LIBERTAD SINDICAL; UNICIDAD VS PLURALIDAD ¿UN MODELO EN CRISIS? Luis Ignacio Ceferino Arroquigaray Desde hace algunos años a través de distintos fallos de la CSJN, se ha venido cuestionando y modificando en favor de las asociaciones sindicales simplemente inscriptas, y de las representaciones sindicales derivadas de ellas, a la unidad sindical promovida prevista por nuestra L.A, S., argumentándose en la aplicación del principio de la libertad sindical, los pactos internacionales de derechos Humanos y el artículo 14 bis de nuestra carta magna. Así Nuestro supremo tribunal federal en el fallo 331.2499 del 1 de noviembre de 2008 inaugura con ATE 1, la puesta en cuestión del sistema de la LAS estableciendo: Que corresponde revocar la sentencia apelada en cuanto desconoció el derecho de ATE a intervenir en la celebración de los comicios de delegados del personal en el ámbito del Estado Mayor General del Ejército y el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, con base en que, pese a comprender dicho ámbito de actividad, no gozaba en éste de personería gremial, pues no se ha invocado, ni la Corte advierte, la existencia de razón alguna que haga que la limitación impugnada resulte necesaria a una sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o del orden público, o para la protección de los derechos y libertades ajenas, sino que parece marchar en sentido opuesto a dichos intereses y a las necesidades de una sociedad del tipo indicado, la cual, si algo exige, es que el modelo que adoptó permee los vínculos asociativos, sobre todo aquellos que, como los sindicales, están llamados a coadyuvar en la promoción del bienestar general. El art 41 inc a de la ley 23.551 -al exigir que los “delegados del personal” y los integrantes de “las comisiones internas y organismos similares” previstos en su art. 40, deban estar afiliados “a la respectiva asociación sindical con personería gremial y ser elegidos en comicios convocados por ésta”- viola el derecho a la libertad de asociación sindical amparado tanto por el art. 14 bis de la Constitución Nacional como numerosas normas de raigambre internacional, afectando injustificadamente la libertad de los trabajadores individualmente considerados que deseen postularse como candidatos, no obstante, la existencia, en el ámbito, de otra simplemente inscripta, como así también la libertad de éstas al impedirles desplegar la actividad para la que fueron creadas. Al consagrar la democracia gremial, el art. 14 bis de la Constitución Nacional manda que el régimen jurídico que se establezca en la materia, antes que impedir o entorpecer, debe dejar en libertad las mentadas actividades y fuerzas asociativas, en aras de que puedan desarrollarse en plenitud, vale decir, sin mengua de la participación, y del eventual pluralismo de sindicatos, que el propio universo laboral quiera darse, y los términos “libre y democrática” mencionados en aquél, no por su especificidad y autonomía, dejan de ser recíprocamente complementarios. La libertad de asociación sindical remite al Convenio Nº 87 -ratificado por la Argentina en 1960 y comprendido en la Declaración de la OIT relativa a los Principios y Derechos Fundamentales del Trabajo-, el cual hace hincapié en que los trabajadores, sin ninguna distinción y sin autorización previa, tienen el derecho de constituir las organizaciones que estimen convenientes, así como el de afiliarse a éstas, con la sola condición de observar los estatutos de las mismas, así como, aquéllas tienen el derecho de redactar sus estatutos y reglamentos administrativos, elegir libremente sus representantes, organizar su administración y sus actividades y formular su programa de acción. En el fallo “Rossi Adriana María C/ Estado Nacional Armada Argentina S/Sumarísimo “332 .2715 del 9 de diciembre de 2009,la corte establece que corresponde declarar la inconstitucionalidad del art. 52 de la ley 23.551, en la medida en que excluye a la actora del goce de la tutela otorgada por este último a los representantes de asociaciones con personería gremial, por ser representante presidenta) de una asociación sindical, la cual, no obstante comprender en su ámbito a la relación de trabajo de dicha representante, tiene el carácter de simplemente inscripta y existe otro sindicato con personería gremial en ese ámbito. Al denegar una garantía expresamente reconocida por la Constitución a un gremio para asegurar la exclusividad de otro se ha ocasionado un severo agravio al principio que asegura el derecho a una organización sindical libre y democrática, por lo que cabe concluir que la preexistencia de un sindicato con personería gremial de primer grado en el ámbito laboral donde se desempeñan los trabajadores de la actividad que la federación de la cual la actora es miembro también representa, no puede constituir un motivo válido en términos constitucionales para privar de la protección especial establecida en el art. 52 de la ley 23.551 a una de sus dirigentes (Voto de la Dra. Carmen M. Argibay). Al limitar a los representantes gremiales de los sindicatos con personería gremial los alcances de la protección prevista en su art. 52, la ley 23.551 -reglamentaria de la libertad sindical constitucionalmente reconocida-, ha violentado, de manera tan patente como injustificada, la esfera en que el legislador puede válidamente dispensar determinados privilegios a las asociaciones más representativas, en primer lugar, porque el distingo constriñe, siquiera indirectamente, a los trabajadores individualmente considerados que se dispongan a actuar como representantes gremiales, a adherirse a la entidad con personería gremial, no obstante la existencia, en el mismo ámbito, de otra simplemente inscripta, y en segundo término, porque ataca la libertad de los sindicatos simplemente inscriptos y la de sus representantes, al protegerlos de manera menor que si se tratara de asociaciones con personería gremial, en un terreno de la actividad sindical que también es propio de aquéllos y en el cual, de consiguiente, no se admiten privilegios. La CSJN en la sentencia “Asociación de Trabajadores del Estado S/ acción de inconstitucionalidad (ATE2) el 28 de junio de 2013 El derecho invocado por la coactora A.T.E. de representar los intereses colectivos de los trabajadores municipales a los efectos de promover el reclamo judicial tendiente a la declaración de invalidez del decreto 5/2003 de la Provincia de Salta mediante el cual se había dispuesto una rebaja de las remuneraciones de aquéllos, está inequívocamente reconocido por el art. 14 bis de la Constitución Nacional, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 16), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Convenio N° 87 de la OIT, normas con las cuales es incompatible el precepto legal aplicado por el a quo (art. 31.a de la ley 23.551), en la medida en que los privilegios que en esta materia otorga a las asociaciones con personería gremial, en desmedro de las simplemente inscriptas, exceden el margen autorizado por las primeras. Corresponde declarar la inconstitucionalidad del decreto 5/2003 de la Municipalidad de la Ciudad de Salta, respecto de la quita salarial dispuesta con base en una invocada situación de emergencia económica si parece haber olvidado cuatro principios de jerarquía constitucional: el trabajador como sujeto de preferente tutela constitucional, la justicia social, el principio de progresividad y el derecho a perseguir su bienestar material, tres principios del Derecho Internacional de los Derecho Humanos constitucionalizado: el deber de adoptar medidas positivas, concretas y orientadas a la satisfacción del derecho a una vida digna, el compromiso de abstenerse de tomar medidas que interfieran directa o indirectamente en el disfrute del derecho al trabajo que hubiese alcanzado un empleado y el principio pro homine, y también que el art. 14 bis de la Constitución Nacional es cláusula operativa y, por ende, susceptible de autónomo acatamiento por las autoridades administrativas. Finalmente, y en orden a la puesta en crisis del sistema de unicidad sindical promovida en la causa Orellano Francisco Daniel c/ Correo Oficial de la República Argentina SA S/ sumarísimo el 7 de junio de 2016 establece; La Corte Suprema de Justicia resolvió que no son legítimas las medidas de fuerza promovidas por grupos informales ya que el art. 14 bis de la Constitución Nacional y las normas internacionales sobre derechos humanos solamente le reconocen el derecho de declarar una huelga a los sindicatos, es decir, a las organizaciones formales de trabajadores. La empresa Correo Oficial de la República Argentina despidió a Orellano por haber participado en la convocatoria y realización de medidas de fuerza que no contaron con el aval de ninguno de los sindicatos que representaban al personal. En la comunicación del despido la compañía aclaró que esas medidas de fuerza consistieron en la celebración, en un lapso de dos semanas, de sucesivas “reuniones…en el lugar de trabajo y durante la jornada habitual” que afectaron gravemente el desarrollo normal de la labor en su centro operativo de Monte Grande, lo cual se tradujo “en demora, retardo y retención en las imposiciones postales de todo tipo confiadas por nuestros clientes”; y también indicó que con ello llegó a comprometerse la entrega de aproximadamente 6.000.000 de piezas postales. Orellano reclamó ante la justicia que se dejara efecto el despido y se lo reincorpora a su puesto de trabajo alegando que había sido víctima de un trato discriminatorio prohibido por la ley. Concretamente, sostuvo que el despido era una injustificada represalia por su participación en medidas legítimas de “acción gremial En su sentencia del día de la fecha, la Corte rechazó ese argumento señalando que las medidas de fuerza en las que participó el trabajador en modo alguno podían considerarse legítimas. El Tribunal puntualizó que la huelga es un medio de presión, para lograr que se satisfagan ciertas reclamaciones del sector laboral, que obstaculiza el normal desarrollo de las actividades de producción de bienes o de prestación de servicios. Por ende, las medidas de acción directa no solo perjudican al empleador, también afectan a los destinatarios de dichos bienes y servicios, es decir, a los consumidores o usuarios. O sea que el desarrollo de la huelga provoca una evidente tensión tanto con los derechos del empleador como con derechos de terceros o de la sociedad que también están amparados por la Constitución Nacional (el derecho a la educación, a la protección de salud, a la adquisición de bienes para una adecuada alimentación y vestimenta, a que se asegure la calidad y eficiencia de los servicios públicos, etc.). Esa tensión entre derechos de difícil armonización ha sido resuelta subordinando el ejercicio del derecho de huelga al cumplimiento de determinadas condiciones o recaudos. Y uno de esos recaudos es el de que la decisión de ir a la huelga sea adoptada por una asociación gremial. La Corte recordó que el derecho huelga fue incorporado al texto de la Constitución Nacional cuando la reforma de 1957 agregó el artículo 14 bis. Este artículo consagró una serie de derechos de carácter laboral y social que habían adquirido reconocimiento universal durante la primera mitad del siglo XX por vía de su inclusión en las cartas constitucionales de diversos Estados. En el primer párrafo, el artículo 14 bis centró su atención en el “trabajador” disponiendo que la ley debe asegurarle una serie de derechos, entre ellos, “la organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial”. Y a continuación, el segundo párrafo del artículo 14 bis de la Constitución Nacional estableció que “queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga”. De modo que corresponde entender que los “gremios” mencionados en el segundo párrafo del artículo 14 bis como titulares del derecho de declarar una huelga no son otra cosa que aquellas entidades profesionales que surgen como fruto del despliegue del derecho a la “organización sindical libre y democrática” reconocido a los trabajadores en el párrafo anterior, es decir, a las asociaciones sindicales a las que la Constitución habilita para el ejercicio de derechos colectivos cuando satisfacen el requisito de su “simple inscripción en un registro especial”. El Tribunal hizo hincapié en que el examen integral del texto de esta norma constitucional no permite otorgarle a la palabra “gremios” un alcance mayor al indicado que la haga comprensiva de cualquier grupo informal de trabajadores. El artículo 14 bis ha puesto especial énfasis en garantizar que las asociaciones profesionales destinadas a representar a los trabajadores en el ámbito de las relaciones colectivas se organicen con arreglo a los principios de libertad sindical y de democracia interna y, a tal efecto, les ha impuesto el requisito de la inscripción en un registro especial como medida de control del cumplimiento de tales directivas. No resulta lógico admitir, por lo tanto, que, a renglón seguido, la misma norma otorgue de modo indistinto la titularidad de los derechos más relevantes del ámbito de las relaciones colectivas (negociar convenios colectivos, acudir a la conciliación y al arbitraje cuando las negociaciones directas fracasan, y, en su caso, adoptar medidas de acción directa) tanto a las organizaciones que cumplen con todos esos recaudos como a simples grupos informales a los que no les exige satisfacer ninguno de ellos. La Corte también tuvo en cuenta que, del mismo modo, tanto los tratados internacionales sobre derechos humanos como la doctrina elaborada por la Organización Internacional del Trabajo a partir de las disposiciones de su convenio 87 sobre la libertad sindical contemplan al derecho de declarar una huelga como un derecho que le corresponde a la asociación profesional de trabajadores. Finalmente, el Tribunal señaló que la interpretación de los textos constitucionales e internacionales en juego que se efectúa en este caso guarda coherencia con sus decisiones anteriores en materia de libertad sindical (casos “Asociación Trabajadores del Estado” y “Rossi”); de modo que la doctrina constitucional enunciada implica que, en lo que atañe al derecho de adoptar medidas de acción directa, los sindicatos no pueden ser discriminados en razón su grado de representatividad. Es decir, que tienen derecho a declarar una huelga tanto los sindicatos que gozan de la personería gremial como las asociaciones sindicales simplemente inscriptas. Así progresivamente en estos fallos se fueron ampliando las facultades en favor de los sindicatos simplemente inscriptos, con basamento en los tratados internacionales de derechos humanos y los principios de libertad sindical convenio 87 de la OIT y el artículo 14 bis de nuestra carta magna, poniendo flexibilizando el sistema de la ley 25551 de unidad promovida, que privilegia al sindicato con personería. El reconocimiento, de la promoción de huelgas, el reconocimiento representatividad y la protección de los representantes de los sindicatos simplemente inscriptos, por parte de la CSJN , recoge algunas de las observaciones realizadas por La Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones de la O.I.T, respecto de la L.A.S y su decreto reglamentario entre las que podemos enumerar a continuación.: El artículo 28 lo mismo que el artículo 21 del decreto 467/88, que dispone que la entidad sindical que pretenda disputar la personería gremial a otra que ya la posea, debe tener un número de afiliados considerablemente superior al de la asociación con personería gremial preexistente, y éste no debe ser inferior al 10% de los afiliados cotizantes. El artículo 29, que dispone que sólo se otorgará la personería gremial a un sindicato de empresa cuando no exista otro sindicato con personería gremial en la zona de actuación y en la actividad o categoría y el artículo 30 de la ley que dispone que para que los sindicatos de oficio, profesión o categoría puedan obtener la personería gremial deberán acreditar la existencia de intereses diferenciados de la unión o sindicato preexistente, cuya personería no deberá comprender la representación solicitada, a juicio de la OIT las condiciones exigidas para que los sindicatos de empresa, de oficio o de categoría puedan obtener la personería gremial son excesivas limitando en la práctica su acceso a dicha personería gremial y privilegiando a las organizaciones sindicales de actividad existentes incluso cuando los sindicatos de empresa, oficio o categoría sean más representativos en su ámbito, según lo dispuesto en el artículo 28. Esto puede tener por efecto restringir el derecho de los trabajadores de constituir las organizaciones que estimen convenientes, así como el de afiliarse a estas organizaciones (artículo 2 del Convenio). El artículo 38, que sólo permite a las asociaciones con personería gremial, pero no a las simplemente inscritas, el cobro de las cuotas sindicales por descuento en la planilla de sueldos. El artículo 39, que sólo contempla exenciones impositivas en favor de las asociaciones con personería gremial pero no de las simplemente inscriptas. Los artículos 48 y 52, que prevén que únicamente los representantes de las organizaciones con personería gremial se benefician de una protección especial (fuero sindical) Al margen de estas observaciones puntuales también se debe recordar que, de una manera más general, la CEACR ha considerado que son incompatibles con el Convenio N° 87 los sistemas legales que imponen una estructura sindical determinada, y con mayor motivo cuando la ley consagra un sistema de unidad sindical compulsiva (como lo hace nuestra ley de asociaciones sindicales).1 Como puede observarse, la CSJN en forma progresiva, fue recortando las potestades que eran exclusivas de los sindicatos con personería y reconociendo algunos de esos derechos a las organizaciones simplemente inscriptas, sin perjuicio que muchas de ellas aún se encuentran en cabeza de las organizaciones sindicales con personería, como se desprende del cotejo de las observaciones del comité de la OIT con los fallos de la CSJN. Ahora bien, el modelo sindical de la republica argentina dela ley 25551 responde a una concepción de unidad sindical promocionada, es decir responde a una concepción contraria a la atomización sindical propugnada por el estado, mediante distintos mecanismos que siguiendo el voto del Dr Rodolfo Ernesto Capón Filas en su voto en expte 13930 /2004 expone las principales características de nuestro sistema sindical. 1 LalibertadsindicalyelfallodelaCorte¿Quépuedepasarahora?DeArturoBronsteinDT2008 (diciembre)1071 “…El modelo sindical argentino consagrado en la ley 25551 recepta asociaciones por categoría laboral, profesión, especialidad (en el léxico común denominadas horizontales), o por actividad, integrando diversas categorías, profesiones, especialidades (denominadas verticales). Describe asociaciones simplemente inscriptas en el Ministerio de Trabajo de la Nación, dotadas de personería jurídica y entidades con personería gremial. Las primeras representan a sus afiliados y subsidiariamente al universo. Las segundas, en cambio, sin dejar de representar a sus afiliados, siempre representan al universo. La entidad que pretenda la personería gremial, en caso de ser única, debe representar suficientemente el universo (afiliar a más del 20% de los trabajadores: Ley 23551 art. 25.b) En caso de ser varias logra la personería la más representativa (ha de superar a las otras al menos en un 10% de las afiliaciones: decreto reglamentario 467/88 art. 21). Todo ello conduce a una unidad sindical promocionada, no a una unicidad. El modelo vigente ha sido criticado desde varios ángulos, sobre todo académicos y políticos, que verían con un agrado un esquema más amplio de igualdad entre los sindicatos. Dentro del modelo obran las asociaciones simplemente inscriptas, con personería jurídica y las entidades con personería gremial. Esta dualidad se manifiesta en los tres niveles organizativos. Según datos ministeriales del 30.06.2001, existen 1243 sindicatos de primer grado con personería gremial y 1097 simplemente inscriptos, 69 federaciones con personería gremial (de las que 1 es central la CGT y la otra es sectorial) y 7 simplemente inscriptas, de las que 1 es central la CTA, y las restantes sectoriales. Si en un mismo universo existen una entidad simplemente inscripta y otro con personería gremial la primera logra la personería si fuese mas representativa que la segunda que en ese caso muta en simplemente inscripta. De ello se deduce que la personería gremial es una conquista diaria porque puede desaparecer, dependiendo de la mayor afiliación de trabajadores. Esta, a su vez, surge de la fuerza sindical demostrada y de la democracia interna: se conjugan de ese modo las notas constitucionales de libertad y democracia. (…)”2 Como claramente expone el Dr Capon Filas, si bien se critica a la ley por poco amplía su aplicación no implica necesariamente la vulneración lisa y llana de la libertad y democracia sindical, más aún si se pusiera el acento en la democracia interna de las asociaciones. El contraste, existente entre el sistema de unidad sindical promocionada con el sistema de pluralidad al que parece aproximarse nuestra corte, plantea siguiendo al Dr. Arturo Bronstein3 los siguientes interrogantes. “…Siempre suponiendo que en algún futuro fallo se consagrará el principio de pluralidad 2 DelvotodelDr.CapónFilassentencia27936/2004.- LalibertadsindicalyelfallodelaCorte¿Quépuedepasarahora?DeArturoBronsteinDT2008 (diciembre)1071 3 sindical podemos asumir que los trabajadores van a ganar, ya que podrán elegir que sindicatos y que delegados los van a representar. Apostemos a que ejercerán la opción de ser representados por un mismo sindicato, y es muy posible que lo harán, pero no podemos excluir que aparecerán mas actores sindicales que los actuales, sobre todo a dos niveles diferentes. Por un lado, podemos imaginar que se constituirán sindicatos de emresa, en particular en las más grandes. Ya los hubo antes de la ley sindical de 1973 N° 20615 y es posible que volverá a haberlos si el modelo sindical lo permite. Por el otro lado al nivel de cúpula podrán aparecer otras centrales sindicales además de la CGT. Ya eso existe con la CTA y solamente se trataría ahora de que el gobierno lo reconozca como y lo ha hecho la opinión publica de nuestro país. Una cuestión que se ha mencionado bastante es que al haber más libertad de elección habrá más trabajadores que tendrán interés en afiliarse a un sindicato. En la actualidad, como sabemos los sindicatos oficiales cuentan con muy pocos afiliados en las pequeñas y aun medianas empresas, por lo que se pudiera imaginar un aumento de la actividad sindical a dicho nivel, debido a la aparición de nuevos actores sindicales. Es de temer, sin embargo, que no haya que hacerse exageradas ilusiones por ese lado. La experiencia internacional muestra que aparte de algunas excepciones la sindicación siempre es mucho menor en las pequeñas empresas que, en las grandes, y aun así está decayendo casi en todas partes, y ello tanto en países con unidad como con pluralidad sindical. El punto de donde se puede ganar es el de la proximidad entre los dirigentes sindicales, lo mismo que los delegados gremiales y sus bases. De haber pluralidad es posible imaginar cierto nivel de competencia entre los sindicatos, y esto obligará a un contacto más estrecho entre la dirigencia y la base. Probablemente esto será más visible en las grandes empresas, pero en todo caso se trata de lo que llamaríamos una hipótesis de laboratorio que necesitará confirmación empírica. Por el lado de los problemas, los más evidentes son los que se derivarían del riesgo de la atomización sindical, suponiendo que la habrá. En ese caso se pueden temer conflictos inter sindicales, lo mismo que la aparición de dirigentes sindicales con un discurso muy radicalizado. Nadie, y menos todavía los trabajadores ganaran con un sindicalismo que solamente se alimenta de la confrontación, y aún menos con un movimiento sindical fragmentado y por eso mismo debilitado. Tampoco se debe descartar injerencia patronal en la constitución de sindicatos de empresa dóciles y con muy poca solidaridad con el resto del movimiento obrero: No son problemas meramente teóricos puesto que existen bastantes experiencias comparadas -sobre todo en América Latina- de movimientos sindicales fragmentados, radicalizados y con muy poca credibilidad a pesar de que la legislación de los países en cuestión es más respetuosa del convenio Número 87 de la OIT que lo que pueda ser nuestra ley sindical. Se puede pensar lo que uno quiera del modelo sindical argentino, pero no negarle el mérito de que aquí hay sindicatos fuertes y no existen sindicatos amarillos. Otro aspecto del problema puede derivarse de la dificultad para los empleadores de saber quién es su contrapartida sindical, si hay varios sindicatos que pretenden representar trabajadores. Esto se puede plantear tanto en oportunidad de la negociación colectiva como en la relación cotidiana con los representantes del personal. Hasta ahora ese problema no existe, pues el empleador solamente tiene la obligación de entenderse con el sindicato con personería gremial. Al margen de que muy probablemente serán muy pocos los casos de pluralismo real esto puede ser resuelto mediante una reglamentación razonable. Hay muchas experiencias en derecho comparado -la de España es una de ellas pero ciertamente no la única- en donde este problema se ha planteado, pero también resuelto.4 4 LalibertadsindicalyelfallodelaCorte¿Quépuedepasarahora?DeArturoBronsteinDT2008 (diciembre)1071 CONCLUSIONES Como hemos visto desde el año 2008, con el fallo ATE 1, ha comenzado un camino de cuestionamientos al sistema de unidad promocionada de la LAS, reconociendo derechos a las asociaciones sindicales simplemente inscriptas que hasta ese momento desde el dictado de la ley 23551, solo detentaban los sindicatos con personería gremial. así en consonancia con los pactos internacionales suscriptos por nuestro país y algunas de las recomendaciones de los interpretes auténticos de los convenios y particularmente el 87 de la OIT , se reconoció por parte de la CSJN, fueros sindicales , promoción de derecho de huelga, representación de los trabajadores y aptitud para ser elegidos de los simplemente inscriptos. Asimismo y adentrándonos en el sistema sindical argentino , vemos que si bien ,no se encontraría en concordancia plena con la normativa internacional, los mecanismos de representación de la LAS apuntan a un sistema de unidad promocionada por el estado a fin de aglutinar la mayor cantidad de trabajadores en los sindicatos con mayor cantidad de afiliados cotizantes permitiendo disputar la personería a quien lograre dichas mayorías(al menos en lo formal ) y consagrándoos principios de democracia y libertad sindical en la conquista dinámica de afiliaciones- Ambos modelos demuestran tener ventajas y desventajas, el de la pluralidad sindical redundará en una mayor libertad de elección por parte de los trabajadores de quien o quienes serán sus representantes despertando una mayor cercanía entre los trabajadores y sus representantes y por ende un mayor interés en la participación de las bases y en las pequeñas empresas. El de la unidad promovida ,cuenta con la ventaja de la constitución de sindicatos fuertes y con mayor poder de negociación ante las patronales y que dicha representación facilitara la identificación de la representación de los trabajadores por parte de las representaciones empresarias. En contraposición las desventajas de un sistema de pluralidad, podría redundar en una atomización del poder sindical y dificultades de identificación de contraparte por parte de la replantación de los empleadores. El sistema de unidad promovida llevado al extremo, traería aparejada una excesiva burocratización y sub representación de los intereses de las bases. Finalmente, y como propuesta y en consideración a los renovados aires de flexibilizaciones y competitividades que por estos días vuelven a soplar en nuestro país, considero que resultaría muy peligrosa la atomización del poder de la representación de los sindicatos en las actuales circunstancias, no sin reconocer que en algunos aspectos debería revisarse y mejorarse en pos de la libertad sindical el actual sistema establecido por la LAS. RESUMEN LIBERTAD SINDICAL UNICIDAD VS PLURALIDAD ¿UN MODELO EN CRISIS? Luis Ignacio Ceferino Arroquigaray -abogado T 74 f 162 CPACF-Matricula 1644 CPAF. DNI 21107944 En el presente trabajo a través de los fallos inaugurados por la corte ,en ATE 1 , Rossi ATE 2 y Orellano analizare los modelos de libertad sindical y de unicidad , a la luz del convenio 87 , el art 14 bis de la CN, la ley 23551 , para contrastar algunos aspectos de ambos sistemas a los efectos de extraer las ventajas y las desventajas para los trabajadores de la aplicación plena a la relaciones laborales actuales de nuestro país de uno u otro modelo intentando concluir con una propuesta armonizadora para intentar minimizar las desventajas y maximizar las ventajas de ambos sistemas.