CONSULTORIO FISCAL La donación de inmuebles en el IRPF Por Gonzalo de Luis Otero Asesor fiscal del Consejo General de Procuradores Una vez terminada la campaña de Renta, los abogados que nos dedicamos al derecho tributario sacamos conclusiones muy concretas sobre la desinformación relativa a diversos conceptos fiscales. En este año nos ha llamado la atención la confusión reinante en torno a la donación de inmuebles. ENVÍE SUS CONSULTAS Esta sección relativa a temas fis­ cales está abierta a las preguntas de nuestros lectores. Si lo desean, pueden hacer llegar sus consultas a la dirección de correo ­ electrónico [email protected]. En sucesivos números de la revista iremos publicando todas aquellas respuestas que sean de interés ge­ neral. Muchas gracias por su cola­ boración. 48 / procuradores • Agosto 2007 A lgunas Comunidades Autó­ nomas han aprobado, o han anunciado que van a apro­ bar en un futuro próximo, la apli­ cación de deducciones y bonifica­ ciones fiscales sobre la cuota del impuesto de donaciones cuando la donación se realiza entre ­cónyuges, descendientes, ascendientes y adop­ tados. Dado que el impuesto de donaciones es gestionado por las Comunidades Autónomas y éstas tienen cierta capacidad normativa para aplicar deducciones y bonifi­ caciones, no es nuestro propósito tratar sobre todas las variedades de la aplicación del impuesto conforme la residencia de los contribuyentes, materia harto compleja y extensa, pero sí incidir en una cuestión que muchas veces no se tiene en cuenta, y es que la transmisión lucrativa de un inmueble tributa por el impuesto de donaciones, pero también en el IRPF, tal como si se hubiese trans­ mitido de manera onerosa, es decir, como si se hubiese vendido. La imposición del impuesto de donaciones ha sido tradicionalmen­ te muy elevada. Esto provocaba, y sigue provocando allí donde no se han aprobado bonificaciones, que no se recurriese a la donación ­como instrumento jurídico de transmi­ sión de un bien o derecho. En caso de necesidad, un buen padre de fa- milia no donaba a un hijo lo que éste requiriese, sino que le entregaba un montante de dinero instrumen­ tando la operación en un contrato de préstamo entre familiares sin aplicación de intereses. Si el importe prestado no había sido devuelto a la fecha de fallecimiento del presta­ mista, o si sólo había sido devuelto en parte, en la liquidación de la herencia se llevaba el montante de la cantidad debida al activo del cau­ dal hereditario. El préstamo privado es una solución práctica y genera poco o ningún gasto, pues no devenga impuesto de transmisiones y actos jurídicos documentados, no es obligatorio otorgarlo ante fe­ datario público y queda fehacien­ temente datado al liquidarse como exento ante la Comunidad Autóno­ ma correspondiente. Sin embargo, actualmente, y ­para ciertas situaciones, la posibilidad de una donación empieza a consi­ derase como más apropiada que la del préstamo. De un tiempo a esta parte, muchas Comunidades han aprobado bonificaciones al impues­ to sobre determinadas donaciones, siendo las principales dos: las apli­ cables a donaciones de cantidades destinadas a la compra de primera vivienda, y las aplicables a la dona­ ción entre familiares, cualquiera que sea el objeto. Estas ventajas fiscales, y el encarecimiento de los bienes inmuebles, que ha dificultado –si no imposibilitado– a los jóvenes al acceso a la vivienda, ha llevado a muchos padres a ayudar a sus hijos donándoles la vivienda que necesi­ taban para independizarse en lugar de otorgarles un préstamo. Ahora bien, para plantearse la donación de un inmueble, es muy importante estudiar las repercusio­ nes fiscales y los gastos que devenga la operación. Primeramente hay que calcu­ lar el impuesto de donaciones. En algunas Comunidades, como la de Madrid, se aplica una bonificación del 99% sobre la cuota a pagar por el donatario, el que recibe el bien, sujeto pasivo del impuesto. En otras, la bonificación es inferior o no se han instrumentado reducciones al­ gunas, por lo que la donación sigue resultando un instrumento con un elevado coste fiscal. En cualquier caso, el valor del bien debe ser, cuanto menos, el que resulte de aplicar los criterios de valoración que las Comunidades Autónomas ponen a disposición del contribu­ yente. Puede ser el valor superior a los mínimos establecidos por las Comunidades, pero la nueva Ley de IRPF prevé que si el bien hereda­ do posteriormente se enajena, para el cálculo de la ganancia o pérdida de esa segunda transmisión, se con­ siderará como valor de adquisición el que se declaró a efectos de la donación, pero con el límite del valor de mercado del bien en el ­momen­to de instrumentar la misma. La razón de ser de esta medida es que, al ha­ berse reducido tanto el impuesto de donaciones en algunas Comunida­ des, el contribuyente puede sobre­ valorar el bien con la idea de enaje­ narlo posteriormente, ocasionando una pérdida ficticia o ganancia muy reducida. Las donaciones de bienes inmue­ bles deben de instrumentarse en documento público, por lo que de­ vengarán gastos de notaría y de inscripción registral. Quizás sobre in­ dicarlo, pues en cualquier caso, sea cual fuere el instrumento de trans­ misión, estos gastos se devengan siempre. Asimismo, la transmisión por donación devenga la llamada plusvalía municipal o impuesto so­ bre el incremento del valor de los terrenos urbanos, tributo que no todos los ayuntamientos aplican. Por último, y lo más importan­ te, es que hay que tener en cuenta que la donación, aun tratándose de una transmisión lucrativa, debe ser declararla en el IRPF del do­ nante por la ganancia patrimonial que genera. El valor de adquisición estará formado por el valor de ad­ quisición y el de ciertas inversiones y mejoras, minorados, en su caso, en el importe de las amortizaciones que se hubiesen podido aplicar, más los impuestos y gastos inherentes, resultado al que se aplica el coefi­ ciente de actualización de la mone­ da. El valor de transmisión será el declarado a efectos del impuesto de donaciones, con el límite del valor de mercado, reducido en los gastos e impuestos que hubiese soportado el donante. La diferencia será la ganancia que tributa al tipo fijo del 18%. No es una ganancia económi­ ca, ciertamente, es una ficción, pero en cualquier caso es obligatoria su inclusión en el IRPF. La donación nunca puede generar una pérdida, es decir, si el valor de adquisición es superior al valor que se declaró en la donación, la pérdida no se declara. En definitiva, el IRPF su­ pone un coste de la donación que generalmente no se tiene en cuenta a la hora de valorar su viabilidad u oportunidad. Evidentemente, se pueden apli­ car los índices de abatimiento por transcurso del tiempo. Ya hemos tratado en otros artículos sobre esta cuestión. A la ganancia generada por la enajenación de los inmuebles no afectos a una actividad económi­ ca adquiridos antes del año 1994, se les puede aplicar una reducción conforme los años que trascurran desde su adquisición hasta el 31 de diciembre de 1996. Hasta la en­ trada en vigor de la nueva Ley del IRPF, la ganancia por la enajena­ ción de los inmuebles adquiridos antes de 1986 estaba completamente exenta de tributación. Si se donaba un inmueble adquirido antes de esa fecha, la presunta ganancia no tributaba en el IRPF. Sin embargo, con la aplicación de la nueva Ley, las ganancias por transmisiones que antes estaban exentas por transcur­ so del tiempo, ahora están sujetas, aunque parcialmente. No queremos incidir en la forma exacta en que se debe calcular la ganancia, pero sí aclarar que los bienes adquiridos antes de 1986 o entre 1986 y 1994, generan una ganancia que ya no está totalmente exenta, y que cuanto más tiempo transcurra entre el 20 de enero de 2006, fecha de aplica­ ción de la modificación legal, hasta su transmisión, mayor será la parte de la ganancia sujeta. En resumen, las siguientes con­ clusiones sobre la donación de in­ muebles: ◗ El impuesto de donaciones co­ rresponde siempre al donatario, que es el que recibe el bien donado. ◗ La donación siempre tributará en la renta del donante como ga­ nancia patrimonial, y en el me­ jor de los casos no se declarará si genera una pérdida. ◗ Desde el 20 de enero de 2006 ya no existen transmisiones to­ talmente exentas del IRPF por haber transcurrido más de diez años desde la compra del bien antes de 1986 hasta su transmi­ sión. Tan sólo son estos unos apun­ tes, unas advertencias, pero, como siempre, invitamos a nuestros lec­ tores a que nos expongan sus casos concretos. Agosto 2007 • procuradores / 49 El asesor fiscal del Consejo General responde a las preguntas de los procuradores Mi duda es relativa a si los seguros que concertamos por medio del Colegio de Pro­curadores, tales como el de accidentes, baja laboral, jubilación e igualatorio médico, se pueden desgravar. Y en caso afirmativo, hasta qué porcentaje. Desgravación de los seguros Respuesta Consulta de una procuradora de La Coruña Desconozco cuáles son, en concreto, los seguros que los procu­ radores de La Coruña pueden contratar con su Colegio, pero con las indicaciones que paso a detallarte puedes establecer su calificación fiscal. En el IRPF sólo son deducibles los siguientes productos asegura­ dores: ◗ Como gasto de la actividad pueden deducirse las cuotas por se­ guros de enfermedad o seguros médicos hasta un total de 500 € por beneficiario. Por ejemplo, si a través del Colegio se contrata un seguro médico con Adeslas, Sanitas o con el propio Colegio, si tiene establecido un servicio de asistencia médica, son deducibles las cuotas pagadas hasta los 500 € indicados por beneficiario si éstos son cónyuge e hijos menores de 25 años que conviven con él. A tal efecto, el gasto debe estar contabilizado en el Libro Registro de Gastos de 2006. Si el seguro cubre accidentes, incapacidad u otras coberturas, no es deducible la parte de la cuota que cubre estas otras contingencias. ◗ Como reducción de la base imponible se puede aplicar las aporta­ ciones que realice el contribuyente a planes y fondos de pensiones hasta el límite de 8.000 € anuales (límite que se incrementa si el sujeto pasivo tiene más de 52 años). Ahora bien, los planes de pensiones son un tipo de seguro muy concreto que cubre contin­ gencias similares a las de la Seguridad Social y que no dan derecho al rescate, salvo por paro de larga duración o enfermedad grave. Es un producto muy concreto que no se debe confundir con otros seguros. ◗ Las cuotas pagadas a la Mutualidad de Procuradores por la pre­ visión social tienen la siguiente calificación: si el procurador no está de alta en el RETA (Régimen de Autónomos de la Seguridad Social), la Mutualidad es obligatoria y se aplica como un sistema al­ ternativo a la Seguridad Social, siendo las cuotas deducibles ­como gasto de la actividad. Si el procurador está de alta en el RETA y en la Mutualidad, ésta se aplica como régimen complementario, siendo las cuotas del RETA gasto deducible de la actividad y las cuotas de la Mutualidad serían aptas para reducir la base imponible como un plan de pensiones. ◗ Respecto a otros seguros de vida que cubran fallecimiento, acci­ dentes, que sean de mero ahorro, y que, en definitiva, no se traten de la cuota previsión social de la Mutualidad o los seguros de enfermedad, no son gasto deducible en IRPF ni reducen la base impo­ nible. A título de ejemplo, el seguro de vida ahorro voluntario de la Mutualidad llamado Procuplan no es deducible en renta. 50 / procuradores • Agosto 2007