Boletín IIE abril-junio-2013 Breves técnicas Tecnologías termosolares a concentración para generación de electricidad Carlos Ramos Berumen [[email protected]] La energía solar es la fuente de energía más limpia, abundante y renovable de todas las que existen. Los principales desafíos a los que se enfrentan las tecnologías que utilizan esa fuente de energía, como las termosolares a concentración, es poder conseguir que la producción y distribución de energía eléctrica sea equiparable tanto en penetración, como en contribución y por supuesto en costos, a las fuentes de combustibles fósiles tradicionales. En la actualidad existen principalmente cuatro tecnologías para el desarrollo de la energía termosolar, según la manera que concentran la radiación directa del sol. Unos dispositivos llamados heliostatos (receptor central), espejos de geometría lineal o parabólica lineal (tipo Fresnel o canales parabólicos) o platos parabólicos, colectan la radiación solar y la concentran para calentar un determinado fluido de trabajo, que a su vez sirve para generar vapor en la mayoría de las tecnologías. El vapor se expande en una turbina convencional, para generar electricidad de igual manera que cualquier planta termoeléctrica convencional. En el caso particular de los platos parabólicos/motor Stirling, el fluido de trabajo es un gas y se genera electricidad directamente mediante el motor situado en el foco de la parábola. Estas cuatro tecnologías se pueden adecuar para operar en forma híbrida, energía solar-combustible fósil o incluir un sistema de almacenamiento térmico. Estas opciones aumentan las posibili- dades de disponibilidad de las tecnologías, permitiéndoles entregar energía eléctrica durante mayor tiempo, aun en horas sin sol. Las primeras plantas comerciales comenzaron a operar en California, Estados Unidos a mediados de la década de los ochenta, aunque dicho mercado se paralizó, como consecuencia de la reducción en los precios de los combustibles fósiles y la correspondiente suspensión de incentivos públicos. El resurgimiento se dio hasta mediados de la década del año 2000, que reinició con la construcción de plantas de tamaño comercial, principalmente en España y Estados Unidos, gracias al establecimiento de subsidios de los respectivos gobiernos. A finales de 2012, la potencia termosolar instalada en el mundo rondaba los 2,600 MWe, liderando España con cerca de 45 plantas, equivalente a 2,000 MWe, seguida por Estados Unidos con cerca de 570 MWe (la mayor parte instalada desde hace más de veinte años). También se encuentran en operación diferentes plantas en Marruecos, Argelia, Egipto, Emiratos Árabes, Italia, Australia, China e India. Además, existen poco más de 2,700 MW en construcción avanzada, siendo nuevamente España y Estados Unidos los países que destacan en este renglón. Por otro lado, existen poco más de 8,000 MW que se están gestando en planes y desarrollo en diferentes partes del Mundo. Un alto porcentaje (poco más del 90%) de las plantas utiliza la tecnología de canal parabólico, seguida por la de receptor central y muy marginalmente la de Fresnel y plato parabólico. Aproximadamente dos tercios de las plantas cuentan con un almacenamiento y el grueso de éstas con capacidad no más allá de 50 MW (limitación normativa mas 78 Breves técnicas no técnica), no obstante, las plantas de receptor central estarían por encima de los 100 MW. La cobertura de la demanda todavía no es significativa, en comparación con el resto de tecnologías que componen el parque energético de los diferentes países, aunque su peso se ha visto incrementado notablemente entre 2010 y 2012 (España alcanzó en 2011 valores cercanos al 1.5%). Las oportunidades de innovación en las diferentes tecnologías termosolares a concentración son muy importantes, ya que a pesar de que se trata de tecnologías existentes desde los años ochenta, es a partir de 2006 cuando se ha producido el despegue, principalmente en España y Estados Unidos. En este sentido, es fundamental establecer incentivos económicos que faciliten la I&D&I, aseguren el avance de la tecnología y eviten que los proyectos futuros sean una repetición de las plantas actuales. El esfuerzo que realizan las empresas involucradas para desarrollar soluciones innovadoras es significativo, sin embargo, el camino por recorrer es todavía franco. Los estudios efectuados por los diferentes promotores han mostrado que para acelerar el proceso de implantación de la tecnologías es recomendable enfatizar en: • Mayor desarrollo tecnológico en torno al campo solar (de todas las tecnologías, helióstatos, canales y platos parabólicos, así como colectores tipo Fresnel). • Renovación en los procesos de diseño de las centrales (soluciones tecnológicas específicas para cada planta). • Evolución de los procesos de manufactura de equipos. • Nuevos conceptos de plantas, evolucionando del tamaño actual a mayores potencias, configuradas con grandes sistemas de almacenamiento o hibridación con gas natural, a través de plantas de ciclo combinado o de cogeneración. Las mejoras esperadas están contempladas en cada uno de los puntos anteriores, siendo de influencia en mayor o menor grado, dependiendo de cada una de las tecnologías. Para el caso de las plantas de canal parabólico, las mejoras estarían involucradas con la generación directa de vapor, incrementando la eficiencia global y la consideración de materiales con cambio de fase para almacenamiento térmico. En las plantas de receptor central se esperan diseños innovadores en campos de helióstatos compartiendo varias torres/receptores, propuestas de diseño de una gran variedad de receptores, diferentes fluidos de transferencia de calor y sistemas de almacenamiento. La tecnología de plato parabólico apunta hacia la reducción de costos mediante la producción masiva y proyectos demostrativos con fiabilidad de mayor alcance, consolidando sus ventajas en términos de eficiencia y la utilización de agua de enfriamiento. Finalmente, los desarrolladores de la naciente tecnología de colectores tipo Fresnel (aunque de forma natural se puede generar vapor directo gracias al receptor fijo) están contemplando muchas de las mejoras inherentes a la tecnología de canal parabólico. Además de la producción de electricidad, otras posibles aplicaciones de las tecnologías termosolares incluyen la producción de calor de proceso industrial, la desalación de agua y la producción de “combustibles solares” como hidrógeno y otros vectores energéticos. 79