NEGOCIOS LATERCERA Domingo 28 de junio de 2015 COLUMNA Por Luis Felipe Céspedes Un desarrollo equilibrado del país requiere sancionar la colusión E n nuestra sociedad, como lo prueban diversos estudios, la mayoría de los consumidores se sienten vulnerables y desprotegidos ante las grandes empresas. Nuestra política pública apunta a revertir esta situación protegiendo los derechos de los consumidores y generando confianza social de que opera un mercado competitivo, donde se sancionan aquellas prácticas atentatorias a la libre competencia. La opinión pública no quiere impunidad para los delitos económicos que afectan a los consumidores y las empresas de menor tamaño. Por el contrario, espera que el conjunto de la elite política demos señales claras de que estos delitos no serán tolerados y que modernizaremos nuestra legislación. Esta molestia social ante los abusos se acrecentó al conocer el fallo absolutorio del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal que benefició a 10 ejecutivos de farmacias y laboratorios ante la acusación de colusión. Es urgente modificar nuestra legislación, apuntando a tipificar en forma clara y explícita la colusión como un delito criminal. El gobierno de la Presidenta Bachelet ingresó un proyecto de ley en marzo de este año que apunta a sancionar de modo ejemplar a quienes abusen en contra de consumidores y empresas de menor tamaño y establece una sanción de cinco años y un día a 10 años a quienes los tribunales sindiquen como responsables de una colusión. La criminalización de la colusión es indispensable para lograr disuadir y sancionar la más grave de las conductas anti- competitivas. Se limita a quienes toman las decisiones y llevan a las empresas a coludirse en perjuicio de consumidores y empresas de menor tamaño. La literatura y la mejor experiencia comparada han sido muy claras en esta materia: las penas de cárcel son la herramienta más eficiente y legítima para combatir la colusión, como lo prueban los países desarrollados. El proyecto también actualiza nuestro sistema de defensa de la libre competencia en una dimensión sustancial: las multas. Todos hemos sido testigos de que el tope máximo de multas contemplado en nuestra ley de libre competencia no es disuasivo. El caso de colusión de pollos es una fiel muestra de ello. El proyecto propone que las multas asciendan a un límite máximo de hasta el doble del beneficio económico obtenido por el infractor o de hasta el 30% de las ventas del infractor en los productos o servicios asociados a la infracción, durante todo el período en que ésta se prolongue. Para aplicar las multas, se deberán considerar una serie de criterios, a fin de que ellas se ajusten a la gravedad de la infracción y se considere la capacidad económi- La criminalización de la colusión es indispensable para disuadir y sancionar la más grave de las conductas anticompetitivas. Se limita a quienes toman las decisiones y llevan a las empresas a coludirse en perjuicio de los consumidores. ca de la empresa infractora. Esta nueva legislación nos acercará a ser un país desarrollado y equilibrado, donde las empresas respetan a los consumidores y quien no cumple es sancionado drásticamente. Ello permitirá recuperar la confianza en el funcionamiento competitivo de nuestra economía. Creemos que sería una buena señal política que podamos avanzar con la mayor velocidad legislativa posible y de modo transversal en la tramitación de este proyecto de ley -hoy en la Comisión de Economía y en las próximas semanas en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados-, con el objeto de que nuestra institucionalidad pueda contar con herramientas efectivamente disuasivas y que permitan sancionar de forma drástica a quienes se coludan. La protección de la libre competencia es esencial para el desarrollo de Chile. Con ella se garantiza que los consumidores accederán a bienes y servicios al menor precio posible, de la mejor calidad y máxima variedad. Asimismo, se incentiva que las empresas desarrollen prácticas más innovadoras y que no abusen de competidores de menor tamaño. Nuestro desarrollo actual y futuro dependerá de las señales claras que demos como sistema político en tener legislaciones modernas que sancionen las malas prácticas empresariales que vayan en desmedro de los consumidores y, por ello, esperamos que este proyecto de ley que sanciona la colusión y promueve la libre competencia sea respaldado transversalmente para que sea ley durante este 2015. * Ministro de Economía 7