Bisbita Caminero Anthus berthelotti Catalán Piula canària Gallego Pica canaria Vasco Kanarietako txirta DISTRIBUCIÓN tes orientales, en concreto en Alegranza, Montaña Clara, La Graciosa y Lobos. Se trata de un ave abundante y muy bien distribuida, que ocupa todo tipo de ambientes abiertos desde la costa y áreas intermareales hasta la zona de cumbres, donde puede sobrepasar incluso los 3.000 m de altitud. Así, puede verse en llanos y laderas de zonas xéricas, “malpaíses” o campos de lava reciente, ambientes dunares, cultivos, pastizales, matorral de alta montaña e incluso claros del pinar, así como en lugares antrópicos tales como basureros, campos de golf, pistas Mundial. Endemismo macaronésico que cuenta con dos subespecies, madeirensis en Madeira y la nominal en Salvajes y Canarias (Purroy, 1997; Snow & Perrins, 1998). Población europea (SPEC 4) estimada en 16.000-22.000 pp., la mayor parte en Canarias (BirdLife International/EBCC, 2000). España. Especie exclusiva del archipiélago canario donde se distribuye ampliamente por todas las islas y la mayoría de los islo- R. posible (1998-2002) R. probable-segura (1998-2002) R. posible (1985-1997) R. probable-segura (1985-1997) Cobertura % R. posible % R. probable % R. segura % Información 1985-1997 Información 1998-2002 146 2,6 26 17,8 35 24,0 85 58,2 1 145 392 Bisbita Caminero Anthus berthelotti forestales, núcleos de población, etc., (Martín, 1987; Purroy, 1997; Martín & Lorenzo, 2001). POBLACIÓN Y TENDENCIA EN ESPAÑA La única estima de la población reproductora en Canarias se recoge en Tucker & Heath (1994) y se establece en 15.00020.000 pp. No se dispone de datos actuales más precisos. En Lanzarote y los islotes orientales es una de las especies mejor distribuidas, y ocupa la totalidad de las cuadrículas. Resulta más frecuente en los jables arenosos y cultivos que en los llanos pedregosos y “malpaíses”, aunque puede verse con relativa facilidad en el Parque Nacional de Timanfaya, donde frecuenta con mayor asiduidad los lugares habilitados para los visitantes y la franja costera. En el campo de golf de Teguise llega a ser especialmente común. En Fuerteventura es la especie mejor distribuida y se detecta con facilidad en las principales áreas arenosas (Corralejo, Lajares, Istmo de Jandía) y llanos terroso-pedregosos (Taca-Cotillo, Tindaya, Los Alares, etc.), aunque también en cultivos, e incluso cerca de núcleos urbanos. En Gran Canaria es la especie mejor distribuida y Martín & Lorenzo (2001) destacan como particularidad la ocupación de los pinares, donde llega a alimentarse en las ramas de los pinos. En Tenerife es también una de las especies mejor distribuidas y es más abundante en las medianías y costas, sobre todo de la vertiente sur de la isla, así como en el matorral de alta montaña del Parque Nacional de El Teide. Algunas parejas llegan a criar en áreas alteradas, incluso en el interior de núcleos urbanos (Santa Cruz de Tenerife, La Laguna, etc.). En La Gomera es común y bien distribuida, y falta únicamente en los ambientes forestales. Frecuente en el conjunto de lomos y laderas de la mitad sur, aunque es un elemento habitual en las áreas con cultivos abiertos y en los ambientes costeros. Algunas parejas aprovechan para criar las orillas de las principales presas (La Encantadora, Chejelipes, Las Rosas, etc.). En El Hierro falta sólo en las partes más agrestes y acantiladas y en las formaciones forestales. Algunos enclaves donde se observa con mayor facilidad son los llanos y prados de Nisdafe, La Dehesa, etc. En La Palma es común en todos los ambientes abiertos de la isla desde la costa hasta la alta montaña, y ocupa los cauces de barrancos incluso en el interior de la Caldera de Taburiente. En Alegranza es el paseriforme más abundante y ampliamente distribuido en la isla. Existen datos cuantitativos de su abundancia en hábitats esteparios de las islas orientales y se han citado densidades de 1,78 y 2,48 aves/10 ha en arenales y sitios pedregosos de Fuerteventura, o de 5,92 y 1,81 aves/10 ha en lugares arenosos y con sustrato pedregoso de Lanzarote (Suárez, 1984). En esta última isla, y en concreto en el Parque Nacional de Timanfaya, Concepción (1992) estima una población de 20-30 pp. En Gran Canaria alcanza densidades de 2,82 aves/10 ha en los de Ojeda, Inagua y Pajonales (Rodríguez & Moreno, 1993) y de 5,64 aves/10 ha en el de Pilancones (Valido & Delgado, 1997). En Tenerife es una de las especies mejor distribuidas y se constató su reproducción en el 96,5% de las cuadrículas UTM de 5 x 5 km (Martín, 1987), y en El Médano, Lorenzo & González (1993) estimaron una población reproductora próxima a las 30-35 pp. Tampoco existe información precisa acerca de su tendencia poblacional, aunque Bannerman (1963) consideró que tanto su corología como su abundancia tuvieron que ser muy similares a la situación actual. Con posterioridad, se ha venido considerando abundante y bien distribuida (Purroy, 1997; Martín & Lorenzo, 2001) y ya Volsøe (1951) la consideró, probablemente, como el ave más común del archipiélago. AMENAZAS Y CONSERVACIÓN. No se pueden aplicar adecuadamente los criterios de la UICN (Datos Insuficientes, DD). Aunque es todavía común en el archipiéalgo, es posible que se haya visto afectada localmente por la profunda transformación de los ambientes costeros y esteparios, mayoritariamente para la instalación de núcleos turísticos y para la implantación de nuevos sistemas de cultivo (Purroy, 1997). A ello habría que añadir el uso intensivo de productos químicos y la incidencia de especies depredadores introducidos como gatos y ratas. Sería necesaria una estima precisa de su población. Juan Antonio Lorenzo y Rubén Barone 393