BOSQUEJO DEL SERMÓN ANOTADO DIRIGIDO A LOS ADULTOS PARA LA SEMANA DE ORACIÓN DE 2012 Recursos adicionales para la Semana de oración Prepárese para crecer Desarrollado a partir del libro Crezca en oración e intercesión Un recurso del Centro Nacional de Oración de las Asambleas de Dios Introducción “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos” —Efesios 6:18 Semana de oración Cartel* *Disponible sólo en inglés El misionero Willis Reed yacía débil e indefenso a la orilla del río Ganges, con su hijo de doce años a su lado. El médico más cercano se hallaba a más de treinta kilómetros de distancia, y Reed ardía con una fiebre sin control. Una triste realidad comenzó a tomar forma: estaba agonizando. Horas antes, Reed y su hijo iban en su auto rumbo a su casa, en Dhanbad, India. Hacía calor, y se detuvieron en un puesto junto al camino para pedir un refresco indio llamado lassi. Cuando Willis tomó un trago del refresco, sintió que unos pedazos de vidrio le cortaban la garganta. Supo de inmediato que necesitaba atención médica. Pero llegaron demasiado tarde al Ganges, perdiéndose el último trasbordador del día. Así fue como Willis pasó la noche junto al río; una noche a la cual su estado cada vez más grave no le permitiría sobrevivir. Sin embargo, para asombro suyo y de su hijo, se despertó a la mañana siguiente en perfecto estado de salud. Sólo más tarde descubriría el porqué. Semana de oración Marcador de libro Dos años después, mientras Willis estaba predicando en Arizona, se le acercó una dama que él no reconoció. “Lo vi en una visión”, le dijo ella. “Estaba tirado en el suelo a la orilla de un río. Yo nunca lo había conocido antes, pero Dios me dijo su nombre. Me dijo que orara por usted. Yo oré hasta quedar segura de que su necesidad había quedado satisfecha.” Willis le preguntó cuándo había sucedido aquello. Era el mismo momento en que él yacía moribundo junto al río Ganges. Dios le había hablado a una mujer anónima a miles de kilómetros de distancia, y había usado sus oraciones para obrar un milagro en la vida del misionero. Libro Pray for Hope *Folleto “Oración de Esperanza en español disponible en la web El deseo de Dios es que nuestra vida de oración sea pujante y llena de vitalidad. Lejos de limitarse a una rutina confinada a las comidas y a los domingos por la mañana, nuestra comunicación con Dios puede tocar todos los aspectos de nuestra vida. Cuando lo hace, nos encontramos involucrados en el ministerio de oración de maneras que nunca nos habríamos imaginado. A través de la oración nos viene la oportunidad de bendecir a los extraños, ayudar a los necesitados, consolar a los que sufren y hacer guerra espiritual. Una vida de oración saludable nos puede llevar por unos caminos de comunión con Dios Continuado en la página 2 © 2011 por Gospel Publishing House, 1445 N. Boonville Ave., Springfield, MO 65802. Todos los derechos reservados. Se permite copiar sólo para el uso personal, de la iglesia, y/o para la enseñanza. Este material no se distribuirá con fines comerciales. Edición electrónico publicado 2011. 1.800.641.4310 fax: 1.800.328.0294 www.GospelPublishing.com que nos llenen de su poder y nos preparen para servir mucho más allá de lo que estamos experimentando en estos momentos. Introducción alterna La gente de hoy mira la oración de muchas maneras distintas: • Hay quienes la ven como si fuera la palanca que vemos en las alarmas de fuego de los edificios públicos, donde dice: “En caso de incendio, tire de esta palanca”. La mayor parte del tiempo la ignoran, hasta que una emergencia inesperada los hace precipitarse a tratar de orar. • Otros la ven como una cuenta de banco con fondos ilimitados, en la cual nosotros vamos haciendo depósitos gracias a nuestros esfuerzos espirituales y nuestra moralidad, con la esperanza de poder retirar de ella el favor de Dios cuando lo necesitemos. • También hay quienes tratan la oración como una especie de “lámpara mágica” que nos concede un número ilimitado de deseos y nos permite llenar nuestra vida con comodidades y placeres, al mismo tiempo que evitamos las luchas y los tiempos difíciles. Y es cierto que la oración es nuestra fuente de ayuda en medio de las crisis. También es cierto que nos permite experimentar el favor de Dios aplicado a nuestra vida, aunque sólo por su gracia. Y además, la oración va a traernos buenas cosas a nuestra vida, incluso cuando nos ayuda a soportar las dificultades. No obstante, para los cristianos que anhelamos seguir adelante en fe y comprometidos con Cristo, la oración debe ser mucho más que todo lo anterior. La oración es una conversación continua con Dios; una comunión con Él que abarca todos los aspectos de nuestra vida. Se mantiene pujante y llena de vida en nuestro interior. Dios quiere que abracemos la oración como nuestro medio primordial para llegar a conocerle mejor a Él, descubrir los maravillosos planes que tiene para nuestra vida, e incluso ministrarnos unos a otros. En pocas palabras, su intención es que cada uno de nosotros crezcamos en la oración todos los días mientras caminamos con Cristo. Cuerpo del sermón 1. Crezca en la intercesión. La intercesión —el acto de acudir a Dios a favor de otra persona o de una situación crítica— nos puede parecer algo intimidante. La mayoría de nosotros hemos conocido algún “campeón de intercesión” a lo largo de los años, y lo más probable es que se trate de un hombre o una mujer de fe. Es importante que recordemos que no se necesitan dones especiales ni una posición espiritual determinada para interceder. Todo lo que significa nuestra intercesión es que sentimos compasión por los demás y por sus necesidades, y que estamos dispuestos a reaccionar a base de acudir al Señor. En ese sentido, todos hemos sido llamados al ministerio de intercesión. •Interceda por las almas perdidas (Dios anhela redimir a los perdidos, y nos llama a orar con fervor por la propagación del Evangelio. En este sentido, la intercesión es el llamado más alto dentro del evangelismo.) •Interceda por la Iglesia. (El ministerio de oración se extiende de una persona a otra. Todos nos enfrentamos a diversas crisis, tentaciones y situaciones que nos dejan necesitados de orientación. La dedicación de un tiempo a interceder es un poderoso acto de compasión.) •Interceda por el crecimiento espiritual. (El apóstol Pablo oraba con fervor por el proceso de maduración de los tesalonicenses. Nosotros necesitamos cada cual las oraciones de los demás, al mismo tiempo que nos vamos asemejando cada vez más a Cristo. ¿Por qué? Porque es fácil distraerse en este mundo empapado en pecado. Las tentaciones, los desalientos, los éxitos e incluso la rutina común © 2011 por Gospel Publishing House, 1445 N. Boonville Ave., Springfield, MO 65802. Todos los derechos reservados. Se permite copiar sólo para el uso personal, de la iglesia, y/o para la enseñanza. Este material no se distribuirá con fines comerciales. Edición electrónico publicado 2011. 1.800.641.4310 fax: 1.800.328.0294 Continuado en la página 3 www.GospelPublishing.com y corriente de la vida son todos ellos cosas que amenazan con distraernos de nuestro enfoque en Cristo.) 2. Crezca en Dios. En 1967, el escritor cristiano Charles Hummel publicó un librito llamado The Tyranny of the Urgent [“La tiranía de lo urgente”], que se ha convertido en un clásico. En él sostiene que siempre existirá tensión entre lo que es más urgente y lo que es más importante en nuestra vida. Su conclusión es que con demasiada frecuencia, lo urgente es lo que gana. La observación de Hummel alude a un principio crítico para la vida cristiana: Seguir a Cristo es algo que exige una evaluación continua de las prioridades de una vida santa, y un compromiso con ellas. Si no les damos la importancia debida a nuestras prioridades espirituales, terminarán aplastadas por las urgencias diarias que se nos cruzan en el camino de una manera inevitable. •Dele prioridad a su enfoque central. (Con mucha frecuencia destacamos el aspecto de Mateo 6:33 representado por las palabras “todas estas cosas”. Sin embargo, son las palabras “buscad primeramente” las que constituyen el verdadero fundamento de este principio. Cuando enfocamos nuestra atención en el Señor en primer lugar y sobre todo lo demás, nos situamos en el punto de partida del crecimiento espiritual, y esa decisión causará un poderoso impacto sobre nuestra vida de oración.) •Valore a Dios por sobre todas las cosas. (María y Marta reaccionaron de maneras profundamente distintas ante la llegada de Cristo. Nosotros podemos aprender mucho de su ejemplo. Es tentador adoptar un punto de vista semejante al de Marta. Solemos valorar nuestro tiempo y nuestro esfuerzo, basados en los resultados externos y tangibles. Sin embargo, Dios preferiría que nos enfocáramos primeramente en Él. Es primordial que comencemos por apreciar y valorar su presencia. Y una de las formas más maravillosas de hacerlo es por medio de una vida de oración siempre en crecimiento.) •Escuche la voz de Dios. (La vida de oración en crecimiento se extiende más allá de las oraciones que se centran en las necesidades y las preocupaciones, por vitales que éstas sean. Dios quiere que la oración se convierta en un tiempo en el cual aprendamos a escuchar su voz por encima de los fuertes ruidos del mundo que nos rodean, y que tratan de distraernos. En su voz encontramos la paz, adquirimos una perspectiva correcta con respecto a la vida y la eternidad y mantenemos fuerte y orientada nuestra brújula espiritual en medio de una sociedad cada vez más secular.) •Deje que le guíe el Espíritu. (En este mundo, nunca estamos solos; el Espíritu está con nosotros, interactuando en nuestra vida. Esto es cierto incluso en nuestra vida de oración. Durante los momentos de mayor dificultad y confusión, es el Espíritu el que nos ayuda a orar. Cuando le abrimos el corazón a su voz, encontramos sabiduría, dirección y paz. También es Él quien nos puede llevar a orar por otras personas en situaciones críticas, aunque tal vez ni tengamos idea nosotros mismos sobre aquello por lo que debemos orar.) 3. Crezca en la fe. Es posible que las dos preguntas más importantes que tengamos con respecto a la oración sean las siguientes: “¿Cómo va a responder Dios a mi oración?” y “¿Cuándo va a responder Dios a mi oración?” En definitiva, ambas preguntas tienen sus raíces en la confianza. A veces puede ser especialmente difícil esperar la respuesta, o incluso pensar que Dios nos va a responder de una manera que no es la que esperamos. Esto es cierto sobre todo cuando nos enfrentamos a feroces batallas que ponen a prueba nuestra firmeza, o cuando nos parece que la respuesta parece estarse tardando en llegar. Es entonces cuando la confianza entra en escena. La confianza es la que le © 2011 por Gospel Publishing House, 1445 N. Boonville Ave., Springfield, MO 65802. Todos los derechos reservados. Se permite copiar sólo para el uso personal, de la iglesia, y/o para la enseñanza. Este material no se distribuirá con fines comerciales. Edición electrónico publicado 2011. 1.800.641.4310 fax: 1.800.328.0294 Continuado en la página 4 www.GospelPublishing.com pone “piernas” a nuestra fe. Dios quiere que creamos en Él lo suficiente, para caminar con Él sin importarnos las luchas por las que estemos pasando. •Fe para la batalla. (Es cierto que batallamos a diario con el enemigo de nuestras almas. Hay una serie de principios que poner por obra y aplicar a la vida, que harán que estemos mejor preparados para la batalla) * La preparación (Efesios 6:13–17; Hebreos 4:12) * La oración (Efesios 6:18) * La alabanza (2 Crónicas 20:22; Salmo 22:3) * El Nombre de Jesús (Marcos 16:17; Lucas 10:17) * La intercesión (Daniel 10:1–14) también se interesa como nadie en nosotros y se compadece como nadie de lo que nos preocupa. Cuando aceptemos estas verdades, estaremos listos para confiar en su respuesta, aunque ésta sea un “espera” o un “no”) * Confíe en el poder y la sabiduría de Dios (Salmo 139:3,6; Romanos 11:33,34) * Confíe y obedezca (Santiago 1:22; 2:14–17) •Fe para perseverar. (Dios es un Padre amoroso, íntimamente preocupado por nuestras necesidades. Él quiere que lo busquemos de manera continua. Hay varios principios que sería sabio que tuviéramos siempre presentes.) •Fe para confiar en Él. (Es la pregunta de los siglos: “¿Por qué Dios no responde mi oración?” Esto se puede volver especialmente difícil cuando vemos que Dios atiende a las necesidades de otras personas que nos rodean, mientras que nuestras crisis crónicas parecen pasar inadvertidas para Él. Durante esos momentos es cuando debemos confiar en la soberanía y el amor de Dios. No hay circunstancia capaz de derrotarlo a Él; no hay necesidad que sea demasiado grande para Él. Dios * Podemos orar con confianza (Hebreos 4:16) * Debemos orar en sintonía con su voluntad (1 Juan 5:14,15) * Hemos sido llamados a mantenernos fieles (Romanos 12:1,2) * La oración exige un nivel alto de compromiso (Colosenses 4:2) * Una actitud continua de oración es evidencia de que se tiene una vida de oración constante (1 Tesalonicenses 5:17) Preparado por el Centro Nacional de Oración de las Asambleas de Dios www.prayer.ag.org © 2011 por Gospel Publishing House, 1445 N. Boonville Ave., Springfield, MO 65802. Todos los derechos reservados. Se permite copiar sólo para el uso personal, de la iglesia, y/o para la enseñanza. Este material no se distribuirá con fines comerciales. Edición electrónico publicado 2011. 1.800.641.4310 fax: 1.800.328.0294 www.GospelPublishing.com