48 EM2 / O.J.D.: 306344 E.G.M.: 1107000 Tarifa: 27300 € CULTURA Área: 725 cm2 - 70% 26/01/2014 EL Fecha: MUNDO. DOMINGO 26 DE ENERO DE 2014 Sección: CULTURA Páginas: 48 mandar a una mujer a la cárcel». La monarquía absoluta no estuvo en la inopia mucho tiempo. Esa situación privilegiada de las mujeres frente al férreo control que se ejercía sobre los hombres (en algunos casos porque se trataba de mujeres de la al- Mariana Pineda fue ejecutada por guardar la bandera revolucionaria Historia / Ensayo La pesadilla de Fernando VII ‘Amazonas de la libertad’ reconoce a las mujeres que se opusieron al absolutismo Arriba, grabado titulado ‘Compañía de ciudadanas voluntarias que se están creando con superior aprobación en la Benemérita de Barcelona’ (1823). / EL MUNDO ESTHER ALVARADO / Madrid «Durante la Década Ominosa, Fernando VII no tuvo mayor enemigo que la mujer patriota», escribió Gabriel García y Tassara, exagerando (un poco) lo que fue una verdad histórica poco conocida: que las mujeres tuvieron su papel y su importancia en la revolución liberal española, al igual que la habían tenido en la Revolución Francesa y en la Guerra de la Independencia. Amazonas de la libertad. Mujeres liberales contra Fernando VII (Marcial Pons. Historia) es el título del estudio que firman el catedrático de Historia Contemporánea de la Complutense Juan Francisco Fuentes y la traductora y escritora Pilar Garí, en el que documentan hasta 1.454 mujeres liberales durante el reinado de Fernando VII, desde 1808 hasta su muerte en 1833. Lo primero que les llamó la atención a los investigadores es que el rastro de estas féminas fue mayor durante la monarquía absoluta que durante la constitucional «y eso se explica por la capacidad de adaptación de las mujeres a la clandestinidad», asegura el historiador. «Durante la monarquía constitucional, la mujer estaba fuera de las instituciones, así que les era más sencillo moverse sin ser controladas». Es decir; el hecho de ser ciudadanas de segunda categoría y la infravaloración de sus capacidades intelectuales y políticas las colocó en situación privilegiada para apoyar la conspiración. «Por ejemplo, muchas reuniones se convocaban en casas de viudas», explica Fuentes. En muchos casos no existían siquiera registros de mujeres («de algunas hemos tenido noticias por sus peticiones de subsidios de viudedad desde el exilio») y ni un espacio penal para ellas. «Por eso muchas autoridades se lo pensaban antes de CONSPIRADORAS Los artistas reflejaron la participación de las mujeres en las conspiraciones y levantamientos liberales y las consecuencias de sus actos. Francisco de Goya firma este grabado titulado ‘Por liberal?’ y que se conserva en el Museo del Prado. A la izquierda, la noticia del ajusticiamiento de Mariana Pineda publicada en un periódico de la época. ta sociedad) terminó drásticamente en 1831 con la detención el 13 de marzo y posterior ejecución de Mariana Pineda, por el detestable delito de guardar en su casa una bandera revolucionaria a medio bordar. No importó que ella no supiera coser, el hecho de esconderla la convirtió en culpable para un sistema judicial «que durante la Década Ominosa cometía todo tipo de arbitrariedades, de tal forma que nunca dos delitos iguales recibían la misma condena», asegura el experto. No se tiene noticia confirmada de más ajusticiamientos que el de Mariana Pineda, pero sí de todo tipo de condenas, represiones, amenazas y castigos, de forma que el exilio era una constante en aquella época. Y es que, según la tesis que defienden Fuentes y Garí, «en la conspiración política, la mujer hace de mensajera, correo, intermediaria, protege a perseguidos...». Lo que hoy se consideraría cooperación necesaria. «La mujer estaba bastante especializada en preservar el capital histórico del liberalismo, sus símbolos sagrados. Algunas eran condenadas por guardar uniformes, retratos, banderas...». Se retoma de esta forma el mito de la amazona o mujer guerrera (al que la iconografía ha contribuido), que convierte a mujeres de aspecto doméstico en heroínas de la resistencia e incluso aporta marchamo de realidad a personajes míticos como Marianne en Francia. «Amazonas hay en todos los conflictos de finales del siglos XIX y principios del XX», comenta. La historia, con todo, tiene un gran sentido del humor. Así que al represor Fernando VII le sucedieron dos mujeres. «María Cristina ejerció la regencia hasta que reinó su hija Isabel. Hubo dos reinas, pero no hubo electoras», señala el autor. Amazonas de la libertad «no es un biografía colectiva de mujeres iguales. Las había liberales por convicción, por tradición familiar, por socialización y también las hubo liberales a su pesar; porque sus maridos lo eran. Así es que el grado de abnegación o fatalidad variaba mucho de unas a otras», añade el catedrático, que hace hincapié en un detalle: «Para ellas la Cultura fue la salvación. De algunas hemos podido seguir su trayectoria gracias a sus inclinaciones literarias o musicales». Este ensayo, en definitiva, es el testimonio de una raza de mujeres que «cumplieron con su compromiso –apostilla Juan Francisco Fuentes– aun sabiendo que, cuando gobernasen los suyos, tampoco iban a tener derechos políticos».