EL BUEN PASTOR CONOCE A SUS OVEJAS

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E L BUEN P ASTOR
CONOCE A SUS OVEJAS
RETIRO DE SEPTIEMBRE
Me dispongo a hacer mi Retiro del mes de septiembre. Me preparo dejando a un lado mis
preocupaciones y le doy prioridad a este día, escogido para hablar con Dios y dejarme hablar por Él
al corazón.
El Espíritu de Jesús es el protagonista de este Retiro. Lo invoco y me dejo conducir y convertir por
Él.
.
TEMA:
Yo soy el Buen Pastor:
conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí,
como el Padre me conoce y yo conozco al Padre.
(Jn 10, 14,15a)
Este conocimiento mutuo es un juego de amor en el que, el que conoce es conocido por el
amado, y así recíprocamente, en un proceso entrañable de ternura y comunión.
Contenido
o Se conoce a Dios cuando se entra en su alianza de amor, (Jer 31,34) cuando somos
introducidos (as) en su intimidad. Antes de conocer a Dios, una es conocida por Él:
misterio de elección y de solicitud.
o Aún antes de su nacimiento, conoce Dios a sus profetas (Jer 1,5) y a todos los que quiere.
(Rom 8,29). Dios nos conoce por nuestro nombre (Jn.10,3) y Él mismo se nos da a conocer.
o Dios nos ha dado un corazón para conocer y vivir la experiencia de ser conocidas.
o ”No tendrán ya que enseñarse unos a otros, ni exhortarse diciendo: Conoced a Yahvé, sino
que todos me conocerán desde los pequeños a los grandes” (Jer 31,34)
Objetivos
o Tomar conciencia de que el conocimiento de Dios es comunión porque es participación en
una misma vida (Jn 14,19); unión perfecta en la verdad del amor. (Jn 17,26)
o Con San Pablo, (Efe. 3,8) queremos tener la experiencia de la “insondable riqueza de
Cristo”, y tener “la plena inteligencia para penetrar el misterio de Dios, en el que se hallan
escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”.
I.
ACOJO Y ME ABRO A LA REALIDAD DE SER CONOCIDA Y DE CONOCER AL PASTOR.
Acojo la imagen y oro con ella.
Empiezo por buscar el modo como conozco y me dejo conocer por las demás. Recuerdo
que mi relación con los, las demás es el piso de mi relación con Dios.
o
o
Un primer cuestionamiento me surge, ¿cómo yo conozco a mis prójimos (prójimas).
¿Qué hago para lograr acercarme en una relación profunda?
¿Me doy el tiempo necesario para comunicarme, o me contento con “vivir juntas” sin
penetrar más allá en la mutua comunicación? ¿Me doy a conocer?.. lo que vivo,
siento, pienso, mis penas y alegrías…
Reacciono ante mi verdad relacional
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o Probablemente hay algo que corregir en mí. ¿Qué?: aislamiento, egoísmo, comodidad….
Acojo lo que me dice el Espíritu:
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Presento a Jesús, a mis hermanas para que las conozca más y ser embajadora de discipulado,
como Andrés con Pedro o Felipe con Natanael.
o Escojo un nombre y se lo presento al Buen Pastor con el conocimiento que de esa persona
tengo.
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Pastor bueno, enséñame a entrar en relaciones profundas
con los miembros de mi comunidad,
e interesarme por cada una de mis hermanas
y así demostrar que para mí
una persona vale más que un mundo
II-
EL CONOCIMIENTO DEL BUEN PASTOR
CONTEMPLACIÓN Y ACCIÓN DE GRACIAS.
ME
LLEVA
A
LA
Contemplo la imagen del Buen Pastor y oro con ella.
TEXTO 1
"Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí….como el Padre me conoce y
yo conozco al Padre y doy mi vida por las ovejas.” (Juan 10, 14-15).
Los vv. 4-5 nos dicen: “…camina delante de ellas, y ellas le siguen porque reconocen su voz” y en
el v. 11. “doy mi vida por las ovejas". Jesús es el Buen Pastor y dispone de su vida en favor de sus
ovejas. El conocimiento recíproco entre el Pastor y sus ovejas está íntimamente ligado a su propia
vida; vida que Él entrega para que el conocimiento- intimidad sea completo.
- Ora este texto y contempla al Señor que nos conoce y dedica su vida a buscarnos para llevarnos
en sus brazos.
- Una pastora buena conoce y da su vida. ¿Entrego yo mi vida para logara ese conocimiento de
amor a Dios y a mis hermanas? (Vida comunitaria). Describe dos hechos concretos
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TEXTO 2. Destaco lo que más me llega.
El verbo "conocer” no implica un conocimiento puramente intelectual. El verbo conserva el
sentido bíblico del verbo hebreo yada‘ que expresa un conocer existencial, es decir, a través de la
comunión y la relación afectiva con el otro. En la mentalidad bíblica conocer alguna cosa significa
tener una experiencia concreta de esa cosa y conocer a alguien significa entrar en relación
personal con esa persona. El conocimiento que une a Jesús con las ovejas es un conocimiento de
amor. Jesús conoce a los suyos dándoles la vida eterna (10,27-28) y los suyos lo conocen a través
de un saber que brota de la fe en él (14,7.9; 17,3) y que es verdadera comunión con él. Este
vínculo se basa en el conocimiento mutuo del Padre y del Hijo. Juan lo explica con estas palabras:
"como me conoce el Padre y yo conozco al Padre" (v. 15a). Las relaciones entre el Pastor y las
ovejas asumen, por tanto, una dimensión teologal profunda: el conocimiento recíproco entre
Jesús y los suyos no es únicamente ni principalmente una experiencia psicológica o un
conocimiento intelectual entre un maestro y sus discípulos. El modelo y la fuente de tal
conocimiento mutuo se encuentran en el conocimiento recíproco de Cristo y el Padre. La
comunión entre los discípulos y Jesús es una participación en la comunión entre Jesús y el Padre.
o Contemplo, adoro esta intimidad con Dios de la que soy objeto.
o Doy gracias y quiero llevar a otras/os a esta intimidad
Guardo en mi corazón:
Yo soy el Buen Pastor —conozco a las ovejas (cf. vv. 4-5.11a)
— Conocimiento recíproco Pastor-ovejas y Padre-Hijo
Doy mi vida por mis ovejas (cf. v.11b)
Gracias Oh Dios, por el don inefable de este conocimiento
II.
VIVO
EL PERDÓN ANTE LA PREGUNTA:
BUENO?..DIRECTAMENTE Y EN LAS PERSONAS…
¿CONOZCO
AL
PASTOR
TEXTO 3
“Que el Celo por salvación de almas os devore” nos dice M. Eufrasia Pelletier. (cf Cap VI
Instrucciones, pág. 51.)
Para que mi celo arda, ha de alimentarse con el amor, que es conocimiento del misterio de
salvación que el Buen Pastor llevó a cabo.
Este celo amoroso lo encontramos expresado por S. Juan Eudes en la pág. 38 de nuestras
Constituciones. Si asumimos su propuesta creceremos en el conocimiento de nuestras hermanas y
demás personas con una cercanía cada vez más intensa, y descubriremos a Jesucristo en ellas. Y
más aún, seremos conocidas como pastoras buenas, que conocen a las ovejas.
o Después de leer el texto de J. Eudes, ¿Qué perdón puedo vivir? Lo nombro
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o Jesucristo me dice que si tengo algo contra mi hermano-a, deje la ofrenda y vaya a
reconciliarme. ¿He vivido esta experiencia? ¿Me quedan perdones que dar?
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o Leo el art. 34 de las Constituciones.
¿Veo la necesidad de acercarme al altar, plenamente reconciliada? Reacciono ante mi verdad:
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Jesús Pastor bueno,
en tu sacramento de reconciliación
recibo la riqueza de tu misericordia.
Ayúdame a reconocerte en el perdón
Y a vivir en tu paz.
IV.
ME DOY ENTERAMENTE A JESÚS,
CON OÍDOS ATENTOS PARA ESCUCHAR SU
VOZ.
Me detengo en la imagen, y abro mi corazón para recibir la actitud de entrega del Buen Pastor.
TEXTO 4 PARA ORAR.
Jesús es el verdadero Pastor bueno y generoso que conoce MI nombre, mis características
personales, mi historia y que me ama con un cariño único e irrepetible.
Él viene a buscarnos para sacarnos del redil donde estábamos encerrados (la esclavitud del pecado
y de la ley) y conducirnos a la libertad de los hijos de Dios. Nos habla, educándonos con sus
enseñanzas. Quienes le escuchan saben que sólo Él tiene palabras de vida eterna (Juan 6, 68). Nos
alimenta con su propio Cuerpo y su propia Sangre (Juan 6, 55). Nos regala el agua del Espíritu
Santo, la única que puede saciar nuestra sed (Juan 4, 14). Nos conduce a la Verdad y la Vida (Juan
14, 6). Nos ha amado hasta el extremo (Juan 13, 1), manifestándonos lo ilimitado de su amor al
dar la vida por nosotros (Juan 15, 13). La verdadera felicidad consiste en acogerle y seguirle,
porque nadie va al Padre, sino por él.
«Yo conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí, igual que el Padre me conoce y yo conozco al
Padre; por eso me entrego por las ovejas». Jesús describe aquí su relación con los suyos. Entre Él y
los creyentes se da el mismo conocimiento profundo e íntimo y el mismo afecto sincero y tierno,
que entre Él y su Padre del Cielo. En la Biblia, el verdadero conocimiento no es una mera relación
intelectual, sino la comunión en el amor. Conocer a alguien es comprender sus sentimientos más
profundos, los motivos por los que actúa de una forma determinada. Tanto como el Padre conoce
y ama a Jesús (con un conocimiento y un amor perfectos), Jesús nos ama a nosotros. «¡Oh, Jesús!,
que me amas más de lo que yo me puedo amar a mí misma, ni entiendo» (Santa Teresa de Jesús).
Nuestro único deseo es conocer cada día más y amar cada momento mejor a Jesús. Para eso
escuchamos su voz, nos alimentamos y fortalecemos con la celebración de sus Sacramentos y
seguimos sus pasos por los caminos de la vida.
o Subrayo lo que me hace reaccionar con el corazón; lo gusto y trazo algún compromiso
concreto:__________________________________________________________________
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Los creyentes estamos llamados a reconocer la voz de nuestro Pastor, que nos habla al
corazón palabras de amor y de comunión íntima en el Cantar de los Cantares (2, 8ss):
«¡La voz de mi Amado! Miradlo cómo viene saltando por los montes... Habla mi Amado y
le dice: "Levántate, amada mía, preciosa mía, ven a mí. Que ya ha pasado el invierno,
han cesado las lluvias y se han ido"... ¡Es tan dulce tu voz, tan hermoso tu rostro... Mi
Amado es para mí y yo para Él».
Un Pastorcico solo está penado
ajeno de placer y de contento
y en su pastora ha puesto el pensamiento,
el pecho, del amor, muy lastimado.
No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido
-aunque en el corazón está heridomás llora por pensar que está olvidado.
Que sólo de pensar que está olvidado
de su bella pastora, con gran pena,
se deja maltratar en tierra ajena,
el pecho del amor muy lastimado.
Y dice el Pastorcico: ¡Ay, desdichado
de aquél que de mi amor ha hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia!
Y el pecho, del amor muy lastimado.
Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol do abrió sus brazos bellos
y muerto se ha quedado, asido dellos,
el pecho, del amor, muy lastimado.
(S. Juan de la Cruz)
AL FINAL DE ESTE RETIRO ESTARÉ EN CONDICIONES DE ENTREGARME PARA SER
CONOCIDA POR JESÚS Y MIS HERMANAS.
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