y si se desea expresar la capacidad productiva en términos de glucosa foto sintetizada por unidad de superficie por temporada de cultivo se debe corregir por la composición química de esa biomasa (Sinclair y de Wit, 1975). Lo alto de los rendimientos máximos medidos sugiere que el potencial genético disponible es bastante más alto que lo que se piensa y que para aprovecharlo bien se requiere una mejor agronomía. Tom Sinclair, en 1994, afirmaba que toda la información conocida hasta ese momento indicaba que se había alcanzado el límite de los rendimientos posibles de obtener bajo un buen manejo. Es lógico pensar que en algún momento esto sucederá irremediablemente. Cassman (1999), en arroz; Rajaram y Braun (2006), en trigo en el valle del Yaqui, México; Carberry et al. (2010), en maíz de secano en Australia, entregan evidencias de este fenómeno. Sin embargo, datos de FAO sobre promedios mundiales de trigo, arroz, soya, cebada, maíz y sorgo entre 1960 y 2007 muestran los rendimientos suben con una pendiente que no muestra indicios de saturación salvo en el caso del sorgo. Tampoco hay evidencia de ello según estudios hechos en los rendimientos de trigo de North Dakota, EEUU (Underdhal et al., 2008). Otros análisis más recientes muestran que la situación depende del país. En general hay una disminución del incremento de rendimientos anuales de trigo, maíz, arroz y soja. En países industrializados los incrementos anuales del rendimiento en trigo, en los últimos años, han llegado a cero, mientras que en el caso del maíz la disminución de los incrementos ha sido menor. Por otra parte, si se mantiene el crecimiento lineal de los rendimientos anuales observado en los últimos 50 años (de 43 kg ha-1) no se podrá satisfacer la demanda futura de cereales para alimentación humana, animal y biocombustibles (Fisher et al. 2009). No obstante, hay información clara asimismo de que la producción de la agricultura sigue creciendo y de que la productividad total de los factores (PTF) ha aumentado (Fuglie, 2008, 2009). En este contexto, aunque no es clara la relación entre tasas de fotosíntesis y la productividad de los cultivos (Evans, 1975), ya que ella estaría más limitada por la capacidad de almacenaje (granos) que por otra causa (Borrás, Slafer y Otegui, 2004), parece posible mejorar la eficiencia de la fotosíntesis. El análisis de la eficiencia de uso de la radiación de trigo y maíz indican que hay margen para aumentar el potencial de rendimiento de muchos cultivos (Loomis y Amthor, 1999). Dado que la eficiencia actual del sistema fotosintetizante en interceptar radiación solar es cercana al límite teórico, el índice de cosecha de cereales del orden del 60%, cercano al límite máximo posible (Hay 1995, Austin et al. 1980) no se ve fácil el aumento del potencial de rendimiento. Sin embargo, se ha sugerido que mejorando la eficiencia de conversión de la energía luminosa atrapada en biomasa sería posible mejorar los rendimientos en el futuro. Se ha estimado que el aumento posible de esta eficiencia es de 50% como consecuencia del efecto combinado de las mejoras de la eficiencia del sistema fotosintetizante resumidas en el cuadro 2 (Long et al, 2006). De materializarse esta mejora el impacto en los rendimientos sería de un orden similar. 22