Para el bienestar de la familia

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12
De 2 a 5 años
La escuela: el segundo
escenario de socialización
24
Opinan los expertos
Cuando uno de los padres
cría solo a los hijos
30
Entorno
¿Cómo motivo a mi hijo
para que escriba?
Crianza Salud
&
A ñ o 10 • n ú m e r o 1 • f e b r e r o - m a r z o 2 0 12 • p u b l i c a c i ó n b i m e s t r a l • B o g o t á , C o l o m b i a
Para el bienestar de la familia
Mejor alimentos
que suplementos
Contenido
Así es su mundo
08
De 3 meses a 2 años
Dormir y estar despierto
Su hijo debe aprender a dormir solo. Lo mejor
es crear una rutina para ir a la cama.
Junta Directiva Nacional
2010 – 2012
Presidente
Ana Cristina Mariño Drews
12
Vicepresidente
Juan Fernando Gómez Ramírez
De 2 a 5 años
La escuela: el segundo escenario de socialización
La entrada al colegio es una etapa clave para el
desarrollo del niño. Padres y maestros deben
apoyarlos en su adaptación.
Secretaria
Olga Lucía Baquero
Fiscal
Marcela Fama Pereira
Fiscal suplente
César Augusto Arango Posada
18
Vocales
Lila Visbal Spirko
Luis Eduardo Abello
Ángela María Giraldo
Javier Criales
Jairo E. Ascencio
Héctor Hernández
De 6 a 12 años
Mejor alimentos que suplementos
Solo se deben dar bajo recomendación del
pediatra. Revisar los hábitos de alimentación es
indispensable.
Presidente anterior
Hernando Antonio Villamizar Gómez
Representante de los capítulos
Luz Stella Caycedo
Gerente
Gloria Zuccardi
Opinan los expertos
24
Cuando uno de los padres cría solo a los hijos
30
¿Cómo motivo a mi hijo para que escriba?
36
A propósito del vínculo afectivo,
sabía usted que...
Coordinadora de publicaciones
Mónica Vivas
www.crianzaysalud.com
Año 10 - número 1 febrero - marzo 2012
ISSN 1692-150X
Entorno
Director
Sea cual sea la razón, divorcio, muerte o
adopción, criar un hijo solo no es una misión
fácil. Consejos para darles el mejor hogar.
Estimule el contacto de los niños con el
lenguaje y las letras.
Juan Fernando Gómez Ramírez
Producción Editorial
IPE- Mercadeo Relacional
Legis S.A.
Preguntas y respuestas
... los padres son los primeros gestores de ese
vínculo amoroso estrecho que se instaura con el
niño y la niña.
Avenida calle 26 No. 82-70
Bogotá D.C.
Tels.: 4255255, 4255262 – Fax.: 4255316
[email protected]
[email protected]
Fotos
© 2012 Thinkstock Photos
Portada
Foto: Fernando Valderrama
Modelo: Sofía Ossa López
Crianza & Salud es una publicación bimestral de carácter
informativo y educativo, editada por la Sociedad Colombiana de Pediatría, especializada en la crianza y la salud de
los niños, desde el nacimiento hasta los 18 años, dirigida
a la familia y al público general, de circulación gratuita a
pediatras y ginecólogos de todo el país, y por suscripción
a particulares.
Envíe sus cartas, colaboraciones, preguntas o materiales
informativos a nuestra dirección, fax o correo electrónico.
Sociedad Colombiana de Pediatría
Cra. 19 A No. 84-14, oficina 304
Bogotá D.C.
Tel.: 5300757/59/60 • Fax.: 6916110
Correo electrónico: [email protected]
Además...
Editorial
05
El ocaso de los deberes
Cartas de los lectores
06
Recuerde que...
Recomendados
en todos los sentidos
37
Pegasos, lindos pegasos
38
Caricatura
3
Editorial
El ocaso de los deberes
de crianza y en las funciones de las instituciones educativas, puesto que altera los objetivos
misionales de acompañar, orientar y guiar a los
niños, niñas y adolescentes en el camino hacia
la autonomía, que implican los procesos familiares e institucionales de crianza, educación y
socialización.
Recordemos con Séneca, el gran filósofo,
que “no hay vientos favorables para quien
no sabe a dónde va”, y que somos los padres,
maestros y adultos significativos quienes debemos acompañar inteligentemente este proceso que lleve a los niños, niñas y adolescentes a la anhelada meta de hacerse cargo de sí
mismos, con responsabilidad y una clara vocación hacia lo ético, donde la armonía necesaria entre deberes y derechos garantice una
vida con sentido, acorde con la sabia afirmación del filósofo Fernando Savater: “La persona
verdaderamente libre es
aquella que pregunta cuáles son sus
deberes”.
Fotografía: © 2012 Thinkstock Photos
E
n el contexto de las relaciones interhumanas, los derechos y los deberes ocupan un lugar preponderante y de necesaria reciprocidad, en el sentido de
que quien es sujeto de derechos lo es también
de deberes y viceversa. Por ejemplo, si nuestra
hija tiene derecho a la educación, alguien tiene
el deber de brindársela, y ella, a su vez, debe corresponder adecuadamente a este ofrecimiento.
Debemos reconocer que en la actualidad asistimos a un ocaso de los deberes con predominio de la cultura de los derechos y la alteración
subsecuente de la armonía social, que la pérdida de este equilibrio genera.
En los tiempos que corren, las nuevas ideologías promueven el abordaje de las relaciones humanas de una manera individualista y
competitiva, en el contexto de un descrédito
ideológico de la autoridad, que involucra necesariamente una disminución en la exigencia
de los deberes (o de responsabilidades, como
algunos expertos sugieren que se denominen
en el caso de la niñez).
Nunca se insistirá lo suficiente en la necesidad
de fomentar una cultura de derechos en torno a
la infancia (sobre todo en países como el nuestro
donde son vulnerados cotidianamente), pero lo
anterior debe estar equilibrado necesariamente
con la asunción creciente de responsabilidades
por parte de los niños y niñas, de acuerdo con
su crecimiento y desarrollo.
El descrédito de la autoridad
tiene implicaciones muy importantes en las relaciones
5
Cartas de los lectores
Recuerde que:
Según el artículo 11 del Decreto 806 del 30 de abril de 1998, el niño pue­de acceder directamente al pediatra sin que tenga que ser visto primero por un médico general. El artículo
dice textualmente:
“Condiciones de acceso: para acceder a cualquiera de los niveles de complejidad del plan obligatorio de salud (POS) se consideran como indispensables y de tránsito obligatorio las actividades
y procedimientos de consulta de medicina general y/o paramédica del primer nivel de atención.
Para el tránsito entre niveles de complejidad es requisito indispensable el procedimiento de remisión. Se exceptúan de lo anterior solamente las atenciones de urgencias y de pediatría”.
Señores
Revista Crianza & Salud
Mi hijo de 16 meses tiende a comportamientos agresivos con la mamá: la rasguña,
le hace pataletas, la muerde, no le obedece, bota la comida, etc. ¿Qué debo hacer? A
mí sí me hace caso, no me pega. Él no era así y esas conductas aparecieron desde que
se le consiguió una niñera.
Cordialmente,
Alejandro
Rta./ Apreciado Alejandro:
Reciba un cordial saludo. Como respuesta a su inquietud, podemos decirle que el segundo año
de la vida se acompaña con frecuencia de comportamientos infantiles hasta ese entonces desconocidos, como la aparición de pataletas y la capacidad por parte de los niños y niñas de oponerse
a propuestas y órdenes provenientes de los padres, todo lo anterior en el necesario camino hacia
su autonomía.
Pero lo que usted plantea en su comunicación merece un análisis más individual de la dinámica familiar, habida cuenta de la severidad del comportamiento oposicionista de su hijo con la
madre y, más aún, si está relacionado, como usted lo afirma, con el advenimiento de la niñera, lo
que pudo generar una actitud reactiva frente a la posible ausencia de la madre en su cuidado.
Le sugiero una evaluación por un buen psicólogo, que profundice en aspectos específicos de
la situación por usted planteada en su comunicación, pues para su esposa esta vivencia se
hace difícil y tensa con el comportamiento de su hijo y es necesario establecer las acciones
necesarias para recuperar la deseable armonía de las relaciones padres-hijos, que garantice
un entorno familiar gratificante para todos sus integrantes.
Cordialmente,
Juan Fernando Gómez Ramírez.
Pediatra y puericultor
Fotografía: © 2012 Thinkstock Photos
Guía de
anunciantes
6
Pág.
02. III Simposio Actualización Pediatría
04. Nestlé
11. Pequeñín
15. Pony Malta
17. Gourmet
21. Smecta Synthesis
23. Dettol
Pág.
27. Abrilar
29. Sociedad Colombiana de Pediatría
33. Compañía Nacional de Chocolates
35. Sociedad Colombiana de Pediatría
39. Alpinito
40. Alpina Baby
18
08 12
Así es su
mundo
“Cría a tus hijos y así sabrás cuánto debes a tus padres”.
Anónimo
08 De 3 meses a 2 años
12 De 2 a 5 años 18 De 6 a 12 años
Dormir y estar despierto
La escuela: el segundo escenario de socialización
Mejor alimentos que suplementos
Así es su mundo
De 3 meses a 2 años
Dormir
y estar despierto
L
os padres son los llamados
a establecer una rutina en
sus hijos desde bebés para
que unos y otros puedan
dormir tranquilos y en su propia cama.
Al mes y medio el niño tiene la
capacidad para seguir una rutina
de dormir, comer y estar despierto,
siempre y cuando se le esté ayudando a crear un buen hábito de sueño.
Tener un horario organiza su cerebro, lo ayuda a adaptarse al ambiente
de su familia y, además, le permite a
los padres descansar y organizar mejor las actividades. Es necesario, de
igual forma, ser constantes, acostándolo siempre a la misma hora para
que logre establecer la rutina.
Es fácil aprender a reconocer las señales de su hijo cuando tiene sueño.
Muchos niños se vuelven inquietos
o lloran cuando están cansados, pero
otros frotarán sus ojos, jalarán sus
orejas o tendrán la mirada fija en
el espacio. Lleve a su niño a la
cama cuando usted note que
está cansado, estando somnoliento,
pero despierto para que vaya aprendiendo que su cama es para dormir.
Si es posible, es mejor que desde
pequeño el niño duerma en su propia cama. Alrededor de los seis meses
está en capacidad de dormir períodos
largos durante la noche sin levantarse a comer. La mayoría duerme toda
la noche a los nueve meses de edad.
Todos los niños, por lo general, se
despiertan brevemente durante la
noche. Su hijo debe aprender a dormirse solo. En los primeros meses,
8
Por: María Cristina Noreña Velásquez
Pediatra y puericultora
Camilo tiene tres años, casi siempre se duerme en la
cama de sus padres o se pasa en las noches. Francisco
y Clara, los padres de Camilo, sienten que no están
durmiendo bien, que están rindiendo menos en sus
labores en el día y, además, esta situación está afectando
su intimidad. Ellos se preguntan qué pueden hacer.
Así es su mundo
Familia en vela
Los padres y hermanos mayores
también necesitan dormir. Si se quedan toda la noche arrullando en repetidas ocasiones al niño o dándole de
comer varias veces, alterarán su propio patrón de sueño, lo que va a llevar
a cansancio durante el día, sensación
de enojo, problemas matrimoniales y
menos rendimiento en las labores del
hogar o del trabajo. Si la familia o amigos han ofrecido ayuda, se debe aceptar el ofrecimiento. La hora de siesta
de su niño, en lo posible, no debe ser
su hora de hacer las labores del hogar:
descanse cuando su niño lo hace.
Los hábitos de sueño del niño se
pueden ver afectados por cualquier
cambio en la rutina diaria. Los días
muy agitados, cuando se sale a paseos
o se ha tenido visita en casa pueden
hacer que él tenga más dificultad para
dormirse a la hora de siempre, pero
debe mantenerse, en lo posible, la
hora acostumbrada para acostarse.
Los patrones de sueño cambian con
la edad y el desarrollo. Empezar a gatear o caminar pueden
ponerlo inquieto, sobre todo al final del
día. El niño se preguntará: ¿Por qué irse a dormir si está aprendiendo
tantas nuevas cosas? Sin
embargo, debe tratar de
mantenerse siempre
una rutina. Pueden
Los padres son
los llamados a
establecer una
rutina en sus hijos
desde bebés para
que unos y otros
puedan dormir
tranquilos y en su
propia cama.
Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos
es bueno relajarlo y arrullarlo, pero
al ponerlo en su cuna debe estar aún
despierto. No es conveniente que se
duerma en los brazos de los padres o
en otra cama y luego se despierte en
su cuna, pues esto puede darle la sensación de engaño e inseguridad.
No se debe usar el seno o el biberón
para hacer dormir al niño, pues esto
puede hacer que incluso en la noche
necesite ser alimentado para volverse
a dormir; evitando así que se creen
buenos hábitos de sueño y perturbando durante meses, e incluso años, su
propio sueño y el de sus padres.
Al acostarlo, hay que hacerle saber
que es hora de dormir; es importante
crearle un ambiente tranquilo, susurrarle, cantarle, darle un masaje, acariciarlo suavemente, bañarlo y darle
de comer por última vez antes de dormir. Es probable que a veces se mueva en su cama, se despierte o llore un
poco. Se debe revisar que todo esté
bien, pero no acabe de despertarlo,
ni tampoco lo alimente inmediatamente, pues seguramente encontrará
la manera de volverse a dormir: tal
vez se chupe el dedo o acaricie su cobija para encontrar acomodo. Debe
aprender a dormirse, a calmarse a sí
mismo durante la noche, lo que es la
base de su futura independencia.
De 3 meses a 2 años
9
Así es su mundo
De 3 meses a 2 años
cargarlo, darle de comer y luego ponerlo en la cuna y esperar un rato con él,
en silencio, sin buscarle más juego. Si
a esa hora los padres están cansados
y de mal humor, deben calmarse primero, pues si cargan al niño estando
nerviosos o enfadados, él lo sentirá y
puede tardar más en dormirse.
Fijar límites
Cuando el niño empieza a pararse en su cuna, aproximadamente
al año de edad, se le debe detener
suavemente para que siga acostado,
explicarle que es de noche, hora de
descansar y aunque quizás se enfade,
no se le debe sacar de la cuna: pronto
se convencerá de que no queda más
remedio que dormir.
Entre el año y los 18 meses, la mayoría de los niños dejan de tomar
siesta en las mañanas, aunque continúan tomándola en la tarde hasta los
tres o cuatro años. No es conveniente
que la siesta de la tarde dure más de
tres horas ni que acabe cuando empieza a anochecer, pues esto podría
dificultar que el niño se duerma temprano en la noche.
Alrededor de los dos años, los
niños construyen autonomía e independencia, lo cual puede llevar
a luchas a la hora de acostarse. Los
padres deben fijar límites y establecer reglas claras para la hora de dormir. Cuando el niño puede bajarse
de la cama, hay que estar atentos,
acudir cuando llame, asegurarse de
que todo anda bien, calmarlo y, si
es necesario, acompañarlo un rato,
dándole lo que requiere; pero no
permitirle que se pase a la cama de
los padres.
10
Los niños, desde etapas muy tempranas, disfrutan cuando alguno de
sus padres o un adulto significativo
les cuenta o les lee un cuento a la
hora de dormir.
Algunos niños en edad preescolar
pueden tener temores durante la noche o sufrir pesadillas. Es prudente
acompañarlos, mostrarles que no hay
fantasmas ni monstruos en el armario o debajo de la cama, sin burlarse y
decirles que cuentan con sus padres
para hacerlos sentir seguros. Cuando
su hijo despierte asustado por alguna
pesadilla, vaya a su cuarto, acompáñelo y abrácelo, así se calmará y volverá a dormirse más pronto.
Situaciones generadoras de estrés
como el ingreso a la escuela, un cambio de casa, o el nacimiento de un
hermanito pueden aumentar las pesadillas. Para disminuirlas, hay que procurar que el niño se sienta tranquilo,
seguro y relajado mientras esté despierto; para esto puede ser útil impedirle que vea programas de televisión
con escenas de violencia o terror, así
como evitar que presencie discusiones
entre los padres, y, a cambio, contarle
un cuento tranquilo o cantarle.
El niño debe ver su habitación y su
cama como un sitio para dormir que
le traiga sensaciones agradables; por
ello, debe estar siempre limpia y arreglada. La habitación debe tener en lo
posible una decoración sencilla, con
un ambiente tranquilo y, ojalá, que
no sea el sitio donde se ve televisión.
Nunca se debe mandar al niño a la
cama como castigo, pues se echaría a
perder todo el esfuerzo de lograr un
buen hábito para dormir al relacionar su pieza con algo desagradable.
Recomendaciones
•
Prendan en la noche un bombillo que dé poca luz para que
el niño no se distraiga a la hora
de dormir.
•
No duerman a su niño con ustedes en la misma cama.
•
Carguen a su niño, arrúllenlo,
cuidando de que no se acostumbre a dormirse en brazos.
•
Eviten que la alimentación a la
hora de dormir sea una condición permanente.
•
Procuren acostar siempre al
niño a la misma hora.
•
Atiéndanlo cuando llore en la
noche. Cálmenlo si tiene miedo o tuvo una pesadilla.
•
Cuéntenle o léanle un cuento cuando ya está acostado.
Acompáñenlo un rato para
que se duerma tranquilo.
•
No permitan que se levante en
la noche. Con cariño, pero con
firmeza, regrésenlo a su cama
las veces que sea necesario.
•
Mantengan limpia y arreglada
la cama de su niño.
•
Nunca lo manden a la cama
como castigo.
•
No utilicen la televisión como
un arrullo para dormirlo.
El ingreso al
Por: Marta Martínez, MD, MSc
Asesora de Pequeñín
A
tu hijo y a tu hija les va a
sentar muy bien el contacto con otros lugares, otros
niños y otros adultos. En
el centro infantil se favorecerá el desarrollo de su inteligencia y avanzará
muchísimo en su crecimiento personal y social. Sin embargo, la adaptación puede tener algunos retos tanto
para los padres como para el niño.
Aquí te damos algunas recomendaciones para facilitar este proceso:
•Es indispensable que le inspires
la tranquilidad que puede faltarle
hasta que se acostumbre a su nueva rutina. Recuerda que el niño
disfruta o teme las situaciones en
función de cómo reaccionamos los
mayores. Si ve a su mamá insegura, él también se sentirá inseguro.
Por eso, esfuérzate en trasmitirle
el optimismo y la confianza que
necesita para superar las necesidades de adaptación.
•Nunca dejes a tu hijo o hija con engaños o mentiras; despídete siempre. Es fundamental que los niños
perciban que sus padres siempre
les dicen la verdad y que siempre
pueden confiar en ellos.
•No alargues mucho la despedida,
dale un abrazo y un beso y dile
una frase que le indique que pronto van a volver a estar juntos, como
por ejemplo: “Vuelvo por ti a la
hora del almuerzo”. Si te marchas
con engaños, seguramente el niño
sentirá rabia y frustración y hará
más difícil su adaptación.
•En algunos niños es normal que
se incrementen los episodios de
gripas o diarreas durante los primeros meses después del ingreso
al jardín. Por eso es fundamental
el contacto frecuente con su pediatra, además de enseñarles y motivarlos a tener unos buenos hábitos
de aseo, como el lavado frecuente y
correcto de sus manos.
•Es fundamental que al regreso a casa
o al final del día haya un momento para que los padres le dediquen
unos minutos exclusivos a su niño o
niña. Aprovechen este rato para demostrarle la alegría de reunirse nuevamente con él o ella; pregúntenle
qué cosas hizo; sobre sus amiguitos
y sus profesoras; y cuéntenle qué hicieron mientras no estuvieron juntos. De esta manera, se fortalecerá su
vínculo afectivo y le dará a tu hijo y
a tu hija la tranquilidad de saber que
puede explorar su mundo, pero que
a su vez cuenta “con un puerto seguro” donde siempre puede regresar
para sentirse amado y protegido.
Así es su mundo
De 2 a 5 años
La
escuela:
el segundo escenario de socialización
Ilustraciones: Gina Alexandra Rentería
“Queridos papá y mamá, les quiero decir:
12
Tráiganme al preescolar con mucha alegría; que
cuando se despidan vea en sus caras lo contentos que
están porque yo me quedo con mi profe y amigos.
No quieran separarse de mí en el primer momento,
porque apenas estoy conociéndolo todo y eso me asusta.
Quiero que me permitan, por ahora, continuar con
los hábitos que tengo en casa —mi tete, mi chupa, mi
cobija—, no quieran cambiármelo todo y tan rápido.
Conversen mucho con mi profe y todas las personas
del preescolar; verán lo importante que es que se
conozcan.
Sigo necesitando afecto, comprensión y mimos; los
necesito para crecer con fortaleza.
Si lloro, abrácenme, háblenme suave, acarícienme, eso
me relaja y consuela. Díganme lo mucho que me quieren.
Papás, si hoy están acelerados, preocupados o
ansiosos, ¡cuidado conmigo! Yo los amo, pero no sé lo
que les está pasando.
Quiero estar jugando, ya sea solo o con otros niños,
no quieran que esté en un espacio cerrado y siempre al
lado de un adulto vigilante.
Cuando ya esté adaptado al preescolar, voy a
querer mucho a mis profes y amiguitos y serán tan
importantes para mí como lo son ustedes.
Denme la oportunidad de empezar a experimentar y
disfrutar fuera de casa, y así sentir que todo el amor
que me han dado me permite compartir con los demás.
Queridos papá y mamá, yo los quiero mucho”.
Anónimo
Así es su mundo
De 2 a 5 años
La entrada al colegio supone una separación del
niño que debe manejarse con amor y paciencia.
Padres y maestros son responsables del manejo
de esta etapa crucial para toda la vida.
Por: Carmen Escallón Góngora
Pediatra y puericultora
Terapista de familia
compartir con niños de su edad y niños mayores. Muchos niños durante
esta etapa pueden tener mucha ansiedad, manifestada como irritabilidad,
dolor abdominal, dificultad para comer o conducta agresiva.
Cuando los padres o cuidadores
estiman que el niño debe ingresar
al jardín debe producirse todo un
ritual previo alrededor de esta necesidad: elegir un sitio adecuado,
cómodo, con maestros que sean de
confianza; el niño debe participar
activamente en esta elección. Puede
llevarlo a cada uno de los sitios probables y dejarlo jugar, permanecer
allí y observar su conducta. El proceso se debe anticipar con la lectura
de cuentos alusivos a la escolaridad
o llevarlo unos meses antes para que
vea a los niños en el jardín.
Se recomienda que el niño vaya en
compañía de uno de sus padres el primer día, ya que necesita reconocer el
espacio físico y sentir que sus
padres conectan afectivamente con los maestros
o cuidadores. Una buena técnica es la de llevarlo de visita previamente al jardín al que
ingresará y establecer
cierto contacto con
sus maestros.
El objeto de
transición, es decir, un osito o el
muñeco preferido del niño, puede acompañarlo
al jardín, pues con
ello aumenta su
El ingreso del
niño al jardín
es clave para el
desarrollo de su
personalidad.
Por eso, los
padres deben
elegirlo a
conciencia.
Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos
L
a socialización es un proceso
dinámico y creciente durante el proceso vital humano.
Se inicia desde el nacimiento y se sucede durante los primeros
años en la vida de familia, de una
manera determinante. A este proceso se le llama socialización primaria
y tiene que ver con el reconocimiento que hace el niño de sí mismo por
medio de su padre, madre, abuelos,
hermanos y demás familiares.
La socialización secundaria, entre
tanto, ocurre cuando el niño ingresa
al sistema escolar; en ese momento los
maestros y los demás niños permiten
que el niño se reconozca nuevamente
y reconozca a los que están a su lado.
El ingreso del niño al jardín o preescolar es fundamental para el desarrollo de su personalidad. Es el primer
peldaño de todo el proceso educativo.
Por tal razón, se debe garantizar que
este paso se dé de la manera más armónica, con la participación de padres, adultos significativos, maestros
y el mismo niño. Este paso debe ser
pensado y efectuado de una manera
responsable y justa, ya que las equivocaciones que sucedan en esta etapa
son de difícil reparación y pueden tener consecuencias para toda la vida.
Cuando el niño ingresa al colegio o
al espacio de formación humana y capacitación conocido como jardín de
niños o preescolar, se produce para
él y la familia una crisis de variadas
dimensiones: el niño debe superar el
conflicto de separación de la madre,
afrontar un sitio nuevo con personas
desconocidas e iniciar una tarea hasta el momento nueva, como es la de
13
Así es su mundo
De 2 a 5 años
seguridad y su coraje y siente que
puede afrontar las situaciones nuevas que le generan ansiedad con
más facilidad.
La separación temporal del niño
de sus padres, cuidadores y de su
casa para ingresar al jardín, donde
se somete a nuevos horarios y a una
determinada disciplina, es vivida
por el pequeño como una pérdida
que le produce dolor e inseguridad.
Son duelos de crecimiento o maduración y se superan cuando el niño
siente ganancias al
afrontar las situaciones
nuevas, tales como
aprender y descubrir
un nuevo mundo.
Muchas veces estos duelos pueden
ser dañinos y producirle grandes pérdidas,
sobre todo cuando no se produce un
acompañamiento respetuoso por parte de los padres y maestros.
El papel del maestro
•
El maestro de los niños debe ser un mago, un alquimista,
debe sentirse niño. Debe trabajar para desarrollar las potencialidades al igual que las cualidades de los niños a cargo. Es algo así como un partero o un jardinero, que espera y
con paciencia ayuda a que el fruto nazca. Debe corresponder a la palabra educador que significa: “Sacar de adentro”.
•
El maestro deberá cuidar con esmero al niño, hasta el punto
de sancionar las conductas o actitudes indeseables sin lesionar el autoconcepto del niño y sin lastimar su integridad;
teniendo en cuenta el cuestionar o corregir el acto sin dañar
al niño con frases como “bobo”, “flojo”, “tímido”, etc. El poner
rótulos a los niños vulnera su autoestima y su confianza.
•
El maestro es el que tiene que ver con la crianza escolar,
es decir, comparte con los padres la responsabilidad de la
crianza. Es un modelo que el niño imita, que incorpora en
su mundo y en sus juegos. El maestro se convierte para estos pequeños en adultos significativos con una influencia
muchas veces tan decisiva como la de los padres.
•
El maestro es un sanador. Cuando en la familia y en la calle
existe el horror, se convierte para los niños en un verdadero
terapeuta, aumentando la confianza básica y permitiendo
reparar heridas. Hay muchos maestros que cumplen una
función reparadora ante las adversidades sociales y familiares, tales como la violencia intrafamiliar, la guerra, los desastres naturales y el desplazamiento forzado, entre otras.
•
El maestro debe seguir el principio de incorporación paulatina y gradual de procesos y actividades, entendiendo que
cada niño tiene un ritmo propio. El proceso de incorporación
de actividades dirigidas al control de esfínteres o hábitos y
actividades orientadas por adultos debe hacerse paso a paso
y respetando el ritmo de cada niño para evitar así la sobrecarga y el agotamiento en esta etapa de adaptación.
•
El maestro debe ser flexible en la incorporación de nuevos
hábitos y debe respetar los que el niño trae de la
casa, que muchas veces se consideran inadecuados, tales como chuparse el dedo, usar “chupo”, dormirse con balanceo, etc. Estas
condiciones deben permanecer
idénticas al máximo para evitar aumentar el nivel de
ansiedad. El maestro debe
ser paciente e ir incorporando poco a poco nuevos hábitos en el niño.
El proceso de adaptación
La compra de los uniformes y materiales para el colegio debe hacerse
de manera juguetona, teniendo en
cuenta el gusto del niño. De la misma manera, el primer día del jardín
debe ser muy especial. Los padres
deben tratar de disminuir su ansiedad y sus temores, ya que estos se
contagian al pequeño que va a conquistar ese otro espacio.
Se debe disponer de mucho tiempo; para lo cual, preferiblemente
uno de los padres puede acordar en
su sitio de trabajo llegar a una hora
en la que no tenga que presionar al
niño por supuestas tardanzas. Los
padres deben entender que el niño
está viviendo una etapa angustiante.
El niño ingresa al preescolar, siendo este un paso trascendental para su
desarrollo físico, social, emocional e
intelectual. La adaptación a este espacio depende mucho del tipo de familia, y se favorece aún más si se trata
de una familia tranquila, paciente y
poco ansiosa.
La adaptación a este nuevo ambiente también depende del tipo de
14
Así es su mundo
De 2 a 5 años
preescolar, de la capacitación de la maestra y
del vecindario. Cuando hay mucho estrés
en el niño generado
por cualquiera de
estos tres sistemas,
su adaptación se
torna más difícil. Por otra
parte, su edad, el sexo y la capacidad
que tenga para afrontar situaciones
nuevas serán también factores que
influirán.
En el jardín, el niño establece nuevas relaciones, descubre así un nuevo
y encantador universo, aprende observando los modelos del maestro y
de los compañeros; resuelve conflictos, descubre nuevas emociones, vence miedos. Se desarrolla intelectualmente y va tejiendo la hermosa red
que hace parte de la dinámica vital
interhumana.
El niño en el jardín hace amigos.
Esa experiencia tan fundamental
para la vida le va proporcionando
una red de seguridad emocional y
de apoyo tan necesarios para su desarrollo. Los amigos se convierten
en figuras afectivas y necesarias, y
son decisivas para las posteriores relaciones amorosas en la vida adulta.
A su vez, el jardín de niños es escenario para que ocurra el juego:
descubre una nueva forma de jugar,
lejos de la familia y con amigos nuevos, con los que puede intercambiar
todas sus emociones y deseos. El
16
niño entra en
este mundo de
magia, de cuentos, de sonidos,
de aprendizaje de
descubrimientos,
de hacer cosas.
La escuela permite
en el niño preescolar
el desarrollo completo
de la autonomía: el niño se fortalece,
se siente grande, seguro y orgulloso
de su maestra y de su grupo de compañeros, y así se siente orgulloso de
él mismo.
El pequeño aprende la conciencia
de él y la del otro. Sabe así que existen otros que son diferentes. Descubre que hay niños blancos, negros,
altos y bajitos, risueños y serios, flacos y gorditos, pobres y ricos. Que la
maestra es una mujer que cuida. Que
existe un universo que él poco a poco
va descubriendo, entendiendo así la
conciencia social y del planeta.
Cuando el niño regresa del jardín los
padres deben recibirlo, pedirle permiso para revisar su maleta y mirar los
deberes que ha hecho, no con el ánimo
de juzgarlo, sino de acompañarlo. La
casa debe continuar la labor del jardín:
maestros y padres están cumpliendo
la misma función, la de educar o socializar al pequeño, por lo que es necesario que la comunicación sea activa
y que estén en el mismo bando para
que el efecto motivador, socializador y
educativo hacia el niño sea mayor.
Recomendaciones
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Elijan el jardín pensando
en su hijo y háganlo en el
momento en que el sistema familiar lo estime conveniente.
Hagan al niño partícipe de
esta decisión, escogiendo
el jardín en su compañía.
Preparen la entrada de su
hijo al jardín con cuentos
y relatos, así como visitas
previas.
Acompañen a su hijo al primer día de clases, y háganlo tratando de disminuir su
ansiedad.
No se desesperen, recuerden que la adaptación del
niño es un proceso gradual.
Invítenlo a que lleve su cobija, osito u otro objeto de
transición.
Estimúlenlo al llegar del
jardín.
Identifiquen los signos de
ansiedad, tales como dolor
abdominal, irritabilidad y
agresividad, entre otros.
Acaricien a su hijo, estimulándolo sin presiones.
Por último, disfruten la entrada de su hijo al universo
escolar.
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Así es su mundo
De 6 a 12 años
Mejor alimentos
18
do
Foto: Fernan
Va lderrama
que suplementos
La falta de apetito
de los niños o la
creencia en que
con un suplemento
nutricional crecerán
más saludables hace
que muchos padres
se los suministren a
sus hijos de forma
indiscriminada, sin
preocuparse por su
alimentación. Pero,
¿qué tan conveniente
resulta? ¿En qué casos
son necesarios los
suplementos?
Así es su mundo
De 6 a 12 años
Por: Ana María Gómez Campos
Con la asesoría de Clara Rojas Montenegro,
nutricionista clínica infantil, asesora de la Sociedad Colombiana de Pediatría
y consultora del Programa Mundial de Alimentos, y Aida Lebbos, pediatra
Una cosa es una cosa...
Antes de entrar en materia, hay
que diferenciar entre alimento, complemento y suplemento.
De acuerdo con la nutricionista
clínica infantil Clara Rojas Montenegro: “Alimento es todo producto
natural elaborado o no, que brinda
nutrientes específicos que aportan
energía, clave en el desarrollo”. La alimentación ideal debe ser suficiente,
equilibrada y completa para que el
niño crezca sano.
El complemento, como su nombre
lo indica, es un medicamento que
incluye sustancias determinadas de
un grupo de alimentos, como vitaminas, minerales, proteínas –concentradas– y se usa para ayudar en
caso de alguna deficiencia, pero no
puede remplazar ninguna de las comidas diarias. Es el caso de los niños
que nacen sin reservas suficientes de
hierro, las madres embarazadas que
requieren ácido fólico y los menores
con diarrea o con problemas respiratorios, que necesitan zinc y vitamina
A, respectivamente.
El suplemento (también medicamento), a diferencia del complemento,
reúne todos los nutrientes que necesita el organismo y puede sustituir una
comida completa. Es formulado en los
casos de pacientes que por una condición médica no pueden recibir una alimentación normal (porque están hospitalizados y no están en capacidad de
masticar o tragar, por desnutrición o
debilidad, entre otras causas). Esa es
la única razón para consumirlos, de
acuerdo con Clara Rojas.
La pediatra Aida Lebbos, entre tanto,
coincide en que nada mejor que recibir los beneficios de la alimentación y en que no es recomendable suministrar suplementos
al azar. Antes se debe analizar
el peso, la talla y el crecimiento del niño bajo la orientación
e instrucción del pediatra o
especialista del caso. “A menos
que tenga su curva baja, que su
alimentación sea vegetariana,
que el desarrollo no corresponda a la edad, que sufra alguna
enfermedad, o que no pueda
comer, se le formulan. Otras razones no se justifican”, indica.
El problema es que los padres piensan que si los niños no comen frutas
ni verduras, les pueden dar suplementos y no les crean buenos hábitos.
“Por las carreras en que viven,
los papás de hoy tienen
poca conciencia de que
las vitaminas y los minerales están en los
alimentos. A las generaciones anteriores
Antes de acudir a
los suplementos
como medida
desesperada,
habría que
empezar por
revisar los hábitos
alimentarios en
casa.
Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos
Q
ue el niño no come, que
está “lánguido”, que no
crece o que necesita concentrarse en sus actividades escolares son algunas de las
razones que aducen algunos padres
para darle por su cuenta suplementos
nutricionales, sin un control médicopediátrico.
Lo cierto es que antes de acudir a
este recurso –generalmente utilizado
como medida fácil y desesperada para
salir de la angustia por la inapetencia
del niño– habría que empezar por
revisar los hábitos alimentarios en
casa, pues es allí donde debe estar la
solución al problema. La complementación y suplementación nutricional
solo se indican en condiciones de riesgo o situaciones especiales.
19
Así es su mundo
De 6 a 12 años
Pese a que la
inapetencia en
los niños podría
ser un signo de
enfermedad,
como tratamiento,
generalmente
tendrá prioridad
la nutrición
convencional. Es
el pediatra quien
debe considerar la
necesidad de los
suplementos.
20
Los suplementos o complementos nutricionales solo deben ser utilizados cuando se diagnostique
un cuadro clínico cuyo tratamiento los incluya, siempre bajo la supervisión del especialista.
nos tocó la comida casera; las de ahora pasan con una hamburguesa y
otras comidas rápidas: los muchachos
quedan felices y los padres, salen del
paso”, comenta Lebbos.
La inapetencia,
capítulo aparte
La falta de apetito es una de las causas más frecuentes de consulta pediátrica. La doctora Rojas estima que en
el 60% de los casos que atiende en
su consultorio, los padres se quejan
de que el niño no come. “De ese total, una mínima parte tiene alguna
deficiencia alimentaria y se trata más
bien de un problema conductual”, explica la experta.
El libro Nutrición clínica y
gastroenterología pediátrica, de Clara
Rojas y Rafael Guerrero, precisamente
dedica uno de sus capítulos al tema y
sostiene que: “El apetito corresponde
al deseo de consumir determinados
alimentos, con expectativas de recompensa. El hambre, la presentación del
alimento, su olor y sabor, son estímulos del apetito”. Y comer es necesario
para satisfacer el hambre (que es la necesidad de comer, desencadenada por
señales orgánicas).
Así, la inapetencia es la pérdida
del apetito e incluye el rechazo a
ciertos alimentos. Cuando el niño
no come debe adelantarse un estudio clínico para descartar algún
problema orgánico específico y
conocer el estado nutricional.
“Entre los problemas conductuales se cuentan el apetito selectivo, la
aversión a los alimentos, el temor a
las comidas y la anorexia infantil. Y
si el problema es orgánico, hay que
ver cuál es la razón y si es necesario
dar un suplemento nutricional”, afirma la doctora Rojas.
Otra es la situación de las poblaciones con niveles de desnutrición y
pocas posibilidades de acceso a los alimentos, en las cuales los suplementos
resultan beneficiosos. En cambio, su
prescripción no representa mayores
ventajas en niños sanos. Si se usan en
exceso en casos de inapetencia, encubren el verdadero origen del problema
y contribuyen a que se refuercen las
conductas inapropiadas de padres e
hijos, sostienen los expertos en el libro.
Por otro lado, algunos de los suplementos utilizados sin necesidad
pueden tener efectos adversos en
los niños porque desequilibran su
alimentación. Los de vitaminas, comúnmente utilizados para corregir
deficiencias, son capaces de ocasionar toxicidad cuando se administran en altas dosis. En ese caso, el
dinero que se invierte en medicamentos es mejor destinarlo para la
compra de alimentos.
Para que coman mejor...
El primer paso para evitar problemas de apetito y desnutrición es seguir las conductas necesarias para
conseguir una alimentación completa,
De 6 a 12 años
Foto: Fernando Valderrama
Así es su mundo
Recuerde que...*
variada y suficiente. Hay que tener
en cuenta que los suplementos como
sustitutos del desayuno, por ejemplo,
pueden quitar el hambre para la comida siguiente, por eso resulta más
conveniente mejorar la calidad de la
alimentación.
En los bebés, cabe recordar que la
lactancia es la mejor opción –por lo
menos hasta el sexto mes– para nutrirlos adecuadamente y evitar enfermedades. A partir de ese momento, de
acuerdo con la nutricionista, se deben
ofrecer variedades de alimentos, texturas, sabores y consistencias en los
cereales, frutas y verduras.
“A los seis meses hay un momento crítico porque el niño es más receptivo a los diferentes nutrientes
y alimentos cuando empieza
los movimientos masticatorios. De ahí la importancia de tener buenos
hábitos y una alimentación saludable en
edades tempranas.
22
El niño aprende lo que le enseñamos”, enfatiza la doctora Rojas. Pero
también afirma que con paciencia y
perseverancia, los malos hábitos se
pueden corregir.
A su juicio, es indispensable buscar
el compromiso familiar para fomentar
conductas apropiadas. La hora de sentarse a la mesa, puede causar conflictos
y peleas. Se recomienda, entonces, establecer horarios y rutinas; debe haber
un tiempo para cada comida (45 minutos por lo menos), y si al niño no le
provoca, tampoco hay que llenarlo de
opciones, como si la casa fuera un restaurante. Todos deben comer lo mismo
en las porciones adecuadas. Para que
funcione es clave establecer principios
claros de alimentación en los pequeños. No quiere decir que de vez
en cuando no disfruten de
comidas rápidas, pero
eso sí, nunca hay que
olvidar el ejercicio
y evitar el sedentarismo.
•
La alimentación del preescolar debe estar basada en variedad de alimentos con alto
valor nutricional.
•
Para estimular al niño a comer es necesario ofrecer porciones pequeñas, en preparaciones agradables y sencillas,
de fácil masticación y deglución, con alimentos variados
de los grupos básicos.
•
Cuando se le brindan solo los
alimentos de su preferencia
se corre el riesgo de consumo insuficiente de nutrientes
y calorías.
•
La familia es la que establece
los modelos de alimentación.
•
El biberón debe dejar de
ser parte importante de la
alimentación del niño, después del primer año de vida.
•
El consumo de golosinas y
gaseosas interfiere con la alimentación y es causa de falsa inapetencia y de rechazo
de los alimentos básicos.
•
Los colegios deben ofrecer
alimentos acordes con las
necesidades nutricionales
del niño.
•
En la medida en que un niño
reciba una alimentación
normal y variada recibe los
nutrientes necesarios y no requiere suplemento alguno.
*
Fuente: Nutrición clínica y
gastroenterología
pediátrica.
Editorial Panamericana. 1999.
Opinan los expertos
Cuando uno de los padres
cría solo a los hijos
24
Opinan los expertos
Criar a un niño usted solo no es una misión fácil, sea cual sea
la razón: divorcio, muerte de uno de los padres, adopción,
entre otras. Consejos para sobrevivir en el intento.
Una muerte en la familia
Perder a uno de sus padres es una
de las cosas más traumáticas que le
puede suceder a un niño. Un menor
de cinco años no puede comprender
que la muerte es permanente. Los niños mayores pueden entenderlo, pero
habrá muchas preguntas que temen
hacer. ¿A dónde se fue papi cuando
murió? ¿Por qué murió? ¿Quién me
va a cuidar si tú te mueres? Los niños
pueden reaccionar ante la muerte de
muchas maneras. Algunos se verán
callados y tristes. Otros podrán
sentirse enojados, culpables, o
negarse a creer que el padre o la madre ya no están. Es importante que
usted acepte su reacción, cualquiera
que sea. Si las señales de tristeza o
enojo continúan, hable con el pediatra, quien podría recomendarle un
asesoramiento profesional para facilitar el proceso de recuperación.
Embarazo inesperado
Un embarazo no planeado acarrea
cambios. La tarea de atender a un recién nacido no es fácil, especialmente
para las madres solteras. Las que trabajan fuera del hogar pueden sentir
que no pasan suficiente tiempo en
casa con el bebé. La situación económica puede ser apretada. Es posible
que se le dificulte encontrar cuidado
infantil al alcance de su bolsillo. No
obstante, hay ayuda disponible. La
familia, los amigos, y los líderes religiosos y comunitarios son sus mejores fuentes de apoyo. Si necesita
encontrar trabajo, las agencias de empleos y servicios temporales podrían
ayudarle. También podría ser elegible para programas de Gobierno, tales como apoyo a las madres cabeza
de hogar y alimentos suplementarios
para mujeres y niños.
Los niños
necesitan
estar donde
se sientan
como en
casa.
Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos
L
as familias donde solo hay
uno de los padres son cada
vez más comunes en la sociedad hoy día. Uno de cada
cuatro niños en los Estados Unidos
vive en un hogar con solo uno de los
padres. Mientras que la mayoría de
estos casos se deben al divorcio, muchos padres están criando a sus hijos
solos por otras razones. Algunos lo hacen debido a la muerte de su cónyuge.
Otros deciden tener o adoptar un niño
sin tener pareja. Sean cuales sean las
circunstancias, estos padres enfrentan problemas y retos especiales.
La adopción por un padre
o madre solteros
Es cada vez más común que una
persona soltera adopte un niño. La
adopción puede traer consigo dificultades especiales. El niño adoptivo
puede ser un bebé de varios días de
nacido, o puede estar en edad escolar. De igual forma, puede ser de otro
país, raza o cultura, o provenir de un
ambiente abusivo. Como resultado,
las familias adoptivas fácilmente se
pueden sentir distintas a las demás.
Las diferencias son reales, pero las
recompensas de enfrentar estos problemas pueden ser muy buenas. La
colaboración entre usted y el pediatra
para prevenir y resolver problemas
pudiera ser muy importante para la
felicidad y el éxito de su niño.
25
Opinan los expertos
El divorcio y la separación
Casi las dos terceras partes de todas las familias donde hay un solo
padre son consecuencia del divorcio o la separación. Para un niño, el
divorcio puede ser tan difícil como
la muerte de uno de sus padres. Se
puede anticipar un largo período de
tristeza. La edad del niño también
juega un papel importante. Un niño
de edad preescolar puede experimentar una regresión en cuestiones
como la capacidad para ir al baño,
y podría empezar a tener nuevos
temores o pesadillas. Si él ya está
en edad escolar, es más frecuente
que demuestre enojo y que se sienta culpable o triste. Su rendimiento
escolar también puede decaer. Un
adolescente, por su parte, puede preocuparse por tener que cambiarse y
Después de la
separación,
los padres
deben hacer
a un lado sus
diferencias,
por el bien
del niño.
26
dejar a sus amigos, o por no tener
dinero para ir a la universidad. No
importa cuál sea su edad, algunos
niños se sienten responsables por el
divorcio de sus padres y sueñan con
reconciliarlos nuevamente.
Después del divorcio o la separación, a menudo los padres están enojados uno con el otro. Durante las discusiones, deténgase y piense: ¿Cómo
afectará esto a mi hijo? Ambos padres pueden discrepar, pero traten de
hacer a un lado sus diferencias por
el bien del niño. Siga los siguientes
consejos para evitar problemas:
• Nunca obligue a su hijo a ponerse de parte de uno o del otro. Todos los niños sienten lealtad hacia
ambos padres.
• No involucre a su hijo en las discusiones entre usted y su pareja.
• No se critiquen uno al otro delante del niño. Aun si usted se entera
de que el otro padre está hablando
mal de usted, explíquele al niño
que a veces la gente dice cosas que
hieren cuando están enojados.
• Hable sobre sus inquietudes y
sentimientos con el otro padre
cuando el niño no lo oiga.
• No discutan delante de los niños,
especialmente si la discusión es
acerca de ellos.
Si está considerando la separación
o el divorcio, podría ser útil que lo
comentara con su pediatra, o también un asesor de familia podría
ayudarles, dándole a usted y a su
hijo la oportunidad de hablar sobre
cualquier problema y de hacer planes
para los cambios que se avecinan.
Hable con su hijo
Hablar con su hijo es una manera
muy importante de ayudarse el uno
al otro en los momentos difíciles. Si
puede compartir sus temores, preocupaciones y sentimientos con usted, el niño se sentirá seguro y especial. Cuanto más hablen, más cómodo
se sentirá el niño, tenga paciencia y
préstele atención a sus preguntas.
Usted no tiene que saber todas las
respuestas. A veces solo escuchar es
más útil que dar consejos. Si lo necesita, no vacile en obtener ayuda de su
pediatra o de un asesor familiar. Las
siguientes sugerencias podrían serle
útiles cuando hable con su hijo sobre
los cambios en su familia:
• Sea honesto con su hijo. Si su cónyuge ha muerto, es posible que el
niño no entienda lo que ha sucedido. Tenga cuidado con lo que dice.
Los niños pequeños a menudo
ven la muerte como una situación
temporal. Es muy importante no
hablar de la muerte como “irse” o
“dormirse”. El niño podría creer
que el padre o madre fallecida va
a regresar, o que va a despertarse,
o puede creer que él se va a morir
mientras duerme. Si usted está en
un proceso de divorcio, hable de
esto con palabras sencillas. Trate
de no culpar a su ex cónyuge ni demostrar su enojo. Explíquele que a
veces los padres deciden vivir separados. Dele todo el cariño que necesita para sentirse seguro y amado.
• Asegúrese de que el niño sepa
que no es culpa de él. Los niños
a veces creen que es culpa de ellos
Opinan los expertos
que uno de los padres se haya ido.
Después de una separación, divorcio, o del fallecimiento de uno de
los padres, los niños pueden culparse a sí mismos. Pueden sentirse solos, no deseados y no amados.
Hágale saber a su hijo que los cambios no son culpa de él, que usted
lo ama y no lo va a dejar.
• Hable con el niño acerca de sus temores. La confusión sobre de la separación o la muerte de uno de los
padres puede asustar al niño. En su
mente, si uno de los padres se fue,
quizá el otro también pueda hacerlo.
Puede pensar que la separación de
uno de los padres es temporal, y que
si él se porta bien, éste regresará. Es
importante hablar sobre estos temores con el niño y tranquilizarlo.
Busque cuidado infantil
de buena calidad
Nunca deje a un niño solo en la
casa. Busque una persona de confianza para que cuide a los niños mientras
usted trabaja. No deje a los hermanos
y hermanas mayores al cuidado de los
niños más chicos. Hasta el más confiable no tiene la madurez necesaria para
responsabilizarse por un hermano
menor diariamente. También debe tener cuidado con pedirle a nuevos amigos o a una nueva pareja que le cuiden a los niños, aunque sea por poco
tiempo. Podrían no tener la paciencia
necesaria, especialmente si el comportamiento del niño se pone difícil. Los
niños necesitan estar al cuidado de un
adulto con experiencia comprobada
en esta área. El mejor modo de garantizar que el niño esté bien atendido es
visitar el centro de cuidado infantil y
observar a la niñera o persona que lo
cuida cuando esté con el niño.
El pediatra puede aconsejarle sobre cómo encontrar el mejor cuidado infantil.
La custodia de los niños
Los niños necesitan estar donde
verdaderamente se sientan que están
en su casa. Aunque el padre que vive
con el niño se encargue de sus necesidades diarias, el padre que no tiene la
custodia debe permanecer involucrado
28
al mayor grado posible. Él o ella aun
pueden ayudarlo con las tareas, asistir a sus eventos deportivos, y darle
apoyo económico. La cooperación entre ambos padres es muy importante para el bienestar del niño a largo
plazo. A ninguno de los padres se le
debe impedir su participación en la
crianza de su hijo.
Cuando el padre o la madre
empiezan a salir de nuevo
Sea cuidadoso con los amigos que
les presente a sus niños. Trate de establecer una relación sólida antes de
traer a una persona nueva a casa. Especialmente cuando alguien se queda
a pasar la noche, esto podría confundir a su niño. Háblele a su amigo o
amiga acerca de su niño antes de que
se conozcan. Cuando usted crea que
es el momento apropiado, preséntele
al niño a su nueva pareja. No espere
que se hagan amigos enseguida. Deles tiempo para conocerse bien.
Si su nueva pareja no tiene experiencia con la crianza de niños, podría sentirse incómodo con su familia. Observe cómo su novio o novia
se relaciona con su hijo. La persona
debe ser paciente y comprensiva.
Antes de dejar a su niño al cuidado
de una nueva pareja, usted debe tener la certeza de que puede confiar
en esta persona.
Una nueva vida
Criar a un niño usted solo no
es fácil. Los padres sin pareja
encaran problemas especiales, pero los niños en esos
hogares pueden crecer tan
felices como los que tienen a
ambos padres. Darles un hogar donde encuentren amor y
apoyo es el factor más importante que les ayudará a crecer
bien adaptados y felices. Al
interesarse por leer la información que se ofrece aquí, ya
usted ha dado el primer paso
para adaptarse a los cambios
en su vida. Tomar las decisiones correctas para usted y sus
hijos les ayudará a todos a
vivir una vida nueva y gratificante, juntos como familia.
©No deberá usarse la información contenida en esta publicación a
manera de sustitución del cuidado médico y consejo de su pediatra. Podría haber variaciones en el tratamiento, las cuales su pediatra podrá recomendar, con base en los hechos y circunstancias
individuales.
Entorno
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30
Entorno
Por: Ana Cristina Restrepo Jiménez
Comunicadora social UPB
Magíster en Estudios Humanísticos EAFIT
C
uando nuestros hijos pasan
al primer o segundo grado
de primaria “sabiendo leer
y escribir”, creemos habernos quitado un gran peso de encima...
que el “trabajo duro” quedó atrás.
Pero todo cambia cuando nos
percatamos de que en el imaginario
colectivo escribir significa simplemente juntar letras, y es entonces
cuando empezamos a cuestionarnos si nuestros hijos (en edad escolar o universitaria) saben escribir
correctamente.
La polémica, que suele rondar pasillos escolares y universitarios en
época de exámenes finales, cobró un
nuevo aliento con la carta de renuncia de Camilo Jiménez, un profesor
de la Pontificia Universidad Javeriana, la cual ha dado mucho de qué
hablar a prestigiosos catedráticos y
columnistas, como Daniel Samper
Pizano y Alejandro Gaviria, y a nosotros, los padres de familia.
Jiménez es un incansable lector y
escritor, que ha editado revistas como
El Malpensante, además de ser el editor de autores de la talla de Alberto
Salcedo Ramos. El 7 de diciembre del
2011 publicó en su blog El ojo en la
paja, un polémico texto que tocó las
fibras más sensibles de la educación y la crianza.
Su renuncia es más que
una crítica a sus alumnos de
Comunicación Social: “Desde que empecé mi cátedra,
en el 2002, los estudiantes tenían
problemas para lograr una síntesis
bien hecha, y en su elaboración nos
tomábamos un buen tiempo. Pero
se lograba avanzar. Lo que siento
de tres o cuatro semestres para acá
es más apatía y menos curiosidad.
Menos proyectos personales de los
estudiantes. Menos autonomía. Menos desconfianza. Menos ironía y
espíritu crítico”.
Si bien escribir con corrección es
el resultado del dominio de una técnica, del respeto a unas normas, es
definitivo subrayar que, además,
quienes tienen el hábito de escribir,
suelen adquirir un orden en el pensamiento, una estructura mental que
propicia la argumentación, y la
expresión clara y fundamentada
de ideas.
"... Lo que siento...
es más apatía y
menos curiosidad.
Menos proyectos
personales y...
menos espíritu
crítico".
Camilo Jiménez,
profesor
universitario.
Jugar con palabras
Ahora, la pregunta lógica es: ¿Cómo estimulo a mi
hijo para que escriba si no soy
escritor ni me desempeño en
una disciplina de carácter intelectual?
Partimos de una de las premisas fundamentales de la
educación: se aprende por
imitación. Un niño que ve
escribir a sus padres, tiende a escribir también.
Y no es que tengamos que convertirnos en grandes escritores o
bestsellers, me refiero al acto de
31
Fotografías: © 2012 Thinkstock Photos
Divertirse con las letras en juegos o regalarle al niño un cuaderno
para que haga garabatos hará que desde temprano tenga
contacto con la escritura y empiece a apropiarse del lenguaje.
Entorno
Qué tal
empezar por el
elemento más
esencial: las
letras. Jugar
con ellas y con
las palabras
que forman
es el primer
incentivo.
32
consignar por escrito datos, listas, hechos y, si es posible, breves relatos.
Para empezar, vayamos a la unidad
mínima de la escritura: la letra. Jugar
con las letras y las palabras que ellas
forman es el primer incentivo.
¿Qué tal comenzar por el nivel
auditivo y oral? Cantar y declamar
para nuestros hijos como invitación
para disfrutar la sonoridad de las palabras. Las retahílas, trabalenguas,
estribillos y rimas son una forma
de jugar: la repetición como fijación
lúdica en la memoria. “Erre-con-errecigarro, erre-con-erre-barril”.
Y de lo auditivo y oral a lo escrito
y visual, al símbolo. Divertirse con
las letras en juegos como Scrabble®
o revistas de sopas de letras, que
permiten aislar símbolos y extraer
de ellos contenidos que, gracias
a las repeticiones mencionadas, se convierten en
predicciones lingüísticas
emocionantes. Por ejemplo: tomar la letra B y enfatizar en el trabalenguas
el sonido de b-arril. Y de ahí buscar
palabras con el sonido “b”... barril,
barrer, borrador...
El paso siguiente es ofrecerle al
niño diversos soportes (aunque sean
imaginarios) para que escriba: si está
en la etapa preescolar, hacer letras de
plastilina y masa, trazarlas en el aire,
la arena o el espejo empañado del
baño después de una ducha. En este
ejercicio es necesario asociar la letra a
sonidos e imágenes reales. Por ejemplo: s, suena “ssssss” como serpiente y
su forma se parece a la de ese animal.
Hay un escaño tan obligatorio
como tradicional, ligado a la discriminación visual: la sopa de letras (sí,
la comestible). Es literalmente delicioso tomar sopa de letras y encontrar en la cuchara sus poemas escondidos (¡con perdón de los puristas de
las buenas maneras!).
¿Qué sigue? Antes de entregarle
al chico un pedazo suelto de papel y
un lápiz, que tal vez botará sin darles
sentido, podemos ofrecerle un cuaderno que sea suyo, solo para él.
Entorno
Regálele un
cuaderno
especial, que
sea solo para
él, y dele
gran valor a
lo que el niño
ponga en él,
así solo sean
garabatos.
Si el niño todavía no escribe, el
cuaderno puede ser usado para dibujar e incluso garabatear; el sentido
del objeto es que el menor establezca
una relación con el acto de escribir. Y
es que, pese a que los adultos no los
entendamos, el cuaderno estará lleno
de escritos.
La idea es dar gran valor a esas
páginas: felicitar al niño frente a sus
abuelos o amigos por sus “escritos”...
siempre y cuando se muestre su contenido con la previa autorización (en
privado) del chico, pues la buena
escritura suele estar vinculada a la
intimidad.
Este tipo de actividades, caseras,
desligadas de la rutina escolar, pueden continuar con un diario (en computador o en papel), un cuaderno de
viajes (en el que, además, pueda guardar hojas, pétalos, cartas, estampillas
y recuerdos), una libreta de secretos,
notas de libros leídos o una agenda.
Es preciso, además, enseñarles a
los muchachos que cada individuo
necesita ciertas condiciones para
escribir: algunos requerimos del silencio, espacios ordenados, una vela
aromática, música clásica, lapicero
verde... ¡qué sé yo! Es importante
ayudarles a descubrir y definir,
bajo sus propios parámetros,
sus ambientes ideales para
la escritura.
Y, lo más importante,
leer con ellos, para ellos
(sus lecturas) y frente a
ellos (nuestros libros, que
nos vean disfrutar al leer).
La lectura como alimento
indispensable para la escritura.
Las letras:
compañeras
del alma
Volviendo a la carta del
profesor Jiménez: “Es cándido echarle la culpa a la
televisión, a internet, al
Nintendo, a los teléfonos
34
inteligentes. A los colegios, que se
afanan en el bilingüismo, sin alcanzar un conocimiento básico de la propia lengua. A los padres que querían
que sus hijos estuvieran seguros,
bien entretenidos en sus casas. Es
cándido culpar al ‘sistema’. Pero algo
está pasando en la educación básica, algo está pasando en las casas de
quienes ahora están por los 20 años
o menos”.
No hay tiempo para perder. En vez
de buscar culpables por la desmotivación de nuestros hijos frente a la escritura, debemos actuar desde todos
los flancos posibles (familia, escuela,
amigos, etc.).
Talvez, la petulancia intelectual de
algunos adultos y la falta de pericia
de los docentes, unidas a la escasa
confianza de los niños en sus propias
habilidades, nos han hecho creer que
escribir es un oficio para “iluminados”. Quien escribe suele comenzar
con un profundo pudor que con frecuencia permanece a lo largo de la
vida, pues mientras más se lee más
se teme al acto sublime de escribir...
¡pero hay que lanzarse a la aventura!
Para escribir -sea en el contexto
académico, creativo, personal o laboral- se necesita mucho más que papel
y lápiz o un teclado.
Conservemos esta imagen en nuestra mente: en el siglo XXI escribimos
y leemos de la misma manera en que
se hacía en la época de Sócrates: un
símbolo (letra) a la vez, juntando uno
con otro.
Una cosa es escribir decentemente,
con acato a la gramática, la ortografía y demás exigencias básicas de la
redacción... y otra, muy distinta, es
parir Cien años de soledad.
Sobra decir que muy pocas personas en el mundo pueden escribir una
obra que merezca un Nobel de Literatura, como Gabriel García Márquez;
sin embargo, desarrollar desde la infancia la habilidad para escribir nos
puede ayudar a soportar la más profunda soledad... así dure cien años.
Preguntas y respuestas
A propósito del vínculo afectivo,
sabía usted que...
Por: Ana Cecilia Correa Hernández
Pediatra y puericultora
●... el vínculo afectivo es la puerta de entrada del niño y
la niña a este mundo, la cual es abierta con el acompañamiento de los padres, hermanos y adultos significativos. Es a su vez, el principal cimiento para el desarrollo
individual y social del ser humano.
●... los padres son los primeros gestores de ese vínculo
amoroso estrecho que se instaura con el niño y la niña.
●... aun en un niño que no ha sido deseado, se puede establecer una buena vinculación afectiva si el padre y la madre asumen con responsabilidad y amor esta bella tarea.
●... en niños en situación de discapacidad o en niños
adoptivos se pueden desarrollar unos vínculos afectivos estables si se cuenta con unos padres amorosos y
una familia que les brinda apoyo y comprensión.
●... la madre es el ser que la naturaleza ha dotado de gran
sensibilidad para recibir al niño o la niña en este mundo desde su primera aparición en su vientre, en donde
se da el mayor grado de compenetración.
●... paternar, es el arte de acompañamiento del padre a
la madre y a los hijos con amor incondicional y respeto por la individualidad; es exigir sin maltratar; es ser
flexible teniendo en cuenta el ritmo de cada hijo y la etapa de desarrollo en que se encuentre; es dar buen
ejemplo y transmitir valores; es darle tiempo en
cantidad y calidad en el momento oportuno.
●... en los primeros meses de edad las necesidades básicas, tales como: llanto, hambre,
frío, etc., deben ser satisfechas en el momento en que sean requeridas, para adquirir la confianza básica, sin que por esta
atención vaya a ocurrir el temido resabio.
●... el compartir cotidiano con los hermanos, los abuelos y otros miembros de la
familia tiene lugar en la construcción de
la personalidad de un ser esencialmente
humano y, por lo tanto, social.
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Fotografía: © 2012 Thinkstock Photos
●... los maestros son básicos en el afianzamiento del
vínculo afectivo que viene desde el hogar y que se continúa con las vivencias de la escuela; de esta manera se
contribuye al logro de la identidad social.
●... una familia en conflicto puede generar en el niño
inseguridades y temores que le dificultan su adecuado
desarrollo.
●... las vivencias afectivas de la niñez dejan huellas importantes en el ser humano que le guían en la superación de los momentos de crisis y en la resolución de los
conflictos.
●... corresponde a los puericultores fomentar unas prácticas de crianza basadas en el amor, el respeto y la
comprensión, al igual que promover los derechos y responsabilidades de la niñez, incluyendo aquella que se
encuentra en situación de discapacidad.
Recomendados en todos los sentidos
Pegasos, lindos pegasos
“Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera...
Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
Ilustraciones: Daniel Padilla
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!”.
Antonio Machado
Frases
“Los jóvenes saben que para honrar la vida que les han dado sus padres, deben dejar al padre y a la madre, ir al encuentro de la sociedad y, lejos del hogar paterno, asumir su feminidad o su virilidad”.
Françoise Dolto
“Ciudadanía es el derecho a tener derechos”.
Hannah Arendt
“Yo soy inmenso, contengo multitudes”.
Walt Whitman
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