la union economica y monetaria: una cuestión candente.

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COMUNICACIÓN
presentada por: Francisco de Borja Hidalgo Mozos
Profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Burgos
LA UNION ECONOMICA Y MONETARIA: UNA CUESTIÓN CANDENTE.
¿ DONDE ESTAMOS Y A DONDE VAMOS ?
El Informe Delors cuya realización data de 1989, y que sería la base del futuro Tratado de
Maastricht, proponía la consecución de la Unión Monetaria de una forma progresiva a través de lo que
se ha dado en llamar “ el gradualismo “, es decir, la realización del proceso de unión por fases, de tal
modo que en cada una de las fases fuese incrementándose el grado de cooperación, para alcanzar
progresivamente una mayor convergencia que permitiera culminar el proceso con la consecución de la
Unión Monetaria. Destacando así mismo otro principio, como era el que: no todos los países de la C.E.
tenían que entrar a formar parte de la Unión Monetaria al mismo tiempo(se admitía una cierta
variabilidad en función de las circunstancias propias de cada país, a la hora de dar el salto definitivo
hacia la integración). Este enfoque denominado “ economicista “, asociado a la escuela keynesiana
incide principalmente en la idea de que la disciplina precede a la credibilidad, y que la coordinación
interna es más crucial que la credibilidad si se quiere evitar el impacto de futuras políticas restrictivas.
Sin embargo los miembros de la Nueva Escuela Clásica ponen principalmente el acento sobre la
credibilidad de la política
monetaria antiinflacionista que debería ser obtenida gracias a la
independencia del futuro Banco Central Europeo, frente al Estado que gestiona la política
presupuestaria, dando institucionalmente preferencia al control de la inflación sobre cualquier otra
variable. Para los monetaristas la convergencia económica sería producto del previo proceso de
unificación monetaria.
Ante esta situación doctrinal las normas del Tratado de Maastricht lo que pretenden es facilitar
el acercamiento de una serie de variables como son: la inflación, los tipos de interés a LP, el déficit
presupuestario, la deuda pública y los tipos de cambio, entre los diferentes países que forman la
Comunidad, para poder alcanzar la convergencia nominal de las distintas economías. La idea inmersa
en este planteamiento es que la estabilidad de precios y de tipos de cambio favorecerá la integración y el
crecimiento económico, de tal forma que aquellos países que alcancen la convergencia nominal se sitúen
en una senda de similitud de estructuras productivas y niveles de desarrollo que permitan la consecución
de la futura Unión Económica y Monetaria(en adelante UEM). Según este planteamiento la
convergencia nominal permitirá alcanzar la Unión Monetaria que a su vez permitirá conseguir la
convergencia real a LP. Ambos objetivos están ligados y son complementarios.
Todo el proceso de integración europea está basado en la idea de que la liberalización de bienes,
servicios, capital y mano de obra va a suponer un proceso de convergencia real entre los distintos países
de la Unión que trairá una mayor riqueza y crecimiento para todos.
1
El principal objetivo de la Unión y de su Tratado constituyente es conseguir un mayor nivel de
bienestar conjunto, y que se produzca una convergencia entre los países miembros en dos sentidos:
1º) en términos de renta per capita (convergencia real o cohesión).
2º) en niveles de inflación, equilibrio y comportamiento macroeconómico
(convergencia nominal).
Sin embargo a priori no puede excluirse la hipótesis contraria, es decir que las condiciones que
impone la convergencia supongan un nivel de costes tan alto para determinados países que conlleven un
distanciamiento en criterios reales mayor que el precedente, influyendo negativamente sobre la
credibilidad de la política económica de estos países(Camarero, M. et al.,1995,pg. 62). El esfuerzo de los
países menos desarrollados por asumir los criterios de convergencia nominal, especialmente la disciplina
monetaria, puede trasladar el ajuste a las variables reales de actividad y paro, provocando y aumentando
la divergencia real, haciendo las diferencias entre regiones muy acusadas y afectando a determinadas
regiones en beneficio de otras, con el consiguiente incremento de los desequilibrios reales y regionales.
No debemos olvidar que el punto de partida entre los países que forman la C.E. es totalmente
diferente en una serie de cuestiones importantes como son: renta per capita, tasas de paro, prestación de
servicios públicos, prestaciones sociales y salarios. Amén que nadie garantiza que la convergencia en
variables monetarias e instrumentales vaya a suponer una convergencia en riqueza y bienestar. Ni que la
competencia y la concentración de capital no vayan a causar destrozos irreparables en determinados
sectores, eliminando a las empresas más débiles, con menor rentabilidad, con una situación financiera
más precaria, al ser incapaces de resistir la competencia que va a suponer la implantación de empresas
más potentes. Por lo que pueden salir a relucir los “peores” efectos de la competencia, concentrándose
en los países más atrasados que pueden ver destruido así su débil tejido productivo(P.Montes,1993).
Si bien es cierto que la finalidad política, incluso por encima de la económica, es la luz que
alumbra todo el proceso de unión, y la que puede justificar la asunción de todos estos supuestos de
incertidumbre; ello no es óbice para poder constatar la dificultad de la unión económica sin avances
substanciales en el ámbito político, siendo dichos procesos simultáneos, si no prioritario el político en el
tiempo. Sin embargo los acuerdos políticos de Maastricht en este sentido pecan de cierta insuficiencia, la
cual hace resaltar las discrepancias que recorren la Comunidad en cuanto a la estructura política que ha
de cubrir el proyecto de unidad económica y monetaria. Denotando falta de acuerdos en aspectos básicos
como la soberanía, lo cual crea una visión del Tratado de Maastricht un tanto escéptica, y reflejando
exclusivamente un proyecto para implantar una moneda única en Europa, que cuestiona la validez de la
susodicha finalidad política como justificadora del mismo(P.Montes,1993,pg.158).
CONVERGENCIA NOMINAL VERSUS CONVERGENCIA REAL.
La convergencia nominal viene definida en el Tratado de Maastricht por el cumplimiento de
una serie de requisitos como son:
a) permanecer dos años en la banda de fluctuación del SME.
b) que la inflación no supere en más de 1,5 puntos la media de los tres países que la tengan más
baja.
2
c) que los tipos de interés no sean superiores en más de dos puntos a la media de los tres países
en que la inflación sea más baja.
d) que el déficit público no supere el 3% del PIB.
e) que el endeudamiento del Sector Público no supere el 60% del PIB.
En Diciembre de 1996 el Consejo Europeo convocado al efecto podrá decidir por mayoría
cualificada(siempre que una mayoría simple de los miembros cumpla las condiciones de convergencia)
si comienza la Unión, quedando los demás en una situación de excepción(opción que está descartada).
En otro caso en julio de 1998, el Consejo Europeo ratificará antes de esta fecha qué países cumplen las
condiciones de convergencia para pasar a la moneda única, empezando el día 1 de enero de 1999.
La situación actual acerca del cumplimiento de estos criterios por parte de los distintos países
comunitarios es la siguiente:
Inflación
Tipos
Déficit
Deuda
1995
1995
1995
OBJETIVOS
3,0
10,4
3,0
3,0
60,0
60,0
Euro Quince
3,0
8,1
4,7
3,1
71,0
71,3
Alemania
2,2
7,1
2,9
2,4
58,8
59,3
Austria
2,5
7,3
5,5
5,0
68,0
71,5
Bélgica
1,6
7,9
4,5
3,5
134,4
130,0
Dinamarca
2,2
8,6
2,0
0,5
73,6
70,5
España
4,7
11,5
5,9
3,6
64,8
65,4
Finlandia
1,3
9,4
5,4
1,5
63,2
64,5
Francia
1,7
7,8
5,0
2,9
51,5
54,2
Grecia
9,9
18,4
9,3
7,3
114,4
113,1
Holanda
2,2
7,2
3,1
2,7
78,4
77,8
Irlanda
2,6
8,5
2,7
1,3
85,9
76,9
Italia
4,7
12,3
7,4
5,2
124,9
122,3
Luxemburgo
2,1
6,2
-0,4
-0,7
6,4
6,8
Portugal
4,2
11,7
5,4
4,7
70,5
70,9
Reino Unido
3,3
8,4
5,1
3,7
52,5
53,2
Suecia
2,6
10,7
7,0
4,5
81,4
79,8
1997(*) 1995
1997(*)
Fuente: El País(23 de noviembre de 1995). (*)Previsión.
Los distintos estudios realizados parecen coincidir en que el Sistema Monetario Europeo ha
ayudado al acercamiento de las distintas variables nominales. Así las tasas de inflación en Europa han
estado convergiendo entre 1979 y 1991, principalmente a partir de 1987(Anderton, et al. 1991). Sin
embargo las tasas de inflación también han estado descendiendo durante este período en otros países que
han estado fuera del mecanismo de fijación de tipos de cambio. Incluso si hubiera habido una especial
influencia del sistema de tipos de cambio, puede no haber venido ésta de una credibilidad incrementada
o de un cambio en el mercado de trabajo, si no más bien de una mayor coordinación macroeconómica
3
entre los distintos países, la cual sería suficiente para producir una reducción de la inflación y una mayor
convergencia nominal(Anderton, R. et al.,1995, pgs. 47-48).
En cuanto a las condiciones de convergencia real vamos a tener en cuenta los siguientes
indicadores: renta per capita, población activa y empleo, tasa de paro, gastos de protección social, los
salarios en la industria.
Referente a la renta per capita podemos decir que España se encuentra en un 75% de lo que
constituye la media comunitaria, estando Grecia, Portugal e Irlanda en un 57% de la media comunitaria.
Por lo que se refiere a la población activa y la tasa de paro las estadísticas reflejan la siguiente
situación:
Población activa civil en % Tasa de Paro
de la total(1992)
(1992)
Alemania
47
4,5
Austria
46
3,7
Bélgica
41
8,2
Dinamarca
56
9,5
España
39
18,0
Finlandia
50
13,0
Francia
43
10,0
Grecia
39
:
Holanda
46
6,7
Irlanda
38
17,8
Italia
42
10,3
Luxemburgo
44
1,9
Portugal
49
4,8
Reino Unido
49
10,8
Suecia
53
4,8
Fuente: EUROSTAT(30ª edición,1993).
Con relación a los gastos de protección social y al índice de salarios en la industria, las estadísticas
de Eurostat(30ª edición,1993) reflejan la siguiente situación:
Alemania
Gastos de protección social
Gasto por habitante
expresados en % del PIB(1992)
en ECUS(1992)
26,6
5290,7
Austria
:
:
Bélgica
26,7
4247,9
Dinamarca
29,8
6087,4
España
21,4
2333,3
Finlandia
30,2
5856,0
Francia
28,7
4868,2
Grecia
19,5
1285,7
4
Holanda
32,4
5039,3
Irlanda
21,3
2121,1
Italia
24,4
3927,2
Luxemburgo
27,5
5327,6
Portugal
19,4
1095,6
Reino Unido
24,7
3491,9
Suecia
37,6
8330,0
Por lo que respecta a los salarios ganados en la industria tenemos:
Ganacia media horaria de los Ganacia media horaria de
obreros en PPC corrientes
Alemania
:
los obreros en ECUS
10,69
Austria
7,53(1991)
Bélgica
9,31
8,63
10,51
12,47
España
7,27
6,56
Finlandia
5,13(1991)
:
Francia
7,03
6,77
Grecia
4,86
3,68
Holanda
8,82(1991)
8,60
Irlanda
7,78(1991)
7,50
Dinamarca
Italia
:
:
:
Luxemburgo
8,68(1991)
8,39
Portugal
3,18
2,16
Reino Unido
9,04
8,43
Suecia
7,37(1991)
:
Fuente:EUROSTAT(30ª Edición,1993).
Todas estas estadísticas vienen a reflejar una gran disparidad en las variables reales, no sólo en
cuanto a las aquí reflejadas sino también en otras como desarrollo de infraestructuras, nivel de
productividad, grado de capitalización y alcance tecnológico que hace que la estructura productiva sea
diferente entre los distintos países. Lo que a su vez conlleva que los shocks actúen de forma diferente en
los distintos países tendiendo a existir un elemento simétrico en aquellos países que tienen una mayor
correlación en los componentes estructurales, mientras que los países periféricos se ven afectados por
shocks de carácter más asimétrico, tanto en su fuente como en su medio de transmisión. Para constatar
esta situación vamos a utilizar el estudio realizado por Fatás y Degressin(1995), acerca de los cambios
comunes a todas las regiones de Europa y la respuesta de las mismas ante estos cambios. Y así estos
autores encuentran que en Europa a diferencia de USA, la proporción de cambios anuales en el empleo
debido a cusas comunes en las regiones europeas tienden a ser menores que la proporción de los shocks
debidos a específicas causas regionales. En Europa sólo el 20%(en USA el 60%) de los cambios en el
empleo regional son comunes a todas las regiones, siendo menores estos cambios o shocks en las
5
regiones del sur de Europa lo que supone una menor integración con el resto de Europa. También hay
que resaltar que la amplitud de estos cambios o shocks es mucho más grande en Europa que en USA, lo
que refleja que las perturbaciones en los mercados de trabajo son considerablemente más asimétricas en
Europa que en USA.
Así las estimaciones realizadas por Anderton y Barrell de lo que ellos denominan “tasa de
sacrificio”, que es una medida de la rigidez del salario nominal(o un indicador de la flexibilidad de los
salarios nominales), es decir relaciona la caída en los precios con el coeficiente de desempleo a LP,
muestran , que una simple relación dinámica de la misma indica el porcentaje de incremento de
desempleo que es requerido para reducir la inflación en un 1%. Una tasa alta implica que una caída dada
en la inflación requerirá un alto sacrificio en términos de desempleo, y estas ratios son altas para
Alemania y Bélgica pero excepcionalmente altas para Italia y España.
ALEM ESP FRAN ITAL RU HOLAN
0,97
1,95
0,36
1,93
0,62
1,60
BELG
AUS
0,89
0,63
IRL
0,68
Y es precisamente la diferencia entre estas tasas de sacrificio, más que los efectos de la productividad, o
las distintas estructuras, lo que puede constituir un fuerte impedimento hacia un mercado convergente en
la transición. En aquellos países que tienen una ganada reputación antiinflacionista, con una tasa de
inflación baja por debajo de la media de los criterios de convergencia, la situación no conlleva mayor
preocupación. Sin embargo aquellos otros países con escasa reputación antiinflacionista y tasas de
inflación relativamente altas, la formación de la UEM con tasas de inflación similares conllevará unos
sacrificios y ajustes excesivamente duros y difíciles de asumir políticamente. Y así aunque a lo largo de
estos años ha habido pequeñas evidencias de cambios estructurales en los mercados de trabajo,
reflejándose una cierta similitud en términos de tipos fiscales, productividad y respuestas de
desempleo(el caso más típico
de cambios estructurales es el de Italia donde se ha producido un
acercamiento a la media europea); estos no han caído del cielo siendo necesarios grandes ajustes y
sacrificos(Anderton et al.,1995, pag. 59).
Hay que tener en consideración que la estructura salarial y de costes sigue siendo muy diferente
entre los distintos países como así lo reflejan las estadísticas(Fuente:Eurostat,30ª Edicón,1993):
Estructura del Coste de la
mano de obra en la industria
Coste horario de la mano de
de obra en PPC corrientes
En % del total
Coste Directo Coste Indirecto
del sueldo
Total Salario
Total Seg. So.
Alemania
76,6
52,2
23,4 21,1
19,56
Bélgica
70,2
51,4
29,8 28,7
18,94
Dinamarca
96,3
83,2
España
75,1 55,5
24,9 24,5
Finlandia
77,4
57,1
22,5 19,7
Francia
68,5
52,0
31,5 28,2
Grecia
80,0 60,0
20,0 19,0
Holanda
72,8
27,2 23,7
54,6
3,7
2,9
6
13,31
9,23
Irlanda
82,2
70,5
17,8 14,9
Italia
70,6
51,1
29,4 26,2
Luxemburgo
83,3 68,0
16,7 15,7
Portugal
74,3
25,7 21,4
Reino Unido
87,2 83,5
12,8
Suecia
69,1
30,9 30,9
55,9
56,9
:
13,33
6,00
13,88
Y en un futuro próximo no hay nada que impida pensar que esta estructura no seguirá siendo la
misma ya que las diferencias institucionales y jurídicas son muy amplias debido fundamentalmente a los
diferentes ordenamientos jurídicos de los distintos países. Situación ésta que no pudo ser salvada al
ejercer el derecho de veto el Reino Unido con respecto a la “ Carta Social Europea “(1989),
convirtiéndose desde ese momento dicho carta en un mero texto de intenciones. Hecho el cual, al
margen de la pérdida de oportunidad que supuso el no poder realizar una armonización social(por
arriba,igualando con los países de mayor protección) más justa; puede acarrear ulteriores consecuencias
debido a que los costes sociales, que son una parte importante del coste de los productos, pueden colocar
a las empresas europeas en situaciones diferentes a la hora de competir en un mercado único,
produciendo una conformación diferente de costes de producción, y distorsionando las cuentas de
resultados de las empresas; por lo que nada se opone a que éste sea un aspecto más de igualdad de
condiciones en que deben situarse las empresas europeas dentro de la UEM, cosa que hoy por hoy no
sucede como así demuestran las estadísticas(P.Montes,1993,pg.154).
Ante estos hechos podemos decir que si los países menos desarrollados y con estructuras más
rígidas alcanzan la convergencia nominal y deciden participar en la UEM sin alterar las estructuras
básicas de sus economías, ni corregir las distorsiones reales que entorpecen el funcionamiento de las
mismas(imperfecciones del mercado de trabajo y diferencias en materia fiscal) se pueden producir
recuperaciones de competitividad mediante crecimientos de la productividad inducidos por aumentos del
paro, debido a la Naturaleza tan dispar de las situaciones reales, conduciendo a situaciones sociales
difíciles y a una difícil alternativa política.
¿ CUMPLE LA UNION EUROPEA LOS REQUISITOS SUFICIENTES PARA CONSIDERARSE
UNA ZONA MONETARIA ÓPTIMA ?
Una Zona Monetaria Optima es aquella en la que hay total rigidez del tipo de cambio
internamente y existe total flexibilidad frente a terceros(M.Camarero et al,1994,pag.453).
Se trata de saber en que condiciones y bajo que supuestos una unión monetaria, con la renuncia
implícita del tipo de cambio que conlleva, no resulta tan costosa para los diferentes países.
El primer criterio que tratan de reconocer los autores que defienden esta teoría es que exista
movilidad suficiente de los factores productivos(especialmente del factor trabajo). Si los productos de un
determinado país son menos competitivos que los de otro con el que se quiere formar una unión
monetaria, se producirá un desplazamiento de la demanda al país más competitivo, generando déficit
exterior, así como incrementos del desempleo y del déficit público en el país menos competitivo. Si
existiera movilidad laboral los parados del país menos competitivo emigrarían al país más competitivo
7
reduciéndose la tasa de desempleo en aquél y bajando las tensiones inflacionistas en este último. Sin
embargo la situación en la Europa comunitaria es bien distinta ya que las diferencias culturales y
linguísticas hacen poco factible esta vía.
Teniendo en cuenta el estudio realizado por Degressin y Fatás(1995) que comparan la respuesta
a los shocks entre Europa y USA, se puede afirmar que en USA es muy frecuente la emigración a
estados que se han beneficiado de un shock favorable.
En Europa el incremento del empleo derivado de un shock de demanda positivo se reparte un
74,5% en incremento de participación laboral y un 22% para la tasa de empleo, siendo los valores para
USA de 18% y 30% respectivamente.
En USA después del primer año un 52% es absorbido por la inmigración. En Europa sólo a
partir del tercer año la inmigración absorbe parte del shock. Los resultados indican que los cambios en la
demanda de trabajo se reflejan fundamentalmente por una entrada y salida de gente del mercado de
trabajo, más que del desempleo al empleo; reflejándose una escasa corriente migratoria incluso dentro de
los propios países.
Cuestión diferente en la que inciden estos autores es la flexibilidad del nivel de precios y de
salarios(grado de apertura), ya que dicha flexibilidad permite una rápida recuperación de la
competitividad de la economía. No obstante la situación actual dista mucho de cumplir este objetivo
siendo las diferencias con USA en este sentido significativas.
La conclusión que se puede extraer acerca de la teoría de las Zonas Monetarias Optimas, es que
cuanto mayor sea la divergencia en variables reales existente entre los países que desean participar en la
unión monetaria mayor debe ser la flexibilidad laboral. Flexibilidad que a pesar de las diferencias
institucionales derivadas de los ordenamientos jurídicos de los distintos países viene a ser similar en
cuanto a su rigidez para toda la Europa comunitaria, siendo por tanto el diferente grado de convergencia
real existente entre los distintos países lo que determinará si forman una Zona Monetaria Optima.
Alcanzando dicho objetivo sólo aquellos países que tienen estructuras productivas, niveles de desarrollo
y grados de productividad más homogéneos.
Finalmente se puede decir que si bien existe un amplio consenso acerca de que la Europa de los
15 no forma una Zona Monetaria Optima, existen subáreas como la formada por Alemania, Holanda,
Austria, Dinamarca y Luxemburgo que si que cumplen los requisitos necesarios(Camarero, M. et
al,1994,pgs.452-456).
CRITERIOS DE CONVERGENCIA: ¿ CRITERIOS ECONÓMICOS O CRITERIOS
POLÍTICOS ?
El consenso de los economistas es que las condiciones establecidas en Maastricht carecen de
una justificación económica sólida, siendo posible la unión económica aún en ausencia de la unión
monetaria.
La idea que un mercado común de bienes y servicios integrado implica un fuerte grado de
cooperación monetaria, una moneda única, parece específicamente europeo; pues la política americana a
través del acuerdo de librecambio norteamericano, o el propio acuerdo de cooperación asiático-pacífico,
8
no encuentran hasta el momento un proyecto de cooperación monetaria y de estabilización de tipos de
cambio(ni siquiera USA y Canadá, países que tienen un grado de simetría mucho mayor que los
comunitarios).
Dada esta perspectiva, nos podemos preguntar:¿ Por qué fueron estrictas y severas condiciones
nominales de entrada, la base de la estrategia de Maastricht ?.
No parecen existir fuertes condiciones teóricas que justifiquen el por qué los países tienen que
satisfacer dichos criterios de convergencia como una precondición para formar para formar parte de la
UM. Como hemos visto anteriormente la teoría de las Zonas Monetarias Optimas guarda silencio acerca
de la convergencia en tasas de inflación, tipos de interés, déficits presupuestarios o deuda pública,
reforzando por contra la necesidad de disminuir la divergencia real existente en términos de flexibilidad
salarial y movilidad laboral, y procurando una mayor integración fiscal, como condiciones para una
unión monetaria con éxito. Así la imposición de los criterios de convergencia de Maastricht no parece
haber sido basada en fundamentos de análisis económico.
Si analizamos cada uno de los diferentes criterios de convergencia del Tratado de Maastricht
podemos observar que:
_. En cuanto al criterio de inflación(convergencia en precios), la tasa de inflación pasada
desaparecerá al crearse el EURO, siendo verdaderamente relevante la reputación antiinflacionista del
nuevo Banco Central Europeo. Por lo que lo realmente importante será el tipo de conversión que se fije
al poner en marcha la UM.
Establecer un criterio estricto de convergencia en tasas de inflación como condición necesaria
para integrarse en la UM puede no ser adecuado, pues este requisito se conseguiría con mayor facilidad
una vez lograda la unión(la libre circulación de bienes y servicios concluirá por acercar las tasas de
inflación).
_. Por lo que se refiere a los tipos de interés, si el capital puede moverse libremente y sin riesgo
de cambios, es lógico pensar que los tipos de interés real terminen aproximándose. Una vez creada la
Unión, los diferenciales de interés desaparecerían de forma automática, ya que al no existir prima de
riesgo debido a la igualdad de tasas de inflación, regirían los mismos tipos de interés. Tipos que bien
pudieran corregir desequilibrios exteriores(balanza por c/c), porque una subida de los mismos atraerá
capitales para financiarlos y restaurar así el equilibrio. No obstante también hay que pensar que
determinadas variables económicas como estabilidad, crecimiento o credibilidad determinan las
decisiones de inversión de capitales, y no exclusivamente el diferencial de interés(Camarero, M. et
al.,1994).
_. Por lo que se refiere al déficit público y al stock de deuda pública, en un esquema abstracto
se podría pensar que las condiciones nominales de convergencia señaladas para ambos, se lograrían de
forma espontánea y paulatinamente desde que hubiera una moneda única(Martín Seco,J.F.,1993).
El límite al déficit y al endeudamiento público se justifica en base al posible impacto que
políticas presupuestarias expansivas tendrían sobre la tasa de inflación de otros Estados miembros, y a
que una deuda pública insostenible creará efectos negativos sobre el resto de la unión(posible subida de
tipos de interés y presión al BCE para que relaje su política monetaria. No obstante si los mercados de
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capitales funcionan eficientemente, no habrá efectos externos y los demás gobiernos de la unión no
soportarán las consecuencias de un gobierno con mucha deuda(Grauwe De,P.,1992,pgs.184-186).
Acerca de esta idea el art. 104 b) del Tratado de Maastricht establece que la Comunidad no asumirá ni
responderá de los compromisos acordados por los diferentes gobiernos(no obstante si estallase una crisis
financiera es difícil pensar que el resto de los países no acudan en ayuda del país sacudido por la misma,
para intentar evitar problemas de liquidez mayores). Hubiera parecido más adecuado en cuanto al déficit
público, complementar la disciplina de mercado con una supervisión multilateral basada en criterios
discrecionales y no en niveles fijos, ya que la capacidad de endeudamiento y déficit público no son
variables absolutas, si no que están relacionadas con las tasas de crecimiento, y así en una coyuntura de
crecimiento
del P.I.B. es compatible mantener constante el porcentaje de endeudamiento con un
determinado nivel de déficit público. No se tienen en cuenta las divergencias entre los distintos países,
no son tanto los déficits cíclicos para atenuar el ciclo, si no los estructurales los que deben ser objeto de
control, no son tanto los déficits anuales los que importan, como los déficits prolongados durante
períodos de tiempo. Por otra parte el déficit público es un concepto ambiguo manipulable a través de la
diversidad del Sector Público, con numerosos mecanismos de alteración contable y por lo tanto
difícilmente controlable (así en algunos países europeos no concuerda el nivel de déficit con el de deuda
pública)(Martín Seco,J.F.1993).
Además la excesiva rigidez de los criterios de convergencia puede conducir a situaciones en las
que el cumplimiento de alguno de los criterios sea inconsistente con el cumplimiento de otros. Como por
ejemplo puede darse que el requisito de garantizar la estabilidad del tipo de cambio entre en
contradicción con el cumplimiento del requisito de los tipos de interés, pues su reducción pondría en
dificultades el entramado del sector exterior, sin perjuicio de que profundos desequilibrios de la balanza
de pagos no son sostenibles a L.P. También podría suceder que la reducción del déficit hasta el 3% se
hiciera con cargo a la inversión pública, en vez de con cargo al consumo público, lo que tendría un
efecto negativo en la convergencia real. González Páramo(1994) dice al respecto: que las medidas de
restricción presupuestarias basadas en aumentos de presión fiscal o en la contención de la Inversión
Pública, sólo tienen efectos temporales sobre el déficit, pero sus consecuencias negativas sobre la
productividad y el crecimiento económico tienen carácter permanente. Así los años en que el déficit
público ha descendido son los de mayor crecimiento, mayor incremento de la actividad y el empleo,
situación que puede chocar con el mantenimiento de altos tipos de interés para estabilizar el tipo de
cambio fijo. Y es que la estabilidad macroeconómica no es una condición suficiente para la convergencia
real; lo que implica que para alcanzar a los países de mayor desarrollo se necesitan políticas inversoras,
lo que puede provocar que este esfuerzo inversor por parte del Estado no permita reducir el déficit
público, pues si tuviese que recurrir al mercado tendría que pagar unos intereses muy altos que pudieran
frenar la inversión(subida de tipos de interés). Así mismo hay que intentar compaginar la idea que el
déficit público desalienta la inversión privada con la necesidad del mantenimiento de la inversión
pública, al objeto de ir superando las restricciones de capital tecnológico y humano que coartan la
capacidad de crecimiento de la economía(Martín, C.,1995).
10
En cuanto a los tipos de cambio fijos(estabilidad cambiaria plena), en un mundo gobernado por
la lógica mercantilista pueden aumentar las presiones proteccionistas frente a terceros ajenos(Jacquet,
P.,1994).
Después de ver la inconsistencia económica de ciertos criterios de convergencia la respuesta al
por qué de tan estrictas condiciones vienen dada por:
1º) La hegemónica posición alemana en cuestiones monetarias. No es exagerado pensar que hoy
por hoy Alemania determina las condiciones monetarias. Lo cual se puso claramente de manifiesto en la
recesión de 1991-1993; cuando el resto de los países europeos fueron forzados a reducir la oferta
monetaria e incrementar los tipos de interés, por la necesidad sentida en Alemania de reducir un tipo de
inflación de un 4% considerado excesivamente alto, cuando en el resto de los países la inflación
comenzaba a caer y el verdadero problema era la recesión que se avecinaba.
En una unión de 15 estados, Alemania perdería una parte muy importante de la capacidad para
imponer su propia política monetaria. Además en el futuro BCE(con 15 directores) Alemania estaría en
una posición minoritaria perdiendo el control sobre sus propias cuestiones monetarias y las europeas. Sin
embargo esta pérdida puede ser restringida si el nº de estados que formen la unión puede ser reducido.
En una UEM relativamente pequeña, Alemania podría seguir manteniendo suficiente influencia para
ejercer una política monetaria estricta(la postura oficial del Bundesbank acerca de la UEM se estableció
en un informe de 1990 en él que se señalaba:“ que las divergencias comunitarias en precios y costes,
déficit presupuestarios y desequilibrios externos se estaban agudizando, y eran especialmente fuertes en
Gran Bretaña, Italia, España, Portugal y Grecia, así como las divergencias institucionales , de
fundamentos económicos y actitudes de empresarios y trabajadores entre Alemania y estos países. Poe
ello se sugiría un largo período transitorio y toda una lista de condiciones de convergencia, cuyo
cumplimiento sería requisito indispensable para la transición a una nueva etapa(posición economicista,
convergencia económica requisito para la UM)“(Camarero, M. et al.,1994,Pg.465).
2º) La política monetaria alemana ha tenido bastante éxito, creando una moneda con un
marcado carácter antiinflacionista. Con la unión Alemania perderá su poderosa moneda, creándose una
nueva moneda(el euro) que tendrá que ganarse su reputación partiendo de cero. Hecho éste que será más
sencillo si se limita el nº de participantes en la unión con unos criterios de acceso estrictos.
Por lo que podemos finalizar diciendo que si bien los criterios de convergencia pueden ser
innecesarios desde un punto de vista económico, permiten a Alemania imponer su voluntad política.
Siendo esta situación la que impide la formación de la UM, pues si bien Europa no es una Zona
Monetaria Optima, esta no será la razón final que primará en la formación de la UEM.
LOS TÉRMINOS DEL DEBATE
Partiendo de la premisa que el objetivo principal de la UM es la consecución de la moneda
única, el debate se plantea acerca de las consecuencias derivadas de su implantación.
Lógicamente esta discusión tiene sentido debido a la inflexibilidad a CP de precios y salarios en
Europa, y a la escasa movilidad del factor trabajo que impide el ajuste por desplazamientos del mismo;
pues de lo contrario la moneda única sería la solución más eficiente.
11
Sin embargo el verdadero núcleo del debate está en el llamado “triángulo de
incompatibilidad” relativo a que tipos de cambio fijos, movilidad de capitales y autonomía de políticas
monetarias no son compatibles. En un área ausente de restricciones a la libre circulación de capitales, los
países pueden permitirse renunciar a la política monetaria autónoma y a la fijación del tipo de cambio
como medio de realizar los ajustes necesarios para recuperar la competitividad perdida por alteraciones
de precios o de demanda, o bien por mayores costes (crecimiento de salarios más rápido en un país) que
generen distinta productividad. Es decir si las modificaciones del tipo de cambio devienen legítimas
cuando se trata de compensar la rigidez de precios y salarios para recuperar competitividad y evitar paro.
Ya que está demostrado que un tipo de cambio flotante y una moneda propia protegen mejor una
economía frente a shocks extranjeros. Se argumenta en contra que las crecientes relaciones comerciales
intracomunitarias incrementan el grado de apertura, favoreciendo shocks más simétricos y reduciendo la
conexión entre el tipo de cambio nominal y real(que expresa la competitividad de un país). A mayor
integración los shocks sectoriales serán los que tendrán mayor importancia, con la pérdida de eficacia de
la flexibilidad cambiaria en estas situaciones(Camarero, M. et al.,1994).
Desde que se produzca la unión y exista una sola moneda, la balanza de pagos importante será
la comunitaria, perdiendo importancia las balanzas nacionales, no obstante es posible que subsistan los
desequilibrios regionales entre exportaciones e importaciones, con los consiguientes efectos expansivos o
contractivos, y con probables problemas insostenibles a LP para aquellas regiones con déficits
crónicos(Martín Seco,J.F.,1993). Para cubrir estos posibles desequilibrios en una UM donde exista una
misma inflación(no prima de riesgo), habiendo libertad de movimientos de capital, se puede producir un
incremento del tipo de interés de la zona deficitaria, evolucionando los tipos de interés nacionales al
compás que marquen los tipos de interés exteriores, lo que puede chocar con el objetivo económico
interno marcado por las autoridades. Ya J.M. Keynes durante las sesiones preparatorias del Acuerod de
Bretton Woods, en una carta a Harrod en 1942 decía:” Desde mi punto de vista la dirección de la
economía nacional depende única y exclusivamente de que cada país sea libre para tener su propio tipo
de interés sin referencia a los tipos existentes en cualquier otra parte del mundo “. En 1943 en el
discurso ante la Cámara de los Lores afirmaba:”...A menos que la suma de las nuevas inversiones, las
cuales los individuos pueden hacer en el extranjero, sea mantenida dentro de la cantidad necesaria para
mantener nuestra balanza comercial en equilibrio, perderemos el control sobre los tipos de interés
domésticos “. Constatando el impacto negativo que los tipos de interés pueden tener en la actividad
económica, la financiación del Presupuesto y la estabilidad del sistema financero si son mantenidos por
largos períodos de tiempo.
Sin embargo existen fuertes motivaciones económicas derivadas de la circulación de capitales y
bienes a favor de una moneda única como son:
_.Desaparición de los costes de transacción monetarios(estimados entre un 0,25% y 0,5% del
PIB comunitario;13.000 y 20.000 millones de Ecus). Lo que puede eliminar la posibilidad de
discriminar precios artificialmente en distintos mercados.
_.Desaparición de la incertidumbre cambiaria, lo que puede suponer una reducción del riesgo,
produciendo un efecto favorable sobre la actividad inversora. Sin embargo en cuanto a esta idea
12
conviene puntualizar que no todos los autores la comparten, ya que algunos piensan que la eliminación
del riesgo cambiario sólo se puede conseguir desplazando este riesgo a otras áreas, por ello no hay
seguridad de que disminuya el riesgo en general al eliminar sólo una fuente del mismo(P.de
Grauwe,1992,pag.82). La disminución de la incertidumbre cambiaria puede no reducir el riesgo de
carácter sistémico, pues puede compensarse con una mayor incertidumbre en otro ámbito por ejemplo,
tipos de interés. Por todo ello puede que las empresas en término medio no operen en un entorno más
seguro(P.de Grauwe,1992,pag.88)
_.Desarrollo de las posibilidades de preparación de la mano de obra, así como de mayor
implantación tecnólogica para los países menos favorecidos.
_.Amplia convertibilidad y mayor grado de liquidez al ocupar una zona más extensa.
_.Una mayor disciplina y credibilidad al girar la unión en torno a un país de reputada tendencia
antiinflacionista como Alemania.
Desde otro punto de vista diferente se ha argumentado que aquellos países menos desarrollados
y que por lo tanto experimentan mayores tasas de crecimiento tienen una mayor productividad de
capital, lo cual atraerá flujos de inversión desde los países más desarrollados de la unión a los menos
desarrollados, lo que permitirá que esto últimos financien sus déficit por c/c. Esta idea va unida a la
eliminación del riesgo cambiario que permitirá que los capitales se desplacen a aquellas zonas donde
existan mayores portunidades de rentabilidad por lo que no se producirán défictis por c/c que impidan el
crecimiento de los países menos desarrollados(Grauwe De,P.,1992,pgs.46-47).
Pero si por contra se parte de una idea de concentración del capital más que de difusión, nos
situámos en la órbita de las llamadas economías de concentración relacionadas con la agrupación
espacial de las distintas empresas(Krugman,1992)lo que podría conducir al mantenimiento perpétuo de
las diferencias per cápita internacionales, ya que los países con mayor actividad económica y renta
pueden proporcionar mayor rentabilidad y productividad a las inversiones realizadas en momentos
posteriores. Y es que los más bajos salarios de los países menos desarrollados puede que no compensen
su más baja productivivdad, con lo que la movilidad del capital puede aumentar los diferenciales de
renta.
Por otra parte no se debe olvidar que tanto las economías de escala como las economías
externas(desarrollo de capital humano y tecnológico) favorecen la concentración de empresas en zonas
de gran actividad económica, con grandes mercados de productos, suministros, y mano de obra
altamente cualificada; ahorrando los costes de transporte y transacción que se derivan de una
localización periférica. Además el desarrollo de modernas técnicas de Administración de empresas que
centran la política empresarial en la atención al cliente hacen que el sesgo a la concentración se
refuerce(Dehesa De la,G.,1995). Esta situación es la que se deriva de la comparación entre USA y
Europa, ya que las industrias europeas están mucho menos concentradas geográficamente que las
americanas. Según Krugman una muestra clara de los efectos de aglomeración que ha tenido un
mercado único de muchos años de desarrollo frente al incipiente mercado europeo.
13
LAS PATATAS CALIENTES:
1º)REFLEXIONES ACERCA DE LA POLÍTICA FISCAL
Ya el Informe WERNER(1970) establecía una etapa para alcanzar la UM, en la que se debería
intensificar la coordinación previa de las políticas presupuestarias, revisando posteriormente los
eventuales desequilibrios.
En el Informe MACDOUGALL publicado en 1977 se argumentaba que la UM en Europa debía
acompañarse de una centralización del Presupuesto(específicamente del sistema de desempleo), pues en
otro caso, podrían producirse importantes tensiones sociales.
La teoría de las Zonas Monetarias Optimas así mismo se refiere a una centralización de los
presupuestos nacionales, lo que permitiría la reducción de los costes sociales, de aquellos países o
regiones
que
sufran
shocks
negativos,
al
disfrutar
de
trasferencias
automáticas(P.de
Grauwe,1992,pag.179).
No obstante los acuerdos políticos e institucionales seguidos para la consecución monetaria
descartaron esta vía y el Presupuesto comunitario para 1997 supondrá el 1,37% del PIB
comunitario(Montes, P.,1993). Ante esta situación la teoría de las Zonas Monetarias Optimas propone la
flexibilidad de las políticas presupuestarias para limitar los shocks negativos dejando actuar a los
estabilizadores automáticos, ya que los países no gozan de otra posibilidad para absorber estos shocks
que la autonomía de la política fiscal. Sin embargo esta situación condujo en los años 80 a la creación de
grandes déficit presupuestarios, generando problemas de sostenibilidad debido al crecimiento continúo
de la deuda en cuanto al porcentaje del PIB. Así por ejemplo Bélgica y Holanda en los años 80 hicieron
uso de estas políticas para superar las recesiones vividas, y el resto de la década estuvieron intentando
estabilizar la ratio deuda pública/PIB, para conseguirlo finalmente a un nivel muy alto en el caso belga,
con duros años de recortes en el gasto público y aumentos en los impuestos. Lo que viene a advertir que
una vez empleada la política fiscal, esta no se puede mantener por mucho tiempo y no será posible
utilizarla de nuevo hasta transcurridos varios años(Grauwe, P.,1992,pg.182).
De cara a la futura UM la dificultad de la aplicación de reglas sobre el control del déficit, ha
hecho que se sustituyera la idea de imponer estrictas normas de política fiscal por recomendaciones para
evitar déficit excesivos bajo tutela de la Comisión.
Por último, con respecto a los déficit presupuestarios de los estados de UMs, Paul de Grauwe
concluye que tienden a ser inferiores a los de los países de la CE, ya que la no monetización(financiación
monetaria)de las políticas fiscales, endurece las restricciones presupuestarias y reduce los incentivos a
mantener déficit, por lo que los estados que formen parte de la UM se enfrentarán a condicones más
duras que las naciones que permanezcan soberanas.
La futura UM no tendrá un Presupuesto centralizado lo que conllevará que el carácter
redistributivo sea mínimo, lo que a su vez ocasionará que el mecanismo de ajuste necesario sea
variaciones en los precios relativos, las cuales quizá no sean suficientes para absorber las perturbaciones
que puedan ocurrir(P.de Grauwe,1992,Pag.192).
14
En el trabajo realizado por T.Bayoumi y P. Masson(1995) se indica que la media de los flujos
fiscales federales que reducen las desigualdades de renta a LP(función redistributiva)es de 22 centavos
en cada dolar en USA. En Canadá donde existe un sitema social más desarrollado la cifra se sitúa en 39
centavos en cada dólar. Por lo que respecta a evitar shocks a CP(función estabilizadora) USA se sitúa en
30 centavos por dólar y Canadá en 17 centavos por dólar. Si se compara la CE con USA y Canadá, se
puede ver que la CE no tiene un papel estabilizador a CP, pues los fondos estructurales y de cohesión
son más pequeños que los destinados en USA y Canadá respectivamente, y el efecto redistributivo se
reduce mucho al ser el Presupuesto comunitario relativamente pequeño. Por contra los fondos
estructurales europeos apenas representan el 0,3% del PIB comunitario(1/4 del total del Presupuesto),
además que del 1,3% que supone el Presupuesto sobre el PIB comunitario, una parte muy importante es
asignado a la PAC, política, que según De la Dehesa y Krugman(1992) tiene dañinas implicaciones
sobre la distribución de la renta, sugiriendo que los fondos estructurales y de cohesión no son suficientes
para frenar el sesgo en contra de la equidad territorial que poseen otras políticas comunitarias. No
obstante la estabilización de perturbaciones a CP se lleva a cabo por los países nacionales en una
extensión similar a USA y Canadá. Claramente podemos ver, que la posible redistribución comunitaria
es una elección política, más que una necesidad económica relacionada con la unión; sin embargo las
presiones a favor de un incremento de la redistribución puede crecer en Europa paulatinamente.
A raíz de todo ésto, para salvar la polémica de los problemas redistributivos, se aprobaron en el
Tratado de Maastricht la creación de los llamados fondos de cohesión para el fomento de infrestructuras
en países con renta per cápita inferior al 90% de la media comunitaria. Sin embargo estos fondos han
sido fuente de conflictos por su cuantía y su reparto desde un primer momento. Y así en la cumbre de
Edimburgo, el fondo de cohesión se redujo casi 1/3(quedando fijado en 15.000 millones de ECUS),
siendo España el país más beneficiado por esta partida, la cual representará entre el 0,21% en 1993 y el
0,37% en 1999 de su PIB(Montes, P.,1993).
En cuanto al lado de los ingresos hay que decir que el sitema actual es bastante regresivo, ya
que no se tiene en cuenta la capacidad económica de los países, si no la base de un impuesto(el IVA)que
grava el consumo, sin atender a que los países menos desarrollados tienen una propensión al consumo
mayor(en la cumbre de Edimburgo, no se aprobó una solicitud de los países más pobres de fijar las
aportaciones al Presupuesto comunitario en función del PIB en lugar del IVA).
Otro tema de capital importancia y que no debe ser olvidado, es que los temas presupuestarios y
fiscales deben ser aprobados por unanimidad, de hay la dificultad de conseguir ni siquiera una directiva
sobre mínimos(armonización fiscal directa)en la imposición sobre el capital. Y es que el no dar un
tratamiento uniforme a la imposición sobre el capital puede llevar a que el capital se desplace a los
países con menor presión fiscal, entrando en una lucha competitiva entre países, que puede acabar en
una mayor imposición indirecta, y dentro de la directa en una mayor presión sobre las rentas del trabajo,
descargando a las del capital, lo que iría claramente en contra de una política redistributiva. Así
podemos ver como la falta de armonización de los sistemas fiscales crea situaciones artificiales de
competencia en un único mercado, en función de la distinta presión fiscal e impuestos que esta conlleva
al influir en los costes de producción
y cuentas de resultados de las empresas. Sin duda fueron
15
significativas las palabras del gobernador del Banco de España en la memoria de 1992:” España sólo
puede competir en salarios bajos, reducidos gastos de protección social y abundantes exenciones fiscales
al capital ”(Martín Seco,J.F.,1993).
2º)EL FUTURO BANCO CENTRAL EUROPEO
La asimetría entre los incentivos de un país de alta inflación y otro de baja inflación para
formar una unión monetaria influye directamente en el diseño del Banco Central, pues la única forma de
hacer creíbles las ventajas de formar una unión monetaria, al país de baja inflación, es generar la
suficiente credibilidad acerca de la actuación del futuro Banco Central en torno a su actuación
antiinflacionista en política monetaria.
Es razonable pensar que la tasa de paro natural de la UM en su conjunto será superior a la de
los países en mejor situación económica antes de la unión, dando lugar a una inflación de equilibrio más
elevada. Si eso es así, el Banco Central puede sufrir fuertes presiones para que sea más blando ante la
inflación. Situación que se se podría producir también ante una deuda insostenible de uno de los
miembros(subida tipo de interés)que pudiera presionar al futuro BC para que relajase su política
monetaria.
Por todo ésto Alemania insistió mucho en que el futuro BCE debería dar prioridad absoluta al
mantenimiento de una baja inflación a través de dos condiciones que deberían aparecer en sus estatutos:
1ª “ el objetivo principal del SEBC será mantener la estabilidad de precios “(art.2º del
Protocolo sobre el Estatuto del SEBC y el BCE incluido en el Tratado de Maastricht).
2ª “ Durante el ejercicio de sus poderes y el desempeño de sus funciones .... ni el BCE, ni
ningún banco central o miembro de sus órganos de decisión debe buscar o recibir instrucciones de
cuerpos o instituciones comunitarias, de ningún Gobierno o Estado Miembro o de ningún otro estamento
(independencia delpoder político)“(art. 7 del mismo protocolo). Así mismo el Tratado incorpora la frase
siguiente:” Se prohíben créditos al descubierto o cualquier otro tipo de ayuda crediticia con el BCE o con
los bancos centrales nacionales a las instituciones comunitarias u organismos de las mismas, Gobiernos
Centrales, autoridades regionales o locales, autoridades públicas... y la compra directa por las mismas de
instrumentos de deuda “.
Los argumentos a favor de la independencia del BCE frente al poder político provienen del
modelo de la Nueva Escuela Clásica. Si se cumple plenamente este requisito, el BCE será más sensible a
la credibilidad, no sufriendo el ciclo político-económico, reforzando su credibilidad y reportando sobre la
política presupuestaria la estabilización de varias reales. Como dice P. Villa: la inflación es un bien
público, y es necesario asegurar su gestión por un organismo sin legitimidad política que deba probar
constantemente su credibilidad
Por otro lado también hay que resolver muchas cuestiones en relación a la interacción entre el
BCE y las autoridades fiscales nacionales. Ya que una cosa es legislar, y otra bien distinta es llevar a la
práctica esa legislación. Y cuando los países grandes se vean afectados por perturbaciones negativas, las
autoridades de dichos países probablemente presionen al BCE para que siga políticas acomodaticias.
16
Así ante la ausencia de un mecanismo adecuado para enfrentarse a shocks asimétricos,
probablemente se ejercerá una gran presión sobre las autoridades monetarias europeas. Algunos
economistas piensan que esto puede introducir un sesgo inflacionista en la futura UM. Dichas dudas
constituyen el obstáculo más importante en el camino hacia la UEM.
Y en esta línea el análisis neokeynesiano de políticas de estabilización muestra que la
independencia del Banco Central y el acento puesto sobre el objetivo de la inflación, pueden ocasionar
efectos fuertemente desesetabilizadores en la combinación de políticas monetarias y presupuestarias(no
hay que olvidar que la FED tiene como objetivos finales: el pleno empleo, la estabilidad de los precios y
la moderación de los tipos de interés a L.P., y no el valor real de la moneda(inflación) como el
Bundesbank). Se necesitan procedimientos de concertación importantes que debería ser definidos en el
mismo tiempo que el estatuto del BCE.
Así por ejemplo, si un Estado tuviera objetivos finales muy diferentes del BCE se podrían
provocar conflictos de objetivos entre ambas instituciones, y políticas económicas muy ineficaces.
Además esta situación impondría a un estado que quisiera valorar la función de utilidad social, soportar
todo el peso del ajuste sobre políticas fuertemente restrictivas.
De hecho si se introduce la política presupuestaria descoordinada, la independencia del banco
central no tiene propiedades virtuosas en sí mismo. En efecto junto a los problemas de coordinación
externa, la questión de conflictos internos de los objetivos con la política presupuestaria y de su
necesaria coordinación son de una notable importancia, de manera que los agentes privados puedan
formular sus anticipaciones lo más adecuadamente posible. De otro lado la política presupuestaria no
debe ser subordinada a los objetivos de los bancos centrales única y exclusivamente ya que para
administrar el dilema inflación-paro, tiene siempre a nivel internacional externalidades positivas
mientras que la política monetaria sigue teniendo externalidades negativas. En la práctica el modelo del
banco central independiente no funciona mas que porque se coordina con los salarios(crecimiento de los
salarios) y/o con el Estado(déficit presupuestario)(Villa, P.,1995,pgs.91-92). En la UEM, el banco
central independiente será confrontado a numerosos instancias presupuestarias y numeroso mercados de
trabajo:será pues difícil negociar con ellos . Los inconvenientes de la no cooperación se harán sentir
pronto. El análisis que realiza Pierre Villa sugiere que para dar la vuelta a esta dificultad, conviene
primeramente definir objetivos múltiples para el Banco Central Europeo de manera que administre no
solamente el dilema inflación-paro sino también el dilema déficit público-tipos de interés y 2º de definir
procedimientos concretos de coordinación con las políticas presupuestarias y de anunciar la policy-mix
correspondiente(combinación de políticas), para que los agentes puedan generar las expectativas más
adecuadas.
CONCLUSIONES
En un momento como el actual en el que los mercados se imponen a los Estados y a sus
políticas, es importante analizar como punto final “la opinión” de los mercados sobre el proceso de
integración europea y sus posibilidades. Así analizando los tipos de interés a LP que las actuales
17
condiciones de mercado proyectan para 1999(año previsto de comienzo de la unión) podemos encontrar
4 grupos de países claramente diferenciados. En primer lugar se encontraría el llamado grupo duro que
estaría compuesto por Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Austria y Luxemburgo. En todos estos
casos el mercado sitúa el tipo a LP(10 años) en un 7,60%, siendo los diferenciales frente al marco
alemán prácticamente inexistentes. Si finalmente se produjera la unión en 1999, éste es el grupo al que
el mercado otorga más posibilidades de llevar a cabo la integración, ya que el mercado viene
descontando un tipo a LP del 7,60% para el futuro Euro. En segundo lugar estarían el Reino Unido e
Irlanda, cuyo tipo descontado para entonces se acerca al 9%(130 puntos básicos por encima del
anterior). En tercer lugar se encontrarían los tres países escandinavos con un diferencial entre 120 y
240(corona sueca)puntos básicos y con mínimas expectativas de incorporación sobretodo en el caso de
Suecia. Por último estaría el grupo compuesto por España, Italia, Portugal y Grecia, para los que el
mercado anticipa un tipo de entre un 10% y 10,6%, otorgando a dicho grupo en las condiciones actuales
pocas posibilidades de incorporación a la Unión por falta de la credibilidad suficiente(Fuente:AFI).
Constatando el mercado lo que ahora parece ya asumido incluso políticamente, como es la Europa a dos
velocidades.
Todas estas diferencias vienen a reflejar los numerosos problemas técnicos, legales, políticos y
sociales que plantea la Unión. Así como los distintos niveles de renta per cápita, estructuras productivas
y posibilidades de sacrificio que pueden asumir los distintos países.
La aparición final de una moneda única, la cual se decidirá probablemente mediante un acuerdo
político, más que económico. Puede conllevar la no participación de todos los países; que al margen de
las tensiones políticas que pudiera generarse debido al proceso de decisión acerca de que países serán los
que estén en la Unión final(mayoría cualificada, voto favorable de 10 Estados y 62 votos del total de 87,
lo que puede conllevar en el caso de las exclusiones el voto a favor del país excluído o de otro país
excluído). Puede romper la idea de unanimidad en la evolución de la Comunidad. Debiendóse solucionar
al mismo tiempo la situación de los países que queden al margen, sobretodo la relación de sus monedas
con el futuro Euro(un nuevo SME reducido).
En cualquier caso no se debe olvidar que estamos ante un acontecimiento histórico sin
precedentes, por lo que es lógico que se generen dudas y suspicacias acerca de sus posibilidades reales,
sus efectos y las implicaciones que puede suponer para los distintos países y principalmente para sus
ciudadanos, quienes son los agentes que más recelan sobre el proceso de unión. Lo que nos conduce al
tema de la posible insuficiencia democrática con que se está planteando el proceso y la escasa
participación que están teniendo los ciudadanos en su gestación. Situación que en épocas de crisis y
recesión puede convertir a la UEM en el chivo expiatorio de todos los problemas. Siendo posible en esa
situación que se produzca una proceso involutivo, dándose pasos atrás en el mercado único y en la unión
económica. No obstante hay que decir que en cualquier caso el proyecto de unión económica y monetaria
culmina el esfuerzo de integración y convergencia económica(iniciado por Francia y Alemania para
eliminar sus disputas históricas) realizado por los países comunitarios en los últimos años, el cual ha
supuesto al menos una “cierta unidad” en torno a la idea de ser el tercer bloque económico mundial, y
presentarse como una alternativa con un importante peso específico en la economía mundial.
18
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