1. Introducción Introducción 1 25 Algunas ideas de este libro pueden parecer difíciles de creer, pero si hace cien años alguien hubiera dicho que el hombre enviaría una nave a Marte o que se podría viajar de Barcelona a Amsterdam en dos horas, ¡le habrían tomado por loco! Para aprovechar al máximo el contenido de este libro es importante no tener prejuicios. Te animo a que leas este libro con calma, que reflexiones, que lo vuelvas a leer y que apliques algunas cosas, y así lograrás mejorar tu vida y la de las personas que te rodean. Siempre repito en mis cursos que decir que lo que explico no sirve o no funciona, sin haberlo probado antes, es de cobardes. Primero hay que probar y luego juzgar; no pruebes si no quieres, pero entonces, no juzgues. Te aseguro que, si pones en práctica las ideas de este libro, experimentarás un cambio. De lo contrario, envíame un mail de queja a kuppers@kuppers. com. Pero antes de escribirme, tienes que haberte esforzado en poner en práctica las ideas que te propongo. Leer un libro o asistir a un curso no sirve de nada si no se pone en práctica lo que se aprende de ellos; puede resultar 26 1 El efecto Actitud una pérdida de tiempo y dinero. Muchas veces leemos un libro y nos parece interesante, hay ideas estupendas que se pueden aplicar pero, al final, por falta de tiempo, todo queda en buenas intenciones. En este caso la diferencia entre haber leído el libro y no haberlo hecho es prácticamente nula. Puede que te pase lo mismo con este libro, así que, si no estás dispuesto a aplicarlo, quizá sería bueno correr a la tienda para que te devuelvan el dinero. Leer para mejorar no sirve de nada... salvo que uno decida aplicar algo. Ésa es la clave: ¡aplicar algo! La acción es muy importante, de lo contrario las cosas se quedan en un mero deseo: «me gustaría», «ojalá», «quisiera»... Hay que hacer, hacer y hacer para conseguir algo, así que proponte aplicar las ideas de este libro. Toma notas, subraya, haz un mapa mental1 y destaca las ideas que te parezcan más interesantes; estas cosas son las que tienes que aplicar, y comprométete a ponerlas en práctica, porque, si no lo haces, leer este libro será una pérdida de tiempo para ti. Al final de esta introducción encontrarás “Mi hoja de buenas ideas”. Te propongo que la cortes para utilizarla como punto de libro y, sobre todo, para anotar las ideas que te parezcan más útiles para ti. El proceso de aprendizaje consta de tres fases: recibir información, aplicarla y crear un hábito. Aplicar las cosas ya es un avance, pero quedarse en este segundo paso no es suficiente. Aplicar los conocimientos no garantiza su efectividad, lo verdaderamente importante es que se apliquen durante un 1. Los mapas mentales son una técnica fantástica que descubrí hace años. Para más información, consultar El Libro de los mapas mentales, de Tony Buzan. Introducción 1 27 tiempo, hasta que se conviertan en un hábito de tu comportamiento. Normalmente, la primera vez que aplicamos nuevas formas de comportamiento nos cuesta mucho, porque estamos saliendo de nuestra zona cómoda, de nuestra área de dominio y de la rutina a la que estamos acostumbrados. Por eso nuestro subconsciente se intenta rebelar y nos proporciona excusas y razones para no intentarlo. Esto ocurre, por ejemplo, cuando empezamos a conducir —somos conscientes de cada marcha que llevamos, controlamos ansiosamente los retrovisores, los pedales, el volante…—. Sólo cuando ha pasado suficiente tiempo y hemos dedicado a ello el esfuerzo necesario, estas nuevas pautas de comportamiento se convierten en hábitos. Entonces actuamos sin pensar. ¿Cómo conduces hoy? Relajado, con el brazo en la ventanilla, cambiando de marcha sin pensar… La única manera de desarrollar un hábito es emplear tal energía en ello que el viejo hábito se retire por sí mismo al sustituirle el nuevo. Por eso, para aprovechar este libro, la clave está en aplicar los conocimientos que se exponen a continuación, con total convicción, durante el tiempo necesario hasta que se conviertan en un hábito. Es interesante saber cómo nuestro cerebro crea los hábitos a través de caminos neuronales. Un camino neuronal es un «recorrido» de neuronas que nuestro cerebro tiene establecido por la repetición entre un estímulo recibido y la reacción que tenemos. Cuando recibimos un estímulo externo a través de nuestros sentidos, por ejemplo al encontrarnos un atasco, la mente tiende a actuar como lo hacemos normalmente, en este caso poniéndonos nerviosos; y eso se debe a que nos hemos puesto nerviosos tantas veces ante un atasco que nuestra 28 1 El efecto Actitud mente ya ha «aprendido» a reaccionar así ante dicho estímulo, ya ha creado un camino neuronal. No necesitamos pensar y decidir cómo vamos a reaccionar. La buena noticia es que podemos aprender otras formas de reaccionar, que podemos crear nuevos caminos neuronales. Cuando hacemos algo por primera vez creamos una conexión física entre el estímulo y la reacción, un recorrido neuronal que en el futuro nos permitirá volver a acceder a esa emoción o comportamiento. Cada vez que repetimos el comportamiento, la conexión se fortalece. Reforzamos nuestra conexión neuronal. Con las repeticiones y una intensidad emocional suficiente, podemos ampliar el camino hasta tener una “autovía” que conecta un estímulo con nuestra reacción. Por ejemplo: cada vez que das rienda suelta a tu cólera o gritas a una persona querida, refuerzas la conexión neuronal y aumenta la probabilidad de que vuelvas a hacerlo. En cambio, si dejamos de consentir un comportamiento o una emoción durante un tiempo lo bastante largo, la conexión neuronal se debilitará y la pauta desaparecerá. Lo que es indudable es que los que reaccionamos poniéndonos muy nerviosos ante un atasco, también tenemos la capacidad de ponernos menos nerviosos. Es importante entender que podemos modificar nuestros hábitos de comportamiento, pero no de manera radical. Los más nerviosos difícilmente pueden pasar a ser los más tranquilos, porque tenemos un temperamento con el que nacemos y que no podemos cambiar; es genético. Los nerviosos siempre tendremos ese impulso interno, pero eso no implica que seamos unos histéricos. Quizá no podremos ser muy tranquilos, pero sí un poco menos nerviosos y podemos aprender a reaccionar mucho mejor ante los atascos. Ése es nuestro objetivo. Desarrollar un hábito requiere tres elementos: deseo, capacidad y esfuerzo. El deseo es el querer hacer, la capacidad es descubrir cómo hacerlo y el esfuerzo es hacerlo hasta lograr que sea un hábito y forme parte de nuestro carácter. Yo puedo saber que a veces no escucho a los demás y eso dificulta mis relaciones con ellos. Identificar este punto débil es un paso. Pero que yo sepa que no sé escuchar no es suficiente, tengo que querer mejorar, querer escuchar mejor. Éste es el primer paso. Pero querer, aunque es un paso importante, no es suficiente; tal vez me falte la capacidad. Igualmente, aunque tenga esta capacidad, eso tampoco será suficiente, tengo que hacer algo. Finalmente, aunque sepa y pueda, no lograré escuchar mejor si no lo practico, si no me esfuerzo, aunque me cueste, hasta convertirlo en un hábito. Siembras un pensamiento y cosechas una acción. Cosechas una acción y siembras un hábito. Siembras un hábito y cosechas un carácter. Siembras un carácter y cosechas un destino. A lo largo del libro encontrarás multitud de ejercicios que te ayudarán a llevar a cabo tu proceso de mejora personal, por eso te recomiendo tener un lápiz a mano. Éste es un libro para trabajarlo. Introducción 1 29