Procedimiento: Quiebra de SINTEL S.A.U. Autos 416/2001 Trámite

Anuncio
Procedimiento:
Quiebra de SINTEL S.A.U.
Autos 416/2001
Trámite:
Impugnación de convenio
Juzgado de Primera Instancia número 42 de Madrid
____________________________________________
Dª. Isabel Cañedo Vega, Procuradora de los Tribunales y de los 1802
acreedores laborales que, para una más fácil verificación, relaciono en la lista
que adjunto como Anexo n° 1 y a los que me referiré en conjunto y
abreviadamente como "los trabajadores de SINTEL", representación que
acredito con los poderes que integran el Anexo n° 2 y cuya devolución, previo
cotejo y constancia en autos, solicito, actuando con la dirección Letrada del
Abogado del ICAM D. FRANCISCO HERNANDO SANCHEZ, Colegiado n°
9161, como mejor proceda, DIGO:
Que, en la representación que ostento IMPUGNO EL CONVENIO presentado
por la quebrada y que según la Providencia de diecinueve de abril de 2002
resultó aprobado por los acreedores.
Baso la impugnación en las siguientes,
ALEGACIONES
PREVIA:
Reiteradas denuncias de indefensión
En representación de algunos trabajadores de SINTEL he denunciado ante el
Juzgado, de forma sistemática y reiterada, la indefensión sufrida por los
acreedores en el presente procedimiento de quiebra, solicitando al Juzgador,
en forma también reiterada, la tutela judicial efectiva de sus derechos e
1
intereses, consagrada en el artículo 24 de la Constitución, cuya protección
vincula a todos los poderes públicos.
Los trabajadores de SINTEL por los que ahora me persono, mediante el
presente escrito ratifican todas las denuncias efectuadas, por cuanto se han
visto afectados por un procedimiento seguido en contradicción con lo
legalmente regulado, y así privados de la representación que la Ley previene
para la defensa de sus intereses, expropiados de su capacidad de decisión
respecto al examen, reconocimiento y graduación de los créditos, impedidos
para el ejercicio de su legitimo derecho a recuperar los bienes objeto de actos o
contratos realizados por el quebrado en tiempo inhábil o en fraude de
acreedores, habiéndoseles vedado también el derecho a formular las
proposiciones que la Ley posibilita, y en particular, los convenios que tengan
por conveniente.
Los intentos de ejercitar sus derechos han sido imposibilitados, dicho sea en
estrictos términos de defensa, por resoluciones contrarias a la Ley, ("En la
quiebra de las sociedades anónimas solo el quebrado puede formular
proposiciones de convenio") o determinantes de clara indefensión para mis
patrocinados con pretendido asiento en la firmeza del auto de declaración de
quiebra. Circunstancias agravada por el hecho de que tales resoluciones no
son suceptibles de recurso.
El Comisario y Depositario de la quiebra, lejos de constituirse en órganos
independientes y neutrales respecto de las pretensiones de las partes, han
actuado siempre en defensa, material y formal, de las pretensiones de la
quebrada, informando sistemáticamente al Juzgador de la inconveniencia de
convocar las Juntas de Acreedores legalmente previstas. So pretexto de la
firmeza del auto de declaración de quiebra, que había acordado suspender la
celebración de las indicadas Juntas.
El Juzgador no ha aceptado que, aún cuando la decisión adoptada en el
referido auto de suspender la convocatoria de Junta para la designación de
Síndicos resulte cuestionable, no se recurrió en su día porque en las
2
circunstancias en que fue adoptada a nadie podía causar indefensión: se había
formulado una proposición de Convenio por la quebrada y obraban unidas a los
autos las listas a que se refiere el art. 932 del Código de Comercio, elaboradas
conforme a lo que dispone la Ley, es decir, por el Comisario y según resulte del
Balance del quebrado. La eventual aprobación del Convenio presentado en
nada hubiera resultado afectada por el hecho de que existieran o no Síndicos,
ni resultaba tampoco posible modificar las listas existentes en autos, a los
efectos de aprobación del Convenio.
Pero rechazada la proposición por los acreedores -causa que fundamentaba la
suspensión de la convocatoria de Junta-, al tiempo que se presenta una nueva
proposición por el quebrado y dada la imposibilidad de mantener en suspenso
la tramitación de la quiebra, se producen, al menos tres actuaciones ilegítimas,
entiéndase de nuevo la locución en términos de defensa, que son las que
producen directa e inmediatamente indefensión a los acreedores:
¾ Se modificaron las listas de acreedores a los efectos de aprobación del
Convenio. Comisario y Depositario suplantaron, de facto, a los Síndicos,
que son los que, según Ley, han de recibir los documentos acreditativos
de los respectivos títulos de crédito, y proponer ala Junta los créditos
que deban ser reconocidos, así como su respectiva graduación.
¾ El Depositario inició acciones de reclamación de bienes transmitidos por
el deudor mediante actos o contratos que pueden quedar afectados por
la retroacción de la quiebra, suplantando en su función a los Síndicos,
únicos a los que la Ley -art. 1366 LEC de 1881- reconoce "personalidad"
para dichas acciones de reclamación, con la lógica consecuencia de que
las mismas, en su caso, quedarán ineficaces ante la evidente falta de
legitimación del Depositario.
¾ La inexistencia de Síndicos ha hecho inviable la tramitación de la pieza
de calificación de la quiebra, presupuesto necesario para que cualquier
acreedor pueda formular la proposición de Convenio que considere
oportuna.
3
En puridad, no es la decisión adoptada en el auto de declaración de quiebra de
suspender la celebración de Junta lo que causa indefensión sino que ante el
hecho
de
la
suspensión
Comisario
y
Depositarios
han
suplantado
indebidamente las funciones que el Código de Comercio y la Ley procesal de
aplicación reservan a los Síndicos y ala Junta de acreedores. La indefensión se
ahínca en el hecho de que se ha tramitado el procedimiento sin designar
Síndicos ni convocar la Junta de Acreedores asumiendo, reitero, Comisario y
Depositario, las facultades legalmente atribuidas a aquéllos y ésta.
En definitiva, la sustitución del procedimiento legalmente establecido por otro,
sin base legal, mediante el que se han hecho valer contra el interés del
conjunto de los acreedores las pretensiones e intereses de la mercantil
quebrada, y alguna otra particularmente interesada en la desaparición de
SINTEL, ha pervertido el proceso judicial, al imposibilitar la existencia de
órganos legalmente predeterminados en la tramitación de la quiebra y
conculcando el principio de contradicción.
Sin perjuicio de todo lo anterior y a los efectos establecidos en el artículo 937
del Código de Comercio, formulo a continuación las causas de oposición al
convenio cuya aprobación se pretende.
PRIMERA:
Defectos en la convocación de los acreedores y en las
adhesiones de éstos.
El artículo 932 del Código de Comercio dispone que "La compañía o empresa
que se presentare en estado de suspensión de pagos, solicitando
convenio con sus acreedores, deberá acompañar a su solicitud el balance
de su activo y pasivo. Para los efectos relativos al convenio, se dividirán
los acreedores en tres grupos: (...)"
La regulación de la quiebra de las sociedades anónimas en particular y las de
las compañías mercantiles en general cuenta con ciertas especialidades,
4
contenidas esencialmente en los artículos 923 al 929 del Código de Comercio.
Este último dispone que las compañías pueden en cualquier estado de la
quiebra presentar a los acreedores las proposiciones de Convenio que estimen
oportunas, que deberán resolverse con arreglo a lo que se dispone en los
artículos 930 al 941 del mismo Código. Resultan, por tanto, aplicables las
normas contenidas en los artículos 932, 933, 934 y 935 del Código.
El primero de los señalados, que comienza con el párrafo antes transcrito,
establece cómo ha de formarse la lista de acreedores a efectos del Convenio:
de acuerdo con el Balance del activo y pasivo del deudor. Solamente previene
el artículo 933 que, si el deudor no hubiera presentado el Balance en la forma
citada, mandará el Juez o Tribunal que se forme en el término de quince días,
pasados los cuales sin presentarlo, se hará de oficio en igual término y a costa
de la compañía o empresa deudora.
No existe ninguna otra lista para los efectos del Convenio.
No obstante, dado el carácter supletorio que tienen las disposiciones generales
de la quiebra, la falta de regulación en los artículos especialmente dedicados al
Convenio de las compañías mercantiles de la posible modificación de la lista de
acreedores, podría ser suplida por la regulación contenida en dichas
disposiciones generales.
Así, el artículo 1.342 de la LEC de 1.881 comienza diciendo que "El Comisario
presentará al Juez el estado de los acreedores del quebrado que ha
debido formar en los tres días siguientes a la declaración de quiebra".No
hay duda de que el "estado de los acreedores" del quebrado ha de hacerse con
base en la descripción de `odas sus deudas y obligaciones pendientes" que
debe presentar el quebrado, conforme al artículo 1.019 del Código de Comercio
de 1.829, al que remite el 1.324 de la LEC de 1.881.
Las modificaciones de la lista de acreedores las regula la LEC de 1.881 en la
sección dedicada al "examen, graduación y pago de los créditos contra la
quiebra", artículos 1.378 a 1.381. El primero de ellos dispone que "Se pondrá
5
por cabeza de la pieza de autos correspondiente a esta sección el estado
general de los acreedores de la quiebra, y a continuación el Juez dictará
providencia, prefijando el término dentro del cual hayan aquéllos de
presentar a los Síndicos los títulos justificativos de sus créditos y el día
en que se hubiere de celebrar la Junta para su examen y reconocimiento,
arreglándose este señalamiento a lo previsto en el artículo 1.101 del
Código de Comercio".
Particularmente importante es el artículo 1.380 de la LEC de 1.881 que remite,
entre otros al 1.105 del Código de Comercio de 1.829, cuyo texto es el
siguiente:
"Reunidos los acreedores en el día señalado para la Junta de examen y
reconocimiento de créditos, se hará la lectura del estado general de
éstos, de los documentos respectivos de comprobación y del informe de
los Síndicos sobre cada uno de ellos. Todos los acreedores concurrentes,
y el quebrado, por sí o por medio de apoderado, podrán hacer sobre cada
partida las observaciones que estimen oportunas. El interesado en el
crédito, o quien le represente, satisfará, en la forma que pueda convenirle,
y se resolverá por mayoría de votos, sobre el reconocimiento o exclusión
de cada crédito, regulándose aquélla por la mitad más uno del número de
votantes que representen las tres quintas partes del total del crédito que
compongan entre todos. El acuerdo de la Junta deja salvo el derecho de
todos y cada uno de los acreedores a la quiebra, el del interesado en el
crédito controvertido y el del quebrado, para que, si se sintieren
agraviados, usen de él en justicia, como les convenga, quedando, entre
tanto, privado de su voz activa en la quiebra el acreedor cuyo crédito no
sea reconocido".
Parece evidente que, una vez establecida la condición de acreedor y la cuantía
del crédito según resulte del Balance del quebrado, solamente la Junta de
Acreedores tiene competencia para modificar dicha condición y cuantía,
reservando a quien se sienta agraviado la tutela judicial de su interés. Ningún
otro órgano de la quiebra tiene competencia alguna al respecto. Y tampoco la
6
tiene el Juez, salvo si quien resulte agraviado por el acuerdo de la Junta,
ejercita su legítimo derecho a la tutela judicial.
La consecuencia de lo expuesto es evidente: impugno todas y cada una de las
adhesiones realizadas por quien no se hallare incluido en la primera de las
listas de acreedores incorporadas al expediente, a la que se refiere el auto de
declaración de quiebra; de la misma forma, impugno las adhesiones de todos
aquellos acreedores cuyo crédito respecto del que figuraba en la primera lista
indicada era distinto del que se hace constar en su adhesión, por la cuantía de
la diferencia; e impugno también todas las adhesiones de todos los acreedores
cuya adhesión se ha computado en el grupo primero de los referidos en el 932
del Código de Comercio, que no se hallaban incluidos en dicho grupo en la
primera lista referida, en cuanto a su cómputo en dicho grupo, que debe ser
incluido en el que en aquella lista lo habían sido.
Algo más complejo, pero de la misma forma impugnable, es la circunstancia de
que no se haya "convocado" a la Junta -es decir, no se haya tenido en cuenta a
efectos del quórum necesario para aprobación del Convenio- cierta cantidad de
créditos, a los que Comisario y Depositario califican de `privilegiados" o
"posconcursales", mediante una técnica espuria al ordenamiento jurídico: su
inclusión como tal en el anexo de un escrito presentado al Juzgado, dando
cuenta del recuento de las adhesiones al Convenio.
El problema arranca de la consideración del artículo 900 del Código de
Comercio, que dispone: "Los acreedores singularmente privilegiados, los
privilegiados, y los hipotecarios podrán abstenerse de tomar parte en la
resolución de la Junta sobre el convenio; y absteniéndose, éste no les
deparará perjuicio en sus respectivos derechos. Si, por el contrario,
prefiriesen
tener
voz
y
voto
en
el
convenio
propuesto,
serán
comprendidos en las esperas o quitas que la Junta acuerde, sin perjuicio
del lugar y grado que corresponda al título de su crédito."
Este precepto se enmarca en las disposiciones generales sobre la quiebra,
referidas al Convenio de los quebrados con sus acreedores. Previamente, el
7
artículo 898 dispone que "en cualquier estado del juicio de quiebra,
terminado el reconocimiento de créditos y hecha la calificación de la
quiebra, el quebrado y sus acreedores podrán hacer los convenios que
estimen oportunos".
Es decir, en términos generales, la proposición de Convenio sólo puede
hacerse una vez terminado el reconocimiento de los créditos y la calificación;
en esa situación ya está efectuada la graduación de los créditos, y por tanto, ya
se sabe qué créditos gozan de privilegio y cuales no.
Pero la especial regulación de la quiebra de las companías mercantiles permite
que la proposición de Convenio pueda hacerse en cualquier momento, antes
incluso del reconocimiento de créditos. Ello supone que la lista de acreedores
que haya de servir de base para determinar el quórum para su aprobación, sea
la que previene el artículo 932 del Código, que ordena dividir a los acreedores
en tres grupos:
Grupo primero:
"comprenderá los créditos de trabajo personal y los
procedentes de expropiaciones, obras y material"
Grupo segundo:
“los de las obligaciones hipotecarias emitidas por el capital
que las mismas representen, y por los cupones y amortización vencidos y no
pagados (..)"
Grupo tercero:
“todos los demás créditos, cualquiera que sea su
naturaleza y orden de prelación entre sí y con relación a los grupos anteriores':
Es evidente que el Legislador sabía que, dentro del grupo primero, existían o
podían existir créditos singularmente privilegiados (así lo establece los artículos
913.1° y 914.2° del C.de C.). Que, el grupo segundo, está constituido, en la
práctica, por acreedores hipotecarios, cuya preferencia viene reconocida en el
artículo 914.1°; y, en fin, dentro del grupo tercero también pueden existir
créditos singularmente privilegiados, privilegiados e hipotecarios. Ninguna
restricción establece el Código respecto a la aprobación del Convenio: el
8
artículo 935 exige que el Convenio sea aprobado por tres quintas partes de
cada uno de los grupos señalados en el artículo 932.
El Legislador no impide que los acreedores, sea cual sea la prelación que les
corresponda, puedan votar en contra del. Convenio; máxime si se tiene en
cuenta que, dado que lo que se computan son las adhesiones, tiene
exactamente el mismo significado el voto en contra que la abstención, al menos
en la primera convocatoria.
Por eso, el artículo 900 antes transcrito, que en términos generales preserva a
los acreedores privilegiados del convenio si se abstienen de participar en la
Junta, tiene su réplica en el régimen especial aplicable a las compañías
mercantiles en el 937 del mismo Código: "Aprobado el convenio sin
oposición, o desestimada ésta por sentencia firme, será obligatorio para
la compañía o empresa deudora y para todos los acreedores cuyos
créditos daten de época anterior a la suspensión de pagos, si hubieren
sido citados, en forma legal, o si, habiéndoseles notificado el convenio,
no hubieren reclamado contra él en los términos prevenidos en la Ley de
Enjuiciamiento Civil".
Si este articulo resulta aplicable a las quiebras de las compañías mercantiles
resulta que el Convenio obliga también a los acreedores privilegiados, pues no
es el privilegio lo que exime de cumplir el Convenio, sino el hecho de no haber
sido citado en forma legal o no habérsele notificado el Convenio, o habiéndole
sido notificado, haber reclamado contra él.
Surgen así, al menos, tres problemas que dan lugar a una situación
insostenible de inseguridad jurídica e indefensión que afecta a los acreedores,
y que se origina en la circunstancia de que la pretendida clasificación de los
créditos en "comunes", "privilegiados" y "posconcursales" se haga por medio
del anexo de un escrito en el que Comisario y Depositario dan cuenta del
recuento de las adhesiones al Convenio:
9
1°
La graduación de los créditos exige el respeto al principio de
contradicción, correspondiendo tal función a la Junta de acreedores (artículo
1.381 de la LEC de 1.881). De acuerdo con lo establecido en el artículo 1.277
de la misma (aplicable por remisión del 1.381), si existe oposición a los
acuerdos de la Junta, habrá de tramitarse el correspondiente incidente, que
termina mediante Sentencia apelable en ambos efectos.
2°
Varios de los acreedores, cuyos créditos han sido declarados
posteriormente `privilegiados", han podido prestar su adhesión al Convenio
ignorando que de esta forma renunciaban a un privilegio que, posteriormente,
le iba a ser reconocido. A su vez, otros acreedores, también declarados
privilegiados, desconocían que, para evitar que prosperase un Convenio que
pudiera resultar perjudicial a sus intereses, no bastaba con no adherirse al
mismo, sino que era necesario votar en contra de dicho convenio, para que su
crédito fuese computado en el quórum correspondiente, quizá con la
incertidumbre de estar renunciando a un privilegio que, a lo mejor, les era
posteriormente reconocido.
3°
Los créditos denominados "posconcursales" son, al parecer, créditos
originados con posterioridad al inicio del expediente de quiebra; son, por tanto,
créditos contra la masa de la quiebra; sus titulares no pueden ser considerados
"acreedores"; consecuencia tampoco tienen facultad para adherirse o rechazar
un Convenio. Otra cosa es que, una vez aprobado Convenio, se integren en él
o dejen de hacerlo.
La consecuencia de todo lo anterior es la impugnación de la convocación de los
acreedores, al no haber sido convocados un elevado número de los mismos,
dado el efecto retroactivo que se ha aplicado a la disposición adoptada por el
Comisario y Depositario quienes carecen, manifiestamente de competencia
para ello, sin posibilidad alguna de contradicción y vulnerando los más
elementales derechos de cualquiera de los interesados en la quiebra.
Y, por otro lado, vista la citada disposición, podrían haber sido convocados
(también con efecto retroactivo) quienes no tenían la condición de acreedores,
10
por ser sus créditos posteriores a la declaración de quiebra, resultando
integrados en la masa de acreedores los que, no siendo acreedores, se
adhirieron al Convenio.
SEGUNDA: Falta de personalidad o representación en alguno de los
votantes, siempre que su voto decida la mayoría en número o
cantidad.
Impugno la representación de las siguientes entidades, todas ellas filiales o ex
filiales de la quebrada:
- "Alberto Romero Electrificaciones S.A." (38.967.773 ptas., grupo 1°)
- "Bazaco, Instalaciones de Telecomunicación S.A. (28.984.806 ptas.,
grupo 1°)
- "Cotronic S.A." (1.094.915.000 ptas., grupo 1°)
- "Estudios Técnicos de Telecomunicación S.A." (26.768.982 ptas., grupo
3°)
- "Globalcom S.A." (426.996 ptas., grupo 3°)
- "Informática y Telecomunicaciones S.A." (237.216.462 ptas., grupo 1°)
- "Integración de Proyectos de Medicina S.A." (27.144.000 ptas., grupo 3°)
- "Inversiones de Telecomunicaciones Canarias SA" (802.125.285 ptas.,
grupo 1°)
- "Mundoforma S.A." (75.024.204 ptas., grupo 1°)
- "Sintel Montajes Eléctricos S.A." (91.350.000 ptas., grupo 3°)
- "Sintelar S.A." (1.003.518.644 ptas., grupo 3°)
- "Sintel Venezuela S.A." (99.956.649 ptas., grupo 3°)
- "Socitel S.A." (1.029.665 ptas., grupo 1°)
- "ST Redes de Catalunya S.A." (561.955.097 ptas., grupo 1°)
- "ST Redes de Centro S.A." (230.626.198 ptas., grupo 1°)
- "ST Redes de Levante S.A." (403.561.275 ptas., grupo 3°)
Los créditos de los acreedores señalados representan en conjunto
4.723.571.036 pesetas, todos ellos adheridos al Convenio, habiéndose
11
computado 3.070.844.490 pesetas en el grupo primero y 1.652.726.546
pesetas en el grupo tercero.
Como he indicado, todos ellos son o han sido filiales de la quebrada, y sus
acciones forman parte de la masa activa de la quiebra, o han de formarlo como
consecuencia de los efectos de la retroacción a la fecha fijada provisionalmente
en el auto de declaración de quiebra.
Las indicadas acciones no han sido "ocupadas" por los órganos de la quiebra;
de haberlo sido, su administración correspondería a los Síndicos, al igual que
los restantes bienes de la quiebra, que solo provisionalmente y hasta su toma
de posesión, han de ser custodiadas por el Depositario. La propiedad de las
acciones entraña el ejercicio de derechos económicos y políticos, y entre las
funciones del Depositario no se encuentra la capacidad para disponer de un
elemento patrimonial de tal envergadura como el crédito mantenido contra su
matriz.
Y caso de que no hayan sido ocupadas, sobre las responsabilidades a que
pueda haber lugar por tal omisión, las decisiones que adopten sus órganos de
administración han de resultar forzosamente nulas. Efectivamente, como
consecuencia de la declaración de quiebra, el quebrado queda inhabilitado
para la administración de sus bienes, entre los que se encuentran las acciones
de las sociedades señaladas; todos sus actos de administración son nulos,
incluidos los poderes o autorizaciones que haya podido conceder a terceros,
conforme al artículo 878 del Código de Comercio.
A mayor abundamiento, una de las sociedades (ST Redes de Centro S.A.)
parece haber adquirido su condición de acreedor a consecuencia de su
adhesión al Convenio, pues no figura en ninguna de las listas de acreedores
que obran en autos.
A propósito de la adhesión de las entidades públicas (Tesorería General de la
Seguridad Social, Hacienda Pública y Fondo de Garantía Salarial) y sin
perjuicio de que nos opongamos a la pretensión de clasificar los créditos de
12
cada grupo en "comunes"; "privilegiados" y “posconcursales" y sobre todo, a
que tal clasificación pueda tener efecto alguno sobre la aprobación del
Convenio, se impone la reflexión sobre las consecuencias que puede tener la
calificación de un crédito como “posconcursal”; es decir, nacido -aunque
propiamente haya que decir "computado" con posterioridad a la declaración de
quiebra.
Se trataría de una deuda contraída por la masa de la quiebra. En tal caso, el
acreedor “posconcursal" es acreedor de la "masa de la quiebra" -y no del
quebrado, que está incapacitado para administrar sus bienes y, por tanto, para
contraer nuevas deudas-, es decir, del derecho que puedan tener los
acreedores concursales sobre los bienes del quebrado. Como consecuencia de
ello, no le afecta el procedimiento concursal; su adhesión al convenio no puede
ser más que la aceptación voluntaria, al margen del proceso concursal, de unas
determinadas condiciones de pago. Ello implica que ni pueda tenerse en
cuenta su adhesión ni su oposición.
La primera de las absurdas conclusiones a que ello llevaría, sería la de que
nada podría oponerse a que el acreedor "posconcursal" instase la declaración
de quiebra necesaria de la "masa de la quiebra", al tenor del artículo 875.2° del
Código de Comercio.
De la misma forma, existirían serias dudas de la capacidad de los
representantes de las entidades públicas para suscribir acuerdos relativos al
crédito “posconcursal'; al tenor del artículo 24 del Texto Refundido de la Ley
General de la Seguridad Social y normas similares en los ámbitos tributario y
presupuestario.
13
TERCERA: Inteligencias fraudulentas entre el deudor y uno o más
acreedores, o de los acreedores entre sí para votar a favor
del Convenio.
Mis representados, acreedores laborales de SINTEL, denuncian la inteligencia
fraudulenta entre la entidad quebrada y "Telefónica de España S.A.", así como
el conjunto de filiales de aquélla relacionadas en la alegación anterior, quienes
con la anuencia del Comisario y Depositario, evidencian haberse concertado
para aprobar un Convenio contrario al interés de la mayoría de los acreedores
legítimos.
Para comprender las causas de la conducta denunciada es necesario
recapacitar sobre el estado de tramitación del procedimiento de quiebra.
El auto de declaración de quiebra fijó la fecha de retroacción, con el carácter de
por ahora, en el día 8 de junio de 1.998, dos años antes de que hubiera sido
admitido a trámite el expediente de suspensión de pagos que precedió al actual
procedimiento.
En representación de parte de los trabajadores de SINTEL promoví incidente
para la modificación de la fecha referida, solicitando que fuera establecida en el
30 de abril de 1.996, momento en que "Telefónica de España S.A.", a la sazón
accionista único de SINTEL, vendió la totalidad de las acciones de ésta a
"Mastec International Inc". En la demanda incidental solicité la anulación de
determinados actos, cuantificándose la responsabilidad de Telefónica en,
aproximadamente, 14.000 millones de pesetas.
El incidente se encuentra en tramitación y en él, sorprendentemente, tienen la
condición de "parte personada" el Comisario y Depositario de la quiebra,
formulando oposición a la pretensión que deduje, en defensa ignoro de que
interés atendido el hecho de que la fijación de la fecha de retroacción que
pretendo, al determinar la nulidad de múltiples actos de disposición de la
quebrada, deberá suponer se integren en su masa activa, a disposición del
14
conjunto de los acreedores, bienes que pueden alcanzar la mencionada cifra
de 14.000 millones de pesetas.
En igual situación de riesgo, de prosperar la fijación de fecha de retroacción
que pretendo, se encuentran las antiguas filiales de la quebrada, cuyas
acciones fueron transmitidas durante un período que, eventualmente, puede
calificarse de inhábil; en ambos casos, la determinación definitiva de la fecha
de retroacción y la designación de Síndicos en la quiebra, únicos legitimados
para ejercitar en su nombre las acciones a que dé lugar la retroacción, podría
tener consecuencias graves consecuencias, tanto para Telefónica cuanto para
las referidas filiales.
Aquélla y éstas están, por tanto, enormemente interesados en poner fin al
procedimiento de quiebra, de forma que la aprobación de cualquier Convenio
que pusiera fin al juicio en su conjunto es un objetivo a conseguir por todas.
La disposición que declaró la quiebra decía que obraba en autos la lista de
acreedores clasificada en los grupos a los que se refiere el artículo 932 del
Código de Comercio, y con base en ella, convocaba a los acreedores a Junta
para aprobación del Convenio propuesto por el deudor. La representación de
los trabajadores solicitó del Juzgado copia testimoniada de dicha lista, que le
fue facilitada, constando en su última hoja, junto al sello del Juzgado y la firma
correspondiente la fecha "cuatro de diciembre de 2.001 ". En la misma hoja
figura el total de los créditos, bajo la columna denominada "Importe reclamado",
que asciende a 38.690.704.958 pesetas. La lista, sellada y visada en todas sus
hojas, consiste en una relación nominal de acreedores con el correspondiente
"importe reclamado", en un total de 210 páginas; hasta la página 100 no
contiene ninguna indicación referente a grupo alguno. En el centro de la página
100 indica "Personal", y a continuación, por orden alfabético y hasta la página
210, relaciona los créditos laborales. Salvo error en el auto de declaración de
quiebra, hay que entender que hasta la página 100 se relacionaban los
acreedores incluidos en el grupo tercero y, a partir de ella, los del grupo
primero de los referidos en el artículo 932 del Código (no existían acreedores
del grupo segundo).
15
Suscrita por el Comisario el ocho de diciembre de 2001 (es decir, cuatro días
más tarde de la fecha del testimonio antes indicado) se presenta una nueva
lista, titulada "Estado General de Acreedores" que contiene, de la página 1 a la
174 relación de los "acreedores incluidos en el grupo primero", subdividida a su
vez en dos partes: de la página 1 a la 64 "otros acreedores'; de la 65 a la 174
"acreedores laborales". Y tras indicar que en el grupo segundo no existe ningún
acreedor, de la página 175 a la 210, se relacionan los incluidos en el grupo
tercero. No existe ninguna suma parcial ni total.
Mediante Providencia, el Juzgado dio traslado a las partes de una tercera lista,
titulada también "estado general de acreedores", con una estructura similar a la
anterior -al igual que ella, sin sumas parciales ni totales-, mientras se tramitaba
la Junta para aprobación del segundo de los Convenios propuestos por el
deudor.
Efectuadas las operaciones correspondientes, respecto de la última de las
listas presentadas -que, pese a haber sido impugnada, ha de ser la que cuenta,
pues es la última- se obtienen las siguientes conclusiones:
¾ El total de los créditos de todos los grupos es de 44.018.365.065
pesetas, es decir, 5.327.660.107 pesetas más que la primera de las
listas, testimoniada por el Juzgado.
¾ El total de créditos incluidos en el grupo primero era de
26.733.407.326 pesetas, de los que 11.621.187.149 pesetas
corresponden a créditos laborales. En el grupo tercero se incluyen los
restantes 17.284.957.739 pesetas.
¾ A la luz de los datos anteriores, la aprobación del Convenio, en
primera convocatoria, hubiera requerido el voto favorable de créditos
por importe de 16.040.044.396 pesetas, de los incluidos en el grupo
primero, y de 10.370.974.644 pesetas de los incluidos en el grupo
tercero.
16
¾ Como consecuencia de ello, vista la manifestada oposición de los
trabajadores al Convenio, era imposible su aprobación, de acuerdo
con lo establecido en el artículo 935 del Código de Comercio, pues
los créditos laborales incluidos en el grupo primero eran superiores
a los 2/5 del total de dicho grupo.
Culminado el plazo para adhesiones en primera convocatoria, se adjuntó por el
Comisario y Depositario una relación de créditos y adhesiones al Convenio; en
ella aparecen -por primera vez y después de haber votado- nuevas
clasificaciones de los créditos, que ahora se subdividen, los de cada grupo, en
"concursales", "privilegiados" y "posconcursales". En la última hoja se
totalizan los créditos de cada grupo, sus subdivisiones y las adhesiones en
cada uno de ellos, resultado, al parecer, del "recuento" de dichas adhesiones.
De ello se infiere lo siguiente:
¾ El total de créditos incluidos en el grupo primero es de
23.025.302.981 pesetas. Es decir, no se han contado -respecto de
la última lista presentada- 3.708.104.345 pesetas. El total señalado
se
divide
"concursal",
en
11.208.981.270
7.968.971.285
pesetas
pesetas
calificadas
como
"privilegiados"
y
3.847.350.426 pesetas "posconcursales"; según sus autores,
estos dos últimos subgrupos no cuentan, a efectos de quórum,
salvo si se adhieren al Convenio. Esta clasificación tan sólo afecta
a los créditos laborales, la Seguridad Social y la Hacienda Pública;
respecto de ambos organismos, no tiene efecto alguno, pues
ambos se adhirieron al Convenio.
¾ El total de créditos incluidos en el grupo tercero es de
14.031.353.884 pesetas, así que, nuevamente, no se han contado
créditos por importe de 3.253.603.855 pesetas.
Como antes señalamos, presentado el último estado general de acreedores,
las posibilidades de aprobación de Convenio eran nulas. Los créditos de las
filiales y ex filiales de Sintel sumaban, en total, 4.492.944.838 pesetas y el de
Telefónica 4.642.925.327 pesetas, que, aún contando con la adhesión de los
17
organismos públicos (Seguridad Social, Hacienda Pública y Fondo de Garantía
Salarial), y algunas otras entidades, como "LEASE PLAN SERVICIOS S.A."
(crédito de 1.786.499.345 pesetas) o "SIAE MICROELECTRÓNICA SPA°
(crédito de 1.196.491.326 pesetas), era claramente insuficiente para aprobar el
Convenio.
Para obviarlo el Comisario traspasó parte de lo que en la primera lista obrante
en el Juzgado figuraba en el grupo tercero al primero; y ello cuatro días
después de que el Secretario del Juzgado expidiese testimonio de la referida
primera lista. Así, los créditos de las filiales y ex filiales de Sintel pasaron a
formar parte del grupo primero en cuantía de 2.840.218.292 pesetas; también
el crédito de Telefónica pasó, en esa segunda lista, a integrarse en el grupo
primero, al igual que el de SIAE MICROELECTRÓNICA; también se traspasó al
grupo primero el crédito de la Tesorería General de la Seguridad Social.
Por las razones que fuere, nuevamente modificó el Comisario, al presentar la
tercera y última lista, la ubicación de algunos acreedores; así, LEASE PLAN
SERVICIOS, que en la primera y segunda listas figuraba en el grupo tercero,
ahora está incluida en el primero; a Telefónica se le volvió a ubicar en el
tercero, al tiempo que se le reducía el crédito desde 4.677.877.856 pesetas a
4.642.925.327 pesetas; y la Seguridad Social volvía a su lugar en el grupo
tercero.
Al observar el "recuento" de las adhesiones efectuado por Comisario y
Depositario se comprueba lo siguiente:
¾ El acreedor "ST Redes Centro" (filial de Sintel) se adhiere al Convenio
por importe de 230.626.198 pesetas, computándose su adhesión en el
grupo primero. Tal acreedor no figura en ninguna de las tres listas de
acreedores obrantes en autos.
¾ Telefónica de España S.A. figura en la tercera de las listas con un
crédito de 4.642.925.327 pesetas incluido en el grupo tercero; se
computa su adhesión por 47.604.037 pesetas en el grupo primero y
1.389.321.472 pesetas en el grupo tercero. Ignoro si el resto de su
18
crédito ha sido pagado con anterioridad a su adhesión, o en caso contrario, por
qué no se computa a efectos de quórum.
¾ La Tesorería General de la Seguridad Social se adhiere al Convenio por
cuantía de 4.430.858.488 pesetas, cuando el crédito por el que figura en
las tres listas que obran en autos es de 4.157.325.368 pesetas, incluido
en la tercera lista en el grupo tercero. Su adhesión se computa por
237.363.692 pesetas en el grupo primero, subgrupo "privilegiados";
36.169.428
pesetas
en
el
mismo
grupo
primero,
subgrupo
"posconcursal"; el resto en el grupo tercero, también distribuido en los
mismos subgrupos.
¾ La Hacienda Pública figuraba en la primera y segunda lista con un
crédito de 2.238.506.932 pesetas, y en la tercera de 2.136.504.177
pesetas, en todas ellas incluida en el grupo tercero. Se adhiere al
Convenio por 14.179.424 pesetas que se computan en el grupo primero
y 2.136.504.177 pesetas en el tercero.
De todo ello se desprende con claridad que el recuento de adhesiones (que
incluye la reclasificación de los créditos) no ha sido más que el instrumento
utilizado para imponer un Convenio que, siendo esencialmente idéntico al que
había sido rechazado por los acreedores, es ahora aceptado sin que éstos
hayan cambiado de criterio, por la vía de efectuar los ajustes necesarios
(sistemáticos cambios de grupo en el que se incluyen los créditos de los afines)
y de excluir a quienes, de forma manifiesta, se oponen a la aprobación de este
Convenio.
La maniobra -aunque resulte sorprendente que las administraciones públicas
puedan admitir la modificación y graduación de sus créditos por quien no está
habilitado para ello, y sin seguir el procedimiento legalmente regulado- no tiene
trascendencia respecto de los organismos oficiales citados, pues, decidida su
adhesión al Convenio, en ningún caso resultan excluidos del mismo, todo lo
contrario que los trabajadores.
19
El evidente interés de Telefónica y las filiales y ex filiales de Sintel en que se
archive el procedimiento de quiebra, sin iniciar siquiera la tramitación de la
pieza relativa a los efectos de la retroacción, ni la de administración, ni la de
examen y graduación de créditos, y con el previsible cierre de la de calificación,
si es que llega a iniciarse, con informe de Comisario y Depositario -ante la
ausencia de Síndicos-, han llevado a todos ellos a idear un sistema, contrario a
las prescripciones legales, imponiendo la aprobación del Convenio contra la
voluntad de los acreedores.
CUARTA:
Inexactitud fraudulenta en el Balance general de los negocios
del fallido, o en los informes de los Síndicos, para facilitar la
admisión de las proposiciones del deudor.
Las prescripciones legales exigen que siempre que en una Junta de
Acreedores haya de tratarse de una proposición del quebrado relativa al
Convenio, el Comisario debe informar, entre otros extremos, sobre el último
Balance que obre en el procedimiento (artículo 1.152 del Código de Comercio
de 1.829, aplicable por remisión del 1.392 de la LEC de 1.881).
El artículo 932 del Código de 1.885 exige a la compañía que, si se solicita
Convenio con sus acreedores, se acompañe Balance de su activo y pasivo.
Al formular, previamente a la de quiebra, la solicitud de declaración en estado
de suspensión de pagos el 8 de junio de 2.000, el deudor acompañó un estado
de situación patrimonial -consta en el expediente- con superávit de 8.809
millones de pesetas, diferencia entre el activo de 32.870 millones de pesetas, y
el pasivo de 24.061 millones de pesetas, según la relación de acreedores que
adjuntaba.
Iniciado el procedimiento de quiebra, de ningún Balance se ha dado traslado a
los acreedores o a las partes personadas, incumpliendo flagrantemente el
Comisario la obligación contenida en las normas antes referidas.
20
Aún desconociendo la evolución de los activos de la compañía, sí se conoce en
cambio la relación de acreedores existente al tiempo de declararse la quiebra,
que sumaban, como hemos indicado en la alegación anterior, casi 38.691
millones de pesetas. La conclusión parece obvia: aquel superávit declarado al
iniciarse el expediente de suspensión de pagos se había convertido en un
déficit de, al menos, 5.821 millones de pesetas. Sin embargo, ninguna noticia
tienen los acreedores que les permita conocer cual pueda ser el valor actual de
los activos de la quebrada, así que difícilmente pueden saber de qué están
discutiendo cuando lo hacen de una proposición de Convenio que, en esencia,
se resume a la designación de una comisión liquidadora que realice los bienes
y reparta el fruto obtenido entre los acreedores.
La nebulosa existente respecto del estado de los activos de la quebrada y de
su Balance general no puede interpretarse como simple olvido o dificultad
excusable, sino que obedece al propósito de facilitar la aprobación de las
proposiciones del deudor y, en definitiva, un Convenio absurdo, ilegal e ilícito.
Efectivamente, la primera conclusión que puede extraerse de lo señalado es
que al tiempo de solicitar la declaración de quiebra, la Compañía estaba
incursa en la causa de disolución obligatoria contenida en el artículo 260.1.4°
de la Ley de Sociedades Anónimas, pues resultando negativo su patrimonio, es
obvio que había de ser inferior ala mitad del capital social.
Causa de disolución obligatoria que no sana la solicitud de ser declarada en
quiebra, al tenor del número 2 del mismo artículo; solamente puede ser sanada
mediante el aumento o reducción del capital social en la medida suficiente. En
otro caso, la sociedad debe adoptar el acuerdo de disolución en Junta General,
estando obligados los administradores a convocarla y, en su caso, a solicitar la
disolución judicial, respondiendo solidariamente de las obligaciones sociales
los administradores que no lo hagan, todo ello al tenor del artículo 262 de la
misma Ley.
21
Por otro lado, entre las normas especiales con las que el Código de Comercio
regula la quiebra de las sociedades anónimas, se encuentra el artículo 928,
cuyo texto es como sigue:
"El convenio, en la quiebra de sociedades anónimas que no se hallan en
liquidación, podrá tener por objeto la continuación o el traspaso de la
empresa con las condiciones que se fijen en el mismo convenio."
Comprender el sentido de este artículo es sencillo. La disolución y liquidación
de las sociedades anónimas se halla regulada en su respectiva Ley, sin que el
hecho de ser declarada en quiebra afecte a tal situación. Si la sociedad no ha
acordado su disolución y liquidación con arreglo a las normas que
específicamente la regulan, no puede pretenderse que un acuerdo entre partes,
como es el Convenio, sustituya o suplante el régimen legalmente establecido.
De forma particular es necesario recordar que el artículo 279 de la Ley de
Sociedades Anónimas, en su apartado primero, dispone que "los liquidadores
son responsables ante los accionistas y los acreedores de cualquier
perjuicio que les hubiesen causado con fraude o negligencia grave en el
desempeño de su cargo": No es posible que el sistema de responsabilidad y
las funciones y obligaciones de los liquidadores que configuran legalmente la
institución sea alterado por acuerdo entre las partes.
La formulación de una proposición de Convenio que persigue expresamente la
disolución y liquidación de la sociedad por pacto entre partes, sustituyendo a
los
liquidadores
por
una
comisión
cuyas
funciones,
obligaciones
y
responsabilidades, al margen de su regulación legal, consisten en lo que al
deudor y algunos acreedores convenga, es, desde luego, rechazable por
ilegal.
Pero es que la combinación de una tal proposición de Convenio con la
ausencia de información sobre el Balance real del activo y pasivo de la
quebrada, constituye un claro intento de eludir la responsabilidad de quien
debía haber acordado o solicitado la disolución de la compañía y no lo hizo.
23
Si la sociedad no ha acordado su disolución, y los administradores no han
solicitado su disolución judicial, además de la responsabilidad que les
corresponda por tal omisión, la entidad no puede liquidarse: lo impide
expresamente el artículo 266 de la Ley de Sociedades Anónimas, al requerir
que la sociedad se haya disuelto para abrir el período de liquidación, y el
artículo 928 del Código de Comercio, al limitar el objeto de los convenios,
cuando la sociedad no se halla en liquidación, a su continuidad o el traspaso de
su empresa.
Por cuanto antecede,
SUPLICO AL JUZGADO: que teniendo por presentado este escrito con los
documentos que se acompañan y las copias pertinentes, tenga por
IMPUGNADO EL CONVENIO aprobado en el expediente de referencia, dando
a la causa el curso procesal ordenado en el art. 1394 y ss. y concordantes de la
Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881, dictando, en definitiva, sentencia que
estime la oposición que deduzco con los restantes pronunciamientos
inherentes.
Por ser Justicia que pido en Madrid, a 30 de Mayo de 2002
Ldo.: Francisco Hernando Sánchez
Proc. Isabel Cañedo
Vega
23
Descargar