Habíase un hombre en su lecho. Un hidalgo de mediana edad. Que en su casa habitaba en soledad. Y un ruido despertó su sospecho. Fueran susurros o fuesen palabras, Le resultó algo indiferente. Cerrándose los ojos nuevamente viendo en la oscuridad sombras macabras. Estruendos y chirridos preocupantes, sulfurado, al pasillo salió. Ráfagas de viento escalofriantes Una presencia extraña sintió. Un objeto gélido y punzante. Sin demora, su espalda atravesó. Melisa Arbelo Felipe, 3º A