El estado es un medio para cumplir los fines del pueblo: ALM Cuaderno Institucional Velada Solemne del XXXVII Aniversario Luctuoso de Adolfo López Mateos septiembre 23 2006 D irectorio Dr. en A. P. José Martínez Vilchis Rector M. en Com. Luis Alfonso Guadarrama Rico Secretario de Docencia Dr. Carlos Arriaga Jordán Secretario de Investigación y Estudios Avanzados M. en C. Eduardo Gasca Pliego Secretario de Rectoría Dra. en Ed. Lucila Cárdenas Becerril Secretaria de Difusión Cultural M. en E. I. Román López Flores Secretario de Extensión y Vinculación Ing. Manuel Becerril Colín Secretario de Administración M.A.S.S. Felipe González Solano Secretario de Planeación y Desarrollo Institucional M. en D. Jorge Olvera García Abogado General L. en Com. Ricardo Joya Cepeda Director General de Comunicación Universitaria P resentación Adolfo López Mateos es una de las figuras más relevantes de la ahora cincuentenaria Universidad Autónoma del Estado de México; por ello es que la comunidad universitaria, cada ciclo, recuerda el aniversario de su desaparición física con un recorrido oficial por los monumentos erigidos en su honor. La mañana del 22 de agosto de 2006 inició con una ofrenda floral y guardia de honor en el Cerro de Coatepec, sitio en cuyas faldas se encuentra Ciudad Universitaria y en la cima, la escultura monumental que recuerda que el licenciado López Mateos, como presidente de la República, encabezó la inauguración el 5 de noviembre de 1964 y que, además, donó un terreno en el que hoy se encuentran los edificios de Medicina, Enfermería y los campos deportivos. Cuaderno Institucional En ese mismo terrero se encuentra uno de los planteles de la Escuela Preparatoria que lleva su nombre, como parte del homenaje permanente a la ilustre figura universitaria; en este lugar siguió el recorrido, efectuado también, cada año con una ofrenda y guardia de honor. 1 Cuaderno Institucional “las instituciones de educación superior son más genuinas cuanto más responden a las necesidades de su tiempo, cuanto más estimulan y logran la toma de conciencia del pueblo”, tal y como lo afirmó el secretario de Planeación y Desarrollo Institucional, Felipe González Solano, orador oficial. 2 Por la tarde, en una velada luctuosa en el Aula Magna, donde estuvieron presentes el secretario general de Gobierno de la entidad, Humberto Benítez Treviño, y el rector, José Martínez Vilchis, se le rindió homenaje al estadista, al ser humano, al director del Instituto Científico y Literario, al Presidente de la República; asimismo, se recordó una de sus lecciones que tiene vigencia hasta nuestros días: En esta Velada Solemne Conmemorativa del XXXVII Aniversario Luctuoso de Adolfo López Mateos, el secretario general de Gobierno recordó al hombre de Estado que fue pilar fundamental de su Alma Máter; evocó la vida del gran estadista, que es señera en el tiempo, al creador del Museo de Antropología e Historia, al visionario que nacionalizó la industria eléctrica; expresó que rendir homenaje a los hombres que consolidaron el prestigio del país, como nación libre y soberana, debe ser lección para las nuevas generaciones, como las de la Universidad Autónoma del Estado de México, que tienen como primer elemento de su lema a la patria. Los grandes hombres trascienden lo individual Dr. Víctor Humberto Benítez Treviño Representante Personal del Lic. Enrique Peña Nieto Secretario de Gobierno Cuaderno Institucional Mensaje 3 sisto a la más alta tribuna de nuestra Alma Máter en honrosa representación del gobernador constitucional del Estado de México, Enrique Peña Nieto; ésta es una magnífica oportunidad para ocupar el sitial de los campeones de la elocuencia, que con su palabra hicieron vibrar de sentimiento y amor a la provincia mexicana, que es el corazón de la patria. Debemos rendir un merecido homenaje a los hombres que consolidaron el prestigio de México como nación libre y soberana; ésta debe ser una lección de ciudadanía para las nuevas generaciones de jóvenes universitarios, que tienen como primer elemento de su lema a la patria y donde la inteligencia fortalece el quehacer científico con trabajo tesonero y laborioso. Por ello, con la devoción que siempre hemos profesado a los valores universales, rendimos culto al fundador de la autonomía del Instituto Científico y Literario y de nuestra Universidad, el presidente Adolfo López Mateos. Cuaderno Institucional Hoy conmemoramos con respeto su muerte y recordamos con emoción su vida, aquí en el Aula Magna, custodiada al final de la 4 techumbre de abejas de lumbre por la diosa Atenea, la diosa griega del pensamiento, las artes y la ciencia y Minerva, la diosa romana de la sabiduría y la inteligencia, quienes fueron testigos mudos de la palabra mágica, cautivadora y dulce del estudiante, maestro y director del Instituto, Adolfo López Mateos. La naturaleza alumbró su vida el 26 de mayo de 1910 en Atizapán de Zaragoza, su inteligencia acrisoló una cultura universal; de bibliotecario llegó a ser profesor institutense y normalista; de secretario particular del gobernador Filiberto Gómez, y gracias a su capacidad de vincularse con las más altas causas de la sociedad mexicana y su maravillosa elocuencia, a presidente de la República. Elocuencia que podemos apreciar en el discurso que pronunció el 21 de marzo de 1948, en el Hemiciclo a Juárez, en la Ciudad de México, donde al referirse al patricio de Guelatao parecía reflejar su propia personalidad: Dícese que el destino de los grandes hombres parece ser el de ejecutores de una voluntad que trasciende lo individual, a la colectividad, a la nación y a veces a toda una época. Producto, como muchos de nosotros, de la “cultura del esfuerzo”, desde su temprana juventud, con inteligencia y dedicación, ejerció un liderazgo que nunca se interrumpió, concibió que la oratoria era su pasión y buscó entre los clásicos el significado del pensamiento que ilustra y convence. Siempre cuidó el porte que le mereció ser campeón de oratoria; abrevó México es un país de dolor y yo digo que esta juventud no tiene ironía, pero tiene clavado el dolor, es lo que llevará a México a grandes designios, como lo hicieron Ocampo, Juárez y Madero. Muchas facetas se pueden apreciar en la poliédrica vida de nuestro añorado prohombre del Estado, que prestigió a México con su brillante inteligencia humanista; amante del deporte, lo practicó para decirles a los jóvenes que además de la mente debe cultivarse la fortaleza física que sustenta a la vida. López Mateos amó profundamente al Instituto Científico y Literario, y lo revela en sus recuerdos de estudiante, catedrático y director al evocar: Quizás la más profunda emoción que un hombre puede tener en la vida es volver al hogar y que éste se haya convertido en un Palacio; lo dejé siendo Instituto Científico y Literario y ahora lo encuentro convertido en Universidad. Ello fue un anhelo permanente de estudiantes y mío también y ahora que ella ha podido ser creada a pesar de tantas carencias materiales y de tantas limitaciones de carácter moral, es prueba de que los toluqueños han sido capaces de establecer este nuevo centro de cultura nacional. En 1956, en otra conmemoración cincuentenaria, Adolfo López Mateos acudió a la inauguración de cursos de la naciente Universidad Autónoma del Estado de México y recibió una prolongada ovación, como homenaje a su inquebrantable propósito de universalizar el pensamiento que dimensiona los tiempos, crea la identidad, acerca generaciones y fortalece la pertenencia. Siempre visitó sus aulas universitarias, recuerdo cuando se inauguraron las instalaciones de la preparatoria que lleva su nombre, con su sonrisa franca, afable, un poco delgado por la gran responsabilidad que pesaba sobre sus hombros, ser el primer magistrado de la nación, rubricaba con su presencia la cristalización de uno de sus anhelos, fundar la autonomía y la libertad de cátedra en los recintos en que resonó la palabra metálica de Ignacio Ramírez y el canto a las montañas que describió Manuel Altamirano. Nuestro presidente estadista nunca olvidó su terruño; por ello, cuando concluyó su campaña por la Presidencia de la República, expresó: Toluca significa un lugar de reverencia y yo he venido a hacer reverencia de admiración y afecto a mi pueblo. En sus visitas a diferentes países del mundo, representando a México como hombre de Estado, enarboló los principios de la no intervención y autodeterminación de los pueblos y de las cordiales relaciones multilaterales; su ideario se fundamentó en el pensamiento de Benito Juárez, incluyendo en sus discursos de presentación la tesis del patricio que dignificó a México con sus triunfos contra la reacción conservadora y el imperio. En el concierto de las naciones, la política internacional de Adolfo López Mateos y su oratoria ampliaron los horizontes que Isidro Fabela abrió en los organismos internacionales; el indigenista Ángel María Garibay llamó la atención de los académicos de la lengua para que se le otorgase (a López Mateos) el sitio que había ocupado el gran internacionalista Isidro Fabela, en Cuaderno Institucional los escenarios de la belleza literaria de Horacio Zúñiga, cuya poesía la convirtió en prosa, para decir: 5 virtud de que era un orador como pocos, varón íntegro que escribe el español con gallarda finura. La oratoria de López Mateos generaba luz en la conciencia del pueblo, iluminaba el destino de México y era verbo que orientaba a la vida ciudadana en el cumplimiento del deber para construir el país del que hoy disfrutamos. Ideario político que incorpora el gobernador Enrique Peña Nieto para conducir el destino del Estado de México en los escenarios del siglo XXI. Su vida es señera en el tiempo y manantial de sabiduría que fertiliza los campos de la cultura mexicana, consideraba que la educación no se adquiere solamente en las aulas, es como una atmósfera que se respira, más que la lección del maestro; el espectáculo cotidiano, el hábito y la costumbre integran el marco de nuestro vivir y determinan fuera de la escuela, la educación de los individuos. Hay seres que pasan por la vida y dejan de ser terrenales, pero la energía de Adolfo López Mateos activó tanto a la naturaleza y penetró tanto en la conciencia de su pueblo, que trascendió en el tiempo, aun entre los vivos, su existencia tiene vida, siendo un vigía que contempla a su pueblo desde las altitudes del Cerro de Coatepec, y su memoria a diario se refresca por los gélidos aires del Xinantécatl. Como el gran estadista que fue, adquirió el compromiso de entregar su existencia a México, al rendir protesta como candidato a la Presidencia de la República dijo: Recordamos con cariño y gratitud al creador del Museo de Antropología, al visionario que nacionalizó la industria eléctrica, al educador creador de libros de texto gratuitos, al patriota que regresó con el Chamizal, un pedazo de México a nuestro país, al estadista que mantuvo un clima de armonía social. Hacemos entrega de nuestra vida para luchar por el bien de la patria; nos ponemos nuevamente al servicio de la nación para recoger sus anhelos y sus aspiraciones continuamente renovadas; y llamamos al pueblo mexicano a que alcance en una nueva etapa otra victoria y continúe por la ruta de su glorioso destino. Cuaderno Institucional Y siendo ya presidente recordaba a sus colaboradores: 6 de su cometido. El funcionario que no se entrega por entero a su tarea, defrauda al pueblo; el límite de su esfuerzo debe ser sólo el de sus capacidades. Servir como funcionario es un privilegio que obliga a la entrega total de la persona. El funcionario es un dirigente responsable, en cuya actividad y conciencia se depositan intereses del pueblo de México, según la importancia Hasta estos momentos, no hay paraninfo más excelso en esta Universidad que la belleza artística del Aula Magna, así se denominaba al recinto de las universidades medievales, en que el rector magnus dictaba su cátedra. Hoy es muy acertado, compañeros universitarios, que sea el institutense más preclaro de nuestra historia académica, el que con su magistral figura siga presidiendo el aula de mayor reverencia en nuestra Universidad. Que sea por siempre Adolfo López Mateos, el rector magnus quien nos dicte la cátedra magistral de la elocuencia, de la retórica que inflama el alma y de la palabra que cultiva el amor por la patria. ¡Qué así sea! El hombre pasa, pero la obra queda M. A. S. S. Felipe González Solano Secretario de Planeación, UAEM Orador oficial Cuaderno Institucional Mensaje 7 sta Universidad va a vivir mucho”,1 así lo adelantó el licenciado Adolfo López Mateos en la ceremonia inaugural de la UAEM ; a medio siglo de distancia sus palabras resuenan entre estos muros históricos y son más vigentes que nunca. Como herederos del legado lopezmateísta, los universitarios del Estado de México nos congregamos una vez más, como se ha hecho desde 1969, 2 para conmemorar el trigésimo séptimo aniversario luctuoso de este ilustre Cuaderno Institucional Honrar su memoria bajo el techo de esta Aula Magna, que orgullosamente lleva su nombre, significa mantener viva la imagen de un “mexicano de excepción”,3 tal como lo describió el licenciado Enrique Peña Nieto, al rendir protesta como gobernador de la entidad. La vida y obra del primer orador de la nación en el sexenio 1958-1964 ha Palabras pronunciadas por López Mateos el 6 de mayo de 1956. Fuente: PEÑALOZA GARCÍA, Inocente: “Medio siglo: de Instituto a Universidad” en La Colmena No. 49. 2 El Lic. Adolfo López Mateos falleció el 22 de septiembre de 1969 y la primera velada luctuosa en la UAEM se organizó el 10 de octubre del mismo año. Fuente: PEÑALOZA GARCÍA, Inocente (1994): López Mateos Institutense de Toluca. UAEM, Cuadernos Universitarios No. 7, pp. 25-26. 3 Fuente: PEÑA NIETO, Enrique (2005): Mensaje de toma de protesta como Gobernador Constitucional del Estado de México. Gobierno del Estado de México, Toluca, 15 de septiembre. 1 8 institutense de Toluca, como él mismo solía llamarse. posteriormente trasladarse a la ciudad de Toluca, donde estudió la preparatoria en las aulas liberales del Instituto Científico y Literario. A 37 años de su fallecimiento, los universitarios seguimos atesorando el patrimonio ético, jurídico, político y social que nos heredó no sólo a los mexicanos, sino también a la comunidad internacional. Sin duda, aquí adquirió las bases académicas que le permitieron sustentar su vocación humanista y elegir su profesión como hombre de leyes; la cual desarrolló en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Nacional, en la Ciudad de México. Su historia comenzó a escribirse un 26 de mayo de 1910, fecha en que vio la luz por primera vez en Atizapán de Zaragoza, siendo el quinto hijo de don Mariano Gerardo López y doña Elena Mateos. Como maestro y director del ICLA , de 1944 a 1946, se le recuerda por el gran cariño y respeto que profesó a nuestra Alma Máter. Canalizó su empeño, talento y vitalidad para impulsar las actividades culturales y académicas; fundó la Escuela de Pedagogía Superior y sembró la semilla para convertir el Instituto en Universidad. Adolfo López Mateos cursó la instrucción primaria en la capital del país, para Cuaderno Institucional trascendido tiempo y espacio, forma parte de la historia viva de México y del pasado glorioso de esta Casa de Estudios. 9 Cuaderno Institucional Hombre de espíritu noble, de integridad moral, de principios humanistas y de una comprensión única de los problemas sociales, López Mateos supo ganarse la admiración de los mexicanos. Fue reconocido orador, ideólogo y estadista mexicano, que siempre convirtió en hechos el contenido de sus palabras. 10 Previsión Social del Gobierno Federal, de 1952 a 1957, y presidente de la República, de 1958 a 1964, donde luchó siempre con ideas modernas y progresistas para mejorar la calidad de vida de los mexicanos. Los incontables logros de López Mateos como estadista fueron obra de todo un pueblo conquistado por el carisma de un líder amistoso; el cálido pueblo en que se nutría ese estilo de ser, de un hombre ejemplar con un carácter personal, emotivo y generoso. Baste señalar que durante su sexenio presidencial, el nivel socioeconómico de los mexicanos mejoró notablemente, pues nacionalizó la industria eléctrica; continuó con la reforma agraria; puso en marcha el reparto de utilidades a los trabajadores y creó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, entre otras acciones. Fue senador del Estado de México, de 1946 a 1952; secretario del Trabajo y De él aprendimos, como recientemente manifestó el gobernador Enrique Peña, Asimismo, López Mateos actuó siempre con la convicción de que la educación es el instrumento idóneo para garantizar la superación del ser humano; en reiteradas ocasiones dijo que “tiempos nuevos precisan la formación de hombres nuevos”. Por ello, buscó mejorar la calidad educativa a través de la creación del Plan de Once Años, de los libros de texto gratuitos, del Instituto de Protección a la Infancia, así como de los museos Nacional de Antropología e Historia, Nacional del Virreinato, de Arte Moderno y de Ciencias Naturales. Hoy más que nunca debemos retomar los ideales lopezmateístas, sobre todo ahora que la educación ha sido reconocida como la mejor fórmula para activar el crecimiento y desarrollo económico de nuestro país, como recientemente advirtió Robert J. Aumann, Premio Nobel de Economía 2005. El pensamiento de Adolfo López Mateos trascendió más allá de nuestras fronteras. Sus pronunciamientos a favor de la convivencia pacífica entre las naciones y a la autodeterminación de los pueblos le valieron el respeto de la comunidad internacional. Especialmente, por iniciativa suya, en abril de 1963, se publicó simultáneamente en la Paz, Bolivia; Quito, Ecuador; Santiago de Chile; Río de Janerio, Brasil, y México, la declaración sobre la desnuclearización de América Latina, concretada hasta 1967 con la firma del Tratado de Tlatelolco. Sus habilidades diplomáticas le permitieron estrechar las relaciones con los Estados Unidos, logrando que en 1964, México recuperara el territorio del Chamizal que se encontraba en manos de la unión americana. Es de agradecerse la presencia de los aquí reunidos, porque recordamos a un distinguido mexiquense, hombre comprometido con los propósitos de la concordia internacional, valeroso en la difícil defensa de los principios de justicia internacional, admirablemente sereno en la solidaridad parcial y en sus determinaciones políticas; por ello, López Mateos fue un hombre que pasó a la historia como uno de los grandes presidentes de México. A pesar de tener grandes responsabilidades y compromisos a nivel nacional e internacional, López Mateos nunca olvidó a su Casa de Estudios. De hecho, su intervención como Secretario de Estado fue decisiva para el establecimiento de la escuela de Medicina en el ICLA y, ya como presidente de la República, realizó la donación de un terreno de diez hectáreas al sur de la ciudad de Toluca, para la construcción de los edificios de Medicina, Enfermería, preparatoria y campos deportivos. Cuaderno Institucional que “el hombre y el pueblo, no son un medio para cumplir los fines del estado, sino todo lo contrario; es el estado un medio para cumplir los altos fines del hombre y el pueblo”. 11 Por ésta y muchas cosas más se recuerda con emoción su última visita como presidente de la República a esta Casa de Estudios, el 5 de noviembre de 1964, cuando presidió la inauguración de Ciudad Universitaria y, al mismo tiempo, fue objeto de un sentido homenaje por parte de la comunidad universitaria y de la sociedad toluqueña, que le demostraron una vez más su aprecio y reconocimiento. El arraigado espíritu institutense demostrado por don Adolfo López Mateos nos enseña que lo menos que un egresado de esta institución puede hacer es tratar de devolver, a la sociedad y a nuestra Alma Máter, parte del acervo de conocimientos y de la oportunidad recibida, y esto sólo se logra colocando nuestra capacidad al servicio de los demás. Adolfo López Mateos se reconoció como institutense de Toluca; nosotros, los universitarios, lo reconocemos como un pilar fundamental de nuestra Alma Máter, ya que en él se conjugaron los valores de libertad, justicia, autonomía y humanismo que, ayer como hoy, han dado sustento a la vida académica y universitaria. Cuaderno Institucional Al honrar su memoria se refrendan los elevados principios por los que luchó, que siguen siendo vigentes, porque el ideario de López Mateos representa el afán permanente de una patria justa y limpia. 12 En su visión genial, vincula las tareas de la Universidad con las circunstancias y realidades de la sociedad que le envuelve, supera dogmas, enfatiza libertades y hace concurrir al ámbito universitario la conciencia crítica y el pensamiento racional, instaurándose así, el tránsito universitario por el camino de la responsabilidad social, como ahora se concibe a las instituciones de educación superior, base insustituible de la vida democrática. Deja así, para la posteridad, la sabia lección de que las instituciones de educación superior son más genuinas cuanto más responden a las necesidades de su tiempo, cuanto más estimulan y logran la toma de conciencia del pueblo. Preservar y difundir su legado, a través de ceremonias como la que hoy nos reúne, es el mejor reconocimiento que los universitarios podemos ofrecer para mantener vivo su legado a 37 años de que se apagara la llama de su vida. Aquí, recordamos siempre la figura del insigne mexiquense, prototipo del hombre y político que vivió frente al pueblo, de cara al pueblo, en el pueblo y para el pueblo, manteniendo la unidad política de la nación. Lo hacemos con gran respeto y emoción desde esta “Vieja Casona de los Cien Arcos”, como él nombró este edificio, porque compartimos su ideal de que: “El esfuerzo del hombre no es inútil; el hombre pasa, pero la obra queda.” Patria, ciencia y trabajo. La Universidad Pública Construye el futuro Dirección General de Comunicación Universitaria