Francisco de Goya (Fuendetodos, Zaragoza, 1746 - Burdeos, 1828) Retrato de Carlos III cazador h. 1787 –1788 óleo sobre lienzo 209 x 125 cm n.º inv. 443 Procedencia de la obra En 1835, aprovechando la suspensión de las órdenes religiosas en España promovida por la Desamortización (1798–1924), y un año antes del primer decreto de Mendizábal, el Rey Louis-Philippe de Francia decidió destinar fondos económicos propios a adquirir una serie de obras de Maestros Españoles, con la idea de retomar las relaciones con la dinastía de los Borbones y, al mismo tiempo, utilizar la pintura española como fuente de inspiración para la renovación de la pintura francesa. El responsable de las adquisiciones fue el Barón Isidore-Justin Taylor (1789-1879), asistido por los artistas Adrien Dauzats (1804-1868) y Pharamond-Blanchard (18051873), que se benefició de la inestabilidad de la guerra carlista, la desamortización de los conventos y la ayuda de la familia Madrazo para reunir un excelente conjunto de obras destinadas a su exposición en las salas del Palacio del Louvre. En 1836 se inauguró en París la Galería Española de Luis Felipe, compuesta por unas 400 obras, entre las que se encontraba el Retrato de Carlos III cazador de Goya. Tras la muerte del monarca, esta colección se subastó en MESSRS. CHRISTIE & MANSON entre el 2 y el 21 de mayo de 1853, saliendo a la venta el citado retrato el sexto y último día. Según el catálogo la obra procedía de la colección del Convento Ruso de Madrid. No se sabe si el retrato fue adquirido por el Duque de Almazán entonces o posteriormente; en cualquier caso, de su colección pasó a la del Marqués de Salamanca, y, finalmente, al Banco Exterior de España.