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Med Clin (Barc). 2013;141(2):77–81
www.elsevier.es/medicinaclinica
Diagnóstico y tratamiento
Efectos secundarios bucales de la radioterapia y quimioterapia en el cáncer
en la región cervicofacial
Oral secondary effects of radiotherapy and chemotherapy in cancer of the cervicofacial region
Antonio Bascones-Martı́nez *, Marta Muñoz-Corcuera y Rafael Gómez-Font
Departamento de Medicina y Cirugı´a Bucofacial, Facultad de Odontologı´a, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España
I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O
Historia del artı´culo:
Recibido el 25 de enero de 2013
Aceptado el 21 de marzo de 2013
On-line el 9 de mayo de 2013
Introducción
En general, las neoplasias malignas se tratan con cirugı́a,
radioterapia o quimioterapia, o una combinación de ellas. La
radioterapia consiste en la aplicación terapéutica de radiación
ionizante (rayos X, gamma o beta) localizada con el objetivo de
destruir las células malignas. Es particularmente efectiva frente a
tumores con una tasa de replicación alta, pero también destruye
células normales que presentan una renovación rápida, como las
epiteliales, las de las glándulas salivales o los osteoblastos. La
quimioterapia consiste en la administración de manera sistémica
de ciertos fármacos que destruyen las células con una división
activa, permitiendo a las células normales recuperarse y repararse;
los fármacos se aplican a altas dosis, intermitentemente y en
asociación para producir sinergia y evitar resistencia1–3. Hay
autores que han aplicado la quimioterapia de modo intralesional,
disminuyendo ası́ la toxicidad sistémica que tienen estos
fármacos4. Debido a la naturaleza de ambos tratamientos, todas
las células con división rápida del organismo tienen un riesgo
potencial de verse afectadas durante el mismo5. Los daños
producidos por la radioterapia y la quimioterapia se enumeran
en la tabla 1.
Complicaciones bucales de la radioterapia
La radioterapia da lugar a reacciones indeseables que se
manifiestan durante o tras el tratamiento y que se derivan del
daño causado por la radiación a los tejidos normales situados en el
campo de irradiación. Estas incluyen mucositis, candidiasis,
* Autor para correspondencia.
Correo electrónico: [email protected] (A. Bascones-Martı́nez).
disgeusia, caries por radiación, osteorradionecrosis, necrosis de
tejidos blandos, pérdida de soporte periodontal, trismo, xerostomı́a y halitosis6,7. Los efectos secundarios de la radiación se pueden
dividir en 2 grupos: agudos, que se manifiestan durante o
inmediatamente tras el tratamiento, y tardı́os, que se desarrollan
meses o años tras el mismo6.
La mucositis es el efecto secundario agudo más frecuente en
pacientes irradiados en cabeza y cuello6,8,9; deriva del daño
causado a la renovación celular de la mucosa oral de revestimiento
(queratinizada y no queratinizada) y se presenta como eritema,
atrofia, ulceración con o sin seudomembranas, sangrado, dolor y
ardor, que aparecen 7-10 dı́as tras el inicio del tratamiento1,6,10,11
en relación con la dosis de radiación recibida; el eritema aparece a
partir de 20 Gy, y los estadios más graves a partir de 30 Gy11. Se
manifiesta tras radioterapia localizada en cabeza y cuello en el 80100% de los pacientes o tras quimioterapia sistémica en el 40% de
estos8,11, especialmente en jóvenes y en mujeres10. Aunque es una
manifestación aguda y habitualmente de duración corta, afecta
mucho la calidad de vida del paciente, impidiéndole hablar, dormir
e incluso comer, con la consiguiente malnutrición, y conllevando
una hospitalización; incluso en casos muy graves es necesario
interrumpir el tratamiento del cáncer1,6,8,10–12. La complicación
más frecuente y más importante por suponer un riesgo vital es la
sobreinfección, que puede originar una bacteriemia o septicemia11.
La mucositis se presenta en grados de gravedad variables, y existen
múltiples escalas que la cuantifican; la más empleada es la de la
OMS12 (tabla 2). Una vez finalizado el tratamiento con radioterapia,
la mucositis revierte espontáneamente en 2-6 semanas11.
La xerostomı́a es responsable de los problemas más frecuentes y
duraderos del tratamiento del cáncer, ya que la función de
las glándulas salivales raramente se recupera1. Aparece desde
la segunda semana del tratamiento8. La radiación afecta tanto a la
cantidad de saliva como a su composición, y el daño depende de
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http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2013.03.012
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Tabla 1
Complicaciones del tratamiento del cáncer
Radioterapia
Inmediatas
Tardı́as
Reversibles
Irreversibles
Reversibles
Irreversibles
Ulceración/mucositis
Glosodinia
Disgeusia
Disfagia
Candidiasis
Hipersensibilidad dental
Defectos craneofaciales en niños
Xerostomı́a
Necrosis graves
Trismo
Caries por radiación
Osteorradionecrosis
Necrosis pulpar y dolor
Enfermedad periodontal
Quimioterapia
Precoces
Inmediatas
Tardı́as
Diarrea
Náuseas/vómitos
Malestar
Artralgias
Excitación
Enantemas
Mucositis/ulceración/grietas labiales
Infecciones
Hemorragias
Dolor orofacial
Xerostomı́a
Mielodepresión
Alopecia
Inmunodepresión
Nefrotoxicidad
Neurotoxicidad
Miocardiopatı́as
Toxicidad local
la dosis de radiación, el volumen de tejido glandular irradiado y la
naturaleza de la glándula salival irradiada. El resultado del daño
glandular es una sensación de quemazón, xerostomı́a, labios
agrietados, depapilación lingual, intolerancia a las prótesis y
aumento de la susceptibilidad a caries e infecciones, especialmente
por Candida o por virus del herpes1,6–8. La composición de la saliva
también cambia, encontrándose aumento de la viscosidad,
reducción de la capacidad tampón, alteración de la concentración
de electrolitos y cambio de los sistemas antibacterianos inmunitarios y no inmunitarios6. Además, la hiposalivación produce
disgeusia y dificultades para tragar, lo que puede ocasionar
deficiencias nutricionales que disminuyan la eficacia del sistema
inmunitario, propiciando la aparición de infecciones oportunistas
como la candidiasis6,12. La disgeusia se atribuye tanto a la
xerostomı́a como a las sobreinfecciones y a un daño neurotóxico
directo sobre los receptores del gusto. Se suele recuperar a los
2-3 meses, pero es importante detectarla e intentar minimizarla
para evitar el impacto nutricional8,12.
Las infecciones secundarias más importantes son la candidiasis y
las infecciones vı́ricas (virus herpes simple, virus varicela-zóster,
virus de Epstein-Barr, citomegalovirus), aunque también aparecen
infecciones bacterianas en la mucosa oral. Se considera que
las infecciones por Candida albicans (C. albicans) en pacientes con
cáncer deben ser tratadas con antifúngicos sistémicos, debido a la
alta tasa de recurrencia que se encuentra con el tratamiento
tópico12. Para el tratamiento de las infecciones vı́ricas se
recomienda el empleo de aciclovir9.
La caries por radiación deriva de los cambios en el flujo y la
composición salival, y del aumento de la cantidad de bacterias
cariogénicas, que descalcifican el esmalte rápidamente. Se
presentan como caries rampantes, que se extienden por todas
las superficies dentarias cambiando su color y traslucidez6.
Las deformidades craneofaciales pueden ocurrir en niños
sometidos a radioterapia, e incluyen alteraciones del crecimiento
Tabla 2
Escala de la Organización Mundial de la Salud para la clasificación de la mucositis
oral
Grado
Grado
Grado
Grado
Grado
0
1
2
3
4
Mucosa normal
Mucositis oral leve, dolor y eritema leve
Mucositis oral moderada, eritema oral y ulceración
Mucositis oral grave, eritema extenso y ulceración grave
Mucositis oral con compromiso vital, necrosis y sangrado extenso
y maduración de las estructuras esqueléticas craneofaciales, y a
nivel dental microdoncias, raı́ces cortas o curvadas, coronas
pequeñas, maloclusiones, calcificación incompleta, taurodontismo,
cierre apical prematuro y retraso del desarrollo dental6.
La osteorradionecrosis es la complicación más seria e
importante de la radioterapia administrada en tumores de
cabeza y cuello, manifestándose entre 6 meses y 5 años después
de la radioterapia13. Es una necrosis aséptica que se produce
debido a la muerte de las células óseas irradiadas, que ya no
pueden dividirse tras un estı́mulo traumático como una
extracción dental, una cirugı́a o incluso una prótesis mal
adaptada8. Se define como una o varias áreas de hueso necrótico
expuesto en el proceso alveolar maxilar o mandibular que no
cura durante al menos 3 meses13. Además, la vascularización del
periostio disminuye por efecto de la radiación sobre las células
endoteliales, lo cual es importante en un hueso denso y mal
vascularizado como es la mandı́bula. El tejido se vuelve
hipovascular, hipocelular e hipóxico, y el proceso radionecrótico
se inicia como una ulceración de la mucosa alveolar con una
exposición de hueso necrótico de color marrón. Se pueden
producir fracturas patológicas y sobreinfecciones, y pueden
aparecer dolor, trismo, fı́stulas cutáneas y supuración1,13. Esta
situación es crónica, progresa gradualmente y se vuelve más
extensa y dolorosa13. Radiológicamente se observan áreas
radiotransparentes irregulares y áreas de una radioopacidad
anormal que indican la presencia de secuestros óseos8.
La revisión sistemática llevada a cabo por Nabil y Samman14
pone de manifiesto una incidencia de osteorradionecrosis tras
extracciones dentales en pacientes previamente sometidos a
radioterapia de un 7%; el mayor riesgo lo presentan los pacientes
que han recibido más de 60 Gy en extracciones de dientes
mandibulares incluidos en el campo de irradiación.
El trismo, o reducción de la apertura oral (menor de 20 mm),
puede aparecer tras la radioterapia o quimioterapia, y el
mecanismo por el cual se produce no está claro. Se cree que se
desarrolla en 3 fases: una inicial inflamatoria inespecı́fica, una fase
celular fibrótica y una fase de remodelación y densificación de la
matriz. Esto da lugar a una fibrosis con pérdida de flexibilidad y
extensión6.
Complicaciones bucales de la quimioterapia
La osteonecrosis por bisfosfonatos es un trastorno recientemente descrito que se define como una exposición ósea en el
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territorio maxilofacial durante más de 8 semanas en ausencia de
radioterapia en pacientes medicados con bisfosfonatos15,16.
También pueden aparecer dolor, hinchazón, parestesias, supuración y anomalı́as radiológicas inespecı́ficas. Los bisfosfonatos
son un grupo de fármacos entre los que se encuentran el ácido
alendrónico, el etidronato de sodio y el risedronato, que son
absorbidos dentro de los cristales de hidroxiapatita, ralentizando
su tasa de crecimiento y disolución. Se utilizan para el
tratamiento de metástasis óseas, la hipercalcemia del cáncer y
la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas, y la relación de
cualquier fármaco de este grupo, ya sea administrado por vı́a
intravenosa u oral, con la aparición de la osteonecrosis es clara.
El riesgo de aparición de la osteonecrosis comienza a partir de
los 2 años del tratamiento1,15–17.
La mucositis oral inducida por quimioterapia es similar a la
producida por radioterapia, pero normalmente es más grave y
limitada a mucosa no queratinizada, observándose eritema a partir
de los dı́as 5-8 y rápidamente evolucionando a ulceración y edema.
Una vez finalizado el tratamiento la mucosa se recupera en
21 dı́as, aunque si la quimioterapia se asocia a radioterapia, las
úlceras pueden tardar en curar 5-7 semanas. La complicación más
frecuente e importante es la sobreinfección, que puede dar lugar a
una septicemia, poniendo en riesgo la vida del paciente11.
La quimioterapia también puede causar xerostomı´a y estomatitis, y es posible la aparición de trombocitopenia y alteraciones de la
coagulación, que pueden dar lugar a hemorragias durante los
tratamientos dentales1.
Además, algunos fármacos interfieren con otros frecuentemente
prescritos por los dentistas; por ejemplo, el paracetamol y el
metronidazol aumentan la toxicidad del busulfán, la eritromicina
aumenta la toxicidad de la vinblastina, y los antiinflamatorios no
esteroideos, penicilinas y tetraciclinas aumentan la toxicidad del
metotrexato1.
Abordaje de los pacientes sometidos a radioterapia de cabeza y
cuello
En estos pacientes es de gran importancia estabilizar la salud
oral antes del comienzo de la radioterapia, realizando una historia
clı́nica cuidadosa y una minuciosa exploración tanto clı́nica como
radiográfica, para llevar a cabo un plan de tratamiento preventivo
proactivo. Se debe evitar la necesidad de extracciones posteriores
para reducir el riesgo de osteorradionecrosis; por ello se deben
extraer previamente dientes que vayan a estar en el campo
irradiado y que se presenten con grandes caries, con enfermedad
periapical activa, dientes no vitales, dientes sin antagonista e
higiene comprometida, dientes no completamente erupcionados y
dientes con problemas periodontales moderados o graves, ası́
como los restos radiculares (todo ello 2-3 semanas antes del inicio
de la radioterapia), siempre con alveoloplastia, cierre primario y
administración de antibióticos9,18.
Si se produce la osteorradionecrosis el tratamiento en fases
iniciales debe ser conservador, con medidas de higiene, eliminación de irritantes de la mucosa, antibióticos durante un largo
perı́odo, antisépticos locales (clorhexidina al 0,2% 3-4 veces al dı́a),
oxı́geno hiperbárico y los ultrasonidos, que aumentan el flujo
sanguı́neo y la oxigenación tisular1,6,13. Existe controversia en
cuanto al uso de oxı́geno hiperbárico, y hay autores que consideran
que sus inconvenientes exceden a las ventajas13 y que
es más recomendable la utilización de ultrasonidos18. En fases
más avanzadas se utiliza la cirugı́a y remoción de los secuestros
óseos si es necesario, seguida de la reconstrucción quirúrgica de los
defectos13,18. Entre los tratamientos más recientemente estudiados se encuentran la distracción ósea, el uso de biomoléculas y el
empleo de antioxidantes (pentoxifilina y tocoferol)13,18. Se ha de
destacar la importancia de vigilar a los pacientes irradiados y
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detectar precozmente la osteorradionecrosis, ya que si se llega a
producir dolor, hinchazón o fı́stula, el estadio ya es avanzado y el
pronóstico empeora13.
Existen muchos tratamientos para la mucositis, pero no se ha
encontrado un patrón oro que haya mostrado ser mejor que
el resto11. Por ello los cuidados relativos a la mucositis
son esencialmente preventivos, para evitar infecciones secundarias, y paliativos, incluyendo higiene oral, modificaciones dietéticas, buena hidratación oral y protectores de la mucosa (citocinas,
sucralfato, vitaminas A y D, prostaglandinas, inmunomoduladores,
aminoácidos, citoprotectores, hormonas o cinc). Se recomiendan
colutorios antiplaca no alcohólicos, antiinflamatorios como la
benzidamina y anestésicos tópicos (benzocaı́na o lidocaı́na), a
menos que el dolor requiera analgesia sistémica. También se han
empleado bioestimulantes (factor de crecimiento epidérmico,
factor estimulante de las colonias de macrófagos y granulocitos),
láser y agentes naturales y homeopáticos6,8,9,11,12,19. Además, se
recomienda evitar el tabaco y el alcohol, mantener la hidratación y
utilizar humidificadores20. La revisión sistemática de Stokman
et al.21, mostró 4 tratamientos que resultaron ser efectivos en la
prevención de la mucositis o la disminución de su gravedad:
combinación de polimixina E, tobramicina y anfotericina B, factor
estimulador de colonias de granulocitos y macrófagos, refrigeración de la mucosa (hielo) y la amifostina (antioxidante), señalando
que no existe un único tratamiento efectivo, por lo que se
recomienda la combinación de varios de ellos.
El Grupo de Estudio de la Mucositis de la Asociación
Multinacional para la Atención de Apoyo en el Cáncer y la Sociedad
Internacional de Oncologı́a Oral publicó en 2007 unas recomendaciones clı́nicas para el tratamiento de la mucositis oral22 que se
recogen en la tabla 3.
Para prevenir la aparición de trismo y disminuir su gravedad se
llevan a cabo ejercicios de movilización oral y mandibular, que
deben realizarse antes, durante y tras el tratamiento con
radioterapia, puesto que no serán efectivos una vez que la fibrosis
esté instaurada9.
Durante y después de la radioterapia o quimioterapia es
esencial una buena higiene oral; para evitar las caries por radiación
se pueden utilizar colutorios de clorhexidina diluidos, fluoruros
tópicos y sustitutos de saliva, ası́ como aumentar la ingesta de
lı́quidos. Además se valorará cuidadosamente la administración de
fármacos xerostomizantes, ya que la xerostomı́a es la principal
causante de la aparición de caries rampantes, que pueden llevar a
la necesidad de extraer el diente, con el consiguiente riesgo de
osteorradionecrosis. Se debe llevar a cabo un tratamiento
restaurador para preservar la dentición remanente y, si es
necesario realizar extracciones, es mejor que se haga en medio
hospitalario por una unidad de cirugı́a maxilofacial1,6,18,20.
Se ha utilizado el tratamiento con oxı́geno hiperbárico en
pacientes sometidos a radioterapia para comprobar su influencia
en la xerostomı́a y composición de la saliva. Cankar et al.23
encontraron aumento de la secreción salival, aumento del pH de la
saliva, disminución del recuento de colonias de Streptococcus
mutans, Lactobacillus y C. albicans, y una disminución del grado de
xerostomı́a en 16 pacientes sometidos a radioterapia y posteriormente a tratamiento con oxı́geno hiperbárico.
Tras la radioterapia, hay autores que emplean implantes
osteointegrados para la rehabilitación, previa aplicación
de oxı́geno hiperbárico, incluso en pacientes que han sufrido
osteorradionecrosis, pues consideran que tienen un éxito aceptable
a pesar de tener más riesgo de pérdida que en pacientes no
irradiados24, aunque no está bien establecido si el oxı́geno
hiperbárico previene la osteorradionecrosis25. La colocación de
los implantes debe retrasarse al menos 6 meses según algunos
autores, y las prótesis deben ser completamente implantosoportadas24, aunque otros autores consideran que el intervalo más
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Tabla 3
Recomendaciones del Grupo de Estudio de la Mucositis de la Asociación Multinacional para la Atención de Apoyo en el Cáncer y la Sociedad Internacional de Oncologı́a Oral
para el tratamiento de la mucositis oral
Cuidado oral básico y buenas prácticas clı´nicas
Desarrollo y evaluación multidisciplinar de los protocolos de cuidado oral; educación de pacientes y profesionales en el uso de los protocolos para reducir la
gravedad de la mucositis. Cepillos suaves
El tratamiento de elección para el dolor de la mucositis es la morfina en pacientes sometidos a HSCT. Valorar dolor periódicamente con instrumentos validados
Radioterapia: prevención
Utilización de bloques de radiación de lı́nea media y radiación tridimensional para reducir el daño en la mucosa
Emplear bencidamina para la prevención de la mucositis inducida por radiación en pacientes con cáncer de cabeza y cuello que reciben dosis moderadas
de radiación
No utilizar clorhexidina para prevenir la mucositis en pacientes con tumores sólidos de cabeza y cuello sometidos a radioterapia
No utilizar tabletas antimicrobianas para la prevención de mucositis inducida por radioterapia
Radioterapia: tratamiento
No utilizar sucralfato para el tratamiento de la mucositis inducida por radiación
Quimioterapia dosis estándar: prevención
Los pacientes que reciben quimioterapia en bolo con 5-FU deben aplicarse crioterapia oral 30 min antes para prevenir la mucositis
Utilización de 20-30 min de crioterapia oral para disminuir la mucositis en pacientes tratados con dosis en bolo de edatrexato
No emplear de manera rutinaria aciclovir y sus análogos para prevenir la mucositis
Quimioterapia dosis estándar: tratamiento
No emplear clorhexidina para tratar la mucositis oral establecida
Quimioterapia a dosis elevadas con/sin irradiación corporal total más HCST: prevención
En pacientes con cáncer hematológico que reciben quimioterapia a altas dosis, irradiación corporal total y autotrasplante de células madre, se recomienda el
uso de palifermina (factor de crecimiento de queratinocitos-1) en dosis de 60 mg/kg/dı́a, 3 dı́as antes del tratamiento y 3 dı́as postrasplante para prevenir
la mucositis
Empleo de crioterapia para prevenir mucositis oral en pacientes que reciben dosis elevadas de melfalán
No se recomienda el uso de pentoxifilina para prevenir mucositis en pacientes sometidos a HSCT
No emplear enjuagues de GM-CSF para prevenir mucositis en pacientes sometidos a HSCT
Empleo de LLLT para reducir la incidencia de mucositis oral y el dolor asociado en pacientes que reciben dosis elevadas de quimioterapia previo a HSCT si
el centro tiene la suficiente tecnologı́a y entrenamiento
GM-CSF: granulocyte macrophage colony-stimulating factor («factor estimulante de colonias granulomonocı́ticas»); HSCT: hematopoietic stem cell transplantation («trasplante
de células madre hematopoyéticas»); LLLT: low level laser therapy («tratamiento con láser de baja potencia»); 5-FU: 5-fluorouracilo.
adecuado para la colocación de los implantes es entre 1 y 6 meses
tras la radioterapia, ya que se reducirı́a el riesgo de osteorradionecrosis18. Los estudios de Buddula et al. del año 201126,27 sobre 48
pacientes (271 implantes) revelaron una buena tasa de supervivencia de los implantes colocados en hueso irradiado, ya fuese
hueso nativo o injertado; sin embargo, para los implantes
colocados en hueso nativo, la supervivencia sı́ estaba influida
por la localización del implante (mayor supervivencia en la
mandı́bula y en la región anterior). El estudio de Barrowman
et al.28 mostró una buena tasa de éxito de los implantes colocados
en 31 pacientes tras el tratamiento de cáncer oral (110 implantes
de 115 colocados); de los 115, colocaron 48 implantes en hueso
irradiado, ocurriendo los 5 fracasos en injertos libres de hueso que
habı́an sido irradiados, dando lugar a una tasa de éxito de los
implantes en hueso irradiado del 89,5%, y de los implantes en
injerto libre de hueso irradiado del 33,3%.
El abordaje de pacientes sometidos a radioterapia se resume en
la tabla 4.
Abordaje de los pacientes en tratamiento con quimioterapia
En pacientes que reciben bisfosfonatos intravenosos se han
propuesto muchas recomendaciones y protocolos, la mayor parte
de ellos sin una evidencia clara. Se recomienda que 4-6 semanas
antes de iniciar el tratamiento con bisfosfonatos se realicen todos
los tratamientos quirúrgicos orales necesarios para asegurar una
buena curación ósea; no existe una evidencia clara de la utilidad de
esta medida, pero parece razonable aplicarla y nunca va a exponer
al paciente a un daño. En aquellos que ya están en tratamiento y no
tienen enfermedad oral se recomienda mantener una buena
higiene bucal y controles regulares. En pacientes que están en
tratamiento con bisfosfonatos y presentan enfermedad oral se
pueden realizar sin problema tratamientos que no involucren al
hueso, mientras que los procedimientos quirúrgicos (incluyendo
cirugı́a periodontal, cirugı́a endodóntica, implantes o extracciones dentales) deben intentar evitarse porque existe evidencia de
su relación con el aumento del riesgo de sufrir osteonecrosis. Si
el tratamiento quirúrgico es inevitable, se han propuesto
medidas de reducción del riesgo de osteonecrosis, como son el
empleo de técnicas lo más conservadoras posible y el uso de
antisépticos tópicos, entre otras (antibióticos, técnicas alternativas de exodoncia, anestesia sin vasoconstrictor, interrupción del
tratamiento con bisfosfonatos, etc.); ninguna de estas medidas se
sostiene sobre una evidencia cientı́fica, pero parece razonable
emplear las 2 primeras porque no suponen un riesgo para el
paciente16. Si aparece osteonecrosis, el tratamiento es similar al
de la osteorradionecrosis1; además, el estudio de Arranz Caso
Tabla 4
Abordaje del paciente que recibe radioterapia de cabeza y cuello
Antes de la radioterapia
Historia clı́nica cuidadosa, radiografı́as, sialometrı́a
Eliminar prótesis traumáticas
Higiene oral, odontologı́a preventiva y restauradora
Evaluar riesgos/beneficios de mantener dientes
Extracciones de dientes irreparables
Durante la radioterapia
Abandonar alcohol y tabaco
Eliminar infecciones: antibióticos, antifúngicos y antivirales
Mejorar mucositis
Sustitutos de saliva
Fisioterapia de la articulación temporomandibular
Prevención e higiene oral, flúor tópico diario, enjuagues
Después de la radioterapia
Odontologı́a preventiva e higiene oral. Citas frecuentes
Cirugı́a maxilofacial para cirugı́a o extracciones
Fluoruros tópicos
Evitar trauma mucoso (prótesis)
Sustitutos de saliva
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Tabla 5
Abordaje del paciente en tratamiento con quimioterapia
Antes de la quimioterapia
Revisión de salud bucodental
Odontologı́a preventiva e higiene oral
Durante la quimioterapia
Ácido fólico para reducir ulceración
Hielo para enfriar mucosa oral
Colutorios con clorhexidina
Eliminar infecciones: antibióticos, antimicóticos y antivirales
Después de la quimioterapia
Higiene oral y odontologı́a preventiva
Riesgo de anemia, infección y hemorragia
et al.29, destaca la necesidad de emplear antibióticos especı́ficos
para Actinomyces, dado que parece que las bacterias de este género
desempeñan un importante papel en la génesis de la osteonecrosis
asociada a bisfosfonatos.
Los quimioterápicos son muy tóxicos y producen efectos
sistémicos que implican un riesgo, como infecciones y
hemorragias debido a la afectación de la médula ósea. Los
tratamientos dentales o quirúrgicos orales se deben programar
para evitar los perı́odos de depresión máxima de la médula ósea,
coordinando los mismos con el oncólogo. Sin embargo, si es
necesaria una extracción urgente, se debe controlar el hemograma;
si el recuento de plaquetas es menor de 50 109/l, se debe realizar
una transfusión de plaquetas previamente; si el recuento es menor
de 100 109/l, se debe colocar en el alvéolo un agente hemostático
y suturar; y si el recuento de leucocitos es menor de 2,5 109/l, se
debe recetar profilaxis antibiótica1.
La mucositis se debe controlar utilizando analgesia sistémica,
hielo intraoral y antimicrobianos y analgésicos tópicos como los
enjuagues con lidocaı́na al 2%1,12. El tratamiento de los pacientes
sometidos a quimioterapia en cuanto a mucositis, xerostomı́a,
caries e infecciones secundarias es similar al de los pacientes
irradiados (tabla 5).
Financiación
Este trabajo se realizó con la ayuda de un proyecto de la
Fundación Mutua Madrileña (FMMA) concedido al Dr. Antonio
Bascones en el año 2011 (AP 87102011).
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
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