5.- TRATAMIENTOS TÉRMICOS Los tratamientos térmicos son procesos donde únicamente se varía la temperatura, pero sin modificar la composición de los materiales. El objetivo consiste en mejorar las propiedades mecánicas de los metales y aleaciones, de tal forma que unas veces interesa aumentar la dureza y resistencia mecánica, y otras veces la ductilidad o plasticidad para facilitar su conformación. En el grupo de los tratamientos térmicos se incluyen: el temple, el recocido, el revenido y el normalizado. 5.1.- TEMPLE El acero se calienta a una temperatura elevada para, a continuación, someterlo a un proceso de enfriamiento rápido. De este modo, se consigue una estructura de la superficie del metal anormalmente dura. Esta dureza se debe a la tensión a que quedan sometidos los cristales por la deformación de su estructura cristalina, ya que en el proceso de enfriamiento rápido les impide alcanzar un equilibrio estable. Para llevar a cabo el temple de una pieza se han de tener en cuenta diversos factores, como la composición del acero o de la aleación, la temperatura a la que hay que calentar, el tiempo de calentamiento, la velocidad de enfriamiento y los medios empleados para enfriar la pieza. Según estas características, se pueden distinguir distintos tipos de temple, aunque sólo hablaremos de uno de ellos: el temple martensítico. El temple martensítico se utiliza para la obtención de aceros martensíticos. Debe su nombre a la martensita, aleación muy rica en carbono que se forma en la superficie del material durante el proceso de enfriamiento rápido y que se caracteriza por su extremada dureza y fragilidad El enfriamiento se realiza en: agua, aceite o aire. La capacidad de un acero aleado para transformarse en martensita durante un determinado temple depende de la composición química y de un parámetro denominado templabilidad. Definimos la templabilidad como la aptitud de la aleación para endurecerse por formación de martensita como consecuencia de un tratamiento térmico. 5.1.1.- Ensayo de templabilidad o ensayo de Jominy El procedimiento empleado para determinar el grado de templabilidad se conoce como ensayo Jominy. Este ensayo consiste en mantener constantes todos los factores que influyen en la profundidad del endurecimiento de la pieza, excepto la composición El proceso es el siguiente: 1º.- Una probeta de acero normalizada de 25 mm de diámetro y 100 mm de longitud se calienta a una temperatura constante durante un tiempo determinado 2º.Se saca del horno, y el extremo de la pieza se templa mediante un chorro de agua de caudal y temperatura constante, de tal manera que la velocidad de enfriamiento es máxima en el extremo templado y disminuye a lo largo de la probeta 3º.Una vez que la probeta se ha enfriado a temperatura ambiente, se desbasta una tira de 0,4 mm de espesor y se determina la dureza a lo largo de los 50 mm primeros. Se traza una curva de templabilidad, representando los valores de dureza en función de la distancia al extremo templado. 5.1.2.- Curvas de templabilidad Al lado se representa una gráfica de templabilidad típica. El extremo templado se enfría más rápidamente y presenta un máximo de dureza. En este punto, y en la mayoría de los aceros, la microestructura coincide con el 100 por 100 de martensita. La velocidad de enfriamiento decrece con la distancia del extremo templado, y, en consecuencia, la dureza disminuye. La curva de templabilidad asegura que si la dureza disminuye rápidamente conforme nos alejamos del extremo templado, el acero tendrá una templabilidad baja, mientras que un acero con alta templabilidad mantiene valores elevados de dureza durante distancias relativamente largas. La siguiente representación corresponde a dos ensayos Jominy con dos materiales diferentes. Se puede observar que el descenso de la dureza en la curva inferior es más rápido, con lo cual podemos afirmar que en ese caso, la probeta tendrá baja templabilidad, es decir, que ese acero tiene menos capacidad para transformarse en un acero de alta dureza (martensita) cuando se enfría rápidamente con un líquido. 5.2.- REVENIDO El revenido es un tratamiento que sigue al temple con objeto de eliminar la fragilidad y las tensiones internas ocasionadas (recordar que un acero templado es aquel que tiene una dureza muy alta (llamado martensita), pero que tiene el inconveniente de ser frágil). El revenido sólo se aplica a los materiales templados. Consiste en un calentamiento de las piezas templadas a una temperatura inferior a la del temple para lograr que la martensita se transforme en una estructura más estable. El proceso termina con un enfriamiento más bien rápido. 5.3.- RECOCIDO Tratamiento térmico de un material que consta de tres etapas fundamentales: 1º calentamiento hasta una temperatura prefijada, 2º mantenimiento de la temperatura anterior durante un tiempo conveniente, 3º enfriamiento lento hasta la temperatura ambiente, pero también realizado a una velocidad conveniente Los objetivos que se persiguen con este tratamiento térmico son: Eliminar tensiones del temple Aumentar la plasticidad, ductilidad y tenacidad Conseguir una microestructura específica Como podemos observar, el tiempo constituye la variable fundamental a controlar. Tanto en el calentamiento como en el enfriamiento, existen variables de temperatura entre el interior y el exterior de las piezas a tratar. Por consiguiente, el tiempo y la velocidad de variación de la temperatura estarán en función del tamaño y geometría de la pieza. Si la velocidad de variación de la temperatura es muy grande, provoca tensiones internas en las piezas, que inducen a la aparición de deformaciones e incluso de agrietamientos. El tiempo de recocido debe ser lo suficientemente largo para permitir la transformación estructural deseada. 5.4.- NORMALIZADO El normalizado es un tratamiento térmico que se emplea para dar al acero una estructura y unas características tecnológicas que se consideran el estado natural o inicial del material que fue sometido a trabajos de forja, laminación o tratamientos defectuosos. Se hace como preparación de la pieza para el temple. Es un tratamiento térmico similar al recocido del que sólo se diferencia en la velocidad de enfriamiento, que en este caso es más elevada y se suele hacer al aire libre