17 de octubre de 2010 • Diario de Ferrol NORDESÍA 29 emilio tresgallo experto en bullying El profesor Emilio Tresgallo lleva años estudiando un fenómeno, el acoso escolar, que, si bien ha existido siempre, sí se ha intensificado en los últimos años y, además, ha encontrado en las nuevas tecnologías un nuevo canal de expresión. En la actualidad, Tresgallo está finalizando el doctorado que realiza en la UNED, titulado “El maltrato entre iguales en alumnos del 3º ciclo de la Educa- ción Primaria en Galicia”, un trabajo que introduce aspectos novedosos con relación a otros estudios sobre bullying como la influencia de los videojuegos y las películas en la “cultura” del agresor. “En algunos casos, el daño causado en el colegio puede ser irreparable” entrevista de j. gómez F ue el noruego Olweus quien en los años 70 comenzó a analizar el bullying, pero en España no surgió un interés serio por el tema hasta que en 2004 salió a la luz el caso de Jokin. —¿El bullying es un fenómeno nuevo o un nuevo nombre para un fenómeno antiguo? —Siempre ha habido niños que se meten con otros, pero ahora hay una nueva dimensión . Olweus, en Escandinavia, empezó a investigarlo en los años 70 tras la muerte de dos niños, abordándolo también estadísticamente. Observó que los agresores eran normalmente chicos sin interés por el estudio, repetidores, y físicamente más desarrollados que la media. En España, a raíz del caso Jokin empezaron a destaparse más casos y empezó a actuarse en los centros. Ahora el bullying, maltrato entre iguales o acoso escolar, se conoce mejor gracias a aportaciones de especialistas como Díaz Aguado. —¿Qué síntomas presentan un niño o una niña con problemas de ese tipo? —No por presentarse un síntoma hay que concluir que existe acoso escolar, pero si se dan varios sí podemos empezar a pensar en que un niño puede estar sufriendo acoso. Los padres tienen que estar muy atentos a algunos aspectos: si su hijo va muy contento a clase y de repente es reacio a ir; si nunca ha querido llevar un bocadillo al recreo y de repente no sólo quiere llevar uno, sino dos –el agresor coacciona a la víctima o incluso a su familia–; si a un niño que le gustaba estar en el ordenador o en las redes sociales deja de gustarle; si pierde el apetito, si llega a casa con arañazos o con la ropa rota, si se niega a salir de casa insistentemente... Todo eso tiene que ponernos en alerta. Sin embargo, nunca nos lo va a decir porque el peso de las amenazas es tan fuerte que el niño está inerme. Hay un aspecto que se llama el síndrome del domingo por la tarde, en el que el niño no vive y disfruta de lo que le queda de fin de semana, sino que está adelantándose a lo que va a vivir el lunes. El chico empieza con problemas de estómago, que es donde se manifiestan a veces los problemas psi- frecuencia Se pensaba que el acoso se daba en la ESO, pero cada vez hay más casos en los primeros ciclos de Primaria Tresgallo ha ayudado a resolver y mitigar muchos casos de acoso escolar cológicos, se somatizan... Es una preparación para el día siguiente porque sabe que lo que se va a encontrar el lunes es lo de siempre: acoso. Para él, el colegio consiste en esquivar a sus agresores. —¿Qué consecuencias a largo plazo tiene el acoso? —Las consecuencias negativas las sufre no sólo la víctima, sino también el agresor y los espectadores. Un porcentaje elevado de los niños que sufren acoso tienen depresión, con todo lo que eso conlleva: hay casos de niños con un expediente brillante que llegan al extremo de suspender materias. El niño llega a sufrir agorafobia o empieza a morderse las uñas o a mojar la cama con 12 años. Aparte del bajo rendimiento, el absentismo escolar alegando motivos de salud es otra de las consecuencias. Además tienen una muy baja autoestima, pues el objetivo de los acosadores es aislarlos y, para ello, pueden propagar bulos o falsos rumores. Esto último se da sobre todo en las niñas. En algunos casos el daño causado en el colegio puede ser irreparable. —¿Hay una relación muy estrecha entre acoso y fracaso? —No tiene por qué ser así, pero una de las consecuencias del acoso es ésa. Acoso no es que dos niños se peleen, sino una acción de intimidación sistemática que puede durar semanas o incluso, como he constatado, dos años y que va minándoles la personalidad. También hay un desequilibrio entre las fuerzas –suele ser mucho más fuerte el agresor– y para que se diga que es acoso es necesario que la víctima no haya provocado. —¿A qué edad se produce el acoso? —Hasta hace algún tiempo se decía que se daba en el primer ciclo de la ESO o en los dos últimos cursos de Primaria, y que luego iba decayendo. Eso ha quedado superado con el estudio de Araceli Oñate e Iñaki Piñuel, que desvelaron que, lejos producirse en Secundaria, comenzaba antes, en los primeros cursos de Primaria, e incluso antes. Algunos de los correos que me llegan pidiendo ayuda son de profesores de Infantil comentándome que ya empezaban a tener problemas con algunos niños, como el típico “pegón” al que no hay forma de integrar en clase con los demás. A los niños pequeños hay que ponerles unas normas, pues el que no las tiene, cuando sale al mundo, siente esa discriminación porque para todo en la vida hay normas. —¿Qué parte de responsabilidad tienen los padres de los agresores? daniel alexandre —No me gusta culpar a nadie. Entiendo que hay padres que no han tenido oportunidad de aprender, pero sí creo que cuando las tienen deben aprovecharlas, y ocurre que cuando en los centros se organizan charlas o escuelas de padres van los cuatro de siempre. A veces se cae en una especie de dejadez o se piensa que eso de lo que se habla no les incumbe. A ser padres no se aprende en el instituto o en la universidad, por eso todas las oportunidades que se presentan debemos aprovecharlas. Y los padres tienen una misión, educar, y hacerlo con cariño, pero también reprendiéndoles cuando hacen algo mal. Tener un hijo es algo serio y hay que ir acompañándolo en ese proceso de crecimiento y crear en casa espacios para el diálogo para que se expresen, para orientarlo y fomentar la empatía, el respeto y la tolerancia. —¿Cómo se debe actuar ante casos así? —Un caso puede detectarse por observación, pero no es suficiente. Por eso existen unos test específicos, como el BULL’s, con los que se averigua el clima del aula. A través de una serie de preguntas puede resultar que haya marginados –con los que nadie quiera realizar una tarea– que nos pueden señalar a los presuntos acosadores. Detectado el proble- ma, hay que intervenir y tener un plan de convivencia con unas pautas a seguir. Hay que trabajar con el agresor, la víctima y los espectadores. Con la víctima, para restaurar esa personalidad que está muy deteriorada. —¿Cómo es este trabajo? —Las víctimas suelen ser niños con pocas habilidades sociales, sobreprotegidos, etc. Hay que mejorar su autoestima y dotarle de esas armas que le faltan para ayudarle a sobrellevar su situación dramática con la ayuda de un psicólogo u orientador, o animarle a practicar algún deporte que le haga “ausentarse” de esa preocupación continua que invade su vida. La mente de las víctimas necesita momentos de descanso pues, de lo contrario, puede deshacerse emocionalmente. También hay que realizar intervenciones con el agresor, enseñarle el arte de la negociación, a ser tolerante porque, si no, una de las consecuencias puede ser que cuando comience a relacionarse con mujeres, el acoso se traduzca en violencia de género. —¿Hay más casos en niños que en niñas? —Hay más acoso en chicos. Las chicas también lo son, pero ahí suele estar mucho más solapado, y suele estar motivado por venganza y, sobre todo, por envidia. —¿En qué fase está el doctorado? —Lo tengo bastante avanzado, pero hay que ir limándolo. He recogido información de casi 2.000 alumnos de 56 centros a través de 28 preguntas. Se había hecho algún estudio sobre ese tema, pero no en Educación Primaria, sino en Secundaria. Pretendo conocer cosas nuevas, como si hay acoso a través del correo electrónico, blogs, redes sociales, sms, es decir, el ciberbullying, y relacionarlo con los videojuegos y con películas que han podido tener influencia en los agresores.