Técnicas activas aplicadas a la mediación: Son aquellos medios de los que se sirve el mediador/a para movilizar a los mediados a una mayor comprensión y participación en los problemas que plantean. No son una panacea, dependerá de su adecuación por parte del mediador a la situación concreta teniendo en cuenta los mediados. Es por esto, por lo que es clave el trabajo de lectura de formas y el entrenamiento del mediador en la comunicación no verbal y la observación de la estructura de coherencia de los mediados para que sea capaz de fluir con lo que está ocurriendo y elegir la técnica adecuada al momento. A tener en cuenta: - El mediador/a debe ser consciente de su estado emocional y de su personalidad, a fin de que las técnicas que emplee estén integradas en su forma de comunicarse. - Las técnicas que se utilicen deben ser adecuadas a la edad, cultura y prejuicios de los mediados. Por ejemplo los niños necesitan técnicas de juego, los adolescentes técnicas activas, con profesionales o personas rígidas las técnicas que parezcan faltas de lógica resultarán inapropiadas. - Las técnicas han de estar al servicio de los mediados y no del mediador/a. Reglas para utilizar las técnicas: - El psicodrama es un método de acción. El protagonista objetiva sus conflictos actuando en lugar de sólo hablar de ellos. - El protagonista debe actuar la situación dramática como si estuviese ocurriendo en el presente, en el aquí y ahora. Ayudar al protagonista a que evoque la escena con los mayores detalles posibles. - Hemos de estimular al máximo la expresión de los sentimientos por la acción y la comunicación verbal y no verbal y también permitir al protagonista ser tan inexpresivo y falto de espontaneidad como se sienta. - El psicodrama consta de tres partes: calentamiento, acción y participación. - Inducir al protagonista a que tome el papel de las personas con quien tiene dificultades en su vida cotidiana a fin de que explore el pensamiento de perspectiva. Técnicas en el proceso de mediación: 1. Previo. Respiración y centramiento. Encuentro. 1. Identificar el problema: Generalización a la concreción. SOLILOQUIO: ponerle volumen a los sentimientos y pensamientos del protagonista. Lo hace el mismo. Es como la voz en off. Oímos lo que el protagonista piensa y no dice. DOBLE: el yo auxiliar dice lo que el protagonista cree que piensa o siente en un momento y no puede decir por si mismo. ESPEJO: posibilidad de verse a si mismo y tener un panorama más completo de lo que está ocurriendo. Verlo desde fuera 2. Exponer los niveles emocionales. DOBLE CONSTRUCCIÓN DE IMÁGENES: Reales / imaginarias. Los mensajes substituyen al diálogo. Concretización: representar mediante una imagen, un sentimiento o situación expresada por el protagonista: su asfixia, sus barreras, su sensación de estar en un pozo… Maximización: magnificar un gesto porque parece relevante para comprender la dramatización. Cámara lenta: fijar la atención en un momento importante de la escena. Puede recuperarse lo que en la escena vivida no hubo tiempo de percibir. 3. Considerar los puntos de vista del otro. - INVERSIÓN DE ROLES. SILLA VACIA: Jugamos los distintos roles del protagonista. Traer a escena personas para poder decirles algo. 4. Búsqueda de soluciones. VARITA MÁGICA PROYECCIÓN FUTURA 5. Observar la estructura de coherencia( lenguaje/ corporalidad/emocionalidad) Las técnicas más utilizadas en Supervisión podrían ser el Doble, el Espejo, el Cambio de Roles, el Soliloquio, la técnica de Construcción de Imágenes, la Silla Vacía, y la Tienda Mágica y Proyección Futura, entre otras. Se utilizan, como ya he dicho anteriormente en la etapa de dramatización, cuando el/a protagonista, ya sea individual o grupal, ha sido caldeado. La técnica del doble, consiste en el empleo de un auxiliar en el rol especializado de representación del protagonista, ayuda al mism@ a esclarecer y expresar un nivel más profundo de emociones y ideas preconcebidas. En palabras de Rojas Bermúdez “ el/la yo auxiliar se ubica al lado del/a protagonista, tratando de adoptar al máximo la actitud postural y afectiva de éste último. Su misión es la de expresar todos los pensamientos, sentimientos y sensaciones que por una u otra razón, el/a protagonista no percibe o elude explicitar” (...) El doble no interviene en el diálogo....Es pues una especie de conciencia auxiliar”. La técnica del espejo consiste en que el/a yo auxiliar representa al protagonista, de tal modo que éste se ve a través de lo representado por aquél. La finalidad de esta técnica es favorecer que el/a protagonista tome conciencia de su modo de actuar en diferentes situaciones. Hay que tener cuidado con la dramatización del espejo, ya que tiene que realizarse con todo el respeto al protagonista, sin caricaturizarlo ni parodiarlo. El cambio de roles sirve para dramatizar sentimientos de empatía o proyecciones del/a protagonista. Rojas Bermúdez señala que esta técnica permite explorar el rol desde dos puntos de vista, el rol que desempeña el/a protagonista y su complementario, posibilitando también la exploración del vínculo correspondiente. El/a protagonista se puede poner en los zapatos del otro/a, percibiendo cómo se puede sentir o qué puede pensar.“De lo que se trata en el Role-Playing es que el sujeto implicado represente una situación real, imaginaria o simbólica. En esta representación el sujeto juega su rol desde su modo habitual de relacionarse y en ese momento conocemos, él y todos los presentes, su forma personal de conducirse y de sentir. Esto ya significa un replanteamiento, ya que en esta situación artificial aunque simultáneamente muy real, el mismo sujeto es actor y espectador de sí mismo. Ello supone una nueva información a la que se sumaria la del resto de los presentes. Aquí se produce lo que Moreno indica que nunca una segunda vez es exactamente igual a la primera. Si a ello se suma el efecto de cambio provocado por las técnicas que se aplican en el proceso posterior, es claro el camino de modificación, perfeccionamiento e, incluso, creación de un rol.” (Población y López Barberá, Introducción al Role-Playing Pedagógico. 2000). El soliloquio consiste en que el/a protagonista exprese en voz alta en un momento determinado lo primero que le venga a la cabeza. Como dice Pablo Población, implica una aclaración de contenidos ocultos y suele conllevar una redefinición del sistema desde el punto de vista personal. Se trata de que salga a la luz un contenido interno en el momento en el que está ocurriendo. Las técnicas de construcción de imágenes o escultura consiste en la construcción por parte del/a protagonista de una expresión plástica a través del modelaje. Es una construcción desde la vivencia, el cuerpo es el que escribe el texto de la escultura. Esta técnica facilita el descubrimiento por parte del/a protagonista de significados que pueden estar ocultos detrás de lo evidente y dotar de nuevos contenidos la escena psicodramática. Así la escena cobra un nuevo significado para el/a protagonista La técnica de la silla vacía consiste en la dramatización por parte del/a protagonista de todos los roles referentes a una situación determinada. Es el/a mism@ protagonista quien utiliza la silla vacía para jugar los distintos roles. Sirve para trabajar los roles múltiples que tenemos dentro y/o para trabajar con diferentes personas imaginarias que ponemos en la silla, para expresarle nuestros sentimientos, confrontar nuestros conflictos ... La proyección futura consiste en pedir al/a protagonista que imagine que ha resuelto todos los problemas que ha planteado en la acción y que se encuentra satisfecho. Se pone una fecha imaginaria y se le pregunta qué ha hecho para poder conseguir en esa fecha sentirse bien. Esta técnica aumenta la confianza del/a protagonista en sus esfuerzos para superar las dificultades presentes y a través de ella puede elaborar su plan de acción. Además el Psicodrama es una técnica global que integra el cuerpo, las emociones y el pensamiento, con un énfasis particular en la acción corporal para reforzar los sentimientos y las emociones. Pensar desde y con el cuerpo implica detenerse a escuchar los propios pensamientos. María Méndez Barrio Getxo, 12 de enero de 2011