Documento descargado de http://www.elsevier.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2013;141(2):77–81 www.elsevier.es/medicinaclinica Diagnóstico y tratamiento Efectos secundarios bucales de la radioterapia y quimioterapia en el cáncer en la región cervicofacial Oral secondary effects of radiotherapy and chemotherapy in cancer of the cervicofacial region Antonio Bascones-Martı́nez *, Marta Muñoz-Corcuera y Rafael Gómez-Font Departamento de Medicina y Cirugı´a Bucofacial, Facultad de Odontologı´a, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O Historia del artı´culo: Recibido el 25 de enero de 2013 Aceptado el 21 de marzo de 2013 On-line el 9 de mayo de 2013 Introducción En general, las neoplasias malignas se tratan con cirugı́a, radioterapia o quimioterapia, o una combinación de ellas. La radioterapia consiste en la aplicación terapéutica de radiación ionizante (rayos X, gamma o beta) localizada con el objetivo de destruir las células malignas. Es particularmente efectiva frente a tumores con una tasa de replicación alta, pero también destruye células normales que presentan una renovación rápida, como las epiteliales, las de las glándulas salivales o los osteoblastos. La quimioterapia consiste en la administración de manera sistémica de ciertos fármacos que destruyen las células con una división activa, permitiendo a las células normales recuperarse y repararse; los fármacos se aplican a altas dosis, intermitentemente y en asociación para producir sinergia y evitar resistencia1–3. Hay autores que han aplicado la quimioterapia de modo intralesional, disminuyendo ası́ la toxicidad sistémica que tienen estos fármacos4. Debido a la naturaleza de ambos tratamientos, todas las células con división rápida del organismo tienen un riesgo potencial de verse afectadas durante el mismo5. Los daños producidos por la radioterapia y la quimioterapia se enumeran en la tabla 1. Complicaciones bucales de la radioterapia La radioterapia da lugar a reacciones indeseables que se manifiestan durante o tras el tratamiento y que se derivan del daño causado por la radiación a los tejidos normales situados en el campo de irradiación. Estas incluyen mucositis, candidiasis, * Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (A. Bascones-Martı́nez). disgeusia, caries por radiación, osteorradionecrosis, necrosis de tejidos blandos, pérdida de soporte periodontal, trismo, xerostomı́a y halitosis6,7. Los efectos secundarios de la radiación se pueden dividir en 2 grupos: agudos, que se manifiestan durante o inmediatamente tras el tratamiento, y tardı́os, que se desarrollan meses o años tras el mismo6. La mucositis es el efecto secundario agudo más frecuente en pacientes irradiados en cabeza y cuello6,8,9; deriva del daño causado a la renovación celular de la mucosa oral de revestimiento (queratinizada y no queratinizada) y se presenta como eritema, atrofia, ulceración con o sin seudomembranas, sangrado, dolor y ardor, que aparecen 7-10 dı́as tras el inicio del tratamiento1,6,10,11 en relación con la dosis de radiación recibida; el eritema aparece a partir de 20 Gy, y los estadios más graves a partir de 30 Gy11. Se manifiesta tras radioterapia localizada en cabeza y cuello en el 80100% de los pacientes o tras quimioterapia sistémica en el 40% de estos8,11, especialmente en jóvenes y en mujeres10. Aunque es una manifestación aguda y habitualmente de duración corta, afecta mucho la calidad de vida del paciente, impidiéndole hablar, dormir e incluso comer, con la consiguiente malnutrición, y conllevando una hospitalización; incluso en casos muy graves es necesario interrumpir el tratamiento del cáncer1,6,8,10–12. La complicación más frecuente y más importante por suponer un riesgo vital es la sobreinfección, que puede originar una bacteriemia o septicemia11. La mucositis se presenta en grados de gravedad variables, y existen múltiples escalas que la cuantifican; la más empleada es la de la OMS12 (tabla 2). Una vez finalizado el tratamiento con radioterapia, la mucositis revierte espontáneamente en 2-6 semanas11. La xerostomı́a es responsable de los problemas más frecuentes y duraderos del tratamiento del cáncer, ya que la función de las glándulas salivales raramente se recupera1. Aparece desde la segunda semana del tratamiento8. La radiación afecta tanto a la cantidad de saliva como a su composición, y el daño depende de 0025-7753/$ – see front matter ß 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2013.03.012 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. A. Bascones-Martı´nez et al / Med Clin (Barc). 2013;141(2):77–81 78 Tabla 1 Complicaciones del tratamiento del cáncer Radioterapia Inmediatas Tardı́as Reversibles Irreversibles Reversibles Irreversibles Ulceración/mucositis Glosodinia Disgeusia Disfagia Candidiasis Hipersensibilidad dental Defectos craneofaciales en niños Xerostomı́a Necrosis graves Trismo Caries por radiación Osteorradionecrosis Necrosis pulpar y dolor Enfermedad periodontal Quimioterapia Precoces Inmediatas Tardı́as Diarrea Náuseas/vómitos Malestar Artralgias Excitación Enantemas Mucositis/ulceración/grietas labiales Infecciones Hemorragias Dolor orofacial Xerostomı́a Mielodepresión Alopecia Inmunodepresión Nefrotoxicidad Neurotoxicidad Miocardiopatı́as Toxicidad local la dosis de radiación, el volumen de tejido glandular irradiado y la naturaleza de la glándula salival irradiada. El resultado del daño glandular es una sensación de quemazón, xerostomı́a, labios agrietados, depapilación lingual, intolerancia a las prótesis y aumento de la susceptibilidad a caries e infecciones, especialmente por Candida o por virus del herpes1,6–8. La composición de la saliva también cambia, encontrándose aumento de la viscosidad, reducción de la capacidad tampón, alteración de la concentración de electrolitos y cambio de los sistemas antibacterianos inmunitarios y no inmunitarios6. Además, la hiposalivación produce disgeusia y dificultades para tragar, lo que puede ocasionar deficiencias nutricionales que disminuyan la eficacia del sistema inmunitario, propiciando la aparición de infecciones oportunistas como la candidiasis6,12. La disgeusia se atribuye tanto a la xerostomı́a como a las sobreinfecciones y a un daño neurotóxico directo sobre los receptores del gusto. Se suele recuperar a los 2-3 meses, pero es importante detectarla e intentar minimizarla para evitar el impacto nutricional8,12. Las infecciones secundarias más importantes son la candidiasis y las infecciones vı́ricas (virus herpes simple, virus varicela-zóster, virus de Epstein-Barr, citomegalovirus), aunque también aparecen infecciones bacterianas en la mucosa oral. Se considera que las infecciones por Candida albicans (C. albicans) en pacientes con cáncer deben ser tratadas con antifúngicos sistémicos, debido a la alta tasa de recurrencia que se encuentra con el tratamiento tópico12. Para el tratamiento de las infecciones vı́ricas se recomienda el empleo de aciclovir9. La caries por radiación deriva de los cambios en el flujo y la composición salival, y del aumento de la cantidad de bacterias cariogénicas, que descalcifican el esmalte rápidamente. Se presentan como caries rampantes, que se extienden por todas las superficies dentarias cambiando su color y traslucidez6. Las deformidades craneofaciales pueden ocurrir en niños sometidos a radioterapia, e incluyen alteraciones del crecimiento Tabla 2 Escala de la Organización Mundial de la Salud para la clasificación de la mucositis oral Grado Grado Grado Grado Grado 0 1 2 3 4 Mucosa normal Mucositis oral leve, dolor y eritema leve Mucositis oral moderada, eritema oral y ulceración Mucositis oral grave, eritema extenso y ulceración grave Mucositis oral con compromiso vital, necrosis y sangrado extenso y maduración de las estructuras esqueléticas craneofaciales, y a nivel dental microdoncias, raı́ces cortas o curvadas, coronas pequeñas, maloclusiones, calcificación incompleta, taurodontismo, cierre apical prematuro y retraso del desarrollo dental6. La osteorradionecrosis es la complicación más seria e importante de la radioterapia administrada en tumores de cabeza y cuello, manifestándose entre 6 meses y 5 años después de la radioterapia13. Es una necrosis aséptica que se produce debido a la muerte de las células óseas irradiadas, que ya no pueden dividirse tras un estı́mulo traumático como una extracción dental, una cirugı́a o incluso una prótesis mal adaptada8. Se define como una o varias áreas de hueso necrótico expuesto en el proceso alveolar maxilar o mandibular que no cura durante al menos 3 meses13. Además, la vascularización del periostio disminuye por efecto de la radiación sobre las células endoteliales, lo cual es importante en un hueso denso y mal vascularizado como es la mandı́bula. El tejido se vuelve hipovascular, hipocelular e hipóxico, y el proceso radionecrótico se inicia como una ulceración de la mucosa alveolar con una exposición de hueso necrótico de color marrón. Se pueden producir fracturas patológicas y sobreinfecciones, y pueden aparecer dolor, trismo, fı́stulas cutáneas y supuración1,13. Esta situación es crónica, progresa gradualmente y se vuelve más extensa y dolorosa13. Radiológicamente se observan áreas radiotransparentes irregulares y áreas de una radioopacidad anormal que indican la presencia de secuestros óseos8. La revisión sistemática llevada a cabo por Nabil y Samman14 pone de manifiesto una incidencia de osteorradionecrosis tras extracciones dentales en pacientes previamente sometidos a radioterapia de un 7%; el mayor riesgo lo presentan los pacientes que han recibido más de 60 Gy en extracciones de dientes mandibulares incluidos en el campo de irradiación. El trismo, o reducción de la apertura oral (menor de 20 mm), puede aparecer tras la radioterapia o quimioterapia, y el mecanismo por el cual se produce no está claro. Se cree que se desarrolla en 3 fases: una inicial inflamatoria inespecı́fica, una fase celular fibrótica y una fase de remodelación y densificación de la matriz. Esto da lugar a una fibrosis con pérdida de flexibilidad y extensión6. Complicaciones bucales de la quimioterapia La osteonecrosis por bisfosfonatos es un trastorno recientemente descrito que se define como una exposición ósea en el Documento descargado de http://www.elsevier.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. A. Bascones-Martı´nez et al / Med Clin (Barc). 2013;141(2):77–81 territorio maxilofacial durante más de 8 semanas en ausencia de radioterapia en pacientes medicados con bisfosfonatos15,16. También pueden aparecer dolor, hinchazón, parestesias, supuración y anomalı́as radiológicas inespecı́ficas. Los bisfosfonatos son un grupo de fármacos entre los que se encuentran el ácido alendrónico, el etidronato de sodio y el risedronato, que son absorbidos dentro de los cristales de hidroxiapatita, ralentizando su tasa de crecimiento y disolución. Se utilizan para el tratamiento de metástasis óseas, la hipercalcemia del cáncer y la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas, y la relación de cualquier fármaco de este grupo, ya sea administrado por vı́a intravenosa u oral, con la aparición de la osteonecrosis es clara. El riesgo de aparición de la osteonecrosis comienza a partir de los 2 años del tratamiento1,15–17. La mucositis oral inducida por quimioterapia es similar a la producida por radioterapia, pero normalmente es más grave y limitada a mucosa no queratinizada, observándose eritema a partir de los dı́as 5-8 y rápidamente evolucionando a ulceración y edema. Una vez finalizado el tratamiento la mucosa se recupera en 21 dı́as, aunque si la quimioterapia se asocia a radioterapia, las úlceras pueden tardar en curar 5-7 semanas. La complicación más frecuente e importante es la sobreinfección, que puede dar lugar a una septicemia, poniendo en riesgo la vida del paciente11. La quimioterapia también puede causar xerostomı´a y estomatitis, y es posible la aparición de trombocitopenia y alteraciones de la coagulación, que pueden dar lugar a hemorragias durante los tratamientos dentales1. Además, algunos fármacos interfieren con otros frecuentemente prescritos por los dentistas; por ejemplo, el paracetamol y el metronidazol aumentan la toxicidad del busulfán, la eritromicina aumenta la toxicidad de la vinblastina, y los antiinflamatorios no esteroideos, penicilinas y tetraciclinas aumentan la toxicidad del metotrexato1. Abordaje de los pacientes sometidos a radioterapia de cabeza y cuello En estos pacientes es de gran importancia estabilizar la salud oral antes del comienzo de la radioterapia, realizando una historia clı́nica cuidadosa y una minuciosa exploración tanto clı́nica como radiográfica, para llevar a cabo un plan de tratamiento preventivo proactivo. Se debe evitar la necesidad de extracciones posteriores para reducir el riesgo de osteorradionecrosis; por ello se deben extraer previamente dientes que vayan a estar en el campo irradiado y que se presenten con grandes caries, con enfermedad periapical activa, dientes no vitales, dientes sin antagonista e higiene comprometida, dientes no completamente erupcionados y dientes con problemas periodontales moderados o graves, ası́ como los restos radiculares (todo ello 2-3 semanas antes del inicio de la radioterapia), siempre con alveoloplastia, cierre primario y administración de antibióticos9,18. Si se produce la osteorradionecrosis el tratamiento en fases iniciales debe ser conservador, con medidas de higiene, eliminación de irritantes de la mucosa, antibióticos durante un largo perı́odo, antisépticos locales (clorhexidina al 0,2% 3-4 veces al dı́a), oxı́geno hiperbárico y los ultrasonidos, que aumentan el flujo sanguı́neo y la oxigenación tisular1,6,13. Existe controversia en cuanto al uso de oxı́geno hiperbárico, y hay autores que consideran que sus inconvenientes exceden a las ventajas13 y que es más recomendable la utilización de ultrasonidos18. En fases más avanzadas se utiliza la cirugı́a y remoción de los secuestros óseos si es necesario, seguida de la reconstrucción quirúrgica de los defectos13,18. Entre los tratamientos más recientemente estudiados se encuentran la distracción ósea, el uso de biomoléculas y el empleo de antioxidantes (pentoxifilina y tocoferol)13,18. Se ha de destacar la importancia de vigilar a los pacientes irradiados y 79 detectar precozmente la osteorradionecrosis, ya que si se llega a producir dolor, hinchazón o fı́stula, el estadio ya es avanzado y el pronóstico empeora13. Existen muchos tratamientos para la mucositis, pero no se ha encontrado un patrón oro que haya mostrado ser mejor que el resto11. Por ello los cuidados relativos a la mucositis son esencialmente preventivos, para evitar infecciones secundarias, y paliativos, incluyendo higiene oral, modificaciones dietéticas, buena hidratación oral y protectores de la mucosa (citocinas, sucralfato, vitaminas A y D, prostaglandinas, inmunomoduladores, aminoácidos, citoprotectores, hormonas o cinc). Se recomiendan colutorios antiplaca no alcohólicos, antiinflamatorios como la benzidamina y anestésicos tópicos (benzocaı́na o lidocaı́na), a menos que el dolor requiera analgesia sistémica. También se han empleado bioestimulantes (factor de crecimiento epidérmico, factor estimulante de las colonias de macrófagos y granulocitos), láser y agentes naturales y homeopáticos6,8,9,11,12,19. Además, se recomienda evitar el tabaco y el alcohol, mantener la hidratación y utilizar humidificadores20. La revisión sistemática de Stokman et al.21, mostró 4 tratamientos que resultaron ser efectivos en la prevención de la mucositis o la disminución de su gravedad: combinación de polimixina E, tobramicina y anfotericina B, factor estimulador de colonias de granulocitos y macrófagos, refrigeración de la mucosa (hielo) y la amifostina (antioxidante), señalando que no existe un único tratamiento efectivo, por lo que se recomienda la combinación de varios de ellos. El Grupo de Estudio de la Mucositis de la Asociación Multinacional para la Atención de Apoyo en el Cáncer y la Sociedad Internacional de Oncologı́a Oral publicó en 2007 unas recomendaciones clı́nicas para el tratamiento de la mucositis oral22 que se recogen en la tabla 3. Para prevenir la aparición de trismo y disminuir su gravedad se llevan a cabo ejercicios de movilización oral y mandibular, que deben realizarse antes, durante y tras el tratamiento con radioterapia, puesto que no serán efectivos una vez que la fibrosis esté instaurada9. Durante y después de la radioterapia o quimioterapia es esencial una buena higiene oral; para evitar las caries por radiación se pueden utilizar colutorios de clorhexidina diluidos, fluoruros tópicos y sustitutos de saliva, ası́ como aumentar la ingesta de lı́quidos. Además se valorará cuidadosamente la administración de fármacos xerostomizantes, ya que la xerostomı́a es la principal causante de la aparición de caries rampantes, que pueden llevar a la necesidad de extraer el diente, con el consiguiente riesgo de osteorradionecrosis. Se debe llevar a cabo un tratamiento restaurador para preservar la dentición remanente y, si es necesario realizar extracciones, es mejor que se haga en medio hospitalario por una unidad de cirugı́a maxilofacial1,6,18,20. Se ha utilizado el tratamiento con oxı́geno hiperbárico en pacientes sometidos a radioterapia para comprobar su influencia en la xerostomı́a y composición de la saliva. Cankar et al.23 encontraron aumento de la secreción salival, aumento del pH de la saliva, disminución del recuento de colonias de Streptococcus mutans, Lactobacillus y C. albicans, y una disminución del grado de xerostomı́a en 16 pacientes sometidos a radioterapia y posteriormente a tratamiento con oxı́geno hiperbárico. Tras la radioterapia, hay autores que emplean implantes osteointegrados para la rehabilitación, previa aplicación de oxı́geno hiperbárico, incluso en pacientes que han sufrido osteorradionecrosis, pues consideran que tienen un éxito aceptable a pesar de tener más riesgo de pérdida que en pacientes no irradiados24, aunque no está bien establecido si el oxı́geno hiperbárico previene la osteorradionecrosis25. La colocación de los implantes debe retrasarse al menos 6 meses según algunos autores, y las prótesis deben ser completamente implantosoportadas24, aunque otros autores consideran que el intervalo más Documento descargado de http://www.elsevier.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 80 A. Bascones-Martı´nez et al / Med Clin (Barc). 2013;141(2):77–81 Tabla 3 Recomendaciones del Grupo de Estudio de la Mucositis de la Asociación Multinacional para la Atención de Apoyo en el Cáncer y la Sociedad Internacional de Oncologı́a Oral para el tratamiento de la mucositis oral Cuidado oral básico y buenas prácticas clı´nicas Desarrollo y evaluación multidisciplinar de los protocolos de cuidado oral; educación de pacientes y profesionales en el uso de los protocolos para reducir la gravedad de la mucositis. Cepillos suaves El tratamiento de elección para el dolor de la mucositis es la morfina en pacientes sometidos a HSCT. Valorar dolor periódicamente con instrumentos validados Radioterapia: prevención Utilización de bloques de radiación de lı́nea media y radiación tridimensional para reducir el daño en la mucosa Emplear bencidamina para la prevención de la mucositis inducida por radiación en pacientes con cáncer de cabeza y cuello que reciben dosis moderadas de radiación No utilizar clorhexidina para prevenir la mucositis en pacientes con tumores sólidos de cabeza y cuello sometidos a radioterapia No utilizar tabletas antimicrobianas para la prevención de mucositis inducida por radioterapia Radioterapia: tratamiento No utilizar sucralfato para el tratamiento de la mucositis inducida por radiación Quimioterapia dosis estándar: prevención Los pacientes que reciben quimioterapia en bolo con 5-FU deben aplicarse crioterapia oral 30 min antes para prevenir la mucositis Utilización de 20-30 min de crioterapia oral para disminuir la mucositis en pacientes tratados con dosis en bolo de edatrexato No emplear de manera rutinaria aciclovir y sus análogos para prevenir la mucositis Quimioterapia dosis estándar: tratamiento No emplear clorhexidina para tratar la mucositis oral establecida Quimioterapia a dosis elevadas con/sin irradiación corporal total más HCST: prevención En pacientes con cáncer hematológico que reciben quimioterapia a altas dosis, irradiación corporal total y autotrasplante de células madre, se recomienda el uso de palifermina (factor de crecimiento de queratinocitos-1) en dosis de 60 mg/kg/dı́a, 3 dı́as antes del tratamiento y 3 dı́as postrasplante para prevenir la mucositis Empleo de crioterapia para prevenir mucositis oral en pacientes que reciben dosis elevadas de melfalán No se recomienda el uso de pentoxifilina para prevenir mucositis en pacientes sometidos a HSCT No emplear enjuagues de GM-CSF para prevenir mucositis en pacientes sometidos a HSCT Empleo de LLLT para reducir la incidencia de mucositis oral y el dolor asociado en pacientes que reciben dosis elevadas de quimioterapia previo a HSCT si el centro tiene la suficiente tecnologı́a y entrenamiento GM-CSF: granulocyte macrophage colony-stimulating factor («factor estimulante de colonias granulomonocı́ticas»); HSCT: hematopoietic stem cell transplantation («trasplante de células madre hematopoyéticas»); LLLT: low level laser therapy («tratamiento con láser de baja potencia»); 5-FU: 5-fluorouracilo. adecuado para la colocación de los implantes es entre 1 y 6 meses tras la radioterapia, ya que se reducirı́a el riesgo de osteorradionecrosis18. Los estudios de Buddula et al. del año 201126,27 sobre 48 pacientes (271 implantes) revelaron una buena tasa de supervivencia de los implantes colocados en hueso irradiado, ya fuese hueso nativo o injertado; sin embargo, para los implantes colocados en hueso nativo, la supervivencia sı́ estaba influida por la localización del implante (mayor supervivencia en la mandı́bula y en la región anterior). El estudio de Barrowman et al.28 mostró una buena tasa de éxito de los implantes colocados en 31 pacientes tras el tratamiento de cáncer oral (110 implantes de 115 colocados); de los 115, colocaron 48 implantes en hueso irradiado, ocurriendo los 5 fracasos en injertos libres de hueso que habı́an sido irradiados, dando lugar a una tasa de éxito de los implantes en hueso irradiado del 89,5%, y de los implantes en injerto libre de hueso irradiado del 33,3%. El abordaje de pacientes sometidos a radioterapia se resume en la tabla 4. Abordaje de los pacientes en tratamiento con quimioterapia En pacientes que reciben bisfosfonatos intravenosos se han propuesto muchas recomendaciones y protocolos, la mayor parte de ellos sin una evidencia clara. Se recomienda que 4-6 semanas antes de iniciar el tratamiento con bisfosfonatos se realicen todos los tratamientos quirúrgicos orales necesarios para asegurar una buena curación ósea; no existe una evidencia clara de la utilidad de esta medida, pero parece razonable aplicarla y nunca va a exponer al paciente a un daño. En aquellos que ya están en tratamiento y no tienen enfermedad oral se recomienda mantener una buena higiene bucal y controles regulares. En pacientes que están en tratamiento con bisfosfonatos y presentan enfermedad oral se pueden realizar sin problema tratamientos que no involucren al hueso, mientras que los procedimientos quirúrgicos (incluyendo cirugı́a periodontal, cirugı́a endodóntica, implantes o extracciones dentales) deben intentar evitarse porque existe evidencia de su relación con el aumento del riesgo de sufrir osteonecrosis. Si el tratamiento quirúrgico es inevitable, se han propuesto medidas de reducción del riesgo de osteonecrosis, como son el empleo de técnicas lo más conservadoras posible y el uso de antisépticos tópicos, entre otras (antibióticos, técnicas alternativas de exodoncia, anestesia sin vasoconstrictor, interrupción del tratamiento con bisfosfonatos, etc.); ninguna de estas medidas se sostiene sobre una evidencia cientı́fica, pero parece razonable emplear las 2 primeras porque no suponen un riesgo para el paciente16. Si aparece osteonecrosis, el tratamiento es similar al de la osteorradionecrosis1; además, el estudio de Arranz Caso Tabla 4 Abordaje del paciente que recibe radioterapia de cabeza y cuello Antes de la radioterapia Historia clı́nica cuidadosa, radiografı́as, sialometrı́a Eliminar prótesis traumáticas Higiene oral, odontologı́a preventiva y restauradora Evaluar riesgos/beneficios de mantener dientes Extracciones de dientes irreparables Durante la radioterapia Abandonar alcohol y tabaco Eliminar infecciones: antibióticos, antifúngicos y antivirales Mejorar mucositis Sustitutos de saliva Fisioterapia de la articulación temporomandibular Prevención e higiene oral, flúor tópico diario, enjuagues Después de la radioterapia Odontologı́a preventiva e higiene oral. Citas frecuentes Cirugı́a maxilofacial para cirugı́a o extracciones Fluoruros tópicos Evitar trauma mucoso (prótesis) Sustitutos de saliva Documento descargado de http://www.elsevier.es el 24/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. A. Bascones-Martı´nez et al / Med Clin (Barc). 2013;141(2):77–81 Tabla 5 Abordaje del paciente en tratamiento con quimioterapia Antes de la quimioterapia Revisión de salud bucodental Odontologı́a preventiva e higiene oral Durante la quimioterapia Ácido fólico para reducir ulceración Hielo para enfriar mucosa oral Colutorios con clorhexidina Eliminar infecciones: antibióticos, antimicóticos y antivirales Después de la quimioterapia Higiene oral y odontologı́a preventiva Riesgo de anemia, infección y hemorragia et al.29, destaca la necesidad de emplear antibióticos especı́ficos para Actinomyces, dado que parece que las bacterias de este género desempeñan un importante papel en la génesis de la osteonecrosis asociada a bisfosfonatos. Los quimioterápicos son muy tóxicos y producen efectos sistémicos que implican un riesgo, como infecciones y hemorragias debido a la afectación de la médula ósea. Los tratamientos dentales o quirúrgicos orales se deben programar para evitar los perı́odos de depresión máxima de la médula ósea, coordinando los mismos con el oncólogo. Sin embargo, si es necesaria una extracción urgente, se debe controlar el hemograma; si el recuento de plaquetas es menor de 50 109/l, se debe realizar una transfusión de plaquetas previamente; si el recuento es menor de 100 109/l, se debe colocar en el alvéolo un agente hemostático y suturar; y si el recuento de leucocitos es menor de 2,5 109/l, se debe recetar profilaxis antibiótica1. La mucositis se debe controlar utilizando analgesia sistémica, hielo intraoral y antimicrobianos y analgésicos tópicos como los enjuagues con lidocaı́na al 2%1,12. El tratamiento de los pacientes sometidos a quimioterapia en cuanto a mucositis, xerostomı́a, caries e infecciones secundarias es similar al de los pacientes irradiados (tabla 5). Financiación Este trabajo se realizó con la ayuda de un proyecto de la Fundación Mutua Madrileña (FMMA) concedido al Dr. Antonio Bascones en el año 2011 (AP 87102011). Conflicto de intereses Los autores declaran no tener conflictos de intereses. Bibliografı́a 1. Thomson PJ, Greenwood M, Meechan JG. General medicine and surgery for dental practitioners. Part 6–Cancer, radiotherapy and chemotherapy. Br Dent J. 2010;209:65–8. 2. Mainali A, Sumanth KN, Ongole R, Denny C. Dental consultation in patients planned for/undergoing/post radiation therapy for head and neck cancers: A questionnaire-based survey. Indian J Dent Res. 2011;22:669–72. 3. Shaw RJ, Pace-Balzan A, Butterworth C. Contemporary clinical management of oral squamous cell carcinoma. Periodontol 2000. 2011;57:89–101. 4. 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