¿Cómo se explica el enfado popular?

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54 CONOCER Zoom
Excusas
para no
pensar
los lectores preguntan
a eduardo punset
¿Cómo se explica
el enfado popular?
M
uchos recortes
pequeñitos para
no enfadar a los
que han vivido los
tiempos de bonanza, en lugar
de las grandes reformas que
habrían soliviantado a los que
descubrieron un modo de vida,
incrustándose en el entramado
nuevo. Para decirlo con otras
palabras: activar los recortes
para no molestar demasiado,
como la subida del IVA o la
paga extra de Navidad para
los funcionarios, pero dejando
para los que vengan después
las grandes reformas como la
del Estado –adelgazamiento de
las autonomías, diputaciones,
organismos públicos–, la
flexibilización y transparencia de
la política laboral, la adecuación
de las organizaciones sindicales
a la sociedad del conocimiento
en lugar de al pasado, la
reforma educativa..., necesarias
para salir del último lugar en el
ranking europeo o, no menos
importante, para acometer las
transformaciones pendientes
e inacabadas durante la
Transición –como la división
de poderes o la reforma
electoral que devolviera al
ciudadano el poder de elegir a
sus propios representantes–.
Cuando se constata el
xlSemanal 11 de noviembre de 2012
desprecio del gran público por
los mecanismos de decisión,
se está poniendo de manifiesto
el cansancio generalizado con
el modo antiguo, por no decir
empedernido, de abordar los
problemas. En la época de
la inmediatez del reflejo del
cambio de opinión en las redes
sociales, no es admisible que se
siga tardando meses en crear o
hacer desaparecer una nueva
empresa. Cuando los nuevos
resortes de comunicación
digital permiten aglutinar a
miles de ciudadanos en pocas
horas, no tiene ningún sentido
tenerlos esperando durante
días, semanas, meses o años
para aplicar las decisiones
a ellos encomendadas. Es
absurdo crear aeropuertos
sobredimensionados cuando
el espacio que existía bastaba
y sobraba para atender las
necesidades de la gente.
Pero existen muchas otras
razones que explican el enfado
popular contra los responsables
del manejo de la política,
sindicatos, instituciones políticas
o gremiales. Todas esas razones
fueron, además, comprobadas
por la ciencia; a veces, años
después de que ya estuviera
claro para todo el mundo.
¿Cuáles son esas razones?
En primer lugar, no se puede
tratar mal constantemente a
la gente sin que ello afecte su
carácter. El experimento se hizo
marina cano
fernando b. b. madrid
"No se puede
tratar mal
todo el tiempo
a la gente ni
los políticos
ir con cara de
'cabreados'"
agrupando en dos colectivos
distintos a unos ratones a los
que la madre no paraba de
lamer y de cuidar, y a otros a
los que la madre maltrataba
y, desde luego, ni se le ocurría
lamerlos o acariciarlos.
Resultado: el primer grupo
superó tranquilamente la
esperanza de vida de la especie,
mientras que los segundos
se murieron meses antes. Los
ratones y la gente pagan con su
propia vida que los traten mal.
En segundo lugar, no se
puede estar continuamente con
cara de 'cabreado', como hacen
muchos políticos y directivos
de empresa. Fue también a raíz
de un experimento que pudo
demostrarse que con la cara de
'cabreado' no se podía enseñar
nada a los alumnos. Ahora está
claro que entretenimiento y
conocimiento van juntos. Desde
que culminó el experimento,
yo les digo a todos mis amigos
políticos o empresarios que
sonrían de vez en cuando si
quieren que les hagan caso.
Antes que la ciencia, un
cineasta famoso, Claude
Lelouch, había dicho lo mismo
en un filme famoso en todo el
mundo titulado Itinerario de un
niño mimado. Es imprescindible,
decía el personaje principal de
la película, «saber decir 'buenos
días'». En cuanto a esto, no
tengo más remedio que citar
los resultados del experimento
realizado durante muchos años
por el neurólogo Mischel en
la Universidad de Columbia;
los niños de entre cinco y
ocho años que aprendieron
a controlar sus instintos más
primarios no tuvieron ningún
problema en la adolescencia,
por ejemplo, para evitar la
droga y la falta de atención.
Por último, no invoquen
el pasado. Cualquier tiempo
pasado fue peor. n
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[email protected] o a XLSemanal. Excusas para
no pensar. Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 7. 1ª. 28027 Madrid.
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