1 Análisis del mito de Kurt Cobain (*) Sylvia Koniecki Granada

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Análisis del mito de Kurt Cobain (*)
Sylvia Koniecki
Granada, Noviembre 2004
Entretextos 4
Después de su suicidio en el año 1994, el cantante Kurt Cobain, líder del grupo
Nirvana, se ha convertido en un importante punto de referencia para muchos jóvenes de
todo el mundo. A partir de su muerte se ha ido construyendo un mito en torno a él, que lo
presenta como un “signo de los tiempos”, dado que una gran cantidad de personas se
sienten identificadas con el comportamiento, las declaraciones y la música de este artista.
Es importante resaltar que, incluso antes de su muerte, este grupo de música ya contaba con
un enorme éxito a nivel mundial, de manera que el suicidio no es el único factor que
produce una identificación del público con esta figura.
En este trabajo buscamos analizar cuáles son los elementos que construyen el mito de
Cobain, estudiando cómo se interpreta su muerte a partir de las letras de sus canciones, las
entrevistas y su carta de despedida. No obstante, dada la exigencia de brevedad, nos
abstendremos de incluir en este estudio el análisis exhaustivo de las creaciones artísticas y
declaraciones del cantante, limitándonos a exponer brevemente nuestras conclusiones más
relevantes del mismo. Paralelamente, intentaremos explicar por qué los grandes medios de
comunicación resaltan la imagen de este artista, a pesar de que su postura siempre fue
contraria y rebelde al sistema y a los valores de la sociedad de consumo.
La imagen proyectada por Kurt Cobain es la de una persona rebelde, que no quiere
someterse a las presiones de una sociedad fuertemente influida por las leyes de mercado.
Las letras de sus canciones revelan que se trata de alguien preocupado por encontrar un
sentido a su vida dentro de un contexto con el que no se siente identificado: esta búsqueda
lo llevará a un estado de nihilismo, debido a que toda afirmación es puesta en duda e
inmediatamente negada. Por este motivo, no existe un discurso ordenado y coherente, sino
un flujo de constantes contradicciones y cambios de opinión, que muestran al autor —
deprimido e insatisfecho— en un aislamiento frente a las demás personas, que considera
más felices que él.
En sus textos hay un fuerte tono confesional, en el que predomina un estado anímico
donde alternan la ira violenta producida por la impotencia y el desencantamiento del
mundo. Así, el mito construye la imagen de un hombre que no quiere resignarse a perder su
individualidad. En este contexto, el discurso moral no podía ser otro sino la ambigüedad:
no existe una apuesta por una filiación ideológica; la protesta contra el sistema se da a partir
del individualismo, ya que no hay —como en otros grupos de rock— una defensa de
sectores marginales de la sociedad.
Así, la imagen que construye Nirvana es la de una rebeldía que no encuentra un
discurso al cual aferrarse, ni una escala de valores ordenada que sirva como guía para la
vida en comunidad. La única apuesta que parece existir es la sincera expresión de las
emociones, aunque éstas reflejen un mundo interior caótico. El mito de Cobain se basa,
entonces, en la figura de un representante de la juventud contemporánea, que busca
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desesperadamente un ideal en el cual fundar su existencia, pero no lo encuentra: es
precisamente la insatisfacción que produce la falta de este ideal la que lo lleva al suicidio.
Por otro lado, podemos encontrar en la evolución artística de este cantante una paulatina
degradación de la propia imagen, de la cual se deduce un proceso autodestructivo que
culmina con el atentado a la propia vida. Más allá de las razones personales que lo llevaran
a esta decisión —a las cuales obviamente no tenemos acceso—, el mito nos induce a creer
que este proceso es producido por la situación paradójica de que su crecimiento como
artista lo lleva a apoyar cada vez más el sistema mercantil, dado que su imagen es
reproducida y vendida a gran escala por todo el mundo. De esta manera, la franca
exploración de la propia sensibilidad se convierte en otro producto de mercado, cerrándose
un círculo vicioso del cual no existe salida: su propuesta artística, a pesar de buscar el
camino del individualismo, es presentada como un objeto más en venta, que lleva a la
reproducción irreflexiva del mismo por parte de miles de personas. Esta realidad es
especialmente dolorosa debido a que Cobain, si bien quiere establecer un puente entre sus
pensamientos y el público, no se identifica plenamente con éste —que forma parte de esa
sociedad en la cual el cantante no parece encontrar su lugar—, por lo que no pretende crear
una toma de conciencia en él.
En este estudio trabajaremos la hipótesis de que la identificación de los jóvenes con la
creación artística de Cobain se debe precisamente a la falta de ideales a los cuales aferrarse:
esta generación ha crecido con la herencia del desencanto que sigue al fracaso de los
grandes movimientos políticos y sociales, y ha aprendido a no creer ciegamente en los
discursos provenientes del oficialismo, en un sistema que se basa en valores que son
manipulados según la conveniencia. Por ello, toda filiación a un pensamiento establecido,
cuyo contenido siempre puede ser tergiversado por los intereses de un grupo de poder, es
sometida a la sospecha y rechazada. Así, un discurso que no se compromete en ningún
momento —racional, moral o afectivamente— y que opta por un aislamiento de la
hipocresía social expresa con gran eficacia este sentir de la juventud.
El análisis textual
Para estudiar la figura de Cobain es preciso tomar en cuenta el carácter artístico de su
obra, por lo que debíamos contar con una base teórica que nos permitiera abordar los textos
de las canciones que compuso para el grupo Nirvana. Debido a que nos interesaba analizar
el impacto social que produjo este personaje en la juventud de su época, optamos por
realizar la interpretación de estos textos estrictamente en función de los distintos mitos que
se erigieron en torno al cantante.
Asumimos que el público que convierte a Kurt Cobain en un mito se siente identificado
con el mensaje que cree encontrar en las letras de sus canciones, a partir de las cuales se
convierte en un ídolo de masas. Los jóvenes descubren en estos textos una nueva forma de
expresión, una especie de lenguaje nuevo que se ven forzados a reconstruir para entender el
sentido de las canciones. En el artículo Sobre el concepto contemporáneo de texto (1), Iuri
Lotman afirma que, además de poseer la función comunicativa, los textos son generadores
de significados. A menudo —como sucede en los textos que nos propusimos estudiar en
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este trabajo— el texto precede al lenguaje: un ejemplo de ello se da cuando un autor crea
un texto en un lenguaje desconocido hasta el momento, por lo que los receptores deben
aprender este nuevo lenguaje para comprenderlo. En el estudio de las canciones de Cobain
observamos cómo, tal como señala Lotman, el significado original de un texto sufre, a lo
largo de su funcionamiento cultural, una serie de reelaboraciones y transformaciones que
incrementan su significación, produciéndose la función creativa.
Si bien en su función comunicativa el texto se presentaba como homoestructural y
homogéneo, en su función creativa —como generador de significados— es heteroestuctural
y heterogéneo: aparece como una manifestación simultánea de varios lenguajes. A través de
las diversas interpretaciones de Kurt Cobain que se han realizado a partir de las entrevistas,
las canciones y la carta de despedida descubrimos que todos estos textos se someten a
distintas lecturas que pretenden desentrañar el sentido de las palabras atribuidas al cantante
en relación con el comportamiento del mismo, así como con su posterior suicidio.
En los medios de comunicación podemos observar que a partir de la imagen de Kurt
Cobain se ha construido una constelación de mitos, la cual nos proponemos analizar a
continuación. En este trabajo definiremos mito como un objeto cultural que sirve como
referente en una comunidad determinada, que cuenta con una narrativa propia y que no se
considera ficción por los integrantes de la comunidad a la cual pertenece.
El inconformista.
El mito más difundido por los medios de comunicación y que es compartido incluso por
muchos jóvenes que no se consideran seguidores de Cobain es el de una persona que no
quiso ni pudo adaptarse a la sociedad consumista. Por este motivo, se considera que el éxito
desmesurado alcanzado por Nirvana lo fue empujando a una depresión cada vez más grave,
que culminó con su suicidio. Este mito es apoyado por la imagen de fragilidad que se cree
que proyecta el cantante en escena: esta supuesta fragilidad lo hace aparecer como una
víctima social, que sólo cuenta con su música para expresarse en un medio adverso. Por
otro lado, Kurt Cobain tenía la costumbre de destrozar diversos instrumentos musicales
durante sus conciertos: este hecho es interpretado por el público como una expresión de su
inconformismo.
La biografía del cantante forma parte de la narrativa del mito, ya que en ella se ha
querido encontrar el germen y la evolución de su rebeldía y su depresión. Kurt Cobain pasa
su infancia en una pequeña localidad en el estado de Washington llamada Aberdeen. La
versión más difundida de su historia personal es que su infancia se vio vinculada a una serie
de desgracias familiares y un entorno social depresivo, por lo que encontramos el esquema
de la pérdida traumática del mundo de la inocencia, que sería la causa de su posterior
rebeldía: se ha querido hacer una lectura “psicoanalítica” de Kurt Cobain, en la que la
infancia cumple un rol fundamental en la explicación del comportamiento posterior del
cantante. Esta lectura se corrobora, supuestamente, con el hecho de que todos los
integrantes de Nirvana —Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl— procedían de
familias con padres divorciados, llegándose incluso a decir, con ironía, que éste era un
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requisito para entrar en la banda. La imagen que se proyecta al público es, entonces, que los
jóvenes que vivieron una adolescencia con un núcleo familiar deshecho son
incomprendidos por los demás, de modo que sólo pueden entablar amistad con personas
que hayan compartido la misma experiencia.
Así, la figura que se muestra de Kurt Cobain al público es la de un joven demasiado
sensible para superar algunos traumas de niñez y para desenvolverse en un medio en el que
la afectividad es relegada a un segundo plano o simplemente castrada. Esta excesiva
sensibilidad crea una forma de expresión artística depresiva y violenta a la vez: esta tensión
será permanente en la música del cantante, quien, por una parte, apela a su mundo interior
como un refugio, pero, por otra, siente odio hacia sí mismo y hacia el universo que lo
rodea. De esta manera, cae en comportamientos y sentimientos aparentemente
contradictorios y en la mayoría de canciones encontramos una misma actitud: la de afirmar
algo, para negarlo inmediatamente con una burla. Se trata de un sujeto en búsqueda
constante, que al mismo tiempo ya está resignado al fracaso de sus intentos por encontrarle
un sentido a su existencia. Constantemente se descubre, además, una relación muy
conflictiva con las demás personas, hasta llegar al punto de aislarse completamente, ya que
la incapacidad de acceder a la felicidad se hace más dolorosa cuando se descubre que los
demás aparentemente la consiguen sin dificultad.
En muchas de las canciones de Nirvana podemos observar algunos patrones comunes.
Existe una sensación de vacío interior, que se produce por una frustrada búsqueda de paz y
felicidad. Cualquier afirmación del individuo va a ser negada, lo cual refleja una
desorientación en la escala de valores y los sentimientos de la persona. La excesiva
sensibilidad crea padecimientos e insatisfacción, además de un divorcio con el entorno,
frente al cual se reacciona con hostilidad, aunque hay un deseo de alcanzar la
despreocupación que reina en éste.
El inconformismo de Kurt Cobain posee, por lo tanto, características muy particulares:
está marcado por la lucha del individuo por establecer sus propios valores en un medio que
ya no ofrece las respuestas a las dudas del individuo. Hay una desconfianza absoluta hacia
el discurso del entorno y una necesidad de rescatar el ámbito íntimo de la persona, como un
punto de referencia para encontrar el propio sentido de vida. De esta manera, el sujeto se
aísla —a menudo con la ayuda de drogas— y la frustración por no alcanzar un estado de
armonía y satisfacción culmina con un proceso autodestructivo: si el individuo se apoya
únicamente en su interioridad para esclarecer sus dudas y no lo consigue, él se convierte en
el único culpable de su caída.
El portavoz de su generación.
Muy vinculada al mito anterior, la imagen de Cobain como portavoz de toda una
generación ha sido muy difundida. El éxito desmesurado de Nirvana ha planteado la
siguiente pregunta: ¿por qué se identifican los jóvenes con un discurso altamente depresivo,
en el que predomina una actitud escéptica y desencantada ante la vida? Más allá de los
estudios realizados sobre la denominada “Generación X”, con los que podríamos establecer
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una hipótesis sobre las causas de esta identificación, hemos buscado construir con las
palabras del propio artista un retrato de esta juventud.
El cantante hace referencia a uno de los problemas más importantes con los que se
enfrenta la generación de Nirvana: la relación con la generación de sus padres. Se tiene
conciencia de que ya no existen ideales por los cuales luchar y que reina una apatía
generalizada. Esto genera un sentimiento de culpa y de vergüenza por no compartir con los
jóvenes de los años sesenta y setenta una vitalidad canalizada hacia la lucha social, pero
también produce un gran escepticismo, debido a que esos adolescentes idealistas se
convirtieron en adultos interesados por el lucro personal. A pesar de que Cobain habla de
una reacción frente a la hipocresía de esa generación, respeta las ideas postuladas por los
rockeros anteriores, aunque desconfía de la persistencia de este pensamiento.
Pero el cantante también mantiene una relación tensa con su propia generación, sobre la
cual hizo algunas declaraciones negativas, en las que cuestiona su propia actitud, que está
marcada por la apatía y la falta de compromiso frente a ciertos problemas sociales. Por
ejemplo, todo el comportamiento descrito en el mayor éxito del grupo Nirvana, Smells like
teen spirit (Huele a espíritu adolescente) se resume en una sola palabra: negación. La
juventud está decidida a dirigir toda su energía contra las condiciones de vida actuales,
aunque no tiene ninguna propuesta de cambio; la única certeza es la hostilidad frente al
medio.
No obstante, en una declaración de 1993 da la impresión de que el cantante se ha
despojado de muchos de los traumas juveniles y que ha “madurado” en su relación con el
mundo: al parecer, la relación de pareja y el hecho de tener una familia lo han convertido en
una persona más optimista. Sin embargo, en ciertas canciones del último disco, este
descenso en la intensidad del odio se considera una pérdida de vitalidad, de modo que
podemos concluir que también en este caso hay sentimientos encontrados con respecto a la
propia actitud. Además, su suicidio —ocurrido menos de un año después de esta
declaración— relativiza enormemente el optimismo expresado.
El retrato que hace Cobain de su generación enfatiza, como vimos anteriormente, la
idea del escepticismo frente a la lucha social, el cual desemboca en la apatía general. En el
caso del cantante de Nirvana existe una actitud crítica, aunque no se asume un verdadero
compromiso con los grandes movimientos de protesta. Él explica este hecho por el
momento histórico que le ha tocado vivir, en el que se da una ausencia de líderes que sirvan
como referencia. El no asumir un comportamiento acorde a lo que se espera de un miembro
de la contracultura se debe a que ésta también posee un discurso poco convincente para el
sujeto, de manera que no es una opción posible frente al discurso oficial. El mismo artista
ironizaba acerca de la etiqueta que había recibido Nirvana como representante de la música
alternativa: Muchas veces nos han llamado banda alternativa, pero comemos carne, así que
creo que estamos descalificados. [Bianciotto, 1996: 160]
La rebeldía de Kurt Cobain frente al medio no se dará, salvo excepciones, en el ámbito
de la política; él se inclinará a criticar actitudes que ha experimentado en su entorno
inmediato. Así, encontramos en este punto una de las características que lo diferencian de
otros discursos y que probablemente sea una de las causas más importantes de la
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identificación del público con sus canciones. El artista, por lo tanto, no se dirige a los
gobernantes cuando protesta, sino a las personas comunes y corrientes que están entre el
público. Si bien no existe la intención de cambiar su comportamiento, sí se quiere eliminar
del público de Nirvana a aquellos que posean ideas radicalmente opuestas a las de los
integrantes del grupo: el artista declara que no desea tener entre su público a personas
machistas, homofóbicas o racistas. Junto con esta búsqueda de dirigirse al ciudadano
medio, hay, en algunas canciones, un deseo de darle voz a los menos afortunados en una
sociedad dominada por la competencia y la pugna por el éxito. Debido a que la juventud ya
no se identifica con la lucha social vigente en décadas anteriores, en las que el objetivo era
llevar a cabo una profunda transformación de la sociedad, el objeto de protesta se traslada
al plano individual: la preocupación se centra en los problemas del entorno inmediato y en
la mentalidad de los individuos que integran esta sociedad.
El conflicto en que se ve sumido el personaje, según el mito que lo erige como portavoz
de su generación puede resumirse de la siguiente forma: la imagen proyectada de Kurt
Cobain nos muestra a una persona crítica e inconformista, que está en busca de un sentido
para su vida, dentro de una sociedad excesivamente competitiva. A pesar de desconfiar de
los valores de su comunidad, también muestra escepticismo frente a las luchas tradicionales
de la contracultura, que demostraron ser pasajeras y poco efectivas. Por este motivo, decide
rebelarse contra la mentalidad del ciudadano común, ya que es ésta la que le ha causado
mayor sufrimiento durante su adolescencia. La hostilidad del medio lo ha obligado a
retraerse y aislarse, encontrando en su mundo interior un refugio, en el que es posible dar
rienda suelta a la sensibilidad —y a la creación musical—, sin necesidad de preocuparse
por la imagen que debe mostrar a los demás. Sin embargo, el retraimiento crea nuevos
conflictos, debido a que hay una fuerte insatisfacción consigo mismo: aparece la autocrítica
y el individuo acaba culpándose a sí mismo por no poder llevar una vida despreocupada.
Por otro lado, la carencia de un sentido de vida provoca tedio, de modo que el sentimiento
de infelicidad es constante: ninguna afirmación es satisfactoria, por lo que debe ser negada
ni bien ha sido formulada.
La identificación del público con Cobain tiene como consecuencia la construcción de
un nuevo mito: la imagen que tiene la generación de sí misma. El joven, cuyos padres
“traicionaron” los valores de su juventud, se ve a sí mismo como un individuo
desorientado, que no ha contado con un modelo de comportamiento convincente. Además,
debido al alto índice de divorcios en las últimas décadas, un amplio sector del público ha
crecido probablemente en el marco de un núcleo familiar poco sólido. Así, la generación ha
encontrado en Cobain a un portavoz cuyo inconformismo se expresa de manera
desordenada, ya que no existe una propuesta de solución a los problemas. Debido a esta
falta de contenido, el entretenimiento de estos jóvenes y adolescentes se da de manera
pasiva, y la drogadicción se debe en gran parte a la necesidad de evasión del tedio
cotidiano. Por otro lado, el idealismo ha perdido su vigencia, ya que ya no se cree en la
posibilidad de transformar a la sociedad, por lo que hay una identificación con las
canciones del cantante, en las que se contemplan problemas cotidianos.
El héroe trágico.
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La evolución de Kurt Cobain en el mundo artístico puede leerse, después de su suicidio,
como la de una tragedia: el cantante, que se rebelaba a través de su música contra una
sociedad consumista, acaba convirtiéndose, al lograr el éxito, en un producto destinado a
las masas. El sentido de la música alternativa es el de mostrar una propuesta diferente a
aquellas que se encuentran comúnmente en el mercado: sin embargo, la música grunge que
tocaban los grupos subterráneos de Seattle —de los cuales Nirvana era uno más— acaba
popularizándose hasta tal punto con la difusión de los discos del grupo que acaba
desbancando a Michael Jackson del número 1 en las listas de popularidad de los Estados
Unidos.
Si en la mitificación de Cobain éste aparece como un individuo superior —debido a su
talento artístico—, al igual que el héroe trágico también comete un error que lo hará caer en
desgracia y, en este caso, acabará llevándolo al suicidio: el hecho de firmar por un sello
discográfico importante. Esto provocará que termine siendo absorbido por el sistema contra
el cual protestaba, sin que exista ningún medio que le haga perder popularidad: el
entusiasmo del público no hace más que aumentar, a pesar de que existe una clara tendencia
a la degradación en las presentaciones en vivo de Nirvana. Una vez alcanzado el éxito, el
grupo acude a diversos programas de televisión parodiando su propia música y ofrece
conciertos en los que, en la mayoría de casos, cantan y tocan los instrumentos cada vez
peor. Cobain rompe el ritmo de las canciones, se presenta vestido de prostituta y, en un
concierto en Brasil, escupe a todas las cámaras de televisión que estaban grabando la
presentación y llega a masturbarse frente a una de ellas. Sin embargo, esto no suscita una
crítica por parte del público, sino que, al contrario, éste aprobará crecientemente esta
actitud, juzgándola como una expresión de la autenticidad del cantante, que se rebela contra
los medios de comunicación.
La tensión producida a partir de la firma por un gran sello discográfico será la que,
según una lectura mayoritaria del mito, provocará el suicidio del cantante: éste no pudo
soportar el hecho de ser absorbido por el sistema que atacaba. Si durante la vida de Kurt
Cobain hubo personas que creyeron que éste sólo adoptaba una pose cuando afirmaba
sentirse agobiado por el éxito, estas críticas cesaron inmediatamente después de la noticia
de su suicidio: el artista había probado ser completamente coherente con las ideas que había
expresado en los últimos años; no estaba dispuesto a disfrutar de los millones de dólares
que había ganado, ya que la fama le causaba un gran malestar interior. En su carta de
despedida describe este proceso personal, que culminó con el desencanto. Así, siguiendo
con la lectura trágica del mito, Cobain sufre una anagnórisis al final de su vida: descubre
que se ha convertido en una persona decadente, lo cual hubiese podido evitar si no hubiera
dejado de tomar en serio los valores del punk-rock. El discurso que había relativizado por
considerarlo ingenuo, según el cual los artistas debían evitar el éxito masivo, adquiere
sentido cuando el cantante se ve a sí mismo desprovisto del entusiasmo que tenía a inicios
de su carrera. Finalmente, como asegura en la carta de suicidio, la música se ha convertido
en una obligación, y él debe fingir que se está divirtiendo. La peripecia de Cobain consiste
en que de ser un rebelde al sistema capitalista se convierte en un producto de mercado, de
manera que se invierte totalmente su rol.
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Otro aspecto del héroe trágico es el de la predestinación. La crítica de música ha
querido ver en el éxito de Nirvana un carácter de necesidad, sugiriendo que era su destino
cambiar el panorama de la música de la década de los noventa. Por otro lado, la carta de
suicidio hace referencia a su infancia, en la que, como vimos anteriormente, el artista se
sentía completamente feliz. Así, aun antes de ser una figura popular, Cobain arrastraba un
desencanto producido por una relación conflictiva con las demás personas. Este hecho
puede interpretarse como que estaba predestinado a suicidarse desde antes de alcanzar el
éxito: esta lectura aparece de diversas formas en las biografías escritas sobre él. Incluso hay
interpretaciones que afirman que el suicidio del cantante era una marca que llevaba por
herencia genética, es decir, desde antes de su nacimiento:
La figura de Kurt Cobain como héroe trágico lo convierte en un chivo expiatorio, que
permite que las demás personas se purifiquen de sus propias culpas: se crea la idea de que
él se ha sacrificado por los demás. En algunas declaraciones de los seguidores del grupo,
éstos establecen una relación entre Cobain y Cristo, connotando que el cantante ha ofrecido
su vida para liberar a los hombres de la necesidad de cargar con las faltas cometidas. Este
sentimiento de purificación es una posible razón por la cual, si bien hubo algunos casos de
jóvenes que atentaron contra sus propias vidas, no se desató una ola de suicidios, como se
temió inicialmente.
El iluminado.
La histeria colectiva creada alrededor de la figura de Kurt Cobain también ha creado el
mito de que se trataba de una persona de podía ver algo más allá de lo evidente, algo que
los demás ignoraban. Esta interpretación está basada en algunas de sus canciones, que,
después de su suicidio, son leídas desde el final de la historia de su vida.
Un ejemplo de ello lo encontramos en Smells like teen spirit, en la siguiente estrofa:
Soy peor en lo que hago mejor
Y por ese don me siento bendito
Nuestro pequeño grupo siempre estuvo
Y siempre estará, hasta el final
Hola, hola, hola, ¿qué tan bajo?
Siguiendo la lectura de la iluminación, el tono sentencial de estos versos crean la
sensación de que Cobain ya conoce el destino que le espera a él y a su música: él ha sido
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bendecido con el talento para expresar aquello que sienten millones de personas, pero esto
va a traer consigo consecuencias nefastas para el propio cantante. Por este motivo, lo que
hace mejor —ser un artista con el que se identifican los jóvenes de su generación— es al
mismo tiempo lo que hace peor, ya que se verá obligado a sacrificarse por estos jóvenes.
El pequeño grupo, en esta lectura, se referiría a Nirvana, que al momento de escribirse
la canción aún no había adquirido el éxito posterior: sin embargo, al parecer Kurt Cobain ya
sabía que estaba destinado a cambiar el panorama musical de la década. Por ello, como dice
la letra, esta banda de punk-rock siempre estará, hasta el final: el cantante murió siendo
todavía integrante de ella y el destino de su música es quedar para la posteridad. La
pregunta ¿qué tan bajo? adquiere también un nuevo sentido, ya que el propio cantante se
encargará de contestarla con sus acciones: el paulatino proceso autodestructivo por el que
pasa culminará con su suicidio, que representa la caída a la que se hace referencia en la
pregunta.
Esta certeza de su suicidio puede leerse a posteriori en numerosas canciones: si bien
esto no convierte necesariamente al cantante en un ser iluminado, llamaría la atención,
desde esta lectura, la lucidez con la que éste prefigura su decisión posterior. Así, Kurt
Cobain habría adquirido conocimiento de una verdad a la que los demás no tienen acceso,
en la que estaría la causa del atentado contra su propia vida.
Por otra parte, en el texto del éxito de Nirvana llamado Come as you are se hace la
siguiente afirmación:
Y te juro que no tengo una pistola
No, no tengo una pistola
Estos versos, al leerse tras la muerte de Cobain, quien se disparó en la cara, han servido
para que muchos admiradores del grupo se sintieran engañados con la noticia de su
suicidio. Este sentimiento se debe a que el público se ha acostumbrado a interpretar las
letras de las canciones como testimonios del propio cantante, que les había hecho un
juramento que quebró posteriormente. Así, se descubre un engaño premeditado en las
palabras del artista, que ya sabía, al momento de escribir el texto, que se iba a suicidar.
Hemos analizado estos versos descontextualizándolos de la canción a la cual
pertenecen. Si bien esto no es posible en un análisis riguroso, justificamos nuestra lectura
con el hecho de que es así como el público construye su propia interpretación: se busca
sentencias en los textos, mediante las cuales se pueda encontrar las razones por las cuales
Kurt Cobain quiso terminar con su vida. Por este motivo, si queremos reconstruir la mito,
debemos proceder con los mismos mecanismos de lectura de los mitificadores.
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El héroe romántico.
Es posible definir el mito de Cobain como el de un héroe romántico porque cumple con
las siguientes características: un marcado énfasis en la autenticidad y originalidad de la
expresión artística, una fascinación por la muerte y la tristeza, y un gran idealismo, que
marca de vida —y la muerte— de la persona.
La autenticidad de la música de Nirvana es una de las características que más han
resaltado los seguidores del grupo. Por el hecho de que los textos de Cobain muestran una
imagen del cantante que en ocasiones llega a ser decadente, se interpreta que existe una
gran sinceridad en ellos y se cree encontrar en las canciones un testimonio de los
sentimientos por los que atraviesa el artista al momento de la creación.
El idealismo romántico también está presente en sus canciones, si bien posee
características muy particulares. No existe una causa por la cual el individuo está dispuesto
a luchar hasta la muerte, y la angustia vital surge precisamente por la imposibilidad de
aferrarse a un discurso idealista. La permanente actitud escéptica que se refleja en sus
textos es la causa de que el cantante se sienta carente de un sentido para su vida: a pesar de
su inconformidad frente al medio, ninguna manifestación de las luchas por transformar a la
sociedad le resulta convincente, por lo que el artista se ve presa del desencanto.
Esta falta de perspectivas de cambio inmoviliza al cantante y lo hace caer en el
nihilismo: por un lado, el medio que lo rodea se le presenta como mediocre y falto de
autenticidad, pero por otro, tampoco encuentra un refugio en su mundo interior, ya que éste
está plagado de dudas y sentimientos encontrados. Hay una búsqueda constante por
aferrarse a un ideal, pero, al mismo tiempo, cualquier afirmación se desecha por su
unilateralidad: siempre surgen posturas contrarias en la mente, que relativizan la posición
asumida.
Así, una actitud excesivamente crítica ha atrapado al cantante en un callejón sin salida,
ya que lo imposibilita de encontrar un ideal por el cual vivir. Finalmente, se resigna ante la
falta de perspectivas y, ante la pérdida de entusiasmo, decide suicidarse, antes de apagarse
lentamente —como afirma en la carta de despedida encontrada junto a su cadáver. Kurt
Cobain, como una figura representativa de la juventud de la década de los 90’s, se convierte
en un héroe romántico que no muere por un ideal, sino, al contrario, por la falta de éste.
El rockero.
Cuando un cantante alcanza la fama a nivel masivo, es inevitable que surjan numerosas
comparaciones con estrellas de rock anteriores. En el caso de Cobain se estableció, antes de
su muerte, fundamentalmente un paralelo con el cantante punk Sid Vicious; después de su
suicidio, el público lo fue comparando con otras figuras legendarias.
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Sid Vicious fue la figura más importante del punk, que surgiera en Inglaterra a finales
de los años setenta; Kurt Cobain, cuya música tiene una fuerte influencia de este
movimiento, se convierte en el representante más conocido del grunge, creado en Seattle
diez años después. Ambos se convierten en los símbolos de las expresiones más fuertes de
la contracultura musical, motivo por el cual siempre se establecieron relaciones entre ellas.
Esto puede observarse incluso en las declaraciones de otros artistas después de la muerte de
Cobain.
Al igual que ocurriera con otros cantantes famosos como Sid Vicious y John Lennon,
en la historia personal de Cobain cobra gran relevancia la presencia de su pareja, Courtney
Love, cantante del grupo Hole. Ésta va a ser acusada por un gran sector del público de ser
la causante de los problemas personales de Cobain, como había ocurrido anteriormente con
la esposa de John Lennon, Yoko Ono, que fue considerada la culpable de la separación de
los Beatles. También Vicious y su pareja Nancy fueron protagonistas de diversos
escándalos en los medios de comunicación, como aquellos en los que se verán involucrados
Cobain y Love. Como puede observarse, la imagen de Kurt Cobain encaja perfectamente en
el imaginario mítico de la historia del rock: no sólo se convierte en el portavoz de toda una
generación, sino que además tiene una esposa que también pertenece al medio de la música,
con lo que pasan a formar parte de las legendarias parejas del rock.
Sin embargo, existe un factor aun mayor para explotar la figura de Cobain en el ámbito
de la música rock: el hecho de que, al igual que otros grandes artistas —Jimi Hendrix, Jim
Morrison, Janis Joplin y Brian Jones—, muriera a la edad de 27 años. Incluso la madre del
cantante, Wendy, recuerda haberle dicho que no se uniera a ese maldito club (el llamado
“club de los 27”) [Bianciotto, 1997: 36]. El mismo Kurt Cobain era consciente de la
importancia que tendría para el público su muerte, declarando en 1992:
Me siento como si la gente quisiera que me muera, porque así se cumpliría la clásica
historia del rock’n roll. [Bianciotto, 1996: 171]
Finalmente, la clásica historia del rock’n roll sí se cumplió, y los medios de
comunicación comienzan a explotar la figura de Cobain desde el momento de su muerte.
Por ejemplo, ni bien se tuvo conocimiento del suicidio, la cadena televisiva MTV suspende
su programación normal y transmite un especial sobre el grupo Nirvana. Las relaciones que
se establecen entre Cobain y otros artistas adquieren desde ese momento un sentido
distinto: si se afirma que el cantante fue lo más cercano a John Lennon que tuvo su
generación [Bianciotto, 1996: 106], no es sólo por ser asumido un líder generacional, sino
también —aunque no se declare abiertamente— por su trágica muerte.
A los pocos días se comienzan a imprimir camisetas con la carta de despedida De Kurt
Cobain, aunque Courtney Love frena esta iniciativa al poner una demanda judicial contra la
empresa. Este hecho impide también que se impriman camisetas con el rostro destrozado de
Cobain, que personas desconocidas fotografiaron en la morgue. [Bianciotto, 1997: 34]
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Es sorprendente observar la atención que la prensa ha depositado en Kurt Cobain,
siendo éste una figura que expresa una fuerte rebeldía frente al sistema. Especialmente
después de su muerte, los medios de comunicación se han preocupado por asegurar la
creación del mito. Obviamente, este interés tiene su origen en criterios mercantiles, que
detectaron rápidamente el potencial económico de esta figura, en diversas partes del
mundo. Por este motivo, la protesta de este artista contra la sociedad de consumo no supone
un peligro para ella, sino que la apoya y contribuye a su reproducción. Además, el
sentimiento de encontrarse en una sociedad hipócrita es absorbido por ésta y utilizado en su
favor: el sistema democrático adquiere mayor fuerza gracias a las voces disidentes, que no
hacen otra cosa que corroborar el hecho de que toda persona tiene derecho a expresar su
opinión, y enfatizan uno de los pilares del pensamiento liberal, la búsqueda del
individualismo.
Los mitos edificantes.
Por último se presenta otra forma de manipulación de la figura de Kurt Cobain, que
consiste en aprovechar su imagen para transmitir valores edificantes a la juventud. Estos
mitos muestran al cantante como una víctima, ya sea de la drogadicción o de un supuesto
asesinato.
Una entrevista de Los Angeles Times a Kurt Cobain, en septiembre de 1992, lleva por
título Cobain a los fans: simplemente decid que no; El nuevo padre de Nirvana habla sobre
el uso de drogas (2). En ella se muestra al artista, cuya hija acaba de nacer, con problemas
de salud, defendiéndose de las acusaciones de seguir siendo un drogadicto. Afirma no
querer incitar a su público a que tome drogas, diciendo que son una pérdida de tiempo.
Sin embargo, la entrevista está totalmente editada, y sólo se presentan enunciados
destinados a que el lector tome conciencia de las terribles consecuencias que tiene el abuso
de sustancias químicas: aunque Cobain no declara sentirse arrepentido por haber
consumido drogas, las preguntas del entrevistador están dirigidas a que el cantante narre sus
problemas estomacales —cuya causa, según Cobain, no han encontrado los médicos— y de
las ocasiones en que a causa de éstos tuvo que suspender sus conciertos. Así, la imagen
proyectada del cantante es la de una persona que ha sido drogadicta y que sufre graves
problemas de salud —el que estos dos hechos no necesariamente están vinculados entre sí
simplemente se ignora.
Por último, la entrevista introduce también declaraciones de otras personas que conocen
al cantante, las cuales afirman que éste ha sufrido un gran cambio de comportamiento,
gracias al nacimiento de su hija: así, Kurt Cobain se ha convertido en un padre responsable,
que de una vez por todas ha decidido abandonar la drogadicción.
El mismo Cobain se preocupaba en otras ocasiones por declarar que ya no consumía
drogas, aunque lo cierto es que nunca llegó a liberarse del problema por completo —se
escapó de un centro de rehabilitación pocos días antes de suicidarse. Quería limpiar la
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imagen que se había construido de él en la prensa, y frecuentemente afirmaba con orgullo
que ya no era posible considerarlo un drogadicto. También daba opiniones personales
contra el uso de sustancias químicas, pero no quería presentarse ante el público como una
especie de guía espiritual para los jóvenes.
Después del suicidio de Cobain se manipuló su imagen con el objetivo de prevenir a los
jóvenes sobre el uso de drogas, insinuándose que éstas fueron la causa principal de la
depresión que acosaba al cantante: de esta manera, se aprovecha la muerte de un ídolo para
hacer que sus seguidores tomen conciencia de los peligros a los que se exponen al consumir
estos productos.
La imagen de Cobain como una víctima de las drogas es, al igual que los demás mitos
analizados, una construcción creada a partir de los medios de comunicación. Si el uso de
éstas pudo influir en su suicidio es un hecho que no podemos determinar, aunque la prensa
insista en afirmar lo contrario.
Otro mito que resulta edificante es el que está construyendo Tom Grant, antiguo
detective de Courtney Love, quien defiende la hipótesis de que se trató de un asesinato.
Según la investigación de Grant, cuyos avances pueden leerse en Internet (3), la esposa de
Cobain tenía razones para asesinar a su marido: supuestamente, éste la iba a abandonar y
Love no se resignaba a cobrar únicamente la pensión que le otorgara el divorcio. El
detective hace un detallado análisis de los hechos y del comportamiento de los supuestos
involucrados en la muerte del cantante, llegando a la conclusión de que éste jamás tuvo la
intención de suicidarse: la nota encontrada junto a su cuerpo sería sólo una carta de
despedida a sus admiradores, porque habría decidido retirarse del mundo de la música. La
lista de implicados en el asesinato de Kurt Cobain sería bastante extensa a juzgar por la
investigación de Grant, ya que Courtney Love contaría, al parecer, con la complicidad de
grandes amigos del artista y de la policía local.
Más allá de la evidente intención de Tom Grant de sacar provecho personal con la
probable publicación de un libro, podemos afirmar que el mito de un Cobain asesinado lo
convierte en una figura muy diferente a la que hemos venido estudiando: se trataría de una
persona dispuesta a empezar una nueva etapa en su vida, lejos del éxito y de su esposa. Con
ello, la mitificación convertiría a Kurt Cobain en un hombre con ganas de vivir, dispuesto a
luchar por aquello que desea: al igual que el artista víctima de las drogas, el asesinado
estaría ofreciendo a la juventud un mensaje edificante.
El circuito comunicativo
Los ejercicios interpretativos expuestos más arriba no se presentan únicamente como
desciframientos de los textos por parte de los lectores. En La semiótica de la cultura y el
concepto del texto (4), Lotman explica que la estructura del texto se complica
considerablemente en la creación de la obra artística: el texto semióticamente heterogéneo
establece complejas relaciones tanto con el contexto cultural como con el auditorio, de
forma que deja de ser un mensaje elemental entre un emisor y un destinatario y adquiere las
propiedades de una persona con un intelecto altamente desarrollado. Así, no transmite
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solamente cierta información depositada en él por un remitente, sino que presenta la
capacidad de transformar los mensajes recibidos y generar nuevos mensajes. Por ello, en
lugar de que el destinatario sólo descifre el texto, lo convierte en su interlocutor. La función
socio-comunicativa del texto adquiere entonces una gran complejidad y presenta
básicamente los siguientes procesos:
1. El trato entre el remitente y el destinatario: el texto cumple la función de un mensaje
dirigido del portador de la información al auditorio. En el caso estudiado, las letras de las
canciones funcionarían como un puente entre Kurt Cobain y el público de Nirvana, ya que
los jóvenes seguidores del grupo interpretan estos textos como confesiones veladas del
cantante, en las que se puede encontrar las causas de su suicidio. Al considerar el público
que el artista es un hombre excesivamente sensible e idealista para adaptarse a la sociedad
en que vive (mitos del héroe romántico y del inconformista), que conoce una verdad que
permanece oculta para las demás personas (el mito del iluminado) y que estaba destinado a
cambiar la música rock y a sacrificarse por los demás a través del atentado contra su vida
(mito del héroe trágico), el cantante se convierte en el portavoz de toda una generación,
motivo por el cual los integrantes de la misma no sólo buscan en sus canciones las razones
por las que Cobain se suicidó, sino que también intentan encontrar en ellas un mensaje que
les sea de utilidad para hallar el sentido de sus propias vidas. El hecho de que el cantante se
haya suicidado no desanima en esta búsqueda existencial, sino todo lo contrario: la
mitificación a la que es sometido el personaje permite que se considere que la decisión de
acabar con la propia vida es consecuencia del descubrimiento de una verdad que el público
ignora, la cual se esconde detrás de las palabras en las canciones y declaraciones del artista.
2. El trato entre el auditorio y la tradición cultural: el texto cumple la función de una
memoria cultural colectiva. Por este motivo, tal como sucede en el caso de los textos
estudiados, tiene la capacidad de enriquecerse continuamente, así como de actualizar
ciertos aspectos de la información que ha sido depositada en él y olvidar otros. La
bibliografía relativa a Kurt Cobain demuestra que el público ha privilegiado determinados
aspectos de las canciones y entrevistas al cantante, aquellos que contribuyen a engrandecer
los mitos que surgieron en torno a él, especialmente con posterioridad al suicidio: en estos
textos se buscan sentencias que encierren las claves para la comprensión del personaje. Por
otra parte, en este trabajo hemos analizado distintos aspectos de este mito, los cuales surgen
a partir de las diversas interpretaciones de los textos, cada una de las cuales actualiza cierta
información contenida en los mismos, pero deja de lado otra. Así, los mitos edificantes
actualizan una información muy distinta a la que privilegian los demás mitos construidos en
torno al cantante, hasta el punto de que las interpretaciones consecuentes de los mismos
llegan a ser contradictorias. Un ejemplo de ello lo encontramos en el consumo de drogas,
ya que mientras que cierto sector del público opina que Cobain estaba combatiendo
exitosamente su adicción a algunas sustancias químicas —por lo que se podría convertir en
un ejemplo para la juventud—, otros seguidores del grupo afirman con convicción que el
artista sufría un fuerte proceso autodestructivo —en el que las drogas cumplían un papel
fundamental— que terminó con su suicidio.
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3. El trato del lector consigo mismo: el texto actualiza determinados aspectos de la
personalidad del propio destinatario. Esto es evidente en un fenómeno como el que
estudiamos, puesto que los jóvenes que se identifican con las canciones de Cobain —o de
cualquier otro grupo de música rock— señalan con frecuencia que los textos describen sus
propias vivencias y emociones. La identificación que se produce funciona, por lo tanto,
como una actualización de algunos aspectos de la personalidad de los destinatarios. El caso
extremo de este proceso se da en el contexto del mito del héroe trágico, cuando el público
adquiere la sensación de que el cantante ha terminado con su propia vida para liberar a los
demás de sus culpas, como sucede en la siguiente opinión de Sinead O’Connor, una
conocida cantante irlandesa:
Debo admitir sentirme aliviada tras el suicidio de Kurt Cobain, como si hubiera muerto
en mi defensa. Conozco mucha gente que lo sintió así, como si él hubiera hecho eso
pensando en ellos. Puedo entender por qué lo hizo. [Bianciotto, 1996: 176]
Por otra parte, el mismo ejercicio de crear un mito en torno al cantante y de interpretar
sus palabras en dependencia de esta mitificación revela que la identificación del público
con los textos del artista va más allá de una mera coincidencia de estados de ánimo,
sentimientos o reflexiones: el público quiere ver en la figura del cantante de Nirvana a un
personaje que representa la angustia vital de la última década del Siglo XX, una angustia en
que se ven reflejados ciertos aspectos de la personalidad de todos y cada uno de los
miembros de su generación.
4. El trato del lector con el texto: al poseer las propiedades de una persona con un
intelecto altamente desarrollado, el texto ya no es un simple mediador, sino se convierte en
un interlocutor con un alto grado de autonomía. En el caso que hemos analizado, sin
embargo, se produce un fenómeno distinto, porque el público considera que los textos de
las canciones son confesiones del propio cantante -y también se interpretarán de esta
manera las entrevistas y la carta de despedida. Se da, por lo tanto, una identificación total
entre los textos y el remitente: aunque las canciones, en tanto textos artísticos, poseen un
alto grado de autonomía —y podrían tratar con el receptor con total independencia del
remitente—, la figura de Kurt Cobain adquiere tal importancia en el acto de comunicación
con el público del grupo Nirvana que los textos se convierten fundamentalmente en
instrumentos para comprender al personaje que los creó. La consecuencia de este hecho es
que el mismo Cobain —a través de sus canciones, entrevistas y actitudes— se convierte en
un texto que debe ser interpretado por el público: éste es el origen de la mitificación del
cantante, que pasa a ser un personaje público cuyo comportamiento, en su totalidad, se
torna significativo. Como sucede en toda obra artística, cada elemento del texto puede ser
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objeto de interpretación, de modo que no existe ni una palabra o acto del personaje que se
considere casual por parte del público (aunque, como señalábamos más arriba, cada
intérprete selecciona ciertos aspectos del texto —los que considera relevantes para su
comprensión— e ignora otros).
5. El trato entre el texto y el contexto cultural: en este caso el texto no interviene como
un agente del acto comunicativo, sino como un participante en éste con plenos derechos.
Un mismo texto puede entrar en relación con diversas estructuras presentes en distintos
niveles de un contexto cultural. Los textos, además, suelen pasar de un contexto a otro:
cuando esto sucede se comportan como informantes trasladados a una nueva situación
comunicativa, ya que actualizan aspectos que permanecían ocultos en su sistema
codificante. Así, tras el suicidio de Kurt Cobain, el contexto en que se encuentran tanto los
textos de sus canciones como las entrevistas que ofreció a la prensa cambia radicalmente,
con lo que se actualiza aquella información que se relaciona con los estados anímicos que
ayudan a explicar la decisión del cantante de acabar con su vida. Es en este momento en
que los textos comienzan a interpretarse fundamentalmente en función del posterior
comportamiento de Cobain cuando este personaje se convierte en una figura mítica, la cual,
como pudimos observar en este trabajo, adquiere diversas formas y características. Si
asumimos, por otro lado, que el personaje mitificado se ha convertido en un texto que es
interpretado por el público, la relación de este texto con diferentes contextos culturales da
lugar a los distintos mitos que hemos estudiado en el presente trabajo. El mito del héroe
trágico, por ejemplo, surge gracias al vínculo que establecen las palabras y actitudes de
Kurt Cobain con la tradición literaria de Occidente; el mito del cantante del rock se origina
en el contexto de la industria musical del Siglo XX, el mito del portavoz de su generación
se da en el contexto de un discurso sociológico, etc. El mismo texto puede pasar de un
contexto a otro según las características del mismo que se privilegien y, en una gran
cantidad de casos —siempre y cuando los distintos contextos no den lugar a lecturas
contradictorias del mito—, puede pertenecer simultáneamente —es decir, manteniendo
coherencia en las diversas interpretaciones— a contextos diferentes: en el caso de las
interpretaciones estudiadas, todas ellas, con excepción de las que dan lugar a los mitos
edificantes, pueden coexistir sin problema.
Partiendo de la idea lotmaniana de la función creativa del texto, según la cual los textos
son generadores de significados —puesto que el sentido original de los mismos sufre
constantes transformaciones que incrementan su significación—, en el presente estudio
hemos querido ahondar en las distintas interpretaciones a las que es sometida la figura de
un cantante de rock de la década de 1990, Kurt Cobain. A partir de distintos textos, a
menudo fragmentarios —canciones, declaraciones y actitudes del artista—, el público del
grupo Nirvana ha reconstruido el nuevo lenguaje que surgía con una forma de expresión
hasta entonces inédita. Junto con este proceso de reconstrucción del lenguaje tiene lugar un
fenómeno de mitificación del artista, el cual es especialmente notorio a partir del suicidio
del mismo. El mito aparece como un texto heterogéneo, y las múltiples perspectivas desde
las cuales es observado dan lugar a diversas lecturas.
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El sistema de comunicación involucrado en este ejercicio interpretativo es altamente
complejo. Los textos a partir de los cuales se produce la mitificación de Cobain —las
entrevistas, canciones y la carta de despedida— se consideran por el público confesiones
íntimas del cantante, de forma que funcionan como un mensaje que el artista dirige
directamente a los receptores: éstos intentan encontrar en sus palabras —así como en su
comportamiento— las razones por las cuales decidió terminar con su vida. En esta
búsqueda se privilegia cierta información contenida en los textos, aquella que contribuye a
engrandecer determinados aspectos del mito: de esta forma surgen diversas formas de
mitificación, las cuales están condicionadas por el vínculo que establece el texto con los
distintos contextos culturales. En el caso estudiado, las palabras del artista pierden toda su
autonomía y se tornan absolutamente dependientes de su emisor mitificado, de manera que
el mismo creador del mensaje se convierte un texto que debe ser descifrado. Por otra parte,
cobra gran relevancia la relación que establece el receptor consigo mismo a partir de la
lectura del texto, ya que tiene lugar una identificación del público con el artista y su labor
creativa, la cual evidencia que el texto ha logrado actualizar ciertos aspectos de la
personalidad de sus destinatarios.
Notas
1. www.ugr.es/~mcaceres/Entretextos/entre2/lotman.htm
2. Cobain to Fans: Just Say No; Nirvana’s New Father Adresses Drug Use.
www. burntout.com/site/kurt/articles/int5.html
3. Tom Grant. Condensed Summary of Events. Investigation into the death of Kurt Cobain.
www.burntout.com/site/kurt/articles/grant01.htm
Tom Grant. The So Called Suicide Note.
www.burntout.com/site/kurt/articles/grant03.htm
4. www.ugr.es/~mcaceres/Entretextos/entre2/escritos2.htm
Bibliografía consultada
Bianciotto, Jordi. Nirvana Rock n’Roll. Valencia: La Máscara, 1996.
Bianciotto, Jordi. Nirvana y los últimos días de Kurt Cobain. Valencia: La Máscara, 1997
Bonet, Magda. Kurt Cobain Memorial
www.burntout.com/site/kurt/articles/int4.html
http://www.ugr.es/~mcaceres/entretextos.htm
http://www.vegita.com/nevermind.html
* Este trabajo fue presentado como ensayo para el curso de doctorado de "Semiótica
literaria" (Programa de Doctorado Teoría de la literatura y del arte y literatura comparada
de la Universidad de Granada, curso académico 2003-2004).
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