TEMA 5: “FILOSOFÍA Y CIENCIA EN LA ÉPOCA HELENÍSTICA” 1. CONTEXTO HISTÓRICO: EL IMPERIO GRIEGO Por "Helenismo" se entiende un largo periodo histórico que se extiende desde la derrota de Atenas por Filipo II y Alejandro Magno (338 a. C.) hasta la conquista de Alejandría por César (30 d. C.), inicios del imperio romano. Tras las conquistas de toda Grecia, Oriente asiático y Egipto por Alejandro Magno, se impuso la cultura griega en todos los pueblos conquistados, que la fueron asimilando rápidamente. Después de la muerte de Alejandro se establecieron en el vasto imperio tres grandes monarquías: los Lagidas (Egipto), los Seléucidas (Asia) y los Antigonidas (Macedonia). En el marco de las nuevas monarquías territoriales, las antiguas "polis" democráticas perdieron su independencia y fueron subordinadas a los nuevos monarcas absolutos. Pero la lengua griega se impuso en el inmenso imperio y con ella su cultura. A este periodo, en el que se universaliza la cultura griega, se le conoce con el nombre de "Helenismo". Atenas pierde su hegemonía comercial, política y, al menos en parte, cultural. Las monarquías helenísticas suceden a la pequeña Ciudad-Estado. Se acentúan las diferencias entre las clases sociales. La inestabilidad política es permanente. En consecuencia, el individuo se siente perdido al carecer de un marco de referencia que pueda ser abarcado y comprendido. Ya no se siente ciudadano de una polis, su marco de referencia es la humanidad y la naturaleza. La seguridad personal y la felicidad individual se convierten en los grandes anhelos de la época. 2. CONTEXTO CULTURAL: ALEJANDRÍA, CENTRO CULTURAL Durante el periodo helenístico Atenas dejó de ser el centro cultural y comercial, pues con la extensión del imperio van floreciendo nuevos centros culturales y comerciales, como Alejandría, Pérgamo, Rodas, Babilonia, etc. Los pensadores de estos nuevos centros se inclinaron más por el estudio y especialización de las ciencias particulares como matemáticas, astronomía, geografía, historia, ciencias naturales, medicina y artes, que por la filosofía que se había cultivado en la época clásica, con Sócrates, Platón y Aristóteles. El centro cultural más importante de este periodo fue Alejandría, puerto estratégico del Mediterráneo para el comercio, y que en el ámbito cultural reunió a muchos sabios de todos los países, atraídos por la protección que la familia real dispensó a las ciencias y a las artes. Alejandría fue un centro cultural de investigadores; contaba con un anfiteatro para el estudio de la anatomía, laboratorios, un jardín observatorio astronómico y una completa biblioteca. 3. CONTEXTO FILOSÓFICO: DESAPARICIÓN DE LA POLIS Con el helenismo se produce en la filosofía griega un nuevo modelo de plantearse las cuestiones filosóficas. La filosofía clásica griega, que había ideado sistemas y planes de reformas para resolver los problemas de la polis buscando la felicidad del ciudadano dentro de ella, no tiene razón de ser en el imperio actual. El hombre griego, libre de los vínculos que le ataba a la ciudad-estado, se sintió como ciudadano de un mundo inmenso, demasiado agitado como para sentirse seguro y satisfecho. Esta situación provocó una gran desconfianza en el ejercicio de la política como marco normal de solución de los problemas sociales. En la nueva división del trabajo, en la que se impuso 2 una mayor especialización (ciencias particulares), los filósofos se centraron en la búsqueda de soluciones para el hombre angustiado de la época. La filosofía dejó de ser la organización científica de todo el saber humano (Aristóteles), para convertirse en una forma de sabiduría moralizante, cuasi religiosa, preocupada esencialmente por definir la felicidad y como el modo de conseguirla El filósofo comienza a aparecer ante sus coetáneos no ya (o al menos no principalmente) como teórico de la política o sabio dedicado a la especulación pura, sino como un modelo a imitar, maestro de virtud, y experto conocedor del difícil arte de ser feliz. Estos cambios provocan un nuevo capítulo en la historia de la filosofía. Bertrand Russell afirmará: “Aristóteles es el último filósofo griego que afronta el mundo alegremente, después de él, todos tienen de una u otra forma una filosofía de retirada”. En esta frase se resume perfectamente la característica principal de los sistemas filosóficos helenísticos. En la época clásica los griegos se sentían seguros y protegidos por la polis, único lugar donde alcanzar la perfección y la felicidad. El hombre es ciudadano, no individuo. La seguridad y protección de la polis se sustituye por un inmenso imperio en el que se produce una sensación de inseguridad, desarraigo y caída. Las consecuencias más evidentes de esta circunstancia son: Por la inestabilidad de la época, la seguridad personal y la felicidad individual se convierten en las grandes aspiraciones del momento. Se busca la seguridad tomando como referencia las leyes inalterables de la Naturaleza, del Cosmos. Se elabora una nueva Física y una nueva Ética de carácter naturalista y cosmopolita. La filosofía estoica y epicúrea de la época sistematiza buena parte de su doctrina, pero queda subordinada a los fines prácticos de la existencia: «sabio» no es sólo el que sabe sino «el que sabe vivir». La filosofía ahora se concibe como un saber unitario, dividido en lógica, física y ética, pero con una finalidad fundamentalmente moral. La especulación abstracta carece de valor. En esta época florecen numerosas escuelas. Hay muchas influencias mutuas pero también muchas polémicas. Eso explica el eclecticismo que vendrá a continuación. Expansión de las religiones salvíficas (perdón por la palabra, pero simplemente significa que el fin es salvarse, la salvación del individuo a través de la religión). Surgimiento de escuelas éticas cuya finalidad será la felicidad de los individuos (estoicismo, epicureísmo, cínicos y escepticismo). Surgimiento de las filosofías de la religión, en las que se mezclan concepciones filosóficas con intereses de salvación, religiosos. Tanto en las escuelas de moral como en las filosofías de la religión aparece, como decíamos al principio, el individualismo, el desarrollo del sentimiento de interioridad. Fundamentalmente, El ESTOICISMO Y EPICUREÍSMO son la respuesta filosófica a la situación de desamparo en que se encuentra el hombre en la época helenística una vez disuelta la seguridad y familiaridad de la polis tras la conquista macedonia. Son, sobre todo, doctrinas éticas, son filosofías de salvación, que pretenden librar al individuo de sus angustias, ofrecerle las claves de la felicidad. La sabiduría es entendida como un saber vivir. 3 Si desde Sócrates, pasando por Platón y Aristóteles la virtud va unida al saber (ciencia, episteme) con clara prioridad del saber, en la época helenística predomina la virtud sobre el saber: el pensamiento debe servir a la vida y no al revés, es un medio para encontrar formas de vivir bien, para encontrar la felicidad. 4. ESTOICISMO Fue fundado por Zenón de Kitión (Chipre, 336-264 a.C.), quien abrió en 306 su escuela en Atenas, en un lugar llamado Stóa poikilé (Pórtico pintado, de ahí el nombre de estoicismo). La doctrina estoica fue sistematizada por Crisipo (280-210), uno de sus discípulos. El estoicismo tuvo diversos períodos después. El estoicismo medio comenzó cuando Zenón de Tarso sucede a Crisipo. A partir del 135 el estoicismo penetró en Roma e influyó en importantes personajes como Escipiano, Pompeyo y Cicerón. El estoicismo de la época imperial tuvo como figuras destacadas al cordobés Séneca (4a.C.-65 d.C.), tutor de Nerón; Epicteto (50-130) y Marco Aurelio (121180). Son autores fundamentalmente interesados en los temas morales. Es en las obras de estos últimos autores donde encontramos las doctrinas estoicas de toda la escuela, junto con textos de Cicerón, Plutarco, Diógenes Laercio y otros. Aunque el estoicismo utiliza muchos materiales procedentes de filósofos anteriores (Heráclito, Platón, Aristóteles, los cínicos...) también aporta muchos elementos originales. Dio lugar a una síntesis nueva, muy sistemática y coherente, cuya influencia se mantuvo durante muchos siglos. Volvió a ponerse de moda en los siglos XVI y XVII en Europa, influyendo en Descartes, Kant y Hegel, por ejemplo. 4.1. Física Se inspira sobre todo en Heráclito. Habla del mundo como un todo unitario (monismo) y armonioso, regido por la necesidad inflexible de la ley universal (determinismo). El orden natural será así el único refugio capaz de proporcionar racionalidad en un marco social caótico. En vez de hablar de cuatro causas como Aristóteles, propusieron sólo dos principios: la materia (pasivo) y el logos universal (activo, de naturaleza corpórea, no inmaterial). Sólo lo que tiene cuerpo (lo material) es real. El estoicismo es una doctrina estrictamente materialista. La materia carece de cualidades y es pasiva. Al principio activo Razón universal- le llaman Dios. El universo es un todo animado y divino (panteísmo). Todos los acontecimientos están férreamente determinados por una cadena causal inexorable. A esa necesidad que rige el cosmos le llaman los estoicos «destino» o «providencia». Es un orden necesario, pero totalmente racional. El mundo es un ser animado y armonioso, que posee vida propia. Tiene un ciclo vital que termina con una gran conflagración universal, envuelto en fuego, tras la cual todo vuelve a comenzar de nuevo. Cada ciclo posterior repite exactamente el anterior: habrá un nuevo Sócrates y un nuevo Platón, y cada uno tendrá los mismos amigos y conciudadanos. Una misma ley lo rige todo. Los estoicos aportaron el concepto de «ley natural» y de «providencia». Para quien acepta este concepto no tiene sentido hablar de mal en el mundo: nada de lo que sucede puede ser un «mal», aunque lo parezca. Puede que para considerarlo un bien haya que contemplarlo con más perspectiva, pero con la suficiente distancia histórica, incluso lo que ahora parece mal veremos que apunta hacia un bien. Los neoplatónicos, S. Agustín, los escolásticos y Leibniz volverán sobre este asunto afirmando algo parecido. Para los estoicos, el ser humano es una parte del universo sometido al mismo orden que las restantes cosas del cosmos. El alma humana es corpórea, mortal y procede de los padres. 4 4.2. Ética Constituye el núcleo fuerte de la doctrina estoica. Mientras la Física enseña a conocer la Naturaleza, la Ética enseña a vivir de acuerdo con la naturaleza. «El fin supremo del hombre es vivir conforme a la naturaleza, que es lo mismo que vivir según la virtud, ya que la naturaleza nos conduce a la virtud. [...] La virtud del hombre feliz y el buen orden de la vida nacen de la armonía del genio propio de cada uno con la voluntad del que todo lo gobierna. Diógenes dice expresamente que el fin supremo consiste en obrar con prudencia en la elección de las cosas conformes a la naturaleza. [...] La virtud es una disposición del ánimo conforme a la razón y elegible por sí misma, no por medio o deseo de algún bien exterior. En ella consiste la felicidad...» (Diógenes Laercio, VII, 85-90). El bien moral del ser humano, por lo tanto, consiste en vivir de acuerdo con la Naturaleza global y con la propia naturaleza (que es una parte de la primera). Esto equivale a vivir de acuerdo con la razón, porque así descubrimos la Razón universal que rige todo el orden natural. Es sinónimo de vivir en armonía con el conjunto del universo. Hacer lo que exige la razón no es otra cosa que realizar el deber. Kant será quien mejor articule filosóficamente esta ética de la razón y el deber. La virtud es la disposición permanente a vivir de acuerdo con la razón y el deber. Para los estoicos la virtud no admite grados: o se es virtuoso o no; y quien tiene una virtud las tiene todas. Lo que turba a los hombres no son los sucesos, sino las opiniones acerca de los sucesos. Por ejemplo, la muerte no es nada terrible, pues de serlo, también se lo habría parecido a Sócrates; sino la opinión de que la muerte es terrible, ¡eso es lo terrible! “No pretendas que lo que sucede suceda como quieres, sino quiérelo como sucede, y te irá bien”. (Epiceto) Toda tendencia natural es buena, porque la propia naturaleza es norma de conducta. Cuando la naturaleza humana se desvía, entonces surge la pasión, que Zenón define como una conmoción del alma contraria a la recta razón y a la Naturaleza. Ante la pasión, el deber exige autodominio ( apátheia = impasibilidad). Los estoicos entendían la pasión sobre todo como un error del juicio, que nace de una falsa opinión. Proponían un estadio de imperturbabilidad, de serenidad intelectual, conocido como ataraxía estoica. En palabras de Epicteto: «No te dejes dominar por la imaginación. Si aguardas y te contienes, serás más fácilmente dueño de ti mismo». Para los estoicos, el sabio (sofos, sophós) es el que vive según la razón, está libre de pasiones y acepta de buen grado (serenamente) el destino. La auténtica libertad humana consiste en el sometimiento y aceptación de la necesidad, en la abstinencia absoluta ante las pasiones y los placeres. 4.3. Un estoico muy cercano: Séneca Nace en Córdoba (año 4 a. C.) cuando España era todavía una provincia de Roma. Pertenece al estoicismo tardío y crea una doctrina a la que se llamó "senequismo", cuyo pensamiento es "una norma de vida ajustada a la moral y a su filosofía". Séneca es un hombre relacionado con el ejercicio del poder, pues ocupa diversas magistraturas romanas: senador, cuestor y tribuno Siente en carne propia el régimen de terror que impuso su discípulo, el tirano Nerón. Acusado de participar en una conspiración para derrocarlo. Nerón le 5 ordena que se suicide, lo que el filósofo hace abriéndose él mismo las venas como suprema muestra de sus creencias en la necesidad de aceptar resignado e impasible el destino. De Séneca nos ha llegado un documento de gran valor literario: "Carta a Lucilio", a quien exhorta al estudio y a la práctica de la virtud Su filosofía es eminentemente ética, pues es una filosofía para el sentido de la vida Considera que el sabio, más que un teórico, es aquel que dispensa sus consejos a sus discípulos, con los que comparte una relación de verdadera amistad. El deseo de bienes, riquezas y honores es ajeno a la filosofía de Séneca, pues, según él, éstos le apartan de la virtud, o del orden natural. 5. EPICUREÍSMO Epicuro fue uno de los grandes filósofos de la antigüedad, aunque sus ideas fueron poco o mal comprendidas fuera de su círculo de discípulos y apenas se han conservado fragmentos de sus más de cincuenta obras (las conocemos a través de Diógenes Laercio, Cicerón y Séneca). Fuera de Roma, el epicureísmo tuvo uno de sus más ilustres representantes en Lucrecio, autor del poema filosófico De rerum natura. El epicureísmo alcanzó su máxima difusión durante los primeros siglos del cristianismo, atrayendo enormemente a pensadores como San Agustín. Después fue cayendo paulatinamente en el olvido, rodeado de malentendidos. Sólo en el s. XVII se volverían a poner de moda algunas de sus ideas, a través de Pedro Gassendi (15921655). El epicureísmo tenía una finalidad claramente práctica: los epicúreos entendían la filosofía como una “medicina del alma”. La filosofía no se estudiaba para adquirir cultura, sino para ser feliz. 5. 1. La Física epicúrea Se inspira en Demócrito y es materialista. Los dos principios básicos en esta física son: «nada nace de la nada» y «el Todo consiste en átomos y vacío, y es infinito». Los cuerpos son «sistemas de átomos». El número de átomos es infinito, como lo es el espacio vacío, por lo que admitían la posibilidad de que existiera un número también infinito de mundos como el nuestro, que nacen y perecen, aunque el conjunto del universo es eterno e imperecedero. • Los átomos sólo tienen propiedades: tamaño (variable, pero siempre invisibles e indivisibles) y peso. Se mueven en el vacío por su peso, aunque entre ellos pueden producirse choques y desviarse de su trayectoria, por lo que resulta muy difícil predecir su posición. Su doctrina, por lo tanto, es menos determinista que la de Demócrito, pero sigue siendo mecanicista: nada en la naturaleza sucede en orden a un fin. Todo es causa del movimiento al azar de los átomos, sin que haya intervención divina alguna en el origen o funcionamiento de los mundos. Los cuerpos, resultado de la agregación de átomos, poseen cualidades reales (color, textura, etc.), resultado de su estructura atómica. • El alma es material y mortal. Es un agregado de átomos muy sutiles que se extiende por todo el cuerpo. La percepción sensible se reduce al tacto (percibir es entrar en contacto con una emanación de átomos por parte del objeto que percibimos) y el pensamiento es una especie de sensación reflexiva producida por la superposición de sensaciones inmediatas. El alma sigue al cuerpo en su destino, y por eso es mortal. 5. 2. Ética Epicuro admite la existencia de los dioses; los considera seres inmortales y antropomorfos, que viven en los espacios intermundanos, felices y sin intervenir parta nada en la marcha del 6 mundo. Para Epicuro, blasfemar no es negar que los dioses existan, sino aceptar los caracteres que la gente común les atribuye. Todas las teorías de Epicuro tienen una intención ética. Intentaba eliminar los mitos y las supersticiones para conseguir que los hombres pudieran vivir felices y sin miedo. Por eso polemizó contra la religión popular y la teología astral de Platón. Negaba que la Naturaleza tuviese carácter «divino» o que hubiera sido creada por los dioses para provecho del ser humano. No creía que los dioses pudieran intervenir en los acontecimientos naturales. Consideraba que los fenómenos de la naturaleza podían ser explicados por causas naturales, más verosímiles y aceptables que los mitos. Afirmó que los dioses no tienen por qué inspirar miedo: «es absurdo pensar que seres tan perfectos y felices puedan experimentar sentimientos de ira o venganza. Y nada hay detrás de la muerte: el alma se disipa con el cuerpo y no debe sentirse amenazada por los horrores de ultratumba». Si la vida adecuada es aquella que nos permite ser felices, Epicuro comienza por intentar liberarnos de los miedos que considera fundamentales, el llamado "Tetrafármacos": 1. Miedo al destino. Somos libres, no hay ningún destino determinado en un universo azaroso. 2. Miedo a los dioses. Los dioses existen pero no se interesan para nada del mundo de los hombres, viven felices y sin obligaciones. 3. Miedo a la muerte. El alma es mortal, no tenemos que temer lo que le suceda después de la muerte: esta es nuestra única vida. Respecto a la muerte en sí nos dice en su "Carta a Meneceo": "El más terrible de los males, la muerte, no es nada para nosotros porque cuando existimos nosotros no existe la muerte y cuando existe la muerte, nosotros no existimos." 4. Miedo a las enfermedades y las necesidades corporales. No hemos de temerlas, pues ambas son fáciles de solucionar cuando son leves, e inevitables cuando son graves, y entonces ya no tienen remedio. «Parte de nuestros deseos son naturales, y otra parte son vanos deseos; entre los naturales, unos son necesarios y otros no; y entre los necesarios, unos lo son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la vida misma. Conociendo bien estas clases de deseos es posible referir toda elección a la salud del cuerpo y a la serenidad del alma, porque en ello consiste la vida feliz. Pues actuamos siempre para no sufrir dolor ni pesar, y una vez que lo hemos conseguido ya no necesitamos de nada más. [...] Por eso decimos que el placer es el principio y fin del vivir feliz. Pues lo hemos reconocido como bien primero y connatural, y a partir de él hacemos cualquier elección o rechazo, y en él concluimos cuando juzgamos acerca del bien, teniendo la sensación como norma o criterio. Y puesto que el placer es el bien primero y connatural, no elegimos cualquier placer, sino que a veces evitamos muchos placeres cuando de ellos se sigue una molestia mayor […] Por ello, cuando decimos que el placer es el objetivo final, no nos referimos a los placeres de los viciosos -como creen algunos que ignoran, no están de acuerdo o interpretan mal nuestra doctrina-, sino al no sufrir dolor en el cuerpo ni estar perturbado en el alma”. Carta a Meneceo En definitiva, el placer es, en efecto, el criterio de la elección y de la aversión: se tiende al placer, se huye del dolor. Es el único criterio con el cual valoramos todos los bienes. Pero las ideas de Epicuro fueron mal comprendidas por diversos motivos, entre ellos la ambigüedad inherente al término «hedoné», cuya mejor traducción sería «gozo», en lugar de «placer», puesto que Epicuro no entendía por placer sólo el meramente corporal. Cuando afirmaba 7 que «la raíz de todo bien es el placer del vientre» simplemente daba a entender que las necesidades básicas deben estar mínimamente cubiertas. En otros fragmentos parece identificar el placer con la ausencia de dolor. Y cuando afirma: «Salto de gozo alimentándome de pan y agua» mostraba su verdadera actitud, consistente en saber gozar de lo que es natural y moderado, sin pretender ir más allá. En efecto, Epicuro sólo considera lícitos los placeres naturales y necesarios. El hombre prudente intenta escapar al deseo de los demás. Hay placeres que conllevan un dolor ulterior (al igual que hay dolores que producen placer posteriormente); es necesario hacer pues un buen “ cálculo de los placeres", por ello la virtud fundamental es la PRUDENCIA. Se consigue así la ataraxia (ausencia de perturbación en el alma) y la aponía (ausencia de dolor en el cuerpo). Además, también considera los goces del alma (la amistad, recuerdos agradables), e incluso afirma que pueden ser superiores a los del cuerpo, ya que éstos sólo afectan al presente, en cambio, los del alma alcanzan al pasado, al presente y al futuro. Por ello, las virtudes que Epicuro considera fundamentales para alcanzar la felicidad son: 1. La amistad. "De todo cuanto la prudencia nos ofrece para la felicidad de la vida, lo mayor es, con mucho, el logro de la amistad”. 2. La justicia. Aunque la considera una pura "convención", considera que es útil en cuanto evita que los hombres se hagan daño mutuamente. 3. La solidaridad. "Es no sólo más bello, sino también más placentero, hacer el bien que recibirlo". (Fíjate que el placer se erige en esta máxima como el fundamento y justificación de la solidaridad). Epicuro habla de un nuevo hedonismo (diferente al propuesto por Crisipo, que mantenía que había que buscar los placeres activos y que el placer no consistía en la mera ausencia de dolor): él propone que la felicidad está en los placeres -goces- del cuerpo, siempre que sean naturales, moderados y sin excesos, disfrutados con serenidad. Epicuro tiene una concepción del «sabio» muy distinta de la que tienen los estoicos: "sabio" no es quien se abstiene de todo placer, sino el que sabe gozar moderadamente de lo natural y necesario. Prefería la soledad o la compañía de unos pocos amigos íntimos en lugar del ambiente cosmopolita que los estoicos consideraban ideal para desenvolverse. Entendía que los procesos naturales no estaban sometidos a un determinismo férreo, como pensaban los mecanicistas, porque los átomos se mueven libremente en el vacío y esta ausencia de necesidad hace posible que cada persona pueda ser dueña de su destino. No temía a la muerte ni vivía angustiado pensando en el final de la vida. Creía que los dioses no intervienen para nada en la vida de los hombres y que por esa razón era absurdo pensar en la posibilidad de un castigo presente o futuro, resultado de la cólera divina. Los placeres naturales, que eran lo importante para él, eran fáciles de conseguir y también el dolor podía ser vencido con la actitud adecuada. Un ideal de vida así resultaba especialmente atractivo en una época de terrores e histerias colectivas como la de Epicuro. Finalmente, respecto a la vida política, Epicuro, por lo dicho, aconseja respetar las leyes que evitan el que los hombres se dañen mutuamente, pero la ambición política es fuente de turbaciones: "vive escondido", nos aconseja. 6. LOS CÍNICOS: HEREDEROS DE SÓCRATES Sócrates es esencialmente el crítico, el individuo marginal, el enemigo privado de todas las confusiones e hipocresías públicas. Esta misma línea siguieron los cínicos, si bien tergiversando las doctrinas del maestro, en tanto restan protagonismo a la importancia del saber y la búsqueda de la verdad. 8 Para los Cínicos (ss. V y IV a.C.) (Antístenes, Diógenes de Sinope, Hiparchia y Crates) la única manera de evitar los perjuicios de las cambiantes circunstancias es independizarse radicalmente de ellas: la virtud consiste en la ausencia de necesidades y se basta a sí misma para la felicidad. Diógenes expresa el deseo de vivir con la simplicidad de un animal, se denomina a sí mismo "el perro" (el gimnasio estaba en la plaza del Perro ágil. Cínico=perruno). Interpelado por Alejandro mientras estaba vestido con un barril, responde que su único deseo es que se aparte para que le dé el sol. Anticipan el ESTOICISMO de Zenón. Primeros ecologistas, contestatarios y marginales (hoy les llamaríamos “antisistema” o “perroflautas..”), se autoexcluyen de la sociedad. La virtud, y por tanto la felicidad, está en la frugalidad -necesitar poco para tener todo lo que quieres-, y se expresa en frases como "debes poseer todo aquello que puedas llevar en un naufragio". 7. ESCEPTICISMO Pirrón de Elis (360-270) fundó una escuela que tuvo escasa duración pero que dio origen a una corriente de pensamiento, el escepticismo, representativa de muchas posiciones y planteamientos posteriores en filosofía. Aunque ya en los sofistas había pensadores típicamente escépticos -Gorgias, por ejemplo-, fue Pirrón quien asumió el escepticismo como posición filosófica radical. Se oponía así a los filósofos que él consideraba «dogmáticos», aquellos que se creían seguros de haber encontrado la verdad, porque él entendía la filosofía como una búsqueda o indagación (sképsis) continua, que nunca termina, porque la búsqueda filosófica es una lucha permanente contra los dogmáticos que creen haber hallado la verdad definitiva ("fundamentalistas"). Pirrón atribuye a nuestras sensaciones sólo un valor relativo (sólo nos muestran «el modo como aparecen» las cosas ante nuestros sentidos, pero no las cosas tal como son en sí mismas). Todas nuestras opiniones se basan en la tradición y son convencionales. Por eso no hay razones para considerar a una más verdadera que su contraria. La única actitud sensata sería suspender el juicio (epoché) y no decir nada (aphasía). Desde esta concepción de la verdad, Pirrón propone una ética de la imperturbabilidad (ataraxía): ya que no podemos saber nada con certeza acerca de las cosas del mundo, lo apropiado es mantener una absoluta indiferencia ante las cosas, para que ninguna percepción o vana opinión perturbe nuestro ánimo. Intentando responder a los mismos problemas que afrontó el estoicismo y el epicureísmo, Pirrón propuso que sólo el escéptico puede ser feliz y substraerse a las angustias de la vida. 8. NEOPLATONISMO El neoplatonismo es un movimiento filosófico de profunda repercusión en el mundo helénico y cuyo origen se encuentra en Alejandría. Allí Plotino (205-270) recibe las enseñanzas de Amonio de Sacas (filósofo platónico) que influye decisivamente en él. A esta influencia, Plotino añade su interés por las filosofías hindúes y persas. Posteriormente, se traslada a Roma, 9 donde funda su escuela neoplatónica, que nace de la conjunción de tres filosofías; filosofía platónica, filosofía pitagórica y filosofía judeohelenística. El neoplatonismo considera que el principio supremo es el Uno, que lo identifica con el Ser, el Bien, la Divinidad. Del Uno procede todo por emanación, en una forma gradual pasando por el espíritu, el alma del mundo, las almas particulares, hasta llegar a la materia. Es decir, que el mundo sensible aparece por una progresiva degradación a partir del Uno que pertenece al mundo suprasensible. El hombre, para llegar a la identificación con el Uno, debe iniciar un camino de purificación ascética hasta llegar a alcanzar el mundo inteligible, donde se encuentra la Divinidad. 9. LA CIENCIA EN LA ÉPOCA HELENÍSTICA 9.1. INTRODUCCIÓN. Atenas logró conservar su primacía en el terreno de la filosofía, pero Alejandría se convirtió en un gran centro de cultura científica que alcanzó las más altas cumbres conquistadas por el mundo antiguo. Examinemos con brevedad las razones socio- política-culturales que explican este fenómeno. Las obras de construcción de la ciudad de Alejandría se iniciaron en el 323 a.C. y duraron mucho tiempo. El lugar había sido elegido con gran acierto: al hallarse próxima a la desembocadura del Nilo, la ciudad aprovechará al mismo tiempo los beneficios procedentes del cultivo de las tierras del interior y los beneficios obtenidos mediante el comercio. La población aumentó con rapidez llegando gentes de todas partes, especialmente de origen hebreo. La población griega, por supuesto, era la predominante: precisamente, fue en este contexto cosmopolita donde la dimensión cultural helénica en sentido estricto se ensanchó en el sentido helenístico, es decir, al propagarse entre los distintos pueblos y las diferentes razas, la cultura helénica se convirtió en “helenística”. Obligadamente, esta difusión implicó una pérdida de profundidad y de pureza. Al entrar en contacto con tradiciones y creencias diversas, la "cultura helénica" no pudo menos que asimilar alguno de sus elementos. Se hicieron sentir los influjos de Oriente. Los sucesores de Alejandro en el poder (Ptolomeo Lago, Ptolomeo I Soler...) intentaron atraer a los intelectuales griegos a Alejandría, buscando por todos los medios transformarla en capital cultural del mundo helenístico. Nació así una ciudad modernísima dentro de un estado con estructura oriental, ciudad que poseyó un destino único o, por lo menos, absolutamente excepcional. Se propusieron reunir en una gran institución todos los libros y los instrumentos científicos necesarios para las investigaciones, con objeto de suministrar a los estudiosos un material que no habrían podido encontrar en ninguna otra parte, induciéndolos así a venir a Alejandría. De esta manera nació el Museo (que significa institución consagrada a las musas, protectoras de las actividades intelectuales), junto al cual se hallaba la Biblioteca. El primero ofrecía todos los aparatos necesarios para las indagaciones médicas, biológicas, astronómicas; la segunda reunía toda la producción literaria de los griegos. Con Ptolomeo II Filadelfo la Biblioteca llegó a la cantidad de 500.000 libros, que fue aumentando paulatinamente hasta los 700.000 y constituyó la más grandiosa reunión de libros del mundo antiguo. La Biblioteca de Alejandría llegó a acumular todo el saber de la época y a ella se trasladó gran parte de los libros que Aristóteles había reunido en el Liceo y otros materiales científicos y bibliográficos de Grecia y Asia Menor. Un incendio durante el sitio de César a la ciudad en el 48 a.C. la destruyó por completo y todas las obras que contenía se perdieron para siempre. Más tarde, Marco Aurelio volvió a edificarla aportando 200.000 10 volúmenes que hizo traer de Pérgamo. Pero en el siglo IV d.C, en tiempos de Teodosio I, se arruinó definitivamente. 9.2. MATEMÁTICAS Debido al estilo peculiar del pensamiento griego, sin lugar a dudas fue la matemática la ciencia que gozó de mayor aprecio, desde Pitágoras hasta Platón. Recordemos que la tradición afirma que, en la entrada de la Academia, Platón hizo grabar la inscripción: "Que no entre quien no sea geómetra". A Euclides (330-227 aprox.), uno de los primeros científicos que se trasladó a Alejandría, le correspondió el honor de construir la recopilación del pensamiento matemático griego a través de los "Elementos", cuyo planteamiento conceptual siguió siendo válido hasta prácticamente el siglo X I X . Siguiendo el planteamiento de la lógica aristotélica, los Elementos de Euclides presentan asimismo una serie de definiciones, cinco postulados y los axiomas comunes. A menudo se ha debatido la originalidad del contenido de estos Elementos. Está fuera de duda que Euclides aprovechó todo lo que los griegos habían pensado al respecto durante los tres siglos anteriores. Sin embargo, tampoco cabe la menor duda de que su genialidad consiste en la síntesis realizada: es, sobre todo, gracias a la forma de esta síntesis que la matemática griega pasó a la historia. Después de Euclides, y dejando a un lado a Arquímedes, del cual hablaremos en seguida, el más grande matemático griego fue Apolonio de Perga, que vivió en la segunda mitad del siglo III a. C. Han llegado hasta nosotros sus "Secciones cónicas". El tema no era del todo nuevo pero Apolonio replanteó a fondo la cuestión, la expuso de manera rigurosa y sistemática, e introdujo asimismo la terminología técnica necesaria para designar los tres tipos de secciones de cono: elipse, parábola e hipérbole. Los historiadores de la matemática consideran que las Secciones cónicas son una obra maestra de primera magnitud, por lo que los autores modernos poco han podido agregar en este terreno. Si Apolonio hubiese aplicado sus descubrimientos a la astronomía, habría revolucionado las teorías griegas acerca de las órbitas planetarias. Como es sabido, sin embargo, tal aplicación no se llevará a cabo hasta Johannes Kepler, en la Edad Moderna. 9.3. MECÁNICA. Arquímedes nació en Siracusa, alrededor del 287 a.C. Su padre, Fidias, era astrónomo. Viajó a Alejandría, pero no permaneció ligado al ambiente del Museo. Vivió casi siempre en Siracusa, a cuya casa reinante se hallaba unido por lazos de parentesco y amistad. Murió en el 212, asesinado durante el saqueo de la ciudad por las tropas romanas mandadas por Marcelo. Muchos historiadores de la ciencia antigua consideran que Arquímedes fue el más genial de los científicos griegos. Sus aportaciones más brillantes son las relacionadas con la problemática de la "cuadratura del círculo" y la "rectificación de la circunferencia". 11 En su "Tratado de los Cuerpos flotantes", Arquímedes configuró las bases de la hidrostática. En el "Equilibrio de los planos", en cambio, estableció las bases teóricas de la estática. En particular, estudió las leyes de la palanca. Imaginemos un plano recto que se apoya sobre un punto y en cuyos dos extremos colocamos dos pesos iguales. A distancias iguales del centro, los pesos estarán en equilibrio; a distancias desiguales aparece una inclinación hacia el peso que se encuentra a mayor distancia. Basándose en esto, Arquímedes llega a la ley según la cual dos pesos están en equilibrio cuando se hallan a distancias que estén en proporción recíproca a sus pesos específicos. La frase con la que ha pasado a la historia: "Dadme un punto de apoyo y levantaré la Tierra", define la grandiosidad de su descubrimiento. Arquímedes fue un matemático y se consideró como tal, es decir, alguien que trataba teóricamente los problemas; consideraba que sus estudios de ingeniería eran algo marginal. Sin embargo, las máquinas que ideó para defender Siracusa, los aparatos para transportar pesos, la invención de una bomba de irrigación basada en el principio de la llamada "rosca de Arquímedes" y sus descubrimientos relacionados con la estática y la hidrostática, le convierten en el ingeniero más notable del mundo antiguo. Vitrubio narra cómo llegó Arquímedes a descubrir el peso específico, es decir, la relación entre peso específico y volumen. El relato refiere lo siguiente: Hierón, rey de Siracusa, quiso ofrecer al templo una corona de oro. El orfebre quitó una parte del oro y lo sustituyó por plata, que fundió con el resto del oro en una aleación. En apariencia, la corona era perfecta. Sin embargo, surgió la sospecha del delito y, al no poder Hierón justificar su sospecha, rogó a Arquímedes que solucionase el caso. Arquímedes empezó a pensar con intensidad y mientras se preparaba para tomar un baño, observó que al entrar en la bañera salía agua en proporción al volumen del cuerpo que entraba. Intuyó así, de pronto, el sistema con el que se podría comprobar la pureza del oro de la corona. Arquímedes preparó dos bloques, uno de oro y otro de plata, ambos de igual peso que la corona. Los hundió a ambos en agua, midiendo el volumen de agua que desplazaba cada uno y la diferencia relativa entre ambos. Luego constató si la corona desplazaba un volumen de agua igual al desplazado por el bloque de oro. Si no ocurría esto, significaría que el oro de la corona había sido alterado. Debido al entusiasmo del descubrimiento, se precipitó fuera del agua gritando "eureka" ("lo he descubierto"). 9.4. ASTRONOMÍA. La concepción astronómica de los griegos -salvo algunas excepciones que mencionaremosfue geocéntrica. Se imaginaban que las estrellas, el Sol, la Luna y los planetas rotaban alrededor de la Tierra con un movimiento circular perfecto. En consecuencia, se pensaba que existía una esfera encargada de conducir las llamadas estrellas fijas y una esfera para cada planeta, todas ellas concéntricas con respecto a la Tierra. Recordemos que "planeta" (planomai que significa "voy errabundo") significa "estrella errante", esto es, estrella que presenta movimientos complejos y aparentemente no regulares. Ya Platón había comprendido que, para explicar el movimiento de los planetas, no alcanzaba con una sola esfera para cada uno. Su contemporáneo, Eudoxo , trató de solucionar el problema: para explicar las anomalías de los planetas introdujo tantos movimientos esféricos como eran necesarios para, combinados entre sí, dar como resultado los desplazamientos de los astros que observamos. En total, Eudoxo supuso 26 esferas. Su discípulo Calipo aumentó en siete este, 33. Aristóteles llegó a la cifra de 55. 12 En la primera mitad del siglo II surgió el intento más revolucionario de la Antigüedad, por obra de Aristarco de Samos, "el Copérnico antiguo". Como nos relata Arquímedes, Aristarco supuso "que las estrellas fijas eran inmutables y que la Tierra giraba alrededor del Sol, describiendo un círculo". Al parecer, concibe la idea de un cosmos infinito. El único astrónomo que aceptó la tesis de Aristarco fue Seleuco de Seleucia (150 a. C). Por contra, Apolonio de Perga y sobre todo Hiparco de Nicea rechazaron la tesis, volviendo a imponer el geocentrismo que se mantuvo hasta Copérnico. Para la mentalidad de la época era suficiente con establecer hipótesis que pudieran explicar aquello que aparece ante la vista y ante la experiencia. Tales hipótesis se reducen a dos: la hipótesis de los epiciclos consistía en admitir que los planetas rotaban alrededor del Sol, que a su vez giraba alrededor de la Tierra; la hipótesis del excéntrico consistía en proponer la existencia de órbitas circulares en torno a la Tierra, cuyo centro no coincidía con el centro de ésta y que por lo tanto era excéntrico con respecto a ella. Hiparco de Nicea, cuya actividad se sitúa hacia mediados del siglo II a C. brindó la explicación más convincente para la mentalidad de entonces, dando razón de los movimientos de los astros, basándose en esta hipótesis. Por ejemplo, la distancia variable entre el Sol y la Tierra, así como las estaciones, se explican fácilmente si se supone que el Sol gira de acuerdo con una órbita excéntrica respecto a la Tierra. Mediante una hábil combinación de ambas hipótesis, Hiparco logró dar cuenta de todos los fenómenos celestes. De este modo quedó a salvo el geocentrismo y, a la vez, todos los fenómenos celestes parecieron recibir una explicación. Eratóstenes nació en Cyrene en el año 276 a. C. Estudió en Alejandría y Atenas. Alrededor del año 255 a. C fue el tercer director de la Biblioteca de Alejandría. Trabajó con problemas de matemáticas. Una de sus principales contribuciones a la ciencia y a la astronomía fue su trabajo sobre la medición de la tierra. Eratóstenes en sus estudios de los papiros de la biblioteca de Alejandría, encontró un informe de observaciones en Siena, donde se decía que los rayos solares al caer sobre una vara el mediodía del solsticio de verano no producían sombra. Eratóstenes entonces realizó las mismas observaciones en Alejandría el mismo día a la misma hora, descubriendo que la luz del Sol incidía verticalmente en un pozo de agua el mismo día a la misma hora. Asumió de manera correcta que si el Sol se encontraba a gran distancia, sus rayos al alcanzar la tierra debían llegar en forma paralela si esta era plana como se creía en aquellas épocas y no se deberían encontrar diferencias entre las sombras proyectadas por los objetos a la misma hora del mismo día, independientemente de donde se encontraran. Sin embargo, al demostrarse que sí lo hacían dedujo que la tierra no era plana. Además de lo anterior, creó uno de los calendarios más avanzados para su época y una historia cronológica del mundo desde la guerra de Troya. Realizó investigaciones en geografía dibujando mapas del mundo que se conocía hasta ese momento. 13 Claudio Ptolomeo es uno de los personajes más importantes en la historia de la Astronomía. Ptolomeo propuso el sistema geocéntrico como la base de la mecánica celeste. Nació en Egipto en el año 85 y murió en Alejandría en el 165. Recopiló los conocimientos científicos de su época, añadiendo sus observaciones y las de Hiparco de Nicea. Su obra llegó a Europa traducida al árabe, y es conocida con el nombre de Almagesto (Ptolomeo la había denominado Sintaxis Matemática). El tema principal de Almagesto es la explicación del sistema ptolemaico, que sitúa a la Tierra en el centro del Universo y el sol, la luna y los planetas giran en torno a ella arrastrados por una gran esfera llamada "primum movile". Las estrellas están situadas en posiciones fijas sobre la superficie de dicha esfera. Ptolomeo afirma que los planetas realizan órbitas circulares llamadas “epiciclos” alrededor de puntos centrales que, a su vez, orbitan de forma excéntrica alrededor de la Tierra. Así, los cuerpos celestes describen órbitas circulares. La teoría ptolemaica es insostenible porque parte de la adopción de supuestos falsos. A pesar de todo, su obra astronómica tuvo gran influencia en la Edad Media, comparándose con la de Aristóteles en filosofía. Publicó unas tablas derivadas de las teorías del Almagesto pero llamadas “Tablas de mano”. También se encargó de escribir y publicar su Hipótesis Planetaria en un lenguaje sencillo para que lo pudiera entender todo el mundo. Escribió Geografía, donde realizó mapas del mundo conocido dando coordenadas a los lugares más importantes, que contenían graves errores; se dice que esta obra fue lo que llevó a Colón a creer que podía llegar a las Indias por el oeste, ya que en ellos parecían que estaba más cerca. A pesar de todos los errores que Ptolomeo cometió en sus trabajos, fue uno de los astrónomos que cambió la visión del universo. 10. SELECCIÓN DE TEXTOS DE LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA. CÍNICOS (SOBRE DIÓGENES) “El programa de nuestro filósofo se expresa por completo en la célebre frase "busco al hombre" que Diógenes pronunciaba caminando con una linterna encendida en pleno día, por los sitios más atestados de gente. Con una ironía evidente y provocadora, Diógenes quería dar a entender lo siguiente: busco al hombre que vive de acuerdo con su esencia más auténtica, busco al hombre que, más allá de todas las exterioridades, de todas las convenciones sociales, y más allá de los caprichos de la suerte y de la fortuna, sabe encontrar su genuina naturaleza, sabe vivir conforme a ella y, así, sabe ser feliz. Diógenes se propuso la tarea de demostrar que el hombre siempre tiene a su disposición lo que necesita para ser feliz, a condición de que sepa darse cuenta de cuáles son las exigencias reales de su naturaleza. Hay que entender en este contexto sus afirmaciones acerca de la inutilidad de las matemáticas, la física, la astronomía y la música, y sobre lo absurdo de las construcciones metafísicas. El comportamiento, el ejemplo, la acción substituyen la mediación conceptual. Con Diógenes, el cinismo se convierte en la más anticultural de las filosofías que hayan conocido Grecia y Occidente. También en este contexto hay que interpretar sus conclusiones extremistas, que lo llevan a proclamar que las necesidades verdaderamente esenciales del hombre son aquellas de tipo elemental que provienen de su animalidad. Teofrasto cuenta que Diógenes "vio en una ocasión cómo corría un ratón de aquí para allá, sin meta definida (no buscaba un lugar para dormir, no tenía miedo de la oscuridad ni tampoco deseaba algo de lo que corrientemente se considera deseable), y así descubrió el remedio de sus dificultades". Se trata de un animal que le enseña al cínico una manera de vivir: vivir sin metas (sin las metas que la sociedad propone como necesarias), sin necesidad de casa ni de vivienda fija y sin las comodidades que brinda el progreso. El desprecio por los placeres resulta esencial para la vida del cínico, puesto que el placer no sólo ablanda el cuerpo y el espíritu, sino que pone en peligro la libertad, convirtiendo al hombre en esclavo de las cosas y de los hombres relacionados con los placeres. Los cínicos también ponían en tela de juicio el matrimonio, al que sustituían por una 14 convivencia acordada entre hombre y mujer. Y naturalmente, se discutía la ciudad: el cínico se proclama ciudadano del mundo”. G. Reale y d. Antiseri: Historia del pensamiento filosófico y científico. Ed. Herder. ESTOICISMO “Alguien podrá decir: ¿de qué me sirve la filosofía, si existe algo como el destino? ¿Para qué, si es un dios el que gobierna, si todo está sometido al azar? Pues no podemos modificar lo que ya está fijado de antemano, ni hacer nada contra lo imprevisible; porque, o el dios se anticipó a mi decisión y determinó lo que había que hacer, o la suerte cierra toda posibilidad de juego a mi libre decisión. En cualquiera de estos casos, o aunque esas hipótesis fueran ciertas, debemos acudir a la filosofía: sea que el destino nos tenga cogidos en una red de la que no podemos escapar, o que un dios, árbitro del universo, lo haya decidido todo, o que el azar empuje y agite sin orden los asuntos humanos, la filosofía está para protegernos. Nos dirá que obedezcamos al dios de buen grado, que respiremos duramente a la fortuna. Te enseñaré como seguir al dios, como sobrellevar el destino” Séneca, Carta XVI a Lucilio. EPICUREÍSMO “Acostúmbrate a considerar que la muerte no es nada para nosotros, puesto que todo bien o todo mal están en la sensación, y la muerte es pérdida de la sensación. Por eso, el recto conocimiento de que la muerte no es nada para nosotros hace amable la mortalidad de la vida, no porque añada un tiempo indefinido, sino porque suprime el anhelo de inmortalidad. Nada hay realmente en la vida para el que está realmente persuadido de que tampoco se encuentra nada terrible en el no vivir. De manera que es un necio el que dice que teme la muerte, no porque haga sufrir al presentarse, sino porque hace sufrir en su espera: en efecto, lo que no inquieta cuando se presenta es absurdo que nos haga sufrir en su espera. Así pues, el más estremecedor de los males, la muerte, no es nada para nosotros, ya que mientras nosotros somos, la muerte no está presente, y cuando la muerte está presente, entonces nosotros no somos”. Epicuro, Carta a Meneceo. ESCEPTICISMO “En efecto, cuando el escéptico, para adquirir la serenidad de espíritu, comenzó a filosofar sobre lo de enjuiciar las representaciones mentales y lo de captar cuáles son verdaderas y cuáles falsas, se vio envuelto en la oposición de conocimientos de igual validez y, no pudiendo resolverla, suspendió sus juicios y, al suspender sus juicios, le llegó como por azar la serenidad de espíritu en las cosas que dependen de la opinión. Pues quien opina que algo es por naturaleza bueno o malo se turba por todo, y cuando le falta lo que parece que es bueno, cree estar atormentado por cosas malas y corre tras lo -según él piensa- bueno y, habiéndolo conseguido, cae en más preocupaciones al estar excitado fuera de toda razón y sin medida y, temiendo el cambio, hace cualquier cosa para no perder lo que a él le parece bueno. Por el contrario, el que no se define sobre lo bueno o malo por naturaleza no evita ni persigue nada con exaltación, por lo cual mantiene la serenidad de espíritu” Sexto Empírico. 15 11. PREGUNTAS SOBRE LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA 1ª/ ¿Por qué la seguridad personal y la felicidad individual se convierten en los grandes anhelos de la época helenística? 2ª/ Rasgos básicos de la filosofía helenística. 3ª/ ¿Qué tienen en común el estoicismo y el epicureísmo? ¿Por qué hay un predominio de la virtud sobre el saber? 4ª/ Rasgos básicos de la física estoica. 5ª/ ¿Qué es “vivir según la razón? ¿Qué actitud tiene el sabio estoico? 6ª/ ¿Qué tipo de miedos nos esclavizan e impiden que seamos felices? 7ª/ ¿Qué significa que “el placer es el principio y el fin de la vida feliz”? ¿Qué tipo de placeres nos propone Epicuro como los más idóneos y por qué? 8ª/ ¿En qué consiste la virtud para los cínicos? 9ª/ ¿Cómo concibe la filosofía Pirrón de Elis y por qué nos propone una “ética de la imperturbabilidad”? 10ª/ ¿Qué es el Uno para Plotino y con quién lo identifica? 11ª/ ¿Qué aportaciones hicieron a las Matemáticas Euclides y Apolonio de Perga? 12ª/ Explica las principales aportaciones de Arquímedes a la Mecánica. 13ª/ ¿Por qué no tuvo éxito la hipótesis propuesta por Aristarco de Samos? 14ª/ ¿Qué son los epiciclos y las deferentes? ¿Para qué se utilizaron en la época helenística? 15ª/ ¿Qué aportaron Eratóstenes y Ptolomeo a la astronomía de su tiempo? 16ª/ Pon un título a cada uno de los textos del apartado 10 y explica su contenido. 17ª/ ¿Con cuál o cuáles de las teorías éticas del período helenístico estás más de acuerdo y por qué? 18ª/ ¿Qué teoría ética es hoy más actual y por qué? 16