Evangelios de verano

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¡Por fin de vacaciones!!!
Después de un largo curso, empiezas las deseadas vacaciones.
Un gran Amigo te ha acompañado durante el curso. Le has ido a visitar
a la Capilla muchas veces, le has conocido más en clases de Religión y,
si ya has hecho la Comunión, le has recibido en tu alma. En
vacaciones, tu amigo Jesús, quiere seguir contigo y disfrutar contigo.
Recuerda rezar cada mañana y al acostarte. Buscar un ratito para leer
la Biblia, bendecir la misa y rezar al iniciar un viaje. ¡¡Y no te olvides de
nuestra Madre del Cielo!!
Para preparar la misa del domingo, en clase, has meditado las lecturas
con los Evangelios Net. Esto te ayuda a estar más atento en misa y
vivirla más cerca de Jesús.
Te proponemos que lo sigas haciendo en familia.
Aquí tienes los Evangelios de todos los domingos de tus vacaciones para
que:
Cada semana, busquéis un momento para leerlos en familia todos
juntos. Después dejéis un rato para reflexionar individualmente lo que
Jesús le dice a cada uno y, después, comentéis entre vosotros qué te
podéis aprender y aplicar en vuestra vida.
¡¡En la última hoja, encontrarás también un sencillo examen de
conciencia para que no descuides la confesión!!!
¡¡Descansa, disfruta y sé bueno!!
Domingo
26 de junio de 2016
Evangelio según San Lucas 9,51-62
Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la
decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante. De camino,
entraron en una aldea de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo
recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron: «Señor,
¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?»
Él se volvió y les regañó. Y se
marcharon a otra aldea. Mientras
iban de camino, le dijo uno: «Te
seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras
tienen madriguera, y los pájaros
nido, pero el Hijo del hombre no
tiene donde reclinar la cabeza.»
A otro le dijo: «Sígueme.»
Él respondió: «Déjame primero ir a
enterrar a mi padre.»
Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar
el reino de Dios.»
Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi
familia.»
Jesús le contestó: «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale
para el reino de Dios.»
Palabra del Señor
Domingo
3 de julio de 2016
Evangelio según San Lucas 10,1-12.17-20
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante,
de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies
que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como
corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os
detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid
primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos
vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y
bebed de lo que tengan, porque el obrero
merece su salario. No andéis cambiando de
casa. Si entráis en un pueblo y os reciben
bien, comed lo que os pongan, curad a los
enfermos que haya, y decid: "Está cerca de
vosotros el reino de Dios." Cuando entréis
en un pueblo y no os reciban, salid a la
plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro
pueblo, que se nos ha pegado a los pies,
nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos
modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más
llevadero para Sodoma que para ese pueblo.»
Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: «Señor, hasta los
demonios se nos someten en tu nombre.»
Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado
potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo.
Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os
someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos
en el cielo.»
Palabra del Señor
Domingo
10 de julio de 2016
Evangelio según San Lucas 10,25-37:
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para
ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida
eterna?»
Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma
y con todas tus fuerzas y
con todo tu ser. Y al
prójimo como a ti mismo.»
Él le dijo: «Bien dicho.
Haz esto y tendrás la
vida.»
Pero el maestro de la Ley,
queriendo justificarse,
preguntó a Jesús: « ¿Y
quién es mi prójimo?»
Jesús dijo: «Un hombre
bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo
desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por
casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y
pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un
rodeo y pasó de largo . Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde
estaba él, y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas,
echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a
una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al
posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la
vuelta." ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó
en manos de los bandidos?»
Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús: «Anda, haz tú lo mismo.»
Palabra del Señor
Domingo,
17 de julio de 2016
Evangelio según San Lucas 10, 38-42:
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo
recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los
pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba
para dar abasto con el
servicio; hasta que se paró
y dijo: «Señor, ¿no te
importa que mi hermana
me haya dejado sola con el
servicio? Dile que me eche
una mano.»
Pero el Señor le contestó:
«Marta, Marta, andas
inquieta y nerviosa con
tantas cosas; sólo una es
necesaria. María ha
escogido la parte mejor, y no se la quitarán.»
Palabra del Señor
Domingo
24 de julio de 2016
Evangelio según san Lucas 11,1-13
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus
discípulos.»
Él les dijo: «Cuando oréis decid: "Padre, santificado sea tu nombre, venga tu
reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos
dejes caer en la
tentación."»
Y les dijo: «Si alguno de
vosotros tiene un amigo,
y viene durante la
medianoche para decirle:
"Amigo, préstame tres
panes, pues uno de mis
amigos ha venido de
viaje y no tengo nada
que ofrecerle." Y, desde
dentro, el otro le
responde: "No me
molestes; la puerta está
cerrada; mis niños y yo
estamos acostados; no
puedo levantarme para
dártelos." Si el otro
insiste llamando, yo os
digo que, si no se levanta
y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le
dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y
hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y
al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan,
le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide
un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar
cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo piden?»
Palabra del Señor
Domingo,
31 de julio de 2016
Evangelio según San Lucas 12,13-21:
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano
que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre
vosotros?»
Y dijo a la gente: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno
ande sobrado, su vida no
depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola:
«Un hombre rico tuvo una gran
cosecha. Y empezó a echar
cálculos: "¿Qué haré? No tengo
donde almacenar la cosecha."
Y se dijo: "Haré lo siguiente:
derribaré los graneros y
construiré otros más grandes,
y almacenaré allí todo el grano
y el resto de mi cosecha. Y
entonces me diré a mí mismo:
hombre, tienes bienes
acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida." Pero
Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado,
¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»
Palabra del Señor
Domingo
7 de agosto de 2016
Evangelio según San Lucas 12,32-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño,
porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes
y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro
inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla.
Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón. Tened
ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que
aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os
aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega
entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.
Comprended que si
supiera el dueño de casa
a qué hora viene el
ladrón, no le dejaría abrir
un boquete. Lo mismo
vosotros, estad
preparados, porque a la
hora que menos penséis
viene el Hijo del hombre.»
Pedro le preguntó: «Señor,
¿has dicho esa parábola
por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió:
«¿Quién es el
administrador fiel y
solícito a quien el amo ha
puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?
Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os
aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado
piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los mozos y a las
muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el
día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de
los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere y no está
dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero
hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le
exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»
Palabra del Señor
Domingo
14 de agosto de 2016
Evangelio según San Lucas 12,49-53:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: «He venido a prender
fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera
ya ardiendo! Tengo que pasar por un
bautismo, ¡y qué angustia hasta que
se cumpla! ¿Pensáis que he venido a
traer al mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia de cinco
estará dividida: tres contra dos y dos
contra tres; estarán divididos el padre
contra el hijo y el hijo contra el padre,
la madre contra la hija y la hija
contra la madre, la suegra contra la
nuera y la nuera contra la suegra.»
Palabra del Señor
Lunes
15 de agosto de 2016 – Festividad de
la Asunción de la Virgen María
Evangelio según San Lucas 1,39-56
En aquellos días, María se puso en camino y
fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá;
entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de
María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las
mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la
madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de
alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el
Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en
Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación
de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí: su nombre es santo, y su
misericordia llega a sus fieles de generación en
generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa
a los soberbios de corazón, derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes, a los
hambrientos los colma de bienes y a los ricos los
despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –
como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su
descendencia por siempre.»
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Palabra del Señor
Domingo,
21 de agosto de 2016
Evangelio según San Lucas 13,22-30
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y
aldeas enseñando. Uno le preguntó: «Señor, ¿serán pocos los que se salven?»
Jesús les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que
muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y
cierre la puerta, os
quedaréis fuera y llamaréis
a la puerta, diciendo:
"Señor, ábrenos"; y él os
replicará: "No sé quiénes
sois." Entonces
comenzaréis a decir.
"Hemos comido y bebido
contigo, y tú has enseñado
en nuestras plazas." Pero él
os replicará: "No sé quiénes
sois. Alejaos de mí,
malvados." Entonces será
el llanto y el rechinar de
dientes, cuando veáis a Abrahán, lsaac y Jacob y a todos los profetas en el
reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y
occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»
Palabra del Señor
Domingo
28 de agosto de 2016
Evangelio según San Lucas 14,1.7-14
Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer,
y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros
puestos, les propuso esta parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te
sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más
categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: "Cédele el
puesto a éste." Entonces,
avergonzado, irás a ocupar el
último puesto. Al revés, cuando te
conviden, vete a sentarte en el
último puesto, para que, cuando
venga el que te convidó, te diga:
"Amigo, sube más arriba." Entonces
quedarás muy bien ante todos los
comensales. Porque todo el que se
enaltece será humillado, y el que se
humilla será enaltecido.»
Y dijo al que lo había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites
a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos;
porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un
banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no
pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.»
Palabra del Señor
Domingo
4
de septiembre de 2016
Evangelio según San Lucas 14,25-33
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si
alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y
a sus hijos, y a sus hermanos y a
sus hermanas, e incluso a sí mismo,
no puede ser discípulo mío. Quien
no lleve su cruz detrás de mí no
puede ser discípulo mío. Así, ¿quién
de vosotros, si quiere construir una
torre, no se sienta primero a
calcular los gastos, a ver si tiene
para terminarla? No sea que, si echa
los cimientos y no puede acabarla,
se pongan a burlarse de él los que
miran, diciendo: "Este hombre
empezó a construir y no ha sido capaz de acabar." ¿O que rey, si va a dar la
batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres
podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está
todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros:
el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»
Palabra del Señor
Domingo
11 de septiembre de 2016
Evangelio según san Lucas 15,1-32
En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a
escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: «Ése acoge a
los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde
una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta
que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy
contento; y, al llegar a casa, reúne a
los amigos y a los vecinos para
decirles: "¡Felicitadme!, he encontrado
la oveja que se me había perdido." Os
digo que así también habrá más
alegría en el cielo por un solo pecador
que se convierta que por noventa y
nueve justos que no necesitan
convertirse. Y si una mujer tiene diez
monedas y se le pierde una, ¿no
enciende una lámpara y barre la casa
y busca con cuidado, hasta que la
encuentra? Y, cuando la encuentra,
reúne a las amigas y a las vecinas
para decirles: "felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había
perdido." Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un
solo pecador que se convierta.»
También les dijo: «Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su
padre: "Padre, dame la parte que me toca de la fortuna." El padre les repartió
los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntan do todo lo suyo,
emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y
empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante
de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban
ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie
le daba comer. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi
padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me
pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el
cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus
jornaleros." Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía
estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al
cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti; ya no merezco
llamarme hijo tuyo." Pero el
padre dijo a sus criados:
"Sacad en seguida el mejor
traje y vestidlo; ponedle un
anillo en mano y sandalias en
los pies; traed el ternero
cebado y matadlo; celebramos
un banquete, porque este hijo
mío estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido, y lo
hemos encontrado." Y empezaron el banquete. Su hijo mayor estaba en el
campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y
llamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: "Ha
vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha
recobrado con salud." Él se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e
intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te
sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un
cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo
tuyo que se ha comido tu bienes con malas mujeres, le matas el ternero
cebado." El padre le dijo: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es
tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."»
Palabra del Señor
Preparar una confesión
Recuerda los pasos para la confesión:
1. Examen de conciencia
2. Dolor de los pecados.
3. Propósito de la enmienda.
4. Decir los pecados al confesor.
5. Cumplir la penitencia.
Acto de contrición:
Señor mío Jesucristo, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido,
porque eres infinitamente bueno y has muerto por mí en la cruz. Propongo no
volver a pecar, huir de las ocasiones de pecado y cumplir la penitencia. Ayuda
con tu gracia mi débil voluntad para que no vuelva a ofenderte. Amén.
Examen de conciencia:
1r Mandamiento: Amarás a Dios sobre todas las cosas
¿He rezado a Dios todos los días, le he agradecido por todo lo que Él ha hecho
por mí o me he olvidado que Él me ha dado todo lo que tengo, o me ha dado
pereza?
¿Le trato como un amigo, le visito, hablo con Él…?
2º Mandamiento: No tomarás el nombre de Dios en vano
¿He dicho palabrotas que faltan el respeto a Dios o a sus cosas?
¿He hecho burla o me he reído de las cosas de Jesús, de la Iglesia, de los
sacerdotes…?
3º Mandamiento: Santificarás las fiestas
¿He faltado a Misa los domingos porque he querido, porque me ha dado pereza
ir? ¿me he portado bien y he intentado estar atento?
4º Mandamiento: Honrarás a tu padre y a tu madre.
¿He desobedecido a mis padres? ¿Les he respondido mal cuando me han
corregido? ¿Los he entristecido con mi conducta? ¿Los he escuchado? ¿Les he
contestado bien y les he demostrado cuánto les quiero?
5º Mandamiento: No matarás.
¿Trato bien a mis amigos? ¿Soy rencoroso? ¿Y a mis hermanos? ¿Les molesto?
¿He pegado? ¿Tengo enemistad, odio, rencor contra alguien? ¿He hablado
mal de alguien? ¿Le he dicho a algún amigo que no le perdono? ¿Me he
burlado de los demás?
6º y 9º Mandamiento: No cometerás actos impuros y no consentirás
pensamientos ni deseos impuros.
¿Juego a cosas que puedan faltar a la intimidad de los niños o de las niñas?
¿Respeto a los demás? ¿Soy limpio en mis conversaciones, programas de
televisión e internet?
7º Mandamiento: No robarás
¿He cogido cosas que no son mías? ¿Cojo cosas sin permiso? ¿Si me han
prestado algo lo he cuidado y después lo he devuelto a su dueño?
8º Mandamiento: No dirás falsos testimonios ni mentiras
¿He dicho mentiras? ¿Las digo con frecuencia? ¿Por qué las digo? ¿Me porto
igual cuando me miran y cuando no? ¿He pensado mal de los demás? ¿He
dicho los secretos de otros?
10º Mandamiento: No codiciarás los bienes ajenos.
¿He dejado crecer en mí sentimientos de envidia o rabia contra personas que
tienen lo que yo no tengo? ¿He sido caprichoso? ¿O me conformo y valoro todo
lo que tengo?
Dpto. F. Integral
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