El Consumo de Alcohol. Diferencia entre lo cultural y el abuso.

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El Consumo de Alcohol. Diferencia entre
lo cultural y el abuso.
Lic. Daniel Argibay
El alcoholismo en sus características generales es semejante a otras adicciones a drogas, si
bien distintos autores acentúan la base depresiva del sujeto (más allá de la estructura
psicopatológica de base) en una equivalencia de la bebida alcohólica con la leche como medio
por el cual se calmaran angustias o ansiedades infantiles, como suministro incondicional e
ideal que asegurara la presencia de quien ejerciera la función materna de cuidado y
alimentación. El intento en el beber se orientaría a llenar un vacío, en un movimiento
impulsivo que, revitalizando la lógica de la necesidad, urge la incorporación del líquido en
grandes cantidades. El dolor psíquico, intolerable, exigiría en estos sujetos el intento de su
cancelación. Freud se refirió a las drogas definiéndolas como "quitapenas" que permitirían
esquivar los límites que la realidad impone y acceder a un mundo que ofrecería mejores
condiciones de sensación, planteando que el hombre necesitaría recurrir a lenitivos para
poder soportar el dolor que la existencia plantea. Y en 1912, en "Sobre la degradación de la
vida erótica", texto incluido en " La Psicología de la vida amorosa", hace una alusión directa al
alcoholismo, diciendo que la relación del bebedor con el vino evocaría la armonía más pura,
"como un modelo de matrimonio feliz", preguntándose por qué la relación del amante con su
objeto sexual sería diferente. El alcohol en exceso, como otras drogas, facilita al sujeto
poder escapar al peso de la realidad, refugiándose en un mundo que ofrece “mejores
condiciones de sensación”, pretendiéndose, a través de la intoxicación que provoca, eludir o
aliviar el dolor que el vivir la realidad supone.
El consumo de alcohol representa uno de los aspectos más destacados de la
evolución de los consumos de drogas de los últimos años. El alcohol es, como droga
legal, la más disponible y la de mayor influencia sociocultural y con una cada vez
mas creciente incorporación de mujeres al consumo, es decir, con una casi
equivalencia en las tasas de consumo entre los géneros.
Podríamos preguntarnos porque el abuso de alcohol está tan difundido en casi todo
el mundo, culturas y religiones?
La respuesta es simple, un gran negocio, un extraordinario negocio donde las
ganancias parecen dejar atrás los problemas que el abuso trae de la mano, que son
muchos y graves. Por eso la publicidad del alcohol siempre está acompañada de
rostros sonrientes, escenas felices, y búsqueda de aceptación social, o como el
slogan aquél de "...la bebida de. los pueblos fuertes..", “El sabor del encuentro”, “
Lo que importa es la cerveza".....decían, hace no mucho, algunos avisos,
machacando en los medios y logrando, estas y otras muchas campañas mas, tal
como expresan las cifras, que de los 240 millones de litros de cerveza que se
vendieron en 1980, en el 2007 se fueran a casi 2000 millones de litros. Por
supuesto que en todo este tiempo poco se ha hablado de Riesgo y mucho menos
de Daño, a pesar de que ya es bien sabido que no hay drogas inocuas.
De ahí la importancia relativizar y desestimar como argumento las tradiciones
“culturales” de los hábitos que conducen al consumo de alcohol. Hay, en relación al
alcohol y a estas tradiciones toda una seudo-cultura como es la de salir y reunirse
para consumir, por el solo hecho de alcoholizarse, sobre todo en jóvenes mayores
aunque también en los de edad cada vez más precoz. En los últimos años, el uso de
alcohol y otras drogas, han experimentado cambios importantes: Las cantidades;
las formas y el significado que se le otorga al consumo. El consumo de alcohol en
esta franja etaria se concentra durante los fines de semana, en momentos de
tiempo libre y diversión, con búsqueda de embriaguez, con ingesta de tragos
combinados(energizantes y alcohol) y principal y fundamentalmente: cerveza.
La salud del ser humano, depende de una compleja cadena de factores, cuyo
extremo más próximo es su conducta; los principales determinantes son los estilos
de vida; que comprende actitudes y valores, como así también nuestros hábitos en
alimentación, sexualidad, uso de alcohol, tabaco y otras drogas. El estilo de vida
no depende únicamente de la voluntad de cada persona en particular, ya que se
desarrolla de acuerdo a las condiciones de vida que nos impone lo social. Así y
todo, siempre en este tejido hay un espacio para la RESPONSABILIDAD
SUBJETIVA sobre la propia conducta. Los hábitos nocivos se adquieren
normalmente desde la infancia, la edad de inicio para el consumo de drogas esta
situado aproximadamente entre los 11 y 15 años y aún antes, esto por supuesto no
quiere decir ni que todos los adquieran, ni que por adquiridos lleven al individuo a
un inexorable destino a la persona; cada historia es diferente y es desde esa
subjetividad que se hace la diferencia, tomar o no consciencia, cambiar o no de
posición frente al problema. Lo cierto es que el abuso de alcohol y las
consecuencias del mismo no son sólo un problema de salud, también afecta a las
personas en su vida de relación.
Pero vayamos mas allá de la publicidad y del negocio que en principio mencionaba
¿Porqué el consumo de alcohol se encuentra tan difundido en nuestro país, en
nuestra sociedad?
Hay grupos culturales que sufren angustias, frustraciones, conflictos afectivos,
sociales, insatisfacciones diversas y cuya actitud hacia el alcohol es la de aceptación,
utilizándolo como un "reductor" de tales tensiones, y resulta en muchos casos un
paso previo a otras drogas; son estos grupos los que tienden a producir y generar
un alto porcentaje deALCOHÓLICOS SOCIALES (1) o EBRIOS EVENTUALES (2).
Es en estos grupos donde desde muy jóvenes ingieren bebidas alcohólicas, por
ejemplo la cerveza, sin ninguna o casi ninguna indicación desde los adultos, sin la
contención del límite, sin norma, lo que en los términos en Durkheim se definió
como ANÓMIA, resultado de una ruptura en la estructura sociocultural, debida una
tensión excesiva entre las metas propuestas y los medios legítimos que pueden
usarse. Es decir, los valores culturales generan conductas que van en su contra y
esta desarticulación entre la cultura y la sociedad produce una disolución de las
normas y la anomia misma, o sea, un estado social que se caracteriza por la
ausencia de Ley. Esto es fundamental para entender que la falla o ausencia de las
normas y los controles para contener las influencias poderosas de lo cultural,
conducen de lleno a una peligrosa práctica en torno al alcohol.
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas y el alcoholismo se deben entender
como problemas multicausales. La OMS, Organización Mundial de la Salud, define a
los alcohólicos(1952) como bebedores excesivos cuya dependencia al alcohol afecta
a su salud física o mental, así como sus relaciones con los demás y su
comportamiento social y económico, o bien, que presentan síntomas de tales
manifestaciones. A esto se puede agregar y afirmar que el Alcoholismo es, en
términos de la salud mental, un trastorno de la conducta, que se manifiesta por la
ingesta de grandes cantidades de bebidas alcohólicas y que provocan un
comportamiento anormal o desviado, dañando el funcionamiento social, económico
y/ o la salud de quien las ingiere y su entorno.
Algunos de los criterios básicos para el diagnóstico de la dependencia al alcohol,
con un patrón patológico de uso de alcohol están caracterizado por:

Embriaguez

Amnesia y "lagunas" de los acontecimientos que ocurren durante la
intoxicación

Persistencia en su consumo a pesar que la persona conoce los trastornos e
inconvenientes físicos que le ocasiona la ingesta

Deterioro de la actividad social debido al consumo de alcohol

Presencia de síndromes de tolerancia o abstinencia (Tolerancia: necesidad
de aumentar la cantidad de alcohol para conseguir el efecto deseado)
Al principio el alcohólico puede aparentar una alta tolerancia al alcohol,
consumiendo más y mostrando menos efectos nocivos que la población normal.
Más adelante, sin embargo, el alcohol empieza a cobrar cada vez mayor
importancia en las relaciones personales, la reputación, e incluso la salud física. Las
consecuencias sociales del problema de beber y la dependencia del alcohol pueden
ser tan serias como los problemas médicos.
El desarrollo de la dependencia al alcohol puede surgir en un período de años,
seguido de un patrón progresivo relativamente consistente. Al inicio, el individuo
experimenta una fase de tolerancia al alcohol, lo cual resulta en la capacidad de
consumir una gran cantidad antes que sus efectos adversos se noten. La fase
siguiente a la tolerancia se caracteriza por un deterioro de la memoria relacionada
con los episodios del consumo y posteriormente se presenta una falta de control
durante el consumo, en la cual el individuo afectado ya no puede suspender el
alcohol en el momento en que lo desee.
No existe una causa común del alcoholismo. Entre los factores psicológicos están la
necesidad de aliviar la ansiedad, una depresión en curso, conflictos de relaciones
interpersonales sin resolver o baja autoestima.
El alcohol cumple y ha cumplido su parte en los procesos de iniciación del
adolescente en el "mundo del adulto", en tanto, en nuestras provincias
especialmente, eran los propios padres u otros mayores quienes invitaban el primer
vaso o entre los mismos adolescentes el beber una marca de su ubicación como no
más niño y la botella o la latita elemento de intercambio entre los integrantes de un
grupo. El alcoholismo en sus características generales es semejante a otras
adicciones a drogas, si bien distintos autores acentúan la base depresiva del sujeto
(más allá de la estructura psicopatológica de base) en una equivalencia de la
bebida alcohólica con la leche como medio por el cual se calmaran angustias o
ansiedades infantiles, como suministro incondicional e ideal que asegurara la
presencia de quien ejerciera la función materna de cuidado y alimentación. El
intento en el beber se orientaría a llenar un vacío, en un movimiento impulsivo que,
revitalizando la lógica de la necesidad, urge la incorporación del líquido en grandes
cantidades. El dolor psíquico, intolerable, exigiría en estos sujetos el intento de su
cancelación.
Freud se refirió a las drogas definiéndolas como "quitapenas" que permitirían
esquivar los límites que la realidad impone y acceder a un mundo que ofrecería
mejores condiciones de sensación, planteando que el hombre necesitaría recurrir a
lenitivos para poder soportar el dolor que la existencia plantea.
Y en 1912, en "Sobre la degradación de la vida erótica", texto incluido en "La
Psicología de la vida amorosa", hace una alusión directa al alcoholismo, diciendo
que la relación del bebedor con el vino evocaría la armonía más pura, "como un
modelo de matrimonio feliz", preguntándose por qué la relación del amante con su
objeto sexual sería diferente. El alcohol en exceso, como otras drogas, facilita al
sujeto poder escapar al peso de la realidad, refugiándose en un mundo que ofrece
“mejores condiciones de sensación”, pretendiéndose, a través de la intoxicación que
provoca, eludir o aliviar el dolor que el vivir la realidad supone.
El alcoholismo es un problema que tiene poco que ver con el tipo de alcohol, cuanto
tiempo se ha estado bebiendo, o la cantidad exacta de alcohol que se consume. Sin
embargo, el alcoholismo tiene mucho que ver con la necesidad de beber de la
persona. Esta definición de alcoholismo nos ayuda a entender porque para la
mayoría de los alcohólicos un "poco de fuerza de voluntad" no es suficiente para
dejar de beber. El alcohólico o la alcohólica se encuentra frecuentemente bajo el
control de un ilimitado goce, el mandato de acceder a una demanda que puede
sentirse tan fuerte como la necesidad de agua o comida.
En la actualidad el problema del alcohol tiene dimensión diferente a las de otros
momentos y el que abusa de él se presenta como el mejor adaptado a las reglas
del consumo. Lo cierto es que se trata de un obediente aunque suponga ser
abanderado de la rebeldía. Es dependiente no sólo del alcohol, sino,
fundamentalmente de una cultura que le vende la posibilidad de manera artificial
del logro de lo inmediato sin mayores esfuerzos pero NO sin consecuencias.
(1)Bebedor Social: Personas que siempre que se encuentran en una
situación social, necesitan beber para sentirse más sueltas y divertidas.
Pueden estar sin beber, pero en reuniones sociales no limitan el consumo
de alcohol, y lo hacen hasta sentirse "alegres".
(2)Ebrios ocasionales: En general, son bebedores "fuertes", que
ocasionalmente buscan embriagarse. Suelen ser grupos de "amigos" con
los que salir a "festejar", y ya antes de comenzar con la fiesta tienen
intención de emborracharse. Su forma de beber se relaciona con una idea
de diversión, sin que exista necesidad física.
Referencias bibliográficas:
Durkheim, Emile. (1897) 1999. El Suicidio. México: Ediciones Coyoacán. 5ta.
Edición.
Freud, S.: “El malestar en la cultura”. Obras completas. Amorrortu editores.
Lacan, J.: “Aun”. Seminario 20. Editorial Paidós.
Le Poulichet, S.: “Toxicomanías y psicoanálisis”. Amorrortu editores.
http://www.asociacionantidroga.org.ar/programas/d.htm
http://www.who.int
http://www.ops.org.ar
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