LA “EJECUCION” DE LA PRENDA SOBRE TITULOS VALORES EN

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LA “EJECUCION” DE LA PRENDA SOBRE TITULOS VALORES EN EL
CONCURSO PREVENTIVO DEL DEUDOR
Por Rubén A. Médici
I- PLANTEOS INICIALES
Las particularidades que trae el supuesto del epígrafe, nos han movido a
discurrir sobre los alcances de los derechos del acreedor prendario sobre títulos
valores y las facetas operativas de su crédito privilegiado, frente al concurso
preventivo de su deudor.
La problemática tiene varias aristas, sobre las que ensayaremos algunas
respuestas en esta ponencia, que confesamos, están lejos de ser producto de
certezas apodícticas.
Los interrogantes son los siguientes:
a) Dilucidar si se mantiene en cabeza
de estos acreedores la carga verificatoria que pesa sobre el resto;
b) Si estos créditos se encuentran
alcanzados por el art. 21 inc. 2 L.C., y por lo tanto presentado su pedido de
verificación pueden ejecutar la prenda;
c) Cómo se realiza el privilegio
prendario sobre los títulos;
d) Quid sobre su obligación de
rendición de cuentas;
e) ¿Son alcanzados por las
previsiones de los arts. 23 y 24 de la ley 24.522.?
g) La posibilidad de evitar la
ejecución de la prenda, mediante el cumplimiento tempestivo de la obligación
principal, después de la presentación en concurso, con autorización judicial.
Para abordar dichas cuestiones se hace necesario el esbozo de algunos
conceptos previos e introductorios a la problemática.
II- CONCEPTOS PREVIOS:
La prenda comercial con desplazamiento:
Es uno de los tipos de garantía real más antigua, consistente en la simple
disposición de hecho de una cosa mueble, de manos del deudor o un tercero, al
acreedor en garantía de una obligación comercial. Ello asegura el cumplimiento
de la obligación principal creando a favor del acreedor un derecho real que le
confiere el ius persequendi y el ius preferendi, atribuciones éstas, que se
mantienen aún en el caso de concurso o quiebra del deudor.
Nuestro Código de Comercio refiriéndose al contrato que da nacimiento al
derecho real, en el art. 580 reza: “El contrato de prenda comercial es aquel por el
cual el deudor o un tercero en su nombre entrega al acreedor una cosa mueble,
en seguridad y garantía de una operación comercial.”
Como contrato es real porque se perfecciona con la entrega de la cosa (art.
584 Cód. Com.), unilateral, formal, convencional, accesorio, mobiliario e
indivisible.1
El desplazamiento del bien pignorado hacia el acreedor resulta un
elemento esencial en esta clase de prendas. La publicidad posesoria la hará
oponible a terceros. De allí que los derechos del acreedor prendario subsistan
mientras esté en posesión de la cosa prendada (art. 3206 Cód.Civil.).
Con respecto a los bienes que pueden darse en prenda el art. 3211 del
Código Civil establece la regla general, disponiendo: “Todas las cosas muebles y
las deudas activas pueden ser dadas en prenda”. Por su parte el art. 3209 enuncia
a los créditos industriales o comerciales, sean negociables por endoso o no.
El Código de Comercio a su vez expresa en el art. 583 que se podrán dar
en prenda todas las cosas muebles, mercancías u otros efectos, títulos de deuda
pública, acciones de compañías, y en general cualesquiera papeles de crédito
negociables en el comercio. La doctrina y la jurisprudencia han señalado el
carácter meramente enunciativo y no limitativo de dichas enumeraciones.2
Para el caso de incumplimiento de la obligación garantizada, la prenda
acuerda al acreedor el derecho de enajenar el bien mueble objeto de la garantía y
percibir su crédito con privilegio y preferencia a los demás acreedores (art. 582
Cód. Com.). La forma de realización estará dada por la naturaleza del bien
pignorado. Así tratándose de bienes muebles el acreedor podrá proceder a la venta
de la cosa dada en prenda en pública subasta debidamente anunciada con diez días
de anticipación (art. 585 C.Com.).
Si se tratara de títulos valores (debentures, obligaciones negociables,
bonos, acciones) que coticen en Bolsa o Mercado de valores, la venta podrá
hacerse por intermedio de un corredor al precio de cotización al día siguiente del
vencimiento (art. 585 Cód. Com.).
En los párrafos que siguen y adentrándonos ya en la cuestión planteada
analizaremos la forma de realización del crédito dado en prenda, cuando este
conste en títulos valores endosables (pagarés, letra cambio, cheques de pago
diferido, factura de crédito).
La prenda comercial sobre títulos valores (una garantía autoliquidable):
Sin hesitar puede afirmarse que la prenda sobre títulos valores constituye
lo que la doctrina ha denominado “garantía autoliquidable”3. Se incluyen dentro
de esta denominación a aquellos negocios de garantía, subsumibles en la prenda
con desplazamiento en los cuales la realización de la cosa y su aplicación al
crédito garantizado se efectúan en forma extrajudicial y por un procedimiento que
asegura su liquidación inmediata o alternativamente, se permite una estimación
del valor del bien pignorado según la referencia de precios de mercados públicos
1
Martorell, Ernesto E, “Tratado de los contratos de empresa”, T II, Ed. Depalma, p. 644.
Muños Luis, “Contratos comerciales”, Ed. Tea, 1960, t. III, p. 267.
3
Alegría Héctor, “Garantías autoliquidables”, Revista del Derecho Privado y Comunitario, Nro. 2
p. 149 y ss.
2
cuyo procedimiento de formación objetiva y controlable, asegura la transparencia
necesaria como para eludir la instancia judicial en vías de una mas eficiente
protección del crédito.
Al respecto Héctor Alegría nos dice: “ Parece ocioso señalar que la
celeridad en la liquidación de la operación, en su caso con aplicación de la
garantía, en todos los casos es esencial el buen fin del negocio. Es más, es interés
no sólo del acreedor sino del deudor y hasta del dador de la garantía. La
contemplación de esos plurales intereses debe guiar la interpretación, claro que
sin perder de vista la equidad, que surge de ciertos texto fundantes.” 4
En lo atinente a prendas constituidas sobre títulos valores, habrá de tenerse
en cuenta la norma prevista en el art. 3209 Cód.Civil que establece la obligación
de la notificación de la prenda al deudor del crédito, cuando se trate de créditos o
acciones industriales o comerciales, y la entrega del título al acreedor. En el caso
de prenda sobre títulos valores endosables o al portador, no se requerirá tal
notificación, como tampoco será necesaria la “entrega del título” cuando nos
enfrentemos a prendas de títulos o derechos desmaterializados.
La prenda deberá instrumentarse por escrito, debiendo destacarse que en el
ámbito del derecho comercial no resulta de aplicación la norma contenida en el
art. 3217 del Cód. Civil que prescribe la obligatoriedad de la fecha cierta cuando
se constituya en instrumento privado.
Los acreedores prendarios e hipotecarios en la Ley de concursos y
quiebras
La regulación de los créditos dotados de garantías reales dentro de nuestra
Ley de Concursos y Quiebras es claro reflejo de la concepción que sitúa en la
protección del crédito uno de los desideratum a los que habrá de atenderse frente a
la situación de insolvencia patrimonial del deudor. A sus ya consabidos derechos
de preferencia y persecución se le suma el tratamiento preferencial no sólo en
cuanto a los vías insinuatorias sino a la posibilidad de ejecución anticipada, tanto
en el concurso preventivo como en la quiebra (art. 21, inc. 2 y arts. 126 y 209
L.C.).
La aplicación del principio de la concursalidad, se ve a su respecto
menguado hasta casi su abrogación, quedando prácticamente excluidos del
mismo. El derecho concursal argentino, por razones de política legislativa, ha
circunscripto el ámbito negocial del procedimiento concursal a la relación
contractual vinculante entre el deudor y los acreedores quirografarios.5
En un delicado equilibrio, se debaten la posibilidad de obtener una
cobertura temporal de todo tipo de ejecuciones sobre su patrimonio por parte del
deudor en procura de su saneamiento y por el otro la debida protección de ciertos
acreedores –generalmente de naturaleza financiera- que proclaman la tutela de sus
créditos en pos de evitar la afectación del mercado del crédito y de impedir la
4
Alegría Héctor, ob cit. p. 153.
Anich, Juan “Los créditos con garantías reales, el con curso preventivo y el costo del crédito, un
análisis jurídico y económico”, Supl. De Concurso y Quiebras, Edit. La Ley, 14/3/2003.
5
elevación de las tasas de interés. De ahí la ratio de las normas consagradas en los
arts. 21. inc. 2, 23, 24, 57, 126, 209 y 210 L.C.
Sobre la cuestión remitimos al lector a los enjundiosos trabajos de Adolfo
Rouillón “Los acreedores hipo tecarios y prendarios frente al concurso preventivo
y la quiebra”, Zeus, 26 -D-93 y Patricia Ferrer “”Derecho del acreedor hipotecario
en el proceso concursal”, Ed. Astrea, 1982.
III- DESARROLLO:
a- ¿Cuál es la situación de los acreedores prendarios sobre títulos
valores respecto de la carga verificatoria impuesta por el art. 32 L.C.?.
La discusión sobre el cumplimiento de la carga insinuatoria del art. 32
L.C. para los acreedores con garantía real no es nueva, y ha ocupado a prestigiosa
doctrina. Sin pretensión de reeditarla en estas breves líneas, sí consideramos
necesaria su escueta mención, en virtud de las particularidades que presentan
aquellos créditos prendarios cuyo titular tiene facultad, según la ley, de ejecutar
extrajudicialmente la prenda y percibir su crédito, y con especial atención a los
acreedores prendarios sobre títulos valores.
Una posición doctrinaria6 ha sostenido, no sin atendibles argumentos, que
la carga impuesta por el art. 32 L.C. le es ineludible a estos acreedores no obstante
su facultad de remate extrajudicial. Dicen que la obligatoriedad de la verificación
permite el control por parte del deudor, síndico y acreedores, no sólo del
privilegio sino también de la cuantía del crédito, permitiendo, a su vez, una
determinación precisa del pasivo concursal7. Esta solución ha encontrado eco en
algunos fallos judiciales, que incluso han declarado nulo el remate extrajudicial si
no ha sido precedido de la verificación del crédito.8
Para otra posición9 por el contrario, estos acreedores con facultad de
remate extrajudicial, se encuentran exceptuados de la verificación reglada por el
art. 32 L.C., implicando el procedimiento dispuesto en el art. 23 L.C. (rendición
de cuentas) un sucedáneo de la verificación con características propias.
6
Galíndez, Verificación de créditos”, Ed. Astrea, p. 100; Quintana Ferreyra, “Concursos Ley
Comentada, anotada y concordada, Ed. Astrea, t. I p. 296, , Raspall Miguel, “Verificación de
créditos”, Ed. Juris, p. 49; Grispo Jorge, “Tratado sobre la ley de concursos y quiebras. Ley
24.522, Comentada, anotada y concordada”, Ed. Ad -hoc, t.II p.372; Argeri, Saul, “La Quiebra y
los demás procesos concursales”, Ed. Platense, La Plata, t. I, p. 371.
7
Raspall, Miguel, ob cit, pag. 49 y 50. En el mismo sentido se pronuncia Casadio Martinez,
Claudio, “Insinuación al pasivo concursal, Ed. Astrea, p. 55.
8
CNCom. Sala A, 11/12/2001, “Copla Cooperativa de Provisión de Servicios s/ Conc. Prev.”, en
Supl. De Concursos y Quiebras, ed. La Ley, 5 de abril 2002, p. 26.
9
Tonón, Antonio, “Derecho concursal”, Ed. Depalma, 246; Rivera Julio C. “Instituciones de
derecho Concursal”, Ed. Rubinzal Culzoni , p. 236. Junyent Bas y Molina Sandoval Carlos,
“Verificación de créditos, Fuero de Atracción y otras cuestiones conexas”, Ed. Rubinzal Culzoni,
p. 211; Fassi-Gebhardt, “Concursos y Quiebras”, ed. Astrea, p. 95.
Hemos sostenido esta posición en “Verificaci ón de Créditos”, Ed. Juris, p.46.
Si bien nos inclinamos por esta última solución para aquellos acreedores
que tengan la facultad del remate extrajudicial, advertimos que en el caso de
acreedores prendarios sobre títulos valores, dicha alternativa no parece viable.
No obstante que los arts. 585 2do. párrafo y 587 2do p. Cod. Com. prevean
mecanismos de realización del crédito, al no tratarse de remates extrajudiciales, su
inclusión dentro de la norma del art. 23 L.C. no parece posible, la que deberá ser
interpretada en forma restrictiva. La propia naturaleza de la cosa pignorada y el
modo particular de realización de la garantía, obstarán a su asimilación a los
demás acreedores prendarios con facultades de remate extrajudicial.
Por lo demás, si bien la doctrina ha aceptado que los acreedores
garantizados con derecho real de prenda con desplazamiento regulada en los arts.
580 y sgts. Cód. Com., estarían incluidos entre los acreedores a que refiere el art.
23 L.C.10 no podrá dejar de advertirse que la normativa concursal alude a la
facultad de remate extrajudicial y no a otras formas de realización de la garantía,
como sería la venta en la Bolsa o mercado de valores (para los títulos o valores
mobiliarios) o directamente su percepción extrajudicial o judicial de manos del
deudor cambiario para los títulos de esta naturaleza (pagaré, cheque de pago
diferido, cambial etc), sin dejar de destacar la posibilidad actual de su negociación
también en el ámbito bursátil (res. 188 CNV, commercial papers; cheque de pago
diferido, dec. 386/2003 ref. art. 12 ley 24.452 etc.).
En definitiva, nos inclinamos por considerar que estos acreedores
(prendarios sobre títulos valores) deben verificar sus créditos, cumpliendo con las
cargas que le impone el art. 32 L.C (indicando, monto, causa y privilegio).
Adicionalmente y tratándose de un contrato formal, para su oponibilidad a
terceros (arg. art. 581 C.Com.), no bastará acompañar copia de los documentos
prendados (con el respectivo endoso en tal carácter), sino que además deberá
acompañarse a la sindicatura el respectivo contrato de prenda con el detalle de los
títulos caucionados.
Para el éxito de la pretensión verificatoria, en el caso de títulos a la orden,
el endoso debe haberse literalizado como: “en garantía” o “prenda” (conf. art. 586
Cód.Com) y si fueran nominativos se requerirá la inscripción en los registros del
emisor. Caso contrario podríamos encontrarnos frente a otra figura cambiaria,
como un endoso pleno traslativo de la propiedad del título, o un endoso fiduciario
que podría encubrir otro negocio jurídico subyacente distinto a la prenda. Y se
sabe que en este tipo de proceso de conocimiento como el verificatorio habrá de
dilucidarse el negocio real que subyace a las apariencias cambiarias.
Por fin, no podemos dejar de considerar, en miras de la magnitud y
desarrollo técnico que ha alcanzado el mercado de activos financieros, la
posibilidad cierta de que la prenda se constituya sobre “instrumentos” que no
encuentran necesariamente apoyatura en un soporte papel, sobre títulos
desmaterializados11 que sin embargo no pierden por ello sus características
esenciales, o sobre derechos a participaciones sociales no instrumentadas en
10
Ver el exhaustivo repaso de la doctrina autorial más relevante que efectúa Luis María Games en
“Concursos especiales y subastas extrajudiciales – Ley 24.522 (La frustrada conservación de la
empresa), ed. Desalma, p. 74 y sgtes.
11
Ver sobre el tema el trabajo de Héctor Alegria, “La desmaterialización de los títulos valores”, En
R.D.C.O, t. 21, p. 893 y ss y la abundante bibliografía citada en dicho trabajo.
títulos circulatorios (ej. prenda sobre cuotas sociales art. 156 Ley Soc. 19550),
abandonándose como excluyente el concepto de la “materialidad” del objeto de
prenda que surge del art. 580 C.Com.
En estos supuestos, la carga verificatoria quedará cumplida con el
acompañamiento del contrato de prenda y el correspondiente certificado de saldo
de títulos escriturales (acciones, obligaciones negociables, certificados de
participación en los patrimonios fideicomitidos, cuotas partes de fondos comunes
de inversión), y en el caso de las cuotas sociales con la constancia de la
inscripción de la prenda en el Registro Público de Comercio (arg. 156 L.Soc.).
b- ¿Se encuentran comprendidos en el art. 21 inc. 2 y por lo tanto
presentado el pedido de verificación pueden ejecutar la prenda sobre los
títulos.?
Contestaremos en forma afirmativa al interrogante planteado, en cuanto
como acreedor prendario, con carácter previo a la realización de su garantía real
deberá insinuarse al pasivo concursal, como lo tenemos dicho, mediante la
correspondiente solicitud de verificación. Si bien el artículo 21 inc. 2. que regula
el fuero de atracción, refiere (como no podía ser de otra forma) a “ las ejecuciones
de garantías reales” que podrán continuarse o deducirse una vez presentado el
pedido de verificación respectivo, creemos que la situación del acreedor prendario
sobre títulos valores debe quedar encasillada dentro de esta previsión normativa,
aún cuando la forma de realización del bien prendado no constituya técnicamente
una “ejecución” en el concepto procesal del término. En caso contrario no
advertimos cual sería el temperamento a seguir para este supuesto, ya que si se le
reconoce el privilegio especial, habrá de admitirse algún mecanismo que le
permita su ejercicio. No olvidemos que si es reconocido como acreedor con
privilegio especial, seguramente no será incluido en la propuesta de acuerdo. Otra
alternativa lesionaría el principio de igualdad de trato frente a sus pares que
ostenten prendas sobre otros bienes muebles y que sin lugar a dudas podrán optar
por la ejecución judicial o la extrajudicial.12
La sola presentación del pedido de verificación bastará para que este
acreedor puede ejecutar su garantía.
c- ¿Cómo se realiza el privilegio prendario sobre los títulos?
El acreedor prendario tiene privilegio sobre el precio de la cosa objeto de
la prenda (art. 3224 C.C. y 585 Cód. Com.). Para ello, la ley le acuerda el derecho
de requerir la venta del bien dado en garantía, además de otros derechos que
complementan aquél, a los fines del adecuado funcionamiento de la garantía.
La ley quiere otorgar a estos acreedores un modo rápido y expeditivo de
cobro ante el incumplimiento de la obligación principal garantizada, que evite la
instancia jurisdiccional que se ha demostrado ineficaz, al no asegurar el mejor
precio objetivo de los bienes pignorados, con daño no sólo para el acreedor sino
12
Games Luis María, Concursos Especiales y subastas extrajudiciales – Ley 24.522 (La frustrada
conservación de la empresa)”, Ed. Depalma, p. 71.
también el deudor. Dicha posición aventajada se enmarca dentro del objetivo de
protección del crédito, su más fácil acceso y la disminución de su costo.
Para hacer efectiva la posibilidad del cobro preferente que le acuerda el art.
582 del Cód. de Comercio, el acreedor deberá invocar y probar su privilegio
prendario. Para ello, como afirmamos, no bastará con el acompañamiento de los
títulos caucionados debidamente endosados (si son a la orden), sino que además
habrá de adjuntare el contrato de prenda respectivo.
Siendo de aplicación el art. 21 inc. 2 L.C., la sola presentación de la
pretensión verificatoria con el privilegio prendario, facultará al acreedor a
“ejecutar” la garantía.
En cuando al modo de realización de esta garantía el artículo 587 Cód.
Com. establece un modo de realización del “bien” pignorado, en relación al tipo
de título de que se trate. Así, ante títulos de renta (debentures, obligaciones
negociables, certificados de participación en fideicomisos, cuotas partes de un
fondo común de inversión), acciones y otros títulos de crédito negociables en
bolsa o mercado de valores, el acreedor deberá hacer vender los mismos a través
de un corredor de bolsa al precio de cotización del día siguiente al del
vencimiento de la obligación principal garantizada. En el caso del concurso
entendemos que deberá hacerlo al precio de cotización, al día posterior al de la
presentación del pedido de verificación, momento en el cual le queda expedita la
facultad de “ejecutar” la prenda.
Tratándose de títulos de crédito no cotizables en bolsa, el acreedor
prendario estará facultado para cobrar el capital y los intereses del título que se le
hubiera dado en prenda. Esta prerrogativa comprende tanto la vía extrajudicial
como judicial, sin que se le pueda exigir poderes generales o especiales del deudor
(art. citado). El acreedor deberá además, cumplimentar con todas las cargas que le
imponga la naturaleza del título de modo que éste no se perjudique (ej.
presentación, protesto etc).
d- Quid sobre la obligación de rendición de cuentas.
Una cuestión que no suele avizorarse, es la que respecta a la obligación de
rendición de cuentas que este acreedor prendario sobre títulos valores debe
cumplimentar en el concurso luego de haber percibido extrajudicial o
judicialmente los títulos caucionados. Tal como sus pares con garantía prendaria
sobre bienes muebles ejecutables en subastas extrajudiciales o hipotecarios tienen
previsto en el art. 23 L.C., también estos acreedores mantienen sobre sí la
obligación de rendirle cuentas al deudor prendario, ya que los títulos que han
“ejecutado” extrajudicialmente o judicialmente no le pertenecen. Aún cuando se
tratara de la prenda de títulos en serie, considerada irregular por transferir la
propiedad, entendemos que esta obligación del acreedor no cesa. Además el
endoso en garantía o prenda lleva ínsita dicha obligación. Si ésta debe cumplirse
en forma ineludible estando el deudor prendario in bonis, no alcanzamos a
vislumbrar porque razón, mediando su concurso preventivo debiera eximirse al
acreedor prendario de dicha carga. Acá no sólo importará al deudor si ha quedado
remanente una vez cancelado el crédito privilegiado, sino que ello interesará a los
demás acreedores, ya que el producido de la realización de los títulos es de
propiedad del deudor concursado y no del acreedor, quien sólo tiene una
preferencia en el cobro sobre dicho resultado.
Postulamos por tanto, que los acreedores prendarios sobre títulos valores
(aún en el caso de prenda irregular) deberán, luego de realizada la garantía, rendir
documentada cuenta del éxito obtenido en la gestión. Si restara saldo insoluto,
caso que entendemos menos posible debido al “aforo” con que se cubren los
acreedores financieros en estas prendas, este quedará incorporado como crédito
quirografario al pasivo concursal y si hubiere remanente deberá ser ingresado de
inmediato al concurso.
El juez deberá intimar al acreedor a los fines de que rinda cuenta, la que
tramitará en forma incidental, pudiendo aplicarse en forma análoga la sanción
prevista en el art. 23 primer párrafo.
e- ¿Son alcanzados por las previsiones de los artículos 23 y 24 L.C.?
El art. 23 de la L.C. contempla el caso de los acreedores titulares de
créditos con garantía real que tengan, por ley, derecho a ejecutar, mediante remate
no judicial, bienes de la concursada. La norma reproduce el art. 24 de la ley
19.551, pero innova en orden a los legitimados para hacer ejercicio de la facultad
conferida en el mismo ya que en la norma anterior refería a “ acreedores
prendarios e hipotecarios” , y ahora lo hace a “acreedores de créditos con
garantía real” .
Ya hicimos referencia al debate que se planteó en su oportunidad sobre la
carga verificatoria de estos acreedores con derecho a ejecutar por remate no
judicial bienes del deudor, pronunciándonos por la negativa y considerando que el
art. 23 L.C. regula un sucedáneo del trámite insinuatorio previsto en el art. 32 y ss.
L.C.
Sin embargo respecto de los acreedores prendarios sobre títulos valores
consideramos que no están comprendidos en el art. 23 L.C. no obstante su
facultad de realización extrajudicial de la prenda, pues no recurren al remate no
judicial que prevé dicho artículo sino a otros modos de realización. De allí que nos
pronunciemos por el cumplimiento de la carga verificatoria previa (sólo la
insinuación) para poder “ejecutar” la prenda de los modos particulares que prevé
el art. 587 del Cód. Com.
En cuanto a la aplicación del art. 24 L.C. coincidimos con el distinguido
13
Tonón que no será aplicable a este tipo de “ejecuciones” extrajudiciales de
prendas con desplazamiento por cuanto hallándose el bien en poder del acreedor
no sería factible su “uso” por parte del deudor y además porque claramente la
norma habla de suspensión de “subasta” y de eje cución prendaria o hipotecaria. Y
en el caso sólo impropiamente podemos hablar de “ejecución” y sabemos que el
modo de realización del derecho prendario no es la subasta pública.
Por ello postulamos la no aplicación de los arts. 23 y 24 L.C. al supuesto
de acreedores prendarios sobre títulos valores.
13
Tonón, Antonio, “Derecho concursal”, Ed. Depalma, 1988, t. I, p. 246
f- La posibilidad de evitar la ejecución de la prenda, mediante el
cumplimiento tempestivo de la obligación principal, después de la presentación
en concurso, con autorización judicial.
Por último analizaremos la posibilidad que tiene el deudor concursado de
evitar la ejecución de la prenda sobre títulos valores a través de alguno de los
mecanismos que hemos considerado, mediante el cumplimiento de la obligación
principal garantizada postconcurso y con la debida autorización judicial.
La situación puede revestir sumo interés para el deudor concursado y
gravitar de modo decisivo en la suerte del proceso concursal preventivo.
Imaginemos sino, el supuesto de prenda de acciones o cuotas sociales, siendo su
eventual realización un factor de grave perturbación que limitaría seriamente el
ámbito de maniobra de la concursada, en el ya de por sí, complicado cuadro
concursal.
La posibilidad de proseguir cumpliendo los créditos con garantía real de
causa o título anterior a la presentación concursal con posterioridad a ella, ya ha
sido motivo de pronunciamiento judiciales y de serios trabajos doctrinarios.
No nos introduciremos en la interesante cuestión de si la presentación
concursal produce o no la caducidad de los plazos14, y en especial la de los
créditos con garantía real. Si aceptáramos la posición que niega tal efecto a la
presentación concursal15, no habría ninguna duda de que cumpliendo en término
la obligación garantizada, el deudor de ese modo impediría la ejecución de la
garantía cuyo presupuesto es, justamente, el incumplimiento.
Ahora bien, si partimos de la posición16 –mayoritaria a nuestro criterio- de
que el concurso preventivo produce la caducidad de los plazos, en virtud de lo
dispuesto por el art. 572 y 753 del Cód. Civil, y por lo tanto tornaría en exigibles
los créditos, se hace necesario abordar el planteo del epígrafe.
Consideramos ajustada para la hipótesis en análisis –créditos prendarios
sobre títulos de valores- la solución a la cual se arribó en los autos “Laromet”,
fallado por la Excma Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario,
Sala II17. En este decisorio la Cámara, revocando el fallo de primera instancia,
autorizó al deudor concursado a seguir pagando el crédito en cuestión por
considerarlo un acto comprendido dentro de los previstos en el art. 16 y por lo
tanto sujeto a autorización. Textualmente dijo el fallo: “ Es procedente la solicitud
de autorización efectuada por la concursada a fin de continuar abonando cuotas
correspondientes a créditos con garantía real de plazo no vencido y contraídos
con anterioridad la presentación en concurso preventivo respecto de bienes
necesarios o indispensables para la continuidad de su giro comercial.”
14
Ver sobre el tema Granados Ernesto, “La exigibilidad de los privilegios en el derecho
concursal”, Ed. R ubinzal Culzoni.
15
Posición sostenida por Maffia Osvaldo, Rivera Julio Cesar, Loza Eufracio, Baravalle y
Granados
16
Tonón Antonio, “Derecho Concursal”, Ed. Depalma, p. 134; Cámara Héctor, El Concurso
Preventivo y la Quiebra”, Ed. Depalma, T I, p. 540; Ju nyent Bas y Molina Sandoval, “Reformas
Concursales, Ed. Rubinzal Culzoni, p. 23.
17
L.L. Litoral T. 1999, p. 1010 con nota del Dr. Adolfo Rouillón.
El fallo fue anotado por Adolfo Rouillón quien sostuvo entre otras cosas
que el acto en sí (pago al acreedor privilegiado) no alteraba la situación de los
acreedores anteriores, y con una lógica impecable, afirma que si estos acreedores
tienen derecho a ser pagados después de la apertura concursal, no se ve el sentido
de afirmar que el pago sólo puede lograrse vía ejecución forzada, concluyendo
entonces que es conveniente permitir al concursado que evite la ejecución de esos
bienes, preserve la integridad patrimonial y posibilite la continuación de la
actividad.
Postulamos por tanto que, si se verificara una situación de clara
conveniencia a los fines de la continuidad del giro comercial, el deudor
concursado podría solicitar autorización judicial para seguir abonando los créditos
prendarios sobre títulos valores y con ello evitar que, una vez presentado el pedido
de verificación, estos acreedores opten por realizar la prenda por alguno de los
mecanismos previstos en el Código de Comercio (arts. 585 2do. párrafo y 585).
IV- CONCLUSIONES:
A modo de síntesis concluimos:
1- Los acreedores privilegiados con prenda sobre títulos valores entregados
por el deudor, a diferencia de sus pares con facultad de remate
extrajudicial, deben verificar sus créditos conforme lo prevé el art. 32 de la
L.C.
2- Presentado el pedido de verificación a la sindicatura, podrán realizar la
prenda de acuerdo a la naturaleza del títulos valor caucionado (art. 21 inc.
2 L.C.).
3- Una vez realizada la garantía (autoliquidable) deberán rendir documentada
cuenta en el concurso sobre el resultado de la misma, depositando en su
caso el remanente de propiedad del deudor concursado. Si no hubiera
remanente sino saldo insoluto, este pasará engrosar el pasivo quirografario.
4- No están alcanzados por el art. 23 y 24 de la ley de Concurso y Quiebras.
Con respecto al 23 por que la normativa está prevista para los acreedores
que tengan la facultad de remate extrajudicial y en este caso de garantías
autoliquidables la forma de realización es la prevista en los arts. 585 y 587
del Código de Comercio. Y con respecto al art. 24 no resulta aplicable por
referirse a la suspensión de subastas en ejecuciones prendarias o
hipotecarias y además por no estar en juego la posibilidad de “uso” de la
cosa prendada por parte del deudor.
5- El deudor concursado, podrá evitar la realización de la prenda de títulos,
cancelando a su vencimiento la obligación principal, con autorización
judicial.
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