El Mariscal Tito y la construcción de una identidad yugoeslava en la

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El Mariscal Tito y la construcción de una identidad yugoeslava en la
provincia de San Juan
Alejandra Estefanía Kaluza
En el periodo comprendido entre las dos Guerras Mundiales llegaron a San Juan,
como lo hicieron a las distintas provincias de nuestro país, inmigrantes provenientes de
las zonas más afectadas por la crisis económica y las persecuciones políticas en Europa.
Una pequeña porción de estos migrantes era de origen eslavo. Habían nacido en las
tierras que en 1946 conformaron la Yugoslavia socialista pero que para entonces todavía
luchaban por obtener su soberanía de la región.
Este grupo de eslavos fueron en su mayoría contratados para realizar los trabajos de
obras públicas que se llevaban a cabo en la provincia en las primeras décadas del siglo
XX, tales como la construcción de caminos, escuelas, centros de salud, espacios de
recreación y obras hídricas.
Un grupo tan heterogéneo de personas en un país distante debió entretejer un
entramado cultural que le permitiera un espacio de identidad propio; basado tanto en la
memoria de su país, antes de la partida, y lo vivenciando en el nuevo lugar de
residencia. Lejos de sus tierras los conflictos existentes entre los países limítrofes de
Europa fueron olvidándose para construir una nueva identidad: una identidad paneslava
en San Juan.
De esta manera las tradiciones compartidas, ciertas costumbres, los trabajos que
realizaron en la provincia, los lugares que escogieron para vivir se fueron combinando
con una serie de construcciones y relatos entre los que podemos destacar su vinculación
al líder yugoslavo Josip Broz “Tito”. En la tradición oral de los descendientes de
inmigrantes sanjuaninos existe la creencia que el líder socialista croata estuvo en
nuestro país e incluso trabajó junto a obreros yugoslavos radicados en San Juan en la
construcción de caminos.
Este trabajo constituye el primer acercamiento a la compresión de la memoria
colectiva construida por un grupo de trabajadores en el espacio sanjuanino a fines de la
década del 20 y principios de la década del 30. La misma se instituyó en torno a la
figura del líder yugoslavo Josip Broz y su supuesta vinculación con el gobierno de los
hermanos Cantoni. Transmitido como relato oral se volvió, a lo largo del tiempo, una
aseveración indiscutida para los habitantes sanjuaninos de toda una generación.
Partiendo de las entrevistas a descendientes yugoslavos en contraposición a otras
fuentes consultadas, intentamos reconstruir de qué manera se gestó para los inmigrantes
yugoslavos un mito donde subyace la necesidad de encontrar una identidad de grupo
ligada a la nueva tierra de residencia.
El San Juan de los Cantoni
El Siglo XX se inaugura con grandes cambios en la República Argentina que
infieren en todo el entramado social. Cambios a nivel político, económico, de
composición social e ideológica moldearon una época cargada de conflictos y
enfrentamientos entre los sectores más conservadores y los más progresistas de la
sociedad. La tirantez política se hacía presente no sólo a nivel nacional sino incluso
provincial debido a que partir de la sanción de ley Sáenz Peña, nuevos estratos sociales
comenzaron a desplazar en el poder a las oligarquías tradicionales. La ley que otorgaba
el voto universal masculino, secreto y obligatorio brindó la posibilidad de acercamiento
a la política a las clases medias, muchos de ellos inmigrantes o hijos de inmigrantes.
En San Juan, los hermanos Cantoni -Federico y Aldo- dieron inicio a un gobierno de
corte populista que traería importantes cambios a nivel social, político y económico, así
como en los grupos que, a partir de allí, se vincularían al poder. La constitución de 1927
impulsó importantes reformas al contemplar ideas de avanzada como: inclusión de
derechos de los trabajadores, delimitación de la jornada laboral y salario mínimo,
libertad de culto, reglamentación de los sindicatos y sufragio femenino.
Además el gobierno cantonista aplicó una fuerte política de obras públicas y
rediseño de la ciudad que comprendieron, entre otras cosas, un nuevo trazado urbano,
pavimentación de calles, la construcción de escuelas, mejoramiento de los centros de
salud, la construcción del Parque de Mayo, la construcción del Parque Bernardino
Rivadavia en la Quebrada de Zonda y el Camino a Calingasta.
La militancia de los hermanos Cantoni se inició a temprana edad, los tres hijos del
italiano Ángel Cantoni: Federico, Aldo y Elio se graduaron como médicos en la
provincia de Buenos Aires y tuvieron un activo papel en la política. Estuvieron
vinculados a los partidos que promulgaban la necesidad de la limpieza electoral y un
cambio fundamental en los actores políticos de nuestro país. En el caso de Federico
Cantoni se unió, en Buenos Aires, al Radicalismo de Leandro Alem, en tanto que Aldo
ingresó a las filas del Socialismo siguiendo a Juan B. Justo y siendo en 1919 candidato a
diputado nacional por este partido1.
En 1918 el partido provincial fue afectado por la escisión de la UCR y los Cantoni
se unieron a la Unión Cívica Radical Intransigente, diferenciándose del presidente
Hipólito Yrigoyen. Luego, en 1922, darían mayor fuerza identitaria fundando la Unión
Cívica Radical Bloquista2, partido con el cual la fórmula Federico Cantoni- Juan
Estrella ocupó la gobernación en 1923. Con interrupción de una intervención federal, el
segundo gobierno bloquista lo ejerció en 1926 Aldo Cantoni profundizando los cambios
iniciados por su hermano y plasmándolos en una importante labor legislativa que
incluyó la reforma constitucional en 1927.
Es de esperar que la obligatoriedad de;
“[…] el salario mínimo con relación al costo de la vida; un régimen de seguros
contra la enfermedad, la vejez y la invalidez y de amparo a la maternidad, la
viudez y la niñez desvalida, en el cual podrán fijarse contribuciones obligatorias;
el fomento de la construcción de viviendas higiénicas con el aporte del Estado,
sea en forma de desembolsos directos, de otorgamiento de créditos en
condiciones liberales o de liberación de gravámenes; la reglamentación de los
sindicatos; y el encauzamiento normal de las relaciones entre el capital y el
trabajo, mediante normas legales que atribuyan a la autoridad las facultades
necesarias para hacer efectivas las garantías que consagra este artículo.” 3
pronto generaron una fuerte oposición entre los grupos de elite sanjuanina
sobre todo aquellos vinculados a la producción vitivinícola que se resistían a amoldarse
a las nuevas condiciones de trabajo. A esto hay que agregar la dura política impositiva
aplicada a las industrias, las expropiaciones4 y la ley de colonización de tierras, en parte
destinadas a combatir el latifundio. Según manifiesta Luis Garcés fueron numerosos los
conflictos con los bodegueros más acaudalados de la provincia –de ascendencia italiana
o italianos argentinizados- que elevaron sus protestas a Europa presionando al gobierno
nacional para evitar las expropiaciones “Se sentían no sólo perjudicados
económicamente, sino que se consideraban también perseguidos políticos […] y es justo
decirlo, en algunos casos eran perseguidos políticos, que con el advenimiento del
cantonismo habían sido desplazados del poder […] .5
Empero por otro lado toda esta reclamación de derechos fue un factor atrayente para
las masas de trabajadores, en especial aquellos inmigrantes que habían sido deportados
o acabaron huyendo de sus países en consecuencia de su militancia política en materia
de reivindicaciones sociales.
Los yugoslavos que comenzaron a llegar a nuestro país en el periodo entre Guerras
fueron rápidamente requeridos en los trabajos de obras públicas, principalmente, debido
a su experiencia en el trabajo de la piedra. Según lo expresan las entrevistas realizadas,
en principio, muchos de ellos, simpatizaron con las ideas sociales y laborales del
cantonismo.
Inmigrantes yugoslavos en San Juan: la búsqueda de una identidad colectiva
Los yugoslavos se presentan como un grupo heterogéneo en tanto las personas que
lo componían hablaban lenguas distintas, practicaban religiones distintas, provenían de
territorios que luego formarían países soberanos distintos y, que a su vez, traían su
propia idiosincrasia. Sin embargo, podemos afirmar que en momento de su arribo a
nuestro país fueron considerados miembros de una misma colectividad bajo la
denominación de yugoslavos o checos.
En este sentido algunos autores mencionan que durante el gobierno de Federico
Cantoni se atrajo un contingente de checoslovacos parar trabajar en la construcción del
Parque de Zonda, teniendo en cuenta que el término “checo” se utilizaba para designar a
una amplia variedad de etnias eslavas. 6
Serbios, croatas, checos, eslovenos y montenegrinos trabajaron incansablemente en
las monumentales obras expuestos a los peligros de realizar voladuras en el cerro. Es así
como muchos trabajadores terminaban mutilados por las tareas de alto riesgo con
explosivos. Según afirman los periódicos sanjuaninos actuales y páginas de turismo,
entre las titánicas obras realizadas se encuentran los túneles de Zonda construidos en
1928 por estos inmigrantes. 7
Este grupo migratorio que comenzó a ubicarse en nuestra provincia desde mediados
del siglo XX, son difíciles de hallar en los registros censales ya que, como
mencionamos, los países actuales de dónde provenía no se encontraban plenamente
constituidos. Por esta razón ingresaron con pasaporte de otras nacionalidades:
austriacos, italianos, checos y yugoslavos, lo que se corresponde al sin número de
ocupaciones, desmembramientos y luchas por la unificación que sufrió su territorio en
diferentes momentos históricos. Esta es una de las razones que nos lleva a pensar que
existió una necesidad imperante por construir y perpetuar una identidad que permitiera
superar la angustia de no pertenecer. En su situación de “no lugar” “no país” precisaron
gestar una memoria colectiva que en tierras tan distantes los identificara como
comunidad.
Como enuncia Aróstegui
“La memoria, interpretada como depósito y acervo de vivencias comunes
compartidas y como <<bien cultural>> ha devenido en uno de los componentes
de la cultura más significativos de nuestro tiempo como aspiración de actitudes y
aspiraciones reivindicativas derivadas de hechos del pasado, como preámbulo o
derivación de la <<reclamación de identidad>> […] .8
Las redes migratorias, los matrimonios endogámicos9, la continuación de ciertas
tradiciones culinarias, temas desarrollado en otros trabajos de investigación 10, fueron
parte constitutiva de esta reclamación de identidad. Pero también una serie de anécdotas
e historias compartidas entre las que encontramos el relato del paso del Mariscal Josip
Broz por estas tierras andinas.
Como venimos desarrollando, los yugoslavos se trasladaron a la provincia de San
Juan para ser empleados en obras de construcción. Es importante tener en cuenta que
muchos inmigrantes viajaban al interior al no poder acceder a las tierras en Buenos
Aires debido a su alto costo, mientras que en San Juan, como en la mayoría de las
provincias argentinas, existía gran necesidad de mano de obra. Durante el periodo
analizado se habían emprendido obras de gran envergadura, como el mencionado
Parque Rivadavia y la construcción del Camino a Calingasta. Este considerado como
“una de las grandes obras viales del país, tanto por su longitud (135 km) como por los
detalles de su construcción”. 11Como explica Ana María García, los obreros enfrentaron
grandes desafíos al abrir camino entre las montañas, si tenemos en cuenta los recursos
técnicos de la época.
En palabras de Susana Ramella
“La importancia del número y la magnitud de obras públicas despertó la
esperanza de los obreros extranjeros y de otras provincias por encontrar trabajo.
Había un elevado número de obreros checoslovacos, yugoslavos y chilenos que
trabajaban en la construcción del camino a Caingasta, en el Parque Rivadavia, en
las “minas de Zonda” –este es el nombre que le dieron los yugoslavos a los
túneles abiertos en los cerros de Zonda con el objeto de hacer explotaciones
mineras.”12
En el caso de la construcción del Parque Bernardino Rivadavia “[…] se incorporaron
2500 obreros, de los cuales una quinta parte eran extranjeros: yugoslavos, polacos e
italianos, expertos en el tallado de la piedra. Ellos construyeron mesas y sillas que hoy
se conservan en los cerros.”. 13
Susana Ramella de Jefferies expresa que también hubo conflictos en septiembre de
1932 cuando un grupo de obreros yugoslavos hicieron huelga para reclamar mejores
condiciones “Ciento cuarenta yugoslavos, que trabajaban en Zonda, presentaron una
nota al Congreso de la Nación, en el mismo mes, en la que protestaron porque fueron
encarcelados y porque se les pagaba con un 30% de descuento para contribuir a la
construcción de la Villa Obrera. Además eran obligados a comprar en una cantina que
según ellos, pertenecía a una señora cantonista”. 14
Al poco tiempo el interventor Galíndez pidió la extradición de los yugoslavos que
habían participado en las protestas, como paliativo para acabar con la desocupación. Sin
embargo, manifiesta la autora, no todos estos yugoslavos se fueron y esto queda
demostrado en el censo de 1947. 15
En estas labores llevadas adelante en la provincia nace la memoria colectiva de Tito
en San Juan. Según lo relatan los entrevistados Josip Broz, que para entonces era
gremialista metalúrgico asociado al partido socialista16, estuvo empleado en las obras de
construcción de caminos.
Los yugoslavos entrevistados, como la señora Francisca Bric17, afirman que sus
padres trabajaron conjuntamente con el mariscal
“Mi padre trabajó en la Construcción del camino a Calingasta, y estuvo con
Tito, porque él estaba con los Cantoni”. 18 Sin embargo cuando se les pregunta
si alguna vez durante su infancia se cruzaron con este personaje todos niegan la
posibilidad de haberlo visto, de haberlo hospedado en sus hogares o tener
siquiera alguna fotografía o carta de Broz dirigida a sus padres. Esto sin embargo
no significa necesariamente que la historia de Tito sea sólo producto de una
errónea reproducción oral. Es de esperarse que si el mariscal se escondía en estas
tierras, como afirman los entrevistados, rastrear pruebas contundentes de su
llegada sea una ardua tarea que incluso pueda nunca dar sus frutos.
Ursulina Cantoni en su libro “Federico Cantoni hacedor del San Juan del Siglo XX”
expone
“ […] No es fácil encontrar en San Juan a alguien que ubique exactamente en el
mapa a la tierra conocida genéricamente como Yugoslavia, y sepa por qué hubo
siempre guerra allí. Tal vez si se supiera que la historia del Mariscal Tito, el líder que
evitó hasta su muerte el conflicto que estalló en los últimos años, se relaciona
íntimamente con San Juan, las noticias de horror en Kosovo, no serían tan ajenas[…]. ” 19.
Entre sus memorias aparece la historia, también mencionada por los
entrevistados 20, de cómo Federico Cantoni intercede ante el presidente
Uriburu para que no fusile a Josip Broz, quien había s ido sentenciado por
crímenes socialistas. 21
Federico Nicolás Cantoni, nieto del ex gobernador, afirma que su
abuelo le expresó al presidente Uriburu: "No cargue en su conciencia la muerte
de este hombre, envíelo a su país de origen y que allí se encarguen".22 Y explica que
“esas fueron las palabras que salvaron de la muerte a Joseph Broz.”23
Ursulina Cantoni relata en su libro ,así mismo, la historia del
cumpleaños que pasó en Moscú 24. Narra la espectacular anécdota en la que
Tito reconoce a su padre y le agradece haberle salvado la vida 25 en
tiempos del presidente Uriburu.
Idéntico relato encontramos en los libros de Vicente Celani, que bajo el
seudónimo de Washington Di Leo, escribe dos novelas acerca de la s
figuras de Federico Cantoni y Josip Broz. Los títulos “Allá lejos y hace
tiempo” y “El abrazo del oso y la foca” relatan las dos anécdotas
respectivamente. La primera es la historia de los trabajos del Mariscal
Tito en San Juan y el momento en que es sal vado de morir en manos del
gobierno nacional. El segundo libro es el encuentro de los dos personajes
en Moscú y el agradecimiento por parte del líder socialista al ex
gobernador de la provincia . 26
Los relatos coincidentes dan cuenta de una memoria colectiva común,
sin embargo la falta de pruebas, sumado a que los biógrafos de Tito jamás
lo ubican en San Juan, ni siquiera en la República Argentina, transforman
esta cuestión en un verdadero debate académico . 27
A modo de Conclusión
Josip Broz nació en Croacia en 1892, el mismo año que Aldo Cantoni. Hijo de una
familia muy humilde se especializó como metalúrgico y tuvo una larga trayectoria de
militancia política y gremial. Luchó en la Primera Guerra bajo bandera del imperio
austrohúngaro, estuvo preso en varias ocasiones por su militancia, tuvo nombres y
pasaportes falsos y vivió de forma clandestina hasta casi comenzar la Segunda Guerra.
Sus biógrafos y colaboradores más allegados no mencionan en ningún momento el paso
de Tito por la Argentina. Por el contrario lo ubican en otros espacios o cumpliendo otras
funciones en la misma época que la tradición sanjuanina lo ubica vinculado a los
Cantoni.
Es pertinente pensar que quizás nunca pueda confirmarse la veracidad de estos
relatos. Lo más probable es que si Josip Broz llegó a estas tierras huyendo de
persecuciones políticas y utilizando pasaporte falso no existan registros de su paso por
estas tierras. Sólo queda el relato, la construcción de una memoria colectiva que gira en
torno a una “gran personaje”, donde subyace lo cultural, el deseo de consolidar una
identidad de grupo en un país tan distante de sus tierras y de sus seres queridos.
Por último la necesidad de identidad de este grupo humano se corporizó, en la figura
casi mitológica de quien mantuvo unido un gran país eslavo con características tan
desiguales. El testimonio que pone a los inmigrantes yugoslavos trabajando a su lado o
el hecho de haber participado en su ocultamiento, era de alguna manera mantener viva
la idea que desde aquí también se gestaba la Yugoslavia. O en otras palabras, contribuir
a la concreción de ver materializado el sueño de un país eslavo unido pero sobre todo
libre de ocupación extranjera.
1
DE CANTONI, Rosalina. Aldo Cantoni en mi recuerdo. San Juan. ISAG. 1974. Pág. 9
RAMELLA, Susana. El Radicalismo Bloquista en San Juan. San Juan. Gobierno de San Juan.
1985. Pág. 27
3
Constitución de San Juan. Art. 31. 11 de febrero de 1927. En RAMELLA, Pablo. Las
constituciones de San Juan. San Juan. Facultad de Derecho y Cs. Soc. de la UCC. 1981. Pág. 677
4
RAMELA de JEFFERIES. Óp. Cit. Pág.232
5
GARCÉS, Luis Javier. La escuela cantonista. Educación, sociedad y estado en el San Juan de
los años 20. San Juan. EFU. 1992. Pág. 42.
6
GIRONÉS de SÁNCHEZ, Isabel. La Ciudad Perdida. Memoria urbana de San Juan
Preterremoto. 1930- 1944. San Juan. FFHA. 2005. Pág. 76.
7
Ver: http://www.travelsanjuan.com.ar/sol.html
http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/6/30/cavas-zonda-podrian-quedar-manos-baglietto35176.asp
8
ARÓSTEGUI, Julio. Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea, nº 3. Retos de la
memoria y trabajos de la historia, pág.6.
9
Nota: Al ser un grupo reducido en comparación con otros contingentes migratorios los
matrimonios se mantuvieron entre personas del mismo territorio o de territorios limítrofes:
eslovenos con croatas, croatas con checos, eslovenos con italianos de la zona del Friuli y Trieste.
10
Tesis de Licenciatura. KALUZA, A. Estefanía. Historia de Familia: Inmigración eslovena en
San Juan (periodo entre Guerras). San Juan. Inédita. 2013.
KALUZA, A. Estefanía. Familias eslovenas en San Juan. XI Encuentro Nacional y V Congreso
Internacional de Historia Oral de la República Argentina “Historia, Memorias y Fuentes Orales”
Córdoba Septiembre de 2014.
11
GARCÍA, Ana María y GNECCO, María Julia. Hacia la Configuración de Una Sociedad
Moderna (1874- 1944). En RODRÍGUEZ, GARCÍA, FERRÁ DE BARTOL y Otros. Nueva
Historia de San Juan. San Juan. Ed. Fundación UNSJ. 1997. Pág. 95
12
RAMELA de JEFFERIES, Susana. El Radicalismo Bloquista en San Juan (1916- 1934). San
Juan, Gobierno de la provincia de San Juan. 1985. Pág. 440.
13
LÓPEZ de OLIVERA, María Inés y OTROS. Proyecto: Geografía del departamento
Rivadavia. San Juan. UNSJ. FFHA. Instituto de Geografía Aplicada. 1985. Pág.101
2
14
RAMELA de JEFFERIES, Susana. Ob. Cit. Pág. 440
RAMELA de JEFFERIES, Susana. Ibíd. Pág. 441
16
RIDLEY, Jasper. Tito. Buenos Aires. Javier Vergara Editor. 1997. Pág.
17
Nota: Francisca Bric es inmigrante eslovena. La única que aún vive en San Juan de dicha
inmigración.
18
BRIC de STUSEK, Francisca. Entrevista realizada en julio de 2012. San Juan. Entrevistador y
transcriptor Kaluza, A. Estefanía.
19
CANTONI, Ursulina. “Federico Cantoni. Hacedor del San Juan del Siglo XX”
http://www.federicocantoni.com
20
En las entrevistas a KALUZA, José; MORELY, Carlos y STUSEK, Jorge se cuenta la misma
historia en la que Federico Cantoni salva a Josiph Broz de ser fusilado.
21
CANTONI, Ursulina. Ibíd.
22
CANTONI, Federico Nicolás. Los últimos caudillos. Resumen histórico. Formato digital. Año
2013. Pág. 9. En www.federicocantoni.com.ar
23
CANTONI, Federico Nicolás. Entrevista realizada en marzo de 2014. Entrevistador y
transcriptor Kaluza, A. Estefanía
24
Nota: Durante el gobierno de Juan Domingo Perón, el caudillo Federico Cantoni ocupa el cargo
de embajador en Rusia.
25
CANTONI, Ursulina. Ob. Cit.
26
WASHINGTON DI LEO, El abrazo del oso y la foca, San Juan, Editorial Fundación
Universidad Nacional de San Juan, 1999. El libro, que es la continuación de una publicación
anterior “Acá cerca y hace tiempo”, narra en forma de historia novelada un encuentro en Moscú
que habrían tenido el Mariscal Tito y Federico Cantoni.
27
VER: MENDOZA, Edgardo. El Mariscal Tito jamás se instaló ni trabajó en tierras
sanjuaninas. En Diario de Cuyo. 30 de octubre de 2011. Pág. 14. Mitos de San Juan
CANTONI, Ursulina. “Mi cumpleaños en Moscú (30 de agosto de 1947)” En “Federico Cantoni.
Hacedor del San Juan del Siglo XX” http://www.federicocantoni.com. Esta página recoge los
relatos de Ursulina Cantoni, hija del ex gobernador, donde menciona la amistad de su padre con
Broz Tito.
BUSCEMI, Carlos. “Cantoni y Tito una historia increíble”. En Diario de Cuyo. San Juan,
Argentina, 14 de enero de 1998. Pág. 12. Realidad.
15
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