copropietarios, las sentencias dictadas en juicios relativos a la cosa

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352606. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXXII, Pág. 6048.
COPROPIETARIOS, LAS SENTENCIAS DICTADAS EN JUICIOS RELATIVOS A LA
COSA COMUN, EN QUE SOLO UNO DE ELLOS ES DEMANDADO, PRODUCEN
EFECTOS EN CONTRA DEL OTRO. Si la casa sobre la cual se constituyó la hipoteca era
de la propiedad de una sociedad conyugal, y el adeudo garantizado por dicha hipoteca, era
carga de la propia sociedad, la cual se disolvió al entrar en vigor la Ley de Relaciones
Familiares, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 4o., transitorio, del Código Civil
vigente en el Distrito y Territorios Federales, quedando convertida desde entonces en una
copropiedad entre consortes, debe considerarse que esta copropiedad como continuación de
la sociedad conyugal, es responsable de las deudas contraídas por ésta. Ahora bien, si uno
solo de los copropietarios es demandado en un juicio hipotecario, la sentencia que se dicte,
produce efectos en contra del otro, aun cuando éste, por no haber figurado en la demanda,
tampoco haya figurado en la sentencia. En efecto, según el artículo 15 del Código de
Procedimientos Civiles para el Distrito y Territorios Federales, "el comunero puede deducir
las acciones relativas a la cosa común, en calidad de dueño, salvo pacto en contrario o ley
especial"; por lo que debe estimarse que también puede contestar una demanda en la misma
calidad, obligando con sus actos a los demás condueños. El argumento es a fortiori, no a pari,
ya que para interponer una demanda, el copropietario dispone de todo el tiempo que quiera
para obtener el consentimiento de la mayoría de los demás, en tanto que para contestar una
demanda, puede carecer del tiempo indispensable para obtener ese consentimiento. Por tanto,
si este requisito no es necesario para que el condueño actúe como demandante, con mayoría
de razón tampoco deberá serlo para que actúe como reo. A esta consideración de índole
exegética, puede agregarse otra de carácter dogmático, pues no hay razón jurídica alguna para
limitar el alcance del citado precepto, a sólo la parte actora, excluyendo al demandado, ya
que no existe una diferencia sustancial entre la acción y la defensa, dentro de la concepción
moderna de entre ambos institutos. Mauro Miguel y Romero en su obra Principios del
Moderno Derecho Procesal Civil, expresa. "Tanto la acción como la excepción, son derechos
autónomos o, por lo menos, medios legales concedidos para la respectiva defensa de los
derechos que suponen tener y pretenden que sean tutelados, el actor y el demandado. Para
distinguirlas, se ha llamado a la acción derecho de ataque, y a la excepción derecho de
defensa, pero esto representa un retroceso al tiempo en que las cuestiones litigiosas, se
dirimian, sin resolverse, por el combate judicial. Ni siquiera metafóricamente podemos
admitir esa nomenclatura procesal, porque en la doctrina moderna, no se trata de la defensa
de los litigantes, sino de la defensa de los derechos que cada uno alega corresponderle, con el
fin de descubrir la verdad de hecho o a la verdad legal, en la que haya de apoyarse una
resolución justa. Por eso acontece, sobre todo si las obligaciones son recíprocas, que el
concepto de actor o de demandado sólo depende del momento o de la propiedad con que
plantean sus correspondientes derechos". Por otra parte, aun partiendo del falso supuesto de
que el condueño que figure en un proceso, no represente a los demás, puede invocarse otra
consideración no menos decisiva para estimar que aunque el procedimiento se haya seguido
exclusivamente en contra de uno de los copropietarios, no existe motivo para considerar nulo
ese procedimiento, a solicitud del otro que no intervino en él, porque según el artículo 92 del
Código de Procedimientos Civiles citado, la sentencia firme sólo produce acción y excepción
contra los que litigaron y contra terceros llamados legalmente al juicio; y es claro que quien
se siente afectado en sus derechos por un proceso de esa naturaleza, puede ocurrir a los
tribunales haciendo uso de los medios que concede la ley para evitar que causen esos
perjuicios, o para que se reparen los que ya le fueron causados; pero entre esos medios de
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352606. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXXII, Pág. 6048.
defensa, seguramente no está incluido el juicio autónomo de nulidad, porque el
procedimiento de esa naturaleza, no se encuentra reglamentado en alguna legislación procesal
común.
Amparo civil directo 5351/40. Administradora de Inmuebles, sociedad civil por acciones. 23
de junio de 1942.Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del
ponente.
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