Capítulo 5 MÁS TERMODINÁMICA Y DISTRIBUCIÓN GRAN CANÓNICA 5.1 Funciónes características En el capítulo anterior hemos visto que la entropía S de un sistema aislado queda determinada por − , el número de microestados accesibles. Consideremos, por el momento, N partículas contenidas en una caja de volumen V = L 3 y energía E . Suponiendo haber resuelto el problema de la enumeración de estados, una vez fijados N , V y E , conocemos − y la entropía se calcula mediante la ecuación S = k ln (− ) : (5.1) Podemos asegurar, entonces, que en equilibrio la entropía es una función de las variables S = S (E ;V ;N ): (5.2) Aquí E indica la energía interna como potencial termodinámico, magnitud que en los capítulos precedentes hemos denotado con E = hE i y que ahora indicamos simplemente con E (mientras no se preste a confusión). Dado que S es una forma de expresar el número de opciones entre microestados que tiene el sistema (i.e., la posibilidad de ubicarse en alguno de los − estados) es evidente que S crece cuando E aumenta, mientras N y V quedan fijos. Cuando se dispone de más energía, hay más formas de repartirla. Esto significa que S es una función monótona de E y que debe existir una función inversa única E = E (S ;V ;N ) ; (5.3) la cual representa la energía interna en función de las variables S ;V ;N . En consecuencia, cuando ocurren pequeños cambios reversibles, incluyendo la posibilidad de variación del número de partículas presentes, podemos escribir µ ¶ µ ¶ µ ¶ @E @E @E dE = dS + dV + dN : (5.4) @ S N ;V @ V N ;S @ N S ;V En el dominio de la termodinámica clásica se estudia el significado de los coeficientes de d S , d V , d N y se sabe que en una variación diferencial del estado termodinámico de un sistema resulta dE = T dS ¡ pdV + ¹ dN ; (5.5) fórmula que expresa la combinación del primero con el segundo principio. Las dos primeras variaciones corresponden a magnitudes familiares en cualquier curso de introducción a la termodinámica. El tercer término contiene el potencial químico ¹ , Funciónes características 53 otra de las magnitudes físicas importantes introducidas por Gibbs. Cuando el número de partículas puede variar porque el sistema está en contacto con un depósito de materia, por ejemplo, una pared de la caja es permeable al ingreso o salida de partículas, ¹ representa el aumento de energía por cada partícula que ingresa al sistema bajo la condición que S y V permanezcan constantes. Comparando 5.4 con 5.5 obtenemos las siguientes expresiones para las derivadas parciales de la energía interna, cuando esta es función de las variables E = E (S ;V ;N ), µ ¶ µ ¶ µ ¶ @E @E @E T = ; ¡p = ; ¹ = : (5.6) @ S N ;V @ V N ;S @ N S ;V Las dos primeras son fórmulas termodinámicas conocidas, a las cuales se debe agregar la tercera que define el potencial químico. En este argumento y en los siguientes, hay que recordar que N es una variable termodinámica macroscópica y representa el valor medio del número de partículas, población que puede variar a través de los distintos microestados del sistema. En la termodinámica clásica se introducen también otros potenciales que dependen de otros grupos de variables, mediante sencillas aplicaciones de la transformación de Legendre a la energía interna, E . Por ejemplo, la energía libre de Helmholtz se escribe como F = E ¡ T S = F (T ;V ;N ) y su variación es dF = ¡ S dT ¡ pdV + ¹ dN : (5.7) Esta expresión indica que F = F (T ;V ;N ) de modo que la transformación de Legendre F = E ¡ T S nos ha permitido, con la nueva función, reemplazar S en favor de T en el conjunto de variables independientes. El nuevo potencial es a menudo más cómodo de manejar que la energía interna, porque sus variables T , V , N , son más cercanas a lo que es directamente conocido por la experimentación que el grupo S , V , N de argumentos de E . Cuando son preferibles las variables T ;p , partiendo de F se pasa al potencial de Gibbs, G (T ;p ;N ) = E ¡ T S + p V (la notación para esta función es © en algunos textos ) cuyo diferencial es dG = ¡ S dT + V dp + ¹ dN : (5.8) Completando la sucesión de los potenciales termodinámicos más comunes, consignamos también la definición de la entalpía, W = E + p V (a veces indicada con el símbolo H ) y su variación dW = T dS + V dp + ¹ dN ; (5.9) de modo que W = W (S ;p ;N ). En cualquiera de estos casos, el efecto de agregar (o quitar) partículas al sistema modifica los potenciales termodinámicos según las relaciones ¹ ± N = (± E )S ;V = (± F )T ;V = (± G )T ;p = (± W )S ;p (5.10) Cabe notar que, tal como sucede con p y T , ¹ también es una variable intensiva, es decir, independiente del tamaño del sistema, mientras que S , V , N y los potenciales E , F , G , son variables extensivas puesto que aumentan junto con V y N . Los Funciónes características 54 potenciales termodinámicos que acabamos de reseñar han sido definidos como funciones de sus respectivas variables naturales, es decir, de argumentos tales que permiten derivar toda la termodinámica de un sistema a partir del potencial sólo mediante operaciones de derivación y manipulaciones algebráicas elementales. Como se recordará, las funciones que poseen esta propiedad se denominan, en termodinámica, funciones características. Supongamos ahora de aplicar la expresión dE = T dS ¡ pdV + ¹ dN ; (5.11) a un pequeño cambio de estado de una porción de materia y que luego rescribimos esta fórmula para una nueva porción del mismo material, ¸ veces mayor que la primera. Las magnitudes extensivas E ;S ;V ;N , devienen ¸ veces más grandes d (¸ E ) = T d (¸ S ) ¡ p d (¸ V ) + ¹ d (¸ N ) : (5.12) Podemos considerar que se ha llegado a la nueva porción de materia sumando muchas pequeñas variaciones, d ¸ , hasta alcanzar la variación ¸ completa. Entonces, se obtiene E d¸ = T S d¸ ¡ pV d¸ + ¹ N d¸ ; (5.13) y visto que d ¸ es arbitrario, resulta E = T S ¡ pV + ¹ N : (5.14) Esta ecuación (que se parece al teorema de Euler para las funciones homogéneas) es denominada, en termodinámica, ecuación de Euler. El lector debe estar atento de no confundir la propiedad diferencial 5.5 con la relación algebráica 5.14 que acabamos de deducir. Los argumentos presentados hasta aquí se refieren específicamente a un gas con N moléculas contenido en un volumen V , de modo que en la ecuación 5.5 el trabajo diferencial realizado por el sistema es p d V y todas las ecuaciones que se derivan de esta heredan consecuencias de esta forma particular. Hay extensiones a otros cuerpos que se pueden escribir facilmente. Por ejemplo, cuando se estudia una muestra de un metal de longitud l, con forma de alambre o barra cilíndrica de pequeña sección ± A , sometida a la tensión ¿ = F = ± A mediante la tracción de una fuerza exterior F , el trabajo realizado por el sistema durante un estiramiento d l vale e ± W = ¡ F £ d l: (5.15) Por lo tanto, en este caso, la argumentación parte de la función E = E (S ;l;N ), donde l es el parámetro macroscópico y ¡ F es la fuerza generalizada correspondiente. En este sistema, F debe ser una función de l cuando la temperatura y el número de partículas se mantiene constante, es decir, que F y l deben estar uńivocamente ligadas, a fin de que la energía interna sea una función de estado. Este requerimiento excluye el tratamiento de procesos de histéresis. Por ejemplo, F puede ser (pero no necesariamente) proporcional a l, como en la ley elástica de Hooke. Funciónes características 55 La expresión que corresponde al caso de una película de líquido de área A , cuya tensión superficial es ° , se escribe como e ±W = ¡ ° £ d A : (5.16) X3 (5.17) En este caso, ° resulta ser independiente de A (siempre a T y N constantes) con muy buena aproximación, de manera que e ± W ¼ d W = ¡ d (° A ) y E = E (S ;A ;N ). El siguiente ejemplo es tal vez menos familiar para el lector, pero en los tratados de teoría de la elasticidad se puede encontrar la explicación que en el caso de un sólido elástico cuyo tensor de esfuerzos es ¾ ij , donde i;j = 1 ;2 ;3 y cuyo tensor de deformación se denota con » ij , el trabajo realizado por el sistema en una variación infinitésima de la deformación vale e ±W = ¡ ¾ ij d » ij : i;j= 1 ¡ ¢ Para este sistema resulta que la energía interna E = E S ;» ij ;N es una función de S ;N y las seis componentes independientes del tensor de la deformación » ij , puesto que se trata de un tensor simétrico. El lector recordará que en los cursos de electricidad y magnetismo se discute como calcular el trabajo asociado con la magnetización de una muestra de material, forjada a manera de una barra cilíndrica, introducida en un solenoide muy largo (eventualmente cerrado como un toro) en el cual circula la corriente exterior I . En ausencia del material magnético en el solenoide existe un campo magnético uniforme que denominamos H (no hace falta aquí la notación vectorial puesto que el campo tiene una sóla componente a lo largo del solenoide). En presencia del material el campo magnético se modifica por la contribución de los momentos magnéticos de origen atómico y se escribe B = H + 4 ¼ M , donde M es la magnetización del material (momento magnético por unidad de volumen) en la misma dirección de H . En el caso sencillo que estamos considerando, donde una muestra uniformemente magnetizada por algún motivo sufre una variación d M de la magnetización, resulta e ± W = ¡ H £ d (V M ); (5.18) donde V es el volumen de la muestra y E = E (S ;V M ;N ) es una función de V M , además de S y N . Está claro que el caso de los gases, para los cuales E = E (S ;V ;N ), es sólo un ejemplo. La generalización de las fórmulas derivadas para los gases al caso de sistemas con otras expresiones para el trabajo realizado, es muy simple. Sean, como en el Capítulo 2, (x 1 ;:::;x n ) los parámetros macroscópicos, variables extensivas del sistema y sean (X 1 ;:::;X n ) las correspondientes fuerzas generalizadas. Conviene tratar N por separado, de modo que no está incluido en el conjunto de los x ® , ® = 1 ;:::;n . El trabajo elemental realizado por el sistema es e ±W = Xn ®= 1 X ® dx ® ; (5.19) Potencial químico 56 así que la expresión equivalente a 5.5 es Xn dE = T dS ¡ donde E = E (S ;x ® ;N ) y µ ¶ @E T = @S N ; ;x ® ¡X ® (5.20) X ® dx ® + ¹ dN ; ®= 1 µ = @E @x® ¶ ; ¹ = µ N ;S @E @N ¶ : (5.21) S ;x ® De manera similar resulta F = E ¡ S T = F (T ;x ® ;N ) y Xn dF = ¡ S dT ¡ (5.22) X ® dx ® + ¹ dN : ®= 1 Asimismo, en general, el potencial de Gibbs es G = E ¡ S T + dG = ¡ S dT + Xn x ® dX ® Pn X ® x ® y se obtiene ®= 1 + ¹ dN : (5.23) ®= 1 Finalmente la fórmula de Euler, en general, resulta E = TS ¡ 5.2 Xn X ®x® + ¹N : (5.24) ®= 1 Potencial químico Volviendo al caso de los gases de la sección precedente, ecuación 5.5, si se diferencia la ecuación de Euler, dE = T dS + S dT ¡ pdV ¡ V dp + d¹ N + ¹ dN ; (5.25) y se resta de 5.5 se obtiene d¹ = ¡ V S dT + dP : N N (5.26) Este resultado se denomina ecuación de Gibbs - Duhem y fue obtenido independientemente por los dos investigadores. Pierre Duhem fue un distinguido científico francés, quien actuó en las décadas finales del siglo XIX y las primeras del siglo XX y legó importantes contribuciones a la termodinámica clásica. La expresión 5.26 nos muestra que el potencial químico ¹ es una función de T y p , o sea, ¹ = ¹ (T ;p ). Sustituyendo en la definición de G = E ¡ T S + p V la fórmula de Euler E = T S ¡ p V + ¹ N , se obtiene G = ¹ N = G (T ;p ;N ) : (5.27) Por lo tanto, vemos que el potencial químico es equivalente al potencial de Gibbs medido por partícula. Potencial químico 57 Sucede que con frecuencia se encuentran sistemas con ¹ < 0 : Esto se puede comprender considerando la ecuación ¶ µ @E : (5.28) ¹ = @ N S ;V ¿Cuanta energía hay que agregar al sistema cuando aumentamos el número de partículas en una, pero manteniendo S y V constantes? Cuando entra una partícula a volumen constante, sin que se agregue energía adicional al sistema, esta se reparte entre un número mayor de componentes, es decir, con un número mayor de maneras distintas de las que se distribuía antes del ingreso. Pero si aumenta el número de estados, aumenta la entropía. Por lo tanto, para volver al valor inicial de la entropía, debemos sacar energía del sistema. Por ello, en muchos sistemas (no en todos, naturalmente) ocurre que el potencial químico es negativo. El argumento presentado falla cuando sucede que no es posible agregar partículas sin, al mismo tiempo, introducir también energía en el sistema, o sea, cuando la interacción entre las partículas es apreciable y de tipo repulsivo. Esto sucede, generalmente, en cuerpos de alta densidad, en los cuales resulta ¹ > 0 , mientras que el caso ¹ < 0 es propio de la materia muy diluida. Dado que en los sistemas abiertos hay un nuevo par de variables termodinámicas conjugadas, como N y ¹ , se puede introducir también otro potencial termodinámico. Entre varias combinaciones posibles, una de las más útiles es el potencial gran canónico, también conocido como potencial de Landau, que designaremos con −b . En estas notas hemos decorado − con el acento circunflejo −b, para distiguir este potencial termodinámico del símbolo empleado para el número de estados. El potencial gran canónico se define como −b = F ¡ ¹ N ; (5.29) d −b = ¡ S d T ¡ p d V ¡ N d ¹ ; (5.30) −b = −b(T ;V ;¹ ) (5.31) de la cual tomando el diferencial resulta de modo que las variables naturales para el potencial gran canónico son y valen las ecuaciones ! à @ −b S = ¡ @T V ;¹ ; p = ¡ à ! @ −b @V T ;¹ ; N = ¡ à ! @ −b @¹ : (5.32) T ;V Cabe notar que algunos autores prefieren emplear ¡ −b para el gran canónico, a fin de absorber el signo menos en las fórmulas de la última ecuación y en cada texto hay que fijarse cual es la definición que adopta el autor. En virtud de la ecuación de Euler vale F = E ¡ T S = ¡ pV + ¹ N (5.33) Los principios variacionales de la termodinámica y, por lo tanto, resulta que 58 −b = ¡ p V : (5.34) Este potencial se emplea en el estudio de sistemas abiertos al intercambio de partículas, en los cuales N puede fluctuar, pero como método alternativo resulta muy útil también en problemas con número de componentes definido. Cuando el trabajo infinitesimal realizado por sistema se expresa de la forma Pn e ±W = X ® d x ® el potencial gran canónico es función de −b = −b(T ;x ® ;¹ ) y su ®= 1 variación diferencial es d −b = ¡ S d T ¡ Xn ®= 1 X ® dx ® ¡ N d¹ : En este caso, en lugar de la segunda de las ecuaciones 5.32, tenemos ! à @ −b X ® = ¡ ; @x® (5.35) (5.36) T ;¹ y en remplazo de 5.34, vale en general −b = ¡ 5.3 Xn X ®x®: (5.37) ®= 1 Los principios variacionales de la termodinámica En termodinámica hay básicamente un único principio variacional. Un sistema aislado en equilibrio alcanza la máxima entropía compatible con los vínculos prescriptos. Pero no siempre esta forma del principio es la más conveniente para las aplicaciones. Interesa a menudo el caso de un cuerpo A , en contacto con un baño térmico A 0. Para obtener el principio variacional para este tipo de equilibrio, formamos un sistema aislado considerando el sistema, el baño, y una fuente de trabajo externa A f (por ejemplo, un pistón que opera sobre A ) como un sólo sistema compuesto. El baño térmico, también denominado ambiente, está siempre en equilibrio a la temperatura T debido a su gran tamaño. Por lo tanto, la energía E 0 y la entropía S 0 de A 0 están vinculadas por d E 0= T d S 0: (5.38) No hay otras contribuciones, porque suponemos que no se realiza trabajo sobre el baño, la interacción con este es puramente térmica. En cambio, la fuente de trabajo está térmicamente aislada de A y de A 0 y su variación de energía ± E f es puramente mecánica. En el ejemplo que estamos comentando vale Pero en general, podríamos tener ±E P f ® ¡ p±V = 0; X ® ± x ® en lugar de p ± V . (5.39) Los principios variacionales de la termodinámica 59 Naturalmente, en este esquema la entropía de E f no cambia. El sistema tiene una presión uniforme p , pero ello no significa que ya está en equilibrio, porque todavía puede intercambiar calor con el baño. La energía total se conserva y por lo tanto ± (E + E 0+ E f ) = 0 : (5.40) Se puede notar que no es posible escribir aún E como función de S y V , porque esto último es cierto sólo en equilibrio. Sin embargo, siempre estamos autorizados a escribir, ± E + T ± S 0+ p ± V = 0 : (5.41) Ahora aplicamos el principio de máxima entropía al sistema total aislado: si está en equilibrio cualquier variación debe cumplir ± S + ± S 0¸ 0 ; (5.42) y de las últimas dos expresiones resulta, ±E · T ±S ¡ p±V : (5.43) Supongamos ahora que el subsistema sólo sufre modificaciones a temperatura constante (igual a la del baño) y a volumen constante, entonces resulta ± (E ¡ T S ) · 0 ; T ;V = co n st:; (5.44) donde F = E ¡ T S es la energía libre de Helmholtz. La condición V constante puede ser reemplazada, en el caso de fuerzas generalizadas, por la condición más general que el cuerpo no realiza trabajo sobre el exterior, o sea, ± E f = 0 . Por lo tanto, podemos concluir que a medida que el sistema realiza fluctuaciones aleatorias por sus estados microscópicos, F disminuye o permanece constante, @ F = @ t · 0 , y que cuando F alcanza su valor más bajo posible, ya no se pueden producir más cambios. Se ha alcanzado el estado de equilibrio termodinámico, bajo las condiciones apuntadas T ;V = co n st. El mínimo de F corresponde al equilibrio, ±F · 0: (5.45) En otra clase de experimentos, puede ser preferible mantener constante la presión del sistema A , igual a la del ambiente p , y permitir que su volumen varíe, siempre a temperatura constante. En este caso es fácil ver que ± (E ¡ T S + p V ) · 0 ; T ;p = co n st:; (5.46) por ello la función que se minimiza en este caso para obtener el estado macroscópico de equilibrio es el potencial de Gibbs, G = E ¡ T S + p V , ±G · 0: (5.47) El resultado se puede extender al caso en el cual actúan fuerzas generalizadas y el sistema puede intercambiar partículas con el ambiente. Para cualquier variación alrededor del equilibrio debe cumplirse X ±E · T ±S ¡ X ® ±x ® + ¹ ±N ; (5.48) ® La distribución gran canónica 60 donde ahora hemos introducido el potencial químico ¹ y el número de partículas N . En esta expresión las variables intensivas T ;X ® ;¹ , corresponden al medio A 0, mientras que las variables extensivas E ;x i;N pertenecen al sistema A que nos interesa (por supuesto, p puede formar parte del conjunto de las X ® , mientras que V puede estar incluido en las variables x ® ). La última fórmula permite generar todos los principios variacionales termodinámicos. Por ejemplo, sea un sistema con una sóla X = p (o sea, un gas) en el cual x = V es constante (no hay trabajo externo) pero N puede variar y se mantienen constantes T y ¹ . Resulta de inmediato ± −b · 0 ; (5.49) donde −b = F ¡ ¹ N , es el potencial gran canónico. El estado equilibrio termodinámico que se alcanza cuando T y ¹ son constantes, debe ser un mínimo de −b. 5.4 La distribución gran canónica Para estudiar el equilibrio de un sistema en contacto con un baño térmico en el cual la energía E puede variar y en el cual también el número de partículas N puede fluctuar, debemos revisar el argumento del Capítulo 2 que nos llevó a la distribución canónica. Debemos tener en cuenta ahora que N es una cantidad que varia de un miembro a otro del ensemble. El sistema completo A 0 está aislado, su energía, número de partículas y volumen, son fijos y estan dados por E 0 , N 0 , V 0 , respectivamente. Como sabemos, en equilibrio hay − 0 estados posibles todos ellos igualmente probables y su entropía vale S 0 = k ln (− 0 ) : Las magnitudes físicas del subsistema A se designan con E , N , V , − y S , mientras que para el resto del sistema A 0 , el baño térmico A 0, se designan esas magnitudes con E 0, N 0, V 0, − 0 y S 0. El acoplamiento de A con A 0 es débil, de modo que la energía del sistema total es la suma de las energías de los sistemas componentes. En equilibrio termodinámico, pequeñas variaciones de la energía E 0 satisfacen la relación d E 0= T d S 0¡ p d V 0+ ¹ d N 0; (5.50) donde T , p y ¹ son propiedades del baño térmico, pero hay que recordar que las magnitudes E 0, S 0, V 0 y N 0 cambian junto con el estado del subsistema A , porque las cantidades correspondientes a A 0 permanecen fijas. En lo que sigue, supondremos que, para cualquier microestado ® de A , cuya energía y número de partículas son, E ® y N ® , respectivamente, se cumplen las condiciones E ® ¿ E 0 ; N ® ¿ N 0 ; (5.51) y que las magnitudes T y ¹ del baño térmico permanecen constantes aunque E 0;S 0 varíen al variar ® . Esto es debido a que A 0es muy grande, de modo que T = @ E 0= @ S 0 y ¹ = @ E 0= @ N 0 son prácticamente insensibles a cambios del microestado de A . Con estas hipótesis podemos escribir − 0 = − £ − 0; S 0 = S + S 0: (5.52) La distribución gran canónica 61 Sea − t el número total de los estados de A 0 cuando no está en equilibrio. En todo momento también será − t = − £ − 0, y S t = S + S 0, donde S t = k ln (− t ). En el equilibrio, la probabilidad de cualquier microestado de A 0 es P e q = −10 . Sin embargo, ahora ponemos nuestra atención sobre la configuración en la cual el subsistema A pasa por un microestado particular ® . Esto sucede debido a las fluctuaciones de las partes de A 0 alrededor del equilibrio térmico. El subsistema A está abierto al intercambio de calor y de partículas con el resto de A 0 , de modo que A fluctúa entre sus microestados posibles. Llamaremos con − 0® el número de estados de A 0compatibles con la condición de que A está en el microestado ® . Resulta entonces que − t® = 1£ − 0 ® (5.53) porque el subsistema A tiene un sólo estado posible, i.e., ® . Dicho de otro modo, entre todos los − 0 estados posibles de A 0 , sólo hay una fracción − t® = − 0® de ellos en los cuales A está en el estado ® . La probabilidad P ® de hallar A en el estado ® es proporcional al número de modos en que esto puede ocurrir. O sea, al número de estados − 0® de A 0(o − t® , que es lo mismo) dividido por el número de modos en los cuales cualquier estado es posible, o sea − 0 . Por lo tanto −0 (5.54) P® = ®: −0 Naturalmente P ® , a diferencia de P e q , no es igual para todos los estados ® de A . Cuanto más grande es la energía, E ® , tanto menor es la energía de A 0 y menor es el número de formas de repartirla, o sea, que − 0® es menor. Por lo tanto, resulta más pequeña la probabilidad del estado ® . Los promedios de las cantidades físicas asociadas a cada estado, digamos la energía, el número de partículas, etc., en general la magnitud Q ® , se calculan con la fórmula X hQ i = P®Q ®; (5.55) ® P donde ® P ® = 1 . Cuando el subsistema A está en el estado ® , la entropía del baño térmico es S ®0 = k ln (− 0® ) (5.56) donde se entiende que S ®0 significa S 0(E 0 ¡ E ® ;N 0 ¡ N ® ), visto que el volumen del subsistema permanece constante. Dado que S 0 = k ln (− 0 ), por diferencia con la última ecuación, se obtiene µ 0¶ −® 0 = ¡ k ln (P ® ) : S 0 ¡ S ® = ¡ k ln (5.57) −0 Vale la pena comentar que S 0 ¡ S ®0 no representa la entropía del subsistema, porque hemos supuesto que está en el microestado ® con certeza y entonces no existen opciones. Para A hay un sólo estado: su entropía debe ser nula. Sin embargo, podemos calcular la entropía de A cuando sus microestados migran debido a las fluctuaciones generadas por las interacciones con el baño térmico. En este caso, no La distribución gran canónica 62 sabemos con precisión acerca de sus estados microscópico, pero podemos promediar sobre el ensemble y obtener un resultado estadístico. Definimos, entonces X S ´ hS 0 ¡ S ®0i = S 0 ¡ hS ®0i = ¡ k hln (P ® )i = ¡ k P ® ln (P ® ) : (5.58) ® Hemos recuperado así la fórmula básica de entropía, debida a Boltzmann y a Gibbs, que hemos obtenido por otro camino en el Capítulo 2, ver ecuación 2.50. Volviendo a la Ec. 5.57, podemos escribir µ ¶ µ 0¶ 1 S® 0 P ® = ex p ¡ (S 0 ¡ S ® ) = C ex p ; (5.59) k k donde C es una constante de normalización, tal como se procedió con la Ec. 4.44 del capítulo 4. Ahora desarrollamos S ®0 µ 0¶ µ 0¶ @S @S 0 0 0 S ® = S (E 0 ¡ E ® ;N 0 ¡ N ® ) ¼ S (E 0 ;N 0 ) ¡ E® ¡ N ®; 0 @ E V 0;N 0 @ N 0 V 0;E 0 (5.60) donde hemos empleado la aproximación 5.51. De esto resulta S ®0 = co n st: ¡ E® ¹ + N ®; T T (5.61) empleando las ecuaciones 5.6. La constante, que no depende de ® , es la entropía que tendría el baño térmico si este tuviera todas las partículas y toda la energía disponibles. Se obtiene, entonces, · ¸ 1 P ® = B ex p ¡ (E ® ¡ ¹ N ® ) ; (5.62) kT donde B es otra constante, que se determina con la condición de normalización · ¸ X 1 1 ex p ¡ (5.63) = (E ® ¡ ¹ N ® ) : ® B kT La distribución de probabilidades para el ensemble del subsistema que hemos obtenido, también introducida por Gibbs, se denomina gran canónica. A partir de la misma se pueden obtener los valores medios del número de partículas y de la energía P N ® ex p (¡ ¯ (E ® ¡ ¹ N ® )) N = hN i = P® ; (5.64) ® ex p (¡ ¯ (E ® ¡ ¹ N ® )) P E ® ex p (¡ ¯ (E ® ¡ ¹ N ® )) E = hE i = P® : (5.65) ® ex p (¡ ¯ (E ® ¡ ¹ N ® )) Un inconveniente de estas expresiones es que nos dan formalmente N = N (T ;V ;¹ ) y E (T ;V ;¹ ) (V interviene en la enumeración de los microestados) y estas no son las variables naturales de E , es decir, aquellas a partir de las cuales se puede obtener, por derivación y otras operaciones elementales, toda la termodinámica (es La distribución gran canónica 63 decir, E en esas variables no es una función característica). Es preferible, entonces, calcular la entropía mediante la fórmula X E ¡ ¹N ; (5.66) P ® ln (P ® ) = ¡ k ln (B ) + S = ¡k ® T y de esta obtener k T ln (B ) = E ¡ T S ¡ ¹ N = F ¡ ¹ N = −b; (5.67) donde −b es el potencial gran canónico (véanse las Ecs. 5.29 a 5.32). Remplazando B por su definición, Ec. 5.63, se obtiene finalmente µ ¶¶ µX 1 b (E ® ¡ ¹ N ® ) ex p ¡ : (5.68) − = ¡ k T ln ® kT Este es el potencial −b = −b(T ;V ;¹ ) del subsistema A en las variables apropiadas: o sea, una función característica. Resumiendo, definimos ahora µ ¶ X 1 Z´ ex p ¡ (5.69) (E ® ¡ ¹ N ® ) ; ® kT que se denomina función de gran partición del sistema que interesa estudiar, donde hay que notar que la suma es sobre todos los microestados posibles, incluyendo la variación de la cantidad de partículas en la descripción y enumeración de los estados. Para un sistema abierto al flujo de materia y en contacto con un baño térmico, el gran potencial se escribe como 1 −b = ¡ ln (Z) ; ¯ siendo ³ ´ X b Z = ex p ¡ ¯ − = ® ex p (¡ ¯ (E (5.70) ® ¡ ¹ N ® )) : (5.71) Al desarrollar el formalismo gran canónico V , T y ¹ han permanecido constantes, mientras que E , N y S resultan de promediar sobre todos los estados posibles del subsistema. Notar que la presión está determinada porque en el baño térmico se cumple una ecuación de estado, p = p (T ;¹ ). Podemos recuperar el resultado de la sección 2.1, si ponemos como vínculo adicional que, además de T y V , quede fijado N . Simplemente, establecemos que para todo ® sea N ® = N , un valor fijo. Resulta entonces, ¶¸ ¶X µ · µ 1 ¹ N (5.72) E® ex p ¡ −b = ¡ k T ln ex p ® kT kT µX ¶¶ µ 1 = ¡ ¹ N ¡ k T ln ; (5.73) ex p ¡ E® ® kT y dado que F = −b + ¹ N , se obtiene F = ¡ k T ln (Z ) ; (5.74) Propiedades de las funciones de partición donde Z = 64 X ex p (¡ ¯ E ® ) : ® (5.75) Es decir, la distribución canónica resulta como caso especial de la distribución gran canónica, (5.76) P ® = D ex p (¡ ¯ E ® ) ; 1 1 = P ; Z ® ex p (¡ ¯ E ® ) P E ® ex p (¡ ¯ E ® ) : hE i = P® ® ex p (¡ ¯ E ® ) D = (5.77) (5.78) Subrayemos algunos de los conceptos que hemos discutido. (a) En un sistema aislado en equilibrio todos los estados del sistema son igualmente probables. (b) Sin embargo, los estados de un subsistema no tienen igual probabilidad. Cuantas más partículas o energía tiene el subsistema, tanto menos quedan disponibles para el baño térmico y por lo tanto, menor es el número de los estados posibles para este último. (c) Hemos encontrado la probabilidad de un microestado del subsistema como función de la temperatura, no examinando el subsistema sino estudiando lo que pasa con el ambiente. Esta es la parte crucial de la argumentación: tal como señala Goodstein (1985) ”el mensaje proviene del baño térmico”. 5.5 Propiedades de las funciones de partición P P En resumen, las cantidades Z = i ex p (¡ ¯ E i) y Z = i ex p (¡ ¯ (E i ¡ ¹ N i)) contienen toda la información acerca de la termodinámica del sistema. Es conveniente que el lector trate de recordar las ecuaciones F = ¡ k T ln (Z ) y −b = ¡ k T ln (Z), donde estos potenciales son funciones de los argumentos F = F (T ;V ;N ) y −b = −b(T ;V ;¹ ), respectivamente. Para formar la energía interna empleamos hE i = E ´ E = F + T S ; (5.79) recordando que @F ; @T µ ¶ @Z : @ T V ;N S = ¡ de donde resulta E = kT Z 2 (5.80) (5.81) De esta ecuación resulta E = E (T ;V ;N ), cuyos argumentos no son variables naturales y la expresión de E no es una función característica. Pero de la ecuación para S resulta que también S = S (T ;V ;N ), de manera que en principio se podría eliminar T entre las dos ecuaciones de E y S , a fin de obtener una nueva función E = E (S ;V ;N ), la cual, como sabemos, con estos argumentos es una función característica. A partir de −b(T ;V ;¹ ) se puede calcular N , el número medio de partículas, que debería indicarse más precisamente con hN i puesto que en la formulación gran Propiedades de las funciones de partición 65 canónica N es variable a través del ensemble, @ −b k T = N = hN i = ¡ @¹ Z µ @Z @¹ ¶ : (5.82) T ;V Respecto de la función de partición gran canónica, Z, hay que señalar que la suma sobre estados ® de la ecuación 5.69 se puede realizar en dos etapas. Primero fijamos un nivel para el número de partículas, N , presentes en el sistema y sumamos sobre todos los microestados l del sistema compatibles con ese número de partículas. En el segundo paso sumamos el resultado sobre todos los valores posibles de N , 0 ;1 ;2 ;:::. En consecuencia, calculamos 5.69 como X X Z= ex p (¯ ¹ N ) ex p (¡ ¯ E l(N )) ; (5.83) N l donde l es la etiqueta que distingue los microestados cuyas energías valen E l(N ) cuando el sistema cuenta con un número fijo, N , de partículas. Utilizando la definición de la función de partición podemos escribir X z N Z (V ;T ;N ) ; (5.84) Z= N donde la magnitud z ´ ex p (¯ ¹ ) ; (5.85) se denomina fugacidad del sistema y donde se emplean funciones de partición Z (V ;T ;N ) para sistemas con N partículas X ex p (¡ ¯ E l(N )) : (5.86) Z (V ;T ;N ) = l En la forma 5.84 la función de gran partición aparece como función generatriz de funciones de partición Z (V ;T ;N ), definidas sobre la base de los estados l de sistemas con N part́iculas, cuyas energías E l(N ), varían con N . En efecto, derivando N veces respecto de la fugacidad y calculando el límite z = 0 resulta µ N ¶ d Z 1 : (5.87) Z (V ;T ;N ) = N ! d z N z= 0 En los próximos capítulos veremos como se emplean las propiedades examinadas en este, para estudiar gases clásicos y cuánticos.