or encima d e l.>
monarquía. Hé aquí lo que uos presenta la histori.'
de aquella época. Primero, un cadalso ensangrentado, y después la palma iruuarcesible del Iriuuío
de la libertad. ¡Lección leriible (|ue se presenta ;•
la vista espantada de los déspotas, y que nos descubre el ancho campo (pre abre el peñsaiuienlo
libre ú las naciones esclavas! (Aplausos.)
Pero, si según las teorías y según la historia,
son tan necesaiiis á los hombres las ideas, lo soi»
mucho mas á los que foriasn un parlido político;
una de esas fracciones que dan vida á los gobiernos representativos, y que se arrojan á la arena de
la discusión con la csncieucia de su fuerza y con
el grito de Medeade ((yo me basto a mí misma» para arrancar el poder de las manos de sus advcisarios. Un partido político sin ideas es un cuerp >
muerto: es ua cuerpo siu corazón y sin C3L>;;Z;J: es
la estatua de Mémnon á quien las sombras tíe la
noche hacen cjihalar sonidos lugulires y UbtiuierOs,
aguardantlo con ¡nipaciencia la venida de la nucv.i
aurora que le traiga nueva luz y nueva alegría.
(y/plausos.)
Mrfs cutre todos los pailidos políticos hay UÍKI
á quien es d«blemente n-jccsüria la instrucción.
Este ts el jiarlido a quien esta {)rometido el mando por medio de las idea.^; el partido que combale
incesantemente los errores y los abusos; (pie asesla sus tiros contia la muralla ya upcrtiU-ida que lo.s
defiende. Tal es, señores, el partido del progreso.
Partido humilde, pero partido elevado; nartiilo íiu
lujo, pero partido con moralidad; partido sin jactancia, pero partido con virtudes; Partido que tiene delante de sí la esperanza, y delrüS los recuerdos; allí un porvenir de libertad y de gloria, acá
ejemj)los dignos (pie imitar de varones ilustres entre los cuales descuella en piimer término c o m o
fundador y como maestro el desgraciado y virtuoso /arguelles.
(Aplausos).
En el calor del momento y en el vuelo rápido
de la ¡uiagifiacion,e.it3 sella íucÜüailo n.iluralmente al l.ido de sus siuip tlías, y un hombre querido é inolvidable se ha venido á UJÍS labios. Interrumpamos por un mouiento el discurso para des-
(4)
filar p o r delanle del sepulcro de ese tuartir d e la
libertad, y tributar un recuerdo y una Ulgritua á
bus cedizas. /Aquel hombre antes tan elocuente^
aliorcí tan callado y tuudo/ Mas en la losa que lo
'¿{liinla refleja sus rayos la |inuiorlal¡dad, y LMI ella
puede leerse aqu^l senciÜu pero consolador disüco;
Que en iu tumba enlutada y sileuciosa
La eternidad rt'posa, {^/dplausos).
Tal es, señores por d.-s^^racia la suerte del genio sobre la tierra, y mas Cuando le acompaña la
probidad. Una existencia pobre y obscura^ tal vez
despreciada: una virtud estéril, sin alicientes, sin
eatiojulos, sin encantos, hasta sin recompensa; un
nombre mordido y despedazado á cada paso p o r
!.j envidia... mas no importüj el genio desaparece,
pero íjü perece, l^o ese mismo naufragio una ola
salvadora le eleva basta el cielo que se abre para
reiibirlo. [Repetidos
aplausos).
Pero volvamos á nuestro propósito.
Nu basta, señores, el instinto aun cuando sea
dirigido al bien. La huaianidad, como ha dicho
un célebre escritor, no tiene la marcha siempre
armónica tle un astro, ni las fantasías de un niño.
Tiene pjsionesj pero también tiene ideas. Se entrega ;i sus impulsos, pero también recotioce las
le_)'es del [)ens3mieolo y de la lógica: ^.-mas de que
servirian estas ideas, de (jüe .servirian estos pensamientos si estuviese reservado el dominio del mundo? Sí, señores, el dominio del mundo está reservado á ¡as ideasj y lueru grande error suponer ciue
los destinos de la sociedad humana y de la civdizacion moderna son lijos, _y que no pueden hacer
otra cosa que rodar sobre la miiUja órbita de acontecimientos semejantes y de instituciones imitadas
No, señores, no; nosotros no eslí-müs en el m u n d o
para pronunciar oraciones lúuebres sobre lo pasado. Debemos elevarnos á nías altas esperanzas^ debemos Irabdjar sin descanso en el desarrollo inteiecluíil, moral y material del pueblo, v esperar sin
iíJíjuietud y paciíicamrnte e! ir¡u:d:; <le nuesíra
causa. Cuando el cristianismo hizo d é l a esperanza
una virtud, proclamó el progreso. [yJplausos.)
Nida importa que se abrigue una reacción lormidable contra las ideas: nada importa que ciertos hombres di seen y procuren que el ouehio sea
un eterno ¡Iota; Dediquémonos nosotros ¿instruirlo porque es el soberano de derecho, y porípje
cuando el pueblo sea verdaderamente instruido,será realmente el pueblo r e j por el pensamiento.
Los que Irrfiíüjen en quebrantar la estatua del eiror
en disminuir el poiJerde las tinieblas, esos son los
que aceleraran <1 verdadero reinado de la libertad.
¿Y por (]ué no poner en la propagación de las luces iaüjensas esperaiizi<>? Nosutros las tenemos y
por esta razón se IIJO fundado y abierto estas cátedras.
Ellas abrazan una gran parte de los ramos del
humano saber en que podrí» venir á aprender la
juventud ansiosa. Pero hay algunas de aplicación
y de utilidad mas inmediata.
La de derecho público constitucional ensenará
el mecanismo de los gol.iitrnos que se llaman representativosj ese mecanismo tan hábil y diestramente combinado , pero en que el equilibrio
es tan difícil y las invasiones son tan frecuentes.
(Jplausos.)
Otra cátedra de la historia del gobierno represeutativOj hará conoc< r esa pasmosa combinación
del enteodimienlo humano, en que se ha querido
conciliar la libertad con la oí)edienc¡a, combinación que es de esperar se mejore, porque nosotros
marchamos á la perfectibilidad, y porque los pasos que damos no son mas que ensayos, tiendas
de camj)aña que el espíritu humano levanta para
guarecerse y albergarse un dia, pero para pasar
después adelante, y levantar el magnifico edificio
del porvenir, (^Jp/ausos).
Las cátedras de economía iocial y de economía política enseñarán á desarrollar los medios de
prosperidad pública- y la de administración fijará
los verdaderos princi{)ios en una ciencia taá ¡ulei i s a n t e c o m o desatendida hasta ahora.
Olía cátedra \iay de bella literatura que inspirará el gusto ú la juventud y despertará BU ¡m<»giri;iCÍon : ese amable intérprete del pensamiento
(¡tje le da vida y colorido, y q u e ^ aunque Mont >gne cti un momento de mal humor le ha llamalio la loca de la casa, no es en realidad sino una
persona muy razonable, que no habita en el mundo para íormer cisma con la inteligencia, sino para eregirle templos y para consagrarle altares.
[aplausos).
Otra cátedra hay d e elocuencia, que se dividirá en cuatro seccionesj una d e elocuencia en general; otra de elocuencia forense: otra d e elocueocid
parlamentaria-, y otra por último de improvisación.
Por estos medios y á favor de estos estudios
germinará fácilmente en la juventud el género; esa
planta cerebral que crece y se desenvuelve espontáneamente; ese destello de la divinidad que eleva
al que la posee á una altura inmensa, á los mundos
de la creación, á la fuente vivificadora del entusiasmo, desde la cual el h o m b r e escribe una página inmortal para su historia, que arroja al lodo de
Id generación que vive, para que se recoja, se levante y adore por las generaciones venideras. (Repetidos y prolongados
aplausos.)
Asi se preparará también esa misma juventud
para la vida de la t r i b u n a : vida que se gasta y
consume p r o n t o , que se devora á sí propia, pero
vida brillante; vida de eterna agitación y movimiento, pero vida de gloria. El h o m b r e se parece
en ella al meteoro que cruza el espacio en medio
de la noche, para describir en la oscuridad una linea rápida, pero refulgente,
(jdplausos.)
La tribuna es, señores, el verdadero santuario
de la elocuencia. E n ella, desde las primeras palabras del debate, todo conmueve, todo inllama, todo inspira. Dejar, pues, las áridas esplicaciones de
una cátedra, los secos debates del foro ó cualquiera de los otros objetos de q u e puede ocuparse la
elocuencia para pasar á la lid de la discusión parlamentaria, es tanto como abandonar una navegación lenta y compasada por un estanque donde
las aguas no tienen ni fondo ni movimiento, y donde á cada instant^í se tropieza un estorbo, para
tendease en una nave velera por las azuladas é inmensas llanuras del Océano. (Aplausos.)
E! orador no íieríc msá que un superior en la
tierra; el poeta. El arma del orador es el pueblo,
que, como ha observado m u y bien Lamartine,
fDucbas veces se rompe en sus manos^ y aun le
hiere. Por otra parte se apoya en intereses y pasiones pasageras^ y su poder se debilita ó acaba
cuando aquellos intereses y aquellas pasiones se
debilitan ó se mudan. Pero el poeta maneja lo que
no puede perecer. Su inspiración viene del cielo,
y su lenguage es aquel lenguage sin palabras, si
puede decirse asi, en que el ulraa habla al alma y
el genio al genio. Su poder no se destruye porque
pertenece á los siglos. El le acompaña durante su
vida como una aureola de gloria, y duerme después
á su lado en la tumba para formar el magnifico
epitafio á su nombre. {Repetidos
aplausos^
A mi se m e ha designado esa cátedra d e elocuencia, y desconfio mucho d e mis medios p a ra poderla desempeñar con éxito. Sin embargo,
estoy muy reconocido a l a Sociedad que al acordarse de mi para confiarme este difícil encargo^ parece que ha querido sacarme del retraimiento voluntario en que vivia, y entreabrí; la ¡ losa ;de mi
sepultura para que penetre en el un rayo de luz,
que pueda todavía reflejar so mi frente. [Repetidas
aplausos y notable
emoción.)
Seáores: el mundo nos c o n t e m p l a ; y el tiempo, esa mar inmensa sobre la cual navega la humanidad^ se presenta u nuestra vista como un
Océano sin límites. Nosotros debemos esperarlo
todo de ese tiempo, y por eso sin duda se ha dad o á esta Sociedad el título de Porvenir. ¡ Y cuanto no significa esta palabra ! Ella es una palabra
profunda, palabra elevada, palabra inmensa, palabra sublime, palabra hasta bíblica, palabra que lo
abraza y lo comprende todo ; que nbarca el tiempo en su perpetua duración; la vida de las generaciones y délos siglos,nuestras esperanzas y hasta
nuestras ilusiones.
Sí, señores, hasta esas dulces creencias d e la
prituera juventud que halagan y entretienen la vida meciéndola en un palacio e n c a n t a d o , y que
tantas veces acallan con la tnágia seductora de una
perspectiva cnlontananza, los quejidos dolorosos
del corazón. {Prolongados
aplausos.)
Poes bien : esas esperanzas se verán realizadas:
esas ilusiones se verán c u m p l i d a s ; porque tenemos
con nosotros un colaborador invencible; ese colaborador se llama e¡ siglo X I X .
(Aplomos)
Si señores: el porvenir es para nosotros lo que
la tierra d e promisión para los israelitas; es una
isla de luz y de ventura que empezamos á descubrir en la navegación que hacemos por el mar d e
nuestras inquietudes, d e nuestros e r r o r e s , y d e
nuestras miserias: es un punto en el espacio en el
que se fabricará un trono inmortal al pensamiento ante el cual caerán hechos pedazos los Ídolos
dorados que con su falso brillo fascinan aun los
ojos de la multitud d e quien solo se sirven para los
sacrificios y para el desprecio: es un dia escrito y
señalado por el dedo del Eterno en el camino de
las generaciones, en el cual no habrá ni se reconocerá mas que un Dios en el cielo^ una justicia en
la tierra, un amor entre los h o m b r e s : y un lazo
írateinal entre lodos los pueblos.
{Vivísimosy
prolongados
aplausos.)
Pensaba estenderme mucho m a s , pero el estado de mi salud y d e mi voz no me lo permiten.
Señores : la mitología nos dice que Deucalion
y Pirra después del diluvio tiraban piedras hacia
a t r á s , y nacían hombres. Marchemos nosotros
adelante; arrojemos ideas y brotarán genios. Genios
que rompan con lo pasado, que sean los arquitectos del grande monumento que ha de levantarse
á la libertad y á la justicia ; genios por último
que eleven esta pobre patria al grado de cultura,
de prosperidad y d e grandeza, á que p o r tantos
títulos está llamada.
{Sup. al B.)
Ídem 2 0 .
Según nuestro corresponsal de Zaragoza, tan
pronto como en dicha ciudad se recibió la noticia
de la llegada á Madrid del Duque de la Victoria,
uno porción de personas trataron
de venir á la
curte ú felicitarle.
Con este motivo se proyectó
una suscripción que en cinco horas produjo dos
mil quinientos duros. En seguida fué
nombrada
la comisión componiéndose de una porción de personas notables, que en el acto se pusieron en camino, debiendo llegar á Madrid de un dia á otro.
Con dicha comisión vienen una porción de músicos dispuestos, si la autoridad lo consiente, á dar
al Duque una magnifica serenata, en la que casi
esclusivamente
no se tocará mas que la jota aragonesa.
ídem 2 8 .
Ayer á las seis de la tarde el general
Espartero estuvo en palacio á despedirse de S. M. la
Reina, la que habla designado
dicha hora
para
este objeto. S. M. se mostró sumamente amable y
complacida con el general,
á quien dio los mayores muestras de afecto y dejerencia,
durando
la entrevista por espacio de mas de media hora.
S. M. el rey estuvo asimismo presen/e y conversó un buen rato con el Duque dándole las mayores pruebas de interés.
Elgsneral Espartero iba vestido con el uní forme de anticuo coronel del regimiento de Soria.
{Espectador.)
l'LAZA D E CORT.
POR
E L PRESBÍTERO
Véndese á 3 r s . v n .
PALüiA:
Í.VPKENTA
DE PEDUO
EDITOR
JOSÉ GELAUERT,
RES1'0NS.\BLE.
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