HOYYdía existen diversas formas de analizar ese fenómeno

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OYYdía existen diversas formas de analizar ese fenómeno complejo que llamamos el lenguaje. Y del modo como se analice, dependerán en gran parte
los instrumentos concretos que se derivarán de la teoría y que se usarán
para la intervención, sea diagnóstico, valoración de aspectos evolutivos o técnicas
de reeducación o terapéuticas.
El Análisis Experimental del Comportamiento (AEC) es un conjunto de formulaciones teóricas y prácticas que se supone permite analizar diversos comportamientos del hombre y, entre ellos, el lenguaje o conducta verbal. Para el AEC
el lenguaje se estudia en tanto en cuanto comportamiento, es decir aquel aspecto
del lenguaje que desde otras teorías lingüísticas, se llamaría «actos del lenguaje»,
«performance» o, incluso «discurso». Es decir, el AEC estudia, observa, analiza y
describe los aspectos «actuales», conductuales del lenguaje; la conducta verbal
se reconoce como el más complejo de los comportamientos humanos, pero no por
eso ajeno a las leyes que rigen las mismos. Dicho de otro modo, el lenguaje se
considera desde el AEC como algo que el hombre hace y no en tanto que sistema
abstracto al margen de los hombres que lo producen, incluyendo los aspectos comprensivos o receptivas.
¿Y cómo es este análisis experimental de la conducta verbal? En primer lugar
es psicosocial, es decir, se define la conducta verbal como cualquier comportamiento que modifique su entorno a través de un agente, de esa persona o personas que
se llaman «audiencia». En este sentido la definición de conducta verbal es tan
amplia y comprensiva que de hecho abarca toda la comunicación, sea oral o no.
Por tanto, todo análisis tendrá como punta de obligada referencia la intervención
de las factores sociales y personales del lenguaje.
La segunda característica importante de este análisis, derivada de la anterior,
es su carácter funcional
, en el sentido de que las diferentes respuestas verbales sólo
pueden ser definidas y comprendidas mediante el estudio de las relaciones entre
dichas respuestas, sean articuladas, gestuales, escritas, etc... y su contexto, su entorno, especialmente el entorno social. De este modo el AEC aplicado al lenguaje
se aleja de los análisis puramente formales o estructurales, es decir, más puramente
lingüísticos, para acercarse a la psicolingüística.
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A partir de los años cincuenta, una vez que la teoría quedó establecida, se
empezaron a derivar formas concretas de abordar los problemas clínicos, educativos y evolutivos del lenguaje, es decir, su desarrollo y la patología. Las técnicas
de Modificación de Conducta y las leyes generales del aprendizaje aplicadas al
área del lenguaje, han dado resultados apreciables en algunos campos, especialmente en el desarrollo de programas para la enseñanza de formas de comunicación
y lenguaje a niños deficientes; los trabajos con autistas, especialmente los de
Loavas, se han hecho muy conocidos; las ecolalias, el tartamudeo y los trastornos
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EDITORIAL
de articulación también merecen mencionarse, pues existen suficientes publicaciones que los avalan. Pero no sólo en la clínica se han obtenido resultados prácticos. El AEC y las técnicas derivadas, también han aportado algo muy importante:
una metodología concreta para el análisis, la observación, registro y transcripción
del lenguaje «normal», haciendo avanzar de ese modo los estudios empíricos sobre
adquisición del lenguaje en el niño.
Así como las aplicaciones prácticas del AEC y las Técnicas de Modificación
de Conducta han evolucionado y cada día mejoran y se actualizan, la teoría había
permanecido bastante estancada, hasta la reciente inyección renovadora que ha
supuesto el neocognitivismo con la inclusión de procesos mediadores.
Revista de Logopedia y Fonoaudiología en su afán de recoger en sus páginas
una pluralidad de enfoques, dedica, en el número actual, el Editorial y un artículo
a las teorías que sobre el lenguaje ofrece el Análisis Experimental del Comportamiento. No es ésta la primera vez que lo hacemos y esperamos ampliarlo en números futuros.
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