la cultura clásica en la rusia de los zares

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LA CULTURA CLÁSICA EN LA RUSIA DE LOS ZARES
Echar una mirada sobre la penetración y la difusión de esa cultura
en Rusia, desde la Edad Media hasta finales del siglo XIX, no es salirse
del mundo clásico, en el que se mueve con tan admirable saber y elegancia el gran humanista Manuel Fernández-Galiano.
En la noche de los tiempos, distintas ramas indoeuropeas vecinas
tenían en común elementos culturales inmemoriales, cuyos vestigios se
detectan en los calcos espontáneos y en ciertas figuras mitológicas. Pero
después, con la dispersión geográfica, el contacto se perdió.
En la Edad Media, se reanudaron entre Kíev -cuna de Rusia- y Bizancio contactos, ya bélicos, con el príncipe Olleg (879-912), ya arnistosos, con la santa princesa Olga (945-957), de los primeros cristianos de
Rusia l . Su nieto, el príncipe Vladímir, santo ((igual a los Apóstoles)),
se convirtió a su vez al cristianismo e hizo bautizar a su pueblo en las
aguas del Dniepr en 988. Desde entonces, como la religión venía de Bizancio, las relaciones se intensificaron.
Contrariamente a la religión católica, cauce poderoso de la difusión
del latín en Occidente, la ortodoxa fomentó siempre la traducción de los
textos bíblicos, litúrgicos 2 y patrísticos a la lengua vernácula 3. Es así
como, ya en la Edad Media, Rusia fue inundada por recopilaciones, traducidas del griego, que contenían fragmentos de los Padres de la Iglesia,
1 Encontramos en las crónicas de Kíev y en las Memorias del emperador de Oriente,
Constantino VI1 Porfirogéneta, el relato de la visita que la princesa Olga, durante su regencia, hizo a Constantinopla, donde fue bautizada por el patriarca; el emperador actuó
de padrino. La leyenda reza que Constantino pidió la mano de Olga, viuda del príncipe
Igor; pero ella no quería volver a casarse y le engañó invitándole a ser su padrino, después
de lo cual una boda resultaba imposible, porque el Derecho canónico de la Iglesia ortodoxa
prohíbe el matrimonio entre padrino y ahijada o madrina y ahijado.
2 Como los primeros obispos en Rusia eran griegos, se conservaron en la liturgia
eslava estas dos únicas frases en griego: EiG xohha Elzq, AÉoxoza 'Por muchos años, Señor', para saludar al prelado y "Atioc,, &f$oq, &Sto<'Digno, digno, digno' en la ordenación sacerdotal por el obispo.
3 Eso permitió, más tarde, al zar Iván el Terrible decir a un legado del papa:
«Nuestra fe es cristiana, pero no griega».
Los santos «iguales a los Apóstoles)),C i o y Metodio, fueron los primeros predicadores
cristianos entre los eslavos y san Cirilo fue, precisamente, el creador de la escritura glagolítica, el alfabeto eslavo más antiguo que se conozca.
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pero también de filósofos griegos como Platón y, sobre todo, Aristóteles. La más célebre se llamaba 'H Aiompa 4. Fue la primera penetración en Rusia de la cultura clásica.
Pero hubo en la historia rusa un acontecimiento muy grave, que
corresponde mutatis mutandis a la dominación árabe en España: la invasión y dominación de los tártaros, que duró aproximadamente dos siglos
y medio, hasta 1480. Tuvo por efecto el cortar a Rusia en dos partes por
una línea diagonal, que iba del noroeste al sudeste, quedando aislados del
Occidente los territorios con capital primero en la ciudad de Vladímir y
luego en la de Moscú, mientras la Pequeña Rusia o Ukránya 5 , con Kíev
por capital, fue ora dominada por Polonia, ora libre.
Esa situación privilegiada le permitiría la creación y el desarrollo de
un célebre centro de estudios, que alcanzó su apogeo bajo la dirección del
erudito metropolita Pedro Moghila (71647). Habiendo estudiado en
París, tomó por modelo los colegios de jesuitas para transformar, en
1631, la escuela de la Cofradía ortodoxa de Kíev en un Colegio, que iba
a ser Academia en 1701: se estudiaba latín, griego, historia y filosofía
antigua. Fue un verdadero plantel de donde salían muchos eruditos, algunos de ellos luego santos anacoretas.
Mientras tanto, en el Norte de Rusia, a medida que se aflojaba la
dominación tártara, Moscú recibía influencias occidentales vía Nóvgorod
y Pskov, ciudades que se habían quedado libres.
La caída de Constantinopla, en 1453, tuvo una gran influencia. El último emperador, Constantino XI, pereció en el asalto de la ciudad. Pero su
hermano, Tomás Paleólogo, se salvó refugiándose en Roma con su familia, en particular su hija Sofía. Por entonces, el gran-duque de Moscú,
Ioann 111, había enviudado y el papa Sixto IV le sugirió que se casara con la
princesa Sofía. El gran-duque aceptó casándose con Sofía en Moscú 6, en
1472, lo que iba a acrecentar la influencia occidental y clásica.
Más tarde, el zar Ioann el Terrible piensa ya en crear escuelas de
latín y, en 1560, el fraile ruso Juan Alexándrov compone, en la Universidad de Tübingen, un léxico latino-ruso.
La primera gran ola de cultura clásica llega a Moscú bajo el reinado
de la dinastía Románov con el zar Alexéy Mijáilovich, cuando, en 1654,
Ukránya vuelve a reunirse con el resto del país. Los frutos maduros de
4 Literalmente: 'lo que sirve para examinar a través o de lejos; cuadrante para medir
la altura o la distancia; sonda de cirujano'.
5 Significa 'Extremadura'.
6 Ioann 111 tomó el título de tsar' < caesar y adoptó por escudo el águila bicéfala de
Bizancio con el icono de San Jorge (escudo de Moscú) en el medio. De ahí también la idea
de «Moscú-tercera Roma».
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la Academia de Kíev se dispersan entonces por Rusia entera y se empieza también a llamar a eruditos griegos.
Pero el paso decisivo hacia la cultura clásica fue dado por Pedro el
Grande (1682-1725): según la pintoresca expresión de Púshkin, Pedro
«abrió a hachazos una ventana hacia Occidente». Era admirador de la
Grecia y Roma antiguas; conocía muy bien la historia y tomó el título
de Emperador 7. Los historiadores saben que, a menudo, las frases célebres, que se atribuyen a grandes personajes, no son auténticas, pero sí
caracterizan bien su semblanza. Así, durante su lucha con Carlos XII de
Suecia, Pedro 1 habría dicho: «Si mi hermano 8 Carlos quiere ser un segundo Alejandro de Macedonia, no encontrará en mí a un Darío». En
efecto, el triunfo de Pedro en la batalla de Poltava (1709) dio confirmación brillante a esa bravata. Otro ejemplo: el embajador ruso en Constantinopla compró en el mercado, en 1707, un chico árabe de ocho
años, Ibrahim, mandándoselo al zar como regalo. Pero le da el apellido
de Hanníbal en memoria del gran africano. Este segundo Aníbal llegaría
también a ser un gran jefe militar 9. Nos interesa porque es el bisabuelo
de nuestro gran poeta Púshkin.
El zar reformador hizo mucho para introducir en Rusia la cultura
clásica. Llamó a numerosos eruditos del extranjero, principalmente de
Alemania. Fundó en Moscú el Instituto eslavo-griego-latino y preparó la
apertura de la Academia de Ciencias, cuyos miembros debían dedicarse
a la enseñanza superior y a la investigación. Es verdad que la atención
del monarca se dirigía principalmente hacia el progreso técnico; sin embargo, el despertar intelectual producido por su impulso ha creado también, en la gente rusa del siglo XVIII, un interés extraordinario por la
cultura clásica.
Eso nos permite decir que lo que fue en Europa occidental el Renacimiento de los siglos XV y XVI: renovación literaria, artística y
científica, retorno a la antigüedad, se produjo en Rusia en los siglos
XVII y XVIII, o sea, dos siglos más tarde, lapso de tiempo inferior a la
duración de la dominación tártara, causa principal de tamaño retraso.
Durante el fecundo reinado de Pedro el Grande más de una vez el
país se había encabritado como el caballo de la estatua de Falconet en
7 Para los asuntos eclesiásticos Pedro se hizo asesorar por el obispo Teófano Prokopóvich, discípulo de la academia de Kíev, que había estudiado en el extranjero las
teologías católica y protestante y escribió en latín su sistema de la teología ortodoxa.
8 Que no era su hermano.
9 Mandado a Francia para estudiar ingeniería y arte militar, ingresó en el ejército
francés tomando parte en la guerra entre España y Francia (1719) en la que fue herido en la
cabeza.
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San Petersburgo, que Catalina la Grande iba a dedicar a su ilustre predecesor. Pero, cuando murió el jinete en 1725, Rusia entera le lloró. En
el extremo Norte, en un pueblo de la provincia de Arjánguellsk bañada
por el Mar Blanco, un mozo de catorce años, bien plantado, ojos azules, frente alta y mentón voluntarioso, estaba impresionado por la muerte del Zar, cuya figura surgía, inmensa, de los comentarios populares. Y
en el corazón de Miguel Lomonósov 10, hijo de un labrador acomodado,
nació, como una ofrenda de agradecimiento al difunto monarca, la firme resolución de servir, él también, a la gran tarea iniciada por Pedro
de hacer feliz a su Patria por el desarrollo de la ciencia y la cultura. El
crítico Belínskiy pudo más tarde caracterizar a Lomonósov -con
acierto a pesar del anacronismo- como «colaborador de Pedro el Grande».
En efecto, ese self-made man ruso del siglo XVIII iba a ser la figura
más representativa de la cultura rusa en su época. A los 19 años, ya
poseído por el ansia. del saber, Miguel se marcha con un convoy de pescado congelado-hacia el Sur: hacia la Cultura... Consigue ingresar en el
Instituto «trilingüe» de Moscú con una beca de miseria. Lo que más le
molesta son sus camaradas, que le apuntan con el dedo: «¡Mira, qué
idiota, viene a los veinte años a aprender latín!». Lomonósov persevera
y sus estudios clásicos progresan tan satisfactoriamente que, cinco años
después, en 1736, le mandah como alumno a la Academia de Ciencias l l .
El mismo año, dada su sólida formación clásica, le envían a Alemania
para estudiar ciencias y metalurgia. Vuelto a Rusia en 1841, ocupará
pronto una cátedra en la Academia de Ciencias.
Lomonósov llegó a ser un gran científico, creador de la QuímicaFísica y, a la vez, gran filólogo, escritor, orador, poeta y pensador profundo. Escribe sus tratados científicos en l w o m p o n e la primera gramática rusa 12 siguiendo el modelo de las gramática-tín;
ante la necesidad de introducir en el ruso de la época n e o l o g i s m ~ s ~ ~ i a ~ ~ e s
conceptos nuevos importados por la cultura clásica, crea muchos
calcos 13. Como poeta, compone odas clásicas de alta inspiración. Por su
saber universal y su papel de pionero, el gran poeta Púshkin, aficionado
a los chistes, llamará a Lomonósov ((Nuestra primera Universidad)) y,
más seriamente: «Alegría de los rusos, milagro de medianoche». En resumen, lo que Pedro el Grande había hecho para el progreso técnico,
10
1711-1765.
11 Inaugurada en 1726.
l2 Antes no había más que gramáticas del eslavon.
13 Entre otros términos gramaticales, que se conservan hasta hoy día en las gramáti-
cas rusas, como los de «perfecto» o «imperfecto» para designar -impropiamente,
nuestro parecer- los aspectos de los verbos.
a
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Lomonósov lo hizo para la cultura clásica, completando así la época renacentista de Rusia. Y las semillas sembradas en los siglos XVII y XVIII
iban a dar una cosecha generosa en el decimonoveno, «siglo de oro» ruso.
La enseñanza clásica a nivel medio se impone: por todas partes
surgen guimnázii 'institutos trilingües' 14. La gran mayoría de los jóvenes
de la nobleza y la alta burguesía cursa estudios clásicos y, a menudo,
ingresa, luego, en la Facultad de Letras. De ahí que, poco a poco, el
lenguaje coloquial de las clases cultas se adorna de frases en griego o
latín, como Tvoei osau~óv15 de Sócrates, O tempora! o mores! 16 de Cicerón, Vae victis! 17 de Brennus, Alea jacta est 18 de César y otras; se
enriquece con cantidad de préstamos oriundos de la antigüedad: tsjnik,
stoíchen', epikuréyets 19, etc., etc., y gana fuerza de expresión con frases
metafóricas, que traducimos del ruso: «es un Hércules», «como el can
Cerbero)), «un verdadero Cicerón», «un sagaz Ulises~,«el talón de
Aquiles», «¡Y tú, Bruto! », para no citar más que algunas.
La formación clásica no sólo tuvo esos efectos lingüísticos sobre los
intelectuales rusos, sino que sirvió también poderosamente al desarrollo
de sus magníficas facultades mentales.
En efecto, las principales funciones de la mente: memoria, raciocinio, observación, análisis y abstracción, son susceptibles de ser desarrolladas en los alumnos tan perfectamente o mejor por los estudios
clásicos que por las matemáticas y las ciencias. El estudio simultáneo del
latín, con su lógica tajante, y del griego, con su morfología complicada
y su sutileza, dos lenguas de las que una tiene el artículo, la otra carece
del mismo, pero pueden ambas expresar las mismas ideas con igual claridad, es un estudio excepcionalmente capaz de dar agilidad a la mente.
Además, la enseñanza clásica presenta una ventaja enorme sobre la
científica: es que las ciencias exactas y las experimentales tienen por objeto únicamente lo medible, sea material o inmaterial, concreto o abstracto; mientras que las lenguas en general, y las clásicas en particular
-sobre todo el griego- ofrecen una infinidad de matices, o sea, de elementos imponderables, propios para afirmar la sensibilidad en los futuros profesionales de la medicina, la psicología, el derecho, la educación,
el sacerdocio, etc.
Los institutos tipo Realschule aparecen mucho más tarde.
'Conócete a ti mismo'.
16 'iOh tiempos! joh costumbres!'.
l7 '¡Ay de los vencidos!'.
18 'La suerte está echada'.
19 A menudo empleado, como en Occidente, en el sentido erróneo de 'entregado a los
placeres'.
14
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Por último, la cultura clásica proporciona el conocimiento del
hombre en lo permanente de su naturaleza, ofreciendo un amplio abanico de experiencias humanas, que los jóvenes reciben junto con su instrucción y que necesitarían toda una existencia para adquirirlas por sí
mismos. Es una escuela de sabiduría y una preparación para la vida.
Eso explica, en parte, el alto nivel intelectual, que habían alcanzado
los estratos superiores de la sociedad rusa bajo los Zares, contrariamente
a lo que se cree en Occidente 20.
Concretando, para las ciencias experimentales basta citar al químico
más genial del mundo: Dimitri Mendeléyev (1834-1907), nacido en Tobolsk, ciudad de Siberia, donde estudió en la guimnazia, de la que su
padre era director; no hay duda de que la formación clásica había agudizado el don de síntesis del futuro descubridor del sistema periódico de
los elementos, válido todavía hoy día.
Los médicos rusos observaban escrupulosamente (¡más que en Occidente!) el secreto profesional del famoso juramento de Hipócrates.
Los hombres de leyes estudiaban a fondo el Derecho romano, ejerciéndose en la exégesis de las Pandectas y otros textos del Digesto, por
indigestos que fuesen. En sus discursos y conversaciones no era raro oír
expresiones en latín como éstas: bonalide; ex bono et aequo; ipso facto;
dolus rnalus y aforismos como: is fecit, cui prodest; nulla poena sine lege; in dubio pro reo; audiatur et altera pars; dura lex, sed lex21.
Entre los oficiales del ejército imperial muchos cursaban estudios clásicos antes de ingresar en la escuela militar. Contrariamente a lo que representan en las películas, los oficiales rusos no dedicaban sus ocios a los
naipes y las juergas, sino más bien a cultivar su espíritu por la lectura y las
tertulias de alto nivel intelectual, donde se debatían temas históricos y literarios. Gran número de escritores, poetas y compositores eran oficiales de
carrera del ejército o la armada: basta nombrar a los poetas Derzhávin,
Llérmontov, Fet-Shenshín, a los escritores Dostoyévsky y Tolstoy, a los
compositores Llvov, Rímsky-Kórsakov, Kúi, etc., etc. Púshkin, durante
su estancia en Besarabia, se cultivó mucho al frecuentar un círculo de oficiales. Si se nos permite recuerdos de infancia, mi padre, futuro catedrático
de la Alta escuela de estado mayor y teniente general en la primera guerra
mundial, llamaba a una de mis hermanas, la más dotada, su Egeria 22. Y
20 Hasta entre los enemigos del trono se encontraba gente muy culta, como Chernyshevsky (1828-1889), que conocía a fondo el latín, el griego, el hebreo y varias lenguas modernas.
21 Ese último principio fue poco respetado a medida que se difundía la influencia anárquica de León To1stoy.22 Ninfa profética, de la que recibía consejos el rey de Roma Numa Pompilius, en el bosque de Aricia.
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cuando nos nació en casa un cachorro, mientras estaba todavía mal educado, le dio el nombre de Pipifax.
Volvamos a ser serios y hablemos de los filósofos rusos. Skvortsov
(1795-1863) escribe obras sobre la filosofía antigua. Su discípulo, Kárpov,
traduce las obras completas de Platón menos Las leyes, ya traducidas por
Obolénsky. Yurkévich compone, entre otros, un libro titulado La razón según Platón y la experiencia según Kant. Lavróv se reconoce influenciado
por el sofista Protágoras 23. V. Solovióv toma muchas ideas de Platón: en
su teoría de los dos Absolutos, su «segundo Absoluto)) no es sino el xóopoc voqzóq 24 de Platón. Según Platón, en la base de la naturaleza visible
se encuentra «el reino de las ideas»; para Solovióv el cosmos ideal es la
«esencia» del mundo visible, su fundamento metafísico. Luego, la multiplicidad real no excluye la unidad de la naturaleza, realizada por el «alma
del mundo)). Solovióv recoge también la idea del carácter andrógino 25 originario del ser humano y comparte con Platón su oposición a la estética
trascendentalista. En su libro El drama de la vida de Platón Solovióv
completó con originalidad las ideas de Diotima en el Banquete, pero se salió enteramente de los límites del concepto platónico del amor: el drama de
Platón consistiría en que ((habiéndose acercado por el pensamiento al
amor, no le dio efectivamente la victoria». Muchos filósofos rusos, como
el Arzobispo Nicarq, Lopátin, Lossky, Hessen, Grot, Frank, S. y E. Trubetskoy y otros, se apoyan en Platón, mientras el hegeliano Chichérin toma
de Aristóteles su teoría de las cuatro formas de causalidad.
Los escritores rusos estaban formados, salvo raras excepciones, en la
escuela clásica, que afinaba sus dotes de psicólogos. Los prosistas no
solían escoger temas de la antigüedad: su clasicismo, sin embargo, es fácil de detectar. Así Gógoll se inspiró indudablemente del amor conmovedor de Filemón y Baucis 26 para escribir su novela corta Terratenientes a
la vieja usanza; pero, como realista que era, no imitó el fin del matrimonio de ancianos convertidos en árboles vecinos, porque habían pedido a Júpiter morir juntos, sino que prefirió describir el largo sufrimiento del viejo señor, que se había quedado viudo. Turguéñev en Tres encuentros, al describir la actitud de una mujer admirada, que se vuelve, de
pronto, fría y distante, dice: «la estatua de Pigmalión había vuelto a su
pedestal)), aludiendo con esto al famoso escultor, que se enamoró de la
estatua de la ninfa Galatea 27, esculpida por él mismo, y pudo casarse
Atacado por Platón en uno de sus Diálogos, del mismo nombre.
'Mundo inteligible'.
25 'Hermafroditismo'.
26 En las Metamorfosis de Ovidio.
27 Amada por Polifemo, dio la preferencia al pastor Acis.
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con ella después de que fuese animada por Venus. Nos parece ver en Lévin, gentleman-farmer en Anna Karénina, la encarnación del ideal común de Horacio y Tolstoy: la aurea mediocritas28, condición media,
prenda de tranquilidad. En un cuento de Chéjov, Vaña, Juanito, aldeano de nueve años, huérfano de padre y madre, es colocado de aprendiz
por su abuelo en casa de un zapatero de Moscú; lejos del único ser
querido que le queda, se siente profundamente desgraciado en ese ambiente hostil, expuesto a las brutalidades del patrón. Decide escribir al
abuelo para suplicarle que vuelva a tomarle en casa. Prepara papel, tinta
y, aprovechando la Nochebuena, cuando el zapatero y su familia van a
las vísperas, garrapatea una carta ingenua y desgarradora, pega el sobre
y pone como dirección: «Para abuelo en la aldea»; después de reflexionar añade: «Para Constantino, hijo de Macario». Corre al buzón y,
de regreso, se duerme, mecido por una dulce esperanza. Se piensa irresistiblemente en la &váyxq de Esquilo, esa fatalidad maléfica, que empuja a los hombres para burlarse de su desgracia.
Vemos que la cultura clásica domina todo el mundo intelectual ruso
del siglo XIX. Hasta los perros y los gansos estaban empapados de la
misma. Dan testimonio de ello dos perros sentados en el corral bajo la
ventana de la cocina, que se juran una amistad eterna, sellándola con un
apretón de patas y llamándose tiernamente «Mi Orestes)) - «Mi Píiades».
Desgraciadamente el cocinero lanzó un hueso por la ventana y jadiós,
amistad! ... Un campesino conducía hacia la ciudad una manada de gansos, empujándolos con una rama. Los gansos protestaban, alegando que
sus antepasados 29 habían salvado Roma; pero el hombre contestó:
«Vuestros antepasados salvaron Roma, pero vosotros ¿qué? No valéis
más que para el asador»... Estas fábulas son del célebre fabulista ruso,
Krylóv, que representa un caso extraordinario: por razones de familia,
había recibido una instrucción fragmentaria y no conocía el griego; no
tardó en darse cuenta de tamaña laguna y apostó con un amigo que iba a
aprenderlo en un año. Al vencimiento del plazo sus amigos pudieron
comprobar que conocía el griego a fondo: iganó la apuesta! Las fábulas
son la escenificación de los refranes, cada uno de los cuales, según la
expresión de Gógoll (otra reminiscencia), «mira al hombre con todos sus
cien ojos, como Argos». Son psicológicas, fruto de la sabiduría popular.
Y ¿dónde podía Krylóv buscar mejores modelos concretos que en Esopo
y Fedro? Es verdad que numerosas fábulas suyas son estrictamente originales y características de la mentalidad rusa; pero hay también muchas
Odas, 11, 10, 5.
Los gansos del Capitolio. Quedo en el ruso coloquial como frase hecha: «Nuestros
antepasados salvaron Roma».
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imitaciones de las antiguas, como El despilfarrador y la golondrina
(1818), imitación de El joven y la golondrina de Esopo. A veces resulta
difícil determinar con certeza si el tema procede directamente de fuente
antigua o vía La Fontaine. Por ejemplo una de las primeras fábulas de
Krylóv, La novia difícil de satisfacer, fue inspirada por La Fille de La
Fontaine, el cual había tomado el tema de un epigrama de Marcial.
El mismo fenómeno se observa en otros géneros de la poesía rusa. Por
ejemplo: ciertas odas clásicas de Zhukóvsky están adaptadas del
alemán 30. El poema Leda, en el que Púshkin cuenta cómo Zeus ha seducido a la esposa de Tíndaro tomando la apariencia de un cisne, está imitado del poeta francés De Parny, al que Voltaire escribía: «Mi querido
Tibulo»; la lectura de Voltaire sugirió, a su vez, a Púshkin otra poesía
corta: cuenta cómo Lais, famosa cortesana de Corinto, regala su espejo a
la diosa Afrodita de Chipre, a cubierto de las ofensas del tiempo, porque
ella misma ya no aguanta el ver su propio semblante envejecido.
Ésas son excepciones. En general los conocimientos del mundo antiguo proceden directamente de fuentes griegas o latinas suscitando un
sinfín de magníficas obras poéticas. Espigando citemos: La muerte del
gladiador de Llérmontov; Epktola de Horacio a Mecenas para invitarle a
una comida campestre, de Tyútchev; una serie de Imitaciones de los antiguos: Safo, Anacreonte, Propercio, Horacio, Marcial y otros, por Apolón Máykov; Siglo de oro, reminiscencias de la antigua Hélade, por FetShenshln; Eróstrato 31 de Nadson; y tantos otros. Por ese canal se difunde la cultura clásica en toda la sociedad rusa muy aficionada a la poesía.
Algunos autores merecen una mención especial, como Ózerov, último
representante en Rusia de la tragedia neoclásica, al que debemos, en particular, Edipo en Colono, inspirado en la obra de Sófocles, y Edipo en
Atenas. Zhukóvsky, autor de una traducción integral al ruso de la Odisea, conservando la cadencia de los versos de Homero. Igual mérito tuvo
Gñédich, que tradujo del mismo modo la Ilíada. Nos atrevemos a
transcribir 32 aquí del ruso unos versos de esa Última obra con el deseo de
que el lector se dé cuenta hasta qué punto producen las misma sensación
que el texto griego; es la despedida de Héctor a Andrómaca:
Tám predstála suprúga; za ñéy odná iz prislúfnits
Sjriia u pérsey deriála, bezslóvnavo vóvse mladéntsa,
Plód ij yedínyi, preiíéstnyi, podóbnyi zvezdé lufezárnay.
Ghéktor yevó nazyvál Skamándriyem, gráZdañe Trói,
30 El lema de Zhukóvsky era: «El traductor en prosa es un esclavo, el en verso es un rival)).
31 Que incendió el templo de Diana en Éfeso para hacerse célebre.
32 C se pronuncia como la ch española; 5, como la ch francesa; Z, como l a g francesa delante de e, i, y.
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RURIK DE KOTZEBUE
Ástianáksom: yedinyi bo Ghéktor zaSEtnik by1 Trói.
Tíjo atéts ulybnúlsya, bezmólvno vziráya na sfia.
Pódlle ñevó Andromája stayála, liyúSc5ya sllózy;
«Mui udivít'ellnyi, gúbit t'ebyá tvaya jrábrost)); ni s$na
T$ ñe ialléyeg mladéntsa, ni bédnay mát'eri; skóro
Búdu vdavóy ya, ñesCástnaya; ...
Pero es Púshkin quien se lleva la palma como el poeta que conoce mejor el mundo antiguo con una cantidad impresionante de poemas y versos
dedicados al mismo. Daremos como ejemplo El triunfo de Baco: es un
cuadro deslumbrante de las Bacanales; no falta nada, ni el tirso de Baco, ni
el viejo Sileno, ni las bacantes desmelenadas, ni los faunos y sátiros con
cuernos ornados de hiedra, carreras, saltos, danzas, panderetas, gritos de
jevohé! en honor de Dioniso ... Sí, falta algo: 6 cpahhóq, porque Púshkin
era más recatado que su admirado Ovidio en el Arte de amar... Incluso en
temas ajenos a la antigüedad se encuentran alusiones a la misma. A una
chica que desdeñó su asiduidad, le dirige un epigrama con este final: ((¡Ay,
vestal, me das lástima!)). A otra: «Había tres gracias en nuestro mundo;
nació Vd ..., siguen siendo tres, y no cuatro» ... A una joven, que le envió
una ingenua declaración de amor, Eugenio Oñéguin, héroe del poema del
mismo nombre, le dirá: «Piense qué rosas nos proporcionaría Himeneo y,
quizá, por muchos años». En un baile de disfraces en casa de la hermana del
Zar, Púshkin, disfrazado de Cíclope, le ofrece un impromptu diciéndole
que, si tuviera cien ojos, los cien la mirarían a ella.
El choque tremendo entre el imperio romano decadente y el cristianismo naciente llamó la atención de los poetas rusos.
El magnífico poema de Nadson 33, Una cristiana, describe de modo
conmovedor su martirio. Albino, el juez que la condenó, impresionado
por las palabras de la joven en el juicio, se lanza a la arena: qSoy también
cristiano!» y muere con ella. Al brotar la sangre bajo las fauces de la fiera,
estallan los aplausos.. .
La obra más profunda sobre el tema es el drama en verso Dos mundos
de Máykov, con las figuras de Decio, representando lo mejor del mundo
antiguo, y Lidia, que encarna el amor activo del cristiano después de la renuncia a todos los placeres terrenales. Lidia exclama: <<¡SU
alma es sombría
como la noche! » - «iOh Dios mío, él no ama a nadie!D. Y el cristiano Marcelo se atreve a hablar de «prójimos». El amor cristiano es la fuerza invencible, que asegura la ,victoria al cristianismo.
Rurik de KOTZEBUE
Madrid
33
De origen judío, pero de padres ya cristianos.
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