Este precioso diseño de un palacio ha sido de los menos y más

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125| RODRÍGUEZ, Ventura
(Ciempozuelos, 1717 - Madrid, 1785)
Proyecto de palacio. Alzado (Ca. 1740-1745)
Dib/14/25/20
Dibujo sobre papel amarillento verjurado : pluma, pincel, lápiz grafito, tinta y aguadas
grises ; 201 x 406 mm.
Barcia n.º 1677.
Este precioso diseño de un palacio ha sido de los menos y más confusamente atendidos por los estudiosos. Barcia lo identifica en su catálogo
como proyecto para el palacio del duque de Liria en Madrid, pero en el
dibujo está escrito, posiblemente de su mano, que se trata del palacio del
duque de Alba, y las dos cosas son ciertas, porque cuando escribía el
ilustre bibliotecario hacía un siglo que el palacio de Liria pertenecía al
duque de Alba. Es decir, que Barcia siempre lo identificó como un palacio para el duque de Liria, luego pasado a propiedad, a principios del siglo XIX, del duque de Alba (Miguel y Chueca 1935; Pita Andrade 1973).
En otras palabras, como un mismo edificio supuestamente proyectado
por Ventura Rodríguez para el duque de Berwick y de Liria, casado con
la hermana del duque de Alba, quien, por su parte, tenía su palacio en la
calle de Alcalá, en la esquina con vuelta a los paseos del Prado y Recoletos, y para el que también trabajaría nuestro arquitecto en la década de
los años setenta (B 1778) y en años posteriores, es decir en el palacio de
Buenavista.
Es más, Ventura Rodríguez solo intervino en el palacio del duque de
Liria a partir de 1770, coincidiendo con la fecha de otros proyectos para
el duque de Alba (B 1678), mientras que el primero había sido comenzado a construir por un enigmático arquitecto francés apellidado Guilbert a comienzos de los años sesenta del siglo XVIII.
Así las cosas, Pita Andrade (1973) documentó que, en 1774, Ventura
Rodríguez había diseñado unas galerías para adornar los muros del jardín
alto del duque de Alba, lo que le llevó a identificar este dibujo con un proyecto para el último, desestimando cualquier relación del mismo con el
palacio de Liria. Reese (1976), por su parte, consideró que era dudoso que
el dibujo tuviera relación con Ventura Rodríguez.
Rubricado por nuestro arquitecto —con rúbrica que aparece en otros
dibujos de finales de los años treinta y comienzos de los cuarenta, y con
posterioridad—, si atendemos a los argumentos desarrollados en los comentarios a otros dibujos en este catálogo, hay que considerar que se
trata de un proyecto de Ventura Rodríguez de aquellos años de formación, de aprendizaje y de apropiación de modelos, sobre todo italianos,
que caracterizan aquellos otros dibujos, incluidas sus habituales figuras
escultóricas en forma de estípites o pirámides invertidas y sombreadas,
presentes siempre en sus diseños de antes de mediados de los años cuarenta del siglo XVIII.
En este caso, se trata de ensayar una idea de palacio (sin relación alguna con el de Liria o el de Alba, en los que intervino a partir de los años
setenta), mientras que en los anteriores habíamos visto pasar un rico repertorio de escaleras, capillas, iglesias y jardines. Sin embargo, si en
aquellos ejemplos los modelos de la arquitectura romana y piamontesa
eran muy evidentes, en el alzado de este palacio brillan por su ausencia.
Es más, resulta un tanto extraño, a no ser por esa compulsiva apropiación e interpretación de estampas, tratados y dibujos que caracterizó su
primera formación hasta finales de los años cuarenta, que el cuerpo central de este edificio presente notabilísimas semejanzas, sobre las que no
se había reparado hasta ahora, con el alzado del Palazzo Chiericati, en
Vicenza (1550), de Andrea Palladio, que pudo conocer contemplado las
xilografías de su afortunadísimo tratado de I Quattro Libri dell’Architettura
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(1570, Libro secondo, pp. 6 y 7) o algún tratado palladiano posterior.
Aunque la presencia del neopalladianismo en España durante el siglo
XVIII no sea muy frecuente (Rodríguez Ruiz 1991; Bérchez 1987; Marías
2009), sino más bien rara, con excepción de los últimos años del mismo,
es más sorprendente aún en Ventura Rodríguez, si se exceptúan sus coros tras el altar mayor, precedidos de una pantalla o pórtico abierto de
columnas exentas que comienzan a aparecer en sus obras y proyectos a
partir de los años cincuenta y sesenta.
En efecto, el dibujo presenta el alzado de un palacio con dos plantas,
ordenada la baja con pilastras y columnas de orden dórico y la superior
con un orden jónico. El cuerpo central, adelantado, es el que refleja, sin
duda, el modelo de Palladio en el Palazzo Chiericati, siendo la planta inferior abierta y con columnas exentas, mientras que en los cuerpos laterales dispone pilastras, y sobre ella se levanta el cuerpo superior con pilastras jónicas al ras de la fachada. Otro detalle parece confirmar ese
modelo palladiano y me refiero a la presencia de las dos esculturas situadas a ambos lados del comienzo de la escalera de acceso, coincidiendo
con el cierre de este cuerpo resaltado y central de la fachada que dispone,
como en Vicenza, de dos columnas pareadas que sirven de tránsito al retranqueo de aquella, además de las esculturas que coronan el edificio en
esta parte central. La condición suburbana o de villa palaciega del edificio, a la manera palladiana, es confirmada también por la presencia de
las dos alas de galerías porticadas que se abren, en una sola planta, a ambos lados de los extremos de la fachada, resaltados en planta. [DR]
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