03-sup.qxd 07/08/06 06:38 p.m. Page 1 Cultura La Plata, martes 8 de agosto de 2006 3 EL DIARIO DE QUIEN FUERA LIDER DE NIRVANA Confesiones que escribió Kurt Cobain Idolatrado como un modelo cuando él mismo se despreciaba, su abrupto final se anticipa en una narración. En sus relatos, el músico enumera sus preferencias. Asegura que le gustan “las chicas de ojos raros, jugar mal las cartas, y sentir prejuicios hacia la gente que tiene prejuicios” que cero (“Estoy aterrorizado por el ridículo. Uso pedazos de las personalidades de los demás para formar la mía”), se manifestaba constantemente en contra de la sociedad, a la que tildaba de “machista, fascista, competitiva y opresora”. “Nunca he encontrado una persona con la que fuera compatible a nivel intelectual, espiritual y de sentido del humor”, aseguraba y acota: “He pasado un mes cometiendo actos de rebeldía como robar alcohol, destrozar escaparates, meterme en peleas y no ha pasado nada. Así que he decidido que durante el próximo mes voy a dejar de sentarme en el tejado de casa y pensar que voy a saltar, aunque sé que me terminaré matando”. “Fue una estupidez lo que hice y no pienso volver a hacerlo nunca más. Me compadezco de veras de quien piense que puede utilizar la heroína como medicamento porque, la verdad, no funciona” (Kurt Cobain 1967-1994) La reflexión de quien fuera el cantante, guitarrista y líder de Nirvana -exitosa banda de rock estadounidense- está incluida en los Diarios que acaban de lanzarse en la Argentina, a modo de novedad literaria. El libro deja ver cómo la pasión por la música y el amor a la familia coexistieron en la piel de esta estrella, que también sufrió la adicción a las drogas, el dolor por una infancia poco feliz, y algunas fantasías violentas. “Dos personas pueden cenar durante dos horas, pero sólo 30 segundos pueden merecer la pena” En los Diarios que escribió entre 1988 y 1994 -año de su suicidio- el cantante apuntó tanto sus apreciaciones diarias como sus deseos más íntimos. El material, vendido por Courtney Love por cuatro millones de dólares, recopila cartas no enviadas, dibujos, manuscritos, comentarios humorísticos, reseñas inventadas, y diatribas de rockero malhumorado. Aunque es unánime considerarlo como el icono generacional más grande de las últimas dos décadas, la publicación de sus diarios aporta más sobre la persona que sobre el perso- Las paradojas de Kurt Cobain. Más que exitoso, pero abrumado por los problemas que no pudo resolver naje, que aparece autorretratado como un muchacho sensible, acomplejado y enojado con el mundo, y que encuentra en la música un único motivo para la esperanza. Cobain -cuyo nombre auténtico era Kurt Poupon- se crió en una pequeña ciudad de la costa del Pacífico de EEUU, y de niño estuvo aterrorizado con el divorcio de sus padres, que se produjo cuando él tenía ocho años. Las páginas del diario están atravesadas por relatos que dan cuenta de una vida infortunada, detrás de la estampa de rock star. Uno de los tramos, por ejemplo, critica la incapacidad de su padre para “comunicar el afecto” que él siempre añoró; mientras que en otro cuenta la dolorosa realidad de un drogadicto, que busca en la heroína una salida para una afección de estómago. * * * Las páginas autobiográficas también divulgan el amor de Cobain por su esposa e hija: sobre Courtney Love, el cantante afirma que despliega su amor por ella “como un pavo real extiende su plumaje”, en tanto que sobre su hija apunta que hasta tiene miedo de pasearla en auto ante la posibilidad de sufrir un accidente. La imagen que Cobain deja registrada en su diario, que culmina el 4 de marzo de 1994 (un día antes de su primer intento de suicidio en un hotel en Roma, apenas un mes antes de su muerte) es la de un joven de 27 años que concreta su sueño pero que se siente culpable por haber abandonado sus raíces y a sus verdaderos amigos. Para los fans, el material más interesante desde el punto de vista artístico son los comentarios inéditos de las canciones de In Utero y los borradores de las canciones de Nevermind, incluso la primera versión del clásico Smells Like Teen Spirit. Cobain, cuya autoestima era menos “Todo es por mi falta de educación, por mi falta de inspiración, por mi cobarde búsqueda de afecto” En una de las confidencias más sugestivas de la obra, el músico enumera a lo largo de cinco páginas qué cosas le gustaban. “Me gustan: las chicas de ojos raros, las drogas, la pasión, la inocencia, asesinar la voracidad, jugar mal mis cartas, la naturaleza y los animales, hacer sentir superior a la gente en reacción a mi apariencia, sentir prejuicios hacia la gente que tiene prejuicios...” La bola de nieve hacia la devastación se lanza en las últimas 100 páginas, durante la preparación de In Utero (1993), que iba a llamarse Me odio y quiero morir.