amparo directo en revisión 2029/2011

Anuncio
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016.
QUEJOSO: ***********
PONENTE: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ
SECRETARIA: MÓNICA CACHO MALDONADO
En atención a lo dispuesto por el artículo 73, segundo párrafo, de la
Ley de Amparo, así como la jurisprudencia de rubro: “PROYECTOS
DE RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
SÓLO DEBEN PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS QUE SE
ANALICE LA CONSTITUCIONALIDAD O LA CONVENCIONALIDAD
DE UNA NORMA GENERAL, O BIEN, SE REALICE LA
INTERPRETACIÓN
DIRECTA
DE
UN
PRECEPTO
CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO INTERNACIONAL EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS.”1, a continuación se hace
público el fragmento del proyecto de sentencia del Amparo en
Revisión 220/2016, en el cual se realiza el estudio de
constitucionalidad respectivo:
1.
Primera cuestión: ¿La sentencia recurrida atendió íntegramente
los argumentos de constitucionalidad formulados en la demanda
de amparo?
2.
La respuesta a esta cuestión es negativa, pues como se advierte del
resumen de los conceptos de violación y lo resuelto en la sentencia
recurrida, no se da respuesta puntual de los motivos por los cuales el
quejoso atribuye inconstitucionalidad a los artículos 8° y 9° de la Ley
Monetaria.
3.
En efecto, la razón fundamental por la cual el quejoso atribuye vicio de
inconstitucionalidad a los artículos impugnados, consiste en que éstos
imponen que el cumplimiento de deudas contraídas en moneda
extranjera se efectúe en moneda nacional al tipo de cambio vigente en
la fecha del pago, a pesar de que las partes hubieran convenido cierta
fecha para el cumplimiento, lo que, en concepto del quejoso,
1
Jurisprudencia P./J. 53/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Pleno, Libro 12, Noviembre de 2014, Tomo I, Página: 61.
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
conduciría a estimar como voluntad de las partes la realización del
pago al tipo vigente en la fecha pactada para el pago. De lo anterior, el
quejoso hace derivar la afectación a la libertad contractual porque
implica una indebida intromisión en la autonomía de la voluntad de las
partes; así como la violación a la seguridad e igualdad jurídica, porque
esa situación genera un estado de incertidumbre e inseguridad jurídica
para las partes, al sujetarlos al comportamiento del mercado de
divisas, con la posibilidad de perjuicios a una u otra de las partes y la
consecuente ventaja para la contraria.
4.
La juez de distrito desestima tales planteamientos sobre la base de lo
establecido en una tesis de Jurisprudencia de la Tercera Sala, según
la cual, el artículo 8° de la Ley Monetaria da la alternativa al deudor
para optar entre dos formas de pago: en moneda extranjera como se
previó en el contrato, o en moneda nacional al tipo de cambio vigente
al realizar el pago; lo que se estableció para demostrar que no hay un
enfrentamiento entre el orden público inmerso en el precepto, y la
autonomía de la voluntad.
5.
Como señala el recurrente, dichas consideraciones no resuelven
completamente las cuestiones que expuso en su demanda de amparo,
pues ni se refieren en absoluto al aspecto de la incertidumbre o
inseguridad jurídica derivados de los cambios en el mercado de
divisas, ni resuelven el aspecto por el cual se dijo afectada la
autonomía de la voluntad: la imposición de pagar al tipo de cambio
vigente al hacerse el pago y no el vigente en la fecha convenida para
el pago.
6.
De ahí que, si bien con dicha argumentación se buscó dejar
establecido que no había afectación a la voluntad contractual, lo cierto
es que no se atiende a la circunstancia específica por la cual se
consideró perjudicada tal libertad; así como tampoco se hace
2
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
referencia a las diversas violaciones atribuidas a los preceptos, en
relación con la seguridad jurídica y la igualdad.
7.
En consecuencia, procede subsanar la falta de exhaustividad de la
sentencia mediante el estudio de los conceptos de violación; lo que da
lugar a responder a la segunda de las cuestiones.
8.
¿Los artículos 8° y 9° de la Ley Monetaria de los Estados Unidos
Mexicanos transgreden los derechos de igualdad y libertad, así
como la seguridad jurídica, al establecer que las obligaciones en
moneda extranjera pagaderas dentro de la República deban
solventarse entregando el equivalente en moneda nacional, al tipo
de cambio vigente en la fecha del pago?
9.
Como se dejó establecido, la afectación a los derechos fundamentales
de igualdad, libertad y seguridad jurídica se hacen derivar de la misma
circunstancia: la previsión, en los preceptos impugnados, de que las
obligaciones contraídas en moneda extranjera se satisfagan mediante
la entrega del equivalente en moneda nacional al tipo de cambio del
lugar y fecha de pago, a pesar de que las partes, al estipular la fecha
de pago, hayan querido acogerse al tipo de cambio vigente en esta
última fecha.
10. Esta Primera Sala estima que tales planteamientos son incorrectos,
como se demuestra enseguida.
11. En efecto, los artículos 8° y 9° de la Ley Monetaria disponen lo
siguiente:
“ARTICULO 8°.- La moneda extranjera no tendrá curso legal
en la República, salvo en los casos en que la Ley
expresamente determine otra cosa. Las obligaciones de pago
en moneda extranjera contraídas dentro o fuera de la
República para ser cumplidas en ésta, se solventarán
3
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
entregando el equivalente en moneda nacional, al tipo de
cambio que rija en el lugar y fecha en que se haga el pago.
Este tipo de cambio se determinará conforme a las
disposiciones que para esos efectos expida el Banco de
México en los términos de su Ley Orgánica.
Los pagos en moneda extranjera originados en situaciones o
transferencias de fondos desde el exterior, que se lleven a
cabo a través del Banco de México o de Instituciones de
Crédito, deberán ser cumplidos entregando la moneda, objeto
de dicha transferencia o situación. Ello sin perjuicio del
cumplimiento de las obligaciones que imponga el régimen de
Control de Cambios en vigor.
Las obligaciones a que se refiere el primer párrafo de este
artículo, originadas en depósitos bancarios irregulares
constituidos en moneda extranjera, se solventarán conforme a
lo previsto en dicho párrafo, a menos que el deudor se haya
obligado en forma expresa a efectuar el pago precisamente en
moneda extranjera, en cuyo caso deberá entregar esta
moneda. Esta última forma de pago sólo podrá establecerse
en los casos en que las autoridades bancarias competentes lo
autoricen, mediante reglas de carácter general que deberán
publicarse en el Diario Oficial de la Federación; ello sin
perjuicio del cumplimiento de las obligaciones que imponga el
régimen de control de cambios en vigor.
ARTICULO 9°.- Las prevenciones de los dos artículos
anteriores no son renunciables y toda estipulación en contrario
será nula.”
12. Conforme a dicha disposición, la moneda extranjera no tendrá curso
legal en la República y, en congruencia con tal determinación, se
prevé para las obligaciones en moneda extranjera que deban
cumplirse dentro de ella, el deber de satisfacerlas mediante la entrega
del equivalente en moneda nacional, al tipo de cambio2 vigente en el
lugar y fecha de realización del pago.
13. Lo anterior, pues no tener “curso legal” en la República significa que la
moneda extranjera no sirve como medio de cambio para realizar los
2
El artículo 73, fracción XVIII, constitucional, establece que el Congreso de la Unión está facultado para
dictar reglas para determinar el valor relativo de la moneda extranjera. El artículo 28, párrafos séptimo y
octavo, de la Constitución, establece que el Estado tendrá un banco central (Banco de México) cuyo objetivo
prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional.
4
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
pagos en las operaciones económicas o transacciones ordinarias de
cualquier especie dentro del país, sino que se reconoce como de cuño
corriente o curso legal a la moneda nacional3; que es el peso
mexicano, como se establece en el artículo 1° de la Ley Monetaria4, y
en el artículo 635 del Código de Comercio, al establecer que la base
de la moneda mercantil es el peso mexicano, y sobre esa base se
harán todas las operaciones de comercio y los cambios sobre el
extranjero.
14. Así se advierte de la exposición de motivos de la Ley Monetaria,
publicada en el Diario Oficial de la Federación de veintisiete de junio
de mil novecientos treinta y uno, al señalar: “Todas las obligaciones
que en lo futuro se contraigan, quedarán estipuladas en pesos
mexicanos,
salvo
aquéllas
que,
impuestas
por
el
comercio
internacional, deban estipularse en moneda extranjera, a cuyo
respecto el proyecto de ley mantiene la prohibición que es ordinaria en
estos casos y que la ley de 1905 estableció expresamente, declarando
que la moneda extranjera no tendrá curso legal en la República y que
las obligaciones que se contraigan en esa moneda serán pagaderas
en moneda legal al tipo de cambio del lugar y fecha en que la
obligación deba solventarse”.
15. Debe tenerse presente que por Decreto de Venustiano Carranza
publicado en el Diario Oficial de la Federación el diecisiete de mayo de
mil novecientos dieciocho, se había conferido curso legal a toda clase
de monedas de oro extranjeras, y las obligaciones dinerarias podían
solventarse indistintamente en moneda mexicana o extranjera, con
independencia de en cuál de ellas se habían contraído. Así, con la
“Ello significa que tal moneda [la extranjera], a diferencia de la nacional, carece de poder liberatorio para
solventar obligaciones dinerarias conferido en disposición de orden público, no siendo por ello un medio
general de pago de obligaciones dinerarias reconocido por el orden jurídico mexicano”. Panorama del
Derecho Mexicano. Derecho Monetario. Instituto de Investigaciones Jurídicas. McGraw-Hill. México,
Distrito Federal, 1997. Universidad Nacional Autónoma de México, página 38.
4 ARTICULO 1°.- La unidad del sistema monetario de los Estados Unidos Mexicanos es el “peso”,
con la equivalencia que por Ley se señalará posteriormente.
3
5
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
nueva ley, se determinó cambiar esa situación para dar curso legal
sólo a la moneda nacional.
16. Esto no implica, desde luego, la invalidez o prohibición de obligaciones
en moneda extranjera, sino que, reconociendo la posibilidad de la
celebración de dichas operaciones, la ley dio una fórmula para llevar a
cabo su cumplimiento en territorio nacional. Reconocimiento que
también está presente en los artículos 359 del Código de Comercio5 y
el 2389 del Código Civil Federal6, así como en la Jurisprudencia de
esta Suprema Corte.7
17. Cabe mencionar que en el texto original del artículo 8°, al expedirse la
Ley Monetaria en 1931, establecía: “La moneda extranjera no tendrá
curso legal en la República, salvo en los casos en que la ley
expresamente determine otra cosa. Las obligaciones de pago en
moneda extranjera contraídas dentro o fuera de la República para ser
cumplidas en ésta se solventarán entregando el equivalente en
moneda nacional, al tipo de cambio vigente en el lugar y fecha en que
deba hacerse el pago.”
“Artículo 359. Consistiendo el préstamo en dinero, pagará el deudor devolviendo una cantidad igual a la
recibida conforme a la ley monetaria vigente en la República al tiempo de hacerse el pago, sin que esta
prescripción sea renunciable. Si se pacta la especie de moneda, siendo extranjera, en que se ha de hacer el
pago, la alteración que experimente en valor será en daño o beneficio del prestador.
En los préstamos de títulos o valores, pagará el deudor devolviendo…”
6
Artículo 2389. Consistiendo el préstamo en dinero, pagará el deudor devolviendo una cantidad igual a la
recibida conforme a la ley monetaria vigente al tiempo de hacerse el pago, sin que esta prescripción sea
renunciable. Si se pacta que el pago debe hacerse en moneda extranjera, la alteración que ésta experimente en
valor, será en daño o beneficio del mutuatario.
7
Como ejemplo se cita la siguiente tesis: OBLIGACIONES EN MONEDA EXTRANJERA O SU
EQUIVALENTE EN MONEDA NACIONAL, CUMPLIMIENTO DE LAS. De acuerdo con los artículos
635 del Código de Comercio y 8o. de la Ley Monetaria, la base de la moneda mercantil es el peso mexicano y
la moneda extranjera no tiene curso legal en la República; pero de ello no se sigue que sean nulos los actos
que se celebren en moneda extranjera, ya que de acuerdo con los propios preceptos mencionados y a la luz de
las consideraciones expresadas en el decreto reformatorio del artículo 8o. de la Ley Monetaria del 6 de marzo
de 1935, debe concluirse que sí son válidas las operaciones contraídas en moneda extranjera y las mismas
deben solventarse entregando el equivalente en moneda nacional, utilizando el tipo de cambio que rija en el
lugar y en la fecha en que se hagan materialmente los pagos, de manera que los acreedores reciban la cantidad
de moneda nacional suficiente para adquirir exactamente la suma de moneda extranjera que se les adeude.
Amparo directo 9152/84. Carlos Ezequiel Martínez Luna. 20 de mayo de 1985. Cinco votos. Ponente:
Mariano Azuela Güitrón. Tesis de la Tercera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación,
Séptima Época, Volumen 193-198, Cuarta Parte, pág. 94.
5
6
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
18. Dicha redacción generó diversas interpretaciones sobre el tipo de
cambio que debía tomarse en cuenta para llevar a cabo la conversión
de la moneda extranjera a la moneda nacional, debido a que podía
entenderse como el tipo de cambio vigente en la fecha en que la
obligación fuere exigible, o bien, como aquella en que materialmente
éste se realiza.
19. Para definir esa cuestión, se llevó a cabo la reforma al precepto
mediante Decreto publicado el seis de marzo de mil novecientos
treinta y cinco, en que se dispuso la redacción que aún se conserva,
de tomar en cuenta el tipo de cambio vigente en el lugar y fecha en
que se haga el pago. Es decir, en la reforma se hizo prevalecer la
posición de considerar el tipo de cambio vigente cuando materialmente
se hace el pago, y no cuando éste fuere exigible.
20. Así se aprecia de la parte considerativa del citado decreto, donde se
revelan las razones de la modificación: “PRIMERO.- Que la finalidad
que persigue el artículo 8º de la Ley Monetaria de 25 de julio de 1931,
es la de que los acreedores de moneda extranjera reciban en pago
una cantidad de moneda nacional que corresponda exactamente a la
cantidad de moneda extranjera adeudada; SEGUNDO.- Que por los
términos en que está redactado el artículo 8º de dicha Ley Monetaria,
ha provocado dificultades el saber si el tipo de cambio destinado a fijar
la equivalencia debe ser el de la fecha en que sean exigibles
legalmente las obligaciones, o el de la fecha en que se hagan
materialmente los pagos; y TERCERO.- Que para poder precisar el
equivalente en moneda nacional de las cantidades de moneda
extranjera adeudadas, debe utilizarse el tipo de cambio que rija en el
lugar y en la fecha en que se hagan materialmente los pagos, ya que
con la cantidad de moneda nacional que en esas condiciones reciban
7
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
los acreedores, podrán adquirir exactamente las sumas de moneda
extranjera que se les adeuden”.
21. En dichas razones se sigue un criterio nominalista según el cual, debe
devolverse la misma cantidad de monedas recibidas, por lo que si
éstas son extranjeras y el pago se hace con el equivalente en moneda
nacional, debe ser al tipo de cambio vigente cuando el pago se realiza,
a fin de que en ese momento el acreedor pueda verse restituido de la
suma en moneda extranjera de la cual se desprendió.
22. El principio nominalista también se encuentra presente en el Código
de Comercio y el Código Civil Federal, en los preceptos previamente
citados, al establecer, respectivamente:
“Artículo 359. Consistiendo el préstamo en dinero, pagará el
deudor devolviendo una cantidad igual a la recibida conforme
a la ley monetaria vigente en la República al tiempo de hacerse el
pago, sin que esta prescripción sea renunciable. Si se pacta la
especie de moneda, siendo extranjera, en que se ha de hacer el
pago, la alteración que experimente en valor será en daño o
beneficio del prestador…”
Artículo 2389. Consistiendo el préstamo en dinero, pagará el
deudor devolviendo una cantidad igual a la recibida conforme
a la ley monetaria vigente al tiempo de hacerse el pago, sin que
esta prescripción sea renunciable. Si se pacta que el pago debe
hacerse en moneda extranjera, la alteración que ésta experimente
en valor, será en daño o beneficio del mutuatario.
23. Como se aprecia, en dichas disposiciones, lo mismo que en los
preceptos impugnados, se busca que haya igualdad entre lo que se da
y lo que se recibe en términos monetarios, es decir, la obligación debe
satisfacerse mediante la devolución de la misma cantidad de moneda
recibida. Por lo mismo, en las propias disposiciones se establece que
tratándose de la extranjera la variación de su valor (se entiende,
8
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
respecto a la moneda nacional) será en daño o beneficio del obligado,
sea el prestatario o el mutuatario.
24. Es importante considerar que en la regulación de los supuestos de
obligaciones en moneda extranjera se tiene presente un fenómeno de
la economía o mercado internacional: la posible variación del valor de
la moneda de cada país; de ahí que se prevea el pago o cumplimiento
por equivalencia, y las partes asumen el riesgo del perjuicio que esa
variación pueda representar para alguna de ellas.
25. Ahora bien, en la interpretación que ha llevado a cabo esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación respecto del primer párrafo del artículo
8° de la Ley Monetaria, se ha señalado que en éste deben distinguirse
dos partes: a) la primera, donde se ordena que la moneda extranjera
no tendrá curso legal en la República, a la cual se identifica como
norma taxativa o prohibitiva; b) la segunda, en que se prevé el
supuesto de obligaciones en moneda extranjera y la forma de
solventarlas dentro de la República, a la cual se le considera una
norma permisiva y, en este sentido, las partes podrían estipular
condiciones diferentes respecto a esta última estableciendo, por
ejemplo, que el pago se hará precisamente en la moneda extranjera
en que se contrajo la obligación8. De manera que lo establecido en el
8
Tesis de Jurisprudencia de la Tercera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Séptima
Época, Volumen 217-228, Cuarta Parte, pág. 372, que dice: DEUDAS EN MONEDA EXTRANJERA. EL
ARTICULO 8o. DE LA LEY MONETARIA CONCILIA LA VOLUNTAD CONTRACTUAL Y EL
ORDEN PUBLICO. El primer párrafo del artículo 8o. de la Ley Monetaria consta de dos partes, la una que es
prohibitiva o taxativa al ordenar que la moneda extranjera no tendrá curso legal en la República, y la otra que
es permisiva al dar cabida que se contraigan obligaciones en moneda extranjera y señalar una forma de
solventación. Esto significa que la voluntad contractual y el orden público, ínsito en la Ley Monetaria lejos de
constituirse en antípodas, se vinculan y complementan armónicamente para brindar al deudor una alternativa
en el cumplimiento de la obligación contraída, dejando a su elección el pagar la renta en dólares, como
describió bajo su consenso, o haciéndolo en el equivalente en moneda nacional del curso legal vigente al
tiempo de efectuar el pago. La legislación en comento previó el supuesto, y por tanto permitió, que la
voluntad contractual, como elemento subjetivo generador de derechos y obligaciones, incidiera en dar vida a
deudas en moneda extranjera, y ante esa previsión otorgó al obligado el derecho de inclinarse por cualquiera
de las dos fórmulas de pago: acatando la reseñada en el clausulado del contrato; o adoptando la solución de la
legislación monetaria. Como se aprecia, no hay contradicción entre las figuras de la voluntad contractual y el
orden público de la ley; hay coexistencia compatible entre ambas que se traduce en la amplitud de la libertad
del deudor para responder en cualquiera de esas dos formas a la obligación adquirida y en la restricción del
acreedor para aceptar o, al menos, discutir la forma de pago electa por su contraparte.
9
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
artículo 9° de la misma ley acerca de que “las prevenciones de los dos
artículos anteriores no son renunciables y toda estipulación en contra
será nula” se entiende dirigida sólo hacia la norma prohibitiva prevista
en el artículo 8° y no a la permisiva.9
26. En este punto es importante señalar que en el propio artículo 8° de la
Ley Monetaria se prevén dos supuestos en los que las obligaciones de
pago en moneda extranjera se solventan precisamente en ella y no en
moneda nacional. Esos casos son: a) Obligaciones de pago en
moneda extranjera originadas en situaciones o transferencias de
fondos desde el exterior, que se lleven a cabo a través del Banco de
México o de instituciones de crédito, y b) Obligaciones originadas por
depósitos bancarios irregulares de dinero, que se constituyan en
moneda extranjera, siempre que el depositario se haya obligado en
forma expresa a efectuar el pago precisamente en esa moneda.
27. Asimismo, esta Primera Sala, al resolver la contradicción de tesis
45/2001 cuyo tema consistió en determinar si resultaba válida la
convención de las partes de pagar una obligación en moneda
extranjera a un tipo de cambio distinto al vigente al hacerse el pago,
determinó que dicho tema debía tenerse por resuelto con lo
establecido en la Jurisprudencia de la Tercera Sala titulada: DEUDAS
EN MONEDA EXTRANJERA. EL ARTICULO 8o. DE LA LEY
9
Tesis aislada de la Tercera Sala, publicada en el Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época,
Volumen 217-228, Cuarta Parte, página: 211, que dice: OBLIGACIONES CONTRAIDAS EN MONEDA
EXTRANJERA. ARTICULO 8o. DE LA LEY MONETARIA. LA SEGUNDA PARTE DE SU PRIMER
PARRAFO CONTIENE UNA DISPOSICION PERMISIVA QUE NO CONTRAVIENE LO DISPUESTO
POR EL ARTICULO 9o. DE LA MISMA LEY. Si bien es cierto que el párrafo primero del artículo 8o. de la
Ley Monetaria contiene dos disposiciones, la una que es prohibitiva o taxativa al ordenar que la moneda
extranjera no tendrá curso legal en la República, y la otra que es permisiva y supletiva, al dar cabida que se
contraigan obligaciones en moneda extranjera y señalar una forma de solventación; no menos cierto es, que
aun cuando el artículo 9o. de dicha legislación dispone que: "Las prevenciones de los dos artículos anteriores
no son renunciables y toda estipulación en contra será nula"; tal señalamiento respecto del artículo 8o., debe
entenderse dirigida sólo a la primera parte de su primer párrafo y no así a la segunda, puesto que aquélla es
taxativa precisamente en función de la nulidad a que se refiere el preinserto artículo 9o., en tanto que ésta es
permisiva y supletiva porque el legislador previó la posibilidad que en el mundo fáctico se llevara a cabo el
supuesto normativo, consistente en contraer obligaciones en moneda extranjera y ante esa previsión ideó una
consecuencia jurídica como es la forma de solventación de las mismas. Amparo directo 5581/86. Alfredo
Ruiz Mercado. 26 de febrero de 1987. Cinco votos. Ponente: Victoria Adato Green de Ibarra.
10
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
MONETARIA CONCILIA LA VOLUNTAD CONTRACTUAL Y EL
ORDEN PUBLICO, previamente citada.
28. Es decir, con dicha determinación, esta Primera Sala consideró que si
de acuerdo con la mencionada Jurisprudencia debía entenderse como
permisiva la disposición según la cual, las obligaciones en moneda
extranjera se solventarán con la entrega del equivalente en moneda
nacional al tipo de cambio vigente cuando se haga el pago, en
consecuencia, debía igualmente tenerse por válida la estipulación
contractual en que las partes se sujetaran a cierto tipo de cambio, no
necesariamente el vigente cuando se hiciera el pago.
29. De acuerdo con lo anterior, y retomando las razones por las cuales se
impugnan de inconstitucionales los artículos 8° y 9° de la Ley
Monetaria, no tiene razón el quejoso en que se afecta la libertad
contractual de las partes.
30. Lo anterior, pues el argumento del quejoso tiene como premisa una
errónea interpretación de los alcances de un contrato en moneda
extranjera, al pretender que la fijación de una fecha de pago implica, al
mismo tiempo, la voluntad de las partes de acogerse al tipo de cambio
vigente en esa fecha.
31. En efecto, el mero hecho de que las partes hayan fijado cierta fecha
para el pago no significa que hayan querido establecer como tipo de
cambio el vigente en esa fecha, pues como se estableció, la redacción
actual del artículo 8° es clara en prever que el tipo de cambio al que
debe atenderse es el correspondiente a cuando se hace el pago, y no
cuando la obligación se hizo exigible. De manera que si fuera voluntad
de las partes sujetarse a un tipo de cambio diferente (y no el que
establece la ley), requeriría una estipulación expresa al respecto y no
sólo señalar la fecha de pago.
11
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
32. En segundo lugar, si como se ha establecido en los precedentes de
esta Suprema Corte de Justicia, la forma de solventación de las
obligaciones en moneda extranjera prevista en el citado artículo es
una norma permisiva, las partes se encontrarían en libertad de fijar
una forma diferente; de modo que en la disposición no habría
restricción a mencionada libertad. Incluso, en la citada contradicción
de tesis 45/2001 se admitió la posibilidad de una convención diferente
entre las partes, precisamente respecto al tipo de cambio que regiría
entre ellas al hacerse la conversión de la moneda extranjera a la
nacional para efectos del pago. Luego entonces, la restricción alegada
por el quejoso es inexistente.
33. Tampoco se afecta el derecho fundamental de igualdad, que se ha
entendido como la necesidad de dar un trato igual a los iguales, y un
trato desigual a los desiguales, es decir, establecer las mismas
disposiciones para situaciones iguales, en tanto que pueden o, incluso,
deben establecerse reglas distintas para situaciones diferentes; por lo
que los tratos diferenciados deben estar justificados, por su
razonabilidad y proporcionalidad10.
“IGUALDAD. CRITERIOS PARA DETERMINAR SI EL LEGISLADOR RESPETA ESE
PRINCIPIO CONSTITUCIONAL. La igualdad en nuestro texto constitucional constituye un principio
complejo que no sólo otorga a las personas la garantía de que serán iguales ante la ley en su
condición de destinatarios de las normas y de usuarios del sistema de administración de justicia,
sino también en la ley (en relación con su contenido). El principio de igualdad debe entenderse
como la exigencia constitucional de tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales, de ahí que
en algunas ocasiones hacer distinciones estará vedado, mientras que en otras estará permitido o,
incluso, constitucionalmente exigido. En ese tenor, cuando la Suprema Corte de Justicia de la
Nación conoce de un caso en el cual la ley distingue entre dos o varios hechos, sucesos, personas
o colectivos, debe analizar si dicha distinción descansa en una base objetiva y razonable o si, por
el contrario, constituye una discriminación constitucionalmente vedada. Para ello es necesario
determinar, en primer lugar, si la distinción legislativa obedece a una finalidad objetiva y
constitucionalmente válida: el legislador no puede introducir tratos desiguales de manera arbitraria,
sino que debe hacerlo con el fin de avanzar en la consecución de objetivos admisibles dentro de
los límites marcados por las previsiones constitucionales, o expresamente incluidos en ellas. En
segundo lugar, es necesario examinar la racionalidad o adecuación de la distinción hecha por el
legislador: es necesario que la introducción de una distinción constituya un medio apto para
conducir al fin u objetivo que el legislador quiere alcanzar, es decir, que exista una relación de
instrumentalidad entre la medida clasificatoria y el fin pretendido. En tercer lugar, debe cumplirse
con el requisito de la proporcionalidad: el legislador no puede tratar de alcanzar objetivos
constitucionalmente legítimos de un modo abiertamente desproporcional, de manera que el
juzgador debe determinar si la distinción legislativa se encuentra dentro del abanico de
tratamientos que pueden considerarse proporcionales, habida cuenta de la situación de hecho, la
10
12
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
34. No se afecta ese derecho fundamental, porque las disposiciones
combatidas no son las que generan la circunstancia de que pueda
variar el valor de la moneda extranjera respecto a la nacional y con
esto, que el pago en pesos mexicanos represente una suma mayor o
menor a la recibida por el obligado. Las disposiciones tienen como
presupuesto la existencia del citado fenómeno económico (el cambio
en el valor de las monedas) para establecer una regla que,
contrariamente a lo sostenido por el quejoso, busca ajustarse al
principio de igualdad en cuanto se pretende que el acreedor se vea
restituido de la misma cantidad de moneda extranjera que había dado
al deudor.
35. Esto es, las disposiciones sólo atienden a las reglas generales de
cumplimiento de las obligaciones conforme a las cuales debe haber
igualdad entre lo que se da y lo que se recibe. Por lo cual, en atención
a la posibilidad en la variación de la moneda, que constituye un
fenómeno preexistente no generado u ordenado por la disposición, así
como a que en el país no tiene curso legal la moneda extranjera, se
prevé la necesidad de su conversión al tipo de cambio existente
cuando tiene lugar el cumplimiento, a fin de que el acreedor pueda
estar en condiciones de hacerse de la misma cantidad de moneda
extranjera que había otorgado al deudor.
36. De ahí que la variación en el valor de la moneda extranjera respecto al
peso mexicano se considere como un riesgo asumido por el deudor en
finalidad de la ley y los bienes y derechos constitucionales afectados por ella; la persecución de un
objetivo constitucional no puede hacerse a costa de una afectación innecesaria o desmedida de
otros bienes y derechos constitucionalmente protegidos. Por último, es de gran importancia
determinar en cada caso respecto de qué se está predicando con la igualdad, porque esta última
constituye un principio y un derecho de carácter fundamentalmente adjetivo que se predica siempre
de algo, y este referente es relevante al momento de realizar el control de constitucionalidad de las
leyes, porque la Norma Fundamental permite que en algunos ámbitos el legislador tenga más
amplitud para desarrollar su labor normativa, mientras que en otros insta al Juez a ser
especialmente exigente cuando deba determinar si el legislador ha respetado las exigencias
derivadas del principio mencionado.”.
Tesis de Jurisprudencia 1a./J. 55/2006, emitida por la Primera Sala, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIV, Septiembre de 2006, pág. 75.
13
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
obligaciones en moneda extranjera, que puede resultar en su perjuicio,
o en su beneficio, de acuerdo con los artículos 359 del Código de
Comercio y 2389 del Código Civil Federal.
37. Asimismo, contrariamente a lo alegado por el quejoso, la previsión de
la equivalencia para cumplir obligaciones en moneda extranjera no
tiene
como
propósito
resarcir
al
acreedor
de
afectaciones
patrimoniales derivadas del paso del tiempo, sino simplemente
restituirle el objeto del contrato, es decir, el bien fungible consistente
en moneda extranjera. Por lo cual no resulta válido considerar que esa
función pueda ser cumplida a través de intereses moratorios o pago de
daños y perjuicios.
38. Tampoco se afecta la garantía de seguridad jurídica, pues como se
dijo, las disposiciones impugnadas tienen como presupuesto el hecho
cierto de que el valor de las monedas puede cambiar, y la certeza de
ese hecho está presente en la celebración de operaciones en moneda
extranjera, por lo cual cualquier persona que decida asumir
obligaciones en dicha moneda, también asume el riesgo de la
variación en el valor de ésta.
39. La circunstancia de que al contraer la obligación no se pueda saber
con certeza a cuánto ascenderá en pesos mexicanos el valor de la
moneda extranjera al momento de hacer el pago no podría constituir
un derecho amparado en la garantía de seguridad jurídica, pues como
se dijo, se trata de un riesgo para quien adquiere obligaciones en la
citada moneda del que se tiene certeza de antemano.
40. Por todo lo anterior, debe concluirse que las disposiciones
impugnadas no presentan los vicios de inconstitucionalidad que les
atribuye el quejoso.
14
AMPARO EN REVISIÓN 220/2016
41. Ante la desestimación del recurso de revisión principal, procede
responder el siguiente cuestionamiento:
¿Debe quedar sin materia el recurso de revisión adhesiva?
42. En el recurso de revisión adhesiva se expusieron diversos argumentos
con la finalidad de que se confirmara la sentencia recurrida, y como
del análisis de la revisión principal se llega a la misma conclusión, esta
Primera Sala determina que la revisión adhesiva debe quedar sin
materia, pues si el sentido de esta ejecutoria resultó favorable a los
intereses de la parte adherente, evidentemente desapareció la
condición a la que estaba sujeto el interés jurídico de dicha parte para
interponer la adhesión, traducido en reforzar el fallo recurrido.
43. Al respecto resulta aplicable la jurisprudencia de esta Primera Sala de
rubro: “REVISIÓN ADHESIVA. DEBE DECLARARSE SIN MATERIA
AL DESAPARECER LA CONDICIÓN A LA QUE SE SUJETA EL
INTERÉS DEL ADHERENTE”.11
11
1a./J. 71/2006; Novena Época; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; Tomo XXI;
Pág. 266.
“De conformidad con el último párrafo del artículo 83 de la Ley de Amparo, quien obtenga resolución
favorable a sus intereses puede adherirse a la revisión interpuesta por el recurrente, expresando los
agravios respectivos dentro del término de cinco días, computado a partir de la fecha en que se le
notifique la admisión del recurso. Ahora bien, si se toma en cuenta que la adhesión al recurso
carece de autonomía en cuanto a su trámite y procedencia, pues sigue la suerte procesal de éste y,
por tanto, el interés de la parte adherente está sujeto a la suerte del recurso principal, es evidente
que cuando el sentido de la resolución dictada en éste es favorable a sus intereses desaparece la
condición la que estaba sujeto el interés jurídico de aquélla para interponer la adhesión, esto es, la
de reforzar el fallo recurrido, y por ende, debe declararse sin materia el recurso de revisión
adhesiva”.
15
Descargar