303019. . Primera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XCII, Pág. 103. DENUNCIANTE O QUERELLANTE, RECURSOS DEL. La calidad de coadyuvante del Ministerio Público se adquiere, previa declaración judicial, dentro del procedimiento de instrucción, sin lo cual, el quejoso es un simple querellante de hechos que estima delictuosos, y aun cuando con este carácter pudo alegar a la justicia, los medios probatorios conducentes a establecer la verdad, su actividad no puede llegar a inferir la facultad del juzgador, para declarar si los propuestos por él, son, o no, pertinentes, al fin que se enderezan, ya que es el órgano jurisdiccional el llamado a dirigir la investigación del delito y decidir sobre la responsabilidad del indiciado. Por lo tanto, el quejoso, como denunciante, sólo puede ser considerado como auxiliar voluntario en la investigación, para el efecto de contribuir al esclarecimiento de la verdad sin invadir la esfera de atribuciones del Juez ni usurpar las funciones exclusivas del Ministerio Público, a quien incumbe el ejercicio de la acción penal. Es verdad que la transgresión de la ley penal afecta a la víctima del delito, pero también lo es que repercute, y con mayor fuerza, en la sociedad, puesto que perturba el orden que debe reinar en la colectividad. Por esta razón, no compete al ofendido la facultad de disponer a su arbitrio de la seguridad social, sino a la sociedad entera, por medio del órgano creado para el ejercicio de la acción correspondiente; por esto y aún cuando toca al primero señalar a la justicia los medios probatorios que, a su juicio, conduzcan a la comprobación del delito, corresponde al Juez decidir si los propuestos son, o no, idóneos para ese objeto y al Ministerio Público usar de los recursos establecidos por las leyes, cuando considere que las resoluciones dictadas por la autoridad judicial, vulneran los derechos de la sociedad. En el presente caso, el Ministerio Público hizo suyas las pruebas allegadas por el querellante y, con fundamento en las mismas, consignó los hechos a la autoridad judicial, satisfaciendo así el derecho de petición consagrado por el artículo 8o. de la Constitución Federal. La circunstancia de que el Juez del conocimiento no hubiera accedido a la solicitud del representante social porque, en su concepto, no se satisfacían los requisitos del artículo 16 constitucional para librar mandamiento de captura, contra el indiciado, no agravia en forma alguna al querellante, cuya injerencia en la investigación había cesado, atenta la índole del procedimiento penal. En consecuencia, la determinación judicial de que se trata, no vulnera en perjuicio del quejoso, ninguna garantía individual y, por lo tanto, éste carece de la calidad requerida por la ley, para ocurrir al amparo en los términos del artículo 107 de la Constitución Federal y 4o. de la Ley Reglamentaria del Juicio de Garantías. Tampoco puede afirmarse que la determinación recurrida afecte los derechos patrimoniales del quejoso, habilitándolo para ocurrir al juicio de amparo en los términos del artículo 10 de la ley de la materia, porque consagrada como pena pública la acción de resarcimiento del daño, compete su ejercicio al Ministerio Público y el derecho del ofendido a la reparación, surge, cuando se ha ejercitado esa acción pública y se ha determinado por la autoridad judicial, que el hecho que le dio origen, constituye delito; que el inculpado es el responsable del hecho ilícito penal y que es acreedor, en consecuencia, a la imposición de la pena que comprende la privación de la libertad y la indemnización del daño. Por lo tanto, este derecho nace cuando se ha establecido la pena y como consecuencia o reflejo de la sanción corporal. Siendo ello así, resulta evidente que el simple denunciante o querellante no puede ser lesionado en sus derechos patrimoniales, cuando una sentencia determina que el encausado no es responsable del hecho criminoso o que las pruebas allegadas a la investigación, no configuran el delito materia de la misma. Amparo penal en revisión 1189/44. Peraldi Inocencio. 9 de abril de 1947. Mayoría de cuatro -1- 303019. . Primera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XCII, Pág. 103. votos. Disidente: Fernando de la Fuente. La publicación no menciona el nombre del ponente. -2-