06-final.qxd 3/1/05 7:11 PM Página 1 Suplemento para los chicos del diario Hoy en la Noticia La Plata, miércoles 2 de marzo de 2005 Ballena Franca Franca Austral Austral Ballena Ficha Informativa Hábitat: Península Valdés (provincia de Chubut), Océano Atlántico. Nombre científico: Eubalaena australis. Dimensiones: entre 12 y 15 metros. Peso: 30 a 40 toneladas. Situación actual: Amenazada. Alimentación: Organismos microscópicos y plancton. Se trata de una especie considerada en extinción. Te contamos todo lo que te gustaría saber sobre este animal que habita en la maravillosa Península Valdés La ballena franca austral es un noble animal que llega a fin de invierno y comienzos de la primavera a la zona de la Península Valdés (provincia de Chubut). Aún se desconoce cuál es el recorrido exacto que realiza mientras no está en nuestras costas. Hace un tiempo abundaba en todo el hemisferio Sur, pero estuvo a punto de extinguirse y desde 1935 está protegida internacionalmente. El nombre científico de esta especie, declarada Monu-mento Natural Nacional, es eubalaena australis. La hembra es más grande que el macho: las primeras miden unos 13,5 metros y pesan alrededor de 35 mil kilos, mientras que los machos adultos llegan a los 12,5 y a un peso de 30 mil. La reproducción Llevada al borde de la extinción por los cazadores, en los últimos años la especie tuvo una lenta recuperación. En la zona de la Península Valdés, las hembras adultas tienen una cría cada tres años. Y aunque no se pue-da afirmar si alguna vez se ha visto el nacimiento de una ballena franca, sí se tiene alguna La ballena franca no tiene dientes, sino barbas. Unas placas rígidas en cada mandíbula superior, como si fueran peines sobre cada lado idea sobre su ciclo reproductivo. Por ejemplo, que varios machos compitan por una misma hembra y hace prácticamente imposible determinar cuál de ellos engendró el ballenato. El período de gestación es de unos 12 meses y la mayor cantidad de alumbramientos se da entre julio y septiembre. Los ballenatos son capaces de nadar a poco de nacer, pero para alimentarse deben sumergirse debajo de su madre. Durante la primera etapa de su vida, los ballenatos son celosamente cuida- dos por sus madres. Con la madurez, comienzan a alejarse cada vez con más frecuencia y a distancias más considera-bles, aunque el contacto no se pierde hasta que la cría llega a la categoría de subadulto. Las características Otra de las exclusividades de la ballena franca son las callosidades. Su distribución es distinta en cada ejemplar y se utilizan en la identificación de cada indivi-duo. Estas callosidades son, en realidad, enormes cantidades de ciámidos, unos diminutos crustáceos de la misma clase de los cangrejos y camarones, de hasta un centímetro. Estas formaciones les dan una tonalidad blanca, anaranjada, amarilla o rosada. Es interesante disfrutar en los mares del sur de los juegos de la ballena franca, de sus saltos y golpeteos en el agua y de esa extraña acrobacia que consiste en mantener sus aletas caudales fuera del agua para perder calor, posición en la que pueden estar durante más de diez minutos. Sus pieles son elásticas y lisas, negras o pardas, según la ocasión, y guardan una gruesa capa de grasa. La alimentación La ballena franca se alimenta principalmente de plancton, pequeños invertebrados marinos. Y no tiene dientes, sino barbas. Unas placas rígidas insertadas en cada mandíbula superior que se disponen como si fueran peines sobre cada lado. Para alimentarse nada lentamente con la boca abierta por la superficie o por debajo de ella, atrapando su comida. Por hora, la ballena franca puede llegar a capturar unos 300 kilos de alimento. Si bien el hombre es el único responsable de haber llevado a la ballena franca al borde de la extinción, la escasa reproducción contribuye poco y nada a la conservación de esta especie que habita la Península Valdés.