Lima, dos de mayo Del dos mil siete.- LA SALA CIVIL

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Lima, dos de mayo Del dos mil siete.‐ LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA; vista la causa número tres mil sesenta – dos mil seis, en Audiencia Pública de la fecha, y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por Dioselina Villalta More mediante escrito de fojas setenta, subsanado a fojas ciento uno, contra el auto de vista emitido por la Sala Civil Descentralizada de Sullana de la Corte Superior de Justicia de Piura, de fojas sesentiséis, su fecha treintiuno de enero del dos mil seis, que revocó la resolución número dos obrante a fojas cuarenticuatro del mismo cuaderno, que dispuso admitir a trámite la demanda, y reformándolo, declaró inadmisible la misma; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, el recurso de casación fue declarado procedente por resolución del veintitrés de octubre del dos mil seis, por la causal prevista en el inciso primero del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, en virtud de lo cual la recurrente denuncia la interpretación errónea de los artículos quinientos treinta y cinco del Código Procesal Civil y trescientos dos inciso tercero del Código Civil, toda vez que la Sala Superior afirma que la actora no ha presentado documento público que acredite la propiedad del bien sub litis, desconociendo la calidad de documento público que la ley otorga a las resoluciones judiciales, en aplicación de lo normado en el artículo doscientos treinta y cinco inciso primero del Código Procesal Civil, propiamente de la resolución que declara la existencia de la unión de hecho entre la recurrente con Antonio Héctor Noblecilla Peña, dentro de cuyo régimen se ha adquirido a título oneroso el inmueble sub litis en el año mil novecientos ochenta y cuatro, por lo que de una interpretación contrario sensu del artículo trescientos dos inciso tercero del Código Civil, éste no puede ser considerado como bien propio del demandante, ya que la unión de hecho declarada judicialmente se viene prolongando desde el tres de julio de mil novecientos setenta y ocho, fecha en que se declaró disuelto el vínculo matrimonial de Antonio Héctor Noblecilla Peña; y, CONSIDERANDO: Primero.‐ Que, en el caso de autos, Dioselina Villalta More interpuso demanda de tercería de propiedad con el objeto que que se suspenda el remate del cincuenta por ciento de los derechos y acciones que detenta sobre el inmueble sito en la Avenida Champagnat mil veintidós, Sullana, que ha sido dictado por el primer Juzgado Especializado en lo Civil de Sullana en el proceso que sigue Banco Financiero del Perú contra Antonio Héctor Noblecilla Peña sobre ejecución de garantía, Expediente ciento sesenta y seis – cero cuatro ‐ C. Para tal efecto, sostiene haber adquirido el inmueble conjuntamente con su conviviente Antonio Noblecilla en el año mil novecientos ochenta y cuatro, el mismo que pasó a formar parte del régimen de sociedad de gananciales al haberse determinado judicialmente, mediante sentencia consentida del doce de febrero de mil novecientos noventa y nueve, el estado convivencial y declarándose la unión de hecho sujeta al régimen de sociedad de gananciales, por lo que a la fecha de constitución de la hipoteca (mil novecientos noventa y cuatro) ya detentaba derechos sobre el inmueble, razón por la cual el mismo no podía ser hipotecado; Segundo.‐ Que, contra la resolución número dos, que admitió a trámite la demanda, el Banco Financiero del Perú formuló apelación, por considerar que la demandante no había ofrecido ningún título “fehaciente” que acredite la propiedad del inmueble y, en tal sentido, tampoco había otorgado garantía alguna para obtener la suspensión del proceso de ejecución; Tercero.‐ Que, la Sala Superior, al resolver el recurso impugnativo, señala que en la Ficha Registral del bien sub litis aparece registrado el actor como divorciado, por lo que era un bien propio y, por tanto, podía hipotecarlo, siendo que la unión de hecho fue declarada judicialmente recién en el año mil novecientos noventa y nueve, y no habiendo acreditado la demandante con documento público o privado de fecha cierta ni menos otorgado la garantía a que hace mención el artículo quinientos treinta y cinco del Código Procesal Civil, resuelve revocar la recurrida declarando inadmisible la demanda, sin dar oportunidad de subsanación alguna a la demandante; Cuarto.‐ Que, si bien es cierto en autos se ha denunciado la interpretación errónea del artículo quinientos treinta y cinco del Código Procesal Civil, pese a que la citada causal sólo está reservada para el análisis de normas materiales, sin embargo, en aplicación del principio iura novit curia que consagra el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, el Juez está llamado suplir y corregir los defectos en la calificación jurídica de las peticiones formuladas por las partes. Como director del proceso, el Juez tiene el deber de resolver el litigio conforme a la norma sustantiva o material que verdaderamente corresponda, a fin de efectivizar una justa composición del litigio, con arreglo a derecho; por tanto, si la finalidad del proceso contencioso ‐como el que nos ocupa‐ es no sólo la simple resolución de conflictos intersubjetivos de intereses sino, esencialmente, la justa composición de este conflicto, entonces el Juez resuelve la controversia inclusive en contra de las normas invocadas por las partes, porque además de conocer el derecho, interpreta y aplica el pertinente; Quinto.‐ Que, frente al deber de suplir o corregir la invocación normativa de las partes, es cierto que también existe la limitación que impone el principio de congruencia procesal, dado que el Juez sólo debe sentenciar según lo alegado y probado por las partes; sin embargo, este último principio no se contradice con el anteriormente citado (Iura Novit Curia), sino por el contrario se complementan, pues es razonable y coherente señalar que corresponde a la partes exponer y probar únicamente el petitorio y los hechos que lo sustentan, y al Juez efectuar la calificación jurídica de los mismos. En tal sentido, advirtiendo que bajo la denominación de “interpretación errónea del artículo quinientos treinta y cinco del Código Procesal Civil”, la actora denuncia la transgresión de una norma que regula el trámite del proceso de tercería, se concluye que tales afirmaciones corresponden ser dilucidadas dentro de la causal de contravención de normas que garantizan el derecho a un debido proceso, por lo que este Supremo Tribunal procederá a emitir la resolución pertinente pronunciándose sobre dicha causal; Sexto.‐ Que, conforme lo establece el artículo quinientos treinta y cinco del Código Procesal Civil, la demanda de tercería no será admitida si no reúne los requisitos del artículo cuatrocientos veinticuatro y, además, si el demandante no prueba su derecho con documento público o privado de fecha cierta; en su defecto, si no da garantía suficiente a criterio del Juez para responder por los daños y perjuicios que la tercería pudiera irrogar. Como quiera que las demandas de tercería sólo pueden fundarse en la propiedad de los bienes afectados por medida cautelar o para la ejecución; o en el derecho preferente a ser pagado con el precio de tales bienes, la norma en comento regula un requisito especial de admisibilidad para estas demandadas, como es el exigir que el demandante acredite su derecho (de propiedad) mediante documento público o privado de fecha cierta, salvo que opte por otorgar garantía para responder por los daños y perjuicios que se ocasionen; Sétimo.‐ Que, en el caso de autos, la demandante ha presentado como título en el cual sustenta la propiedad del bien sub litis, la sentencia del doce de febrero de mil novecientos noventa y nueve recaída en el expediente número cero treinta y siete – noventa y ocho ‐ C tramitado ante el Segundo Juzgado Civil de Sullana, en el proceso seguido por Dioselina Villalta More contra Antonio Héctor Noblecilla Peña y Otros sobre declaración de unión de hecho, la misma que se encuentra inscrita en el asiento c‐tres de la Ficha cero ocho mil ciento noventa y ocho del Registro de Propiedad Inmueble de la Oficina Registral Regional – Región Grau, que corresponde al inmueble sito en la Avenida Champagnat mil veintidós, Sullana, materia del presente proceso; Octavo.‐ Que, en atención a lo normado en el artículo doscientos treinta y cinco inciso primero del Código Procesal Civil, son documentos públicos los otorgados por funcionario público en el ejercicio de sus atribuciones; y si esto es así, se advierte que en autos la actora viene adjuntando a su demanda dos documentos públicos en los que sustenta su propiedad: una sentencia judicial, expedida por un magistrado, y una ficha registral, expedida por el Registrador Público, ambos funcionarios del Estado, con lo cual ha dado cumplimiento formal al requisito de admisibilidad establecido en el artículo quinientos treinta y cinco del Código Procesal Civil citado; Noveno.‐ Que, los cuestionamientos relativos a la suficiencia de los títulos que acreditan la propiedad de la actora, esto es, si resultan idóneos o no para oponerse con éxito a la hipoteca otorgada por Antonio Héctor Noblecilla Peña a favor del Banco Financiero del Perú, constituyen aspectos que no pueden ser materia de análisis al expedirse un auto admisorio, pues es en el juicio de fundabilidad de la demanda en el que se decide el conflicto de intereses a favor o en contra de la demandante, sobre la base de la valoración conjunta de la prueba, juicio que sólo corresponde expedirse al emitir la sentencia respectiva, pero no al calificarla, pues el juicio de admisibilidad únicamente se circunscribe a analizar si la demanda contiene o no las requisitos formales o extrínsecos que exige la ley en cada caso concreto; Décimo.‐ Que, por consiguiente, se verifica la contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, por lo que el recurso de casación debe tutelarse, deviniendo en nula la resolución de vista expedida por la Sala Superior, y careciendo de objeto pronunciarse por la causal material de interpretación errónea del artículo trescientos dos inciso tercero del Código Civil. No obstante, considerando que en el fondo el recurso de apelación interpuesto por el Banco Financiero del Perú contuvo implícitamente un pedido de nulidad, y al haberse desestimado tal pedido en esta Sede casatoria, carece de objeto que la Sala Superior emita nuevo pronunciamiento absolviendo la apelación promovida por la citada entidad, debiendo en su lugar remitir los actuados para que el Juez de la causa continúe con el trámite del proceso; por cuyas razones, Declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Dioselina Villalta More mediante escrito de fojas setenta, subsanado a fojas ciento uno del cuaderno de apelación; CASARON la resolución impugnada, en consecuencia, NULO el auto de vista obrante a fojas sesentiséis del mismo cuaderno, su fecha treintiuno de enero del dos mil seis; MANDARON que se continúe con el trámite del proceso principal en la instancia respectiva y en el estado que se encuentre; DISPUSIERON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Dioselina Villalta More contra Banco Financiero del Perú y Otros sobre tercería de propiedad. Interviniendo como Vocal Ponente el Señor Ticona Postigo, y los devolvieron.‐ SS. TICONA POSTIGO PALOMINO GARCIA MIRANDA CANALES CASTAÑEDA SERRANO MIRANDA MOLINA rsb Corte Suprema de Justicia de la República Sala Civil Transitoria CAS. Nº 3060‐2006 PIURA TERCERÍA DE PROPIEDAD 
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