retribuciones de los administradores

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SITUACION DE LAS RETRIBUCIONES DE LOS ADMINISTRADORES
SOCIALES TRAS LAS ÚLTIMA REFORMAS
Con motivo de las últimas reformas legislativas relacionadas con temas societarios y
fiscales, le informamos de algunas novedades en cuanto a los Administradores de la
sociedad y sus remuneraciones y a su vez le recordamos algunas cuestiones que ya
estaban en vigor y que le concretamos a continuación:
a) Que el cargo de Administrador de la sociedad lo puede ostentar una persona
que no sea socio, salvo que los Estatutos de la sociedad establezcan lo contrario.
b) Que el cargo de Administrador es gratuito, salvo que los Estatutos así lo
prevean. Para que pueda percibir una retribución quien ostente dicho cargo por las
funciones inherentes al mismo, es imprescindible que los Estatutos establezcan el
sistema de remuneración, determinando el concepto o conceptos retributivos y que
podrán consistir, entre otros, en uno o varios de los siguientes:
a) Una asignación fija,
b) Dietas de asistencia,
c) Participación en beneficios,
d) Retribución variable con indicadores o parámetros generales de
referencia,
e) Remuneración en acciones o vinculada a su evolución,
f) Indemnizaciones por cese, siempre y cuando el cese no estuviese
motivado por el incumplimiento de las funciones de administrador y
g) Los sistemas de ahorro o previsión que se consideren oportunos
Estos conceptos recogidos en el nuevo artículo 217 de la Ley de Sociedades de
Capital no son los únicos. Cabe la posibilidad de fijar en los Estatutos otros conceptos.
En cualquier caso, el importe máximo de la remuneración anual del conjunto de
los administradores en su condición de tales deberá ser aprobado por la junta general y
permanecerá vigente en tanto no se apruebe su modificación. Salvo que la junta general
determine otra cosa, la distribución de la retribución entre los distintos administradores
se establecerá por acuerdo de éstos y, en el caso del consejo de administración, por
decisión del mismo, que deberá tomar en consideración las funciones y
responsabilidades atribuidas a cada consejero.
La remuneración de los administradores deberá en todo caso guardar una
proporción razonable con la importancia de la sociedad, la situación económica que
tuviera en cada momento y los estándares de mercado de empresas comparables. El
sistema de remuneración establecido deberá estar orientado a promover la rentabilidad y
sostenibilidad a largo plazo de la sociedad e incorporar las cautelas necesarias para
evitar la asunción excesiva de riesgos y la recompensa de resultados desfavorables.
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Estas retribuciones son deducibles en el Impuesto de Sociedades, ya que el
artículo 15.e) de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades
establece que no tendrán la consideración donativos y liberalidades (como antes ocurría)
las retribuciones a los administradores por el desempeño de funciones de alta dirección,
u otras funciones derivadas de un contrato de carácter laboral con la entidad. Tampoco
le son aplicables a estas retribuciones las normas de las operaciones vinculadas, según el
artículo 18.2.b) del mismo texto legal.
Las retribuciones como Administradores están sometidas a una retención del 37
% durante el año 2015 y del 35 % durante el 2016. No obstante, en los términos que
reglamentariamente se establezcan, cuando los rendimientos procedan de entidades con
un importe neto de la cifra de negocios inferior a 100.000 euros, el porcentaje de
retención e ingreso a cuenta será del 19 %, tal y como establece el artículo 101.2 de la
Ley 35/2006, de 28 de noviembre de IRPF, modificado por la Ley 26/2014, de 27 de
noviembre y por la D.A. Trigésimo Primera de dicha norma.
c) Si quien consta como Administrador de la sociedad, además de desempeñar
las funciones propias del cargo, realiza prestaciones de servicios o de obra para la
sociedad, siempre que esta sea una S.L., será imprescindible que conste en un acuerdo
de la Junta General que así lo prevea (Artículo 220 de la Ley de Sociedades de Capital).
Si la prestación de servicios del socio-administrador estuviera incluido en alguna
de las actividades de la Sección Segunda de las tarifas del I.A.E, aprobado por el
R.D.Legislativo 1175/190, de 28 de septiembre, los rendimientos que obtenga tendrán la
consideración en el IRPF de rendimientos de actividad económica, y no de trabajo,
siempre que concurran los siguientes requisitos (Art. 27.1 de la Ley de IRPF):
1.- Que se trate de actividades incluidas en la Sección Segunda de las Tarifas
del IAE (actividades profesionales)
2. Que el socio esté incluido en el RETA.
3.- Que el socio no esté en el RETA pero sí en una mutualidad de previsión
social alternativa a ese régimen especial de la Seguridad Social, como es el caso, por
ejemplo, de los integrados en la Mutualidad de la Abogacía.
En este caso el socio-Administrador deberá estar dado de alta el epígrafe del IAE
correspondiente y expedir facturas a la sociedad, con el IVA correspondientes, y
practicando la retención de IRPF del 19 % en el año 2015.
En definitiva, las retribuciones que perciben los socios por sus funciones como
administradores o miembros de Consejo de Administración, —cuando están previstas
en los estatutos de la sociedad— se siguen calificando como rendimientos del trabajo en
el art. 17.2 e) LIRPF.
En caso de que concurran en el socio persona física las dos circunstancias —
prestar servicios a la sociedad y funciones como administrador retribuidas
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estatutariamente - su calificación ha de realizarse de manera diferenciada y las
retribuciones que perciba por su condición de administrador tendrán un tratamiento
fiscal distinto de las que perciba por los servicios de otra índole que preste a la sociedad.
La posibilidad, frecuente en la práctica, de que un socio-administradortrabajador no perciba retribuciones en calidad de administrador (porque los estatutos de
la sociedad establecen que el cargo es gratuito) y sin embargo sí perciba retribuciones
por otros servicios que presta dentro de la empresa, hace que estos tengan que
calificarse según los criterios que definen los distintos tipos de rendimientos o en caso
de actividades profesionales, a partir del 1 de enero, por la concurrencia de las
circunstancias expresadas en la nueva redacción del art. 27.1 LIRPF.
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