Fátima y los religiosos contemplativos

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Fátima y los
religiosos contemplativos
Los religiosos, que han sido elegidos especialmente por Dios, llevan una vida tan
organizada en sus circunstancias externas que de este modo pueden rezar mejor, meditar
mejor y contemplar mejor. Del mismo modo, necesitan tomar los mejores medios posibles
para aproximar más a Dios. Es eso el mensaje celestial de nuestro tiempo: el Mensaje de
Nuestra Señora de Fátima.
En su alocución, proferida en la Conferencia Fátima: Nuestra última oportunidad,
el Padre Cyprian, Abad de un monasterio en Silver City, Nuevo México, explica como la
vida religiosa se ubica en el corazón mismo de la Iglesia, y como resulta claro que la
condición de la Iglesia se refleja en la condición de sus Órdenes Religiosas.
por el Padre Cyprian O.S.B.
Excelencias Reverendísimas,
Reverendos Padres y Religiosos,
Queridos Amigos:
Se me pidió que viniese hoy ante Ustedes, saliendo de la soledad del claustro
monástico.
Agradezco al Padre Gruner y al Centro de Fátima por el gran honor de estar aquí
con Ustedes.
En nombre de todos los Religiosos de nuestra Santa Iglesia, y en nombre de
todos aquellos que viven detrás de los muros de la clausura, yo voy a hablarles como un
testigo que da su testimonio a partir del interior, como un testigo vivo no sólo de la
crisis que ha existido y que continúa a devastar nuestra Santa Iglesia, no sólo desde el
Concilio Vaticano II, que ha venido a ser asunto de la más caliente controversia durante
los últimos 50 años, pero de aquella crisis que ha consistido en el cumplimiento
consistente de las profecías que nos fueron transmitidas en Fátima y en otros lugares,
como en La Salette y Lourdes y en otras Apariciones marianas aprobadas por la Santa
Sede.
Como religioso contemplativo que soy, debo decir que nosotros profesamos un
modo de vida que encapsula toda la vida de la Iglesia dentro de los muros de un
Monasterio Benedictino.
Todos los Religiosos contemplativos viven el espíritu de la Fe a través de la vida
ascética y mística de la Sagrada Liturgia, que es el Santo Sacrificio de la Misa y el
Oficio Divino. Fue Dios mismo Quien nos dio este duplo medio para adornarlo.
Fue Él, igualmente, Quien dictó nuestra Regla Religiosa, y fue Él Quien
estableció las Tradiciones de las Órdenes Religiosas, que contienen los más puros
principios de la orden social católica y las fundaciones mismas de la Cristiandad.
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Es por eso que decimos que los Religiosos viven en el corazón mismo de la vida
de la Iglesia, y es por eso que es evidente que la condición actual de la Iglesia se refleja
en sus Órdenes Religiosas.
El discurso inspirado del Padre
Cyprian sobre “Fátima y la
Vida Contemplativa” fue de las
participaciones más apreciadas
de
todos
los
discursos
proferidos
en
nuestra
Conferencia Fátima: Nuestra
última oportunidad
El importante Mensaje de Fátima está sobre nosotros.
Es una profecía de crisis.
Y todos nosotros somos testigos de la “desorientación diabólica” – según las
palabras de Sor Lucía.
Los enemigos de Nuestra Señora atacaron a partir del interior. La crisis comenzó
con un ataque a la propia esencia de la vida de la Iglesia, que es, precisamente, la vida
religiosa que profesamos.
Y la crisis terminará con una restauración de la vida religiosa que será de nuevo
el modelo de toda la vida católica.
Tradiciones monásticas en un
estado de crisis
Las órdenes monásticas de la Iglesia fueron, en efecto, retembladas al nivel de
sus propias fundaciones.
O sea, las tradiciones monásticas que tenían sus orígenes en la era apostólica,
nuestras reglas antiguas, el ideal religioso vivido y enseñado por Nuestro Señor
Jesucristo que nos inspira a perseverar, que nos inspira a practicar las exigentes virtudes
religiosas, que nos inspira a abrazar el espíritu de nuestros fundadores; esas señales
vitales están, presentemente, en estado de crisis.
La infraestructura sobrenatural del monacato, nuestra razón de existir, fue
retemblada al nivel de las fundaciones, por haber sido puesta en cuestión; y, en
resultado de esto, los religiosos han sufrido una crisis, tanto de conciencia como de
identidad, que no tiene precedentes.
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El abandono generalizado del hábito religioso tradicional es una gran imagen
visible de la desacralización de nuestras Órdenes Religiosas, en el mismo modo de
como también han despojado los tabernáculos de sus velos.
Y nos sentimos que no es muy diferente de cuando despojaron Nuestro Señor de
sus vestes antes de Su Crucifixión.
Las otras prácticas religiosas han sido llamadas anticuadas y no pertinentes para
la renovación.
Si hoy hay una crisis en el matrimonio, si hay infidelidad a los votos del
matrimonio, es porque hay una ruptura del modelo de la vida católica, que es la Vida
Religiosa.
Ruptura de
los votos religiosos
Hay una ruptura de los votos religiosos, una infidelidad de aquellos religiosos
que ya no ven en su vida el camino del modo en que deber ser. Los tres votos religiosos
son los tres clavos de la Cruz que nos prenden a Cristo, nuestro Salvador. Cuando ellos
fallan, no es ninguna sorpresa que todos los otros fallan también.
Fátima no es el primer lugar donde Nuestra Señora dio avisos solemnes.
En La Salette, el 19 de septiembre de 1846 la Señora dijo: ¡“Ay de los
sacerdotes y de todos aquellos consagrados a Dios que, por su infidelidad y por sus
vidas pecaminosas están crucificando Mi Hijo otra vez!
“En el año de 1864, Lucifer juntamente con un gran número de demonios será
libertado del infierno; ellos van a poner fin a la Fe, poco a poco, aun con respecto a
aquellos que son consagrados a Dios.
“Varias instituciones religiosas perderán toda la Fe y se perderán muchas
almas”.
Crisis en la familia
Si hay una crisis en la familia católica hoy, es porque las familias religiosas han
desaparecido. Así, como hay la doctrina de la Presencia Real, hoy vemos una “ausencia
real”.
más.
Tradicionalmente hablando, uno en cada tres niños tiene vocación. A veces fue
¿Dónde están estas vocaciones hoy? ¿Dónde está esta bendición de Dios?
La bendición de Dios se expresa por aumento y abundancia.
El buen árbol no da sólo buenos frutos, sino frutos innumerables.
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El número de vocaciones duplicó y triplicó bajo el pontificado del Papa Pio XII.
Ahora hay tres monjes que andan por las calles de Roma – y hasta detienen el
tráfico, los flashes de las cámaras fotográficas disparan en nuestra dirección, se vuelven
las cabezas para ver el espectáculo.
Debe ser cosa rara de ver.
Hay gente que pregunta ¿‘De dónde vienen?
Y nuestra respuesta es una sorpresa: ¡‘Venimos de Roma’!
No es por casualidad que este Congreso cae en la semana de la Ascensión de
Nuestro Señor.
Los tres días anteriores son días de Rogación, en que había, antiguamente, una
procesión por las calles de Roma con el Santo Padre.
Tales oraciones penitenciales hicieron acabar la peste negra, hasta se dijeron que
San Miguel Arcángel, desde lo alto del castillo que está en frente de la Basílica del
Vaticano, había puesto de nuevo la espada en la vaina.
La crisis había acabado.
Pero ahora la espada del Arcángel volvió a estar desenvainada, levantada al alto
sobre Roma y sobre el mundo; y ya no hay Rogaciones, ya no hay oraciones de súplica
a Dios para que esta crisis llegue al fin.
El importante Mensaje de Fátima
está sobre nosotros
Es una profecía de crisis. Todos nosotros somos testigos de la “desorientación
diabólica” – según las palabras de Sor Lucía.
Nuestra Señora nos recuerda que la crisis es algo esencialmente espiritual.
Pero puesto que el alma gobierna el cuerpo y la Iglesia gobierna el mundo, los
efectos de la crisis afectan cada uno de los aspectos de la vida.
Ni una sola piedra quedó sin volver.
Si la verdadera naturaleza de la presente crisis es espiritual, el remedio lo debe
ser también.
Ésta es la semana de la Ascensión de Nuestro Señor.
Cuando los Apóstoles preguntaron a Nuestro Señor cuando sería la gran
restauración, Su respuesta fue que no nos es dado conocer el tiempo ni el momento.
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Y nosotros somos los hijos espirituales de los Apóstoles. Los dos Ángeles
vestidos de blanco nos hacen la misma pregunta:
¿“Hombres de Galilea, porque estáis mirando al Cielo”?
La Galilea significa revelación, visión, un sueño. Somos los hijos de esta gran
visión del Cielo, cuando nuestros ojos se levantan de la tierra para acompañar la
Ascensión de Nuestro Señor al Cielo, no considerando ya Su humanidad sino Su
divinidad, fuera de la orden del mundo temporal a la divina orden del Cielo.
divina.
El Mensaje espiritual de Fátima es un llamado a vivir de acuerdo con esta orden
El gran Tríptico
Las apariciones de Fátima parecen seguir claramente el plan divino a la gran
restauración.
Es como un gran tríptico, con tres cuadros, tres escenas, tres realidades que están
articuladas unas con las otras. Y esto sigue la estructura divina de toda la vida religiosa
y consagrada.
El principio de la oración
El primer cuadro es el principio de la oración, más precisamente de la oración de
adoración y de reparación. Repetimos las oraciones místicamente compuestas y
enseñadas a los tres Pastorcitos, y el modo como ellos se inclinaban hasta el suelo
imitando el gran Ángel que les había traído la Sagrada Comunión. Es que la adoración
es el primer efecto de la gracia sacramental. Tenemos confianza absoluta en las
memorias de estos niños que nos dieron a conocer las palabras divinas de estas
oraciones. Son oraciones de adoración, que se dirigen a la verdadera naturaleza de Dios
en la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ellas son también nuestra
preparación, nuestra purificación, la eliminación de nuestra indignidad, nuestra
penitencia. Son nuestra disposición para recibir la Sagrada Comunión, pero también
nuestra preparación para contemplar nuestra fuente celeste de Gracia.
Yo estuve en Fátima durante el 80º aniversario de las Apariciones. Fui allá en
busca de Nuestra Señora.
El Santuario de Fátima está lleno de corrupción
pero Nuestra Señora está allá a la
espera de quien La busca
No es fácil. En otro tiempo, Fátima era un Santuario para la simplicidad, la
pobreza y la vida dura de la gente del campo. Hoy está lleno de corrupción. Hay allá
carteles de droga y de tráfico humano, hay crimen organizado, hay hoteles de lujo y
casinos; se entra en un hotel de peregrinación al sonido de la música de rock y se ve
televisión sin censura. Pero Nuestra Señora está allá para aquellos que verdaderamente
La buscan.
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Sin embargo, esto será hecho como Ella desea.
Un grupo de peregrinos me vio y me pidió si los podría acompañar al local de la
aparición del Ángel y dirigirlos en las mismas oraciones que él había enseñado a los
pastorcitos. Contesté que sí, que era un honor. Llegamos al local, en las cercanías de la
ciudad, un sito muy rocoso y primitivo, prácticamente sin alteración en relación a lo que
era hace casi 100 años. La guía portuguesa de la peregrinación dijo: ‘Está bien, Padre,
ahora podemos rezar’.
Y yo dije, ‘arrodíllense en el suelo y inclínense la cabeza hasta que toquen con la
testa el polvo del suelo’. Entonces recité la oración enseñada por el Ángel. Toda aquella
muchedumbre del autobús de peregrinos lo hizo del mismo modo. Repetí la oración tres
veces. Al final, la guía portuguesa, furiosa, enjugando el polvo de su falda, me dijo que
nunca en la vida había visto semejante cosa, una tal vista escandalosa, en todos sus años
como guía de peregrinaciones a Fátima. ¿Qué derecho tenía yo de poner los peregrinos
a rezar en una posición tan ridícula?
Yo sólo respondí: “Tal vez Usted deba leer de nuevo la historia de Fátima.
“Tal vez la Señora debiese refrescar la memoria, en lo que dice respecto al modo
como nosotros somos preparados por los Ángeles para ver Nuestra Señora y para ver a
Dios. Somos preparados en el espíritu de la adoración.
“Fue en esta manera que el Ángel enseñó a los pastorcitos, porque es así que los
Ángeles se aproximan de Dios, especialmente en el Santísimo Sacramento de la
Eucaristía. Los pastorcitos fueron tan tocados por este modo de rezar que muchas veces
se veían rezando inclinados hasta el suelo, exactamente como el Ángel les había
mostrado. Y, como Santa Bernadette, ellos trajeron el Rosario para rezarlo, con Nuestra
Señora a guiarlos, a enseñarles como rezar correctamente el Avemaría. Lentamente”.
¡Nadie reza tan bien como aquellos que aprendieron directamente con Nuestra
Señora!
Hubo conversiones hasta entre los que vieron Santa Bernadette haciendo la
Señal de la Cruz.
Ella que comenzó, temerosa, por echar agua bendita a Nuestra Señora, acabó por
ser Su más intrépida defensora. Los pastorcitos de Fátima no eran demasiado pequeños
para aprender a rezar bien, ni la contemplación de los misterios divinos excedió su nivel
de comprensión.
Los religiosos muy frecuentemente son llamados muy jovencitos, en general a la
edad de su Primera Santa Comunión.
Una vez más, la vida angélica, la oración y la adoración, la atención al Cielo, el
Santísimo Sacramento, son los principales doctrinas de esta primera imagen de Fátima y
las mayores doctrinas de nuestra Fe católica.
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El Inmaculado Corazón de María
Miramos ahora al centro. La imagen central del tríptico es de Nuestra Señora.
Después de Nuestro Salvador, Ella es la primera religiosa, la primera alma
consagrada, votada al “Laus Perennis” en la tierra, que es la vida de los Ángeles en el
Cielo, las alabanzas incesantes a Dios, Fue ésta Su consagración en el templo y toda Su
vida en la tierra.
Fátima es la corona de Sus Mensajes, Su iluminación, Sus avisos e instrucciones,
Sus Secretos… es también la revelación de Su vocación, vivida en la tierra y en el
Cielo.
Pero si Ella nos apareció como Ella dice, para traer la devoción a Su Inmaculado
Corazón, no está hablando de los problemas superficiales que son apenas la capa
exterior de los errores de Rusia. No hablaría del Corazón si no quisiese hablar de la vida
espiritual.
En este cuadro está el gran misterio, el gran milagro, un prenuncio de lo que
vendrá, tal vez en nuestra vida. Ella quiere salvarnos, recordarnos que Ella fue
establecida por Dios como nuestra Co-Redentora permanente y definitiva. Porque, en
efecto, hizo eco las palabras de Nuestro Señor: “Sin Mí, nada podéis…”
Ella apareció al mundo como Nuestra Señora del Carmen, presentando el
Escapulario Marrón, el manto de gracia, nuestra protección. Ella es la fundadora de esa
gran Orden Religiosa contemplativa, a la cual Sor Lucía daría el resto de su larga vida.
No es una coincidencia, porque las palabras de Nuestra Señora no son Su opinión; son
enseñanzas, son dogma, son doctrina sobrenatural. Sus palabras son la esencia misma de
la Teología ascética y mística que lleva los grandes santos místicos y los doctores de la
Iglesia a quedar paralizados en éxtasis contemplativo. Sus palabras son dictadas por
Dios, Que en la Persona del Espíritu Santo, La cubrió con Su sombra en el principio de
Su misión terrena, para que Ella fuese la llave del misterio en la Encarnación, el
misterio de la salvación eterna. “Sin Mí, no podéis ser salvados”.
La muchedumbre se precipitó para ver las apariciones; pero, en vez de ver
Nuestra Señora, sólo podrían mirar los pastorcitos.
Pero, lejos de estar decepcionados con este aspecto humano de las apariciones,
cuando observaron los pastorcitos vieron la más pura oración, la más pura
contemplación celestial reflejada en el rostro y en la actitud corporal de los pastorcitos.
Este ejemplo de oración pública es exactamente lo mismo de la Vida Religiosa.
Nuestra Señora habla de
Reparación
Nuestra Señora habla de uno más de los principios fundadores de la Vida
Religiosa, que es la Reparación. Es el pan cotidiano de los religiosos. Es ahora
propuesta a todo el mundo como un medio de perseverar. La Reparación por la ofensa
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de la blasfemia. La blasfemia del error, particularmente del error en relación a la
doctrina mariana.
Si Nuestra Señora es, efectivamente, la mayor creación de Dios, entonces el
conocimiento preciso de esta maravilla es igualmente importante para nosotros.
Nuestra Señora denomina la ignorancia de Su naturaleza – que es la Inmaculada
Concepción y la ignorancia de Su misión que es de ser nuestra Co-Redentora y
Mediadora de todas las Gracias – Ella denomina esta ignorancia: blasfemia. La
devoción de los Primeros Sábados, que corresponde al privilegio sabatino ligado al
Escapulario Marrón, es a partir de ahora nuestro medio de perseverancia, porque esta
devoción consta de meditación, la consideración de los 15 misterios de nuestra Fe.
La doctrina mariana es central en cada uno de ellos.
San José,
modelo de la Vida Consagrada
Miremos ahora al tercer cuadro.
Esta tercera parte se refiere al secreto de todas las doctrinas marianas.
Si queremos realmente conocer la verdad, si queremos realmente comprender
Nuestra Señora, debemos preguntar al hombre que La conoció mejor que nadie, además
de Jesús. Y si queremos amar a Nuestra Señora como Ella merece, e conocer Su
Inmaculado Corazón, debemos preguntar al hombre que conoce este Corazón y que es
el mayor admirador de Nuestra Señora. San José es la llave de este conocimiento y de
este amor. No podemos amar lo que no conocemos. Él conoce Nuestra Señora, y nos
guiará sin cualquier peligro de error.
San José, con su fuerza masculina y las manos callosas, es en verdad el patrón de
todo el trabajo para la gloria de Dios, que no es exactamente lo que vemos
frecuentemente en muchas imágenes piadosas. Él agarra un lirio, que no es sólo el
símbolo de la pureza, sino también el símbolo de la justicia.
Los reyes de la Cristiandad agarraban un lirio en la Corte, en vez de un cetro,
mostrando, por el simbolismo del lirio, la primacía de la unidad entre el poder y la
justicia en un Reino católico. San José agarra este mismo lirio.
Su ejemplo nos recuerda también que Fátima tiene el enfoque en el hombre: el
hombre convertido, el hombre espiritual, el hombre de oración, el hombre que está cerca
de Jesús y María – él es la figura central de la gran restauración. La mujer hace de la
casa un hogar, ella es el corazón de la familia; pero el hombre es la cabeza: es él que
forma la familia.
Qué nadie se equivoque a respecto de esto. San José es una parte esencial del
Mensaje de Fátima.
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La necesidad urgente de la Consagración
está en el centro del Mensaje de Fátima
La consagración es la separación de algo de su uso normal para ser
exclusivamente usado por Dios. La Vida Religiosa también se llama vida consagrada
por la misma razón. Las almas son consagradas a Dios para Su servicio, para Su honor y
gloria, y para cumplir la misión de Su voluntad divina.
Hay un modelo de esta vida consagrada:
Es San José.
Los fieles sólo pueden hacer la consagración a tres personas: Nuestro Señor,
Nuestra Señora y San José.
San José es la tercera parte del tríptico.
Sosteniendo en los brazos nuestro Salvador, Nuestro Señor unido a San José, los
dos hacen juntos la señal de la Cruz, bendiciendo así todo el mundo.
San José es el Protector y el Patrón de los Religiosos Contemplativos, el auxiliar
de todo lo que es hecho para la gloria de Dios, el Patrón de todos los que trabajan a
favor del Reino del Cielo.
Pio XI le eligió como nuestro Patrón, nuestro Protector y nuestro jefe en la lucha
contra el Comunismo, y especialmente como remedio contra el esparcimiento de los
“errores de Rusia”.
Hay un detalle poco conocido sobre los últimos momentos de la vida del Papa
Juan XXIII.
Él, que rezaba el Rosario completo todos los días, recibió la noticia de su muerte
inminente, debido al estado avanzado de su enfermedad. Se dice que él dijo no una, sino
dos cosas:
¡“Paren el Concilio”! y
“Pongan el nombre de
San José en el Canon de la Misa”.
Fue el 13 de noviembre de 1962, fiesta de Todos los Santos de las Órdenes
Religiosas. Sería una respuesta favorable a siete peticiones anteriores, hechas por varias
congregaciones religiosas. Si nos referimos a la tercera petición, veremos una firma
preeminente: la del Cardenal Giuseppe Sarto, Patriarca de Venecia, el futuro San Pio X.
El séptimo y último pedido fue hecho por los Padres de la Santa Cruz del Oratorio de
San José en Quebec. Sus oraciones fueron atendidas.
Recurramos a nuestro Padre adoptivo, jefe de la Sagrada Familia, terror de los
demonios, protector de las vírgenes, Esposo Inmaculado y Guardián de la Inmaculada
Concepción, glorioso Patrón de la Iglesia católica universal. Cuando imaginamos cuan
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maravillosa y radiante era la pureza sin mancha en el alma y en el cuerpo de Nuestra
Señora, libre de pecado e infaliblemente fuerte en todas las virtudes y dones del Espíritu
Santo, podemos hacer lo mismo, usando el mismo criterio para imaginar lo que habría
sido el hombre, como habría sido este hombre extraordinario, elegido a dedo por Dios
Todopoderoso para proteger la Virgen de las Vírgenes y guardarla con su vida.
San José muestra al mundo
como llevar a cabo una misión
Él comprendió su deber a través de una visión, de un sueño en que recibió las
instrucciones de un Ángel. Esto es el símbolo de la contemplación y del estado de
oración intensa; después de esta comunicación mística de órdenes, su acción fue
decisiva: huimos para estar seguros, adonde Dios nos envía.
Si tuviésemos el mismo sentido de misión y deber celestiales, las cosas serían
hoy muy diferentes. Si él tuviese una vez más que “huir al Egipto”, utilizando esta
analogía, si el Mensaje de Fátima fuese obligado a exilarse, en el contexto de la actual
crisis, San José, tal como sucedió en la primera fuga al Egipto, será también el camino
de regreso; será el guardián de nuestro regreso, de nuestra conversión. Será la causa
instrumental del regreso de Nuestro Señor y Nuestra Señora en el Mensaje de Fátima.
A esta luz, es decir, al lado de Fátima que es alentador y una confirmación de los
que aceptan, comprenden y ponen en práctica las amonestaciones de Nuestra Señora,
tenemos que añadir lo siguiente:
La Tradición es para ser pasada
en adelante – no para alcanzar atrás
Las comunidades religiosas florecen, hasta desbordar, donde existe un verdadero
regreso a la Tradición. Tradición, del latín “traditio”, es pasar en adelante, no alcanzar
atrás. No tiene nada que ver con la nostalgia del pasado. Tiene muy poco que ver con
las convenciones y la costumbre. Es fidelidad a la inmutabilidad de Dios, a la
estabilidad de la Revelación. “Ego sum Deus, non mutor. Yo soy Dios y no cambio”,
leemos en el libro de Deuteronomio. La fuente de la Tradición es Dios mismo, Él que
es, no se desarrolla ni sufre evolución. Tal como es la causa, así son los efectos:
Donde la liturgia tradicional es exclusiva, donde hay una integridad
de vida exterior e interior, donde la formación religiosa se basa en la Regla
original de los fundadores de las diversas Órdenes Religiosas, donde el
Tomismo es la base de toda la formación filosófica y teológica, según la
Encíclica Æterni Patris de León XIII, donde los escritos del Papa San Pio X
nos avisan sobre la crisis presente, al lado de Pio IX, Pio XI, Pio XII y todos
los Papas que escribieron en términos proféticos para avisar la Iglesia sobre
lo que está sucediendo hoy.
Las comunidades que están actualmente volviéndose a una verdadera
restauración según estos elementos de la Tradición son claramente el futuro de la Iglesia
y la anticipación del Reino del Inmaculado Corazón.
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La Profecía de Fátima
está ahora sobre nosotros
¡Es para esta generación que nacimos!
A pesar de las preguntas que todos tenemos, a pesar de la confusión y de la
desorientación diabólica de hoy, el Señor Dios Todopoderoso quiere que nos seamos
Sus Apóstoles en estos tiempos difíciles.
Es a la generación actual que fue pasado
el testimonio de la Tradición
Es la única luz que brilla en las tinieblas del mundo moderno y pueda ella ser
guardada inviolablemente en nuestros manos, aunque sean indignas.
Nuestra Señora habló de Su doctrina celestial en muchos lugares privilegiados
de la tierra. En Quito, Ecuador, dijo que los Religiosos serán parte de la gran
restauración. Nuestros fundadores dijeron lo mismo: construiréis sobre las ruinas, pero
al final, de las congregaciones monásticas vendrán grandes confesores y mártires, que
van a ayudar muchas almas.
¡Debemos, por lo tanto, ser santos!
El Sagrado Corazón de Jesús concedió locuciones y apariciones a nuestros
fundadores durante el pontificado del Papa Pio IX, diciendo: No debéis ser sólo santos;
“Debéis ser grandes santos”, y repitió esto tres veces con más insistencia. “Mi Corazón
será la prueba de Mi promesa”.
Termino con las palabras que Nuestra Señora profirió en La Salette, que fue el
gran preludio y la preparación para Fátima:
“Dios cuidará de Sus siervos fieles y de los hombres de buena
voluntad. El Evangelio será predicado por toda parte, y todos los pueblos y
naciones conocerán la verdad.
“Hago una súplica urgente al mundo. Me dirijo a los verdaderos
discípulos del Dios vivo, Que reina en el Cielo; me dirijo a los verdaderos
seguidores de Cristo hecho hombre, el único Salvador de los hombres; me
dirijo a Mis hijos, los verdaderos Fieles que se confiaron a Mi para sostener
en mis brazos, por así decir, aquellos que viven en Mi espíritu.
“Finalmente, me dirijo a los Apóstoles de los últimos días, los
discípulos fieles de Jesucristo, que han vivido en el desprecio del mundo y
de sí mismos, en pobreza y en humildad, en desprecio y en silencio, en
oración y en mortificación, en castidad y en unión con Dios, en sufrimiento
y desconocido por el mundo. Ha llegado a la hora de salir y de llenar el
mundo de luz. Id y revelados como siendo Mis hijos queridos. Estoy a
vuestro lado y dentro de vosotros, dado que vuestra Fe sea la luz que brilla
en vosotros en estos días infelices. Que vuestro celo os haga con hambre de
la gloria y honor de Jesu Cristo.
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“Luchad, hijos de Luz, vosotros que sois los pocos capaces de ver.
“Porque ahora es el tiempo de todos los tiempos, el fin de todos los
fines…”
Los dejo con estos pensamientos sobre aquellos cuya vida está escondida con
Cristo, en los monasterios que aún restan a través del mundo, los religiosos cuya
vocación es rezar y sacrificar sus vidas por Ustedes. Estamos creciendo por la gracia de
Dios, por nuestra fidelidad a la Tradición, por nuestra devoción a Nuestra Señora, por el
papel que tenemos que desempeñar en el drama de Fátima.
Recomendamos nuestras comunidades a sus oraciones.
¡Muchas gracias!
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