CÁMARA TERCERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL

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RR-99-AQCM-12
CÁMARA TERCERA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCIÓN DEL CENTRO: San
Salvador, a las nueve horas cinco minutos de veintiocho de mayo de dos mil doce.
Por recibido el oficio número 689 de fecha veintisiete de marzo del presente año,
procedente del Juzgado Quinto de lo Civil y Mercantil, juntamente con informe suscrito por el
doctor SAÚL ERNESTO MORALES, en su calidad de Juez Quinto de lo Civil y Mercantil, y el
Proceso
Mercantil
Ejecutivo
promovido
por
“FONDO
DE
SANEAMIENTO
Y
FORTALECIMIENTO FINANCIERO”, por medio de su apoderado general judicial
licenciado JORGE ALBERTO SALAZAR GRANDE, en contra de los señores MARIO
ISABEL V. M. y ROXANA GRACIELA P. C. D. V., constando de 103 folios útiles.
I. ANTECEDENTES.
El señor Juez Quinto de lo Civil y Mercantil doctor SAÚL ERNESTO MORALES, en su
escrito en lo pertinente EXPRESA: “Este Juzgador quiere poner en conocimiento a los
Honorables Magistrados de la Cámara Tercera de lo Civil de la Primera Sección del Centro, que
mi persona antes de ser nombrado como Juez del Juzgado Quinto de lo Civil y Mercantil de San
Salvador, me encontraba ejerciendo el cargo de Juez de Sentencia, junto al tribunal colegiado, por
cuestiones de mi cargo recibido por ministerio de Ley, me toco (sic) juzgar en un proceso penal
al Doctor Julio Cesar Mena Varela, (debiendo aclarar que mi función la ejercí sin ningún interés
personal, respetando los principios que me regían), y fue así que a raíz de una resolución
desfavorable que se dio en su oportunidad en su contra, dicho profesional el Doctor Julio Cesar
Mena Varela, promovió ante la Cámara de lo Civil una demanda por “Daños y Perjuicios”, por
no estar de acuerdo dicho profesional con la resolución emitida por el tribunal donde fungía como
juez de lo penal. Asimismo, no omito manifestar que en la Sentencia de la Cámara de lo Civil,
fuimos absueltos de responsabilidad por la demanda interpuesta por “Daños y Perjuicios” por el
profesional antes mencionado; Y no obstante esa circunstancia de conformidad al Art. 52 CPCM,
considero que es razonable hacer de su conocimiento esta circunstancia, por que de continuar
conociendo en este caso, si aconteciera una eventual resolución, que no fuese favorable a dicho
profesional, se pondría en duda mi imparcialidad frente a las partes y ante la sociedad, por eso
considero pertinente que debo de excusarme (sic) de seguir conociendo sobre el presente proceso
ejecutivo mercantil. Por todo lo anterior me parece que se puede afectar la transparencia e
imparcialidad en la administración de justicia, y considerando que puedo encontrarme en lo que
establece el art. 52 inc. 1 CPCM (…) Por todo lo antes expuesto, y en base a la ética y moralidad
profesional, que me rige e impone el Art. 13 CPCM, y para impedir que la imparcialidad y la
justicia se vean empañadas en el presente caso, el suscrito juez se abstiene de conocer sobre el
escrito de oposición presentado a las once horas del día trece de marzo del año dos mil doce,
agregado a f.s. (sic) 84 al 90, y que fue presentado por el Doctor Julio Cesar Mena Varela; (…)”
De fs. 91 a 92 p.p., se encuentra agregado el auto por medio del cual, el Juez Quinto de lo
Civil y Mercantil decidió abstenerse de conocer del proceso cuya demanda fue interpuesta el
catorce de octubre del año anterior.
II. PRETENSIONES.
En el sub litem, el señor Juez Quinto de lo Civil y Mercantil, doctor Saúl Ernesto
Morales, pone en conocimiento de esta Cámara su decisión de abstenerse de conocer del Proceso
ya relacionado al inicio de este auto, por considerar que puede ponerse en peligro su
imparcialidad, exponiendo los motivos en el informe anexo al oficio que ha sido relacionado en
el romano I.
III. ANÁLISIS DE LA ABSTENCIÓN.
Es menester referir que mediante el procedimiento de la abstención se instaura la
necesidad constitucional de la imparcialidad judicial en el ejercicio de la función jurisdiccional,
protegiendo a las personas colocadas en dichos cargos de situaciones que puedan poner en
peligro la imparcialidad señalada.
La abstención es el medio legal por el cual el juzgador se excluye del conocimiento de la
causa, en el supuesto de que su relación con algunas de las partes o con el objeto del proceso sea
susceptible de poner en duda la imparcialidad de sus decisiones.
Refiriéndonos a la
imparcialidad como elemento a respetar en el ejercicio de la función jurisdiccional, debe
entenderse la falta de designio anticipado o de prevención a favor o en contra de personas o
cosas, de lo que resulta la posibilidad de juzgar o proceder con rectitud; la imparcialidad es una
exigencia básica del proceso, es inherente a los derechos, al juez legal y a un proceso con todas
las garantías, su fundamento reside en garantizar que el único elemento de juicio que va utilizar el
juzgador para resolver el litigio es la Ley, y para ello es preciso conseguir que el Juez sea un
tercero ajeno a los intereses en litigio, separado y alejado de las partes; para lograr esa separación
es preciso utilizar, en tiempo y forma, los mecanismos de la abstención y recusación que se
conectan con la necesidad de que el Juez no tenga conexiones acreditadas que puedan exteriorizar
una previa toma de posición anímica a favor o en contra de las partes.
Nuestro Código Procesal Civil y Mercantil ve reflejado un sistema abierto o “clausus
apertus”, respecto de los motivos por los cuales los Jueces o Magistrados pueden abstenerse de
conocer sobre determinado asunto, refiriéndose a motivos que puedan poner en peligro la
imparcialidad por las relaciones del Juez o Magistrado con las partes o los abogados de las partes
que les asisten o representen, la relación con el objeto litigioso, y cualquier otra circunstancia
seria, razonable y comprobable, según el Art. 52 CPCM que literalmente dice: “Los jueces o
magistrados se abstendrán de conocer de un asunto cuando se pueda poner en peligro su
imparcialidad en virtud de sus relaciones con las partes, los abogados que las asisten o
representen, el objeto litigioso, por tener interés en el asunto o en otro semejante, así como
por cualquier otra circunstancia seria, razonable y comprobable que pueda poner en duda
su imparcialidad frente a las partes o la sociedad.
Si no se abstuviere, cualquiera de las partes podrá plantear la recusación en el
primer momento en que tenga oportunidad para ello; y si no lo hiciera entonces, no se le
dará curso. Si los motivos de recusación hubieran surgido con posterioridad o fueran
desconocidos por el recusante, podrá plantearse con posterioridad hasta antes de dictar
sentencia, pero estas circunstancias tendrán que ser acreditadas en forma suficiente.
La recusación deberá tramitarse con carácter preferente, y se habrán de acumular
en el mismo incidente todas las causas de recusación que existieran al tiempo de promoverla
si fueren conocidas, rechazando las que se planteen con posterioridad.
Las partes no pueden allanarse a efecto de que conozca el juez o magistrado que
haya manifestado que pretende abstenerse de conocer del asunto.”
De lo antes expuesto, es indispensable analizar el motivo por el cual el Juez A-quo se
abstiene de conocer en el proceso de mérito, siendo necesario mencionar que si bien el Art. 52
CPCM, antes transcrito, no es taxativo en los motivos de abstención, al mencionar las relaciones
que pueda tener el Juzgador con las partes, sus abogados, representantes o con el objeto litigioso,
también señala que por cualquier otra circunstancia seria, razonable y comprobable que pueda
poner en duda su imparcialidad frente a las partes o la sociedad.
Es importante señalar que en el caso en estudio, el Juez A quo pretende abstenerse de
conocer, para evitar que se ponga en duda su imparcialidad, ya que cuando fungió como Juez de
Sentencia, el tribunal del cual era parte juzgó en un proceso penal al doctor Julio César Mena
Varela y al serle desfavorable la resolución les promovió ante la Cámara de lo Civil una demanda
por daños y perjuicios porque dicho profesional no estaba de acuerdo con tal resolución, proceso
del cual fueron exonerados.
Esta Cámara estima que lo planteado por el señor Juez A quo no es un motivo válido que
le impida conocer del proceso que se ha promovido en el tribunal que ahora dirige, en el cual se
apersonó como apoderado de la ejecutada el doctor Julio César Mena Varela,
ya que las
resoluciones que él como juzgador dicte deben ser imparciales, con arreglo a las leyes y sobre
todo, en respeto y observancia a los Principios Constitucionales que garanticen el debido proceso.
Importante es señalar que de separársele al Señor Juez de este proceso, implica que a
futuro tendrá que apartársele de todo expediente judicial en que intervenga el doctor Mena
Varela, pero resulta común que en los estrados judiciales actúen “abogados” en distintos
procesos, que resultan victoriosos algunas veces y otras no, pero esto no depende de situaciones
como la que aduce el Señor Juez, pues de lo contrario resultaría que a diario se abstendrían de
conocer todos los magistrados y jueces por situaciones similares. Esta Cámara estima que existirá
una causa seria, razonable y comprobada cuando haya alguna circunstancia que impida el
ejercicio jurisdiccional libre, independiente, imparcial y adecuado de parte del Juez que sea capaz
de vulnerar la lealtad absoluta a la ley y a la justicia. No existiendo a estas alturas un motivo que
conduzca a pensar que se pueda poner en duda su ética, imparcialidad y moralidad, pues los
magistrados y jueces también nos debemos a lo que para tal efecto señala el Decálogo del
Abogado inspirado por el maestro Eduardo J. Couture cuando dice que “la abogacía es una lucha
de pasiones. Si en cada batalla fueras llenando tu alma de rencor llegaría un día en que la vida
sería imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.”
En síntesis pues, los motivos por los que pretende abstenerse de conocer el Juez A quo no
son de aquellos por medio de los cuales se pueda poner en duda la transparencia e imparcialidad
con que éste administrará justicia en el caso que le ha sido presentado, muy por el contrario,
siendo que los jueces estamos llamados a cumplir con el mandato constitucional de administrar
justicia, ésta debe aplicarse a cada caso de forma imparcial.
CONCLUSIONES.
En suma, esta Cámara concluye que la causal planteada por el Juez A quo para no seguir
conociendo del proceso no es válida, por lo que no es procedente confirmar la abstención del
señor Juez Quinto de lo Civil y Mercantil doctor Saúl Ernesto Morales.
Item más. Es de aclarar que lo resuelto en la presente, no obsta para que las partes en el
futuro si lo consideran pertinente puedan hacer uso de los recursos que la ley les franquea, según
el caso.
POR TANTO: de acuerdo a las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Arts.
1, 11 y 172 Inc. 3º Cn.; 52 y 53 CPCM, esta Cámara RESUELVE:
1º DECLÁRASE NO HA LUGAR LA ABSTENCIÓN del señor Juez Quinto de lo
Civil y Mercantil doctor Saúl Ernesto Morales y como consecuencia, continúe dicho funcionario
conociendo del Proceso Mercantil Ejecutivo promovido por “FONDO DE SANEAMIENTO Y
FORTALECIMIENTO FINANCIERO”, por medio de su apoderado general judicial
licenciado JORGE ADALBERTO SALAZAR GRANDE, en contra de los señores MARIO
ISABEL V. M. y ROXANA GRACIELA P. C. D. V..
2º Al ser notificado en legal forma este auto, queda de derecho consentido y ejecutoriado
el mismo, debiendo en seguida procederse a su cumplimiento.
PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.
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