DOMINGO V DE CUARESMA/C «Todo lo estimo pérdida, comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por El lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él»(2ª lect.). Hermosa confesión de fe de san Pablo ya convertido, que ojalá la pudiésemos repetir cada uno de nosotros! «GANAR A CRISTO Y EXISTIR EN EL». Este Cristo, en el Evangelio de hoy, nos vuelve a presentar el rostro de la misericordia de Dios: Tenemos frente a frente la miseria humana y la misericordia de Dios. -La mujer adúltera, avergonzada, temblorosa, arrepentida. En frente: -Los fariseos: acusadores, prepotentes. En el centro: -JESUS: sereno, comprensivo. La actitud de Jesús: condenación irremisible del pecado -no disimula la seriedad del pecado-: "en adelante no peques más"; y misericordia con el pecador: "tampoco yo te condeno". Consignas que valen para todos nosotros, siempre necesitados de conversión, porque hemos despreciado el amor de Cristo. - Sinceridad, contrición y confianza. La única actitud liberadora del pecado es el reconocimiento humilde, sincero, contrito de la culpa y la confianza absoluta en la misericordia de Dios. Arrepentimiento. La experiencia de pecado nos enseña humildad -la que brota de la conciencia de la propia miseria; y también comprensión y compasión para no juzgar ni despreciar a los demás. Pero, lo más importante, la experiencia de pecado nos puede conducir a una grandiosa experiencia de Dios como Padre misericordioso. El reconocimiento del pecado, la contrición y el sacramento de la Penitencia -el gran regalo de Pascua de Jesús- , nos conducen a la reconciliación con nosotros mismos, con los demás y con Dios; y ello es fuente de paz, de gracia y de salvación. La Virgen Dolorosa es Reina y Madre de Misericordia. SALUDO INICIAL DEL PAPA FRANCISCO Un Papa Jesuita, hijo de Ignacio de Loyola, del cono Sur. El mapa de la Iglesia católica es la Humanidad entera. “Benedicto XVI ha enriquecido a la Iglesia con su magisterio de fe, humildad y docilidad”. En Francisco, se adivina un Papa con audacia y fortaleza suficientes para grandes esperanzas y desafíos. En el centro, el Evangelio sin glosas; y la fe y el amor a Jesucristo. Como Francisco de Asís. Con la Cruz. Padre, Maestro y Pastor. Un Papa para la Nueva Evangelización, orante, humilde y cordial; servicial, austero y sencillo. Evangelizar es amar: ”Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros” “Recemos por todo el mundo para que haya una gran fraternidad”. “Quisiera que todos, luego de estos días de gracia, tengamos el coraje - precisamente el coraje - de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, que ha sido derramada sobre la Cruz; y de confesar la única gloria, Cristo Crucificado. Y así la Iglesia irá adelante”(1ªHomilia). Llenos de júbilo y en acción de gracias a Dios, recogemos algunas de sus primeras palabras, desde el balcón central de la basílica Vaticana: El Papa Francisco se asomó desde el balcón central de la basílica Vaticana poco después de las 20.20 del miércoles 13 de marzo y dirigió a la multitud de fieles que llenaba la plaza de San Pedro las siguientes palabras: Hermanos y hermanas, ¡buenas tardes! Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo..., pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro Obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja. Después de recitar el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria al Padre, el Papa continuó: Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. … Y ahora quisiera dar la Bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para que el Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí.... En ese momento el Pontífice inclinó la cabeza y permaneció por algunos instantes en silencio mientras los fieles en la plaza rezaban por él. La plaza y el mundo en silencio y el Papa pidiendo la bendición del pueblo sobre su Pastor. Y prosiguió: Ahora daré la Bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. + Día del Seminario. Buena ocasión para pedir una vez más, por las vocaciones, por el Seminario, por los sacerdotes. También para dar gracias a Dios por los sacerdotes. El Santo Cura de Ars era muy humilde pero, consciente del inmenso don que es un sacerdote para su gente, decía: “Un buen pastor, un pastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina”. También, en nuestra historia personal, la de cada uno, reconocemos la presencia de los sacerdotes que nos han acompañado en las diversas circunstancias de la vida. Me atrevo a pediros que recéis por ellos, por nosotros.Y que nos acompañéis con vuestro afecto, apoyo y colaboración. Para que en nuestra debilidad resplandezca la fuerza de Dios. Recordamos en este día a Santa Teresa de Lisieux, que, después de pedir por todos los sacerdotes, encomendaba especialmente rezando: "te encomiendo a los sacerdotes que me son más queridos, al sacerdote que me bautizó, al que me absolvió de mis pecados, a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión, a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y aconsejaron, a todos los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud, especialmente a ............. ¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón y concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad. Amén”.