12 De 2 a 5 años La escuela: el segundo escenario de socialización 24 Opinan los expertos Cuando uno de los padres cría solo a los hijos 30 Entorno ¿Cómo motivo a mi hijo para que escriba? Crianza Salud & A ñ o 10 • n ú m e r o 1 • f e b r e r o - m a r z o 2 0 12 • p u b l i c a c i ó n b i m e s t r a l • B o g o t á , C o l o m b i a Para el bienestar de la familia Mejor alimentos que suplementos Contenido Así es su mundo 08 De 3 meses a 2 años Dormir y estar despierto Su hijo debe aprender a dormir solo. Lo mejor es crear una rutina para ir a la cama. Junta Directiva Nacional 2010 – 2012 Presidente Ana Cristina Mariño Drews 12 Vicepresidente Juan Fernando Gómez Ramírez De 2 a 5 años La escuela: el segundo escenario de socialización La entrada al colegio es una etapa clave para el desarrollo del niño. Padres y maestros deben apoyarlos en su adaptación. Secretaria Olga Lucía Baquero Fiscal Marcela Fama Pereira Fiscal suplente César Augusto Arango Posada 18 Vocales Lila Visbal Spirko Luis Eduardo Abello Ángela María Giraldo Javier Criales Jairo E. Ascencio Héctor Hernández De 6 a 12 años Mejor alimentos que suplementos Solo se deben dar bajo recomendación del pediatra. Revisar los hábitos de alimentación es indispensable. Presidente anterior Hernando Antonio Villamizar Gómez Representante de los capítulos Luz Stella Caycedo Gerente Gloria Zuccardi Opinan los expertos 24 Cuando uno de los padres cría solo a los hijos 30 ¿Cómo motivo a mi hijo para que escriba? 36 A propósito del vínculo afectivo, sabía usted que... Coordinadora de publicaciones Mónica Vivas www.crianzaysalud.com Año 10 - número 1 febrero - marzo 2012 ISSN 1692-150X Entorno Director Sea cual sea la razón, divorcio, muerte o adopción, criar un hijo solo no es una misión fácil. Consejos para darles el mejor hogar. Estimule el contacto de los niños con el lenguaje y las letras. Juan Fernando Gómez Ramírez Producción Editorial IPE- Mercadeo Relacional Legis S.A. Preguntas y respuestas ... los padres son los primeros gestores de ese vínculo amoroso estrecho que se instaura con el niño y la niña. Avenida calle 26 No. 82-70 Bogotá D.C. Tels.: 4255255, 4255262 – Fax.: 4255316 [email protected] [email protected] Fotos © 2012 Thinkstock Photos Portada Foto: Fernando Valderrama Modelo: Sofía Ossa López Crianza & Salud es una publicación bimestral de carácter informativo y educativo, editada por la Sociedad Colombiana de Pediatría, especializada en la crianza y la salud de los niños, desde el nacimiento hasta los 18 años, dirigida a la familia y al público general, de circulación gratuita a pediatras y ginecólogos de todo el país, y por suscripción a particulares. Envíe sus cartas, colaboraciones, preguntas o materiales informativos a nuestra dirección, fax o correo electrónico. Sociedad Colombiana de Pediatría Cra. 19 A No. 84-14, oficina 304 Bogotá D.C. Tel.: 5300757/59/60 • Fax.: 6916110 Correo electrónico: [email protected] Además... Editorial 05 El ocaso de los deberes Cartas de los lectores 06 Recuerde que... Recomendados en todos los sentidos 37 Pegasos, lindos pegasos 38 Caricatura 3 Editorial El ocaso de los deberes de crianza y en las funciones de las instituciones educativas, puesto que altera los objetivos misionales de acompañar, orientar y guiar a los niños, niñas y adolescentes en el camino hacia la autonomía, que implican los procesos familiares e institucionales de crianza, educación y socialización. Recordemos con Séneca, el gran filósofo, que “no hay vientos favorables para quien no sabe a dónde va”, y que somos los padres, maestros y adultos significativos quienes debemos acompañar inteligentemente este proceso que lleve a los niños, niñas y adolescentes a la anhelada meta de hacerse cargo de sí mismos, con responsabilidad y una clara vocación hacia lo ético, donde la armonía necesaria entre deberes y derechos garantice una vida con sentido, acorde con la sabia afirmación del filósofo Fernando Savater: “La persona verdaderamente libre es aquella que pregunta cuáles son sus deberes”. Fotografía: © 2012 Thinkstock Photos E n el contexto de las relaciones interhumanas, los derechos y los deberes ocupan un lugar preponderante y de necesaria reciprocidad, en el sentido de que quien es sujeto de derechos lo es también de deberes y viceversa. Por ejemplo, si nuestra hija tiene derecho a la educación, alguien tiene el deber de brindársela, y ella, a su vez, debe corresponder adecuadamente a este ofrecimiento. Debemos reconocer que en la actualidad asistimos a un ocaso de los deberes con predominio de la cultura de los derechos y la alteración subsecuente de la armonía social, que la pérdida de este equilibrio genera. En los tiempos que corren, las nuevas ideologías promueven el abordaje de las relaciones humanas de una manera individualista y competitiva, en el contexto de un descrédito ideológico de la autoridad, que involucra necesariamente una disminución en la exigencia de los deberes (o de responsabilidades, como algunos expertos sugieren que se denominen en el caso de la niñez). Nunca se insistirá lo suficiente en la necesidad de fomentar una cultura de derechos en torno a la infancia (sobre todo en países como el nuestro donde son vulnerados cotidianamente), pero lo anterior debe estar equilibrado necesariamente con la asunción creciente de responsabilidades por parte de los niños y niñas, de acuerdo con su crecimiento y desarrollo. El descrédito de la autoridad tiene implicaciones muy importantes en las relaciones 5 Cartas de los lectores Recuerde que: Según el artículo 11 del Decreto 806 del 30 de abril de 1998, el niño pue­de acceder directamente al pediatra sin que tenga que ser visto primero por un médico general. El artículo dice textualmente: “Condiciones de acceso: para acceder a cualquiera de los niveles de complejidad del plan obligatorio de salud (POS) se consideran como indispensables y de tránsito obligatorio las actividades y procedimientos de consulta de medicina general y/o paramédica del primer nivel de atención. Para el tránsito entre niveles de complejidad es requisito indispensable el procedimiento de remisión. Se exceptúan de lo anterior solamente las atenciones de urgencias y de pediatría”. Señores Revista Crianza & Salud Mi hijo de 16 meses tiende a comportamientos agresivos con la mamá: la rasguña, le hace pataletas, la muerde, no le obedece, bota la comida, etc. ¿Qué debo hacer? A mí sí me hace caso, no me pega. Él no era así y esas conductas aparecieron desde que se le consiguió una niñera. Cordialmente, Alejandro Rta./ Apreciado Alejandro: Reciba un cordial saludo. Como respuesta a su inquietud, podemos decirle que el segundo año de la vida se acompaña con frecuencia de comportamientos infantiles hasta ese entonces desconocidos, como la aparición de pataletas y la capacidad por parte de los niños y niñas de oponerse a propuestas y órdenes provenientes de los padres, todo lo anterior en el necesario camino hacia su autonomía. Pero lo que usted plantea en su comunicación merece un análisis más individual de la dinámica familiar, habida cuenta de la severidad del comportamiento oposicionista de su hijo con la madre y, más aún, si está relacionado, como usted lo afirma, con el advenimiento de la niñera, lo que pudo generar una actitud reactiva frente a la posible ausencia de la madre en su cuidado. Le sugiero una evaluación por un buen psicólogo, que profundice en aspectos específicos de la situación por usted planteada en su comunicación, pues para su esposa esta vivencia se hace difícil y tensa con el comportamiento de su hijo y es necesario establecer las acciones necesarias para recuperar la deseable armonía de las relaciones padres-hijos, que garantice un entorno familiar gratificante para todos sus integrantes. Cordialmente, Juan Fernando Gómez Ramírez. Pediatra y puericultor Fotografía: © 2012 Thinkstock Photos Guía de anunciantes 6 Pág. 02. III Simposio Actualización Pediatría 04. Nestlé 11. Pequeñín 15. Pony Malta 17. Gourmet 21. Smecta Synthesis 23. Dettol Pág. 27. Abrilar 29. Sociedad Colombiana de Pediatría 33. Compañía Nacional de Chocolates 35. Sociedad Colombiana de Pediatría 39. Alpinito 40. Alpina Baby 18 08 12 Así es su mundo “Cría a tus hijos y así sabrás cuánto debes a tus padres”. Anónimo 08 De 3 meses a 2 años 12 De 2 a 5 años 18 De 6 a 12 años Dormir y estar despierto La escuela: el segundo escenario de socialización Mejor alimentos que suplementos Así es su mundo De 3 meses a 2 años Dormir y estar despierto L os padres son los llamados a establecer una rutina en sus hijos desde bebés para que unos y otros puedan dormir tranquilos y en su propia cama. Al mes y medio el niño tiene la capacidad para seguir una rutina de dormir, comer y estar despierto, siempre y cuando se le esté ayudando a crear un buen hábito de sueño. Tener un horario organiza su cerebro, lo ayuda a adaptarse al ambiente de su familia y, además, le permite a los padres descansar y organizar mejor las actividades. Es necesario, de igual forma, ser constantes, acostándolo siempre a la misma hora para que logre establecer la rutina. Es fácil aprender a reconocer las señales de su hijo cuando tiene sueño. Muchos niños se vuelven inquietos o lloran cuando están cansados, pero otros frotarán sus ojos, jalarán sus orejas o tendrán la mirada fija en el espacio. Lleve a su niño a la cama cuando usted note que está cansado, estando somnoliento, pero despierto para que vaya aprendiendo que su cama es para dormir. Si es posible, es mejor que desde pequeño el niño duerma en su propia cama. Alrededor de los seis meses está en capacidad de dormir períodos largos durante la noche sin levantarse a comer. La mayoría duerme toda la noche a los nueve meses de edad. Todos los niños, por lo general, se despiertan brevemente durante la noche. Su hijo debe aprender a dormirse solo. En los primeros meses, 8 Por: María Cristina Noreña Velásquez Pediatra y puericultora Camilo tiene tres años, casi siempre se duerme en la cama de sus padres o se pasa en las noches. Francisco y Clara, los padres de Camilo, sienten que no están durmiendo bien, que están rindiendo menos en sus labores en el día y, además, esta situación está afectando su intimidad. Ellos se preguntan qué pueden hacer. Así es su mundo Familia en vela Los padres y hermanos mayores también necesitan dormir. Si se quedan toda la noche arrullando en repetidas ocasiones al niño o dándole de comer varias veces, alterarán su propio patrón de sueño, lo que va a llevar a cansancio durante el día, sensación de enojo, problemas matrimoniales y menos rendimiento en las labores del hogar o del trabajo. Si la familia o amigos han ofrecido ayuda, se debe aceptar el ofrecimiento. La hora de siesta de su niño, en lo posible, no debe ser su hora de hacer las labores del hogar: descanse cuando su niño lo hace. Los hábitos de sueño del niño se pueden ver afectados por cualquier cambio en la rutina diaria. Los días muy agitados, cuando se sale a paseos o se ha tenido visita en casa pueden hacer que él tenga más dificultad para dormirse a la hora de siempre, pero debe mantenerse, en lo posible, la hora acostumbrada para acostarse. Los patrones de sueño cambian con la edad y el desarrollo. Empezar a gatear o caminar pueden ponerlo inquieto, sobre todo al final del día. El niño se preguntará: ¿Por qué irse a dormir si está aprendiendo tantas nuevas cosas? Sin embargo, debe tratar de mantenerse siempre una rutina. Pueden Los padres son los llamados a establecer una rutina en sus hijos desde bebés para que unos y otros puedan dormir tranquilos y en su propia cama. Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos es bueno relajarlo y arrullarlo, pero al ponerlo en su cuna debe estar aún despierto. No es conveniente que se duerma en los brazos de los padres o en otra cama y luego se despierte en su cuna, pues esto puede darle la sensación de engaño e inseguridad. No se debe usar el seno o el biberón para hacer dormir al niño, pues esto puede hacer que incluso en la noche necesite ser alimentado para volverse a dormir; evitando así que se creen buenos hábitos de sueño y perturbando durante meses, e incluso años, su propio sueño y el de sus padres. Al acostarlo, hay que hacerle saber que es hora de dormir; es importante crearle un ambiente tranquilo, susurrarle, cantarle, darle un masaje, acariciarlo suavemente, bañarlo y darle de comer por última vez antes de dormir. Es probable que a veces se mueva en su cama, se despierte o llore un poco. Se debe revisar que todo esté bien, pero no acabe de despertarlo, ni tampoco lo alimente inmediatamente, pues seguramente encontrará la manera de volverse a dormir: tal vez se chupe el dedo o acaricie su cobija para encontrar acomodo. Debe aprender a dormirse, a calmarse a sí mismo durante la noche, lo que es la base de su futura independencia. De 3 meses a 2 años 9 Así es su mundo De 3 meses a 2 años cargarlo, darle de comer y luego ponerlo en la cuna y esperar un rato con él, en silencio, sin buscarle más juego. Si a esa hora los padres están cansados y de mal humor, deben calmarse primero, pues si cargan al niño estando nerviosos o enfadados, él lo sentirá y puede tardar más en dormirse. Fijar límites Cuando el niño empieza a pararse en su cuna, aproximadamente al año de edad, se le debe detener suavemente para que siga acostado, explicarle que es de noche, hora de descansar y aunque quizás se enfade, no se le debe sacar de la cuna: pronto se convencerá de que no queda más remedio que dormir. Entre el año y los 18 meses, la mayoría de los niños dejan de tomar siesta en las mañanas, aunque continúan tomándola en la tarde hasta los tres o cuatro años. No es conveniente que la siesta de la tarde dure más de tres horas ni que acabe cuando empieza a anochecer, pues esto podría dificultar que el niño se duerma temprano en la noche. Alrededor de los dos años, los niños construyen autonomía e independencia, lo cual puede llevar a luchas a la hora de acostarse. Los padres deben fijar límites y establecer reglas claras para la hora de dormir. Cuando el niño puede bajarse de la cama, hay que estar atentos, acudir cuando llame, asegurarse de que todo anda bien, calmarlo y, si es necesario, acompañarlo un rato, dándole lo que requiere; pero no permitirle que se pase a la cama de los padres. 10 Los niños, desde etapas muy tempranas, disfrutan cuando alguno de sus padres o un adulto significativo les cuenta o les lee un cuento a la hora de dormir. Algunos niños en edad preescolar pueden tener temores durante la noche o sufrir pesadillas. Es prudente acompañarlos, mostrarles que no hay fantasmas ni monstruos en el armario o debajo de la cama, sin burlarse y decirles que cuentan con sus padres para hacerlos sentir seguros. Cuando su hijo despierte asustado por alguna pesadilla, vaya a su cuarto, acompáñelo y abrácelo, así se calmará y volverá a dormirse más pronto. Situaciones generadoras de estrés como el ingreso a la escuela, un cambio de casa, o el nacimiento de un hermanito pueden aumentar las pesadillas. Para disminuirlas, hay que procurar que el niño se sienta tranquilo, seguro y relajado mientras esté despierto; para esto puede ser útil impedirle que vea programas de televisión con escenas de violencia o terror, así como evitar que presencie discusiones entre los padres, y, a cambio, contarle un cuento tranquilo o cantarle. El niño debe ver su habitación y su cama como un sitio para dormir que le traiga sensaciones agradables; por ello, debe estar siempre limpia y arreglada. La habitación debe tener en lo posible una decoración sencilla, con un ambiente tranquilo y, ojalá, que no sea el sitio donde se ve televisión. Nunca se debe mandar al niño a la cama como castigo, pues se echaría a perder todo el esfuerzo de lograr un buen hábito para dormir al relacionar su pieza con algo desagradable. Recomendaciones • Prendan en la noche un bombillo que dé poca luz para que el niño no se distraiga a la hora de dormir. • No duerman a su niño con ustedes en la misma cama. • Carguen a su niño, arrúllenlo, cuidando de que no se acostumbre a dormirse en brazos. • Eviten que la alimentación a la hora de dormir sea una condición permanente. • Procuren acostar siempre al niño a la misma hora. • Atiéndanlo cuando llore en la noche. Cálmenlo si tiene miedo o tuvo una pesadilla. • Cuéntenle o léanle un cuento cuando ya está acostado. Acompáñenlo un rato para que se duerma tranquilo. • No permitan que se levante en la noche. Con cariño, pero con firmeza, regrésenlo a su cama las veces que sea necesario. • Mantengan limpia y arreglada la cama de su niño. • Nunca lo manden a la cama como castigo. • No utilicen la televisión como un arrullo para dormirlo. El ingreso al Por: Marta Martínez, MD, MSc Asesora de Pequeñín A tu hijo y a tu hija les va a sentar muy bien el contacto con otros lugares, otros niños y otros adultos. En el centro infantil se favorecerá el desarrollo de su inteligencia y avanzará muchísimo en su crecimiento personal y social. Sin embargo, la adaptación puede tener algunos retos tanto para los padres como para el niño. Aquí te damos algunas recomendaciones para facilitar este proceso: •Es indispensable que le inspires la tranquilidad que puede faltarle hasta que se acostumbre a su nueva rutina. Recuerda que el niño disfruta o teme las situaciones en función de cómo reaccionamos los mayores. Si ve a su mamá insegura, él también se sentirá inseguro. Por eso, esfuérzate en trasmitirle el optimismo y la confianza que necesita para superar las necesidades de adaptación. •Nunca dejes a tu hijo o hija con engaños o mentiras; despídete siempre. Es fundamental que los niños perciban que sus padres siempre les dicen la verdad y que siempre pueden confiar en ellos. •No alargues mucho la despedida, dale un abrazo y un beso y dile una frase que le indique que pronto van a volver a estar juntos, como por ejemplo: “Vuelvo por ti a la hora del almuerzo”. Si te marchas con engaños, seguramente el niño sentirá rabia y frustración y hará más difícil su adaptación. •En algunos niños es normal que se incrementen los episodios de gripas o diarreas durante los primeros meses después del ingreso al jardín. Por eso es fundamental el contacto frecuente con su pediatra, además de enseñarles y motivarlos a tener unos buenos hábitos de aseo, como el lavado frecuente y correcto de sus manos. •Es fundamental que al regreso a casa o al final del día haya un momento para que los padres le dediquen unos minutos exclusivos a su niño o niña. Aprovechen este rato para demostrarle la alegría de reunirse nuevamente con él o ella; pregúntenle qué cosas hizo; sobre sus amiguitos y sus profesoras; y cuéntenle qué hicieron mientras no estuvieron juntos. De esta manera, se fortalecerá su vínculo afectivo y le dará a tu hijo y a tu hija la tranquilidad de saber que puede explorar su mundo, pero que a su vez cuenta “con un puerto seguro” donde siempre puede regresar para sentirse amado y protegido. Así es su mundo De 2 a 5 años La escuela: el segundo escenario de socialización Ilustraciones: Gina Alexandra Rentería “Queridos papá y mamá, les quiero decir: 12 Tráiganme al preescolar con mucha alegría; que cuando se despidan vea en sus caras lo contentos que están porque yo me quedo con mi profe y amigos. No quieran separarse de mí en el primer momento, porque apenas estoy conociéndolo todo y eso me asusta. Quiero que me permitan, por ahora, continuar con los hábitos que tengo en casa —mi tete, mi chupa, mi cobija—, no quieran cambiármelo todo y tan rápido. Conversen mucho con mi profe y todas las personas del preescolar; verán lo importante que es que se conozcan. Sigo necesitando afecto, comprensión y mimos; los necesito para crecer con fortaleza. Si lloro, abrácenme, háblenme suave, acarícienme, eso me relaja y consuela. Díganme lo mucho que me quieren. Papás, si hoy están acelerados, preocupados o ansiosos, ¡cuidado conmigo! Yo los amo, pero no sé lo que les está pasando. Quiero estar jugando, ya sea solo o con otros niños, no quieran que esté en un espacio cerrado y siempre al lado de un adulto vigilante. Cuando ya esté adaptado al preescolar, voy a querer mucho a mis profes y amiguitos y serán tan importantes para mí como lo son ustedes. Denme la oportunidad de empezar a experimentar y disfrutar fuera de casa, y así sentir que todo el amor que me han dado me permite compartir con los demás. Queridos papá y mamá, yo los quiero mucho”. Anónimo Así es su mundo De 2 a 5 años La entrada al colegio supone una separación del niño que debe manejarse con amor y paciencia. Padres y maestros son responsables del manejo de esta etapa crucial para toda la vida. Por: Carmen Escallón Góngora Pediatra y puericultora Terapista de familia compartir con niños de su edad y niños mayores. Muchos niños durante esta etapa pueden tener mucha ansiedad, manifestada como irritabilidad, dolor abdominal, dificultad para comer o conducta agresiva. Cuando los padres o cuidadores estiman que el niño debe ingresar al jardín debe producirse todo un ritual previo alrededor de esta necesidad: elegir un sitio adecuado, cómodo, con maestros que sean de confianza; el niño debe participar activamente en esta elección. Puede llevarlo a cada uno de los sitios probables y dejarlo jugar, permanecer allí y observar su conducta. El proceso se debe anticipar con la lectura de cuentos alusivos a la escolaridad o llevarlo unos meses antes para que vea a los niños en el jardín. Se recomienda que el niño vaya en compañía de uno de sus padres el primer día, ya que necesita reconocer el espacio físico y sentir que sus padres conectan afectivamente con los maestros o cuidadores. Una buena técnica es la de llevarlo de visita previamente al jardín al que ingresará y establecer cierto contacto con sus maestros. El objeto de transición, es decir, un osito o el muñeco preferido del niño, puede acompañarlo al jardín, pues con ello aumenta su El ingreso del niño al jardín es clave para el desarrollo de su personalidad. Por eso, los padres deben elegirlo a conciencia. Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos L a socialización es un proceso dinámico y creciente durante el proceso vital humano. Se inicia desde el nacimiento y se sucede durante los primeros años en la vida de familia, de una manera determinante. A este proceso se le llama socialización primaria y tiene que ver con el reconocimiento que hace el niño de sí mismo por medio de su padre, madre, abuelos, hermanos y demás familiares. La socialización secundaria, entre tanto, ocurre cuando el niño ingresa al sistema escolar; en ese momento los maestros y los demás niños permiten que el niño se reconozca nuevamente y reconozca a los que están a su lado. El ingreso del niño al jardín o preescolar es fundamental para el desarrollo de su personalidad. Es el primer peldaño de todo el proceso educativo. Por tal razón, se debe garantizar que este paso se dé de la manera más armónica, con la participación de padres, adultos significativos, maestros y el mismo niño. Este paso debe ser pensado y efectuado de una manera responsable y justa, ya que las equivocaciones que sucedan en esta etapa son de difícil reparación y pueden tener consecuencias para toda la vida. Cuando el niño ingresa al colegio o al espacio de formación humana y capacitación conocido como jardín de niños o preescolar, se produce para él y la familia una crisis de variadas dimensiones: el niño debe superar el conflicto de separación de la madre, afrontar un sitio nuevo con personas desconocidas e iniciar una tarea hasta el momento nueva, como es la de 13 Así es su mundo De 2 a 5 años seguridad y su coraje y siente que puede afrontar las situaciones nuevas que le generan ansiedad con más facilidad. La separación temporal del niño de sus padres, cuidadores y de su casa para ingresar al jardín, donde se somete a nuevos horarios y a una determinada disciplina, es vivida por el pequeño como una pérdida que le produce dolor e inseguridad. Son duelos de crecimiento o maduración y se superan cuando el niño siente ganancias al afrontar las situaciones nuevas, tales como aprender y descubrir un nuevo mundo. Muchas veces estos duelos pueden ser dañinos y producirle grandes pérdidas, sobre todo cuando no se produce un acompañamiento respetuoso por parte de los padres y maestros. El papel del maestro • El maestro de los niños debe ser un mago, un alquimista, debe sentirse niño. Debe trabajar para desarrollar las potencialidades al igual que las cualidades de los niños a cargo. Es algo así como un partero o un jardinero, que espera y con paciencia ayuda a que el fruto nazca. Debe corresponder a la palabra educador que significa: “Sacar de adentro”. • El maestro deberá cuidar con esmero al niño, hasta el punto de sancionar las conductas o actitudes indeseables sin lesionar el autoconcepto del niño y sin lastimar su integridad; teniendo en cuenta el cuestionar o corregir el acto sin dañar al niño con frases como “bobo”, “flojo”, “tímido”, etc. El poner rótulos a los niños vulnera su autoestima y su confianza. • El maestro es el que tiene que ver con la crianza escolar, es decir, comparte con los padres la responsabilidad de la crianza. Es un modelo que el niño imita, que incorpora en su mundo y en sus juegos. El maestro se convierte para estos pequeños en adultos significativos con una influencia muchas veces tan decisiva como la de los padres. • El maestro es un sanador. Cuando en la familia y en la calle existe el horror, se convierte para los niños en un verdadero terapeuta, aumentando la confianza básica y permitiendo reparar heridas. Hay muchos maestros que cumplen una función reparadora ante las adversidades sociales y familiares, tales como la violencia intrafamiliar, la guerra, los desastres naturales y el desplazamiento forzado, entre otras. • El maestro debe seguir el principio de incorporación paulatina y gradual de procesos y actividades, entendiendo que cada niño tiene un ritmo propio. El proceso de incorporación de actividades dirigidas al control de esfínteres o hábitos y actividades orientadas por adultos debe hacerse paso a paso y respetando el ritmo de cada niño para evitar así la sobrecarga y el agotamiento en esta etapa de adaptación. • El maestro debe ser flexible en la incorporación de nuevos hábitos y debe respetar los que el niño trae de la casa, que muchas veces se consideran inadecuados, tales como chuparse el dedo, usar “chupo”, dormirse con balanceo, etc. Estas condiciones deben permanecer idénticas al máximo para evitar aumentar el nivel de ansiedad. El maestro debe ser paciente e ir incorporando poco a poco nuevos hábitos en el niño. El proceso de adaptación La compra de los uniformes y materiales para el colegio debe hacerse de manera juguetona, teniendo en cuenta el gusto del niño. De la misma manera, el primer día del jardín debe ser muy especial. Los padres deben tratar de disminuir su ansiedad y sus temores, ya que estos se contagian al pequeño que va a conquistar ese otro espacio. Se debe disponer de mucho tiempo; para lo cual, preferiblemente uno de los padres puede acordar en su sitio de trabajo llegar a una hora en la que no tenga que presionar al niño por supuestas tardanzas. Los padres deben entender que el niño está viviendo una etapa angustiante. El niño ingresa al preescolar, siendo este un paso trascendental para su desarrollo físico, social, emocional e intelectual. La adaptación a este espacio depende mucho del tipo de familia, y se favorece aún más si se trata de una familia tranquila, paciente y poco ansiosa. La adaptación a este nuevo ambiente también depende del tipo de 14 Así es su mundo De 2 a 5 años preescolar, de la capacitación de la maestra y del vecindario. Cuando hay mucho estrés en el niño generado por cualquiera de estos tres sistemas, su adaptación se torna más difícil. Por otra parte, su edad, el sexo y la capacidad que tenga para afrontar situaciones nuevas serán también factores que influirán. En el jardín, el niño establece nuevas relaciones, descubre así un nuevo y encantador universo, aprende observando los modelos del maestro y de los compañeros; resuelve conflictos, descubre nuevas emociones, vence miedos. Se desarrolla intelectualmente y va tejiendo la hermosa red que hace parte de la dinámica vital interhumana. El niño en el jardín hace amigos. Esa experiencia tan fundamental para la vida le va proporcionando una red de seguridad emocional y de apoyo tan necesarios para su desarrollo. Los amigos se convierten en figuras afectivas y necesarias, y son decisivas para las posteriores relaciones amorosas en la vida adulta. A su vez, el jardín de niños es escenario para que ocurra el juego: descubre una nueva forma de jugar, lejos de la familia y con amigos nuevos, con los que puede intercambiar todas sus emociones y deseos. El 16 niño entra en este mundo de magia, de cuentos, de sonidos, de aprendizaje de descubrimientos, de hacer cosas. La escuela permite en el niño preescolar el desarrollo completo de la autonomía: el niño se fortalece, se siente grande, seguro y orgulloso de su maestra y de su grupo de compañeros, y así se siente orgulloso de él mismo. El pequeño aprende la conciencia de él y la del otro. Sabe así que existen otros que son diferentes. Descubre que hay niños blancos, negros, altos y bajitos, risueños y serios, flacos y gorditos, pobres y ricos. Que la maestra es una mujer que cuida. Que existe un universo que él poco a poco va descubriendo, entendiendo así la conciencia social y del planeta. Cuando el niño regresa del jardín los padres deben recibirlo, pedirle permiso para revisar su maleta y mirar los deberes que ha hecho, no con el ánimo de juzgarlo, sino de acompañarlo. La casa debe continuar la labor del jardín: maestros y padres están cumpliendo la misma función, la de educar o socializar al pequeño, por lo que es necesario que la comunicación sea activa y que estén en el mismo bando para que el efecto motivador, socializador y educativo hacia el niño sea mayor. Recomendaciones • • • • • • • • • • Elijan el jardín pensando en su hijo y háganlo en el momento en que el sistema familiar lo estime conveniente. Hagan al niño partícipe de esta decisión, escogiendo el jardín en su compañía. Preparen la entrada de su hijo al jardín con cuentos y relatos, así como visitas previas. Acompañen a su hijo al primer día de clases, y háganlo tratando de disminuir su ansiedad. No se desesperen, recuerden que la adaptación del niño es un proceso gradual. Invítenlo a que lleve su cobija, osito u otro objeto de transición. Estimúlenlo al llegar del jardín. Identifiquen los signos de ansiedad, tales como dolor abdominal, irritabilidad y agresividad, entre otros. Acaricien a su hijo, estimulándolo sin presiones. Por último, disfruten la entrada de su hijo al universo escolar. Encuentra en Gourmet la combinación de aceites que le da a tu familia el tipo de grasa que su cuerpo necesita*. LO HACEMOS DIFERENTE, LO HACEMOS POR TI. *Por cada porción el producto aporta: 1 gr. de grasas saturadas, 4,5 gr. de grasas monoinsaturadas y 3,5 gr. de grasas poliinsaturadas. Así es su mundo De 6 a 12 años Mejor alimentos 18 do Foto: Fernan Va lderrama que suplementos La falta de apetito de los niños o la creencia en que con un suplemento nutricional crecerán más saludables hace que muchos padres se los suministren a sus hijos de forma indiscriminada, sin preocuparse por su alimentación. Pero, ¿qué tan conveniente resulta? ¿En qué casos son necesarios los suplementos? Así es su mundo De 6 a 12 años Por: Ana María Gómez Campos Con la asesoría de Clara Rojas Montenegro, nutricionista clínica infantil, asesora de la Sociedad Colombiana de Pediatría y consultora del Programa Mundial de Alimentos, y Aida Lebbos, pediatra Una cosa es una cosa... Antes de entrar en materia, hay que diferenciar entre alimento, complemento y suplemento. De acuerdo con la nutricionista clínica infantil Clara Rojas Montenegro: “Alimento es todo producto natural elaborado o no, que brinda nutrientes específicos que aportan energía, clave en el desarrollo”. La alimentación ideal debe ser suficiente, equilibrada y completa para que el niño crezca sano. El complemento, como su nombre lo indica, es un medicamento que incluye sustancias determinadas de un grupo de alimentos, como vitaminas, minerales, proteínas –concentradas– y se usa para ayudar en caso de alguna deficiencia, pero no puede remplazar ninguna de las comidas diarias. Es el caso de los niños que nacen sin reservas suficientes de hierro, las madres embarazadas que requieren ácido fólico y los menores con diarrea o con problemas respiratorios, que necesitan zinc y vitamina A, respectivamente. El suplemento (también medicamento), a diferencia del complemento, reúne todos los nutrientes que necesita el organismo y puede sustituir una comida completa. Es formulado en los casos de pacientes que por una condición médica no pueden recibir una alimentación normal (porque están hospitalizados y no están en capacidad de masticar o tragar, por desnutrición o debilidad, entre otras causas). Esa es la única razón para consumirlos, de acuerdo con Clara Rojas. La pediatra Aida Lebbos, entre tanto, coincide en que nada mejor que recibir los beneficios de la alimentación y en que no es recomendable suministrar suplementos al azar. Antes se debe analizar el peso, la talla y el crecimiento del niño bajo la orientación e instrucción del pediatra o especialista del caso. “A menos que tenga su curva baja, que su alimentación sea vegetariana, que el desarrollo no corresponda a la edad, que sufra alguna enfermedad, o que no pueda comer, se le formulan. Otras razones no se justifican”, indica. El problema es que los padres piensan que si los niños no comen frutas ni verduras, les pueden dar suplementos y no les crean buenos hábitos. “Por las carreras en que viven, los papás de hoy tienen poca conciencia de que las vitaminas y los minerales están en los alimentos. A las generaciones anteriores Antes de acudir a los suplementos como medida desesperada, habría que empezar por revisar los hábitos alimentarios en casa. Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos Q ue el niño no come, que está “lánguido”, que no crece o que necesita concentrarse en sus actividades escolares son algunas de las razones que aducen algunos padres para darle por su cuenta suplementos nutricionales, sin un control médicopediátrico. Lo cierto es que antes de acudir a este recurso –generalmente utilizado como medida fácil y desesperada para salir de la angustia por la inapetencia del niño– habría que empezar por revisar los hábitos alimentarios en casa, pues es allí donde debe estar la solución al problema. La complementación y suplementación nutricional solo se indican en condiciones de riesgo o situaciones especiales. 19 Así es su mundo De 6 a 12 años Pese a que la inapetencia en los niños podría ser un signo de enfermedad, como tratamiento, generalmente tendrá prioridad la nutrición convencional. Es el pediatra quien debe considerar la necesidad de los suplementos. 20 Los suplementos o complementos nutricionales solo deben ser utilizados cuando se diagnostique un cuadro clínico cuyo tratamiento los incluya, siempre bajo la supervisión del especialista. nos tocó la comida casera; las de ahora pasan con una hamburguesa y otras comidas rápidas: los muchachos quedan felices y los padres, salen del paso”, comenta Lebbos. La inapetencia, capítulo aparte La falta de apetito es una de las causas más frecuentes de consulta pediátrica. La doctora Rojas estima que en el 60% de los casos que atiende en su consultorio, los padres se quejan de que el niño no come. “De ese total, una mínima parte tiene alguna deficiencia alimentaria y se trata más bien de un problema conductual”, explica la experta. El libro Nutrición clínica y gastroenterología pediátrica, de Clara Rojas y Rafael Guerrero, precisamente dedica uno de sus capítulos al tema y sostiene que: “El apetito corresponde al deseo de consumir determinados alimentos, con expectativas de recompensa. El hambre, la presentación del alimento, su olor y sabor, son estímulos del apetito”. Y comer es necesario para satisfacer el hambre (que es la necesidad de comer, desencadenada por señales orgánicas). Así, la inapetencia es la pérdida del apetito e incluye el rechazo a ciertos alimentos. Cuando el niño no come debe adelantarse un estudio clínico para descartar algún problema orgánico específico y conocer el estado nutricional. “Entre los problemas conductuales se cuentan el apetito selectivo, la aversión a los alimentos, el temor a las comidas y la anorexia infantil. Y si el problema es orgánico, hay que ver cuál es la razón y si es necesario dar un suplemento nutricional”, afirma la doctora Rojas. Otra es la situación de las poblaciones con niveles de desnutrición y pocas posibilidades de acceso a los alimentos, en las cuales los suplementos resultan beneficiosos. En cambio, su prescripción no representa mayores ventajas en niños sanos. Si se usan en exceso en casos de inapetencia, encubren el verdadero origen del problema y contribuyen a que se refuercen las conductas inapropiadas de padres e hijos, sostienen los expertos en el libro. Por otro lado, algunos de los suplementos utilizados sin necesidad pueden tener efectos adversos en los niños porque desequilibran su alimentación. Los de vitaminas, comúnmente utilizados para corregir deficiencias, son capaces de ocasionar toxicidad cuando se administran en altas dosis. En ese caso, el dinero que se invierte en medicamentos es mejor destinarlo para la compra de alimentos. Para que coman mejor... El primer paso para evitar problemas de apetito y desnutrición es seguir las conductas necesarias para conseguir una alimentación completa, De 6 a 12 años Foto: Fernando Valderrama Así es su mundo Recuerde que...* variada y suficiente. Hay que tener en cuenta que los suplementos como sustitutos del desayuno, por ejemplo, pueden quitar el hambre para la comida siguiente, por eso resulta más conveniente mejorar la calidad de la alimentación. En los bebés, cabe recordar que la lactancia es la mejor opción –por lo menos hasta el sexto mes– para nutrirlos adecuadamente y evitar enfermedades. A partir de ese momento, de acuerdo con la nutricionista, se deben ofrecer variedades de alimentos, texturas, sabores y consistencias en los cereales, frutas y verduras. “A los seis meses hay un momento crítico porque el niño es más receptivo a los diferentes nutrientes y alimentos cuando empieza los movimientos masticatorios. De ahí la importancia de tener buenos hábitos y una alimentación saludable en edades tempranas. 22 El niño aprende lo que le enseñamos”, enfatiza la doctora Rojas. Pero también afirma que con paciencia y perseverancia, los malos hábitos se pueden corregir. A su juicio, es indispensable buscar el compromiso familiar para fomentar conductas apropiadas. La hora de sentarse a la mesa, puede causar conflictos y peleas. Se recomienda, entonces, establecer horarios y rutinas; debe haber un tiempo para cada comida (45 minutos por lo menos), y si al niño no le provoca, tampoco hay que llenarlo de opciones, como si la casa fuera un restaurante. Todos deben comer lo mismo en las porciones adecuadas. Para que funcione es clave establecer principios claros de alimentación en los pequeños. No quiere decir que de vez en cuando no disfruten de comidas rápidas, pero eso sí, nunca hay que olvidar el ejercicio y evitar el sedentarismo. • La alimentación del preescolar debe estar basada en variedad de alimentos con alto valor nutricional. • Para estimular al niño a comer es necesario ofrecer porciones pequeñas, en preparaciones agradables y sencillas, de fácil masticación y deglución, con alimentos variados de los grupos básicos. • Cuando se le brindan solo los alimentos de su preferencia se corre el riesgo de consumo insuficiente de nutrientes y calorías. • La familia es la que establece los modelos de alimentación. • El biberón debe dejar de ser parte importante de la alimentación del niño, después del primer año de vida. • El consumo de golosinas y gaseosas interfiere con la alimentación y es causa de falsa inapetencia y de rechazo de los alimentos básicos. • Los colegios deben ofrecer alimentos acordes con las necesidades nutricionales del niño. • En la medida en que un niño reciba una alimentación normal y variada recibe los nutrientes necesarios y no requiere suplemento alguno. * Fuente: Nutrición clínica y gastroenterología pediátrica. Editorial Panamericana. 1999. Opinan los expertos Cuando uno de los padres cría solo a los hijos 24 Opinan los expertos Criar a un niño usted solo no es una misión fácil, sea cual sea la razón: divorcio, muerte de uno de los padres, adopción, entre otras. Consejos para sobrevivir en el intento. Una muerte en la familia Perder a uno de sus padres es una de las cosas más traumáticas que le puede suceder a un niño. Un menor de cinco años no puede comprender que la muerte es permanente. Los niños mayores pueden entenderlo, pero habrá muchas preguntas que temen hacer. ¿A dónde se fue papi cuando murió? ¿Por qué murió? ¿Quién me va a cuidar si tú te mueres? Los niños pueden reaccionar ante la muerte de muchas maneras. Algunos se verán callados y tristes. Otros podrán sentirse enojados, culpables, o negarse a creer que el padre o la madre ya no están. Es importante que usted acepte su reacción, cualquiera que sea. Si las señales de tristeza o enojo continúan, hable con el pediatra, quien podría recomendarle un asesoramiento profesional para facilitar el proceso de recuperación. Embarazo inesperado Un embarazo no planeado acarrea cambios. La tarea de atender a un recién nacido no es fácil, especialmente para las madres solteras. Las que trabajan fuera del hogar pueden sentir que no pasan suficiente tiempo en casa con el bebé. La situación económica puede ser apretada. Es posible que se le dificulte encontrar cuidado infantil al alcance de su bolsillo. No obstante, hay ayuda disponible. La familia, los amigos, y los líderes religiosos y comunitarios son sus mejores fuentes de apoyo. Si necesita encontrar trabajo, las agencias de empleos y servicios temporales podrían ayudarle. También podría ser elegible para programas de Gobierno, tales como apoyo a las madres cabeza de hogar y alimentos suplementarios para mujeres y niños. Los niños necesitan estar donde se sientan como en casa. Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos L as familias donde solo hay uno de los padres son cada vez más comunes en la sociedad hoy día. Uno de cada cuatro niños en los Estados Unidos vive en un hogar con solo uno de los padres. Mientras que la mayoría de estos casos se deben al divorcio, muchos padres están criando a sus hijos solos por otras razones. Algunos lo hacen debido a la muerte de su cónyuge. Otros deciden tener o adoptar un niño sin tener pareja. Sean cuales sean las circunstancias, estos padres enfrentan problemas y retos especiales. La adopción por un padre o madre solteros Es cada vez más común que una persona soltera adopte un niño. La adopción puede traer consigo dificultades especiales. El niño adoptivo puede ser un bebé de varios días de nacido, o puede estar en edad escolar. De igual forma, puede ser de otro país, raza o cultura, o provenir de un ambiente abusivo. Como resultado, las familias adoptivas fácilmente se pueden sentir distintas a las demás. Las diferencias son reales, pero las recompensas de enfrentar estos problemas pueden ser muy buenas. La colaboración entre usted y el pediatra para prevenir y resolver problemas pudiera ser muy importante para la felicidad y el éxito de su niño. 25 Opinan los expertos El divorcio y la separación Casi las dos terceras partes de todas las familias donde hay un solo padre son consecuencia del divorcio o la separación. Para un niño, el divorcio puede ser tan difícil como la muerte de uno de sus padres. Se puede anticipar un largo período de tristeza. La edad del niño también juega un papel importante. Un niño de edad preescolar puede experimentar una regresión en cuestiones como la capacidad para ir al baño, y podría empezar a tener nuevos temores o pesadillas. Si él ya está en edad escolar, es más frecuente que demuestre enojo y que se sienta culpable o triste. Su rendimiento escolar también puede decaer. Un adolescente, por su parte, puede preocuparse por tener que cambiarse y Después de la separación, los padres deben hacer a un lado sus diferencias, por el bien del niño. 26 dejar a sus amigos, o por no tener dinero para ir a la universidad. No importa cuál sea su edad, algunos niños se sienten responsables por el divorcio de sus padres y sueñan con reconciliarlos nuevamente. Después del divorcio o la separación, a menudo los padres están enojados uno con el otro. Durante las discusiones, deténgase y piense: ¿Cómo afectará esto a mi hijo? Ambos padres pueden discrepar, pero traten de hacer a un lado sus diferencias por el bien del niño. Siga los siguientes consejos para evitar problemas: • Nunca obligue a su hijo a ponerse de parte de uno o del otro. Todos los niños sienten lealtad hacia ambos padres. • No involucre a su hijo en las discusiones entre usted y su pareja. • No se critiquen uno al otro delante del niño. Aun si usted se entera de que el otro padre está hablando mal de usted, explíquele al niño que a veces la gente dice cosas que hieren cuando están enojados. • Hable sobre sus inquietudes y sentimientos con el otro padre cuando el niño no lo oiga. • No discutan delante de los niños, especialmente si la discusión es acerca de ellos. Si está considerando la separación o el divorcio, podría ser útil que lo comentara con su pediatra, o también un asesor de familia podría ayudarles, dándole a usted y a su hijo la oportunidad de hablar sobre cualquier problema y de hacer planes para los cambios que se avecinan. Hable con su hijo Hablar con su hijo es una manera muy importante de ayudarse el uno al otro en los momentos difíciles. Si puede compartir sus temores, preocupaciones y sentimientos con usted, el niño se sentirá seguro y especial. Cuanto más hablen, más cómodo se sentirá el niño, tenga paciencia y préstele atención a sus preguntas. Usted no tiene que saber todas las respuestas. A veces solo escuchar es más útil que dar consejos. Si lo necesita, no vacile en obtener ayuda de su pediatra o de un asesor familiar. Las siguientes sugerencias podrían serle útiles cuando hable con su hijo sobre los cambios en su familia: • Sea honesto con su hijo. Si su cónyuge ha muerto, es posible que el niño no entienda lo que ha sucedido. Tenga cuidado con lo que dice. Los niños pequeños a menudo ven la muerte como una situación temporal. Es muy importante no hablar de la muerte como “irse” o “dormirse”. El niño podría creer que el padre o madre fallecida va a regresar, o que va a despertarse, o puede creer que él se va a morir mientras duerme. Si usted está en un proceso de divorcio, hable de esto con palabras sencillas. Trate de no culpar a su ex cónyuge ni demostrar su enojo. Explíquele que a veces los padres deciden vivir separados. Dele todo el cariño que necesita para sentirse seguro y amado. • Asegúrese de que el niño sepa que no es culpa de él. Los niños a veces creen que es culpa de ellos Opinan los expertos que uno de los padres se haya ido. Después de una separación, divorcio, o del fallecimiento de uno de los padres, los niños pueden culparse a sí mismos. Pueden sentirse solos, no deseados y no amados. Hágale saber a su hijo que los cambios no son culpa de él, que usted lo ama y no lo va a dejar. • Hable con el niño acerca de sus temores. La confusión sobre de la separación o la muerte de uno de los padres puede asustar al niño. En su mente, si uno de los padres se fue, quizá el otro también pueda hacerlo. Puede pensar que la separación de uno de los padres es temporal, y que si él se porta bien, éste regresará. Es importante hablar sobre estos temores con el niño y tranquilizarlo. Busque cuidado infantil de buena calidad Nunca deje a un niño solo en la casa. Busque una persona de confianza para que cuide a los niños mientras usted trabaja. No deje a los hermanos y hermanas mayores al cuidado de los niños más chicos. Hasta el más confiable no tiene la madurez necesaria para responsabilizarse por un hermano menor diariamente. También debe tener cuidado con pedirle a nuevos amigos o a una nueva pareja que le cuiden a los niños, aunque sea por poco tiempo. Podrían no tener la paciencia necesaria, especialmente si el comportamiento del niño se pone difícil. Los niños necesitan estar al cuidado de un adulto con experiencia comprobada en esta área. El mejor modo de garantizar que el niño esté bien atendido es visitar el centro de cuidado infantil y observar a la niñera o persona que lo cuida cuando esté con el niño. El pediatra puede aconsejarle sobre cómo encontrar el mejor cuidado infantil. La custodia de los niños Los niños necesitan estar donde verdaderamente se sientan que están en su casa. Aunque el padre que vive con el niño se encargue de sus necesidades diarias, el padre que no tiene la custodia debe permanecer involucrado 28 al mayor grado posible. Él o ella aun pueden ayudarlo con las tareas, asistir a sus eventos deportivos, y darle apoyo económico. La cooperación entre ambos padres es muy importante para el bienestar del niño a largo plazo. A ninguno de los padres se le debe impedir su participación en la crianza de su hijo. Cuando el padre o la madre empiezan a salir de nuevo Sea cuidadoso con los amigos que les presente a sus niños. Trate de establecer una relación sólida antes de traer a una persona nueva a casa. Especialmente cuando alguien se queda a pasar la noche, esto podría confundir a su niño. Háblele a su amigo o amiga acerca de su niño antes de que se conozcan. Cuando usted crea que es el momento apropiado, preséntele al niño a su nueva pareja. No espere que se hagan amigos enseguida. Deles tiempo para conocerse bien. Si su nueva pareja no tiene experiencia con la crianza de niños, podría sentirse incómodo con su familia. Observe cómo su novio o novia se relaciona con su hijo. La persona debe ser paciente y comprensiva. Antes de dejar a su niño al cuidado de una nueva pareja, usted debe tener la certeza de que puede confiar en esta persona. Una nueva vida Criar a un niño usted solo no es fácil. Los padres sin pareja encaran problemas especiales, pero los niños en esos hogares pueden crecer tan felices como los que tienen a ambos padres. Darles un hogar donde encuentren amor y apoyo es el factor más importante que les ayudará a crecer bien adaptados y felices. Al interesarse por leer la información que se ofrece aquí, ya usted ha dado el primer paso para adaptarse a los cambios en su vida. Tomar las decisiones correctas para usted y sus hijos les ayudará a todos a vivir una vida nueva y gratificante, juntos como familia. ©No deberá usarse la información contenida en esta publicación a manera de sustitución del cuidado médico y consejo de su pediatra. Podría haber variaciones en el tratamiento, las cuales su pediatra podrá recomendar, con base en los hechos y circunstancias individuales. Entorno ¿ o v i t o m o m ó ¿C a r a p o a mi hij ? a b i r c s e e qu 30 Entorno Por: Ana Cristina Restrepo Jiménez Comunicadora social UPB Magíster en Estudios Humanísticos EAFIT C uando nuestros hijos pasan al primer o segundo grado de primaria “sabiendo leer y escribir”, creemos habernos quitado un gran peso de encima... que el “trabajo duro” quedó atrás. Pero todo cambia cuando nos percatamos de que en el imaginario colectivo escribir significa simplemente juntar letras, y es entonces cuando empezamos a cuestionarnos si nuestros hijos (en edad escolar o universitaria) saben escribir correctamente. La polémica, que suele rondar pasillos escolares y universitarios en época de exámenes finales, cobró un nuevo aliento con la carta de renuncia de Camilo Jiménez, un profesor de la Pontificia Universidad Javeriana, la cual ha dado mucho de qué hablar a prestigiosos catedráticos y columnistas, como Daniel Samper Pizano y Alejandro Gaviria, y a nosotros, los padres de familia. Jiménez es un incansable lector y escritor, que ha editado revistas como El Malpensante, además de ser el editor de autores de la talla de Alberto Salcedo Ramos. El 7 de diciembre del 2011 publicó en su blog El ojo en la paja, un polémico texto que tocó las fibras más sensibles de la educación y la crianza. Su renuncia es más que una crítica a sus alumnos de Comunicación Social: “Desde que empecé mi cátedra, en el 2002, los estudiantes tenían problemas para lograr una síntesis bien hecha, y en su elaboración nos tomábamos un buen tiempo. Pero se lograba avanzar. Lo que siento de tres o cuatro semestres para acá es más apatía y menos curiosidad. Menos proyectos personales de los estudiantes. Menos autonomía. Menos desconfianza. Menos ironía y espíritu crítico”. Si bien escribir con corrección es el resultado del dominio de una técnica, del respeto a unas normas, es definitivo subrayar que, además, quienes tienen el hábito de escribir, suelen adquirir un orden en el pensamiento, una estructura mental que propicia la argumentación, y la expresión clara y fundamentada de ideas. "... Lo que siento... es más apatía y menos curiosidad. Menos proyectos personales y... menos espíritu crítico". Camilo Jiménez, profesor universitario. Jugar con palabras Ahora, la pregunta lógica es: ¿Cómo estimulo a mi hijo para que escriba si no soy escritor ni me desempeño en una disciplina de carácter intelectual? Partimos de una de las premisas fundamentales de la educación: se aprende por imitación. Un niño que ve escribir a sus padres, tiende a escribir también. Y no es que tengamos que convertirnos en grandes escritores o bestsellers, me refiero al acto de 31 Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos Divertirse con las letras en juegos o regalarle al niño un cuaderno para que haga garabatos hará que desde temprano tenga contacto con la escritura y empiece a apropiarse del lenguaje. Entorno Qué tal empezar por el elemento más esencial: las letras. Jugar con ellas y con las palabras que forman es el primer incentivo. 32 consignar por escrito datos, listas, hechos y, si es posible, breves relatos. Para empezar, vayamos a la unidad mínima de la escritura: la letra. Jugar con las letras y las palabras que ellas forman es el primer incentivo. ¿Qué tal comenzar por el nivel auditivo y oral? Cantar y declamar para nuestros hijos como invitación para disfrutar la sonoridad de las palabras. Las retahílas, trabalenguas, estribillos y rimas son una forma de jugar: la repetición como fijación lúdica en la memoria. “Erre-con-errecigarro, erre-con-erre-barril”. Y de lo auditivo y oral a lo escrito y visual, al símbolo. Divertirse con las letras en juegos como Scrabble® o revistas de sopas de letras, que permiten aislar símbolos y extraer de ellos contenidos que, gracias a las repeticiones mencionadas, se convierten en predicciones lingüísticas emocionantes. Por ejemplo: tomar la letra B y enfatizar en el trabalenguas el sonido de b-arril. Y de ahí buscar palabras con el sonido “b”... barril, barrer, borrador... El paso siguiente es ofrecerle al niño diversos soportes (aunque sean imaginarios) para que escriba: si está en la etapa preescolar, hacer letras de plastilina y masa, trazarlas en el aire, la arena o el espejo empañado del baño después de una ducha. En este ejercicio es necesario asociar la letra a sonidos e imágenes reales. Por ejemplo: s, suena “ssssss” como serpiente y su forma se parece a la de ese animal. Hay un escaño tan obligatorio como tradicional, ligado a la discriminación visual: la sopa de letras (sí, la comestible). Es literalmente delicioso tomar sopa de letras y encontrar en la cuchara sus poemas escondidos (¡con perdón de los puristas de las buenas maneras!). ¿Qué sigue? Antes de entregarle al chico un pedazo suelto de papel y un lápiz, que tal vez botará sin darles sentido, podemos ofrecerle un cuaderno que sea suyo, solo para él. Entorno Regálele un cuaderno especial, que sea solo para él, y dele gran valor a lo que el niño ponga en él, así solo sean garabatos. Si el niño todavía no escribe, el cuaderno puede ser usado para dibujar e incluso garabatear; el sentido del objeto es que el menor establezca una relación con el acto de escribir. Y es que, pese a que los adultos no los entendamos, el cuaderno estará lleno de escritos. La idea es dar gran valor a esas páginas: felicitar al niño frente a sus abuelos o amigos por sus “escritos”... siempre y cuando se muestre su contenido con la previa autorización (en privado) del chico, pues la buena escritura suele estar vinculada a la intimidad. Este tipo de actividades, caseras, desligadas de la rutina escolar, pueden continuar con un diario (en computador o en papel), un cuaderno de viajes (en el que, además, pueda guardar hojas, pétalos, cartas, estampillas y recuerdos), una libreta de secretos, notas de libros leídos o una agenda. Es preciso, además, enseñarles a los muchachos que cada individuo necesita ciertas condiciones para escribir: algunos requerimos del silencio, espacios ordenados, una vela aromática, música clásica, lapicero verde... ¡qué sé yo! Es importante ayudarles a descubrir y definir, bajo sus propios parámetros, sus ambientes ideales para la escritura. Y, lo más importante, leer con ellos, para ellos (sus lecturas) y frente a ellos (nuestros libros, que nos vean disfrutar al leer). La lectura como alimento indispensable para la escritura. Las letras: compañeras del alma Volviendo a la carta del profesor Jiménez: “Es cándido echarle la culpa a la televisión, a internet, al Nintendo, a los teléfonos 34 inteligentes. A los colegios, que se afanan en el bilingüismo, sin alcanzar un conocimiento básico de la propia lengua. A los padres que querían que sus hijos estuvieran seguros, bien entretenidos en sus casas. Es cándido culpar al ‘sistema’. Pero algo está pasando en la educación básica, algo está pasando en las casas de quienes ahora están por los 20 años o menos”. No hay tiempo para perder. En vez de buscar culpables por la desmotivación de nuestros hijos frente a la escritura, debemos actuar desde todos los flancos posibles (familia, escuela, amigos, etc.). Talvez, la petulancia intelectual de algunos adultos y la falta de pericia de los docentes, unidas a la escasa confianza de los niños en sus propias habilidades, nos han hecho creer que escribir es un oficio para “iluminados”. Quien escribe suele comenzar con un profundo pudor que con frecuencia permanece a lo largo de la vida, pues mientras más se lee más se teme al acto sublime de escribir... ¡pero hay que lanzarse a la aventura! Para escribir -sea en el contexto académico, creativo, personal o laboral- se necesita mucho más que papel y lápiz o un teclado. Conservemos esta imagen en nuestra mente: en el siglo XXI escribimos y leemos de la misma manera en que se hacía en la época de Sócrates: un símbolo (letra) a la vez, juntando uno con otro. Una cosa es escribir decentemente, con acato a la gramática, la ortografía y demás exigencias básicas de la redacción... y otra, muy distinta, es parir Cien años de soledad. Sobra decir que muy pocas personas en el mundo pueden escribir una obra que merezca un Nobel de Literatura, como Gabriel García Márquez; sin embargo, desarrollar desde la infancia la habilidad para escribir nos puede ayudar a soportar la más profunda soledad... así dure cien años. Preguntas y respuestas A propósito del vínculo afectivo, sabía usted que... Por: Ana Cecilia Correa Hernández Pediatra y puericultora ●... el vínculo afectivo es la puerta de entrada del niño y la niña a este mundo, la cual es abierta con el acompañamiento de los padres, hermanos y adultos significativos. Es a su vez, el principal cimiento para el desarrollo individual y social del ser humano. ●... los padres son los primeros gestores de ese vínculo amoroso estrecho que se instaura con el niño y la niña. ●... aun en un niño que no ha sido deseado, se puede establecer una buena vinculación afectiva si el padre y la madre asumen con responsabilidad y amor esta bella tarea. ●... en niños en situación de discapacidad o en niños adoptivos se pueden desarrollar unos vínculos afectivos estables si se cuenta con unos padres amorosos y una familia que les brinda apoyo y comprensión. ●... la madre es el ser que la naturaleza ha dotado de gran sensibilidad para recibir al niño o la niña en este mundo desde su primera aparición en su vientre, en donde se da el mayor grado de compenetración. ●... paternar, es el arte de acompañamiento del padre a la madre y a los hijos con amor incondicional y respeto por la individualidad; es exigir sin maltratar; es ser flexible teniendo en cuenta el ritmo de cada hijo y la etapa de desarrollo en que se encuentre; es dar buen ejemplo y transmitir valores; es darle tiempo en cantidad y calidad en el momento oportuno. ●... en los primeros meses de edad las necesidades básicas, tales como: llanto, hambre, frío, etc., deben ser satisfechas en el momento en que sean requeridas, para adquirir la confianza básica, sin que por esta atención vaya a ocurrir el temido resabio. ●... el compartir cotidiano con los hermanos, los abuelos y otros miembros de la familia tiene lugar en la construcción de la personalidad de un ser esencialmente humano y, por lo tanto, social. 36 Fotografía: © 2012 Thinkstock Photos ●... los maestros son básicos en el afianzamiento del vínculo afectivo que viene desde el hogar y que se continúa con las vivencias de la escuela; de esta manera se contribuye al logro de la identidad social. ●... una familia en conflicto puede generar en el niño inseguridades y temores que le dificultan su adecuado desarrollo. ●... las vivencias afectivas de la niñez dejan huellas importantes en el ser humano que le guían en la superación de los momentos de crisis y en la resolución de los conflictos. ●... corresponde a los puericultores fomentar unas prácticas de crianza basadas en el amor, el respeto y la comprensión, al igual que promover los derechos y responsabilidades de la niñez, incluyendo aquella que se encuentra en situación de discapacidad. Recomendados en todos los sentidos Pegasos, lindos pegasos “Pegasos, lindos pegasos, caballitos de madera... Yo conocí siendo niño, la alegría de dar vueltas sobre un corcel colorado, en una noche de fiesta. En el aire polvoriento chispeaban las candelas, y la noche azul ardía toda sembrada de estrellas. Ilustraciones: Daniel Padilla ¡Alegrías infantiles que cuestan una moneda de cobre, lindos pegasos, caballitos de madera!”. Antonio Machado Frases “Los jóvenes saben que para honrar la vida que les han dado sus padres, deben dejar al padre y a la madre, ir al encuentro de la sociedad y, lejos del hogar paterno, asumir su feminidad o su virilidad”. Françoise Dolto “Ciudadanía es el derecho a tener derechos”. Hannah Arendt “Yo soy inmenso, contengo multitudes”. Walt Whitman 37 Recomendados en todos los sentidos 38