EL USO DE ESTRATEGIAS COGNITIVAS Y METACOGNITIVAS PARA LA CUALIFICACIÓN DE LA ESCRITURA A TRAVÉS DE LA PRODUCCIÓN DE TEXTOS EXPOSITIVOS EFIGENIA BÁEZ SOTO UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN MAESTRÍA EN PEDAGOGÍA DE LA LENGUA MATERNA BOGOTA 2015 EL USO DE ESTRATEGIAS COGNITIVAS Y METACOGNITIVAS PARA LA CUALIFICACIÓN DE LA ESCRITURA A TRAVÉS DE LA PRODUCCIÓN DE TEXTOS EXPOSITIVOS EFIGENIA BÁEZ SOTO Trabajo de grado para optar por el título de Magíster en Pedagogía de la Lengua Materna Director Éder García-Dussán UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN MAESTRÍA EN PEDAGOGÍA DE LA LENGUA MATERNA BOGOTÁ 2015 Nota de aceptación ________________________________ ________________________________ ________________________________ ________________________________ ________________________________ _______________________________ Presidente del jurado _______________________________ Jurado _______________________________ Jurado Bogotá D.C. agosto 03 de 2015 DEDICATORIA. A Dios, por darme la oportunidad de crecer y ser cada día mejor. A mi esposo, Carlos Eduardo, por toda la paciencia, apoyo, comprensión y colaboración durante una etapa, nueva para mí, llena de retos, sinsabores y satisfacciones. A mis hijos, Diana María y Daniel Eduardo, porque compartieron conmigo su tiempo y conocimiento y por las noches que se desvelaron a mi lado. Al profesor Éder por su apoyo y porque me animó en los momentos en los que me sentía desfallecer. ARADECIMIENTOS La vida nos presenta circunstancias, unas veces gratas otras no tanto. Deseo agradecer Dios en primer lugar, porque sin su voluntad no hubiera podido superar los obstáculos que se me presentaron a lo largo de este proceso y no hubiera sido tan persistente como pude serlo. Al profesor Éder, quien me abrió sus puertas y me acompañó todo este tiempo con sus aportes en la construcción de este documento. Le doy las gracias porque siempre resaltó el potencial que estaba oculto en mí y me infundió ánimo cuando lo necesité. A mi familia, mi esposo y mis hijos, quienes se mostraron firmes en todo momento brindándome su apoyo y comprensión especialmente en esos días en los que sentí que las fuerzas me abandonaban. Son muchas a las personas que quisiera brindar mi agradecimiento, para quienes pido bendiciones. Por la presencia de todos ellos en mi vida, doy gracias a Dios y a la vida. UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN MAESTRIA RESUMEN ANALÍTICO EN EDUCACIÓN RAE No. MPLM/ 27 ASPECTOS FORMALES TIPO DE DOCUMENTO TIPO DE IMPRESIÓN ACCESO AL DOCUMENTO TITULO AUTOR DIRECTOR Monografía de grado: Trabajo de Investigación Computador Universidad Distrital Francisco José de Caldas Centro de Documentación. Sede Posgrados MPLM 27/2015 El uso de estrategias cognitivas y metacognitivas para la cualificación de la escritura a través de la producción de textos expositivos. Efigenia Báez Soto Eder García Dussán ASPECTOS DE INVESTIGACIÓN PALABRAS CLAVES DESCRIPCIÓN FUENTES CONTENIDOS Producción escrita, metacognición y estrategias metacognitivas, texto expositivo-explicativo, estrategias para la producción de textos: secuencia didáctica. Trabajo de investigación de carácter cualitativo realizado en el marco de la Maestría en Pedagogía de la lengua materna. La propuesta investigativa tuvo su escenario en el colegio distrital Acacia II y se centró en el análisis de la problemática que presenta un grupo de estudiantes en cuanto a la producción escrita de textos y la necesidad de implementar estrategias pedagógicas que ayuden a superar esas dificultades y a cualificar dicho proceso. Escritura y producción escrita: Flower y Hayes, 1996; Scardamalia y Bereiter, 1992; Cassany Daniel 1993- 1999, Diaz & Hernández, 2010; Tolchinsky & Simo 2001, Bojacá &Pinilla, 1996. Metacognición y estrategias metacognitivas: Diaz y Hernández, 2010; Atoressi Ana, 2010, Mateos, 2001; Peronard, 2005. Estrategias para la producción de textos- secuencia didáctica-: Camps & Milian, 2000; Camps & Colomer 2003; Camps & Zayas 2006, Vila & Castellá, 2005. Perspectiva sociocognitiva de la escritura: Flower, 1994; Nistrand, 1989; Camps & Milian, 2000; Texto expositivo-explicativo: Alcoba, 1999; Adam. 1992; Atorressi & Zamudio, 2014; Álvarez & Álvarez, 2013; Álvarez & Ramírez, 2010; Bassols & Torrent, 1997; Díaz & Hernández, 1999; Sánchez, 1925-1997; Muth, 1990. Los contenidos que se desarrollan a lo largo de este documento, están inmersos en cuatro capítulos. El primer capítulo, hace referencia a la problemática que se busca intervenir y a la forma como se logró establecer. El segundo capítulo, gira en torno a los referentes teóricos desarrollados en apartados conformados por el proceso de composición escrita, metacognición y estrategias metacognitivas, estrategias para la composición de textos escritos y el texto expositivo-explicativo. Un tercer capítulo, hace alusión a la metodología empleada para el desarrollo de la investigación: paradigma, enfoque, etapas o fases de la investigación, para finalizar con un cuarto capítulo en el cual se hace una descripción detallada del desarrollo de la intervención. METODOLOGÍA La presente investigación estuvo orientada por los planteamientos del paradigma interpretativo con enfoque cualitativo, dentro de la cual se eligió como diseño metodológico la investigación-acción. Este modo de investigar permitió que a la vez que se estaba haciendo intervención en el aula, se tuviera un espacio propicio para reflexionar sobre la práctica pedagógica hacia la transformación de la realidad tanto del docente como de los estudiantes. CONCLUSIONES La experiencia que se llevó a cabo durante el tiempo del desarrollo de esta investigación, permitió reconocer la importancia de organizar y planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje en torno a los intereses y necesidades reales de los estudiantes. La implementación de estrategias como la secuencia didáctica fortaleció la composición escrita de los estudiantes en la medida en que a través de ella lograron escribir de manera reflexiva, gradual y autorregulada. FRANCISCO JOSE DE CALDAS DISTRICT UNIVERSITY SCIENCES AND EDUCATION DEPARTMENT MASTERS RESUMEN ANALÍTICO EN EDUCACIÓN RAE No. MPLM/ 27 FORMAL ASPECTS KIND OF FILE PRINT TYPE ACCESS TO THE FILE TITLE AUTHOR DIRECTOR Grade paper. Research work Computer Francisco José de Caldas District University. Documentation Centre. Masters Head Office MPLM 27/2015 The use of cognitive and metacognitive strategies for writing skills through the production of expository texts Efigenia Báez Soto Eder García Dussán ASPECTS OF RESEARCH KEY WORDS DESCRIPTION SOURCES CONTENTS Written production, metacognition and metacognitive strategies, expositoryexplanatory text, strategies for the production of texts: teaching sequence Qualitative research work conducted in the framework of the Masters in Education of the Mother Language. The research proposal was held at Acacia II, district school and it was focused on the analysis of the issues presented by a group of students in terms of written text production and the need to implement educational strategies to overcome these difficulties and qualify this process. Writing and writing production: Flower & Hayes, 1996; Scardamalia & Bereiter, 1992; Cassany Daniel 1993- 1999, Diaz & Hernández, 2010; Tolchinsky & Simo 2001, Bojacá & Pinilla, 1996. Metacognition and metacognitive strategies: Diaz & Hernández, 2010; Atoressi Ana, 2010, Mateos, 2001; Peronard, 2005. Production strategies for teaching sequence texts: Camps & Milian, 2000; Camps & Colomer, 2003; Camps & Zayas 2006, Vila & Castellá, 2005. Writing Sociocognitive perspective: Flower, 1994; Nistrand, 1989; Camps & Milian, 2000; Expository-explanatory text: Alcoba, 1999; Adam. 1992; Atorressi, 2014; Álvarez & Álvarez, 2013; Álvarez & Ramírez, 2010; Bassols & Torrent, 1997; Díaz & Hernández, 1999; Sánchez, 1925-1997; Muth, 1990. The contents developed throughout this document are embedded into four chapters. The first chapter refers to the problem that is trying to solve and how it was established. The second chapter focuses on the theoretical framework developed in sections formed by the writing process, metacognition and metacognitive strategies, strategies for the composition of written texts and the expository-explanatory text. A third chapter refers to the methodology that was used in the research development: paradigm approach, stages or phases of research. Ending with a fourth chapter where a detailed description of the development of the intervention is made. METHODOLOGY This research was led by the proposals of the interpretive paradigm with qualitative approach, chosen as the research methodological design. This way of researching allowed the researcher to create a proper environment for the reflection on the teaching practice towards the transformation of the reality that affects both to teachers and students, .while he was doing classroom intervention. CONCLUSIONS The experience that took place during the time of development of this research, allowed to recognize the importance of organizing and planning the process of teaching and learning around the students’ real interests and needs. The implementation of strategies like the teaching sequence strengthened the students’ writing composition to the extent that through this strategy they managed to write thoughtful, gradual and self-regulatory composition. RESUMEN: Este trabajo de investigación describe una experiencia de aula llevada a cabo alrededor de la escritura de textos expositivos-explicativos. El punto de partida tuvo como fundamento las dificultades que presentaban un grupo de estudiantes de grado noveno de un colegio distrital de Bogotá en el proceso de la composición escrita originadas por el desconocimiento de los subprocesos de escritura: planificación, traducción y revisión, e igualmente de estrategias cognitivas y metacognitivas para la producción de escritos. La metodología estuvo orientada por los planteamientos del paradigma interpretativo con enfoque cualitativo, dentro de la cual se eligió como diseño metodológico la investigación-acción (IA) y como estrategia de intervención, se adoptó la secuencia didáctica (SD). El desarrollo de esta investigación, permitió reconocer la importancia de organizar y planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje en torno a los intereses y necesidades reales de los estudiantes permitiendo reconocerlos como agentes activos y responsables de sus propios procesos y la creación de ambientes de aprendizaje favorables para la construcción de conocimientos sobre los textos expositivos-explicativos. Finalmente, la implementación de estrategias como la secuencia didáctica fortaleció la composición escrita de los estudiantes en la medida en que a través de ella lograron escribir de manera reflexiva, gradual y autorregulada. PALABRAS CLAVE: Escritura, estrategias metacognitivas, texto expositivo-explicativo, secuencia didáctica (SD). ABSTRACT: This research describes a classroom experience around the writing of expositoryexplanatory texts. It was grounded on the difficulties involved in a group of ninth grade students from a district school of Bogota, in the process of written composition caused by the lack of knowledge of writing stages: planning, translation and revision, and also of cognitive and metacognitive strategies for the written production. The methodology was led by the ideas of the interpretive paradigm with qualitative approach that was chosen as the methodological design and action research. As an intervention strategy, the teaching sequence (SD) was adopted. The development of this research, allowed recognizing the importance of organizing and planning the process of teaching and learning around the real interests and necessities of students. So, they were recognized as active and responsible agents of their own processes. On the other, favorable learning environments for the construction of knowledge about the exhibition-explanatory texts were created. Finally, the implementation of strategies like the teaching sequences strengthened the student’s writing to the extent that through this strategy they managed to write thoughtful, gradual and self-regulatory composition Key words: Writing, metacognitive strategies, expository-explanatory text, teaching sequence. Tabla de Contenido Pág. INTRODUCCIÓN 1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 23 1.1. Planteamiento general del problema 23 1.2. Delimitación del problema 29 1.3. Antecedentes investigativos 43 1.4. Antecedentes institucionales 52 1.5. Pregunta de investigación 53 1.5.1. Sub-preguntas de investigación 53 1.6. Objetivos 54 1.7. Justificación 54 2. REFERENTES CONCEPTUALES DE LA INVESTIGACIÓN: COMPOSICIÓN ESCRITA, METACOGNCIÓN Y TEXTO EXPOSITIVOEXPLICATIVO 58 2.1. Proceso de composición escrita 58 2.2. Modelos cognitivos para la enseñanza de la escritura 62 2.3. Etapas y componentes de la producción de textos escritos 67 2.4. La metacognición y las estrategias metacognitivas en la escritura 70 2.5. El texto expositivo-explicativo 73 2.5.1. Hacia una definición del texto explicativo 74 2.5.2. Subtipos o secuencias explicativas 76 2.5.3. Elementos paratextuales y visuales de la secuencia explicativa 80 2.5.4. Estructuras gramaticales de los textos expositivos-explicativos 81 2.5.5. Características pragmáticas de los textos expositivos-explicativos 82 2.6. Estrategia para la producción de textos escritos 82 3. REFERENTES METODOLÓGICOS DE LA INVESTIGACIÓN 87 3.1. Paradigma, enfoque y diseño de la investigación 87 3.2. Descripción de la población objeto de estudio 91 3.3. Etapas de la investigación 93 3.3.1. Detectar el problema de investigación, clarificarlo y diagnosticarlo 93 3.3.2. Formulación de un plan o programa para resolver el problema introducir el cambio: etapa de intervención 95 3.3.2.1. Las secuencias didácticas planeadas para la intervención en el aula 96 3.3.3. Implementar el plan o programa de intervención y evaluarlo 98 3.4. Instrumentos para la recolección de datos 100 3.5. Categorías de análisis 102 4. SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA Y ANÁLISIS DE RESULTADOS 4.1. 104 Descripción de la intervención y sistematización del proceso: las secuencias didácticas 105 4.1.1. Primera secuencia didáctica 105 4.1.1.1. Primer momento: preparación 106 4.1.1.2. Segundo momento: ambientación y motivación 107 4.1.1.3. Tercer momento: exploración de conocimientos previos 111 4.1.1.4. Cuarto momento: conceptualización y consolidación del tema 113 4.1.2. Segunda secuencia didáctica 115 4.1.2.1. Primer momento: preparación 116 4.1.2.2. Segundo momento: realización 118 4.1.2.3. Tercer momento: elaboración y revisión de borradores 119 4.1.3. 123 Tercera secuencia didáctica 4.1.3.1. Planificación, elaboración y socialización del producto final 124 4.1.3.2. Evaluación de la implementación de la intervención 125 5. 130 CONCLUSIONES BIBLIOGRAFÍA 135 ÍNDICE DE TABLAS Pág. Tabla 1. Síntesis fortalezas y debilidades en la composición escrita de los estudiantes Tabla 2. Secuencias explicativas 42 78 Tabla 3. Estrategias o procedimientos verbales de los textos explicativos 79 Tabla 4. Instrumentos para la captura de datos 101 Tabla 5. Categorías de análisis 103 Tabla 6. Pauta de valoración para la evaluación de escritos sensibilización 110 Tabla 7. Avances y vacíos en la escritura de los estudiantes durante la intervención 121 INTRODUCCIÓN La escuela ha venido adelantando esfuerzos significativos que buscan mejorar y cualificar los procesos que en ella se desarrollan. Entre ellos, como relevantes para esta investigación, vale la pena mencionar los que están centrados en competencias para comprender y escribir diferentes tipos de textos. La enseñanza-aprendizaje de la escritura en el ámbito académico, se ha manifestado en acciones de copiado, transcripción, toma de dictados, etc.; tareas que representan un obstáculo en el desarrollo del proceso de escritura de los estudiantes. Tales formas de concebirla, han conducido a un activismo que no permite tomar conciencia de los procesos cognitivos implicados en el desarrollo de las competencias escriturales de los escolares, lo que demuestra que aún no existe claridad con respecto a cómo lograrlo. Por ello, debemos tener presente que, como lo asegura Camps & Colomer (2003), no se logra aprender a escribir solo con hacerlo y, en eso la escuela ha sido especialista. En todas las asignaturas los estudiantes deben escribir, sin embargo no se enseña cómo hacerlo. Un paso para lograr mejoras en el aprendizaje de la escritura es, modificar concepciones y prácticas tanto de los docentes como de los estudiantes, de forma que se logren generar espacios desde los cuales la producción escrita se desarrolle en contextos auténticos de comunicación, con unos propósitos y auditorio reales. Desde tal marco, el trabajo de investigación que aquí se describe se instaura en la necesidad de ahondar sobre las prácticas pedagógicas de los docentes en relación con la enseñanza de la escritura en la escuela y, especialmente, la búsqueda de alternativas de solución que conlleven a la implementación de estrategias didácticas para cualificar la producción escrita de los estudiantes. Con ello se busca un dominio efectivo y significativo de la misma, tomando como punto de partida la problemática concreta que afecta el desarrollo de prácticas escriturales en un grupo de estudiantes pertenecientes al ciclo IV, del colegio Acacia II. Entre ellas la necesidad de fortalecer habilidades comunicativas enfocadas hacia la modalidad escrita del lenguaje, al ser una forma privilegiada de comunicación humana dirigida a alcanzar objetivos comunicativos (Cassany, 2003). En este sentido, esta investigación se centra en la cualificación de la producción escritural de los estudiantes a través de la construcción de textos expositivo-explicativos. Para tal efecto, el presente documento está organizado alrededor de cuatro capítulos. El primero de ellos señala la problemática que caracteriza al grupo de estudiantes en atención, en cuanto a la composición escrita y la manera como se logró definir. Para ello se relaciona no solamente el proceso llevado con los alumnos, sino también los antecedentes investigativos en torno a la escritura de textos expositivos. Un segundo capítulo desarrolla los referentes teóricos para orientar, sustentar y fortalecer la propuesta de intervención, al mismo tiempo que alcanzar claridad conceptual sobre composición escrita, metacognición, estrategias metacognitivas y texto explicativo. El tercer capítulo desarrolla la perspectiva metodológica de la investigación y finalmente, el capítulo cuarto atiende a una descripción detallada y analítica del plan que se considera pertinente para el fortalecimiento del proceso escritor de los estudiantes. En referencia al primer capítulo cabe anotar que para la delimitación del problema se recurre al análisis de documentos tanto oficiales como institucionales de los cuales se puede obtener una visión general como base para establecer la problemática específica que experimenta el grupo en atención. El problema que se plantea en esta investigación señala el desconocimiento sobre tipología textual, proceso de escritura, ausencia de estrategias para la producción escrita, entre otros aspectos, situación que obstaculiza la elaboración de escritos por parte de los estudiantes de ciclo IV. De igual manera, en esta primera parte se presentan los antecedentes investigativos producto de la revisión de tesis y artículos entre los años 2004 y 2013, que hacen referencia a: escritura, texto expositivo 18 explicativo, estrategias cognitivas y metacognitivas, entre otros aspectos necesarios en el marco de la producción escrita de los textos mencionados. El segundo capítulo, aborda la perspectiva o marco teórico que fundamenta este trabajo. Aquí señalamos algunos modelos cognitivos para la enseñanza de la escritura, orientados por postulados de autores como Flower & Hayes, Collins & Gentner (citados por Álvarez & Ramírez, 2006); Scardamalia & Bereiter, (1992) quienes conciben la escritura como un proceso cognitivo en el que suceden operaciones mentales complejas propias de los subprocesos de planeación, redacción y revisión. Dichos modelos han tomado mucha importancia al describir operaciones mentales complejas que se llevan a cabo dentro de los subprocesos de planeación (operaciones para planear), redacción (operaciones para redactar), y revisión (operaciones para revisar), gracias a la implementación de estrategias metacognitivas relacionadas con la escritura como acción dirigida al alcance de propósitos u objetivos retóricos y a la resolución de problemas complejos que requieren claridad por parte del escritor (Cassany, 1999). En consecuencia, esta propuesta toma como referente conceptual, frente al proceso metacognitivo, los señalamientos que al respecto proponen como Flavel, considerado el pionero de la metacognición, expertos Mateos, 2001, Peronard, 2005, entre otros. De allí, la metacognición es entendida como el proceso mediante el cual reflexionamos o volvemos sobre las acciones que ejecutamos durante la acción de construir conocimiento. En este caso, cómo escribimos y cómo llegamos a desempeñarnos de manera eficiente al realizar tareas relacionadas con la escritura para tomar conciencia de la existencia de estrategias que hemos venido utilizando de manera mecánica. Estrategias que nos ayudan a regular, modificar o corregir los procedimientos que entran en juego en la escritura (Lacón & De Hocevar Ortega, 2008). 19 El contexto del que se sirve este trabajo para llevar a cabo la experiencia de escritura gira alrededor de la construcción de textos expositivo-explicativos. Por tal razón, el referente teórico respecto del tipo de texto señalado tomó en consideración los planteamientos de autores como Jean Michel Adam (1992), Santiago Alcoba (1999), Frida Díaz Barriga & Gerardo Hernández (1999), entre muchos otros, cuyos aportes han sido decisivos al momento de trazar el rumbo con miras a la unificación de aspectos característicos de dichos textos y así poder orientar de manera adecuada su enseñanza. Como complemento a los planteamientos anteriores, un último aspecto que trata este apartado, hace énfasis en la estrategia didáctica por la que se ha optado en la fase de la intervención. Para tal efecto, se asume la secuencia didáctica bajo los planteamientos propuestos por Ana Camps, esencialmente, en atención a la trayectoria que ha recorrido junto con otros investigadores, en el estudio de propuestas didácticas tendientes a mejorar la producción escrita de los estudiantes en distintas etapas de escolaridad. En concreto, compartimos la premisa de que las secuencias didácticas son herramientas que favorecen el desarrollo de situaciones interactivas diversas en las que el docente interviene durante el proceso de construcción de conocimiento y mediante ellas está atento a brindar ayuda a los estudiantes en el momento exacto en el que se presenten las dificultades para corregirlas a tiempo (Camps & Milian, 2000). En la misma dirección, el tercer capítulo especifica tanto el paradigma como el enfoque y el diseño metodológico acogidos para el desarrollo de esta investigación. Al mismo tiempo, describe fases o etapas de su desarrollo e instrumentos utilizados para la recolección de la información tanto en la delimitación del problema como en la intervención. A este respecto, toma como base lineamientos propios del paradigma interpretativo con enfoque cualitativo en la medida en que estos permitieron tomar parte de una realidad, caracterizada en este caso, por falencias, vacíos y dificultades en la competencia escritural de un grupo de estudiantes. La anterior situación permite describir una realidad concreta, 20 comprenderla y analizarla a través de instrumentos cualitativos con el propósito de intervenir en ella en busca de la transformación de la misma. En cuanto al diseño metodológico se acoge la investigación-acción (IA) ya que permite generar espacios de reflexión sobre la enseñanza y el aprendizaje de la composición escrita de textos expositivo-explicativos, con el objeto de cualificar el proceso de producción escrita de los estudiantes y a la vez renovar la práctica pedagógica de la docente investigadora. La situación señalada, es un aporte hacia el cambio social requerido para transformar la realidad y tomar conciencia sobre el papel que los diferentes actores educativos representan en ese proceso de transformación. Ya para finalizar esta sección, las etapas que se hacen realidad a lo largo de la investigación, toman como referente tres procesos inherentes a la investigaciónacción (IA): observar (detectar el problema a investigar), pensar (formular un plan o programa para resolverlo) y actuar (implementar el plan o programa y resolverlo) (Hernández et al. 2008). Por último, el cuarto capítulo, da cuenta de la dinámica que se adelanta en torno a la propuesta de intervención y del proceso de sistematización de la misma. Para ello, se opta por la estrategia de secuencias didácticas pensadas como herramienta importante en el mejoramiento de las habilidades que poseen y que necesitan los estudiantes para la composición escrita de textos expositivosexplicativos. Así las cosas, se adelanta un proyecto de escritura que consta de actividades agrupadas en tres secuencias didácticas orientadas por el modelo presentado por Camps, 1999 (citada por Camps & Milian, 2000). En su interior, se privilegia el desarrollo gradual de actividades determinadas, tanto por la necesidad de implementar prácticas de escritura en contextos reales de comunicación (Camps & Milian, 2000), como por la integración de habilidades cognitivas y metacognitivas tendientes a controlar el desarrollo de la experiencia de escritura. Todo lo anterior sumado a la necesidad de favorecer la participación activa de los estudiantes en el desarrollo de las actividades, la interacción con sus 21 compañeros, así como el acompañamiento y orientación continua por parte de la docente-investigadora (Camps & Colomer 2003; Álvarez & Ramírez, 2010). En síntesis, la presente investigación se hace relevante en el campo de la producción escrita de los estudiantes en cualquier grado de escolaridad, concretamente por el ejercicio que se logra implementar durante la fase de intervención. Gracias a este momento es posible acceder a experiencias didácticas y pedagógicas a través de la implementación de estrategias como, en el caso concreto, las tres secuencias didácticas diseñadas, mediante las cuales se logra llevar a cabo un proceso sistemático y progresivo en el desarrollo de la escritura de los estudiantes. La estrategia seleccionada, resulta ser una acción pertinente y coherente con respecto a la necesidad de llevar al aula propuestas que favorezcan la participación activa de los estudiantes, la intervención continua del docente y la ejercitación de los subprocesos propios de la escritura: planeación, redacción y revisión. Cada uno de ellos, de acuerdo con Hernández et al. (2008), involucra el desarrollo de múltiples subprocesos dentro de los cuales se llevan a cabo operaciones mentales que comprometen la implementación de estrategias metacognitivas. Las mismas que inciden directamente en la calidad de los productos escriturales de los estudiantes al igual que la forma como los llevan a cabo. 22 1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 1.1. Planteamiento general del problema “El lenguaje es fundamental para desatar, regular y movilizar el aprendizaje en el aula;… es un instrumento que hace posible la comunicación y la construcción de sentido” (SED, 2010, p. 23). El ser humano es un ser social por naturaleza. Dada esa condición, debe aprender a desenvolverse en diferentes contextos que requieren del uso de habilidades comunicativas para relacionarse tanto con su entorno inmediato como con los demás individuos que conforman la sociedad. La escritura es considerada un rasgo esencial de nuestra cultura que ocupa un lugar favorecido en la escuela por constituirse en un mecanismo que permite perpetuar la historia de la humanidad, es decir, preservar y transmitir información, conocimiento, saberes, etc. También es considerada un instrumento para acrecentar, revisar y transformar el saber (Carlino, 2005, citada por SED, 2010). La escuela es el escenario obligatorio de formación integral rico en espacios académicos desde los cuales se busca privilegiar procesos de adquisición y cualificación de las habilidades comunicativas y las prácticas de escritura, junto con las de lectura, se han constituido en condición comunicativa privilegiada de dicha formación, especialmente en estos tiempos en los cuales las redes sociales atraen la atención y el interés de nuestros estudiantes, quienes participan en el desarrollo de prácticas escriturales que van desde producir un informe escrito, hasta plantear una posición argumentada sobre algún tema propuesto (SED, 2010). Sin embargo, a pesar del esfuerzo que hacen las Instituciones Educativas por el desarrollo y cualificación de dicha práctica, los resultados obtenidos en pruebas nacionales como SABER, e internacionales, como las pruebas PISA, muestran un panorama desalentador sobre las prácticas escriturales que 23 comprometen la participación de los estudiantes, como se puede evidenciar en la nota que sigue a continuación: “…los resultados obtenidos por los estudiantes del Distrito Capital en pruebas como Comprender y Saber. … el 16 % de los estudiantes de quinto grado de los colegios oficiales está en un nivel insuficiente, el 46 % en el mínimo, apenas el 31 % en satisfactorio y solo el 8 % está en el avanzado” (SED, 2010, p. 7). De lo anterior se concluye la necesidad de buscar e implementar estrategias que conllevan a desarrollar procesos, no tanto enfocados hacia el alcance de mejores resultados en las pruebas mencionadas sino a buscar coherencia entre la práctica cotidiana con los intereses y las necesidades reales de los estudiantes. Documentos oficiales como los Lineamientos Curriculares de Lengua Castellana (MEN, 1998), los Estándares Básicos de Competencias en Lenguaje (MEN, 2003) y los Referentes para la Didáctica del lenguaje del Ciclo IV (SED, 2010), brindan una serie de orientaciones y criterios generales que nos sirven de guía para el análisis y la puesta en marcha de estrategias alrededor del lenguaje con el fin de favorecer la vida en comunidad y el desarrollo integral de los estudiantes. De igual forma buscan fomentar el estudio de la fundamentación pedagógica y teórica de las diferentes disciplinas. También proponen ideas básicas a los docentes como apoyo para el desarrollo de su disciplina. Por lo tanto, para este trabajo, los aportes de estos documentos son básicos y relevantes, ya que constituyen un punto de partida que brinda no solo fundamentos teóricos, sino que también ayudan a lograr claridad sobre las características de los estudiantes, objeto de este estudio, tanto a nivel psicológico como en sus procesos cognitivos en relación con la escritura. Al partir de dichos documentos, un primer elemento que se resalta en ellos tiene que ver con la responsabilidad de la enseñanza del lenguaje porque ésta no es “privativa” de los docentes cuyo saber disciplinar es la Lengua Castellana. El 24 proceso al que se hace referencia es responsabilidad de todos, sin importar la especialidad de cada uno, por cuanto el lenguaje permea los momentos de la vida escolar y atraviesa el currículo. De allí la importancia que se le concede al rol del docente como productor de conocimiento, “según su experiencia, sus prácticas son la base para generar nuevos saberes y su sistematización se convierte en un espacio de reconocimiento de esos saberes y de la reflexión que hace sobre ellos” (SED, 2010, p. 7). No obstante, se reconoce que no sólo la escuela es responsable de dichos procesos; de ahí la necesidad de hacer de ella un espacio de formación para la vida. Además, son varios los aspectos que se deben considerar en la enseñanza aprendizaje de la escritura y con los que el docente se encuentra a diario en el desarrollo de su práctica pedagógica. Regresando al análisis de los documentos mencionados anteriormente, como se asegura en ellos, es básico potenciar de manera equilibrada la producción y la comprensión oral y escrita, entre otros componentes de la lengua, para ofrecer a los estudiantes las herramientas necesarias y suficientes para acceder a los diversos campos del saber básicos para su formación al igual que asegurar mayores posibilidades de vincularse exitosamente al mundo académico o laboral al que están próximos a ingresar. Dentro de las tareas de escritura que los referentes proponen para los estudiantes del ciclo cuatro, además del registro escrito que se lleva a cabo desde las diferentes asignaturas, hay una fuerte tendencia a utilizarla para organizar y cualificar la forma como se piensa de manera interdisciplinar. La idea anterior, nos conduce a revisar y replantear las concepciones o representaciones que los docentes tienen sobre la escritura para cambiar las formas de enseñanza tradicionales que se han venido implementando. Dichos conceptos inciden, determinan y orientan el modo de actuar tanto de los docentes, 25 como de los estudiantes (SED, 2010). El mismo documento hacer notar que la condición como se lee y se escribe hoy son diferentes, debido a cambios socioculturales de nuestra sociedad. Lo anterior implica reconocer que la lectura y la escritura son prácticas socioculturales y, como tal, formas de comunicación que se dan en contextos comunicativos diversos y con diversos auditorios. Las representaciones que aún prevalecen sobre la escritura, tanto en docentes como estudiantes, se enfocan hacia la forma y la función de la misma. La primera, llama la atención sobre el aspecto estético, es decir, la letra, la disposición ordenada de las palabras en los párrafos, el orden y pulcritud del cuaderno, etc. La segunda, por el contrario, considera la escritura como una forma de generación de sentido a partir de la combinatoria estratégica de signos lingüísticos, haciendo énfasis en la estructuración del texto, su solidez, la originalidad de sus planteamientos, la coherencia y cohesión textuales, etc. (SED, 2010). El enfoque que determina la primera de ellas, trae consigo la falta de propósitos reales de la escritura en la escuela, dado que una cosa es escribir con fines reales y otra muy diferente escribir para aprender a hacerlo. Si la representación que se impone se enfoca hacia la forma, “los estudiantes no aprenderán a escribir para cumplir los retos que plantea la vida social” (Lerner, 2003 citada por SED, 2010, p.43). Al respecto, surgen dos exigencias: en primer lugar, “se hace necesario que los docentes enfoquen su labor hacia la producción de textos auténticos dirigidos a lectores reales y que respondan a necesidades de comunicación existentes en los diferentes contextos en los que los estudiantes interactúan” (SED, 2010, p. 36). En segundo lugar, “es indispensable crear espacios que lleven a los estudiantes a enriquecer su lenguaje, fortaleciendo contextos y procesos de escritura en el entorno escolar y así favorecer la participación de los estudiantes en el desarrollo de dichos procesos” (SED, 2010, p.39). Por su parte, los Lineamientos Curriculares, en coherencia con los Referentes, plantean que el acto de escribir no es solamente codificar significados a través del 26 uso de reglas lingüísticas, sino que éste es un proceso social e individual mediante el cual el (los) individuo (s) configura(n) un mundo y ponen en juego saberes, competencias e intereses determinados por un contexto social: “escribir es producir el mundo” (MEN, 1998, p. 27). A partir de esta máxima, se justifica la existencia de diversos tipos de textos los cuales debemos ser capaces de comprender, interpretar, analizar y producir (Habermas, 1980 citado por SED, 2010). El anterior planteamiento justifica la necesidad de alcanzar claridad sobre los elementos que conforman los diferentes tipos de textos y sobre los procesos que nos llevan a comprenderlos, interpretarlos y producirlos, así como también las competencias asociadas a los mismos (MEN, 1998). Visto así, el documento referenciado vuelca su mirada hacia el docente dentro de una propuesta curricular orientada al desarrollo de procesos y de competencias, en la medida en la que es el docente quien logra altos niveles de integración con otros saberes y disciplinas a través de la implementación de proyectos. Los Estándares Básicos de Competencias del lenguaje, proponen entre otros ejes temáticos, unos conocimientos generales que comenzaron a ser construidos en los grados anteriores. En cuanto a producción textual, para el grupo de grados octavo y noveno, ciclo cuarto, la meta es que los estudiantes logren producir textos escritos que evidencien los conocimientos alcanzados acerca del funcionamiento de la lengua en situaciones de comunicación y el uso de las estrategias de producción textual. Uno de los requerimientos para lograr la meta planteada, es que los estudiantes de este ciclo aprendan a utilizar el texto expositivo-explicativo para la presentación de sus ideas, pensamientos y saberes de acuerdo con las características del interlocutor y con la intención que tienen al producir el texto. Finalmente, desde el Plan de Área o Malla Curricular de la Institución y documentos anteriores a la reorganización curricular por ciclos (RCC) como evaluaciones institucionales, se constata la variedad de producciones textuales 27 que se pretenden elaborar en la escuela. En el caso del ciclo IV, la meta está orientada a producir diferentes tipos de textos como ensayos, informes de laboratorio, reseñas, columnas de opinión, crónicas, etc. De igual manera, se plantea la necesidad de propender porque los estudiantes reescriban sus propias producciones teniendo en cuenta la ortografía, la coherencia, la cohesión, la concordancia, procurando además evitar las redundancias presentadas en estas producciones. Los documentos referenciados no solo dan a conocer el ideal que se propone la institución en relación con el resultado final que quiere que sus estudiantes alcancen en la producción escritural, sino también señalan aspectos que se deben atender durante el desarrollo de estos procesos. Tales cuestiones tienen su origen en dificultades que caracterizan el proceso de escritura de los estudiantes. Los lineamientos curriculares afirman que los textos que producen los estudiantes presentan fallas que van desde “la incapacidad de mantener una lógica en el discurso hasta limitaciones serias con la ortografía y la sintaxis” (MEN 1998, p. 72). Esta situación no es diferente en el contexto que se pretende abordar desde este trabajo. En dicho caso, se han detectado, por ejemplo, vacíos relacionados con la comprensión de mensajes, el seguimiento de consignas y la canalización de la información. Se constata, igualmente, la presencia de un léxico muy limitado al momento de expresar una idea y la falta de un hilo temático que permita correlacionar el desarrollo de ideas, entre otros aspectos. Como conclusión a todo lo descrito en los párrafos precedentes, y haciendo una primera aproximación a los procesos del lenguaje que tienen que ver con la comprensión y la producción escrita que caracteriza al grupo de estudiantes objeto de esta investigación, se percibe que presentan deficiencias elementales que no han podido superar a pesar del grado de escolaridad en el que se encuentran. Entre ellas cabe mencionar en primer lugar la falta de interés hacia las prácticas de lectura y escritura, procesos complementarios, seguido de la presencia de 28 errores de ortografía en los escritos que elaboran, ausencia de signos de puntuación (estrategia básica de cohesión) y de marcadores textuales. Todo lo anterior reforzado por el desconocimiento en profundidad de diferentes tipologías textuales, e inclusive una notable ausencia de estrategias para leer y escribir. Hechos como los relacionados anteriormente se hacen evidentes a pesar de que la Institución ha propiciado espacios académicos que favorecen la posibilidad de vivenciar experiencias que apuntan al desarrollo y fortalecimiento de procesos escriturales en todos los niveles de escolaridad. 1.2. Delimitación del problema La presente investigación se llevó a cabo en la Institución Educativa Distrital Acacia II, con estudiantes de grado noveno en la jornada de la mañana durante los años 2013-2014. El problema que se plantea en esta investigación señala el desconocimiento sobre tipología textual, proceso de escritura, ausencia de estrategias para la producción escrita, entre otros tópicos, situación que dificulta la producción textual por parte de los escolares mencionados. Entre las falencias más comunes se encuentran la elaboración de escritos en los que textualizan solamente la información que poseen sobre el (los) temas que desean tratar en sus producciones, en otras palabras, se quedan en la etapa decir el conocimiento (DC). Se enfocan hacia buscar en su memoria información del tema y del tipo de texto que se le sugiere escribir. De esta forma comienza a fluir dicha información y todo lo que hacen es transcribirla, materializarla. Son muy pocos los estudiantes que intentan superar esta fase y pasar a la transformación del mismo (TC), a la interacción con el lector potencial, característica del modelo transformar el conocimiento: la interacción entre escritor-lector. Como se describió en el apartado anterior, la problemática surge, inicialmente, de la revisión tanto de documentos oficiales como institucionales. Los primeros se convierten en la guía que direcciona el ideal hacia el cual los docentes debemos 29 encaminar nuestra práctica cotidiana en relación con la enseñanza de la lengua, tanto en su modalidad oral como escrita. Los segundos permiten situar, dentro de un contexto real, las dificultades que muestran los estudiantes en cuanto a la producción escrita, problemática que se busca resolver. El panorama descrito sólo da cuenta de la problemática a nivel general, por lo tanto se hace necesario generar nuevos registros para establecer elementos concretos que afectan puntualmente el proceso de producción escrita en el grupo de estudiantes objeto de estudio. Para tal efecto, se diseña y aplica una encuesta a los estudiantes (cfr. Anexo 1), con el fin de determinar qué representación poseen sobre escritura, identificar los conocimientos que ostentan sobre tipología textual, corroborar la existencia o no de prácticas de escritura en el desarrollo de las clases, entre otros aspectos. De lo anterior, se logra construir una visión más precisa y real de las necesidades existentes. La encuesta, conformada por once ítems en los que se combinan preguntas abiertas y cerradas, se aplicó a treinta y seis (36) estudiantes de uno de los grados de la institución. Las primeras preguntas que conformaban la encuesta, buscaban, en primer lugar, establecer el grado de afinidad con, o de interés hacia la práctica de escritura, que permita formarse una idea clara de la relación y el grado de afinidad que los estudiantes llegan o han llegado a entablar con este proceso. En segundo lugar, determinar si existe o no un impacto de dicho proceso para su vida académica y profesional. En relación a la primera cuestión -¿le gusta escribir?-, se observa la falta de interés hacia esta práctica: no les llama la atención, no la consideran interesante, por el contrario, la acusan de ser causa de cansancio físico, entre otras cuestiones, como se percibe en las voces de los estudiantes: E1. “no, porque no me llama la atención como otras cosas” E2. “no, porque no me parece interesante” E3. “no porque luego de luego de poco tiempo me canso o se me cansa la vista al copiar”, E4. “no porque los profesores que dictan demasiado y me canso la mano”. Tales explicaciones, dejaron entrever que la escritura es, para ellos, una dinámica agotadora que adolece de sentido y de propósitos reales, cuyo resultado se ve 30 reflejado en los testimonios descritos e inclusive en las justificaciones que argumentan quienes aceptan que les gusta escribir: responden afirmativamente, pero en su justificación se evidencia lo contrario: E5. “sí porque yo de mi parte agilizo más las manos”. Tanto las respuestas como la justificación que arguyen los estudiantes en relación con la importancia que otorgan a la escritura, permiten comenzar a vislumbrar la representación que los estudiantes tienen de la escritura, reforzada por la valoración que hacen de este proceso para su vida académica y profesional. Atendiendo a la síntesis y el análisis de las respuestas presentadas en este segundo aspecto, se observa una forma de valorar la escritura pero como un mecanismo o instrumento para mejorar la ortografía, el tipo de letra, la redacción y adquirir más conocimientos, lo cual hace evidente la presencia de una representación mecanicista e instrumental del proceso desde que lo catalogan como un ejercicio mecánico y normativo: E1. “La letra no importa para tener un buen desempeño y no tiene nada que ver con la educación”, E2. “es bueno porque nos ayuda a soltar nuestra mano” Así las cosas, se confirma que para ellos escribir es sinónimo de copiar, tomar dictados, transcribir, de ejercitar la “mano”, producto de una práctica generalizada en el desarrollo de las clases en todas las áreas de conocimiento: E3 “…algunas veces tenemos que copiar bastantes cosas del tablero al cuaderno y bastante rapido” E4. “…en muchas ocasione hay que copiar rapido…”. Los cuestionamientos siguientes, se orientaron hacia la promoción de la producción escrita, sumado al establecimiento de las formas de escritura privilegiadas y a indagar sobre qué conocimientos tienen los estudiantes sobre los tipos de textos que se deben enseñar en la escuela. Las respuestas evidenciaron la variedad de prácticas de escritura en las diferentes clases. Los estudiantes aseguran que producen resúmenes, reseñas, informes, ensayos, etc., pero no se registra alguna evidencia de si existe una estrategia por parte de los docentes para enseñar a redactar esos escritos. Por otro lado, de las formas de escritura 31 que se privilegian en esas prácticas y del conocimiento que tienen sobre los mismos, se hace evidente la presencia de una tendencia muy notoria hacia la producción de textos narrativos y argumentativos. No obstante lo anteriormente descrito, al tratar de verificar el conocimiento que poseen los estudiantes sobre esos dos tipos de textos, se constata una idea superficial sobre ellos. La mayoría de estudiantes exhiben una definición de la manera como los entienden, muestran respuestas poco elaboradas y superficiales que no evidencian un acercamiento sistemático y a profundidad de aspectos como estructura, características, etc. Las referencias presentadas, dejan en claro que los estudiantes conocen diferentes tipos de texto, que los han trabajado (textualizado) desde las asignaturas que forman parte del currículo pero no muestran el grado de comprensión y el manejo que han logrado construir sobre los mismos, como producto de esa práctica que señalan. A manera de ejemplo se enlistan algunas de las respuestas comunes. En relación con el texto argumentativo, por ejemplo, los estudiantes sostienen que argumentar es dar la opinión sobre algún tema determinado, presentar razones, justificar, etc.: E1. “dar la opinion sin importar el tema” E2. “La forma de argumentar y dar razón con propuestas concretas de algún tema en específico” E3. “el texto argumentativo es argumentar algo”, “Es un texto que tiene argumentos de una o varias personas” En cuanto al texto explicativo, coinciden en señalar que es un texto en el cual se expone algo que se quiere dar a conocer a alguien, y cuyo objetivo es informar o definir un tema. Las voces de los estudiantes señalan que “Es un tipo de texto que tiene como objetivo informar o difundir conocimientos y También Permite al expositor dar a conocer un tema que quiere dar a conocer”. Respuestas como éstas también se presentaron sobre los otros tipos de texto. En síntesis, logran presentar una definición general de las diferentes clases de escritos que han abordado en el colegio durante su formación académica pero, como se mencionó anteriormente, no evidencian un conocimiento pertinente ni suficiente sobre éstos. 32 Posteriormente, y con el propósito de centrar la atención de los estudiantes hacia uno de los tipos de escritos relacionados en la encuesta, se pidió elegir el de su interés. De esta forma, se hizo evidente la necesidad de profundizar y ejercitar la producción escrita del texto expositivo- explicativo, y así dar inicio a una experiencia que busca satisfacer unos requerimientos académicos a partir de los intereses de los educandos: E1, “Quiero conocer más de esta forma textual y aprenderla mejor” E2. “por medio de ella podemos entender mejor las cosas” E3. “contiene partes de textos científicos y argumentativos” E4. “para poder conocer y saber las consecuencias de lo que puede suceder y no puede suceder” E5. “quisiera exponer fácilmente” Las razones expuestas reafirman la necesidad de enfocar la propuesta de investigación hacia la elaboración de textos pertenecientes a dicha tipología. Dichas maneras de responder y justificar, permiten observar un cierto grado de conocimiento sobre esta tipología, hecho clave para el avance del proceso que lidera esta investigación. Finalmente, para concluir con los hallazgos que la encuesta permitió sacar a la luz, corresponde resaltar que, en cuanto al conocimiento sobre el proceso de escritura, a pesar de que los estudiantes aceptan utilizar estrategias para elaborar sus escritos, estas no corresponden del todo a estrategias didácticas conscientes sino más bien a formas de proceder personales, mecánicas, optadas como un medio de resolver la tarea solicitada, producto de la experiencia y del contacto que han tenido con las prácticas de escritura que han señalado. Entre las explicaciones se relacionan las siguientes: E1. “Al escribir un cuento trato de que tenga un principio, un desarrollo y un final acorde con lo que escribo”, E2 “Primero hay Q’ saber cada parte del cuento, de Q’ trata 2 tener en cuenta cada parte del cuento 3 tener el nudo, desenlace y final 4 leerlo y ver Q’do bien o no y por ultimo signos de puntuación y Q’ este bien redactado”, E3. “Obtengo procedimiento, como signos de puntuación, signos de pregunta, coma, signos de admiración, puntos seguidos, puntos apartes”, 33 E4. “Pienso que debo organizar mis escritos tener una letra bonita y entendible y saber utilizar los textos”. E5 “Título, portada, contraportada como tabla de contenido Biografía introducción” Respuestas como las señaladas, evidencian que los estudiantes reconocen la existencia de “pautas”, como ellos mismos las llaman, para escribir un texto pero el concepto o el manejo de las mismas se muestra demasiado vago, por tanto, no se logra comprobar si el uso de dichas pautas o estrategias se hace o no de manera consciente. Además, en las razones que desplegaron, no solo en esta parte sino en todo el instrumento aplicado, se observan vacíos como los que explican los documentos revisados: escritura resumida, sintética, problemas de ortografía, etc. En consecuencia, concierne a esta investigación implementar y fortalecer las prácticas de escritura de manera más sistemática y estructurada. Adicionalmente a las encuestas aplicadas a los estudiantes y como el aprendizaje de la escritura no es responsabilidad exclusiva del docente de lengua castellana (Camps & Colomer, 2003), se decide indagar el punto de vista de los docentes del ciclo acerca de los procesos de escritura, la concepción que tienen de ella y la forma como enfocan su práctica hacia la ejercitación real de dicha habilidad en el aula de clase, entre otros aspectos (cfr. Anexo 2). Desde el primer aspecto, concepción sobre escritura, se observa la existencia de diferentes puntos de vista o concepciones. Algunos de ellos manifestaron entender que la escritura es un “proceso” el cual involucra el desarrollo de ciertas etapas y ciertas operaciones mentales “ P1. “La escritura corresponde a un proceso en el que el estudiante u otro tipo de personas, plantean unas fases de escritura como la planeación, textualización, revisión y edición; no es solamente un producto”. Otro grupo considera que la escritura es el vehículo por medio del cual se comunican o se expresan ideas, sentimientos y emociones, etc.: P2. “La escritura es el arte de escribir y/o expresar pensamientos, ideas y emociones”, P3. “La escritura es la simbología escrita que utiliza una comunidad, región, país para comunicar algo. Pude ir desde una simple palabra, un párrafo, un texto…” 34 La manera como cada uno de ellos concibe la escritura, repercute en la forma en la que orientan los momentos de composición escrita. De esta suerte, los primeros intentan llevar a cabo proyectos de escritura en los que se tenga en cuenta el proceso de la misma. Los otros, en cambio, aún se apoyan en prácticas tradicionales que responden a la toma de apuntes, consultas sobre la temática que se está abordando, pedir a los estudiantes que hagan escritos a partir de una lista de palabras, las cuales se ven forzados a relacionar sin atender a la claridad de sus escritos, etc. (cfr. Anexo 3). Esta última situación, evidencia que las prácticas de escritura que algunos docentes proponen aún son productos elaborados en un único intento, de una sola vez; simplemente se escribe, se da respuesta a la demanda y se entrega al docente, quien se convierte en el destinatario final de estos trabajos. Por ende, el docente es el auditorio, es él (ella) la única persona quien evalúa: recibe el escrito, lo lee, le asigna una nota y hasta ahí queda el proceso. No hay retroalimentación y difícilmente el estudiante llega a conocer sus aciertos o dificultades. A pesar de lo anterior, en primer lugar se evidencia un marcado interés por la ejercitación de esta habilidad en los diferentes espacios de la clase mediante el uso de diferentes estrategias de acuerdo con el campo o especialidad del docente En segundo lugar, es unánime la necesidad de implementar, de generar ambientes de escritura y de lectura continuos desde las diferentes asignaturas: P4. “Es importante la generación de textos científicos para desarrollar el pensamiento científico” P1. “Generar más ambientes de escritura, de lectura” P2. “ejercitar diariamente e implementar talleres en las diferentes clases” En la misma dirección, aspecto en el que concuerdan todos los docentes encuestados, los estudiantes presentan muchas dificultades a la hora de escribir como por ejemplo: falta de coherencia, de argumentación, dificultades en la redacción, ortografía, pobreza lexical, etc. P4. “La falta de argumentos y criticidad”, P3. “dificultades en la redacción y ortografía” P2. “escriben muy poco y la mala ortografía”. 35 Un último instrumento que permite corroborar la presencia de las dificultades que presentan los estudiantes en su proceso escritor, consistió en el desarrollo de talleres de escritura en los cuales participaron veintiocho estudiantes (cfr. Anexo 4). Uno de los talleres realizados, partió de la siguiente consigna: “Imagine que usted va a participar en un concurso de redacción de textos para una revista de difusión internacional, en el cual el ganador podrá tener la oportunidad de viajar al exterior con todos los gastos pagos: estadía por tres noches y cuatro días, en un hotel cinco estrellas entre otros premios. Escoja un aspecto de su interés que le permita dar a conocer su ciudad, colegio, localidad o cualquier otro. Enúncielo y elabore un escrito desde el cual usted pueda presentar información relevante acerca del mismo. Tenga presente que el texto debe brindar información suficiente y pertinente a sus lectores sobre el tema que usted elija. Los siguientes fueron algunos de los tópicos escogidos: sistema de transporte público de Bogotá, educación en Colombia (Universidades públicas de Bogotá), ruido y conflicto escolar en el colegio, cultura y arte, pobreza y sobrepoblación.” En la consigna no se presentó ninguna restricción temporal ni en relación con la extensión del texto; sólo se les sugirió escribir un título que fuera llamativo y sugestivo según el tema que escogieran. Los escritos, producto del desarrollo del taller, evidencian todas y cada una de las dificultades surgidas desde el momento mismo de la encuesta, pero con más detalles que observar. Una primera valoración, resultado de un análisis superficial, permite señalar falencias concretas como por ejemplo: escritos estructurados en un solo párrafo, ausencia evidente de signos de puntuación, mezcla de letras (mayúsculas y minúsculas) indiscriminadamente, etc. Las anteriores y demás dificultades se observaron a la luz de elementos teóricos que, sobre el texto explicativo, presentan los autores Jean Michel Adam (1992), Santiago Alcoba (1999), Emilio Sánchez Miguel (1995-1997), Denisse Muth (1990), Teodoro 36 Álvarez (1996); Bassols & Torrent (1997), como los más destacados, en el tema, para esta investigación. Luego de leer a estos autores para tener una idea clara sobre las características del texto expositivo y sus elementos estructurales, se establecieron cinco categorías de análisis. La primera categoría correspondió a la organización textual (superestructura) de los textos explicativos. A nivel general, los autores coinciden en la existencia de tres fases: de cuestionamiento o pregunta, resolutiva y conclusiva. Una segunda categoría se centró en aspectos lingüísticos y gramaticales: léxico y sintaxis (forma verbal_ presente indicativo_), uso de elementos que enlazan oraciones y párrafos (conectores, organizadores y/u operadores, conjunciones, adverbios, etc.). En la tercera categoría el enfoque se enfatiza en estrategias cohesivas y de coherencia textual. La cuarta categoría tomó como base los rasgos pragmáticos del texto expositivo-explicativo. Finalmente, la quinta, centra la mirada en las secuencias expositivas, o como las denominan algunos autores, formas de organización superestructural (FOS) (Martínez et al. 2004), procedimientos lingüísticos: problema-solución, causaefecto, descripción, comparación-contraste, etc. En relación con la primera categoría, organización textual, de los veinticinco escritos que se recogieron se establecieron tres grupos: unos estructurados en párrafos (introducción-desarrollo-conclusión), para el tema, fase de cuestionamiento, fase resolutiva y fase conclusiva. En el caso enunciado, se observa que reconocen que el texto posee una estructura global o silueta, y sobre ese presupuesto intentan elaborar sus escritos. Es decir, estructuran párrafos porque reconocen que un texto debe tener “inicio, nudo desenlace”, como lo hicieron notar en la descripción de las estrategias que utilizaban al escribir: E1 “Primero hay Q’ saber cada parte del cuento, de Q’ trata 2 tener en cuenta cada parte del cuento 3 tener el nudo, desenlace y final 4 leerlo y ver Q’do” A pesar de ello, estos no necesariamente corresponden a las fases señaladas. Lo anterior muestra que los estudiantes están bastante familiarizados con la superestructura narrativa, hecho que se considera una ventaja en el momento de redactar un texto, porque son conscientes que el escrito debe corresponder a una 37 superestructura textual y que por ende requiere que se puedan identificar en él unas partes concretas. Otro grupo de estudiantes, escribieron una idea u oración inicial. Posteriormente, presentaban un listado de ejemplos para respaldar la idea que postularon. Al leer los escritos parece que estuvieran dando respuesta de algo que se les preguntó en una evaluación o describiendo los pasos de una receta. Un tercer grupo de dos o tres casos, no estructuraban párrafos; es decir, el texto es un único párrafo que desarrollan presentando sus ideas posiblemente como se van generando en su mente: escriben sin pausas o utilizan punto seguido indiscriminadamente. En el desarrollo de estos textos es difícil encontrar una pausa y por lo tanto carece de sentido o no se le puede hallar el mismo. Con relación a la segunda categoría, características lingüísticas y gramaticales, se aclara que, en cuanto al aspecto sintaxis de un texto explicativo es relevante tomar en consideración, primero, la forma como se utiliza el verbo (presente indicativo o intemporal), y segundo, las estructuras que permiten detectar las relaciones lógicas entre enunciados o uso de conectores. En cuanto a la selección léxica, se ve la necesidad de eliminar posibles ambigüedades de las palabras, en el uso de terminología específica. Todo lo anterior, en beneficio de la claridad y la precisión propias del texto explicativo, cuya finalidad es informar objetivamente sobre el hecho que se está presentando (Alcoba, 1999). Para que se den así las cosas, es necesario organizar el contenido de manera clara y puntual. En ese sentido, volviendo a los textos escritos por los estudiantes, se pudo observar que, en cuanto a la forma como se utilizan los verbos, algunos escritos resaltan la presencia de diferentes personas (primera persona, segunda, tercera, singular, plural) e inclusive tiempos verbales. Aunque en este tipo de textos, aseguran Bassols & Torrent (1997), algunas veces aparecen los distintos tiempos del pasado dado que los escritos en mención, pueden estar apoyados por sucesos, anécdotas, etc. La dificultad es que no se alcanza a entender la dinámica de estos, más cuando se ve una mezcla de ellos. En otras ocasiones se mantiene 38 el tiempo verbal en presente indicativo a lo largo del texto pero el sujeto aparece implícito en él. Otras veces hay una ausencia total de sujetos, hecho que no permite tener claro sobre qué o quién se está hablando. No se evidencian nexos o expresiones que los relacionen. Sólo en algunos escritos se pudo constatar la presencia de nexos como conectores aunque casi siempre los mismos (V. gr. pero…, ya que…, debido a…, conjunciones, en su gran mayoría la conjunción “y”). La manera de incluirlos a lo largo de las redacciones no evidencia que se haga por la necesidad de relacionar ideas que correspondan con la función específica de ellos porque en muchos casos los utilizan de manera arbitraria. En otras palabras, si utilizan un conector cuya función es la de establecer contraste entre dos ideas, pero, al analizarlas son más bien complementaria la una de la otra (causa- efecto). Esta situación sólo se alcanzó a percibir en los textos mejor elaborados. Los otros escritos mostraron pobreza lexical y gramatical, lo cual se puede ver en la presencia de enunciados muy extensos, relacionados por algún signo de puntuación utilizado de manera esporádica, hecho que genera ambigüedad y confusión. Cabe anotar, en este aspecto, la ausencia de tecnicismos, neologismos, extranjerismos, etc., necesarios en algunas ocasiones cuando se trata de la composición de textos explicativos, aunque dado el contexto en el que se desarrolló el ejercicio y la intención que llevaba con sigo, no eran relevantes en el mismo. El léxico utilizado, aunque en relación directa con la temática desarrollada, procede básicamente de un conocimiento empírico, resultado de la experiencia de los alumnos, de sus vivencias, de su conocimiento del mundo. Muestran las cosas o redactan de acuerdo a como ellos observan o han observado las diferentes situaciones. Adicional a todo lo anterior, se presentan fallas de ortografía, caligrafía, concordancia nominal y verbal, etc. La tercera categoría de análisis estuvo enfocada hacia las estrategias de cohesión y de coherencia. De la primera de ellas, ya se hizo un avance en el párrafo 39 anterior: uso de conectores textuales que favorecen identificar la relación de contenido entre las ideas que se desarrollan en un escrito, repeticiones innecesarias, etc. Para ampliar la visión que se ha construido sobre este punto, es conveniente señalar que a veces no se alcanza a identificar la presencia de oraciones gramaticalmente construidas, no se logra establecer cómo se relacionan los enunciados que conforman los textos. Es decir, no establecen relación entre las ideas que desarrollan precisamente porque no poseen a utilizan ningún mecanismo para ello. En cuanto a la segunda, la coherencia, que tiene que ver con la organización de la información, relaciones jerárquicas entre oraciones, conceptos o secuencias que se aportan para desplegar información sobre un tema concreto, es posible entender el contenido a nivel global, aunque en algunos de ellos se dejan ideas sin concluir, para luego plantear otras en aparente relación con las anteriores. Como se mencionó en apartados anteriores, se advierte que los productos escritos elaborados por los estudiantes, están conformados por un único párrafo, párrafos resultados de una única oración o de varias de ellas al azar terminadas por puntos seguido o aparte. Esta forma de escribir no favorece hallar sentido lógico a las ideas que desarrollan, de esta suerte que se afecta la coherencia del escrito a pesar que este gire alrededor de un tema central. Además, se hace presente la repetición de palabras o cacofonía debido al desconocimiento de sinónimos. En repetidas ocasiones enuncian una idea casi con las mismas palabras aunque en un orden diferente al no encontrar los términos que les permitan avanzar generando con ello ambigüedades al interior del escrito. Tal situación, permite confirmar que existe un alto grado de pobreza lexical. Como se señaló anteriormente, presentan la misma idea de diferente forma. Con relación a los rasgos pragmáticos, Denisse Muth, (1990, p. 10-12), define los textos expositivos atendiendo a cuatro rasgos: “como texto informativo, como texto explicativo, como texto directivo y como texto narrativo”. Atendiendo a dicha 40 clasificación, la intención y el contexto de la situación que se presentó, antes del desarrollo de la experiencia de escritura, buscaba que el producto escritural respondiera los rasgos del texto explicativo: “explicar un hecho o asunto determinado relacionado con la Localidad o la Ciudad a unos lectores concretos”. A pesar de ello se pudo observar que falta conocimiento amplio sobre el evento que se está desarrollando para entregar la información de manera completa, precisa y objetiva. La lectura de estos escritos constata la presencia de información básica que poseen o recuerdan, hay presencia de diferentes secuencias pero no predomina ninguna de ellas: narran, explican, opinan, etc. El lenguaje que utilizan es muy coloquial e informal; presentan una consideración personal. En última instancia, en relación con la quinta categoría de análisis, las formas de organización superestructural propias de esta tipología textual, se alcanzaron a percibir secuencias de causa- efecto. Por ejemplo: “debido a la inconciencia de la localidad y de cada uno de sus habitantes hace que esta fuentes hídricas pierdan su patrimonio ante la comunidad debido a la contaminación tanto de las fuentes hídricas como ejemplo el rio Tunjuelo…”; (causa, la inconciencia de la localidad; consecuencia, pérdida del patrimonio cultural, como denominan a las fuentes hídricas de la localidad). También se observaron algunas secuencias pertenecientes a la categoría problema-solución “…la mejor forma de tener nuestra ciudad limpia es reciclando apartando los residuos orgánicos, inorgánicos, papel y cartón.”: (problema: la basura en la ciudad; solución, reciclar). No obstante los anteriores ejemplos, el uso de las mismas solo era producto de recursos que utilizan sin tener conciencia del propósito y funcionalidad de las mismas. Es decir, los estudiantes no tienen claro que para ser más efectivos al redactar sus textos, pueden recurrir a diferentes estrategias entre las que figura el uso de dichas formas para darles más consistencia. 41 Tabla 1: síntesis fortalezas y debilidades en la composición escrita de los estudiantes ASPECTO 1, SUPERESTRUCTURA DEL TEXTO FORTALEZA PROBLEMA * Reconocen la superestructura de algunos textos * Párrafos de una única oración. * Escritos organizados en párrafos * Escritos de un único párrafo Los párrafos que organizan no tienen oraciones delimitadas. Por lo tanto no se puede determinar idea principal y / o secundarias. Además no corresponden con las fases de los textos expositivos ni con las que ellos enuncian. * No se logra captar el tipo de relaciones entre enunciados(pocos nexos o elementos relacionantes * La persona aparee implícita en la -conjugación verbal. * Uso de tiempo verbal indicativo. * Omisión de la persona no permite saber qué o a quien se refieren. * Ausencia de conectores o uso inadecuado de los mismos 2. ELEMENTOS LINGUÍSTICOS Y GRAMATICALES *Vocabulario acorde con la realidad del tema que se está tratando. *Utilizan algunos elementos de enlace "y", así como algunos conectores "pero", "porque", " ya que" 3. ESTRATEGIAS DE COHERENCIA Y COHESIÓN * Los enunciados de los textos giran en torno al mismo tema. 4. RASGOS PRAGMÁTICOS *Evidencian conocimiento y manejo de la temática. * Explican, informan. * Falta de conocimiento o poca profundización sobre el tema: presentan las situaciones tal como las observan o han observado. ( Registro coloquial o informal) * Desconocimiento de conectores y la función que estableen entre enunciados. * Desconocimiento u omisión de signos de puntuación * Repeticiones innecesarias de palabras y oraciones que presentan más de una vez en diferente orden. * Ambigüedad. * Ese conocimiento que manejan es producto de su experiencia. No es suficiente. * Textos que no presentan una secuencia predominante. * No utilizan otras secuencias. 5. SECUENCIAS EXPLICATIVAS. *Utilizan secuencias de causa-efecto, problemasolución y en algunas ocasiones, colección ( enuncian algunos ejemplos) Fuente: elaboración propia. 42 * Es necesario poder establecer si esas secuencias son utilizadas de manera consciente. * N dedican tiempo suficiente a la revisión de sus escritos ni a la mejora de los mismos. La situación que se advirtió en párrafos precedentes, puede ser producto del desconocimiento de palabras de enlace o conectores que les permitan tener un escrito coherente o, como se observó reiteradamente, del poco tiempo que invierten a la composición de sus escritos: escriben un texto y lo entregan como lo redactan: no hay planeación ni revisión, realidad que hace prioritario buscar estrategias para que los estudiantes utilicen diversas destrezas de manera consciente. A sí pues, este trabajo se enfoca hacia el uso de estrategias cognitivas y metacognitivas en la producción de los escritos. Esta explicación a la forma de proceder de los estudiantes detectada desde los registros considerados durante la etapa de la lectura etnográfica, permite establecer la presencia de fortalezas en su proceso de composición escrita, pero también ponen de manifiesto los vacíos que esta investigación busca remediar. 1.3. Antecedentes Investigativos Esta sección, corresponde al resultado del rastreo que se le hizo a veinticuatro (24) documentos entre investigaciones y artículos que hacen referencia a escritura, texto expositivo-explicativo y estrategias cognitivas y metacognitivas requeridas para la producción escrita de los textos mencionados. Dichas investigaciones se llevaron a cabo en países Latinoamericanos en su mayoría, entre los años de 2004 a 2013, fruto de la preocupación por resaltar el valor y significado tan trascendental que representa el desarrollo de competencias escriturales para la formación académica de los seres humanos. Las investigaciones señaladas, se realizaron con poblaciones de diferentes niveles de escolaridad incluyendo programas de formación universitaria, hecho que evidencia la importancia que encarnan los procesos de escritura en diferentes ámbitos del ser humano. Los aportes ofrecidos a este trabajo por parte de las investigaciones revisadas, estuvieron orientados por una serie de interrogantes cuyo propósito fue establecer 43 tanto planteamientos teóricos como concepciones y representaciones que sobre escritura de textos expositivos poseen docentes y estudiantes, dificultades que experimentan estos últimos al escribir textos expositivos así como concretar cuál es el rol del docente durante el proceso de enseñanza-aprendizaje de la escritura, entre otros. Así mismo, se hace importante saber qué tipo de estrategias, para la producción de textos, proponen los trabajos y bajo qué enfoque son asumidas. Para la selección de los aportes que pudieran fortalecer la presente investigación, además de las preguntas que orientaron el rastreo de las investigaciones, se tuvo como criterio, el tipo de población que fue objeto de estudio en las mismas. Con tal propósito, el estado del arte se organizó en cuatro apartados, a saber: básica primaria, secundaria, universitaria y población mixta, de las cuales se tomaron en cuenta contribuciones que aportaran a establecer las características específicas que demanda la escritura según el desarrollo cognitivo de los estudiantes de acuerdo con su edad y nivel de escolaridad y, al mismo tiempo, comprender de qué manera éstas influyen o no en el proceso de producción escrita de textos: su propósito, estrategias de elaboración de los textos, momentos de la escritura, etc. El primer grupo de investigaciones, implementadas con estudiantes de la básica primaria, etapa en la que se tienen el primer y más importante contacto de los estudiantes con las prácticas de producción escrita de manera formal, aluden a varios géneros académicos que se deben enseñar en la escuela ya que la enseñanza de los mismos permite proporcionar a los estudiantes conocimientos y herramientas necesarias para comprender y expresarse en contextos académicos (Álvarez & Álvarez, 2013). A pesar de la heterogeneidad en cuanto a la metodología con que se llevaron a cabo dichas investigaciones, todas coinciden en resaltar la necesidad de desarrollar y/o cualificar estrategias que favorezcan la reflexión metacognitiva y metalingüística en el proceso de la producción de textos escritos. 44 De los trabajos efectuados en la escuela primaria, se ubica en primer lugar “Cualificación de la Escritura a través de la producción de diversos tipos de textos”, escrito por Nadia Zherizada Forero Galeano (2008). En él se revela una concepción de escritura como el manejo adecuado del código, el trazado definido de la letra cursiva y la realización de dictados y copias con buena ortografía. Frente a este tipo de concepciones, agrega la autora, el docente comienza a jugar un papel importante en la utilización de estrategias pedagógicas novedosas que permitan valorar la escritura como una herramienta que sirve no solo para reproducir conocimiento, como los estudiantes la definieron, sino para construirlo de manera significativa. El énfasis está puesto, entonces, en la persona que orienta toda actividad escolar, la responsabilidad que reposa sobre él (ella), para que, partiendo de su formación, pueda dirigir, ser preciso en la forma como invita a que los estudiantes busquen el significado global y no aislado de las palabras. (Forero, 2008). El compromiso del docente radica en orientar y re-direccionar el trabajo dentro del aula de clase, para favorecer un proceso de construcción de significado a partir de los intereses de los estudiantes y de su cocimiento previo para lograr propiciar ambientes de trabajo responsable, organizado y sistemático. Una opción consecuente con el anterior planteamiento, es el diseño e implementación de proyectos que permitan vincular la escuela con la vida, integrar saberes escolares y extraescolares, saberes para la escuela y saberes para la vida. Como lo afirma la autora, allí radica el carácter significativo del aprendizaje, que puede permear cualquier experiencia que se lleve a cabo en la escuela. En la misma línea, se destaca el trabajo realizado por Álvarez (2008), quien centra su atención concretamente en la enseñanza y producción de textos expositivos. Al respecto, Álvarez enfoca su propuesta a partir de la dificultad que tienen los estudiantes cuando deben expresarse por escrito. Comienza por definir la escritura como una habilidad comunicativa compleja de la que nos servimos para 45 comunicar informaciones, aprender nuevos conceptos e informaciones y clarificar el pensamiento. Adicionalmente, advierte que el aprendizaje de la escritura no es responsabilidad exclusiva de los estudiantes, sino especialmente de los docentes, reiterando que ésta, a su vez, no es una tarea específica del docente de lengua Castellana, sino que es una destreza compleja que se debe trabajar en todas las materias del currículo y en todas las etapas de escolaridad, inclusive es una práctica que se desarrolla fuera del aula. Al proponer la escritura como habilidad comunicativa, es inherente la posibilidad del mejoramiento de la competencia escrita en la medida en que se explicita el proceso de producción o composición textual, para que los estudiantes tomen conciencia respecto de las fases y estrategias que se ponen en juego cuando se escriben textos expositivos o académicos, asegura Álvarez (2008). En este planteamiento, subyace una concepción en la que la escritura es vista como proceso, hecho que implica ciertos requerimientos metodológicos y didácticos, hacia la toma de conciencia sobre la existencia de unas fases o momentos en dicho proceso: planificación conjunta (problemática a abordar), objetivos y actividades, proceso que permite el desarrollo de una escritura reflexiva. Concluye el autor, que la elaboración de secuencias didácticas se convierte en una estrategia por medio de la cual tanto docentes como estudiantes se acercan de manera sistemática y consciente a experiencias de producción de escritos, participando en cada uno de los subprocesos de las mismas. De esta forma es posible favorecer la reflexión sobre la comprensión y producción de textos en una dinámica en la que los estudiantes reconozcan que lo escrito no es simplemente una reproducción de lo oral, hecho que se manifiesta en la tendencia de asociar la escritura con aspectos formales y normativos. Un aspecto que emergió del rastreo hecho a estas investigaciones y que puede estar asociado a las dificultades que presentan los estudiantes al componer un texto expositivo, hacen referencia a la preparación o madurez cognitiva que los 46 estudiantes necesitan para aprender a escribir este tipo de textos concretamente. Desde esta óptica, Flórez, et al. (2005) buscan establecer la posible relación que existe entre el desarrollo de habilidades metalingüísticas y operaciones metacognitivas aplicadas a la lectura y la escritura con la edad de los escolares. Aquí se concluye, que la edad es un factor que puede influir en la manera como los estudiantes escriben un texto expositivo, por cuanto la exposición es una habilidad que se adquiere y se desarrolla durante la escolarización, aunque así como sucede con otros tipos de textos, los niños desde muy pequeños pueden hacer uso de sus habilidades metalingüísticas y éstas avanzan a medida que el desarrollo lingüístico y cognitivo se hace más complejo (van Kleek, 1995; Chaney, 1992,citados por Concha, 2010). La explicación que se puede argumentar con respecto al anterior planteamiento, es que la habilidad para escribir los diferentes tipos de textos va aumentando progresivamente en coherencia con el desarrollo evolutivo del ser humano (Neira, 2005). No obstante en esta etapa de formación académica, el texto expositivo tiene una presencia menor a la del texto narrativo como práctica en las aulas, a pesar de considerarse el más apropiado para estructurar el proceso de comprensión y producción escrita en los estudiantes, en razón a que su estructura permite anticipar el desarrollo de su contenido de una forma más previsible y facilita la comprensión de las ideas fundamentales que allí se encuentran. Por tales razones posibilita introducir a los niños en el proceso de alfabetización y los hace conscientes del valor que tiene la escritura para la adquisición del conocimiento (Sánchez et al. 2007). En el segundo grupo de investigaciones cuyo centro de interés fueron estudiantes de la escuela secundaria, Tamayo explica cuál es la concepción que subyace sobre escritura. Al respecto afirma que tanto estudiantes como docentes abanderan la idea de que escribir es un ejercicio de destrezas perceptivo motrices producto de una tarea escolar, que no tienen relación con en el contexto 47 sociocultural. Por lo tanto, el proceso de composición escrita es visto como una práctica espontánea que adolece de planificación y revisión, entre otros aspectos (Tamayo, 2007), proyectada hacia los profesores, para que sean ellos quienes los evalúen y además mostrar o demostrar todo lo que saben. Desde la anterior concepción, se concede un papel “protagónico” al docente, no como en los anteriores casos, al depositar en él la responsabilidad de evaluar y corregir la escritura del estudiante. Es decir, el docente se convierte en el comienzo y el fin del proceso de escritura, motivo por el cual éste centra sus prácticas en la enseñanza de la gramática, tomándola como un ejercicio memorístico de reglas que regulan la escritura (Tamayo, 2007). Cabe resaltar entonces que las dificultades que se originan desde estos planteamientos no solamente los experimentan los estudiantes sino también los docentes. En este trabajo, al igual que en los que se relacionaron anteriormente, subyace la necesidad de implementar proyectos de producción de textos escritos a partir de los intereses actuales de los estudiantes, hecho que se podría materializar desde la implementación de secuencias didácticas (SD), entre otras perspectivas pedagógicas. La SD, es una metodología que ha sido adoptada por varios autores para la enseñanza de la composición escrita; dentro de ella, la cooperación social y la actividad grupal son elementos clave de la construcción y manifestación del conocimiento indispensable en el proceso de enseñanza aprendizaje (Vilá. et al., 2005). Hasta ahora solamente se han adelantado algunas de las concepciones o representaciones que existen sobre el acto de escribir, las dificultades que se experimentan en cuanto al proceso de enseñanza aprendizaje de la escritura y el planteamiento de una estrategia para cualificar el proceso de escritura de los estudiantes. Ahondando en este último aporte, autoras como Lacón & De Hocevar Ortega, (2008), Velásquez & Alonzo, (2007), se proponen desarrollar la competencia productiva en los estudiantes centrando el proceso en la enseñanza 48 y la evaluación de la producción de textos escritos a través de la implementación de estrategias metacognitivas. Al respecto, señalan que dichas estrategias no solamente pueden ejercitarse, aprenderse y conceptualizarse, sino que son de gran utilidad para regular, modificar o corregir los procedimientos que entran en juego en la escritura, como también, para evaluar los productos resultado de esta actividad (Lacón & De Hocevar Ortega, 2008). Desde la perspectiva expresada, un aspecto que podría contribuir a la implementación de dichas habilidades cognitivas y metacognitivas, está centrado en las prácticas escolares de los estudiantes, toda vez que se utiliza la escritura para dar cuenta de la lectura de algún texto, hacer trabajos de investigación y/o esquemas, dirigidos en único momento a la producción de textos centrados en contenidos (Velázquez & Alonzo, 2007). Por lo tanto, estas prácticas, que a veces se tornan vacías y sin sentido, pueden ser transformadas de manera significativa a través del diseño de estrategias para la enseñanza de la producción escrita, inmersas dentro de la dinámica escolar y contando tanto con los intereses como con las necesidades de los diferentes actores que intervienen en el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Ahora bien, respecto a la escritura académica en esta etapa escolar, Chacón, (2005) en su investigación ¿Cómo diseñar situaciones de aprendizaje para la construcción y evaluación de textos expositivos en el aula?”, parte del planteamiento defendido por Flower & Hayes (1996), quienes señalan que la escritura es vista como un proceso producto de una actividad que requiere que el escritor lleve a cabo una serie de subprocesos: planificar, traducir y revisar. Un elemento que conviene resaltar y que sólo hasta ahora emerge, es la evaluación del proceso de escritura, vista no como la medición de conocimientos, sino como una estrategia que permita monitorear procesos, retroalimentarlos cuando sea necesario, establecer las posibles dificultades que puedan estar experimentando 49 los estudiantes e ir planeando e implementando estrategias que permitan retroalimentar el proceso de manera sistemática (Chacón, 2005). Un tercer grupo de investigaciones tuvo su escenario con estudiantes de educación superior y poblaciones diversas. Aquí se encuentran investigaciones con adultos mayores y en especial estudiantes en etapa de formación propedéutica. El panorama que se describe desde este contexto, es similar al que ya se ha desarrollado en los párrafos preliminares. La idea que se alcanza a formar desde estas investigaciones, es que el proceso de producción escrita en la educación superior, no es del todo lo más cualificado y avanzado como se podría suponer, más aún cuando la escritura, en cualquiera de las etapas de escolaridad, desempeña un papel primordial para la adquisición de nuevos conocimientos (Bocca & Vasconcelo, 2008). Por el contrario, la realidad que viven los estudiantes en este ciclo de formación, semejante a las anteriores, está centrada en las carencias que experimentan frente al manejo de la lengua, producto de sus actitudes y aptitudes con respecto a la lectura y a la escritura, así como a las estrategias que utilizan a la hora de comprender y producir un texto escrito (Arnáez, 2008). El problema real radica en la representación que tienen los estudiantes sobre la producción escrita y las dificultades que aún persisten. En primer lugar, se plantea que el proceso de comprensión y producción de textos en la educación superior está caracterizada por la memorización, la reproducción, la fragmentación y la acumulación del conocimiento, como sucede en la educación media. La situación descrita, conduce a la falta de dominio de estrategias cognitivas y metacognitivas en los procesos de comprensión y producción de textos escritos (Caldera & Bermúdez, 2007). En segundo lugar, advierten la presencia de una concepción “idílica, romántica”, desde la que tanto la lectura como la escritura son el medio para expresar sentimientos del individuo, concepción vista como la fuente de inspiración y creatividad. Visto de esta manera la escritura no se toma como 50 actividad de creación de sentido, como debería considerarse sino como fuente de inspiración. Desde este punto de vista, se invalida el concepto de la escritura como un proceso cognitivo, como práctica social. En las prácticas de lectura, aparece una tendencia hacia la lectura de evasión y de entretenimiento, probablemente porque los estudiantes reproducen las formas en las que han leído en la escuela (Bocca & Vasconcelo, 2008). De igual manera, algunas investigaciones reiteran que en esta etapa de formación aún se experimentan dificultades en aspectos formales de la escritura y de los elementos básicos para la redacción de textos académicos (De Rivero, 2006). La justificación que se esgrime radica en que por estar en una etapa de formación superior, aún más en el caso de los docentes, los estudiantes sienten que están demasiado ocupados en el aprendizaje de contenidos, cumplir con las asignaciones para aprobar los cursos y completar los requerimientos curriculares (Fraca, 2001, citada por De Rivero, 2006). Un elemento común en las anteriores investigaciones, es la aplicación de secuencias didácticas y módulos de escritura diseñados para corroborar y constatar la necesidad de cualificar el proceso de producción de textos en una etapa que puede ser la más importante para motivar a los estudiantes a superar todas sus dificultades y prejuicios con el fin de evitar su proyección en las aulas de clase. Por tal razón se exalta la labor que el docente debe desempeñar como facilitador del proceso de aprendizaje: En este sentido, la lectura y la escritura son dependientes del contexto por lo tanto es responsabilidad de los docentes, sea cual sea su área de conocimiento, se enfoquen en la enseñanza de práctica discursivas propias de la asignatura para ayudar a sus alumnos a ingresar en su cultura, es decir, en sus modos de pensamiento y géneros textuales instituidos (Caldera & Bermúdez, 2007, p.72). 51 En complemento a los planteamientos señalados por esta colección de investigaciones para la enseñanza de la producción escrita, se hizo evidente el uso de estrategias metacognitivas aplicadas durante los subprocesos ya conocidos: planificación, redacción y revisión, cada uno de los cuales complementan dichas destrezas. En cuanto a la implementación de secuencias didácticas, se asegura que fueron una herramienta que favoreció el trabajo interdisciplinar. Desde ellas, se propició la reflexión sobre los procesos de lectura y escritura con miras a favorecer la integración y el compromiso de los involucrados en su realización (Arnáez, 2008). Para que todo lo anterior permitiera cualificar el resultado deseado, fue de vital importancia tener presente que existe una relación muy cercana entre lectura y escritura. De ahí que la práctica de producción escrita parta de la realización de un trabajo de lectura previo, el cual permite comprender las referencias que fundamenten la composición de textos escritos (Lourdes, 2005). Finalmente, reconocen la importancia de la escritura en diferentes contextos de la vida del ser humano, pero en especial en la Educación Superior, espacio en donde prima la actividad intelectual, tanto por parte de los docentes como de los estudiantes. En dichos contextos, se evidencian dificultades en la organización, distribución y conexión de las ideas expuestas por los estudiantes lo que demuestra a la vez carencias para redactar textos expositivos coherentes (Lourdes, 2005). 1.4. Antecedentes Institucionales El presente trabajo de investigación tuvo su escenario en el colegio Acacia II, Institución Educativa de carácter oficial ubicada en la Localidad de Ciudad Bolívar. Este colegio brinda sus servicios a la comunidad del sector de la Acacia y sus alrededores desde el año 1970. La institución fue aprobada oficialmente en el año 2002, como respuesta a las necesidades educativas de los niños y niñas de ese sector del Distrito Capital. Presta servicio educativo de carácter formal en los niveles de: pre-escolar, básica primaria, básica secundaria y media vocacional 52 (ciclos I, II, III, IV y V) en dos jornadas: mañana y tarde. Además, cuenta con un espacio de formación superior para los estudiantes de grados décimo y undécimo: programa de Educación Media Fortalecida (EMF). La Institución Educativa provee espacios para fomentar la producción escrita de los estudiantes, a través del desarrollo de las clases y de la propuesta de proyectos trasversales, dentro de los cuales cabe mencionar el periódico mural, el periódico impreso y la emisora escolar entre otros, liderados por el área de humanidades como respuesta a la necesidad de motivar su participación en la vida institucional, desde donde vivencien experiencias de producción de textos. Sin embargo, es preocupante ver que la participación de los estudiantes en esta clase de experiencias es mínima. En esto se evidencia una marcada falta de interés por la cualificación de su proceso de formación y además, el producto que se logra recoger demuestra pobreza en el vocabulario y escasa calidad en su producción. Todo lo anterior llevó a hacer un análisis detallado de las dificultades en cuanto al proceso de escritura que, como ya se describió anteriormente, partió desde el análisis de documentos, seguido de la aplicación de encuestas y talleres de escritura. 1.5. Pregunta De Investigación ¿Cómo fortalecer la composición de textos explicativos a través de estrategias cognitivas y metacognitivas en una población de estudiantes de ciclo IV de un colegio Distrital bogotano de estrato socioeconómico desfavorecido? 1.5.1. Sub-preguntas de investigación. ¿Qué dificultades presentan los estudiantes en la composición escrita de textos expositivos? 53 ¿Qué estrategias de aprendizaje de la escritura pueden ayudar a los estudiantes, objeto de atención, a superar las dificultades que presentan para la producción de textos escritos y cualificar dicho proceso? ¿De qué forma el uso didáctico de estrategias como la secuencia didáctica (SD), ayudan al desarrollo y la cualificación de la competencia escrita de los estudiantes y la práctica docente de la profesora-investigadora? 1.6. OBJETIVOS Objetivo General: Fortalecer el proceso de composición escrita de textos explicativos en un grupo de estudiantes de ciclo IV de un colegio distrital bogotano, a través de la implementación de estrategias cognitivas y metacognitivas. Objetivos específicos: Precisar las dificultades que presentan los estudiantes en la composición escrita de textos expositivos-explicativos. Implementar una estrategia didáctica que involucre el desarrollo de habilidades cognitivas y metacognitivas tendientes a mejorar el proceso escritor de los estudiantes en la elaboración de textos expositivos-explicativos. Demostrar la necesidad de la implementación de estrategias pedagógicas y didácticas en la enseñanza y aprendizaje de la composición escrita de los estudiantes. 54 1.7. Justificación “No se escribe para ser escritor, ni se lee para ser lector. Se escribe y se lee para comprender el mundo” (Lomas, 2003, citado por Santiago et al. 2007) El proceso de escritura ha sido objeto constante de investigación dada la necesidad de conocer cómo escriben y qué escriben nuestros estudiantes en el aula de clase. Las experiencias que se viven en las instituciones educativas muestran que la escritura es una habilidad que se ejercita a diario no solamente en el ámbito sino en la práctica social. No obstante, a pesar que los niños escriben mucho en el aula, este proceso no se lleva a cabo de manera consciente y reflexiva lo que conlleva a que luego de tanto “escribir” el fin de año sorprenda a los dos actores implicados en el proceso, con los mismos resultados que se obtuvieron al inicio (Tamayo, 2007). Esta situación se debe a que por mucho tiempo la escuela ha estado orientada bajo lineamientos de una educación tradicional, en la cual los niños han aprendido a escribir a la luz programas repetitivos y mecánicos o, en muchas ocasiones, como lo advierten Jurado y Bustamante (1996), nuestro interés por pretender implementar experiencias que consideramos son innovaciones, solo conduce a nuestros estudiantes hacia un activismo que resulta en una práctica escritora carente de sentido. La lectura y la escritura, en el mundo contemporáneo, son habilidades que constituyen un requisito indispensable para la inclusión de los individuos en la sociedad (Flórez et al., 2005). Así mismo, como lo plantean otros autores, el lenguaje escrito es una forma de comunicación humana dirigida a la consecución de objetivos, siendo la escritura un proceso de pensamiento orientado hacia ese fin. (Cassany, 2003; Richter, 2008). Por tal razón la escuela busca desarrollar prácticas de escritura y aplicar estrategias que lleven a nuestros estudiantes a hacer uso adecuado, apropiado y pertinente de las mismas. Visto desde esta perspectiva, el proceso de escritura se convierte en el eje sobre el cual se 55 desarrollará esta investigación, desde la que se pretenden identificar las posibles dificultades que experimenta un grupo de estudiantes de grado noveno del colegio distrital Acacia II y aportar elementos significativos que los ayuden a superar esas dificultades hacia la cualificación de su competencia escritora. Como se plantea en el documento sobre Estándares Básicos de Competencias en Lenguaje, uno de los objetivos que los estudiantes del ciclo IV necesitan alcanzar, en relación con su producción textual, es elaborar textos escritos que evidencien los conocimientos alcanzados acerca del funcionamiento de la lengua en situaciones de comunicación y el uso de las estrategias de producción textual. El mismo documento advierte que para que nuestros estudiantes logren, más adelante, la habilidad de argumentar, vista como el tránsito de la simple opinión a la explicación de sus posturas sustentadas por hechos verificables, solo pude ser posible si se han logrado la metas mencionadas y se ha construido el bagaje cultural necesario que pueden encontrar en los textos explicativos. Además de la anterior razón presentada, existen otros argumentos que justifican la elección del texto explicativo, también llamado expositivo, como objeto de estudio. Como lo afirman Halté & Boscolo (citados por Álvarez, 1999), este tipo de texto no ha sido objeto de tantos estudios como el narrativo y el argumentativo. La escritura expositiva, además, forma parte de las convenciones de una cultura académica que impone a los estudiantes el desafío de aprender a construir la realidad (Jacobs, 1990, citado por Concha et al. 2010). En tercer lugar, en una época que se caracteriza por presentar un alto índice de circulación de la información, los textos expositivos preparan a los estudiantes para interactuar con una herramienta de carácter social, no solo en el marco de la escuela (Sánchez et al., 2007) sino también en el contexto en el que se desenvuelven. Adicionalmente a lo expuesto, estos textos incorporan explicaciones a la información que abordan lo cual permite lograr que los lectores 56 comprendan el por qué y el cómo de los fenómenos que en ellos se presentan (Serrano, 2002, citado por Chacón, 2005). Finalmente, la idea de abordar los textos expositivos, también obedece al hecho de que son los más abundantes, con los que más se trabaja en todas las materias pero también son los que menos se enseñan de manera explícita en el contexto escolar (Álvarez, 2008). En efecto, en todas las asignaturas que conforman el currículo escolar, es común pedir a los estudiantes que elaboren un informe, un resumen, una historia, que busquen información sobre determinados temas, etc. pero difícilmente se les enseña el proceso para llevar a cabo dichas demandas. De acuerdo con varios estudios es poco el tiempo que se dedica en las aulas para la enseñanza explícita de la escritura de textos, de cualquier tipo, hecho que no permite aprender dicho proceso como actividad constructivista y estratégica con sentido (Díaz & Hernández, 2010), situación que permite reiterar que en la escuela se escribe mucho pero se enseña poco a escribir; las prácticas explícitas de escritura, cuyo objetivo es incrementar las capacidades compositivas del alumno son escasas, breves y disciplinares de la lengua (Cassany, 1999). En síntesis, como lo afirman algunos autores, “es necesario hacer de la escuela un lugar que permita vivenciar prácticas textuales que incidan en el dominio de la lengua escrita como verdaderos procesos de construcción de sentido” (Jurado & Bustamante, 1996, p. 21). 57 2. REFERENTES CONCEPTUALES DE LA INVESTIGACIÓN: COMPOSICIÓN ESCRITA, METACOGNICIÓN Y TEXTO EXPOSITIVO-EXPLICATIVO Para construir el marco teórico que oriente, sustente y fortalezca esta investigación, se enfoca la mirada hacia tres variables que permitirán abordar el problema descrito de manera pertinente: composición escrita, metacognición y estrategias metacognitivas y texto expositivo-explicativo. Por lo tanto, este capítulo se estructura básicamente alrededor de los tres ejes mencionados. 2.1. Proceso de Composición Escrita La escritura es un proceso cognitivo que ha sido explicada a partir de modelos cognitivos contemporáneos propuestos por autores como Flower & Hayes, 1980; Collins & Gentner, 1980; Smith, 1982; Perea, 1984 (citados por Caldera, 2003) y Scardamalia & Bereiter, 1992. Dichos modelos han tomado mucha importancia al describir operaciones mentales complejas que ocurren cuando nos vemos en la necesidad de escribir y que ocurren dentro de los sub-procesos de planeación (operaciones para planear), redacción (operaciones para redactar), y revisión (operaciones para revisar), gracias a la implementación de estrategias metacognitivas relacionadas con la escritura. La planeación, denominada también planificación, es la representación general de la tarea, la redacción o producción permite traducir el plan con palabras escritas y la revisión, comparar el texto realizado con lo que había planeado para hacer los ajustes o cambios necesarios. Como se ha venido mencionando, la escritura ha influido en el desarrollo del pensamiento de la humanidad y en los modos de aproximación de los educandos a su realidad cultural y en su propio desarrollo intelectual. De ahí su naturaleza socio cognitiva. La escritura es producto de la interacción entre unos procesos cognitivos, surgidos al interior del individuo que se presentan durante la acción de escribir, y unos procesos sociales que suceden exteriormente y entre individuos 58 que se relacionan, comunican y colaboran entre sí en diferentes contextos sociales y culturales (Hayes, 1996, citado por Camps & Milian, 2000). En síntesis, “es el resultado del diálogo que entablan el escritor y el autor a partir de un conocimiento compartido” (Flower, 1994 & Nistrand, 1989 citados por Camps & Millian 2000, p. 17). De lo anterior se concluye que para escribir, en el contexto de una situación comunicativa determinada, “es necesario dominar ciertas actividades cognitivas relacionadas con el contexto socio-cultural donde se lleva a cabo la producción del texto” (Vilá et al., 2005, p.66). Entre las actividades a que se hace referencia, están la activación del conocimiento lingüístico y la organización de datos según los objetivos que se persigan, los propósitos del discurso, etc. La escritura no surge espontáneamente sino como una necesidad de interactuar con el grupo social al cual se pertenece para abordar los problemas que se presentan y que son susceptibles a la situación o al contexto social en el que surgen. “La lengua, tomada como objeto de conocimiento y de análisis se activa y se desarrolla en la interacción verbal, por lo tanto esta tiene su origen en la interacción social” (Camps & Milian, 2000, p. 20). Por tales razones, es necesario desarrollar actividades de escritura en contextos auténticos en los cuales se estimulen la creación de significados compartidos en los que entran en juego procesos sociales y cognitivos que aportan información tanto del entorno en el que se realiza la tarea como del conocimiento que se tenga de la misma. Lerner señala la existencia de dos fines concretos de la escritura: escribir con fines reales, lo que implica tener un propósito comunicativo, y escribir para aprender a leer y a escribir. El segundo de ellos, responsabilidad de la escuela, representa cierto peligro puesto que no permite a los estudiantes aprender para cumplir finalidades propias de la vida social (Lerner, 2003, citada por SED, 2010). No obstante tales apreciaciones, la actividad escolar puede dar sentido a lo que se escribe en el aula- escribir con fines reales- si se implementan 59 prácticas de escritura auténticas que giren en torno a un género discursivo específico. Como propuesta innovadora, esta forma de orientar la dinámica de la clase apunta al aprendizaje sistemático de la lengua y favorece la participación activa, consciente y responsable de los estudiantes como protagonistas de su propio aprendizaje. Aprender a escribir, señala Camps, consiste en “producir textos que tengan sentido y “aprender” las habilidades específicas para hacerlo en interrelación con el conocimiento sobre aspectos propios de los diferentes niveles del texto y del discurso” (Camps & Colomer, 2003, p. 9). El lenguaje (oral o escrito) es un proceso psicológico superior que implica ejercer un control consciente para su desarrollo (Vygotsky, 1979 citado por Meléndez & Piña, 2006). Por tal razón, la actividad de escribir no puede ser sinónima de copiar, acción que no requiere de alguna forma de control consciente, aunque muchos maestros aún defienden la creencia que los niños al llegar a la escuela es eso lo único que pueden hacer. Contrario a esta concepción, el niño demuestra que puede escribir aunque no de manera formal antes de saber copiar (Lerner, 2001). Un aspecto que caracteriza la vida de la escuela está enfocado hacia la enseñanza y el aprendizaje de la escritura. Es por eso que los estudiantes hacen de este proceso parte esencial de su vida al interior de ella: escriben para aprender, crear su propia vida como grupo y además crearse a sí mismos como personas en relación con la comunidad en la que participan (Camps & Colomer, 2003). El contexto escolar se ha caracterizado por mantener vigente la idea de que los estudiantes aprenden a escribir escribiendo. Sin embargo, no se aprende a construir un texto solamente por ejercitación, tampoco emerge automáticamente ni es producto de una maduración natural. Escribir, bajo esta creencia, puede convertirse como, lo señalan las autoras referenciadas anteriormente, en un mero activismo: “escribir por escribir”. Visto de esta forma se conduce a los estudiantes a realizar una práctica vacía, sin sentido, sin objetivos. Para que esto no suceda, 60 algunos autores recomienda que el profesor proporcione las bases teóricas y herramientas que los estudiantes necesitan para resolver los problemas que las tareas de composición les plantean (Díaz & Hernández, 2010). Además de propiciar que los aprendices tomen conciencia de los procesos cognitivos implicados en la actividad de producción y que adquieran conocimientos básicos indispensables para escribir un texto (Camps & Colomer, 2003). Escribir, como habilidad comunicativa no es innata sino que se adquiere, se aprende, se desarrolla y se construye conjuntamente con otros (Díaz & Hernández, 2010), en situaciones que (Tolchinsky & Simo, 2001). generan la necesidad de hacerlo Según las autoras referidas, la escritura es una práctica que no se sujeta a principios universales ni homogéneos y permite la producción de textos diversos en circunstancias diversas, con diferentes interlocutores y distintas técnicas. Por lo tanto, continúan explicando, la producción de textos es un proceso que incluye diferentes unos subprocesos entre los cuales figuran la tormenta o generación de ideas, la planeación, la linearización (traducción de las ideas al papel), la revisión y la re-escritura, esencial para el proceso aunque cambiantes, inestables y recursivas. Hacer explícitas estas etapas en el desarrollo del proceso de escritura, puede ser una estrategia que favorezca su adquisición y dominio (Álvarez, 2008). Además, como escritores o en el rol de ellos, cada uno de nosotros tiene características especiales. La escritura requiere de una formulación diferenciadora de acuerdo con el tipo de texto que exija la situación comunicativa (Bojacá & Pinilla, 1996). En este sentido, Pérez (2003), afirma que cada tipo de texto requiere poner en juego diferentes habilidades de pensamiento y reconocer que ellos demandan un léxico especial. De aquí que aprender los requerimientos, ventajas e inconvenientes de la composición se logra cuando dicha habilidad se lleva a cabo en circunstancias en las cuales sea auténticamente necesario producir un buen escrito. 61 2.2. Modelos Cognitivos para la enseñanza de la escritura De acuerdo con los señalamientos expresados por Díaz & Hernández (2010), la enseñanza de la escritura involucra proveer a los estudiantes con herramientas de interpretación, para que puedan acceder a los diferentes tipos de textos que circulan no solamente en el ámbito académico sino aquellos producidos en el interior de la cultura en que crecen y se desarrollan. Dichos instrumentos son facilitados por el modelo que el docente asuma para la enseñanza de los textos e inciden sobre la selección y la organización de los contenidos que se planteen en ellos. Como se ha reiterado, la actividad de composición de escritos es un proceso cognitivo complejo que consiste en traducir las ideas, los pensamientos, los sentimientos, las impresiones, etc. que posee un sujeto, en un discurso escrito coherente y en función de unos contextos comunicativos y sociales. Incluye también la ejecución de diferentes fases a saber: planificacón, redacción, revisión y edición, dentro de las cuales se llevan a cabo acciones concretas como generación de ideas, consulta a otras fuentes, selección y decisión, dependiendo de las circunstancias de la producción, los propósitos y la audiencia a quien va dirigido el texto (Tolchinsky & Simo, 2001). A continuación se describen los aportes principales de algunos de modelos cognitivos de producción textual que tienen y han tenido gran incidencia en la enseñanza y el aprendizaje de la escritura, por cuanto parten de la aplicación de las estrategias cognitivas y metacognitivas que se efectúan durante cada una de las fases mencionadas. Para comenzar, se hace referencia al modelo cognitivo propuesto por Hayes y Flower, denominado “modelo procesual cognitivo”, considerado como el primero que enfoca la atención en los procesos mentales que participan en la escritura Estudia las actividades que se desencadenan durante la composición y describe el proceso cognitivo que observan los escritores “expertos” (Flower & Hayes, 62 1980-1981-1984 citados por Atorresi, 2010; Scardamalia & Bereiter, 1992; Arias & García, 2006). Este enfoque, concibe la escritura como una acción dirigida al alcance de propósitos u objetivos retóricos y a la resolución de ciertos problemas que requieren claridad por parte del escritor (Cassany, 1999). El modelo en mención tiene en cuenta la generación de ideas, la organización de las mismas y su transcripción al texto (Cassany, 1999; Álvarez & Ramírez, 2006), lo que corresponde a los tres procesos básicos de la composición escrita: planificación (el escritor establece los objetivos que pretende alcanzar, genera ideas, recupera y organiza los datos almacenados en su memoria), traducción (el escritor elabora una posible forma verbal para expresar el contenido recuperado en la etapa anterior y lo materializa teniendo en cuenta normas lingüísticas, retóricas y pragmáticas) y revisión (identifica los problemas y logros del escrito). El proceso descrito anteriormente, permite tomar conciencia de los diferentes factores que desencadenan las operaciones mentales que orientan esta actividad: planificar, recuperar ideas de la memoria, establecer inferencias, crear conceptos y resolver problemas entre otras. (Álvarez, 2008). Además, cabe resaltar que las fases de planificación, traducción y revisión, se caracterizan por ser de carácter recursivo y se interrelacionan con los conocimientos del mundo y del lenguaje que posee el escritor. Otro elemento significativo reside en plantear que la escritura se caracteriza tanto por los propósitos, las estrategias, los planes y los objetivos como por los recursos discursivos del lenguaje escrito (Álvarez & Ramírez, 2006). Todo lo anterior hace de este prototipo, un modelo de construcción de escritos bastante completo y consistente, de forma tal que se ha hecho referente obligatorio a tener en cuenta en el desarrollo del proceso de composición escrita. John R. Hayes, 1996 (citado por Tolchinsky & Simo, 2001), en su “modelo general”, complementa la propuesta presentada en el modelo que propuso con 63 Linda Flower. Aquí mantiene básicamente los procesos descritos en el anterior pero amplia el último de ellos (revisión) y lo denomina interpretación textual. Con esto sugiere que durante esta fase no solo se identifiquen los logros y problemas del escrito, sino que se lleve a cabo la evaluación y la reescritura del mismo. De igual forma, incorpora al proceso el componente actitudinal, mediante el cual se favorece la integración de aspectos socioculturales, cognitivos y emocionales: la memoria de trabajo (MT), la motivación, los procesos cognitivos de interpretación y reflexión, la interrelación entre contexto social y contexto físico con éstos y elementos motivacionales. Igualmente resalta la función mediadora y de instrumentalización que se realiza a través de la memoria de trabajo (MT) y la memoria a largo plazo (MPL), en donde se almacenan los conocimientos previos que permiten que el escritor mantenga una interrelación constante con el lector (Cassany, 1999; Álvarez & Ramírez, 2006; Díaz & Hernández, 2010). En la misma línea, el modelo de expertos y novatos, conocido también como decir el conocimiento (DC) y transformar el conocimiento (TC), propuesto por Bereiter & Scardamalia, 1982-1987 (citados por Díaz & Hernández, 2010; Scardamalia & Bereiter, 1992; Cassany, 1999). Decir el conocimiento corresponde a escribir lo que se piensa o está pensando, mientras que transformar el cocimiento requiere planearlo, organizarlo, elaborarlo, ajustarlo a las necesidades del lector. El modelo en mención alude a procesos cognitivos y metacognitivos (Álvarez, 2008), que realiza un escritor experto por un lado y un escritor novato por el otro, asociados a los subprocesos de planificación, traducción y revisión que señalaron los autores anteriores. De esta forma, hacen notar que la diferencia en la dinámica que llevan a cabo los unos y los otros en la composición de sus escritos radica en la forma como presentan su conocimiento en el texto y cómo los expertos llegan a transformarlo durante el proceso de escritura (Atorresi, 2010; Díaz & Hernández, 2010). 64 La divergencia más notoria entre escritores novatos y escritores expertos, se advierte en el proceso de revisión. Al respecto Cassany (1993), reflexiona sobre las acciones que llevan a cabo tanto los unos como los otros de la siguiente forma: Los expertos leen y releen sus producciones más veces de lo que lo hacen los aprendices; los expertos mejoran el texto globalmente mientras que los aprendices corrigen errores, pulen la prosa, revisan pero su atención se dirige a palabras sueltas u oraciones aisladas; los expertos afectan fragmentos extensos, ideas principales, refuerzan el texto con más rigor y frecuencia, atienden a aspectos de contenido y de forma, usan la revisión para mejorar el texto globalmente: comparan, identifican problemas, deciden cómo revisar el texto etc. Los novatos por su parte, avanzan palabra por palabra, revisan al mismo tiempo que leen, tachan palabras, hacen cambios locales. (pp. 14-20) El modelo decir el conocimiento (knowing telling), propio de los escritores novatos, explica que durante el proceso de composición el escritor solamente se enfoca en reproducir literalmente los datos que el recupera de su memoria (Cassany, 1999), contar lo que conoce tal como lo conoce. Es decir, reconstruye el tema mentalmente haciendo uso de los conocimientos previos que tiene almacenados en la MPL y como resultado de ello tan solo construye o se forma una idea sobre lo que cree que debe escribir. A partir de ello se dispara todo el conocimiento que el escritor tiene sobre el tema y sobre el tipo de texto (Atorresi, 2010), el cual plasma en su escrito sin ningún tipo de organización. El escritor inexperto se centra exclusivamente en el subproceso de traducción o textualización, proceso que fluye con naturalidad y cierto grado de coherencia y se da por finalizado hasta agotar la información que se tenía almacenada sobre el tema en cuestión. Visto desde la anterior perspectiva, los subprocesos de planificación y revisión son omitidos. Dentro de la categoría “escritores novatos o inexpertos” están los estudiantes para quienes es de fácil acceso el modelo mencionado por varias razones. En primera 65 medida, podemos hacer referencia a que, aparentemente, la recuperación del conocimiento que se almacena en la memoria es un proceso relativamente fácil; por lo tanto, la atención está centrada en transcribir esa información que se tiene almacenada y que, expresado así, fluye sin dificultad, como ya se había mencionado. En segundo lugar, el modelo está basado en el esquema y las habilidades propias de la producción oral (Díaz & Hernández, 2010). Una tercera razón, la de más peso probablemente, es que los maestros nos hemos encargado de hacer que los estudiantes se empoderen del mismo por ser quienes tomamos las decisiones en cuanto a temáticas, momentos y propósitos, etc. Somos los docentes quienes planteamos hacia la que los estudiantes deben dirigir los productos que escriben. Además de eso los evaluamos y corregimos bajo unos criterios que consideramos pertinentes sin ser compartidos con ellos y los regresamos sin ninguna clase de retroalimentación. En cuanto al modelo transformar el conocimiento (knowing transforming), propio de los escritores maduros o expertos, Cassany (1999), afirma que se caracteriza porque el autor toma conciencia de la diferencia que existe entre las ideas que ha recuperado y los requerimientos discursivos del contexto concreto en el que se escribe hacia la transformación de su conocimiento. Por su parte, Atorresi (2010), describe tal transformación como el resultado de la resolución de problemas de escritura producto de la interacción entre el espacio de contenido (tema y conocimiento sobre el tema) y en el espacio retórico (situación comunicativa, tipo de texto, intención, estilo, etc.), fruto del trabajo consciente, intencional y controlado que el escritor desarrolla durante la producción del texto. Por consiguiente, indica la misma autora, el proceso de composición escrita se describe como una actividad compleja dentro de la que se desarrollando los subprocesos descritos por Hayes y Flower: planificación, traducción y revisión de forma reflexiva y autorregulada, situación que, a diferencia de lo que sucede con los novatos, los procesos de planificar ideas y ponerlas en texto interactúan y lo 66 hacen de modo intencional, de acuerdo con un plan previamente establecido, un objetivo claro y un destinatario concreto. 2.3. Etapas y componentes de la producción de textos escritos Producir textos es un proceso que incluye distintas fases: generación de ideas, consulta a otras fuentes, selección y decisión, pretexto, revisión: fases que dan dependiendo de las circunstancias de la producción, de los propósitos y de la audiencia hacia quién van dirigidos los textos (Tolchinsky & Simo, 2001). Como se ha venido reiterando, la producción de un texto comprende el desarrollo de actividades previas y posteriores adyacentes a la misma. De modo general, podemos decir que la producción de textos comprende tres etapas o procesos que suceden en forma cíclica: planificación, textualización y revisión (Flower & Hayes 1986, citados por Díaz & Hernández, 2010), caracterizados porque van ligados, no va uno delante de otro, sino que pueden darse simultáneamente. La primera etapa, planificación del escrito, es la representación abstracta, pero detallada del texto que queremos escribir; el plan de escritura o plan jerarquizado de metas y submetas del producto escrito que queremos lograr. Corresponde a la formulación de objetivos, generación y selección de ideas, la elaboración de esquemas previos, la toma de decisiones sobre la organización del discurso, el análisis de las características de los posibles lectores y del contexto comunicativo, así como de la selección de estrategias propias de la planificación del texto (Bojacá & Pinilla, 1996). En este subproceso están involucrados cuatro aspectos, a saber: conocimiento del tópico, conocimiento sobre la organización del discurso, sensibilidad hacia las necesidades de los lectores y conocimiento estratégico de apoyo a la planificación (Díaz & Hernández, 2010). Flower et al., 1989 (citados por Cassany, 1999), señalan que existen tres tipos básicos de planificación: la dirigida por el contenido, la dirigida por el esquema y la constructivista. En las dos primeras se sigue fielmente el plan trazado, mientras que en la última, el autor 67 adapta y reelabora sus conocimientos. En síntesis, como lo señala Jolibert (1995), el aspecto fundamental del subproceso de planificación textual, sea cual sea la modalidad de ella, radica en considerar tanto el destinatario como el objetivo y la organización final del texto. La segunda etapa o subproceso, textualización, hace referencia a la realización del plan elaborado y la producción formal de frases coherentes y con sentido. Como lo admite Cassany (1999), se centra en la elaboración de productos lingüísticos a partir de representaciones interna. Es el acto mismo de poner por escrito lo que se ha previsto en el plan. Lo que se ha pensado se traduce en información lingüística, situación que implica tomar una serie de decisiones sobre la ortografía, la sintaxis y la estructura del discurso (Bojacá & Pinilla, 1996). Básicamente, durante este subproceso se consideran los procesos necesarios para “linearizar” el texto. Esa linearización se refiere a la progresión y conservación de la información a lo largo del texto: segmentación, anáforas, tiempos verbales, nexos, etc. (Jolibert, 1995), a través de explicaciones, proposiciones, códigos visuales; decisiones en cuanto a ortografía, puntuación, reglas gramaticales, sintaxis, procesos semánticos, etc. En concreto, se trata de transformar los planes e ideas surgidas durante el proceso de revisión en una secuencia lineal de prosa (Bronckart et al., 1985 citados por Cassany, 1999). Lo que implica que, como los subprocesos no se efectúan uno tras otro, a lo largo del proceso podemos revisar y mejorar la propuesta inicial. Finalmente, el subproceso de revisión considerado como el subproceso más importante de la composición y caracterizado por la relectura del texto durante su producción o cuando ha finalizado, está orientado a mejorar el producto desde el borrador o borradores que se han producido en el momento de la textualización. El objetivo fundamental de esas lecturas y relecturas, consiste en detectar, en caso de que se presenten inconsistencias, cuál es la razón de las mismas y, elegir una posible alternativa que permita la solución del problema. Lo anterior se lleva a 68 cabo aplicando el modelo comparar, diagnosticar y operar o corregir (C-D-O) (Scardamalia & Bereiter, 1992), actividades u operaciones que se producen durante toda la composición desde el mismo momento de la planificación. Este proceso está determinado, además, por la presencia de tareas concretas que surgen como producto de operaciones entre las cuales está la lectura atenta y compartida de lo escrito para detectar casos de incoherencia, vacíos u otros aspectos que necesiten ser mejorados (Bojacá & Pinilla, 1996), lo que demanda del autor “tener la capacidad para tomar distancia con respecto a sus propios escritos” (Jolibert, 1995, p. 37); hacer una lectura de los mismos de manera objetiva. La revisión, señala Cassany (1999), es una fase que se caracteriza por la presencia de procesos cognitivos que van desde la producción textual hasta la evaluación tanto del producto como del proceso desarrollado. Como lo explican los autores mencionados, los subprocesos de planificación, textualización y revisión contienen igual importancia que el autor, el lector y las variables sociales que condicionan el proceso de producción. Por lo tanto, el texto es una creación compartida entre los sujetos señalados. Un contexto que favorece la materialización del planteamiento anterior, se puede dar cuando en la clase se elaboran diferentes producciones escritas producto de las interacciones que se dan en su interior. Acciones como tales, permiten desarrollar la capacidad para escribir con responsabilidad, pensando en los efectos que el escrito producirá en los demás. En esa dinámica, los estudiantes son escritores y lectores al mismo tiempo, facilitando un contexto ideal para la escritura, en el que se logran niveles de autonomía favorables en la toma de decisiones de cómo solucionar problemas teniendo como horizonte la convicción firme de que la escritura es un hecho social y, como tal, contribuye, además, al desarrollo del pensamiento crítico (Díaz & Hernández, 2010). 69 2.4. La metacognición y las estrategias metacognitivas en la escritura El proceso de producción de un texto escrito requiere de la participación de varios elementos que atañen directamente al contexto y la situación que rodea al escritor, al igual que el control que éste tenga sobre la información de que dispone. Actualmente, la producción escrita se concibe como una actividad de construcción de significados que se estructura alrededor de un proceso cognitivo. Además, debe responder a ciertas condiciones que dan cuenta de las operaciones cognitivas que realizamos cuando nos enfrentamos a la tarea de escribir. (Lacón & De Hocevar, 2008; Hayes & Flower, 1980 citados por Díaz & Hernández, 2010), La metacognición surge gracias a la necesidad de construir un conocimiento sobre la cognición o actividad cognitiva, la forma cómo percibimos, comprendemos, aprendemos, recordamos y pensamos (Mateos, 2001). Es este entonces un proceso que nos permite reflexionar sobre aspectos que ya conocemos, sobre la manera cómo llegamos a construirlos. En pocas palabras, se trata de tomar conciencia de acciones que realizamos de manera mecánica. Flavell, reconocido y valorado por ser pionero en el campo de la metacognición, se refiere con ella al conocimiento que adquirimos sobre los contenidos y procesos de la memoria (conocimiento de los procesos cognitivos), definido como, para el caso, el “conocimiento que los estudiantes tienen de ellos mismos como escritores y como reguladores de su proceso de composición y de aprendizaje” (Camps & Milian 2000, p. 36). El término metacognición, señala Peronard, (2005), fue acuñado inicialmente por el psicólogo canadiense Jhon Flavell en el año de 1979. Explica que el autor partió de la idea piagetiana que sostiene que el desarrollo cognitivo no solo implica un aumento de la complejidad estructural del sistema cognitivo sino también del acceso consciente al mismo; al hecho de que un proceso mental, un 70 conocimiento, se refleja sobre sí mismo como sucede con la imagen que se refleja en un espejo. La misma autora la denomina “cognición de la cognición”. Es decir, el conocimiento que poseemos de nuestros conocimientos, de cómo realizamos los procesos cognitivos que suceden en nuestro interior e identificar los mecanismos que utilizamos y así, desempeñarnos de manera eficiente y eficaz frente a la realización de las tareas que impliquen la participación de la misma. En la misma dirección, cabe aclarar que “metacognición” viene de cognición, conocimiento (acción o efecto de conocer) y “meta”, que implica un sentido reflexivo sobre alguna actividad. Retomando a Flavel, Peronard (2005), explica que el uso de la palabra “metacognición”, significa, para él, un proceso mental, un conocimiento de sí mismo y de los procesos implicados en las acciones que realiza todo ser humano. Por ejemplo, en relación con la composición escrita que involucra el desarrollo de los tres subprocesos que ya se han mencionado, es necesario activar ciertas estrategias de reflexión constante. En otras palabras, volver sobre el escrito las veces que sean necesarias con el propósito de detectar, y estar preparados para afrontar problemas de tipo lexical o gramatical, de organización textual y de tipo temático que pueda aparecer más adelante. La acción de hacer revisiones a lo largo de los diferentes subprocesos de la composición escrita, favorece la posibilidad de aplicar estrategias metacognitivas que llevan al escritor a imprimir en sus escritos huellas de los avances y las posibles dificultades que se han presentado durante el proceso. Entre estas estrategias figuran la elaboración de esquemas, notas, borradores, tachado, correcciones, etc. (Díaz y Hernández, 2010), estrategias que todo escritor utiliza antes de obtener el producto final que llega a nuestras manos en las grandes obras y bestsellers. Disfrutamos de un trabajo terminado pero no del proceso que se llevó a cabo para llegar al mismo. 71 Como estamos acostumbrados a productos estéticos y bien elaborados, las publicaciones dan cuenta de ello, en el ámbito escolar no hemos preparado a nuestros estudiantes a utilizar estrategias como las señaladas en el párrafo anterior. Tales estrategias son descartadas porque, como lo anota Cassany (1999), se consideran, “sucias, feas y hasta vergonzosas para su autor”, hecho por el cual no son valoradas como elementos que permiten la solución de problemas y además tampoco se les otorga la importancia merecida como la clave fundamental de la calidad de un producto final determinado. Siguiendo a Cassany (1999) nuevamente, una de las razones que se argumentan del porqué de tal manera de pensar puede enraizarse debido a que en la escuela se acostumbra a exigir escritos presentados de manera impecable atendiendo a convenciones existentes en cuanto a dicho aspecto. Desde el anterior momento, se crea en los estudiantes la necesidad de elaborar escritos definitivos, sin borradores, los cuales presentan generalmente al momento de la evaluación académica. Desde dicho punto de vista, el mensaje que se entrega a los estudiantes es que la escritura es competencia exclusiva de los escritores profesionales, llevándolos a ver en ella un producto estático y finito. En ese orden de ideas, es importante hacerles notar que los lectores solo tenemos acceso a un producto final más no a los borradores ni a las producciones intermedias para desmitificar la idea equivocada que los textos publicados no tienen ni tuvieron versiones intermedias, y desechar prejuicios como, por ejemplo, pensar que, como lo expone Cassany (1999), la acción de corregir es incorrecta, que planificar o elaborar un texto es sinónimo de pérdida de tiempo, que la revisión solo sirve para enmendar algunos despistes y que el escrito se debe conseguir en una única versión escrita. Por todo lo anterior se hace necesario que escritores, tanto expertos como novatos, inicien sus prácticas escriturales desde la planificación de las mismas con base en una estrategia metodológica que corresponda a las habilidades y 72 procesos de la composición y experimenten un ejercicio que los acerque a un conocimiento metacognitivo y autorregulado, incluyendo actividades dirigidas a la reflexión sobre el proceso de composición: cuándo, dónde y en qué contextos comunicativos se desarrolla (Díaz & Hernández, 2010). Visto de esta forma, es claro que, como lo afirman Lacón & De Hocevar (2008), las estrategias metacognitivas son susceptibles de ejercitación, aprendizaje y conceptualización que permitan regular, modificar o corregir los procedimientos que entran en juego en la escritura, como también, para evaluar los productos de esta actividad. 2.5. El texto expositivo-explicativo Para comenzar, es importante aclarar que existe cierta ambigüedad o inexactitud en cuanto a si se trata de texto expositivo o de texto explicativo, ya que según lo mencionan Bassols & Torrent, (1997, p. 71), los verbos “explicar” y “exponer” expresan conceptos en estrecha relación y se han utilizado para referirse a una misma clase de texto. En la misma medida, para autores entre como Jean Michel Adam (1992), “exponer” equivale a informar con una intención de transmitir unos datos de manera organizada y jerárquica, mientras que “explicar” parte de una base expositiva o informativa con finalidad demostrativa. Otros autores, consideran que los textos expositivos incluyen tanto los textos informativos como los explicativos. En la misma medida, J.F. Halté (citado por Camps & Colomer 2003), afirma que la diferencia entre los textos explicativos y los informativos radica en que mientras que en el primero lo importante es el contenido por sobre la situación de comunicación, en el segundo prima o se prioriza la situación comunicativa en la que un emisor que posee el saber lo hace asequible un receptor que no lo posee. Al respecto, Adam (1992), sustenta la existencia de cinco tipos de texto que denomina prototipos de secuencias de base, entre las cuales se encuentra el de la clase explicativa, cuyo propósito fundamental es exponer cierta información de manera clara y precisa para hacer comprender el porqué de las cosas o fenómenos que no comprendemos. Por tales razones, en 73 este trabajo se utilizan frecuentemente los términos explicativo o expositivo sin detrimento del uno ni del otro. En la construcción de un panorama general sobre el texto explicativo, es necesario hacer énfasis en aspectos fundamentales que favorezcan la unificación de una concepción que oriente la presente investigación, en relación con la dinámica que se propone para llevar a los estudiantes a una práctica contextualizada en su proceso de producción de escritos. De allí, que se toman los aportes brindados por Adam (1992), Sánchez (1995-1997), Álvarez (1996), Alcoba (1999) y Díaz & Hernández (1999) entre otros. 2.5.1. Hacia una definición del texto explicativo Desde párrafos anteriores, se ha venido insistiendo en que el término “explicación”, es sinónimo de enseñar, informar, justificar, dar instrucciones, establecer causas y razones, fundamentar, comprender, describir, caracterizar y definir (Atorresi & Zamudio, 2014). De ahí que una de sus características fundamentales sea la heterogeneidad textual, es decir, la concurrencia de diferentes tipos de secuencias en él: narración, descripción, argumentación (Alcoba, 1999). En los textos explicativos, podemos encontrar no sólo información sino elementos característicos de estas otras tipologías textuales que pueden dificultar la tarea de establecer la estructura predominante. No obstante, es relevante considerar como característica de la explicación un tono neutro y objetivo ya que en ella no hay intención de persuadir, como sí sucede en los textos argumentativos, sino de facilitar la comprensión de un tema difícil, complejo (Bassols & Torrent, 1997). Por lo tanto, tomando como referencia lo expuesto anteriormente, podemos definir este tipo de texto o secuencia, llámese “expositivo”, “explicativo” o “académico”, partiendo de que su propósito es exponer información, como un texto cuya finalidad es la de transmitir, exponer y explicar 74 información, por parte de quien conoce un tema, a quien o a quienes quieren saber sobre él (Álvarez & Álvarez, 2013). Por su parte, Bojacá & Pinilla (1996), afirman que: Un texto explicativo tiene como propósito hacer aclaraciones sobre un problema. Presenta en forma sistemática la dupla: afirmación / conclusión. Generalmente, la afirmación se relaciona con un problema sobre el cual hay consideraciones respecto a sus causas y consecuencias. La formulación de un problema lleva necesariamente al planteamiento de una solución que se ofrece como respuesta. Al final, por lo general, aparecen conclusiones que pretenden reafirmar o validar la solución sugerida. (p. 11) En consecuencia, explicar es un acto discursivo que permite ofrecer al receptor un tema cualquiera de forma clara y ordenada con un desarrollo progresivo y articulado de las ideas que contribuyen a su manifestación para facilitar la comprensión o el conocimiento (Alcoba, 1999), lo cual presupone la presencia de unas condiciones pragmáticas, que de acuerdo con Grize (citado por Adam,1992), entre las que se resalta, primero, que el fenómeno a explicar es incuestionable, porque lo que se pretende es constatar un hecho. Segundo, dicho fenómeno está incompleto para poder convencer al lector de que la pregunta a la que se trata de responder es verdadera. Tercero y último requerimiento, la persona que explica está en condiciones de hacerlo, porque posee las competencias cognitivas requeridas. Además de ser neutro y desinteresado. En consecuencia, las anteriores condiciones permiten afirmar que la estrategia explicativa posibilita al locutor tomar distancia y rechazar los puntos de vista subjetivos, de manera que puede presentarse como un observador imparcial de los hechos y explicarlos de forma clara y objetiva. 75 pueda 2.5.2. Subtipos o secuencias explicativas Tomando como punto de partida que las secuencias o tipologías textuales son principios organizadores o estructuras jerárquicas del discurso, es decir, la forma esquemática en la que se organiza el significado global de un texto (van Dijk, 1977; Kintsh, 1983, citados por Álvarez, 1996), para este tipo de escrito se propone una representación esquemática en la que se pueden identificar tres fases en su superestructura o esquema básico, desde la cual las proposiciones del texto se pretenden enlazar en busca de su significado. Sin embargo, vale la pena aclarar que no siempre se van a presentar las tres fases al mismo tiempo ni en el mismo orden que se describieron. Fase de pregunta o cuestionamiento, cuestionamientos que suscitan un tema complejo, resolutiva, presenta las explicaciones necesarias para esclarecer la(s) pregunta(s) y conclusiva, resume el tema explicado y entendido (Bassols & Torrent, 1997). A continuación se muestra el esquema, propuesto por Adam (1992), Esquema 1: Representación de la superestructura de los textos explicativos Fase de pregunta (Problema) ¿Por qué? / ¿Cómo? + Fase resolutiva (Resolución) (Porque) + Fase de conclusión (Conclusión) (Conclusión /evaluación) Fuente: Adam, 1992 Más concretamente, la primera fase que corresponde a la pregunta o cuestionamiento, presenta el planteamiento del tema; la segunda concierne a la presentación o desarrollo de las explicaciones y, la tercera de ellas, busca garantizar la comprensión del tema (Alcoba 1999). Como los textos explicativos no responden a una superestructura común, es posible distinguir varios subtipos o maneras básicas de organizar el discurso. Estas corresponden a estrategias discursivas usadas en el esquema problemático según la intencionalidad que en 76 ellos predomine o también a técnicas explicativas que utiliza el autor. En atención al propósito señalado anteriormente, varios expertos proponen diferentes clasificaciones. Entre ellas, se hará referenciar el modelo que plantea Jean Michel Adam a partir del esquema explicativo formulado por Grize en el año 1981. Este esquema está definido con base a la secuencia prototípica del texto explicativo: la dupla problema- solución. Esquema 2. Modelo prototípico de la explicación de la información Secuencia explicativa prototípica: 0. Macroproposición explicativa 0: esquema Inicial 1. Macroproposición explicativa 1: Problema o pregunta (¿Por qué?/ ¿cómo?) 2. Macroproposición explicativa 2: Explicación / Respuesta (Porque) 3. Macroproposición explicativa 3: Conclusión - Evaluación Fuente: Adam, 1992 La secuencia explicativa, de acuerdo con el esquema presentado anteriormente, se organiza básicamente en torno la estructura de problema-solución; es decir, el planteamiento de una pregunta o presentación de un problema determinado seguido de la(s) posible(s) solución(es) existentes para su resolución (Díaz y otro, 1999). El problema se expresa de manera explícita o implícita y la solución, que corresponde a la explicación propiamente dicha, depende del conocimiento que el emisor posea en el momento del desarrollo de la explicación. Desde otros puntos de vista, en la secuencia explicativa, a pesar de que del modo ya señalado, se identifica por la relación problema-solución, así mismo se pueden hallar otras como causa-consecuencia, comparación-contraste, definicióndescripción, clasificación (Sánchez, 1995-1997; Díaz & Hernández, 1999; Álvarez & Álvarez, 2013). Un elemento que caracteriza a los subtipos o secuencias 77 explicativas es el uso de conectores, expresiones o señales propias de cada uno, las cuales cumplen unas funciones de relación determinadas por la intención del escritor. Algunos de esos nexos o relacionantes se encuentran discriminados en la tabla que se muestra a continuación, construida a partir de los elementos que han aportado los autores mencionados: Tabla 2: Secuencias explicativas Secuencia expositiva Función Señales o palabras clave Respuesta o problemasolución. Ordena la información de un texto en torno a dos categorías básicas: problema y solución. un problema que debe resolverse es…, las soluciones que proponemos para…, las medidas que deben tomarse para…, la pregunta central es…, la(s) solución(es)…, la(s) respuesta(s)…, una dificultad…, etc. Causativa o causal (causa-consecuencia) Contiene dos categorías, causa-efecto o antecedenteconsecuente. Los antecedentes o causas son una condición necesaria y suficiente para que aparezcan las consecuencias. Comparar y/o contrastar semejanzas y diferencias entre dos o más temas. la causa principal es…, por esta razón…, la consecuencia es…, un efecto es…, la causa fundamental es…, la explicación…, etc. Comparativa-adversativa (comparación) Colección o descripción. Determinar rasgos, atributos o características o propiedades particulares de un tema específico. a diferencia de…,una medida inadecuada…, mientras que…, desde un punto de vista, desde otro punto de vista…, se asemejan…, se distinguen …, es similar a…, etc. en primer término…, un primer grupo…, en segundo lugar…, otra clase…, hay varios(as)… que…etc. Fuente: elaboración propia inspirada en Díaz & Hernández (1999) Igualmente y, adicional al uso de dichos elementos relacionantes, los textos explicativos o expositivos se caracterizan por la presencia de estrategias discursivas, procedimientos verbales o técnicas explicativas a las que el escritor 78 puede recurrir para construir con éxito sus escritos. La tabla que se presenta a continuación, es el producto de una síntesis de dichas estrategias, que muestra de manera más clara y puntual en qué consiste cada una de ellas. Tabla 3: Estrategias o procedimientos verbales de los textos explicativos Estrategia / Definición procedimiento Definición Delimita el problema asignando unos atributos al tema. En palabras de Álvarez (2010), implica la delimitación de una categoría con respecto a otras. Descripción Proporciona conocimientos de un objeto o de un fenómeno por los accidentes que le son propios y que lo determinan con relación a otros. Están implicados conceptos como estructura, morfología, procedimiento, sistema, etc. Busca favorecer la comprensión de conceptos que se formulan de Ejemplificación manera abstracta. Clasificación Permite ordenar y sistematizar la información. Consiste en dividir el conjunto en clases, identificando las relaciones y grados de los elementos con respecto al todo. Se trata de un esquema o subtipo muy común en los textos que persiguen exponer y explicar información. Analogía Es el procedimiento de aclaración o ilustración que se construye poniendo en relación un concepto o un conjunto de conceptos con otros de distinto campo. Reformulación Se utiliza para aclarar una información cuya formulación resulte poco comprensible al lector. La reformulación consiste en decir lo mismo con palabras más fáciles de entender. Para conseguirlo se vale de expresiones como: o sea, es decir, esto es, en otras palabras, dicho de otra manera, etc. Fuente: elaboración propia inspirada en Álvarez & Ramírez (2010) 79 2.5.3. Elementos paratextuales y visuales de la secuencia explicativa Aparte de los procedimientos discursivos descritos anteriormente, en los textos de secuencia expositivo-explicativa, es común apreciar la presencia de códigos o signos visuales que se denominan elementos paratextuales. La función que desempeñan dichas formas de expresión, tanto por su variedad como por su abundancia, es la de aclarar dudas con respecto a situaciones que no han quedado muy claras o que requieren formas diferentes para ser explicadas. Atorresi & Zamudio (2014), refiere que pueden estar a cargo del editor con intención de persuadir o atraer la atención del público con fines de comercialización, o del autor cuyo propósito se centra en la explicación de un fenómeno acudiendo al conocimiento que tiene sobre las competencias lectoras del público a quien se dirige. Los elementos paratextuales ofrecen al escritor recursos tipográficos que favorecen la organización interna de texto y las relaciones intertextuales. Dentro de estos recursos podemos citar tipo de letra, guiones, números, control de márgenes, jerarquización de elementos, ilustraciones, índices, citas, comillas, uso de paréntesis, etc. (Álvarez & Ramírez, 2010). Según los anteriores autores, el tipo de letra destaca una información de otra. Guiones, números y letras, enumeran hechos o elementos. Ilustraciones, muestran nuevas formas de representación mental de un fenómeno. Índices y citas, hacen visible la intertextualidad de la temática tratada. Comillas y subrayado, ponen de relieve las unidades conceptuales. Finalmente, los paréntesis aclaran, fortalecen y/o precisan la información. Además, entre los recursos por parte del editor, están aquellos que podemos encontrar en solapas, tapas, sellos de colección, etc. De todos los elementos paratextuales relacionados anteriormente, la representación gráfica es el procedimiento que se utiliza con mayor frecuencia en el ámbito, del cual forman parte las redes, los diagramas, los mapas y los planos. 80 En este grupo de textos, elementos paratextuales como cuadros, figuras, esquemas, gráficas, hidrogramas, mapas, vistas panorámicas, climogramas, perfiles longitudinales, tablas comparativas, fotografías, láminas, mapas conceptuales, ejes cronológicos, pirámides de población, etc.( Álvarez, 1996), son igualmente importantes por el papel que pueden representar en el proceso de comprensión de dichos escritos. 2.5.4. Estructuras gramaticales de los textos expositivos-explicativos Llegado a este punto, queda por referir que el tiempo verbal típico de los textos expositivos o explicativos, según los autores enunciados al inicio de este apartado, es el presente de indicativo, mediante el cual es posible vincular el enunciado al momento de enunciación (Bassols & Torrent, 1997), aunque, como a veces es necesario apoyar la información que se explica o desarrolla con sucesos o anécdotas, no es extraño encontrar distintos tiempos del pasado. A pesar de su objetividad, claridad y precisión, en estos textos pueden aparecer adjetivos y adverbios para precisar el objeto que se busca explicar. En el caso de los adjetivos, se admiten los calificativos especificativos o clasificativos, no valorativos. Recordemos nuevamente que el propósito o intención en esta clase de textos no es persuadir o transformar convicciones ni conductas, como apuntan las autoras relacionadas en el párrafo anterior, sino que aporta elementos para comprender el tema que se está abordando. Igualmente, aunque ya se ha señalado en otros momentos, es imprescindible el uso de conectores, conjunciones o formas de relacionar diferentes enunciados, así como terminología específica de la temática desarrollada en el texto. 81 2.5.5. Características pragmáticas de los textos expositivos-explicativos En términos generales, como lo definen Bassols & Torrent (1997), la explicación es un género que tiene como características principales la precisión y la claridad. De allí se derivan tres aspectos principales: en cuanto al propósito, el destinatario y el canal. El primero de ellos, el propósito de esta clase de escritos nos conducen a la elaboración de textos objetivos y ordenados, como ya se ha explicado, en los cuales no se deben utilizar expresiones del propio punto de vista. Es esa la razón de la ausencia de aras referidas a la primera persona. En relación con el destinatario, como adopta un tono neutro y cierto grado de informalidad, es conveniente tener en consideración el tipo de público que puede leer estos textos. Es decir, el escrito debe tomar en cuenta el conocimiento y preparación académica del destinatario. La explicación que se otorgue de un fenómeno determinado está condicionada a experticia de su auditorio. Finalmente, señalan las autoras, en cuanto al canal, la modalidad escrita de la explicación requiere de mucha más claridad de la que requiere la modalidad oral. Por lo tanto, la importancia del estilo en el que se redactan este tipo de textos: evitar redundancias, por ejemplo, o repeticiones innecesarias, máximo teniendo en cuenta que estos textos son propios de tratados científicos y de libros de texto, principalmente. 2.6. Estrategias para la producción de textos escritos Talleres pedagógicos, secuencias didácticas y proyectos de aula implementados en un contexto escolar, son algunas estrategias que benefician el proceso de comunicación escrita de textos. Cada una de estas formas trae consigo otras estrategias que garantizan el éxito de la propuesta a desarrollar. Entre las estrategias señaladas, se hará referencia a la segunda de ellas: la secuencia didáctica. Esta estrategia permite generar un plan de trabajo organizado en forma de actividades secuenciadas, articuladas 82 orientadas a una finalidad que está enmarcada en la necesidad de escribir dentro de contextos reales de comunicación con el propósito de hacer algo que interesa, aprender a hacerlo y aprender sobre lo que se hace con la ayuda de diversos instrumentos (Abbagnano & Visalberghi, 1999 citados por Camps & Colomer, 2003; Camps & Milian, 2000; Vila et al. 2005). Todo lo anterior se desarrolla mediante la realización de los subprocesos de la escritura: preparación, ejecución y evaluación o revisión (Flower & Hayes, 1981 citados por Camps & Milian, 2000), desde los cuales se explicitan procesos de reflexión, interiorización y dominio de textos producidos mediante la integración de habilidades cognitivas y metacognitivas que controlan el proceso del desarrollo de las mismas (Camps & Colomer, 2003; Álvarez & Ramírez, 2010), hacia el logro de los objetivos propuestos. La secuencia didáctica (SD), herramienta de carácter flexible, permite orientar y facilitar el desarrollo didáctico y pedagógico de las actividades en cualquier disciplina académica y adaptarlas a los diferentes ritmos de trabajo de los estudiantes, sus intereses, el contexto escolar y las necesidades de enseñanza de los docentes. Además, como lo señala Camps (citada por Camps & Milian 2000, p. 32) “el modelo de SD permite observar la toma de conciencia sobre el lenguaje y sobre los procedimientos que requiere su uso en una situación discursiva concreta”. Tales acciones requieren de la acción del docente como mediador del proceso, la colaboración entre estudiantes y los instrumentos que se utilizan durante la actividad. Estos instrumentos forman parte de un proceso de evaluación formativa dentro de la cual se viven situaciones en la que interactúan los diferentes protagonistas del proceso de enseñanza y de aprendizaje (profesor, estudiante, instrumentos) para facilitar la construcción de conocimiento. En esta interacción, el docente está dispuesto a ayudar a los estudiantes en el momento exacto en el que se presenten dificultades y corregirlas a tiempo (Camps & Milian, 2000). 83 Los beneficios que se pueden alcanzar a través de la SD, como consta en los párrafos anteriores, se encuentran en relación directa con sus características. A continuación se muestra una síntesis de ellas a partir de las presentadas por Camps (citada por Camps & Milian, 2000, p. 138): El desarrollo de unos objetivos de aprendizaje específicos relacionados con un género discursivo; en este caso en concreto, el texto explicativo. Inserción de las tareas de redacción en situaciones comunicativas reales: elaboración de una cartilla sobre el tema que los estudiantes escojan. Promover situaciones interactivas durante el proceso de redacción: lecturas de los textos producidos por los estudiantes, revisiones, etc. Brindar a los estudiantes modelos de escritura para el reconocimiento y la toma de conciencia sobre las características que definen el género discursivo objeto de aprendizaje: fundamentación teórica mediante el acercamiento de los estudiantes a ejemplos auténticos escritos o visuales. Las características listadas anteriormente, son propias de tres momentos concretos en el desarrollo de la anterior estrategia: planificación o preparación, realización o ejecución y evaluación o revisión. Preparación: El primer momento representa el punto de partida que inicia en la presentación de la propuesta didáctica a implementar. En esta parte se favorece un primer contacto del docente con los estudiantes con el fin de llegar a acuerdos en relación con los objetivos de la propuesta (de comunicación y de aprendizaje), la dinámica de trabajo (criterios para el control y reorientación de la dinámica propuesta), el tipo de texto que se desea hacer objeto de enseñanza y de escritura, las actividades que se van a desarrollar, el producto al cual se desea llegar para enmarcar la actividad en contextos reales, etc. Es decir, “una primera 84 representación de la tarea” (Camps & Milian 2000, p.139) que busque comprometer a los estudiantes con el desarrollo de la misma. Ejecución: Como se mencionó anteriormente, la secuencia didáctica persigue metas en dos sentidos: escribir para contextos reales (escribir con un propósito comunicativo) y escribir para aprender (aprender a elaborar textos y a la vez acercarse a las características del tipo de textual que será objeto de atención). El primer objetivo se alcanza al establecer y materializar un producto final que va a ser el que permitirá centrar todas las prácticas o intentos de construcción de escritos con los estudiantes y alrededor del mismo se logra al construir la teoría necesaria para consolidar conocimientos sobre el tipo de texto: características lingüísticas, pragmáticas, sintácticas, gramaticales, etc. Este momento favorece la interacción no solo entre los protagonistas del proceso sino con el objeto de aprendizaje y el desarrollo de las tareas o actividades que buscan el alcance del propósito u objetivo central de la estrategia. De la etapa presente y la dinámica con la que se desarrolle los estudiantes toman conciencia sobre el lenguaje y los procedimientos que requiere su uso en situaciones discursivas concretas (Camps, 2000 citada por Camps & Milian, 2000). Evaluación o Revisión: La evaluación, expresan las autoras mencionadas, es un proceso que se realiza durante todo el transcurso de la propuesta, el cual comienza desde que se explicita la tarea que se va a desarrollar llevando a cabo operaciones como leer, releer, comparar, corregir, adecuar, etc. hasta que, finalmente, se logra el producto deseado. En el contexto de la evaluación formativa, esta última fase, inherente al proceso tanto de la composición como del aprendizaje de los elementos que constituyen el texto. En esta sentido, se distinguen dos finalidades específicas. La 85 primera de ellas, alcanzar unos objetivos comunicativos; es decir, el propósito del texto o el producto al cual se apunta desde el momento de la planeación (elaborar una cartilla, un periódico, un libro, etc.) La segunda, unos objetivos de aprendizaje (características formales y condiciones de uso del tipo de texto que hay que escribir ya sea narrativo, argumentativo, expositivo-explicativo, etc.). Para alcanzar los fines descritos se realizan tres acciones concretas, En primer lugar, el (la) docente elabora un diagnóstico sobre lo que saben los estudiantes a partir de preguntas, ejercicios de lectura y/o escritura, pruebas, etc. En segundo lugar, se privilegia la interacción en grupo y la resolución de tareas parciales que aportan información en relación con dificultades que se puedan estar presentando a través la creación y aplicación de instrumentos, como pautas de valoración, modelos para comparar, comentarios evaluativos por parte de los compañeros y del profesor. Las acciones puntualizadas permiten corroborar el diagnóstico hecho por el (la) docente y hacer un balance de lo que se ha aprendido. De igual forma, ayudar a que los estudiantes tomen conciencia de su aprendizaje y de las dificultades que tienen y busquen caminos para resolverlas. Por último, tomar conciencia de lo que se ha hecho, situación que contribuye a la recuperación metacognitiva de los procedimientos seguidos, los resultados logrados tanto por parte de los estudiantes como del docente y de los conceptos utilizados (Camps & Colomer, 2003). 86 3. REFERENTES METODOLÓGICOS DE LA INVESTIGACIÓN Este capítulo está estructurado alrededor de los aspectos metodológicos que orientaron la investigación. Inicia especificando tanto el paradigma como enfoque y el diseño metodológico acogidos para su desarrollo. Más adelante describe las fases o etapas que se desarrollaron y los instrumentos que se utilizaron para la recolección de la información. De igual forma, se presenta una caracterización sociocultural, académica y procesual del grupo con el que se llevó a cabo la propuesta de intervención, las estrategias didácticas y la manera como se desarrolló: una síntesis de las fases de las SD implementadas. 3.1. Paradigma, enfoque y diseño de la investigación Para empezar, un paradigma es el marco metodológico y teórico que el investigador utiliza para interpretar los fenómenos sociales al interior de una sociedad (Vasilachis, 1992 citada por Vasilachis, 2006). En consecuencia, la investigación tomó como base lineamientos propios del paradigma interpretativo cuyo fundamento es la necesidad de comprender, desde el punto de vista de los participantes, las acciones sociales que se encuentran inmersas en el contexto del mundo y de la vida (Vasilachis, 2006). En otras palabras, busca describir y comprender una realidad o un fenómeno en el que el agente principal es el ser humano, al igual que el contexto en el cual está inserto. El investigador cualitativo describe y esclarece la realidad que interpreta centrándose en la comprensión, el significado de la palabra y de la acción en el sentido que se expresa en el lenguaje. La interpretación que surge de dicho análisis depende en gran medida del contexto y de la relación investigador-participante de la cual nace una teoría generada a partir de los supuestos que éstos últimos explicitan. El papel del investigador es el de estar inmerso, compenetrarse en la realidad que observa para poder comprender el mundo estudiado. De esta forma, es posible 87 acceder a una realidad simbólicamente estructurada (Vasilachis, 1992 citada por Vasilachis, 2006). Para tal evento, es necesario que el investigador, como ya se ha mencionado, se involucre directamente con la realidad que desea estudiar y acceda a los significados que se construyen en el interior de la misma a través de la comunicación. En la misma línea, en razón a que este paradigma es propio de los métodos cualitativos que se adaptan a las realidades estudiadas y utiliza métodos cualitativos para describir el entorno que se está estudiando, en esta investigación se asumió el enfoque cualitativo, como marco que permitió su desarrollo. Dentro de las razones que llevaron a tomar dicha decisión, se puede señalar, en primer lugar, que dicho enfoque o forma de investigación busca describir sucesos complejos en su medio natural, utilizando información cualitativa de preferencia. En segundo lugar, cabe mencionar las características de este enfoque, dentro de las cuales está la forma como se recogen los datos, pues es ahí donde se registra la diferencia más álgida en relación con la investigación cuantitativa. La recogida de datos no se lleva a cabo a partir de la medición numérica o métodos estandarizados, al contrario de lo que sucede con el enfoque cuantitativo, sino que ellos dependen de distintos tipos de conversaciones y observaciones que se dan al interior de la situación, fenómeno u objeto estudiado (Hernández et al. 2008). Por lo tanto, para su presentación se prioriza la narración por sobre el análisis estadístico (Mcmillan & Schumacher, 2005, p. 440). Además, éstos son el producto tanto de las perspectivas y puntos de vista de los participantes: sus emociones, experiencias, significados, etc. como de las interacciones entre individuos, grupos y colectividades, datos que se pueden recoger gracias a estrategias comunes en este estilo de investigación: la observación participante, las entrevistas en profundidad y la selección de artefactos o instrumentos para recoger los datos (Hernández et al., 2008). 88 Continuando con las características del enfoque cualitativo, que son muchas y muy significativas, es pertinente resaltar que el proceso de indagación es flexible, no se prueban hipótesis, más bien se generan durante el proceso, no busca hacer generalizaciones ni obtener muestras representativas, tampoco se sigue un proceso pre-establecido, estricto o lineal. Si bien es cierto que existen unas etapas, las cuales deberían desarrollarse en un orden específico, con frecuencia es necesario regresar a etapas previas. Adicionalmente a lo descrito, es relevante tener presente que no hay manipulación ni estimulación con respecto a la realidad (Hernández et al., 2008). En síntesis, tomando como referencia la propuesta presentada por Grinnell, (1997) citado por los autores señalados anteriormente, las características del enfoque cualitativo pueden resumirse en las que se presentan a continuación: a. Lleva a cabo observación y evaluación de los fenómenos. b. Establece suposiciones o ideas como consecuencia de esa observación y evaluación. c. Demuestran en qué grado dicha observación y evaluación tiene fundamento. d. Revisan dichas suposiciones o ideas sobre la base de pruebas o análisis e. Proponen nuevas observaciones y evaluaciones para esclarecer, modificar y fundamentar dichas suposiciones o para generar otras. En conclusión, y permaneciendo con el mismo autor, la investigación cualitativa proporciona profundidad a los datos, dispersión, riqueza interpretativa, contextualización del ambiente o entorno, detalles y experiencias únicas. También aporta un punto de vista, como el mismo autor lo plantea, “fresco, natural y holístico" de los fenómenos como por ejemplo la flexibilidad. En cuanto al diseño metodológico, encadenado a los planteamientos presentados anteriormente, se acoge la investigación-acción (IA) en razón a que en sus 89 señalamientos se materializan los demás referentes relacionados con el diseño de la investigación. La expresión “investigación-acción” se refiere a un modelo que implica una espiral de ciclos, indicando el carácter cíclico la misma, entre los que están: indicar una idea general, reconocer la situación, efectuar una planificación general, desarrollar la primera fase de acción, implementarla, evaluarla y revisar el plan (Elliot, 2000). La IA, se refiere a la reflexión relacionada con el diagnóstico del cual parte la investigación, porque analiza las acciones humanas, las situaciones sociales experimentadas por los profesores y se relaciona con los problemas que se experimentan en todo el campo de la educación. El objetivo fundamental de la IA, como lo definen Elliot (2000) y Hernández et al. (2008), consiste en resolver problemas que se presentan en la cotidianidad de la experiencia educativa y mejorar prácticas concretas en vez de generar conocimientos. Tal propósito se refleja tanto en los resultados como en las cualidades de la dinámica en la escuela. Su propósito, continúan argumentando Hernández et al., es aportar información que guíe la toma de decisiones para programas, procesos y reformas estructurales. También pretende propiciar un cambio social, transformar la realidad y que las personas tomen conciencia del papel que representan en ese proceso de transformación. La investigación-acción (IA) se caracteriza por estudiar una situación social con miras a mejorar la calidad de la acción dentro de ella, se lleva a cabo, como ya se mencionó, un proceso en espiral de ciclos sucesivos que incluyen el diagnóstico, la planificación, la acción, la observación y la reflexión-evaluación dando paso a nuevas observaciones y reflexiones, como forma de indagación autorreflexiva que emprenden los participantes en situaciones sociales y educativas (Elliot, 1991, citado por Hernández et al., 2008). Es decir que como la IA tiene un carácter cíclico, el investigador investiga y e interviene a la vez en el proceso de investigación. De allí la presencia de un marco referencial interpretativo. En este mismo contexto, Stringer (citado por Hernández et al. 2008) resalta la IA porque reúne características que la llevan a ser democrática, equitativa, liberadora 90 contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de los participantes. Por tales factores, la IA es considera como el diseño de investigación más pertinente en el campo de la educación, si se pretende que todo lo descrito pueda llegar a ser una realidad dentro de la escuela con nuestros estudiantes y así cualificar nuestras prácticas pedagógicas. 3.2. Descripción de la población objeto de estudio El grupo de estudiantes con quienes se llevó a cabo esta investigación y a quienes benefició, son estudiantes del curso 902, conformado por una población mixta de adolescentes, cuyas edades oscilan entre 13 y 19 años. Estos jóvenes - 38 en total-, proceden de familias de los alrededores del colegio que pertenecen a los estratos socioeconómicos 1 y 2, cuyo núcleo familiar, según encuesta aplicada a los estudiantes, aún está conformado, en algunos casos, por los padres (mamá y papá), los hermanos y abuelos. A pesar de lo anterior, el contexto socio-cultural del cual proceden, se caracteriza por una problemática social bastante compleja: maltrato infantil, alcoholismo, drogadicción, organización de pandillas, madres solteras, familias disfuncionales, analfabetismo, trabajo infantil, desempleo, embarazos y maternidad en adolescentes, deficiencias nutricionales, bajo desarrollo de las habilidades comunicativas y poco manejo de los conflictos. (PEI, p.14) En cuanto a las características de los estudiantes del ciclo IV (SED, 2010), al cual pertenece el grupo mencionado, requieren una gran cantidad de información sobre eventos y fenómenos concretos que les permita plantear hipótesis y argumentarlas de manera coherente; igualmente necesitan ampliar sus conocimientos sobre el mundo del lenguaje y de la ciencia, espacios de trabajo en grupo o en equipo en donde se estimule el liderazgo, el establecimiento de normas de comportamiento grupal e individual, la investigación y la consulta sobre la solución de problemas que demanden ideas originales y soluciones prácticas a partir de desarrollos y 91 acciones interdisciplinares que contribuyan en su orientación vocacional (PEI, p. 70). Gracias a esta caracterización, se concluye que se encuentran atravesando por una etapa clave para la consolidación de su desarrollo, emocional, cognitivo y social y al igual que sucede con la mayoría de los estudiantes, sin importar el ciclo y/o la edad en la que se encuentren. Están constantemente bajo la influencia de los nuevos avances tecnológicos y de los medios de comunicación como las redes sociales, el chat, el Messenger, etc. (SED, 2010). Las aulas de clase son testigo de dicha situación puesto que es común y normal el uso de celulares de última tecnología desde los cuales los estudiantes se están enviando mensajes continuamente, navegando en internet, chateando, etc. hecho que podría ser ventajoso en aras del fortalecimiento de distintos canales de comunicación como medio de expresión verbal ya sea oral o escrita. El planteamiento anterior demuestra que nuestros jóvenes poseen unas formas específicas de configuración de sus representaciones mentales, unos modos propios de lenguaje y de pensamiento que a veces los hace distantes de una escuela caracterizada por la homogeneidad, sistematicidad, coherencia, orden y secuencia únicas (SED, 2010). En efecto, al parecer sus expectativas no alcanzan a ser satisfechas por las dinámicas planteadas por la escuela, motivo por el cual dichas propuestas se ven truncadas por situaciones motivacionales que no favorecen su participación activa y consecuente en la actividad escolar. Esta actitud se ve reflejada en la falta de interés para involucrarse de lleno en el desarrollo de los procesos, la tendencia al facilismo que los conduce a desarrollar una actividad como un requisito para obtener una nota (cumplir), sin detenerse en las implicaciones que ameritan una tarea que se desarrolla de manera consciente ni reflexionar sobre la repercusión de las mismas en su vida profesional, social y familiar. 92 3.3. Etapas de la investigación Lo expuesto anteriormente en esta investigación surgió como resultado de la implementación de etapas o fases que se dieron al interior de tres procesos inherentes a la investigación-acción (IA): observar, pensar y actuar: 1. Detectar el problema de investigación, clarificarlo y diagnosticarlo. 2. Formulación de un plan o programa para resolver el problema o introducir el cambio. 3. Implementar el plan o programa y evaluar los resultados. (Hernández et al., 2005). 3.3.1. Detectar el problema de investigación, clarificarlo y diagnosticarlo El problema de investigación surgió de la inquietud de la docente-investigadora en relación con algunas deficiencias observadas en los estudiantes en cuanto a redacción de textos. La primera etapa de esta investigación, producto de una primera inmersión en el campo, se enfocó hacia la construcción de la lectura etnográfica del contexto (LEC), que se convirtió en el primer intento para concretar el problema. Una primera visión de la problemática se construyó a partir de la lectura y análisis de documentos oficiales e institucionales, acción seguida por encuestas aplicadas a estudiantes (cfr. Anexo 1), a docentes del ciclo (cfr. anexo 2) y observación, directa del grupo de alumnos en atención, durante el desarrollo de talleres de escritura (cfr. anexo 4).El propósito de dichos instrumentos, como se mencionó en el primer capítulo de este documento, fue el de realizar un primer acercamiento que permitiera establecer las prácticas de escritura que caracterizaban esta población, explorar conocimientos sobre tipología textual e igualmente observar, si se utilizaban, a qué tipo de estrategias para la producción de textos recurrían tanto los docentes como los estudiantes. De todos los anteriores registros ya se habló en capítulos anteriores. No obstante, es pertinente 93 recapitular en algunos aspectos, como por ejemplo, los talleres de producción textual. A este respecto, conviene tener presente que gracias a ellos se pudo evidenciar la presencia de vacíos en los escritos de los estudiantes no sólo en lo que respecta a forma y contenido, sino también al conocimiento que han logrado construir sobre tipología textual, procesos de escritura, de estrategias para redactar, entre otros aspectos. Un hecho que merece atención nuevamente, está referido a las encuestas aplicadas a docentes del ciclo, las cuales evidenciaron que existe interés constante por llevar a cabo diferentes prácticas de escritura con los estudiantes. Sin embargo, se observó que algunas de estas experiencias se desarrollan en un contexto carente de estrategias para la planificación, realización y revisión de los escritos, propias del proceso de escritura. Se elaboran escritos como resúmenes, ensayos, informes, etc. como lo aseveran los docentes, pero desde el momento de la presentación de la propuesta, se parte de consignas generales hacia la elaboración de un producto final cuyo destinatario es el docente. Los estudiantes cumplen con un requisito que solamente tiene una valoración numérica, del cual no reciben la retroalimentación necesaria que les permita evidenciar la existencia de un propósito real y comunicativo de la práctica realizada. En la misma medida, la revisión antecedentes investigativos tuvo gran incidencia en la concreción y clarificación del problema. La literatura inspeccionada correspondió a investigaciones y artículos originados en países Latino e Iberoamericanos. De ellas se resaltó la preocupación constante por el desarrollo de competencias escriturales para la formación académica de los seres humanos en cualquiera de las etapas de escolaridad y los obstáculos a los cuales se ve enfrentado dicho proceso. Entre ellos, la pobreza de conocimiento sobre los diferentes tipos de texto, hecho que se ve reflejado en textos collage, como lo menciona Adam, (1992). Por lo anterior, entre otros motivos, se hace relevante para esta investigación el trabajo con el texto expositivo –explicativo, como un 94 texto en el cual confluyen igualmente secuencias argumentativas, descriptivas, narrativas, etc. (Alcoba, 1999). Por otro lado, un número significativo de investigaciones denuncian la existencia de una concepción idílica y romántica de la escritura en la cual el hombre es el objeto de inspiración de la producción escrita. Otras resaltan dificultades como memorización, reproducción, fragmentación y acumulación del conocimiento, situaciones que no permiten a los estudiantes el dominio de estrategias cognitivas y metacognitivas tanto para la comprensión como para la producción de textos escritos. De la misma manera que en los trabajos mencionados se señalaron dificultades, también se plantearon soluciones. Una de ellas enfoca la mirada hacia el desarrollo de la práctica de escritura tomando como referente cada uno de los subprocesos de la producción escrita: planificación, realización y revisión, que permiten la implementación de estrategias cognitivas y metacognitivas a partir del desarrollo de talleres, proyectos de clase y secuencias didácticas, entre otras. Las afirmaciones anteriores llevan a pensar en la necesidad de establecer una estrategia que parta de la enseñanza del texto expositivo-explicativo como escenario que favorezca el desarrollo de los procesos descritos. Reiterando lo ya señalado, este tipo de escrito, se hace pertinente para tal propósito, dada la diversidad de estrategias discursivas que lo caracterizan y, además, porque es fuente de conocimiento primordial para la construcción de saberes multidisciplinares aunque hasta el momento solamente se haya tomado como referente de consulta. 3.3.2. Formulación de un plan o programa para resolver el problema o introducir el cambio: etapa de intervención Existen diferentes puntos de vista teóricos y metodológicos con los que se ha abordado la enseñanza y el aprendizaje de la escritura. Entre ellas está la secuencia didáctica (SD) de la que ya se han señalado varios aspectos. Como se 95 mencionó en el capítulo precedente, para llevar a cabo la intervención, se eligió como estrategia, la secuencia didáctica (Camps & Colomer, 2003; Camps & Zayas, 2006; Vilá et al., 2005) para garantizar la práctica de cada uno de los subprocesos de la escritura: preparación, realización y evaluación que se corresponden con el modelo cognitivo constructivista de escritura abanderado por Flower y Hayes1980 como lo señalan los autores mencionados quienes también describen dichas fases como procesos mentales necesarios para la producción de escritos que buscan hacer más consientes las acciones que están involucradas en el acto de escribir y a los procesos intelectuales que se llevan a cabo en el mismo. En la misma dirección, coinciden en identificar en la escritura procesos psicológicos y operaciones cognitivas tales como planificar, recuperar ideas de la memoria, establecer inferencias, crear conceptos, resolver problemas, desarrollar una determinada imagen que se tiene del lector y comprobar lo que se ha escrito sobre esa imagen, entre otros. En consecuencia, haciendo acopio de toda la teoría presentada en defensa de esta estrategia, la secuencia didáctica, para llevar a cabo la intervención, se planearon tres de ellas encaminadas a lograr el aprendizaje del género textual explicativo y del proceso de escritura. 3.3.2.1. Las secuencias didácticas planeadas para la intervención en el aula “Aprender a escribir requiere conocer y aplicar de manera consciente las posibilidades que el lenguaje proporciona y las normas que se han de seguir al seleccionar los recursos lingüísticos en cada situación comunicativa.” (Zayas, 2012, p. 72) Como se ha reiterado, la SD obedece a dos clases de objetivos: comunicativos y de aprendizaje. En respuesta tanto a los unos como a los otros, la propuesta de intervención, como se adelantó anteriormente, se centra en la incorporación de dicho recurso didáctico el cual permite planificar y desarrollar de manera progresiva las actividades necesarias para que los alumnos tomen conciencia, en primer lugar de las características lingüísticas del género objeto de aprendizaje, y 96 en segundo lugar llevar a cabo acciones conscientes hacia el aprendizaje y mejora de la composición escrita en las cuales utilicen dichas características. La experiencia que se describirá en el siguiente capítulo, involucró la participación activa de los estudiantes desde el momento inicial de la propuesta, en la que se definieron tanto objetivos de comunicación y de aprendizaje como los criterios de participación y las características de la tarea, referentes de control y de revisión constante sobre los cuales se establecerán maneras de retroalimentación a lo largo de la práctica. En esta parte se presentará una síntesis muy general de las mismas. Esquema 4: Estructura de las secuencias didácticas desarrolladas en la intervención CONTEXTO IED ACACIA II CAMPO COMUNICATIVO CICLO IV, CURSO 902 SECUENCIA 1 SENSIBILIZACIÓN AMBIENTACIÓN EXPLORACIÓN CTOS. PREVIOS CONCEPTUALIZACIÓN INTERVENCIÓN SECUENCIA 2 SECUENCIA 3 Fuente: elaboración propia 97 PREPARACIÓN PLANIFICACIÓN ESCRITO REDACCIÓN REVISIÓN Y ELABORACIÓN PRODUCTO FINAL PLANIFICACIÓN PRODUCTO FINAL ENSAMBLE PRODUCTO FINAL EVALUACIÓN EXPERIENCIA Una interpretación muy breve, permite aclarar que la primera SD, gira en torno al proceso de lectura desde el cual, como objetivo general, se hará un acercamiento de los alumnos a la clase de texto, objetivo de aprendizaje. La segunda de ellas se orienta, primordialmente hacia la enseñanza y de estrategias para la composición de textos, aplicación de las mismas en la elaboración de escritos y revisión de los productos. La tercera de ellas, planificación, ensamble del mismo y evaluación de la experiencia. 3.3.3. Implementar el plan o programa de intervención y evaluarlo El desarrollo de esta fase se enfocó hacia la implementación de las tres secuencias didácticas para la producción de escritos que se mostraron en el esquema anterior. La implementación de estas secuencias favoreció la interacción docente-estudiantes y estudiantes-estudiantes con el fin de alcanzar el propósito de la investigación: Fortalecer el proceso de composición de textos explicativos en un grupo de estudiantes de ciclo IV de un colegio distrital bogotano, a través de la implementación de estrategias cognitivas y metacognitivas”. La característica más relevante de la ejecución de la propuesta de intervención estuvo matizada, en primer lugar, por la secuencialidad de la dinámica propuesta; en segundo lugar, por la variedad de formas de trabajo _ individual y en pequeños grupos_ que permitió involucrar a la mayoría de los estudiantes quienes dinamizaron el trabajo con sus aportes. Además, este trabajo estuvo constantemente monitoreado por la docente quien en este acompañamiento motivaba y valoraba la participación de los estudiantes, teniendo especial cuidado de ser orientadora de la dinámica propuesta. En la misma perspectiva, el proceso estuvo acompañado de momentos de evaluación los cuales buscaban la toma de conciencia , tanto de los estudiantes como de la docente investigadora, sobre la importancia de una participación activa 98 para el logro de los propósitos de escritura que permita identificar avances para potenciarlos, y dificultades para corregirlas a tiempo. La anterior forma de proceder buscaba, esencialmente, favoreces espacios de reflexión conjunta sobre el proceso de escritura que se favoreció durante diferentes momentos y de su participación en el desarrollo de la propuesta (cfr. Anexos 11, 16 y 17). Para comenzar con esta etapa de intervención, se planteó a los estudiantes la propuesta de llevar a cabo una experiencia de escritura para poder ejercitar dicha habilidad dentro de un contexto real y procurar la cualificación de la misma. De allí surgieron acuerdos en torno a la dinámica a desarrollar: forma de trabajo, tipo de texto, producto o instrumento para sistematizar los escritos, etc. Lo anterior, como ya se mencionó, con el propósito de involucrar a los estudiantes desde el comienzo de la intervención. Los acuerdos que se concretaron, estuvieron enfocados hacia la dinámica de trabajo, individual y en pequeños grupos, los objetivos que se perseguían con la implementación de las secuencias (comunicativos y de aprendizaje) y además, como producto final, la elaboración de una cartilla que pudieran socializar con estudiantes del mismo ciclo o al interior de los grupos que se organizaran en el salón para el desarrollo de la propuesta. El plan de intervención, como se puede evidenciar en el esquema mencionado, estuvo conformado por tres secuencias didácticas, para cada una de las cuales se diseñaron actividades orientadas hacia un producto de escritura concreto, procurando establecer continuidad entre las mismas. El diseño propuesto partió de la necesidad de hacer énfasis en los diferentes subprocesos de escritura: planificación, redacción y evaluación. El momento de evaluación de la propuesta de trabajo fue continuo. En algunas ocasiones, se privilegió la retroalimentación de la dinámica como forma de evaluación, manera que fomentó la socialización e intercambio de impresiones sobre el proceso e información, que se lograba consolidar, producto de la 99 dinámica de trabajo hacia la unificación de criterios, expectativas, acciones etc. En otras, que se consideraron claves en el proceso, redacción, revisión, etc. a partir de instrumentos concretos como pautas de valoración y tablas de cotejo elaboradas por los estudiantes unas veces y otras aportadas por la docente. El propósito de esta última forma de evaluar, obedeció a implementar algunos recursos propios de la evaluación formativa y recoger evidencias del proceso desarrollado para ser analizado con miras a ajustar la propuesta. Para evaluar la intervención, al finalizar la misma, se aplicó una pauta de valoración diseñada por la docente. Toda esa dinámica será analizada más adelante. 3.4. Instrumentos para la recolección de datos Los instrumentos que se relacionan a continuación fueron aplicados en dos momentos específicos: durante la fase de exploración y durante la implementación de la propuesta de intervención. Así, en la primera de ellas se llevó a cabo una revisión de documentos oficiales e institucionales junto con encuestas aplicadas a estudiantes y a docentes del ciclo y talleres de producción escrita con estudiantes. Desde el análisis de los mismos fue posible definir el problema y a la vez determinar la forma de intervenir sobre el mismo. Durante la fase de implementación de la propuesta de intervención, se hizo uso de la toma de notas, portafolios, tablas de cotejo y producciones escritas de los estudiantes con el propósito de tener evidencia del trabajo desarrollado en cada una de las secuencias didácticas. 100 Tabla 4: Instrumentos utilizados para la captura de datos CORPUS Análisis de documentos. Oficiales Institucionales INTERPRETACIÓN La literatura encontrada en estos documentos permitieron: Oficiales: Establecer cuál es la ruta (orientaciones y criterios generales) que se sugiere seguir con los estudiantes para promover el aprendizaje, ejercitación y mejoramiento del ejercicio de composición de escritos. De igual forma tener claridad sobre las características de los estudiantes objeto de este estudio, tanto a nivel psicológico, como en sus procesos cognitivos en relación con la escritura. Institucionales: conocer el ideal que se propone la institución en relación con el resultado final de sus estudiantes así como las dificultades que, a nivel general, se evidencian en la Institución en los procesos del lenguaje. 2. Encuestas Docentes del ciclo IV. Estudiantes curso 902. Las encuestas aplicadas a estudiantes y a docentes permitieron establecer la concepción que tienen tanto los unos como los otros sobre la escritura, determinar qué prácticas de escritura se desarrollan las clases, la forma de participación de los estudiantes en ellas, las estrategias que manejan docentes y estudiantes para el desarrollo de las mismas, y el grado de conocimiento que logran construir los estudiantes sobre las tipologías textuales que se trabajan en la escuela, entre otros aspectos. 3. Talleres de escritura Del análisis de estos productos, se establece con mayor precisión y objetividad la presencia de dificultades en cuanto a las características de los textos expositivos-explicativos y en la composición escrita, dentro de las cuales están el desconocimiento de una superestructura textual, elementos lingüísticos y gramaticales, estrategias de coherencia y cohesión, rasgos pragmáticos y secuencias explicativas. 4. Notas de campo registros de clase. 5. Portafolios 6. Cuadernos estudiantes 1. o Se generaron durante el desarrollo de la dinámica de la clase, con el fin de concretar la estructura de las secuencias didácticas, describir de manera más concreta las actividades a realizar, la participación de los estudiantes, sus dificultades, sus progresos, etc. Una carpeta que se solicitó a los estudiantes para que en ella organizaran los diferentes productos obtenidos como fruto de cada sesión: escritos, consultas, documentos teóricos, material bibliográfico, instrumentos de evaluación, etc. los cuales aportan evidencias fidedignas de los procesos llevados a cabo durante el desarrollo de la propuesta de intervención, de los resultados logrados y también de las dificultades surgidas. de los Este fue un instrumento que se utilizó tanto para la fase de diagnóstico como para la de intervención. Aunque la atención se centró en los talleres de escritura, para la primera fase, se solicitaron algunos cuadernos de diferentes asignaturas de donde se confirmar hacia qué clase de escritos se orientaba el trabajo diferentes asignaturas, así como una muestra de un recurso que se llama “antología”, carpeta dedicada única y exclusivamente para archivarlos. En el segundo momento, este registro sólo se llevó en el curso dónde se implementó la propuesta de intervención. Fuente: elaboración propia 101 3.5. Categorías de análisis En relación con las categorías de análisis, de las que se hizo alguna mención en la tabla anterior, ítem talleres de escritura, se describirán brevemente más adelante. Para efectos de establecer puntos de referencia que apoyen la observación de la intervención, se determinaron dos categorías teóricas: el proceso de composición escrita dentro del cual se abordan estrategias cognitivas y metacognitivas, y el texto expositivo-explicativo. Dichas categorías, como se puede ver en la tabla que aparece a continuación, permitieron a su vez la presencia de subcategorías derivadas del proceso de composición escrita por una parte, es decir, la manera como se abordaron los tres subprocesos de escritura: planificación, redacción y revisión y por la otra, del texto expositivo-explicativo: elementos, características, subtipos, etc. 102 Tabla 5: Categorías de análisis PREGUNTA CATEGORÍA TEÓRICA DEFINICIÓN Actividad mental que se manifiesta como un proceso cognitivo en el que ocurren operaciones mentales complejas tales como la planificación, la composición y la revisión. SUBCATEGORÍAS UNIDADES DE ANÁLISIS (UA) Planificación Revisión del plan que ha generado las ideas Fijación del objetivo y de la temática de escritura Documentación Proyección de ideas en esquemas o dibujos organizativos. Textualización Revisión Corrección Elaboración del texto final C.T.1 Proceso de Composición escrita. ¿Cómo fortalecer la composición escrita de textos explicativos a través de estrategias meta-cognitivas en una población de estudiantes de ciclo IV de un colegio Distrital bogotano de estrato socioeconómico desfavorecido? C.T.2 Secuencia texto explicativo El texto explicativo expone información para hacer comprender el porqué de las cosas o de los fenómenos que no comprendemos. En un tono neutro y objetivo facilita la comprensión de un tema difícil o complejo por parte de quien conoce del mismo dirigido o a quien desea conocer o saber de él. Construcción del texto. Revisión Superestructura Léxico y sintaxis Edición cartilla F. Cuestionamiento F. Resolutiva F. Conclusiva Forma verbal Vocabulario especializado Uso de elementos que enlazan oraciones y párrafos: conectores, conjunciones, adverbios. Uso de tecnicismos Coherencia, cohesión y adecuación. Fuente: elaboración propia 103 Uso de sustitutos Ortografía y Puntuación Concordancia entre género y número. Presencia de conectores Situación comunicativa 4. SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA Y ANÁLISIS DE RESULTADOS Este capítulo da cuenta de la dinámica y del proceso de sistematización de la etapa de intervención, que se despliega en un momento de codificación y uno de interpretación. El eje que permitió tal situación, se centró en la implementación de la estrategia de secuencias didácticas. Así las cosas, la estrategia mencionada fue la herramienta y el recurso central escogido para el mejoramiento de las habilidades que poseen y que necesitan los estudiantes en la composición escrita de textos explicativos. En ese orden de ideas, en primer lugar se hace referencia al desarrollo de las secuencias didácticas planeadas para dicho efecto y de sus resultados, seguido, en segundo lugar, a la sistematización del proceso que se siguió en la composición de textos de escritos por parte del grupo de estudiantes intervenido. El tiempo real utilizado para la implementación y desarrollo de la propuesta fue de cuatro meses (marzo, abril, mayo, junio y parte del mes de julio de 2014). Durante estos meses, se distribuyeron diez y seis sesiones, aunque en el tiempo que había sido estimado inicialmente, solo se había pensado en doce (tres meses). Lo anterior obedeció a imprevistos de carácter institucional, que tuvieron cierto impacto teniendo en cuenta que solo contaba con dos horas semanales. También, a la necesidad de hacer ajustes en el proceso como resultado lapsos prolongados de inactividad académica. La estrategia seleccionada respondió a la necesidad de buscar una manera didáctica en la cual se pudiera proceder para fortalecer el proceso de producción escrita a partir de la composición de textos explicativos. En consecuencia, para la realización del proyecto de escritura, se eligieron diferentes actividades alrededor de tres secuencias didácticas (cfr. Anexo 5). Las SD diseñadas para tal fin, se pudieron ejecutar gracias al desarrollo gradual de actividades determinadas, tanto por la necesidad de implementar prácticas de escritura en contextos reales de comunicación (Camps & Millian, 2000), como por la integración de habilidades cognitivas y metacognitivas tendientes a controlar el desarrollo de la experiencia 104 de escritura. Todo esto sumado, como lo señalan Camps y Álvarez, a la necesidad de favorecer la participación activa de los estudiantes en el desarrollo de las actividades, la interacción con sus compañeros, así como el acompañamiento y orientación continua por parte de la docente-investigadora (Camps & Colomer, 2003; Álvarez, 2010). Como respuesta a los requerimientos mencionados, esta experiencia permitió la creación de ambientes favorables para la construcción de aprendizajes significativos entre los estudiantes. Uno de esos aprendizajes giró en torno a su participación en experiencias de producción escrita y otro, en el aprendizaje de la estructura, características y demás elementos característicos de los textos correspondientes al tipo expositivo-explicativo. En este sentido, autores como Camps & Colomer, (2003); Camps & Millian (2000); Camps & Zayas (2006), reconocen la necesidad de enseñar los géneros textuales como requisito básico para aprender a construir diferentes clases de textos; esto es: “para progresar en el dominio de los textos no basta con hacerlos o componerlos, hay que aprender cómo son, qué características tienen los géneros discursivos que se están utilizando y que se tienen que aprender a utilizar mejor” (Camps & Colomer, 2003, p. 37). 4.1. Descripción de la intervención y sistematización del proceso: las secuencias didácticas 4.1.1. Primera Secuencia Didáctica Para comenzar, es conveniente aclarar que el objetivo principal de esta primera SD se orientó hacia el reconocimiento de la superestructura de los textos explicativos y los elementos lingüísticos que los caracterizan, a partir de la lectura y análisis de un ejemplo de los mismos. En este sentido, investigaciones sobre los procesos cognitivos implicados en las actividades lectora y escritora (Solé, 1987; 105 citada por Díaz & Hernández, 2010; Colomer & Camps, 1991 citadas por Camps & Colomer, 2003) ponen de manifiesto la complejidad y la diversidad de las operaciones implicadas en dichos procesos. Un primer momento, buscó sensibilizar y motivar a los estudiantes hacia la participación activa en el adelanto de experiencias de producción de textos escritos y la unificación de criterios que beneficiaran el desarrollo de la propuesta, como parte de la planificación de la experiencia de escritura, cuyas características estuvieron centradas en la definición y negociación de la tarea de escritura (sensibilización y negociación). El segundo fue de ambientación y motivación (primer acercamiento a la escritura de los estudiantes). El tercero se orientó hacia la exploración de conocimientos previos (lectura y comprensión de un texto expositivo-explicativo). Finalmente, el cuarto momento se dedicó a la consolidación del tema o fundamentación teórica sobre la tipología expositivoexplicativa, como objeto de aprendizaje. Lo anterior con el propósito de establecer y unificar los criterios que orienten la experiencia, como son tipo de actividades de enseñanza-aprendizaje, tiempo, forma de trabajo, objetivo de la propuesta, contenidos, recursos, etc. Como lo afirma Lomas,” el propósito de una etapa de planificación atiende a la organización de la práctica educativa” (Lomas, 1999 citado por Santiago et al., 2007). 4.1.1.1. Primer momento: preparación La dinámica de este espacio se guio hacia la toma decisiones sobre las características de la tarea de escritura, como lo proponen Camps & Colomer, (2003). Tales aspectos se lograron concretar mediante la resolución de preguntas como, ¿qué se va a escribir?, ¿con qué intención?, ¿quiénes serán los destinatarios?, etc. Estos y otros interrogantes se respondieron, tomando para ellos la estrategia de lluvia de ideas, estrategia que favoreció la participación activa de los estudiantes. Así que, en síntesis, se acordó la construcción de 106 escritos del tipo expositivo-explicativo, con la intención de elaborar una cartilla sobre temas de interés del mismo grupo que sería socializada con los compañeros del mismo ciclo, en lo posible, o con los del mismo curso. También se unificó la forma de participación en el desarrollo de las diferentes actividades, la cual constaría de momentos de trabajo individual (elaboración de escritos y consultas, entre otros aspectos) y grupal (lectura y revisión de los escritos, recolección, revisión y síntesis de las consultas, ensamble de la cartilla, etc.) por parte de los estudiantes, así como trabajo orientado por parte del docente El anterior fue el ambiente que se construyó dentro del que la actitud y participación de los estudiantes fueron definitivas para la concreción tanto de objetivos como de criterios, acuerdos y pautas orientadas por la necesidad de llevar a cabo una dinámica caracterizada por la interacción constante entre estudiantes y docente. 4.1.1.2. Segundo momento: ambientación y motivación Se llevó a cabo a partir de la presentación del documental titulado, “Consecuencias del calentamiento Global” desde el cual inicia una experiencia de escritura y de revisión, que sirvió para establecer un diagnóstico inicial desde el cual se pudiera identificar las capacidades escriturales actuales de los estudiantes e involucrarlos en un proceso de evaluación formativa. La actividad comienza a partir de la siguiente consigna o instrucción: “Observe cuidosamente el siguiente documental sobre las consecuencias del calentamiento global. Tome nota de los temas y los subtemas que se desarrollan en él, así como de las ideas más importantes de cada uno de ellos: qué, cómo, dónde, cuándo, etc. Escoja uno de los subtemas que forman parte del documental y redacte un texto en el que explique el fenómeno escogido atendiendo a las preguntas anteriores” Como se puede observar, la orientación que se entregó, puntual y 107 sencilla, buscaba que los estudiantes centraran la atención en aspectos concretos del documental para elaborar un resumen o escrito del contenido del documental centrándose en el tema y los diferentes subtemas presentes en él. Entregar indicaciones precisas antes de la realización de la tarea es fundamental en el logro de los objetivos de la misma, pues evita que los estudiantes dirijan su atención hacia situaciones diferentes. Desde este momento, se favorece la toma de conciencia frente al proceso de producción escrita: elegir un tema, generar ideas, pensar en la información pertinente para desarrollar el/los tema(s) escogido(s) y a la vez hacer comprensible el evento seleccionado y en las posibles necesidades de sus lectores: qué les gustaría saber o conocer sobre el evento que se va a explicar, documentarse, escoger el léxico apropiado, etc. para construir el escrito acorde con dichas acciones (Magalena & Catala, 2002). No obstante lo anterior, el producto obtenido en este momento, evidenció el desconocimiento de estrategias como la planificación del escrito, la elaboración de borradores, la lectura y relectura de los mismos para establecer posibles inconsistencias, etc. De nuevo, como se había constatado en la elaboración de los talleres desde los cuales se pudo concretar la problemática a intervenir, se encuentra que los escritos fueron producidos una única vez para entregar a la docente. Dicha situación requirió de la necesidad de conocer la forma como procedieron los estudiantes al redactar sus escritos. A continuación se relacionan algunas de las estrategias utilizadas por los estudiantes: E1. “MI ESTRATEGIA: pues mi texto habla sobre los virus que han dado y que yo conosco. Yo saque mi texto de los recuerdos que he tenido de estas enfermedades mundiales que he visto y me he informado en la T.V. el radio y el periodico” E2. “lo redacté acordándome de lo visto en el video, traté de hacer un texto largo y que explicara lo más posible todo lo que sentí al verlo” E3. “Este texto se hizo a base de conocimientos recopilados a trabes de mi vida y también con alluda del documental. Basicamente de mis conosimientos” 108 E4. “Yo redacte mi texto por medio de la pelicula y tambien porque sabia un poquito sobre el sunami” Dichas maneras de responder mostraron vacíos de contenido y organización. De ello puede dar cuenta el uso de expresiones como, yo saqué mi texto,… un poquito…, porque sabía… También se percibe el uso de un registro informal en la presentación de sus explicaciones, aunque era de esperarse, atendiendo a que las preguntas estaban orientadas a indagar cuestiones relacionadas con su experiencia. De esta manera se explica, de una parte, la tendencia al uso del registro informal, y por otro lado la presencia de dificultades en la ortografía. Toda forma de escritura en ellos toma como punto de referencia la experiencia que han adquirido a lo largo de su formación. Del texto generado también se evidenciaron varias dificultades. Muestra de los escritos producidos después del documental Contagios Virus Pues los virus o las epidemias abarcan desde aproximadamente de la Primera guerra mundial donde 1 grupo de jóvenes que sobrevive y se fueron avistar a su novia, y mamá y hicieron una fiesta y murieron Por la epidemia días después como 250 personas y haci sucecivamente pq la epidemia avarcaba mas gente también un brote llamado la gripa española 1818.(¿?) Escrito por Johanna Muñoz, 902 La evaluación de los escritos permitió involucrar a los estudiantes en experiencias de evaluación formativa, por lo tanto, con el objeto de que esta caracterización no fuera producto únicamente de la evaluación y observación de la docente, sino que fuera producto de una apreciación compartida con los estudiantes, se propuso una nueva situación que se concretó a partir de la siguiente instrucción: “si tuvieran que hacer una valoración de los escritos de sus compañeros, ¿bajo qué aspectos o criterios realizarían dicha valoración?” Para concretar definir tales criterios, se organizaron por parejas, con el fin de acordar los parámetros que 109 orientarían la lectura y la valoración (Jolibert & Sraïky, 2009) de los textos hasta aquí elaborados. TABLA 6. Pauta aplicada para evaluar los escritos en la fase de sensibilización ASPECTOS PARA VALORAR EL ESCRITO Aspecto 1. Utiliza signos de puntuación si x 2. Escribe con buena ortografía x 3. Especifica bien el tema que va a redactar x No 4. La letra es legible al leer el texto x 5. Nombres y ciudades las inicia con mayúscula x 6. Escribe todo título y subtítulo con rojo 7. Mantiene el tema en su escrito x 8. Escribe palabras u oraciones que concuerdan con el tema tratado x x 9. Da varias aclaraciones alusivas al tema x 10. Escribe coherentemente su texto x Fuente: elaboración colectiva estudiantes 902 Al hacer un análisis de las circunstancias que rodearon la producción del escrito sugerido, los estudiantes no sabía, qué escribir (sensación de bloqueo), y cuándo se decidieron a hacerlo no se detuvieron hasta finalizar el escrito. Textos producidos en dichas condiciones presentan fallas que van, desde la incapacidad de mantener una lógica en el discurso, hasta limitaciones serias con la ortografía y la sintaxis (MEN, 1998), fallas que efectivamente se pudieron evidenciar en los escritos. Además, como se puede evidencias en el ejemplo que aparece a continuación, los textos en su mayoría se caracterizaron por la presencia de la 110 secuencia narrativa, lo cual no es censurable, solo que la intención en este momento no era narrar, el uso inadecuado de conectores y de signos de puntuación, que afectan la cohesión del escrito, ideas inconclusas, situación que incide en el progreso de la información, entre otras cosas que ya se habían señalado al momento de la delimitación del problema. En cuanto a la valoración de los escritos, se pudo apreciar que, a pesar de la claridad de os criterios, so se hizo con objetividad, lo cual quedó evidenciado en la presencia de contradicciones entre criterios y realidad del producto, por ejemplo: Utiliza signos de puntuación: en la rejilla se evaluó afirmativamente mientras que el texto muestra otra realidad: en seis renglones que conformaban el escrito sólo se utilizó una coma y un punto final. Escribe con buena ortografía: igual que en el caso anterior, se evaluó positivamente y al contrastar “fueron avistar a su novia”, “haci”, “sucecivamente”, “abarcaba”, etc. No obstante la anterior situación, también se hallaron aciertos como: Especifica bien el tema que va a redactar: efectivamente, comparando el título con el contenido del escrito, hay plena relación entre los dos. Mantiene el tema en su escrito: todo el contenido se refiere al tema que se enunció en el título. Los resultados de esta fase concuerdan con la mayoría de los elementos presentados en el capítulo de delimitación del problema, de los que se reafirma la necesidad de implementar propuestas pedagógicas fundamentadas en estrategias pensadas hacia la transformación de la práctica de los docentes y de los resultados logrados por los estudiantes. 4.1.1.3. Tercer momento: exploración de conocimientos previos. Existe una relación muy cercana entre la lectura y la escritura. La práctica de la producción escrita parte de la realización de un trabajo previo de lectura, el cual permite comprender las referencias que fundamentan la composición escrita (Lourdes, 2005). 111 Tal como lo expresa Camps, “la elaboración de los contenidos y de los aspectos estructurales y formales de los textos, requiere del concurso de otros textos” (Camps & Colomer, 2003, p. 43). Además, Jolibert & Jacob (1998, p. 218) afirman que “para aprender a producir textos no basta con producirlos sino que es necesario aprender a producirlos sistemáticamente”. Este planteamiento requiere del conocimiento de los esquemas textuales, de los contenidos temáticos sobre los que se escribe, de las estrategias de resolución de problemas, etc. (Brown, 1977, citada por Díaz & Hernández, 2010). De ahí que se hace de vital importancia procurar espacios a los estudiantes que les permitan construir dichos conocimientos. Por tales razones, la exploración de conocimientos previos se hizo a partir de la lectura de ejemplos de textos expositivos, toda vez que, como lo afirma Lerner, (2001), la lectura y la escritura, son dos procesos que se desarrollan uno al lado del otro aunque no como procesos dependientes. El texto que se escogió para dicho propósito, “La vida en el suelo” (cfr. Anexo 6), el cual, como objeto de conocimiento, respondía a las características prototípicas de los textos expositivos-explicativos, por lo tanto permitió a los estudiantes familiarizarse con los esquemas característicos de dichos textos, y a la docente enseñarlos de manera sistemática. (Ruiz & Camps, 2009 citados por Zayas, 2012). Como acciones tendientes a aprender las características del género explicativo, a procurar ampliar el bagaje lexical de los estudiantes y a tomar conciencia de los procesos mentales que se realizan durante la acción de leer, esta experiencia tomó como eje las fases del proceso de lectura presentadas por Solé, 1998, referenciada en (Santiago, et al. 2007). Como lo señala la autora, la lectura es un proceso complejo que requiere de una intervención antes (prelectura o anticipación), durante (fase de comprensión) y después (fase de evaluación), cada una de las cuales requiere de la realización de unas estrategias concretas 112 que ayudan a mejorar el proceso de comprensión. Las anteriores fases, llevadas a cabo dentro de la experiencia de lectura, permitieron el conocimiento y aplicación de estrategias cognitivas y metacognitivas, que permitieron la activación de los conocimientos previos de los estudiantes (Brown & Palincsar, 1985 citadas por Díaz & Hernández, 2010), establecer propósitos en relación con las acciones a realizar, identificación del esquema de base de la secuencia explicativa, utilización de organizadores gráficos para la planeación de los escritos, elaboración de resúmenes, utilización de pistas tipográficas en los textos, subrayado, toma de notas. También reconocieron la existencia de sub procesos (antes, durante y después compatibles con los de la escritura: planificación, redacción y revisión), la existencia de obstáculos y la forma de superarlos, etc. El proceso llevado a cabo durante esta primera SD, se materializa en una primera práctica de composición de escritos, a partir de la elaboración de resúmenes, considerados éstos como una estrategia reproductiva y reconstructivo-creativa a la vez y la aplicación de otras estrategias. Para ello se llevaron a cabo las siguientes acciones: (cfr. Anexo 7) Primera acción: selección de un fragmento y lectura individual del mismo. Segunda acción: síntesis de las ideas principales y secundarias del fragmento y elaboración de un organizador gráfico. Tercera acción: reescritura del fragmento elaborado por el mismo estudiante a partir de las ideas plasmadas en el organizador. 4.1.1.4. Cuarto momento: conceptualización y consolidación del tema En este momento, se hizo importante la acción de la docente investigadora, toda vez que el papel que asume el docente en la dinámica de aprendizaje, ya sea del proceso de lectura o de escritura, es el de ofrecer el andamiaje necesario para que el estudiante asuma su proceso de aprendizaje de manera autónoma (Santiago et 113 al., 2007). De ahí que debe enseñar por un lado, elementos teóricos formales de tipología textual _ textos expositivos-explicativos- y, por otro lado, el uso de estrategias para efectuar dichos procesos con efectividad. En la búsqueda de elementos conceptuales referidos al tipo de texto objeto de aprendizaje: aspectos formales, estructura y demás características, del texto expositivo-explicativo. Para tal efecto, se partió de la reconstrucción de cada uno de los momentos y la síntesis de los mismos, evocando tanto fortalezas como dificultades encontradas. En esta medida se buscó realizar la metacognición sobre las acciones que se habían desarrollado hasta entonces. La evocación se convirtió en una estrategia que favoreció la reflexión constructiva sobre las acciones por parte de los estudiantes y de la docente investigadora, con el fin de hacer conciencia sobre lo que se hizo, cómo se hizo y con qué propósito: recordar la temática del texto trabajado, tipo de texto, características, la forma como éste estaba estructurado, estrategias utilizadas por el escritor, para reconocer la presencia de elementos paratextuales, estrategias discursivas, secuencias explicativas, etc. Toda la dinámica realizada permitió construir el marco teórico sobre los textos expositivos a partir de los elementos brindados en el texto modelo, los conocimientos previos de los estudiantes y la presentación y análisis de un documento teórico para consolidar y afianzar la etapa de conceptualización temática. (cfr. Anexo 8). Las estrategias utilizadas fueron, en primer lugar, la formulación de preguntas dirigidas, y la elaboración de algunos organizadores textuales en tres niveles, en los cuales se sintetizó la información e identificaron las relaciones existentes entre los enunciados, es decir, las diferentes secuencias explicativas. Los organizadores gráficos que sirvieron como modelo en este momento, fueron tomados de Díaz & Hernández, (2010). En cuanto a tal recurso, se hizo una actividad de modelado (Muth, 1990), en colaboración con los estudiantes, a partir de otro de los fragmentos que constituían el texto base, con el fin de enseñar la manera de proceder (cfr. Anexo 9), es decir, proporcionar los recursos que necesitan para 114 consolidar conocimiento teórico y estratégico hacia un mejor desempeño en el desarrollo de la propuesta central. Luego, como actividad de afianzamiento, partiendo de fragmentos tomados de otros textos, los estudiantes procedieron a hacer lo mismo. (cfr. A nexo 10). La elaboración de los organizadores por parte de los estudiantes, dieron cuenta del uso de estrategias que ya se habían aprendido a manejar: subrayar, tomar notas identificar ideas, palabras clave, etc. lo cual evidenciaba la claridad conceptual que habían logrado construir. Ya para concluir con el proceso de consolidación teórica, una última actividad realizada en grupos, permitió disipar algunas dudas conceptuales que aun persistían. (cfr. Anexo 11). Los resultados de la misma, llevaron a la concusión Esta última actividad estuvo orientada que los estudiantes aprendieron o refirmaron su habilidad para reconocer el tipo de texto por su estructura y características textuales y las secuencias explicativas propias de ellos. Así las cosas, haber logrado la unificación en este aspecto facilitó, en gran medida, el avance hacia la segunda secuencia. 4.1.2. Segunda secuencia didáctica Su desarrollo estuvo encauzado, por una parte, hacia la enseñanza y aplicación de algunas estrategias didácticas para la composición de textos, como generación de ideas en torno a un tema concreto, búsqueda de fuentes de información, definición de qué se va a escribir, cómo, para qué, para quién, etc., en las cuales se privilegió la participación activa de los estudiantes para que fueran ellos los protagonistas del acto de redactar. Dicho así, a diferencia de la enseñanza tradicional en la cual el profesor señala y trata de corregir sus fallas y además, se convierte en su auditorio, se pretendió que los estudiantes, fueran quienes propusieran, leyeran, revisaran, corrigieran y escogieran hacia quién o quienes van dirigidos sus escritos (Díaz & Hernández, 2010). Por otro lado, el propósito de redacción de textos atendió también a la necesidad de hacer que los estudiantes 115 tomaran conciencia de y practicaran tanto los subprocesos de la composición como de estrategias orientadas hacia la organización de los escritos y mejorar dificultades asociadas con aspectos como superestructura de los textos expositivos-explicativos, sus elementos lingüísticos y gramaticales, coherencia, cohesión, secuencias explicativas, etc. Orientados por las finalidades expresadas anteriormente, la dinámica o la realización de prácticas de producción escrita, se estructuraron tres momentos: preparación o planeación, textualización del escrito y revisión. 4.1.2.1. Primer momento: preparación El objetivo de este momento, se orientó hacia la unificación de criterios para la realización exitosa de la actividad en atención a que el sub proceso de planificación o preparación de la escritura se ha considerado muy importante porque trae consigo las siguientes acciones: formular objetivos, generar y organizar ideas (Cassany, 1999 citado por Camps & Milian, 2000). Gracias a la negociación entre estudiantes y docente, se concretaron los criterios sobre la dinámica de trabajo, la forma de participación y de sistematización de los escritos producidos por los estudiantes, entre otras cosas. A este respecto, se retomaron los parámetros acordados en la misma etapa de la primera secuencia didáctica: tipo de texto objeto de aprendizaje (expositivo-explicativo), dinámica de trabajo (rol del estudiante y rol del docente), producto final (elaboración de una cartilla), audiencia (estudiantes del curso), etc. Las acciones señaladas se hicieron con dos propósitos. El primero de ellos, beneficiar la participación de los estudiantes en la toma de decisiones con relación a la temática, los momentos para desarrollarla, los propósitos, etc. que respondan a unas necesidades reales de comunicación. En segundo lugar, tales criterios podrán ser un punto de referencia que permita hacer seguimiento, control y ajuste de la dinámica. Atendiendo a estas consideraciones, los estudiantes propusieron los temas sobre los cuales 116 componer sus escritos para construir la cartilla: uso del tiempo libre, bullying, embarazo en adolescentes, drogadicción, etc. La dinámica de acción con miras al producto final privilegió el desempeño de los estudiantes en grupos que se conformaron por afinidad de las temáticas relacionadas anteriormente. La presente manera de proceder obedeció la necesidad de propiciar espacios de trabajo cooperativo, estrategia que ayudará a corregir algunas dificultades de carácter actitudinal que interfieren en el trabajo autónomo y responsable. Desde esta modalidad, los estudiantes toman conciencia de la responsabilidad, no solo de sí mismo, sino especialmente, reconocen que de su forma de actuar dependen todos los estudiantes del grupo del cual forma parte. Como fundamento que respalda esta decisión, se ha reconocido que la escritura en colaboración o en contextos cooperativos, favorece la interacción entre los estudiantes, el intercambio de opiniones, la distribución de responsabilidades y se desarrollan roles simultáneo de lectores, cuando recopilan información, y escritores cuando componen sus escritos (Díaz & Hernández, 2010). Además, contribuye a la interiorización de operaciones para que progresivamente se puedan ejecutar de manera autónoma en el desarrollo de tareas complejas a través de la interacción entre compañeros (Camps & Colomer, 2003) y, adicionalmente, favorece procesos de confrontación e interacción en contextos reales de comunicación. En coherencia con las razones descritas anteriormente, cada grupo conformado determinó los criterios bajo los cuales se iban a autorregular: elección del líder y su función, funciones de los demás integrantes del grupo, la forma de archivar material producido o resultado de la documentación consultas, escritos, instrumentos de valoración, etc. 117 4.1.2.2. Segundo momento: Realización Para el desarrollo de este segundo momento, se llevaron a cabo actividades enfocadas hacia la producción del texto (objetivo comunicativo) y a consolidar los conocimientos construidos durante la anterior secuencia sobre las características formales del mismo (objetivo de aprendizaje). Lo anterior se pudo lograr gracias a que la dinámica realizada en la primera SD, los estudiantes se acercaron a aspectos característicos de los textos expositivos-explicativos, tomaron conciencia de la existencia de unos subprocesos que se realizaban en momentos concretos, que caracterizan tanto el proceso de lectura_: antes, durante y después_ como del proceso de escritura _ planificación, redacción y revisión. Para la planificación de los escritos, se partió nuevamente de la exploración de los conocimientos previos sobre la temática escogida, producto de lo cual elaboraron un dibujo organizativo del contenido (Schnedecker, 1993 citada por Camps & Colomer, 2003) que les ayudara a centrar su atención en los aspectos que querían abordar y orientara el proceso de documentación que los llevaría a hacer el acopio de la información necesaria para la escritura del texto. (cfr. Anexo 12). De nuevo se vincularon los procesos de lectura y de escritura. En esta ocasión, la lectura, producto de una fase de documentación, permitió a los estudiantes realizar operaciones cognitivas tendientes a identificar información que les permitiera corroborar lo que sabían sobre el tema y /o ampliar la misma con la disponible en las fuentes consultadas, y metacognitivas como definir el objetivo comunicativo _ elaboración de una cartilla_, determinar estrategias para llevarla a cabo _cómo hacerla, información que debe abordar, presentación, etc._. De igual forma, los destinatarios hacia quienes irían dirigidos los escritos (en un primer momento los destinatarios fueron los integrantes del grupo), y de las características específicas del tipo de texto que se quiere construir (Camps & Colomer, 2003). La recopilación de la información giró en torno a temas cuyo desarrollo requería de la estructuración de textos expositivos-explicativos, objetivos, claros, concretos en 118 los que se ameritaba el uso de las secuencias explicativas prototípicas y de procedimientos lingüísticos propios para su desarrollo: qué es, características, clases, consecuencias, problemas, soluciones, etc. Así pues, se procedió a la consulta y recolección de la información, la cual socializaron en cada uno de los grupos, se dieron los aportes necesarios, complementaron e intercambiaron ideas y materiales consultados, complementaron el dibujo organizativo y comenzaron la redacción de los escritos de acuerdo con el subtema escogido. 4.1.2.3. Tercer momento: Elaboración y revisión de borradores Corresponde al proceso de generación del escrito. A partir de la activación de los nuevos conocimientos adquiridos sobre el tema que proyectaron desarrollar, fruto de la etapa de documentación, en combinación con los que ya poseían, y también sobre el texto expositivo-explicativo, los estudiantes se reunieron en grupo y cada uno desarrolló su escrito de acuerdo con la temática elegida. Para la composición de los textos, gracias a la fase de negociación y de conceptualización, los estudiantes tenían claro que sus textos debían cumplir con unos requisitos comunicativos y con unos requisitos lingüísticos y gramaticales propios de los textos expositivo-explicativos, como por ejemplo, el propósito ( explicar o dar a conocer información clara y pertinente sobre el tema), el o los destinatarios ( los estudiantes del grado noveno), qué se quiere decir ( uso de la superestructura de los textos expositivos, las secuencias prototípicas, vocabulario o léxico claro y con buena ortografía, estructuración del escrito en párrafos que atendieran a la superestructura de los textos expositivos.-explicativos, etc. Aquí comenzó la elaboración de borradores, como estrategia metacognitiva que permitió el desarrollo de las ideas hacia la construcción del escrito. Durante este momento de producción, se evidenció que los estudiantes revisaban los escritos, 119 preguntaban a sus compañeros cómo quedaría mejor lo que estaban textualizando, volvían a escribir en otras hojas aunque deschaban lo que ya habían escrito, etc. autorregularon Las anteriores acciones mostraron la forma en la que su desempeño en la producción de sus escritos, mediante la reflexión y revisión del producto a medida que se iba construyendo. Una primera lectura de estos primeros escritos se llevó a cabo entre pares, Leyeron entre ellos los escritos y los evaluaron a la luz de la pauta de valoración (cfr. Anexo 13) presentada sobre la estructura del texto expositivo. Luego, volvieron a escribir su texto y lo socializaron de nuevo. Durante este momento, los estudiantes tuvieron la oportunidad de elaborar dos borradores y el texto final. De los primeros escritos, (cfr. Anexos 14 y 15), realizados a conciencia por unos y producto del copy-paste de la información por parte de otros, se pudo observar algún grado de avance hacia la superación de los vacíos encontrados durante el diagnóstico así como la presencia, todavía de dificultades en el proceso de composición escrita de textos, que tienen que ver con las cinco categorías señaladas anteriormente: Superestructura de los textos expositivos-explicativos. Elementos lingüísticos y gramaticales Estrategias de coherencia y cohesión Rasgos pragmáticos Secuencias explicativas 120 TABLA 7: Avances y vacíos escritura estudiantes durante la intervención ASPECTO SUPERESTRUCTURA DEL TEXTO ELEMENTOS LINGUISTICOS Y GRAMATICALES ESTRATEGIAS DE COHERENCIA Y COHESIÓN RASGOS PRAGMÁTICOS SECUENCIAS EXPLICATIVAS FORTALEZA DEBILIDAD Se logran reconocer las fases de los T.E (f. pregunta, f. resolutiva, f. conclusiva) Aún no estructuran párrafos, todavía estructuran textos de un único párrafo. Las oraciones se delimitan todavía con el uso de la coma y en muy pocos casos el punto seguido. Delimitación de oraciones Utilización del tiempo verbal apropiado(indicativo) Vocabulario correspondiente al tema trabajado. Registro formal. Establecen relación entre ideas, es decir desarrollo secuencial de las mismas, avanzando en la presentación del tema. Pocos nexos o palabras relacionantes; escritura incorrecta de algunos términos. Aun aparecen expresiones coloquiales. No utilizan conectores o palabras relacionantes; sólo algunos signos de puntuación A pesar de que el propósito de los escritos Han ampliado su léxico es el de informar o gracias a la recopilación explicar un fenómeno, a de información pertinente veces es nota demasiado para explicar o desarrollar apego a la información los temas. original. Pobreza en la uso de diversas secuencias explicativas. Contradicciones Ausencia de conectores Presencia de algunas marcadores propios de las secuencias explicativas y diferentes secuencias estrategias discursivas explicativas. Repeticiones Fuente: elaboración propia Los borradores de los textos, aunque aún presentaban algunos vacíos, permitieron la reflexión de los estudiantes en el rol de escritores, en la medida en la que originaban ideas, las escribían, revisaban el plan que habían elaborado como grupo y verificaban su pertinencia, las ajustaban de acuerdo con los aportes y verificaciones de sus compañeros, etc. El texto final, producto de la revisión y evaluación de los anteriores, debería dar lugar a un escrito embellecido, producto de la atención a las observaciones que conducirían a unos productos escritos 121 acordes con las características textuales requeridas. No obstante haber mejorado notablemente en cuanto a la delimitación de oraciones, la estructuraron párrafos, uso adecuado de aspectos básicos como ortografía y puntuación, uso de léxico apropiado a la temática desarrollada, incorporación de explicaciones, ejemplos, comparaciones, etc. aún se evidenciaron vacíos especialmente en el uso de conectores, ente otros aspectos. Tal situación requirió de la aplicación de una nueva estrategia que no se había considerado: el mejoramiento colectivo de los escritos en cada uno de los grupos con la participación activa de la docente, logrando una última versión mejorada (cfr. Anexo 15). Esta acción se llevó a cabo porque era importante garantizar que los insumos que serían utilizados para la construcción de la cartilla no presentaran inconsistencias en su contenido ni en su forma. Como resultado de esta dinámica, recolección y selección de la información, lecturas, revisiones, reescrituras, gracias al ambiente de colaboración e interacción entre las partes que intervinieron durante el tiempo que tomó la implementación de esta última parte, los escritos quedaron listos para su edición en las cartillas, las cuales también fueron producto de la documentación que los estudiantes hicieron sobre el tema: observaron modelos de las mismas para concretar los elementos necesarios para su elaboración. La última versión de los escritos mostró mejoras notables en relación con la categoría, secuencia o texto explicativo-expositivo. Como primera medida, se evidencian avances en la superestructura de los textos: fase de pregunta o presentación del problema y fase resolutiva, fase conclusiva. En el anexo 15, se corrobora la presencia de estas fases a partir de la presentación de una problemática concreta, efecto de las drogas en los seres humanos, seguida de la enunciación de las consecuencias que el consumo de las mismas trae consigo. 122 Estructuración de párrafos, conformados por oraciones bien delimitadas y uso de conectores según la secuencia explicativa predominante permitiendo establecer relaciones lógicas entre las mismas. En el mismo anexo, “el organismo es uno de los más afectados porque las drogas causan desequilibrio a la hora de comer…”, “… producen daños severos… Por ejemplo,..” Ya no se evidencia la pluralidad de formas y tiempos verbales, se enfocan en el uso de la tercera persona del singular “.. el organismo es uno de los más afectados…” , “ …llevan a la drogadicción…”, pues está comprendido que el propósito de este tipo de textos está centrado en la presentación de explicaciones de manera precisa y objetiva. Esto les ayudó al desarrollo lógico de las ideas que se presentadas en el escrito en las cuales utilizaban y léxico más elaborado, producto del momento de documentación. A pesar de todo lo anterior, aún queda mucho por hacer, especialmente porque los estudiantes olvidan con facilidad lo que se trabaja en clase y al retomar diferentes prácticas, se ve a necesidad de hacer retroalimentaciones constantemente en perjuicio de la continuidad de las actividades de clase. 4.1.3. Tercera secuencia didáctica La tercera secuencia didáctica estuvo orientada hacia dos aspectos principalmente: la elaboración de la cartilla y la evaluación de la experiencia. En cuanto a la elaboración de la cartilla, Solé (citada por Santiago et al., 2007), afirma que este subproceso tiene que ver con el perfeccionamiento sucesivo de la primera versión con el propósito de ajustar el texto a una serie de convenciones. Por lo tanto, fue conveniente privilegiar actividades de lectura individual y lectura en los grupos, que procuraran verificar si los escritos eran comprensibles y cumplían con los criterios o con las características de los textos expositivos, como una última revisión previa a la edición de los escritos. Dicho procedimiento, que inició en la etapa anterior, permitió que se llevaran a cabo acciones tendientes a la reflexión individual y grupal, de lecturas y relecturas compartidas, revisión de los escritos, detección de problemas y búsqueda de estrategias para solucionarlos. 123 Dentro de la forma de corregir esos problemas, acudieron de nuevo a los documentos consultados para complementar la información, cerciorarse de su veracidad, mejorar el vocabulario, corregir errores de puntuación, etc. 4.1.3.1. Planificación, elaboración y socialización del producto final. El producto final, como ya se había planeado, consistió en la elaboración de una cartilla en la que pudieran sistematizar y socializar los escritos que cada estudiante elaboró. En consecuencia, para cumplir con este último requerimiento, se abrió la posibilidad de un nuevo momento de aprendizaje: la elaboración de una cartilla. Aquí se originó un nuevo momento de búsqueda de información, en esta ocasión, tendiente a aclarar dudas como: qué es un cartilla, cuál es el fin, cómo se elabora, cómo está conformada, aspectos de fondo y de forma, etc. Dentro de los modelos de esta forma de difusión de la información, tomaron el manual de convivencia y las cartillas de instrucciones que entregan a los usuarios de las empresas públicas de salud, EPS. En consecuencia, analizaron la estructura de las mismas y, desde donde establecieron acuerdos para la elaboración de las propias. Entre ellos, ¿qué elementos necesitamos para hacer la cartilla? cartulinas, papel, tijeras, imágenes, colbón, etc. y, ¿qué apartados debe contener la cartilla? Introducción, el organizador que construimos, tabla de contenido, el desarrollo de los temas propuestos en el gráfico e ilustraciones de los mismos, los nombres de los integrantes del grupo, pastas. Otro aspecto que unificaron fue el formato en el que la iban a presentar para lograr cierta uniformidad estética: en computador o a mano. En esta perspectiva, los estudiantes fueron agentes activos en el proceso de construcción de conocimiento: tomaron sus propias decisiones, evaluaron la pertinencia de las mismas, propusieron nuevas alternativas, etc. hacia el desempeño eficaz dentro en la consecución del objetivo final. Concretados tales detalles y teniendo los escritos revisados, corregidos y complementados, 124 procedieron al ensamble de la cartilla. Para ello, cada grupo recolectó los escritos, las ilustraciones, si habían decidido incluir algunas y los demás elementos que formarían parte del producto final. El trabajo fue bastante dispendioso y dinámico pero se caracterizó por la creatividad y colaboración de los estudiantes en sus respectivos grupos. (cfr. Anexo 15) 4.1.3.2. Evaluación de la implementación de la intervención El propósito de la evaluación es tener información sobre determinados procesos que se han implementado dentro de la dinámica de enseñanza-aprendizaje; de los logros y las dificultades que se hayan podido originar con el fin de buscar estrategias tendientes a ajustar dicho proceso (Jolibert & Jacob, 1998). Este hecho se llevó a cabo durante todo el tiempo que duró la implementación de la propuesta; primero, mediante la reflexión y retroalimentación constante y, segundo, utilizando, en momentos estratégicos, instrumentos que se diseñaban en comunión con los estudiantes o que eran propuestos por la docente investigadora, buscando para ello el apoyo en los postulados de la evaluación formativa. Pensando de esta forma, la dinámica de producción de los escritos estuvo supervisada constantemente por la docente, quien motivó a los estudiantes hacia la reflexión orientada por instrumentos diseñados para ello (cfr. Anexos 13 y 18), correspondientes a los momentos de revisión las revisiones, de las cuales ya se habló, de los escritos que se requerían para conformar la cartilla en cuanto a aspectos propios del texto expositivo-explicativo, el proceso que los estudiantes llevaron a cabo en la composición escrita. Finalmente, la puesta en marcha de la intervención (secuencias didácticas) junto con la participación de los estudiantes y la docente en los diferentes momentos. Para comenzar, corresponde hacer referencia a la herramienta diseñada y aplicada como estrategia de evaluación y de reflexión con el objetivo de verificar 125 la efectividad de la estrategia seleccionada para contribuir a la cualificación del proceso escritor de los estudiantes y del momento de aprendizaje. Como primera medida se formularon preguntas que dieron cuenta de los subprocesos del proceso de redacción: planificación, redacción y revisión. De las respuestas que los estudiantes consignaron en el instrumento diseñado para ello, se concluyó lo siguiente: a. En cuanto al primer subproceso, los estudiantes aseguraron que dedicaron tiempo suficiente para la elaboración de su primer borrador el cual fue producto de la fase de documentación y recogida de la información necesaria para la construcción de los textos. Para ello, planificaron la estrategia de construcción de los textos, centrando su atención en qué decir, qué información incluir: “la planificación consistió en pensar y analizar lo que iba a escribir”. Por otro lado, en la estructura del texto “pensar lo que estuviera de acuerdo con otros escritos” (cómo hacerlo) y por último en el destinatario de sus producciones “puede que a mí se me facilite... mientras que a ellos se les puede complicar; para esto cambiaba mi redacción”. De la misma forma, aunque no de manera explícita, valoraron la importancia del uso de estrategias, entre ellas la elaboración de organizadores, como el que se construyó en clase durante esta fase, mediante el cual lograron distribuir responsabilidades y enfocar su atención hacia un tema específico “nos distribuimos los trabajos y materiales… “buscando información sobre el tema que me tocó…”. b. Con respecto al segundo subproceso, redacción, se refieren a estrategias asumidas por ellos, por ejemplo la forma como lograron acceder a la información que querían presentar“ elaboré mi escrito con base a la consulta y al conocimiento propio sobre el tema” , el propósito que persiguieron al elaborarlo “ para luego tener la información clara”, “ para no tener errores ya en la elaboración de la cartilla”, “ lo hice a computador y podía borrar y corregir como yo quería”, “ si no hubiera elaborado un 126 borrador algunas partes de mi escrito hubieran quedado mal y no se hubiera entendido nada…”. Las anteriores son respuestas en las que está claro que los estudiantes reconocen la importancia de esta fase como un periodo de producción dentro del cual podían hacer los ajustes que consideraban oportunos “ el borrador me sirvió para mejorar mi escrito ya en el trabajo final”. Se observa entonces, que aprendieron a ver en los borradores un instrumento en el que podían equivocarse, resaltar y corregir sus errores, complementar la información, leerlo y releerlo para descubrir sus vacíos e incluso compararlo con otros textos escritos por expertos (los textos en que se documentaron) “…puse elementos y agregué información” y con los de sus compañeros. c. Por lo que concierne al último subproceso, el de la revisión, conviene resaltar que este momento estuvo marcado por la dinámica que se generó dentro de los grupos. A este respecto, en varias de las opiniones de los estudiantes se pudo percibir que no todos demostraron el mismo grado de responsabilidad, no obstante haber llegado la meta propuesta: se evidenció un buen nivel de interés para leer, evaluar y corregir sus escritos y los de sus compañeros: “…primero tuve que leer para observar si estaba bien completamente y corregir los errores que haya cometido”, “leía lo que había escrito y si me faltaba algo lo complementaba”. “con mis compañeros corregimos y aportamos a cada texto”. Los aportes entregados no solo se enfocaron hacia el resultado del escrito sino en cuanto al proceso. Varios estudiantes manifestaron que tuvieron dificultades especialmente para comenzar su escrito porque no sabían cómo hacerlo, unos porque no comprendían la información que consultaron y otros por falta de la misma o de recursos. “no tenia información necesaria”,” al leer la información no entendia muy bien y esto atrasaba la elaboración del escrito” no tenia los recursos… Dichos problemas fueron solventados en el grupo “obtuve ayuda de 127 mis compañeros”, “… todos nos ayudamos a decirnos las dificultades que teníamos” mediante varias estrategias entre las que podemos contar la complementación de la información, solicitar explicaciones, reescritura de los textos, etc. “…volviendo a leer y redactando el texto…”, revisando y corrigiendo la ortografía”, “buscando más información y charlando con mis compañeros”, etc. Una vez concluida esta parte, se procedió a la evaluación de la estrategia por parte de los estudiantes. En primer lugar, ellos valoraron la dinámica desarrollada como un espacio que les permitió aprender a redactar un texto, a ser respetuoso con los compañeros y valorar sus aportes, ampliar la información sobre temas determinados y a ser constantes y persistentes en la consecución de una meta: “aprendi a redactar un texto”, “yo aprendi a respetar a mis compañeros”, “… a ser mas consiente en el tema de las drogas”, “…queriendo hacer las cosas logra lo que quiera”. Al respecto, se pudo evidenciar cómo la implementación de estrategias didácticas, cognitivas y metacognitivas, no sólo favoreció procesos académicos en pro de la construcción de conocimientos específicos, sino que también fueron espacios formativos que aportaron dinámicas hacia el desarrollo personal y grupal de los estudiantes y su empoderamiento de la dinámica de trabajo. En la misma medida, permitieron el acercamiento del docente y el acompañamiento cercano a los procesos propios de dinámica de la clase y lo conducen a tomar parte activa en le ejecución de ellos. En cuanto a la construcción de conocimiento, los estudiantes reconocieron y resaltaron su participación como requisito fundamental para la buena marcha y el logro de los resultados que satisficieron las necesidades de aprendizaje. Las formas de trabajo privilegiadas para desarrollar la propuesta permitieron que los estudiantes reconocieran la presencia de situaciones que dificultaron su proceso pero también otras que contribuyeron a un ambiente propicio para su desempeño 128 y que poco a poco van cambiando la reticencia por el trabajo en algunas personas permitiéndoles tomar un papel diferente. “trabajé positiva y activamente”, “todos nos ayudamos” “…regular porque no le puse todo mi empeño”,” discutíamos por bobadas pero pudimos desarrollar y trabajar en grupo”, “momentos placenteros cuando elaboramos los textos porque todos nos ayudamos”, “la cartilla porque entre todos nos ayudamos”, “al principio no quise hacer nada pero ya que necesitaba la nota quise hacer el trabajo y me gustó”. El último aspecto sobre el cual se indagó desde este instrumento estuvo encaminado a conocer los aportes de los estudiantes a la dinámica ejecutada. De su parte, se percibió que les hizo falta demorar un poco más en el momento de la documentación que les permitiera recopilar más información. Otros se inclinaron por la necesidad de mejorar la participación en el desarrollo de la propuesta. Un tercer elemento, que resaltaron como un vacío fue corregir más los textos y revisarlos. Recapitulando sobre los diferentes momentos vividos, se percibe que este comentario fue producto de la no aceptación de los aportes de los compañeros durante el proceso de revisión de los escritos, pues la dinámica de esta fase siempre se ha centrado en la corrección que hace el docente. 129 5. CONCLUSIONES La experiencia que se llevó a cabo, desde el momento en que fue concebida hasta su finalización, permitió resaltar la importancia de organizar y planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje en torno a los intereses y necesidades auténticas de los estudiantes. De tal manera que se logró la coherencia entre los objetivos educativos y la práctica, y de igual forma, se incentivó el uso de estrategias cognitivas y metacognitivas tendientes a favorecer el proceso de escritura, a través de una herramienta adecuada, útil, flexible y especialmente posible a los educandos, lo que les permitió desenvolverse con mayor destreza en el contexto escolar. Una forma de desenvolvimiento y organización de la experiencia pedagógica se logró encontrar en la estrategia de las secuencias didácticas (SD), desde la cual se desarrollaron una serie de acciones vinculadas entre sí, de naturalezas intencionales y enfocadas hacia el logro de una meta. Con la forma de intervención seleccionada, se fortaleció el proceso de producción escrita toda vez que los estudiantes lograron hacer uso de estrategias cognitivas y metacognitivas propias de los subprocesos de planificación, realización y revisión, permitiéndoles regular y controlar su forma de hacer las cosas y las producciones escritas que elaboraron. Para lograr dichos avances, fue clave la participación de la docente investigadora quien, en primer lugar, brindó las bases tanto teóricas como estratégicas orientando el proceso hacia el desarrollo de las capacidades y habilidades escriturales de los estudiantes preparándolos para el momento en el cual se enfrentara a la tarea de elaborar textos escrito. En segundo lugar, favoreció la creación de ambientes de aprendizaje en los que se privilegió el trabajo cooperativo. Tal modalidad de acción benefició la participación activa a partir de momentos de interacción, intercambio de opiniones, distribución de responsabilidades, etc. Además, como lo sostienen Camps & Colomer (2003), la escritura en colaboración contribuye a la interiorización de procedimientos para que más adelante se puedan realizar de manera autónoma. En coherencia con lo 130 anterior, se hizo posible la autorregulación de los estudiantes en una dinámica en la cual el resultado de la meta propuesta dependía de cada uno de los integrantes de los grupos. El aprendizaje de la escritura implica el desarrollo de determinadas habilidades lingüísticas y comunicativas (Camps & Zayas, 2006). Por lo tanto, para la realización de las actividades tendientes a la ejercitación y mejora de las habilidades redactoras de los estudiantes, es necesario que el docente posea amplios conocimientos tanto de las estrategias que necesita para enseñar como de los contenidos de enseñanza, por cuanto debe proporcionar no sólo as bases teóricas sino también las herramientas pedagógico didácticas que los estudiantes necesitan para resolver sus tareas de composición y las asuman con responsabilidad. Desde la anterior mirada, la SD se convirtió en una herramienta que privilegió el desarrollo de subprocesos mediante las cuales los estudiantes aprendieron a establecer propósitos, elaborar esquemas que los orientan en la búsqueda de información pertinente, tomar notas, hacer borradores, revisiones, confrontaciones, etc. En otros términos, se convirtió en el medio que permitió generar un plan de trabajo que, en forma sistemática y organizada, condujo al alcance de unas metas concretas: aprender a hacer algo y a cómo hacerlo, con qué propósito, etc. La motivación que se dé a los estudiantes para que participen en experiencias de escritura que involucren momentos de planificación, producción, revisión y evaluación de sus escritos, requiere de tiempo, organización y disposición de las diferentes actores del proceso educativo. Por eso se debe propiciar espacios de trabajo conjunto en el cual se fortalezcan las relaciones estudiante- estudiante e inclusive estudiante-profesor para poder poner en juego las estrategias didácticas pertinentes para el desarrollo y la cualificación de las habilidades escriturales de los estudiantes. 131 Otro aspecto que se consideró relevante hacia el fortalecimiento del proceso escritor de los estudiantes, fue que esta práctica partió de un referente que se pudo suministrar a través de la lectura. Algunos autores consideran necesario enseñar los géneros textuales (Camps & Milian, 2000; Camps & Colomer, 2003; Camps & Zayas, 2006) para lograr el dominio de los textos. Asimismo aseguran que no es suficiente con componerlos sino que se debe aprender cómo son, qué características tienen, etc. En esa dirección, se considera que el hecho de introducir actividades de lectura antes de incursionar en el desarrollo de la composición de escritos pues, sea cual sea el género, es una estrategia que permitió, en primer lugar, concientizar a los estudiantes que estos son dos procesos complementarios (lograr la articulación de los dos procesos); en segundo lugar, a valorar el recurso de la lectura como fuente de enriquecimiento lexical y de adquisición de conocimiento. En este caso, aprendieron las características lingüísticas, pragmáticas, gramaticales, etc. propio del género textual, objeto de aprendizaje y de composición escrita. Ahora bien, en cuanto al género textual objeto de aprendizaje y de composición, el texto expositivo resultó ser un texto privilegiado porque, a partir de él, los estudiantes lograron comprender que los textos objeto de aprendizaje en el ámbito escolar, posee características comunes de superestructura pero que los diferencia el propósito con el cual de escriba. Por tal motivo, al acercarse a textos producidos con fines pedagógicos, pudieron formarse una idea precisa de sus características y además fue posible que evidenciaran diferentes clases de secuencias propias de estos textos, gracias a las cuales toman su nombre. Este último aspecto los condujo a ser más cuidadosos en el momento de la producción de sus escritos y lograr bosquejos que pudieron ser clasificados en uno de los diferentes géneros textuales y no, como lo mencionó Adams, “un collage” como los que producían antes de la intervención. 132 La atención de los docentes en relación con los textos que se deben enseñar ha estado enfocada hacia los textos narrativos. Sin embargo, como lo señalan algunos autores, en una época que se caracteriza por presentar un alto índice de circulación de la información, este tipo de textos preparan a los estudiantes para interactuar con una herramienta de carácter social, no solo en el marco de la escuela sino también en el contexto en el que se desenvuelven (Sánchez et al., 2007). Tomar en consideración este tipo de textos como objeto de aprendizaje favoreció en los alumnos tener una visión más estructurada de la realidad mediante la comprensión de los fenómenos que en ella suceden. De igual forma, ampliaron su léxico, aprendieron a presentar información con precisión, claridad y objetividad, a desarrollar una temática concreta de forma que procuraban, a sus posibles lectores, la comprensión de los hechos desarrollados, a analizar las diferentes clases de relaciones que se pueden presentar entre enunciados o ideas, a utilizar conectores de acuerdo con esas relaciones. Además ampliaron su bagaje cultural al buscar fuentes de información que les permitiera construir una visión más clara con relación a temas de su interés. Recogiendo lo más importante de esta propuesta, cabe anotar que el trabajo desarrollado favoreció una dinámica que permitió, tanto por parte de los estudiantes como de la docente, la construcción de conocimientos, la creación de ambientes de aprendizaje favorables para llegar a ellos, el trabajo y aporte tanto de los unos como de los otros hacia el alcance de un logro concreto, la interacción constante entre las partes del proceso, etc. Es conveniente resaltar, además, la riqueza de aportes en relación con las estrategias que asumió la docenteinvestigadora con miras a modificar sus esquemas hacia el desarrollo de dinámicas que involucren y permitan reconocer a sus estudiantes como agentes activos y responsables de sus propios procesos. Por otro lado, aunque se procuró hacerlo, un proceso como el que se describió anteriormente debe apoyarse siempre en la realización de momentos de 133 evaluación formativa como insumo importante en la retroalimentación que aporte a la reparación de inconsistencias detectadas, pero que puedan ser analizadas con los estudiantes de forma ordenada, clara y sistematizada. Es decir, procurar que ellos sean también quienes tomen decisiones que los beneficien a través de más momentos de reflexión alrededor de los instrumentos que se aplicaron como forma de evaluación. Sin embrago, esta forma de actuar no se logró favorecer pues, por un lado, hacerlo requeriría de mucho más tiempo del que se invirtió durante la implementación de la propuesta de intervención y, por otro lado, los instrumentos aplicados probablemente no favorecieron la claridad en los estudiantes para que ellos pudieran hacer una valoración justa e imparcial de los escritos de sus compañeros. En otras palabras, los criterios que conformaban los instrumentos aplicados para estos espacios, probablemente fueron demasiado generales en consecuencia las valoraciones que emitieron respondieron a os mismos, motivo por el cual al revisar los escritos e inclusive comparar las apreciaciones dadas por ellos coincidían en la mayoría de los aspectos pero no atendían a la realidad de sus producciones escritas. Adicional, hizo falta diseñar más instrumentos que permitieran monitorear más el proceso y no solamente el producto involucrando la evaluación formativa. Pese a todo lo anterior, el aporte de trabajos como este contribuye a la modificación de las estrategias que utilizamos los docentes y nos permiten considerar nuevas maneras de estructurar el proceso de enseñanza, tomando como eje dinámicas que se centren en las necesidades de los estudiantes como sujetos activos y participativos de su propio aprendizaje. En la misma medida, la implementación de estrategias permite que el docente asuma un rol más activo, no solo como modelo de las diferentes situaciones de aprendizaje, sino como el actor de un proceso que necesita de su orientación y acompañamiento constantes. 134 BIBLIOGRAFÍA LIBROS: Adam, J. M. (1992) Les textes: types et prototypes. Paris: Editorial Natham. Alcoba, S. (1999). La Oralización. Barcelona: Editorial Ariel S.A. Atorresi, A. (2010). Un estudio de las habilidades de los estudiantes de América Latina y el Caribe. Santiago: Productora Gráfica Andros Ltda. Atorresi, A. & Zamudio, B. (2014) El texto explicativo y su enseñanza. Bogotá D.C. Red colombiana para la transformación de la formación docente en lenguaje. Editorial Kimpres Ltda. Bassols, M. & Torrent A. (1977) Modelos Textuales: teoría y práctica. Barcelona: Ediciones Eumo- Octaedro. Bojacá, B. & Pinilla, R. (1996) Talleres para la producción y evaluación de textos: el texto explicativo. Bogotá D.C. 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Ejemplo de textos escritos por los estudiantes durante la etapa de delimitación del problema 150 Anexo 5. Estructura de las secuencias didácticas diseñada para la intervención 152 Anexo 6. Modelo del texto expositivo-explicativo escogido para los momentos de lectura, revisión de conocimientos previos: “La vida en el suelo” 156 Anexo 7. Acciones para la producción de escritos 159 Anexo 8. Procedimiento llevado a cabo para el reconocimiento de las secuencias explicativas prototípicas 161 Anexo 9. Documento teórico construido para el momento de consolidación teórica 162 Anexo 10. Ejemplo de organizadores textuales en tres niveles elaborados por los estudiantes 167 145 Anexo 11. Taller sobre el texto “La vida en el suelo” 168 Anexo 12. Muestra de los organizadores gráficos elaborados para la documentación 169 Anexo 13. Pauta de valoración texto expositivo primer y segundo Borrador 170 Anexo 14. Muestra del primer borrador de los escritos producidos por los estudiantes 171 Anexo 15. Muestra del segundo borrador de los escritos producidos por los estudiantes 172 Anexo 16. Muestra del texto final de los escritos producidos por los estudiantes 173 Anexo 17. Fotografías del momento de elaboración de las cartillas en los diferentes grupos 174 Anexo 18. Muestra de las pautas de valoración del proceso de escritura y de la intervención 175 Anexo 19. Fotografías de un ejemplo de las cartillas elaboradas por los estudiantes 176 146 ANEXOS Anexo 1. Muestra de encuesta aplicada a los estudiantes 147 Anexo 2. Muestra de encuesta aplicada a profesores ciclo IV 148 Anexo 3. Muestra de los talleres de redacción que proponen algunos docentes 149 Anexo 4. Ejemplo de textos escritos por los estudiantes durante la etapa de delimitación del problema 150 151 Anexo 5. Estructura de las secuencias didácticas diseñadas para la intervención ESTRUCTURA DE LAS SECUENCIAS DIDÁCTICAS CONTEXTO:CONTEXTO Profesor: Efigenia Báez Soto Colegio: Acacia II, IED Campo de pensamiento: Comunicativo Asignatura: Lengua Castellana Tiempo: 16 semanas ( marzo- junio ) Ciclo: IV Estudiantes : Número de sesiones : 16 38 Curso: 902 PRIMERA SECUENCIA DIDÁCTICA MOMENTO Primer momento: Sensibilización y negociación. Objetivo:Sensibilizar y motivar a los estudiantes para participar de manera activa en el desarrollo de experiencias de producción de textos escritos y unificar criterios que beneficien el desarrollo de la propuesta. Segundo momento: Ambientación y motivación (primer acercamiento a la composición escrita de un texto expositivo-explicativo) Objetivo: Realizar una primera experiencia de producción de un texto explicativo a partir de la presentación de un video. ESTRATEGIAS METACOGNITIVAS: lluvia de ideas para determinar las propuestas y criterios de desarrollo y forma de participación. ACTIVIDAD Presentación de la propuesta a los estudiantes. Unificación de criterios en cuanto a la dinámica de trabajo y el producto final. PRODUCTO El producto de este momento será la una propuesta conjunta, estudiantes-docente, de la dinámica de trabajo que se va desarrollar durante el tiempo que lleve la intervención didáctica. COGNITIVAS: Hacer inferencias sobre el contenido del documental a partir del título del mismo; dirigir la atención sobre el contenido del documental para seleccionar los temas y subtemas del mismo. METACOGNITIVAS: Resumen del contenido del video partiendo de los temas y subtemas del mismo. Formulación de preguntas. Elaboración de un escrito. Lectura por parejas. Valoración del texto. Proyección del documental: “Consecuencias del calentamiento Global” Elaboración de un escrito expositivo de acuerdo con el tema escogido luego de la plenaria sobre el video. Se recogen los textos para evaluarlos la próxima clase de acuerdo con un primer acercamiento a una pauta de valoración. Corrección de los escritos. 152 Tercer momento:Exploración de conocimientos previos: Leer y comprender antes de escribir. Lectura del texto: “ La vida en el suelo” Objetivo: Acercar a los estudiantes a un texto con secuencia expositivoexplicativa dominante que permita reconocer los elementos que lo caracterizan y así activar en ellos el conocimiento construido sobre dichos textos. COGNITIVAS: Hacer inferencias y predicciones a partir de títulos, subtítulos, negrillas, ilustraciones, etc. Generar preguntas. Identificar ideas principales y secundarias. METACOGNITIVAS: Subrayar, hacer resúmenes, organizadores gráficos, verificar predicciones. Cuarto momento: conceptualización y consolidación del tema. Objetivo:Reconstruir con los estudiantes los aspectos teóricos necesarios y pertinentes sobre el texto expositivo explicativo. COGNITIVAS: activación de conocimientos previos, identificación del esquema de base de la secuencia explicativa. Elaboración del organizador gráfico. METACOGNITIVAS: representación gráfica del contenido del fragmento. LA VIDA EN EL SUELO: Prelectura o anticipación • Predicción: aporte de ideas y formulación de preguntas relacionadas con el contenido y la tipología textual… Durante la lectura o fase de comprensión: • Lectura del texto. • Búsqueda de información. • Resolución de las preguntas planteadas anteriormente. • Formulación y resolución de nuevas preguntas. Después de la lectura o fase de evaluación. • Confirmar las predicciones que hicieron antes de la lectura. Solicitar a los estudiantes que sinteticen el escrito mediante la elaboración de resúmenes u organizadores gráficos: mapa conceptual, esquema, mapa mental, etc. A partir de la lectura y análisis de algunos fragmentos del texto anterior se establece la definición, características, organización textual, tipos o clases de secuencias expositivoexplicativas. Lectura de otro fragmento en el cual los estudiantes identifiquen los elementos característicos del texto: clase de secuencia, marcadores lingüísticos, etc. y elaboren organizador gráfico. 153 Antes de la lectura: establecer el propósito de la lectura y formulación de preguntas preliminares sobre el contenido, la forma y la tipología textual del texto. Durante la lectura: confirmación de las preguntas en plenaria y planteo de unas por parte del docente para que se resuelvan a medida que se avance de la lectura del texto. Después de la lectura, elaboración de resúmenes y organizadores gráficos. Atendiendo a la estructura del organizador presentado como modelo para cada subtipo textual, escoger algunos párrafos de los que conforman el texto que se ha estado trabajando e identificar el subtipo al que pertenece y elaborar el organizador gráfico. SEGUNDA SECUENCIA DIDÁCTICA MOMENTO Primer momento: preparación. Objetivo: Unificar criterios para la realización exitosa de la actividad de escritura . ESTRATEGIAS METACOGNITIVAS: lluvia de ideas y unificación de criterios sobre la dinámica de trabajo, la forma de participación y de sistematización de los escritos producidos por los estudiantes.. ACTIVIDAD Unificación de criterios frente al propósito de los escritos, el tema, la dinámica de trabajo y el producto final de escritura. PRODUCTO Conformación de equipos de trabajo por afinidad en cuanto a las temáticas escogidas. Elaboración de un organizador gráfico, preferiblemente mapa mental o conceptual, en el que los estudiantes focalicen temas y subtemas que consideren pertinentes para la búsqueda de información. Segundo momento: planificación de(l / los) escrito(s) Objetivo: Motivar a los estudiantes para que seleccionen el tema y los subtemas que desean abordar para facilitar la búsqueda de información necesaria. Tercer momento: textualización. Objetivo: Elaborar borradores de los textos escritos por los estudiantes COGNITIVAS: Recopilar información. Organizar y estructurar la información recopilada. METCOGNITIVAS: Lluvia de ideas para especificar los tópicos posibles mediante la elaboración de un mapa de ideas. Categorizar y priorizar. Socialización de la consulta realizada por los estudiantes al interior de cada grupo: información recopilada y fuentes en las que consultaron. Cada estudiante elabora su escrito de acuerdo con la información que aportó y los aportes de sus compañeros. Los estudiantes se reúnen en grupo con el material que aportaron para la documentación. Cada uno desarrolla su escrito de acuerdo con la temática elegida. Leen entre ellos los escritos y los evalúan a la luz de la pauta de valoración presentada sobre la estructura del texto expositivo. Vuelven a escribir su texto y lo socializan de nuevo. Cada estudiante elabora o compone su escrito y lo socializa con sus compañeros. Aplicación de una pauta de valoración del proceso de redacción del texto al interior de cada uno de los grupos para consolidar el texto definitivo. Composición del texto definitivo atendiendo a las observaciones que surjan en la pauta. Aplicación de la misma pauta de valoración del escrito y textualización final. Segundo borrador y textos definitivos producidos por cada estudiante dentro de los diferentes grupos atendiendo a las debilidades que se detectaron en cuanto a las características del escrito Cuarto momento: revisión y elaboración del escrito final. Objetivo: Mejorar el escrito partiendo del último borrador revisado y evaluado para determinar posibles vacíos e inconsistencias. COGNITIVAS: activación de nuevos conocimientos y del esquema de base de la secuencia explicativa. METACOGNITIVAS: elaboración de borradores, lectura de los borradores al interior del grupo, Aplicación de una pauta de valoración para verificar el proceso. Reflexión individual y conjunta con el grupo. Producción de un nuevo borrador atendiendo a los resultados obtenidos luego de la valoración. METACOGNITIVAS: relectura atenta y compartida al interior de los grupos. 154 TERCERA SECUENCIA DIDÁCTICA MOMENTO Primer momento: planificación del producto final. Objetivo: Establecer los aspectos de fondo y forma de la cartilla para sistematizar los escritos producidos por los estudiantes. Segundo momento: textualización. Objetivo:Elaborar la cartilla de acuerdo con las decisiones tomadas en los grupos. Tercer momento: revisión. Objetivo:Evaluar la forma de intervención a partir de una pauta de valoración elaborada por la docente ESTRATEGIAS METACOGNITIVAS: lluvia de ideas y unificación de criterios sobre el diseño y la representación del documento para sistematizar los escritos. METACOGNITIVA: pauta de valoración de las secuencias desarrolladas ACTIVIDAD Elaboración del borrador o bosquejo del diseño del producto final (cartilla) en cuanto a la estructura interna y externa de la misma. PRODUCTO Bosquejo de la cartilla: los estudiantes unifican criterios para la elaboración y presentación de la cartilla: estructura, material, contenidos, forma( a mano o en computador), ilustraciones, etc. Elaboración y presentación de las cartillas o producto final. Socialización: cada grupo enseña su cartilla en los demás grupos y la entrega a la docente. Aplicación de una pauta de valoración para que los estudiantes evalúen la experiencia desarrollada.(Las secuencias didácticas) Cartillas de los diferentes grupos. 155 Pautas de valoración diligenciadas. Socialización y síntesis para determinar fortalezas, debilidades y sugerencias tanto hacia los estudiantes como hacia la forma como se guió y desarrolló la experiencia. Anexo 6. Ejemplo de un texto expositivo-explicativo escogido para los momentos de lectura, revisión de conocimientos previos: “La vida en el suelo” 156 157 158 Anexo 7. Acciones para la producción de escritos durante la primera SD., desarrolladas por Brallant Ferney Albrracin, 902 Primera acción: Escoger y leer un fragmento. (Muestra de uno de los fragmentos o apartados del texto: “La vida en el suelo”.) El hombre y las selvas tropicales Las actividades del hombre solo han empezado a amenazar la selva lluviosa tropical recientemente. Desde los tiempos prehistóricos, los bosques han albergado a pueblos, que sin conocimientos agrícolas, vivieron como cazadores y recolectores. Utilizaban únicamente armas de piedra y de madera como arcos y flechas, para matar a sus presas, y recolectaban bayas, frutos y miel de su entorno. Su influencia sobre el ambiente natural era mínima. Todavía algunos pueblos, como los pigmeos africanos y los punans de Borneo, viven en tan sencillo equilibrio con la naturaleza. Los punans no tienen casas permanentes sino que construyen con hojas y ramas refugios temporales que abandonan poco después. Los pigmeos construyen refugios similares. Segunda acción: elaborar un organizador gráfico (muestra de los organizadores que elaboraron los estudiantes) 159 Tercera acción: reconstruir el texto original. (Muestra de los textos producidos por los estudiantes a partir de los organizadores) El hombre y las selvas tropicales: Anteriormente el hombre convivia con su entorno en las selvas, esta convivencia implicaba el uso de armas y herramientas de piedra para la caza y recolecta de alimentos, esto fue cambiando a lo largo de los años ya que el hombre actual se convirtió en amenaza para estas selvas al extraer y explotar sus bienes, sin embargo las actuales tribus selvaticas aún conservan su relación con su entorno y viven como anteriormente lo hicieron sus antepasados. 160 Anexo 8. Procedimiento llevado a cabo para el reconocimiento de las secuencias explicativas prototípicas. Fragmento a partir del que se llevó a cabo la actividad de modelado para la elaboración de organizadores textuales de las secuencias explicativas: causaefecto. Efectos en el clima mundial. Los suelos de la selva tropical carecen de capas profundas de humus, de forma que, desprovistos de árboles, quedan al descubierto y pronto son erosionados. Esto reduce su capacidad para retener la humedad y, en este efecto de esponja, el agua de lluvia fluye violentamente y puede causar inundaciones, como ocurre con frecuencia en la India y en Bangla Desh. La sedimentación en los estuarios se incrementa cuando la capa superior del suelo es arrastrada por la lluvia torrencial. En ciertos lugares de Asia, la deforestación ha provocado cambios en los cursos de agua, lo que ha dañado la producción de los campos de arroz. Organizador en tres niveles resultado del análisis hecho junto con los estudiantes sobre el fragmento anterior: 161 Anexo 9. Documento teórico construido para el momento de consolidación teórica EL TEXTO EXPOSITIVO-EXPLICATIVO Los textos expositivos intentan comunicar, informar, proporcionar una explicación al lector acerca de una o más temáticas determinadas. Este tipo de textos son continuamente utilizados en la prosa de distintas ciencias naturales (física, biología, etcétera), sociales (historia, geografía, etcétera) y otras disciplinas (por ejemplo, matemáticas, administración, etcétera) (Def. tomada Díaz Barriga, 1999: cap. 5). También se utiliza en el ámbito periodístico, en las crónicas y en los reportajes, entre otros. Características: Heterogeneidad textual: podemos encontrar diferentes formas textuales como narración, descripción y argumentación. Claridad y objetividad discursiva: evitar el uso de adjetivos valorativos que pueden generar ambigüedad. Utilización de terminología específica: tecnicismos, neologismos, extranjerismos Tiempo verbal presente indicativo o presente perfecto Utilización de conectores y conjunciones propios de la secuencia explicativa para relacionar las ideas u oraciones presentadas. No se utilizan expresiones del punto de vista del autor como por ejemplo: yo opino, me parece, pienso…, etc. Organización textual: En este tipo de textos se pueden identificar tres fases o componentes: 1. Introducción o cuestionamiento: en esta fase se presenta el planteamiento del tema. Puede ser una pregunta directa o indirecta mediante la cual se presenta el propósito del texto. (Muth, Alcoba, Adam, Sánchez) 162 2. Resolutiva: se refiere al desarrollo de las explicaciones propiamente dichas. (Adam y Alcoba) 3. Conclusión o conclusiva: conecta con el planteamiento y trata de asegurar la comprensión del tema. Tipos de texto o secuencias expositivo-explicativas: Colección o descripción Secuencia o enumeración Comparación y contraste Causa- efecto Problema-solución 1. Colección: los atributos o características que se presentan en forma de listado se agrupan por categorías o grupos. Las palabras clave son las expresiones que indican explícita o implícitamente la enumeración de las categorías presentadas en el texto alrededor del tema básico. Pueden ser: “en primer término...”, “un primer grupo...”, “en segundo lugar...”, “otra clase...”, etcétera. 2. Secuencia: las ideas que se presentan se organizan de acuerdo a un orden cronológico. Las palabras claves son aquellas que expresan orden de eventos, sucesos, acciones en el tiempo. Algunas de ellas son: “primero...”, “segundo...”, “acto seguido...”, “posteriormente...”, “después...”, “por último...”, etc. 3. Comparación – contraste: la organización de este texto se realiza a través de la comparación de semejanzas y/o la contrastación de diferencias entre dos o más temáticas. Palabras clave: “a semejanza-diferencia-de”, “desde un punto de vista... desde otro punto de vista”, “se asemejan...”, “se distinguen...”, “es similar a...”, etc. 163 4. Causa-efecto: las palabras clave son todas aquellas que expresan una relación semántica de causa-efecto: “la causa principal es...”, “por esta razón...”, “la con-secuencia es...”, “un efecto es...”. 5. Problema – solución: El texto se articula en torno a la presentación de un determinado problema y posteriormente la o las posibles soluciones existentes para su resolución. Como palabras clave podemos encontrar las siguientes: “el problema es...”, “la pregunta central solución(es)...”, “la(s) respuesta(s)...”, “una dificultad...”, etc. Organizadores Textuales: 1. Primera secuencia: colección-descripción 164 es...”, “la(s) 2. Segunda secuencia: Enumeración-secuencia 3. Tercera secuencia: comparación-contraste 165 4. Cuarta secuencia: causa-efecto 5. Quinta secuencia: problema-solución 166 Anexo 10. Ejemplo de organizadores textuales en tres niveles elaborados por los estudiantes El contacto con el aire contaminado es la causa de varios tipos de enfermedades en la salud de los hombres: uno de los efectos se manifiesta por la frecuencia con que se presentan enfermedades de tipo respiratorio; otro de los efectos radica en la contaminación de la sangre por los altos niveles de plomo, y por último, otra de las consecuencias son las enfermedades de tipo digestivo. (Tomado de Díaz Barriga Frida , cap. 5) 167 Anexo 11. Taller sobre el texto “La vida en el suelo” 168 Anexo 12. Muestra de los organizadores gráficos producidos por los estudiantes para la documentación 169 Anexo 13: Pauta de valoración texto expositivo primer y segundo borrador de los escritos producidos por los estudiantes Anexo 14. Primer borrador. 170 Anexo 14. Muestra del primer borrador de los escritos producidos por los estudiante 171 Anexo 15. Muestra del segundo borrador de los escritos producidos por los estudiantes 172 Anexo 16. Muestra de los escritos finales producidos por los estudiantes 173 Anexo 17. Fotografías del momento de elaboración de las cartillas en los diferentes grupos 174 Anexo 18. Muestra pautas de valoración proceso escritura e intervención. 175 Anexo 19. Fotografías de una de las cartillas elaboradas por los estudiantes. 176 177