LA IMPUTACIoN OBJETIVA COMO HERRAMIENTA

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LA IMPUTACIÓN OBJETIVA COMO HERRAMIENTA INDISPENSABLE PARA
RESOLVER UN “CASO PENAL”
Por Pablo Iribarren
Si bien se viene hablando de imputación objetiva desde hace
largos años, la jurisprudencia en general y la zonal en particular ha sido reacia
en utilizar esta herramienta indispensable para la resolución de casos penales,
en especial en aquellas situaciones en las que resulta problemático conectar la
conducta del sujeto con el resultado. El fallo, que en sus partes sustanciales,
hoy traemos a consideración es una excepción que debe ser destacada. El Dr.
Coscia haciendo gala de sus conocimientos académicos demuestra que esta
teoría no solo sirve como tema convocante de los congresos de derecho penal,
sino que puede ser aplicada satisfactoriamente en un caso concreto. Como
venía señalando, en los delitos de resultado de lesión, la conducta del sujeto
está estrechamente vinculada con el resultado. Es decir, es necesaria una
conexión entre el resultado y la acción. Tradicionalmente se ha explicado este
nexo a través de una relación de causalidad. Así fueron apareciendo diversas
teorías que con diferente suerte intentaron aclarar la problemática con el fin de
hacer más previsible y sistemática la aplicación de la norma penal. Partiendo
de la teoría de la equivalencia de las condiciones, los estudiosos fueron
pergeñando diversas adaptaciones que mejoraron la explicación, sobre todo,
de aquellos casos paradigmáticos para el derecho penal. Con la teoría de la
imputación objetiva se da una nueva perspectiva a este tema y muchas de las
cuestiones que se resolvían en forma dudosa a través de la teoría del nexo
causal, hoy encuentran una correcta respuesta en la moderna teoría.
Recordemos brevemente sus orígenes. Casualmente es el civilista hegelliano
Larenz, quien da el primer concepto de imputación objetiva en 1927. Honig, en
1930 lo propone para el derecho penal. Las sucesivas elaboraciones ubicaban
el problema de las causaciones dentro del ámbito de la acción. Fue un
penalista español Gimbernat, quien objetó esta postura, y propuso la
imputación objetiva (a la que llamo reprochabilidad objetiva), en términos
muchos más cercanos a la que hoy conocemos. Pero no cabe duda que fue
Roxin, a partir de los años setenta quien elaboró y difundió más que nadie esta
teoría dentro del ambiente de los estudiosos del derecho penal.
Para analizar un caso desde esta perspectiva se deben atravesar
diversos filtros o instancias que irán eliminando aquellas conductas que no
resulten de interés para la ley penal. Siguiendo a Maximiliano Rusconi,
debemos crear la base para el juicio de imputación y dentro de este ámbito
determinar:
1. Si la conducta bajo examen ha creado un riesgo jurídicamente
desaprobado o en términos de Cancio Meliá, un riesgo no permitido para el
objeto de la acción. No falta quien sostiene que en este punto la dogmática
penal está en deuda, al no existir una pauta firme para definir cuando estamos
ante un riesgo o peligro jurídicamente relevante. Muchos criterios dados
(posibilidad, probabilidad, experiencia general de vida, etc.) son vagos o
recurren a criterios no normativos para definir algo que es normativo.
2. Si a pesar de ser riesgosa la conducta, incorpora un riesgo
menor al que ya existía. En tal caso el sujeto actúa con la intención de evitar un
riesgo más grave, a pesar de la relevancia causal de la intervención.
3. La actuación del agente se enmarca dentro de un riesgo
normativamente permitido. El Estado permite y muchas veces fomenta
actividades peligrosas por entenderlas indispensables para la convivencia
social. En palabras de Cancio Meliá la idea de riesgo permitido es una
institución dogmática que determina el estado de interacción normal en el trato
de determinados riesgos.
Por ultimo, cuando se trate de delitos culposos la imputación
objetiva no resulta igual, debiéndose incluir un correctivo que funcione dentro
del aumento del riesgo permitido: la violación del deber objetivo de cuidado. Así
Bernd Shuneman expresa que la imputación objetiva no reemplaza a la
infracción del deber objetivo de cuidado sino que la complementa. Para ello,
propone que la valoración de la infracción al deber objetivo de cuidado se
evalúe ex ante en el momento de la acción, considerando los conocimientos y
capacidades especiales del autor. Mientras que la imputación objetiva será
afirmada cuando la norma de cuidado infringida, considerando todos los
hechos que han sido conocidos posteriormente (ex post), debe ser calificada
aun apta como una medida razonable político-criminalmente para impedir ese
resultado.
Superada entonces esta etapa, entramos a analizar el llamado
juicio de imputación, es decir la relación que debe existir entre el riego
producido, la violación objeto del deber de cuidado (en los delitos culposos) y el
resultado producido. Expresa Cancio Meliá citando a Jacobs, que solo podrá
considerarse el resultado que es consecuencia de la conducta típica cuando
ésta aparezca como el factor causal determinante del resultado. En palabras de
Martínez Escamilla, también el resultado debe ser contemplado como obrar del
autor.
Dentro de este ámbito debe estudiarse la conducta riesgosa bajo
ciertos principios que pueden afectar la imputación de resultado.1) Si el
resultado está comprendido dentro del fin o ámbito de protección de la norma.
2) Comportamiento alternativo ajustado a derecho. 3) Imputación al ámbito de
protección de la víctima o principio victimo-dogmático. 4) Principio de
confianza. 5) Prohibición de regreso. 6) Principio de adecuación social y
principio de insignificancia, ambos como correctores del juicio de imputación.
En el fallo en cuestión, el Dr. Orlando Coscia ha transitado por cada una de las
estructuras de la teoría, dando, a mi entender una respuesta justa al caso
tratado. En definitiva, entiendo que la imputación objetiva se ha convertido en
una herramienta insustituíble en el derecho penal moderno, como forma de
abordar racionalmente un caso.
GENERAL ROCA, 26 DE DICIEMBRE DE 2002.-AUTOS Y VISTOS: Para
dictar sentencia en la causa n* 2028/02, caratulada "FERNANDEZ, OMAR WALTER S/ HOMICIDIO
CULPOSO" en trámite ante el Juzgado en lo Correccional n* 14, a cargo del firmante Dr. ORLANDO
ARCÁNGEL COSCIA … RESULTA: Que Según requisitoria Fiscal de elevación a juicio se reprocha el siguiente
hecho: "Ocurrido el 20 de julio de 1998 en horas del mediodía, aproximadamente a las 13,15 hs. en instalaciones de la empresa petrolera
MALLAR DRILLING, sito en Estancia Vieja, lugar denominado Locación Nueva, distante a 72 kms al norte de la
ciudad de General Roca, RIO NEGRO. En tales circunstancias y en oportunidad que se efectuaban tareas de montaje en la
sección telescópica de la subestructura del equipo de boca de pozo, se produjo el colapso de la grúa que era utilizada para tal fin,
provocando la muerte del operario JULIO RUBEN CAMPOS NAHUEL, por aplastamiento de tórax y
politraumatismo que causaron hemorragias internas. El hecho habría sido producto del mal estado de la grúa utilizada, por falta de
mantenimiento, modo incorrecto del transporte de la misma y falta de controles de los materiales, negligencia atribuible al Jefe de
Transporte OMAR WALTER FERNANDEZ quien era el encargado del contralor y verificación del estado del equipo
utilizado, entre ellos la grúa en cuestión y que a pesar de que el operador de la misma HORACIO TRECHA le avisara que
existían factores que no eran normales en el funcionamiento del aparato ya que gastado el caballete, no comunicó la novedad a que sus
superiores ni detuvo las operaciones a realizar hasta tanto se superara el defecto y el aparato se encontrara en condiciones seguras para
efectuar las tareas...". . .C. Asignación de significado jurídico al thema decidendum: …c.2. Desde éste conjunto de extremos
probatorios, en tren de caracterizar jurídicamente el "casus" y existiendo un resultado disvalioso captado por un tipo penal abierto,
corresponde ahora realizar el proceso de subsunción de la acción atribuida a la violación al deber de cuidado impuesto por la situación.
Pasare entonces por el filtro del "tipo objetivo", todo merced instrumentos doctrinarios postulados por la teoría de la imputación
objetiva.-Pues bien, no existe dudas de que la actividad petrolera es esencialmente "riesgosa". Esta tarea integra ese conjunto de
labores en que "riesgos y beneficios" se evalúan al unísono, soportándose niveles de "peligros" en función de beneficios obtenidos por el
conjunto de la comunidad.-"...Por ello que, especulando en el equilibrio que debe exhibir la autorizada ecuación "riesgo permitido ~
cuidado requerido" en favor del contexto relacional, hago mía la seria y lógica advertencia producida sobre el tema, cuando se dijo que:
"...no hay conducta permitida si, siendo riesgosa, su ejecutor no ha puesto la dosis de cuidado que el derecho le exige..."
(MALAMUD GOTI, JAIME. La estructura penal de la culpa, Edit. Cooperadora. Bs. As. 1976, pag. 61.)...
Cuando se ejecutan acciones riesgosas fuera de los límites objetivos del deber de cuidado, no se pueden considerar lícitas las mismas,
porque solamente "..dentro de los límites de riesgo y cuidado debido toda acción es socialmente adecuada" (MALAMUD
GOTI, El delito imprudente, Astrea, 1972, pag. 55). Esto garantiza incluso la comprensión correcta del concepto de acción, con
relegación del elemento resultado a su justo lugar al interpretar los tipos culposos..." ("in re" "RAMOS BUSTAMENTE
y otro s/ homicidio culposo, causa n* 906/97/14"). En el entendimiento propugnado corresponde recordar que FERNANDEZ,
como JEFE DE TRANSPORTES, fue quien requirió la remisión de una grúa para ejecutar el operativo. Si bien cierta la
"ineptitud" del agente a cargo del sector de mantenimiento al despachar una grúa en esas condiciones técnicas (o sea con serios defectos
de funcionamiento e incumpliendo el sistema de transporte al no desmontar la pluma) la misma cesó en lo atinente al diseño del "curso
causal" desde el preciso momento en el que FERNANDEZ se hizo cargo del equipo sin reparos, ordenando su utilización. Fue el
propio gruista TRECHA quien advirtió a FERNANDEZ del "brillo" observado en la grúa como signo de fatiga del material,
no obstante lo cual el imputado decidió ponerlo en marcha. Ello habla de la magnitud de su designio en la utilización del instrumento,
de su conocimiento en el "defecto", no obstante lo cual, creído que de que no iba a suceder nada siguió adelante con la actividad
programada. Quedan así reconocidos en el desarrollo de la tarea común la existencia de "roles" con estancos de responsabilidad entre los
engranajes que componen un equipo de trabajo (GÜNTHER JAKOBS. La imputación objetiva en Derecho Penal, Bs.
As., 1996, AD HOC, pags. 21 y ssgts.). La defraudación de esos "roles" trae diversas consecuencias, pero solo habrá
responsabilidad penal cuando hay "relación explicativa unívoca" entre el "déficits" de cumplimiento que el rol adjudicaba y la
"producción del resultado". Un ejemplo suele darse en los ámbitos científicos que entiendo apropiado introducir: una mujer recibe
para el cumpleaños de su esposo una torta entregada por un viejo enemigo del cónyuge, advirtiendo ella que estaba envenenada;
adquiere así plena responsabilidad penal de servirla en vez de desecharla. El conocimiento de la condición letal del postre le hizo tomar
en sus manos las "riendas causales del suceso" desplazando al autor en la ejecución del daño. Una sola es la correcta solución: la mujer
responderá por el "homicidio" doloso, mientras que el enemigo lo hará por "homicidio en grado de tentativa". El límite de utilización de
éste ejemplo para el "sub iudice" lo impone en dogmática penal la imposibilidad de imputar "tentativa" en el tipo culposo. Por ello
FERNANDEZ desplaza en el curso causal al encargado de mantenimiento y asume, por propia violación al deber de cuidado que
le competía respetar, la totalidad del resultado disvalioso. Desde esta perspectiva la acción imputada a FERNANDEZ aparece
elevando el nivel de riesgo tolerado por la actividad, siendo el resultado muerte una derivación radical de la actitud reprochada. Esta
posición cierra incluso el círculo ante el tamiz del "Principio de Prohibición de Regreso" (REGRESSVERBOT), toda vez
que surge clara la imposibilidad de imputar el resultado a la primera acción culposa - o sea la del jefe de mantenimiento de equipos cuando el daño se produjo por la segunda acción imprudente - la acción de FERNANDEZ - explicativa totalmente del daño,
amen de cualquier relación causal entre la primera acción y el definitivo infortunio. Del mismo modo no queda conmovido y superado en
la especie, el principio de "Ámbito de Protección de la Norma". Indiscutiblemente el resultado fatal constatado aparece imputable a la
acción en el marco concreto de una norma destinada "político criminalmente" a la evitación de tan lamentables resultados. El Principio
de Confianza (VERTRANENSGRUNDSATZ) no puede cobijar la acción del imputado. Si bien era esperable que
todos actuaran de forma correcta, no menos cierto es que el especial "caudal de riesgos" que la faena obligaba a los "responsables de
áreas" (incluidos TRONCOSO y AZULAY con responsabilidades aún por determinar) a tomar un "plus" de cuidados para
la evitación de riesgos. Ese "plus" debió incluir la permanente verificación de las ubicaciones del personal de forma previa a la
realización de los diferentes movimientos del equipo (ver al respecto punto "tres" del cuadro de "roles" para la operación de grúas,
donde en la primer columna, se obliga a constatar la ubicación de los miembros de la cuadrilla, especialmente respecto de los "boca de
pozo"). En cuanto al principio de "Comportamiento Alternativo Conforme a Derecho", su fracaso sigue siendo imputable a
FERNANDEZ. En efecto, según dice la regla no habrá imputación objetiva sí supuesto hipotéticamente el comportamiento
correcto el hecho "hubiera acontecido igual". Va de suyo que si el encartado hubiera rehusado utilizar de grúa en esas condiciones, sea
por propia decisión, sea por aceptar la advertencia de TRECHA, o por simple aplicación del manual de "Seguridad para la
carga/descarga de equipos - Seguridad para operar grúas" provisto por la propia empresa, el fatal desenlace no se hubiera producido.
Al respecto ver puntualmente en fs. 431 que dentro las obligaciones del Jefe de Transportes surge en la "primer columna", seleccionar e
inspeccionar los equipos de levantamiento consistentes en: a) grúa..., mientras que en la "tercer columna", le impone realizar una
"inspección minuciosa de todos los equipos". Estas eran obligaciones inexcusables del procesado, demostrándose así que su acción no se
limitaba ciertamente a subir, trasladar y bajar los equipos según indicación de otras jefaturas, tal como pretendió deslizar en su defensa
material. Deliberadamente he dejado para concluir éste análisis la confrontación del "Principio de Competencia de la víctima"
("Autopuesta en peligro" en el lenguaje de algunos, "Victimodogmática" en el discurso de otros). Este no es precisamente un caso que
explique el resultado por la acción inadecuada de la víctima. Sí bien es cierto que CAMPOS NAHUEL se encontraba
ubicado en sitio no autorizado, varias cuestiones corresponden ser aclaradas para "dispensar" la actitud del damnificado y poner el
acento en la acción de FERNANDEZ. En efecto, en primer lugar debe decirse que CAMPOS NAHUEL se ubicó en
esa plataforma para cumplir con su función en el operativo, y que su permanencia en el sitio obedeció a un defecto o problema de esa
subestructura, defecto ese que llevaba a tener que "re ejecutar" la maniobra para lograr el objetivo deseado. En favor a no demorar la
marcha del operativo con subidas y bajadas permanentes por su parte de la plataforma, permaneció en el lugar a espera de su nueva
intervención. CAMPOS NAHUEL era un trabajador muy bien conceptuado, según surge de las diferentes declaraciones
colectadas: calificado como cuidadoso y metódico por algún testigo. Bajo ese perfil, indudablemente, debió tomar sus recaudos para
ejecutar esa acción, atento el mayor riesgo que ello suponía. Ahora bien, va de suyo que en el marco del nivel de riesgo asumido por
CAMPOS NAHUEL debió inscribir propios recaudos para prever emergencias a partir de la posición que ocupaba. Por su
puesto que dentro de esos riesgos no se encontraba el "colapso o fractura" de una las estructuras que operaba la grúa. Por tanto es
correcto y evidente que define la cuestión de la auto puesta en peligro el grado de cognocibilidad del eventual curso lesivo
(JAKOBS, "La imputación...", pags. 34. En igual orden: CANCIO MELIA, Manuel. "Líneas básicas de la Teoría
da Imputación Objetiva", Ediciones Jurídicas Cuyo, pag. 118 y ssgtes). El mayor grado de conocimiento por jerárquica, por
capacidad y por posición ejecutiva estaba en manos de FERNANDEZ, y ello explica lineal (y lógicamente) el resultado
disvalioso. Es más, un dato más demuestra el superlativo grado de conocimiento para enfrentar la emergencia de que disponía
FERNANDEZ: él sabía y no CAMPOS NAHUEL del "defecto" exhibido por la pluma según le había advertido
TRECHA – referencia al "brillo" - y no obstante decidió hacerla operar. CAMPOS NAHUEL no tenía conocimiento de
ese irregularidad, de forma tal que "careció de la posibilidad de evaluar" si se mantenía o no en esa plataforma asumiendo un "plus" de
riesgo en relación al defecto de material aludido. Cabe descontar que, de haber sabido el problema de la pluma no hubiera permanecido
en el sitio. Esta temática que expone la ecuación "imputación objetiva - nivel de riesgos - conducta de la víctima" no ha pasado
inadvertida para los estudios más calificados (CANCIO MELIA, MANUEL, su tesis doctoral bajo el título "Conducta
de la víctima e imputación objetiva en el Derecho Penal. Estudio sobre los ámbitos de responsabilidad de víctima y autor en
actividades arriesgadas". BOSCH Editor, Barcelona 1998). En la interpretación de las denominadas actividades de
"organización conjunta" en las que participan víctima y autor "..la cuestión decisiva para determinar si el desnivel de conocimiento
existente puede conducir a la imputación de los resultados lesivos producidos, está en verificar si aún puede hablarse de que existe
"organización conjunta" entre autor y víctima o sí, por el contrario, en realidad la víctima se ve incluida en la configuración de una
actividad que debe atribuirse al autor..." (del autor citado en su tesis, pags. 369 y siguientes). Y continuaba diciendo el Catedrático
Español lo siguiente: "La estructura interactiva de los supuestos en cuestión... conduce a que la adopción de una perspectiva
unilateral (desde el punto de vista exclusivo de la víctima o del autor) no pueda ofrecer resultados adecuados. Por el contrario, la
determinación solo podrá hacerse mediante una consideración conjunta de ambos intervinientes. Por consiguiente, no habrá
"organización conjunta" cuando el contexto imputable a la víctima sea distinto e inferior en "potencial lesivo" al contexto imputable al
autor...". Entonces puede interpretarse que, desde el conocimiento, ubicación y jerarquías del hoy imputado, en el desarrollo de una
comprobada actividad conjunta, la capacidad lesiva de la acción de FERNANDEZ era absolutamente superior y por tanto
imputable a su propia cuenta. Ello admite así el proceso evaluativo denominado de "sustitución de un riesgo por otro" (confrontar
CANCIO MELIA, "Líneas Básicas...", pags. 147, con citadas de REYES ALVARADO, entre otros). De ahí la
configuración del juicio de imputación objetiva aún dentro del marco de una puesta en peligro de la propia víctima, aunque con
trascendencia menor a la que supo colocarlo el propio incuso. Vinculando "rol y conocimientos" decía con acierto JAKOBS "...Si
el autor esta vinculado a la víctima de algún modo... puede que forme parte de su rol activar todas sus capacidades... cualquier
conocimiento - con independencia del modo en que haya sido adquirido - de que no se están respetando los standares obliga a desplegar
una actividad en el seno del rol, y en concreto, a encargarse de restablecer la situación del standard; pues la desviación negativa respecto
del standard ya constituye una perturbación, que como garante debe suprimir el titular del ámbito de organización..." (del autor citado,
en "La imputación..", pag. 65). El único reflejo que puede tener la infracción a normas de seguridad cometida por CAMPOS
NAHUEL en la especie es a los fines de graduar la sanción del sujeto enjuiciado. Este marco interpretativo no soslaya la
participación especial de TRONCOSO y AZULAY, con mayor jerarquía y responsabilidad en la operación de la "actividad
conjunta" que el propio FERNANDEZ, teniendo sobre sí el agregado de ser jefes directos del occiso dentro del esquema de
trabajo acreditado. Esta situación, que aún los tiene vinculados al proceso, corresponderá ser definida por el Instructor Judicial al
amparo de los considerandos contenidos en ésta sentencia. Es más esa investigación deberá despejar tambien la asistencia y
responsabilidades de un ciudadano de origen norteamericano con jerarquía ejecutiva que se encontraba "aparentemente" en el lugar del
siniestro, según fuera dicho en la audiencia de juicio, y del cual no surgió constancias con anterioridad. c.3. En concreto, ha quedado
establecido el extremo más crítico de la imputación del tipo culposo, cual es "edificar" el nexo de antijuridicidad entre acción y
resultado a los fines de comprobar la existencia de un hecho punible en un tipo abierto. Caracterizando la "culpa" discernida, digo que
la actuación de FERNANDEZ fue, cuando menos imprudente y negligentemente. Se constató "culpa in omittendo", toda vez
que los daños podrían haber sido evitados actuando con diligencia ante el riesgo conocido. FERNANDEZ erró en la evaluación
del riesgo, lo cual explica una forma crítica de "incompetencia" en el cumplimiento de su rol. Precisamente negligencia significa "mirar
con indiferencia", según enseña TERRAGANI ("El delito culposo", Rubinzal Culzoni, pag. 78). La imprudencia encuentra
su formulación en una actuación precipitada y temeraria, con representación evidente aunque soslayada de eventuales resultados
lesivos. Admitió un nivel de riesgo más allá de lo que era dable autorizar, con lamentables resultados a la vista. c.4. No fueron
constatadas causas de justificación legal de conducta, por lo cual el injusto aparece plenamente atribuible en su conjunto. c.5. Para
concluir, la “culpabilidad” del autor como último escaño analítico en la construcción del ilícito penal encuentra también acaba
comprobación, y permite unir el injusto al autor. Todo indica clara existencia de reprochabilidad bajo pautas de "cognicibilidad y
capacidad" evidentes en el procesado, sin presentar el debate cuestiones al respecto que resolver. Evidentemente FERNANDEZ
tuvo consciencia de la desaprobación jurídico penal del hecho, sin registro del "errores" a ese respecto. A tenor de lo que llevo dicho,
OMAR WALTER FERNANDEZ deberá responder como autor responsable del delito de homicidio culposo en la
persona de JULIO RUBEN CAMPOS NAHUEL, según el evento establecido por la acusación particular y el
Agente Fiscal, "factum" que declaro hecho definitivo del proceso. MI DECISIÓN.-
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