SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO, CICLO B La fuerza del amor cristiano que nace de la Eucaristía MONICIÓN DE ENTRADA La Eucaristía es el núcleo de nuestra espiritualidad, es el memorial del amor más grande, el alimento de nuestra esperanza, el acicate de nuestro compromiso diario, el fermento de un mundo nuevo. Como dijo Benedicto XVI «¿Qué sería de nuestra vida sin la Eucaristía?» Que la participación en esta celebración nos ayuden a valorar el gran regalo que Dios nos hizo por amor. ACTO PENITENCIAL Porque hemos recibido de ti un derroche de gracia, pero somos mezquinos y desagradecidos. - Señor, ten piedad. Porque no sabemos apreciar, valorar y agradecer los dones recibidos. - Cristo, ten piedad. Porque nos acomodamos a una vida mediocre y nos hacemos indiferentes ante tantas injusticias. - Señor, ten piedad. MONICIÓN A LAS LECTURAS Gratuidad, permanencia, esperanza, son valores que nacen de vivir la Eucaristía, ella nos invita a vivir unidos, evitando los peligros del aislamiento y la infidelidad. Que la escucha atenta de la Palabra de Dios nos ayude a conocer la fuerza de este Don, para contagiar el dinamismo eucarístico a toda la humanidad. Lectura del libro del Éxodo 24, 3-8 Sal 115, 12-13. 15 y 16bc. 17-18 (R.: 13) Lectura de la carta a los Hebreos 9, 11-15 Lectura del santo evangelio según san Marcos 14-12-16. 22-26 Guion litúrgico, Domingo de Cáritas 7 de junio de 2015 Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Ciclo B, año del Señor 2015 www.caritas-sevilla.org ORACION DE LOS FIELES En este día del Corpus, Día de Caridad, en el que celebramos el signo del amor más grande, pedimos al Padre de la misericordia. Respondamos diciendo: Te lo pedimos, Padre. - Por la Iglesia, para que crezca en caridad y se manifieste como servidora de los hombres, en comunión con el cuerpo y la sangre de Cristo. Oremos. - Por todos los que se dedican a defender los derechos y dignidad de los hombres, para que se vean fortalecidos con el cuerpo y la sangre de Cristo. Oremos. - Por los que tienen poder político y financiero, para que escuchen la voz de los que no tienen voz ni poder, en comunión con el cuerpo y la sangre de Cristo. Oremos. - Por cuantos son víctimas de la injusticia y la violencia, por las víctimas de la inmigración, de las catástrofes naturales y de las guerras. Por los cristianos perseguidos, en comunión con el cuerpo y la sangre de Cristo. Oremos. - Por cuantos trabajan en Cáritas y organizaciones sociales y liberadoras, para que se renueven, siguiendo las exigencias del Evangelio y de los signos de los tiempos, en comunión con el cuerpo y la sangra de Cristo. Oremos. - Por todos nosotros, por nuestra comunidad, que partimos el pan eucarístico, para que seamos testigos de un amor samaritano y servicial, en comunión con el cuerpo y la sangre de Cristo.. Oremos. Te pedimos, Padre, que nos hagas testigos de la caridad, siendo consecuentes con lo que rezamos y celebramos y concédenos el gozo de la gratuidad. Por Jesucristo nuestro Señor. MENSAJE PARA ANTES DE LA COLECTA Vamos a realizar la colecta a favor de nuestros hermanos necesitados. En la Eucaristía que celebramos renovamos nuestro compromiso de servir a Cristo en aquellos que están necesitados de consuelo, amor, justicia y fe. Y es que la Eucaristía nos llama a tener siempre los cestos rebosantes para bendecir con nuestra ayuda, que es también pan bendecido y partido por Jesús. Somos garantes de que este signo se repita siempre «en memoria de Él». Seamos por tanto generosos. Gracias. Guion litúrgico, Domingo de Cáritas 7 de junio de 2015 Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Ciclo B, año del Señor 2015 www.caritas-sevilla.org REFLEXIÓN Celebramos hoy la festividad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, cuerpo partido y sangre derramada para sellar la Nueva y definitiva Alianza entre Dios y los hombres. Y esta vez el símbolo de la alianza ya no es la sangre animales derramada en el Sinaí, sino la propia sangre de Jesús: "Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos". Será una alianza realizada no de forma figurativa como en el Sinaí, sino real, sellada en el Gólgota. La liturgia de hoy nos presenta la Última Cena de Jesús con sus discípulos en el contexto de la pascua judía. Se celebraba, como todos los años, la cena pascual que hace memoria de la liberación del pueblo de Dios y la alianza que Yavé sella con Moisés en el Sinaí. Pero esta cena Jesús quiere vivirla de forma distinta y especial. Él es plenamente consciente de su sacrificio, y así lo había referido a sus discípulos: "el Hijo del hombre tiene que padecer mucho..." Mc 8, 31 La Cena-Eucaristía que Jesús celebra con los suyos tiene una novedad de fondo, y es que en ella él se dona así mismo, anticipa su muerte y su resurrección realizando lo que había dicho en el discurso del Buen Pastor: "Yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente" Jn 10, 17 La pascua judía era memorial de la antigua alianza, ahora Cristo instituye la Eucaristía como memorial de la Nueva y definitiva alianza realizada en su sangre: "haced esto..." Lc 22,19 Con estas palabra Jesús invita a sus discípulos a formar una comunidad en torno a si mismo, cuya presencia se manifiesta por medio del pan que debían de recibir juntos, y la copa, una única copa, que los discípulos beben uniéndose así a Jesús y entre ellos. Al beber la copa los discípulos no son rociados pasivamente con la sangre redentora, sino que actúan y se unen a la fidelidad de Jesús para recibir una vida nueva. Dice san Agustín que la Eucaristía es "sacramento de amor". La Eucaristía es la expresión de un amor que llega hasta el extremo, que es más fuerte que la muerte. Cuando decimos que por nuestras venas corre la misma sangre es signo de una unión intima, tener la misma sangre es compartir la misma vida. La sangre es vehículo de vida, es la vida y simboliza el calor vital. Cuando esa sangre es derramada, en favor de otro es símbolo perfecto amor y sacrificio. ¿Cuántas veces decimos que por nuestros hijos daríamos la propia sangre, daríamos la vida? Entregar la vida por los otros, sacrificarse, sufrir por el otro, no casa muy bien en el ambiente del hombre actual (comodidad, placer, bienestar...). Esto no quiere decir que nos sea ajeno ni antinatural sino todo lo contrario. A través del sacrificio el hombre experimenta sin duda la desolación y el cansancio, es donde se encuentran sus propios límites, pero también la satisfacción de aquel que ha hecho lo que tenía que hacer, máxime cuando es por los demás. Es una forma de salir fuera de uno mismo al encuentro con los otros y al encuentro con Dios. Toda la vida de Cristo fue sacrificio por amor al hombre. La cruz fue su momento más intenso y expresivo, la culminación de un sacrificio vital, existencial, y que ya existía antes, en toda su vida de entrega y servicio. La base de su sacrificio: "estoy en medio de Guion litúrgico, Domingo de Cáritas 7 de junio de 2015 Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Ciclo B, año del Señor 2015 www.caritas-sevilla.org vosotros como el que sirve", pone de relieve la diaconía de Jesús, y es lo que ayuda a entender su muerte y la Eucaristía. Ahora Cristo invita a los suyos comer y beber la sangre de Aquel que se entrega en favor de los hombres. No se participa del sacrificio pascual sin participar de la víctima. Sin esa participación de los discípulos en el Cordero, cuya sangre se inmola por la nueva alianza, el memorial quedaría vacío. Participar en la Eucaristía es participar de la vida de Cristo, conformarnos con Él. Ese único pan que comemos juntos y esa única copa que bebemos juntos es, como decía san Agustín: "símbolo de unidad, y vinculo de caridad". Esto nos convierte en una misma familia, en una Iglesia de comunión. Por ello, cuando comulgamos con Cristo estamos comulgando con todos los miembros del cuerpo de Cristo. Comulgar con los hermanos es estar dispuestos a compartir con ellos todo lo que somos y lo que tenemos, y "lo que es mío es tuyo". Si somos capaces de realizar esto, conoceremos la grandeza de la comunión eucarística. Amor, unión, entrega, servicio..., estas las palabras sobre la Eucaristía llevan consigo una dimensión social insoslayable, pues nos compromete a derramar la vida en la transformación del mundo y en la defensa de la dignidad del ser humano. Cada vez que nos acerquemos a ella debemos ser conscientes de esta realidad. Eucaristía Mis manos, esas manos y Tus manos hacemos este gesto, compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu Muerte y en Tu Vida. Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los Humanos. Comiéndote sabremos ser comida. El vino de sus venas nos provoca. El pan que ellos no tienen nos convoca a ser Contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de Tu Memoria, marchamos hacia el Reino haciendo historia, fraterna y subversiva Eucaristía. Guion litúrgico, Domingo de Cáritas 7 de junio de 2015 Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Ciclo B, año del Señor 2015 www.caritas-sevilla.org