5. Epicuro

Anuncio
Introducción a la Filosofía
5. Epicuro
UOM
Joaquín Valdivielso
La Escuela según Rafael
La nueva Academia
Carnéades (219)
Fundada por Arcesilao (315240 a. C.)
Tendencia acentuada al
pitagorismo y absorción por
el eclecticismo y finalmente
por el cristianismo
Cerrada por Justiniano ya en
el siglo VI de la era cristiana
El Liceo
Teofrastro (322-288 a.C.)
Continúa la labor de
Aristóteles
Tendencia cada vez
más científica
Desarrollo en la
Escuela de Alejandría,
el Museo, donde se
formarán Euclides o
Arquímedes
Escepticismo
Pirrón de Elis (360-270 a.C.),
Timón, Sexto Empírico
Oposición al dogmatismo
Suspender el juicio (epoché) y
no decir nada (aphasía)
Ética de la imperturbabilidad
(ataraxía) y la indiferencia
(adiáphora)
Estoicismo
Fundado por Zenón (336-264 a. C.),
seguida por Cleantes, Crisipo
Estoicismo medio:
Panecio (185-112 a.C.) y Posidonio
Época imperial: Séneca (4 a.C- 65 d.C.),
Epicteto y Marco Aurelio
Idea de “ley natural” y de “providencia”
Vivir de acuerdo a la naturaleza de la recta
razón
Los cínicos
Diógenes de Sínope (400-323 a.C.)
Lucha contra las convenciones,
incluida la desigualdad entre
hombre y mujer, el poder, la
autoridad y la propiedad privada
«sólo hay un gobierno justo, el
del universo [kósmos]»
ciudadano «cosmopolita»
Epicureísmo
Epicuro de Samos (342-270 a.C.)
Funda el Jardín en Atenas
Adopta el materialismo de
Demócrito
Y el hedonismo (el bien coincide
con el placer) de Aristipo de Cirene
Horacio: Epicuri de grege porcum,
«Epicuro, cerdo entre los griegos»,
que Séneca y destacados estoicos
romanos compartieron.
Fuentes del epicureísmo
Lucrecio (c. 95-55 a.C.): De rerum natura
Cartas a Meneceo, Heródoto y a Pitoclés
Su testamento, las Máximas capitales
Alguna referencia en Diógenes Laercio,
Cicerón, Séneca y otros historiadores como Plutarco
Una compilación de sentencias morales descubiertas en el
siglo XIX
Una inmensa inscripción realizada hacia el año 200 por
Diógenes de Enoanda en un gran muro de piedra en Licia, la
actual Turquía
Papiros carbonizados en la biblioteca de Filodemo, en una
villa de los Pisones de Herculano, que había sido sepultada
por el Vesubio alrededor del 70 d.C., y que vienen siendo
restaurados hasta hoy.
Teoría del conocimiento
Todo conocimiento depende de la sensación, de la
que procede el único tipo de evidencia al alcance de
la naturaleza humana, la enárgeia, la certeza del
rastro que el movimiento de los átomos deja
impresa en nuestros sentidos
Hay que procurar que, de acuerdo a «la evidencia
de los hechos [...], guardando siempre el criterio de
la posibilidad, cada una de las explicaciones se
lleve adelante de acuerdo con los fenómenos»
La repetición de estas experiencias produce en el
hombre una prolépseis o anticipación basada en el
recuerdo
Física: El atomismo
«Es necesario que los elementos primeros sean las
sustancias indivisibles de los cuerpos».
Los átomos (sin-partes, sin porciones) son la forma
minima de los cuerpos, partículas elementales de
todo
Perpetuo movimiento de corpúsculos infinitos en
cantidad y de diversas formas —finitas en su
número— en el espacio vacío
El conjunto de la materia es fijo, todo está en
transformación pero la materia en su conjunto ni se
crea ni desaparece, «nada nace de lo que no
existe» y «es necesario que algo permanezca como
fundamento y no se destruya en el no ser».
Libertad y determinismo
De su choque se forman
cuerpos compuestos o
se desplazan libremente
de unos a otros
Epicuro introduce la
indeterminación, en contra
de Demócrito: la inclinación
Naturalismo moral
No hay libre albedrío ya que «nada puede hacerse
de la nada»
La voluntad es una fuerza corporal producida por
«moléculas todas esparcidas»
«En el momento que se abre la barrera, los
caballos, ansiosos de volar en la carrera, no lo
pueden hacer tan prontamente como su espíritu
codicia» (Lucrecio)
El hombre, como el caballo, es libre en tanto un
ímpetu interno a sí mismo de origen material se
impone a una «fuerza extraña», que nos arrastra
«contra nuestro gusto».
Hedonismo de la moderación
Perspectiva «pathocéntrica»: la sensación es
lo prioritario, «todo el bien y todo el mal
residen en las sensaciones».
cuatro son las causas principales del
malestar: el temor de los dioses, de la
muerte, del dolor y las falsas opiniones.
Y cuatro son las soluciones o phármakon: no
hay que temer a los dioses, ni a la muerte, es
fácil procurarse el bien, y es fácil soportar el
dolor.
Ataraxía, tranquilidad del espíritu
“La tranquilidad del espíritu nace del liberarse
de todos estos temores y del rememorar de
forma continuada los principios generales y
los preceptos fundamentales. Por tanto,
hemos de atenernos a lo que está presente
tanto en las sensaciones [...], como en la
evidencia inmediata de cada uno de los
criterios. Si respetamos estos principios,
conoceremos sin duda el motivo de nuestra
turbación y nuestro miedo”
Tipos de placeres o goces
Referidos al reposo —estables, estáticos o
catastemáticos—, que no pueden ser mejorados una
vez logrados
Referidos al movimiento —cinéticos o inestables—, ya
sean del cuerpo o del alma, a los que siempre cabe
añadir satisfacción
Naturales y necesarios —necesidades básicas, alivio del
dolor
Naturales y no necesarios —una comida opulenta—
Superfluos —«el afán por obtener coronas y estatuas»,
riqueza y lujo, etc.—, germen de la perturbación.
La felicidad pasa por «relacionar cada elección o cada
negativa con la salud del cuerpo o la tranquilidad del
alma, ya que éste es el objetivo de una vida feliz».
Carta a Meneceo
“Cuando decimos que el placer es la única finalidad,
no nos referimos a los placeres de los disolutos y
crápulas [...] sino al hecho de no sentir dolor en el
cuerpo ni turbación en el alma”
“Cada placer, por su propia naturaleza, es un bien,
pero no hay que elegirlos a todos. De modo similar,
todo dolor es un mal, pero no siempre hay que
rehuir el dolor. Según las ganancias y los perjuicios
hay que juzgar sobre el placer y el dolor, porque
algunas veces el bien se torna en mal, y otras veces
el mal es un bien”
El Jardín, comunidad de iguales
El ámbito idóneo de satisfacción emocional mesurada es
la philía, una camaradería afectiva intensa basada en la
reciprocidad, que culmina en una virtud práctica serena,
al ritmo «natural» del cuerpo satisfecho en su justa
medida y liberada de los prejuicios en la suspensión de
las opiniones sospechosas.
El Jardín se convirtió en una auténtica comunidad de
iguales, en que incluso mujeres y esclavos participaban
de una vida austera en lo material, de moral libertaria y
gran sensibilidad para con las relaciones de proximidad.
Según Séneca, la inscripción a la puerta del Jardín
decía Hospes hic bene manebis, hic summum bonum
voluptas est.
Carta a Meneceo
“Que nadie, mientras sea joven, se muestre
remiso en filosofar, ni, al llegar a viejo, de
filosofar se canse. Porque para alcanzar la
salud del alma, nunca se es demasiado viejo
ni demasiado joven”
Quien afirma que aún no le ha llegado la
hora o que ya le pasó la edad, es como si
dijera que para la felicidad no le ha llegado
aún el momento, o que ya lo dejó atrás”
Influencia
Hubo dos grandes escuelas epicúreas en Rodas y
en Herculano, en los alrededores de Nápoles, y que
fue dominante a mediados del siglo i a.C
Buena parte de la intelectualidad romana se formó
en los círculos epicúreos ya desde mediados del
siglo II a.C., con Virgilio, Horacio o Julio César como
ejemplos
Se convirtió en una filosofía práctica, una especie
de filosofía popular entre las familias ilustres, que
aún en el siglo ii d. C. eran la doctrina de la corte de
Trajano.
Influenció a Bruno, Bacon, Gassendi, Hobbes,
Galileo, Newton, Voltaire, Hume, o Marx
Descargar